COMUNICACIONES BREVES
Absceso cerebral por Citrobacter koseri en lactantes. Presentación de un caso y revisión de la bibliografía
Citrobacter koseri brain abscess in an infant. Case report and literature review
Dra. María A. Azrak,a Dr. Marcelo D'Agustini,b Dra. Zulma Fernández,a Dra. María V. Peruffo,a y Dr. Roque Malvasoa
a. Servicio de Lactantes.
b. Servicio de Neurocirugía.
Hospital de Niños "Sor María Ludovica". La Plata.
Conflicto de intereses: Nada que declarar.
Correspondencia: Dra. María Ángeles Azrak: angelesazrak@yahoo.com.ar
Recibido: 05-3-09
Aceptado: 04-9-09
RESUMEN
Se presenta el caso de una niña de 2 meses admitida con absceso cerebral, cuya manifestación principal fue la macrocefalia evolutiva. Presentaba irritabilidad y vómitos aislados como síntomas asociados. Se realizó tomografía axial computada cerebral que reveló una lesión quística de localización frontal con desplazamiento hemisférico contralateral. La intervención quirúrgica permitió obtener material purulento, con cultivo positivo para Citrobacter koseri (diversus). El cultivo de líquido cefalorraquídeo fue negativo. Cumplió tratamiento antibiótico durante 6 semanas con buena evolución. Como complicación presentó hidrocefalia posquirúrgica que requirió colocación de válvula ventriculoperitoneal.
Palabras clave: Absceso; Cerebral; Citrobacter koseri.
SUMMARY
We present a 2 month-old female infant admitted to the hospital
with macrocephaly as main clinical sign, irritability, and
vomiting.
The computer tomography scanning showed a cystic frontal
image with contralateral ventricle displacement. Surgical intervention
was performed. Purulent material culture was positive
for Citrobacter koseri (diversus). Cerebrospinal fluid culture was
negative. The infant was treated with antibiotics for 6 weeks
with a good outcome. She presented postsurgical hydrocephly
and required ventriculoperitoneal valve.
Key words: Brain; Abscess; Citrobacter koseri.
INTRODUCCIÓN
El absceso cerebral es una patología poco frecuente
en el neonato y el lactante. Es una lesión
inflamatoria caracterizada por la colección de material
purulento en el parénquima cerebral.
El propósito de esta comunicación es describir
un caso de una lactante con absceso cerebral, con
macrocefalia como signo principal de presentación.
Nuestra finalidad es aumentar el índice de
sospecha en atención primaria de la salud para su
rápido diagnóstico y tratamiento.
CASO CLÍNICO
Niña de 2 meses y 15 días cuya madre consultó por irritabilidad y aumento del perímetro craneal.
Se solicitó ecografía cerebral, que evidenció una
imagen heterogénea en lóbulo frontoparietal derecho,
con desplazamiento de la línea media y colapso
del ventrículo ipsolateral con efecto de masa.
Antecedentes: RNT/PAEG; su peso de nacimiento
era 3.190 g, talla: 47,5 cm, PC: 35 cm (P 50);
Apgar 7/10. Parto vaginal, internada en Neonatología
por sospecha de sepsis y dificultad respiratoria
durante 3 días; se indicó antibioticoterapia
empírica (cultivos negativos).
Al mes de vida se internó durante 48 h, por
síndrome febril con exantema morbiliforme, que
se interpretó como de probable etiología viral. Los
cultivos (hemocultivos y urocultivo) fueron negativos.
No recibió antibióticos.
A los 15 días se internó por vómitos que cedieron
al modificar la técnica alimentaria.
Desde hacía un tiempo, a su madre le llamaba
la atención el aumento de tamaño de la cabeza
de su hija y la fontanela más abombada; no hubo
fiebre ni otros síntomas asociados.
En los controles de salud su peso a los 17 días
fue: 3.200 g, talla: 49 cm, PC: 36 cm (P 50); a los 2
meses peso: 4.460 g, talla: 54,5 cm, PC: 40 cm (P 97).
Al ingreso, la niña presentaba irritabilidad,
fontanela hipertensa, macrocefalia, seguimiento
visual conservado y reflejo fotomotor derecho
enlentecido.
Peso: 5.130 g (p50), talla: 55 cm (p75), PC: 42,5
cm (>P 97).
Signos vitales: FC: 120 por min, FR: 26 por
min, T: 36,7 ºC. El resto del examen físico se encontraba
dentro de parámetros normales.
Se realizó TAC cerebral con contraste, que reveló una lesión esférica corticosubcortical frontal profunda,
con componente sólido-quístico que reforzaba
con la administración de contraste. Presentaba también
edema perilesional con desplazamiento hemisférico
contralateral (Figuras 1 A y B).
Figuras 1A y 1B. Lesión esférica corticosubcortical
frontal profunda con componente sólido quístico
que refuerza con contraste. Edema perilesional con
desplazamiento hemisférico contralateral
Fue intervenida quirúrgicamente por sospecha de tumor cerebral; sobre la superficie cortical se observaron lesiones quísticas que se abrieron y dieron salida a 45 ml de material xantocrómico y purulento (Fotografías 1 A y B). El informe anatomopatológico intraoperatorio registró astrocitosis reaccional, que se interpretó como proceso infeccioso (absceso cerebral).
Fotografías 1A y 1B. Formaciones quísticas cerebrales (A)
que drenadas dan salida a material purulento (B)
Se indicó antibioticoterapia empírica con ceftazidime,
vancomicina y metronidazol durante 6
semanas.
El cultivo obtenido del absceso fue positivo para Citrobacter koseri, con cultivo negativo de líquido
cefalorraquídeo (LCR) y citofisicoquímico normal.
DISCUSIÓN
El absceso cerebral,1 una infección potencialmente fatal, es infrecuente en pediatría. La mortalidad
global es del 14,4%; las infecciones por
bacterias gramnegativas tienen mayor mortalidad
que las por grampositivos (30% contra 9,5%).2
Se puede presentar en forma idiopática o identificarse
factores predisponentes: infecciones de
sitios contiguos (otitis media, mastoiditis, sinusitis,
meningitis), enfermedad de base (cardiopatía
congénita cianótica, enfermedad pulmonar crónica),
traumatismo de cráneo y procedimientos
neuroquirúrgicos1,3.
En neonatos aparece como complicación de
meningitis entre el 1-4%,4,5 y presenta alto riesgo
de secuelas neurológicas y óbito.6 Debe ser sospechada
ante fiebre persistente o pleocitosis de LCR
aun sin cultivos positivos, o en una infección por
un organismo inusual como Citrobacter diversus.4
Los agentes etiológicos más comunes en neonatos
son: Citrobacter diversus (koseri), Proteus mirabilis,
Pseudomonas aeruginosa, Serratia marcescens, y
otras enterobacterias. Las bacterias grampositivas,
como Staphylococcus sp, son infrecuentes. El papel
de Candida albicans ha aumentado su importancia
en neonatos de muy bajo peso.2
Un 15-20% de las meningoencefalitis por bacterias
gramnegativas son complicadas con abscesos.5 La meningitis neonatal por Citrobacter diversus (koseri) o Proteus mirabilis es complicada por abscesos
en 40-70%.5 La mortalidad de meningitis neonatal
por Citrobacter es del 30-35% y en el 90% es causada
por la especie koseri seguido de la freundii.8
Citrobacter es un microorganismo entérico
gramnegativo relacionado con Salmonella, que es
parte de la flora habitual del intestino o tracto genitourinario
de la mujer; es patógeno en inmunocomprometidos
y neonatos.4,7 El género incluye 11
especies, de las cuales las más frecuentes son: freundii,
amalonaticus, koseri (diversus), braakii y youngae.6 Citrobacter koseri como patógeno nosocomial
puede ser aislado en los Servicios de Neonatología
o en el tracto gastrointestinal del personal.6
La transmisión vertical es rara.5 Los brotes
neonatales se producen por transmisión a partir
de las manos.5 La patogenia de los abscesos por
Citrobacter diversus en neonatos se desconoce.
Las bacterias gramnegativas (incluidas Citrobacter
diversus, Proteus y Serratia marcescens),4 se
diseminan por vía hematógena al parénquima cerebral
y producen vasculitis, infarto e invasión de
los tejidos necróticos.4
La resistencia bacteriana a la fagocitosis o a la
muerte intrafagocítica pueden tener un papel en
las infecciones por Citrobacter, según estudios realizados
en ratas.9
Hipotéticamente, la trombosis venosa causa vasculitis
necrozante e isquemia y conduce a la necrosis
cerebral, que es el mayor factor predisponente
para la invasión bacteriana y la cerebritis localizada
(primer estadio del absceso cerebral). La necrosis cerebral
es una característica distintiva de las infecciones
por especies de Citrobacter y de Proteus.4
Las manifestaciones clínicas del absceso cerebral
en neonatos y lactantes incluyen signos de
infección e hipertensión endocraneana (vómitos,
fontanela abombada, diastasis de suturas y aumento
de la circunferencia craneana).5
El LCR puede ser normal o patológico, el cultivo
y el directo suelen ser negativos.5
La TAC cerebral, aunque menos sensible que
la resonancia magnética, permite la evaluación
inicial y los exámenes seriados del paciente.5 El
absceso puede ser aislado o multiloculado, esto último en el 77% de los casos de meningitis por
Citrobacter diversus5 y en el 20% del total de los
abscesos cerebrales10. Un absceso cerebral con diámetro
de 2 cm (en algunos artículos se toma como
límite 3 cm), necesita tratamientos médico y quirúrgico
combinados.4
La resección parece ser la mejor opción quirúrgica
de los abscesos multiloculados. El pronóstico
de los pacientes con abscesos multiloculados parece
ser tan bueno como el de los con uniloculados.
Sin embargo, se los deberá monitorear, por
la posibilidad de recurrencia luego de la cirugía,
que es más alta en los abscesos multiloculados.10 El tratamiento del absceso cerebral requiere una
combinación de antibióticos, intervención quirúrgica
y erradicación del foco primario de infección.
La indicación de tratamiento antibiótico se basa
en la susceptibilidad y la penetración del fármaco
en el LCR.5 Citrobacter koseri y freundii son
resistentes a la ampicilina; son sensibles a carbapenémicos,
cefalosporinas de tercera generación,
piperacilina-tazobactam y aminoglucósidos. Citrobacter
koseri puede ser sensible a trimetroprima-
sulfametoxazol.6,8 La duración del tratamiento
parenteral es de 6-8 semanas8 y seguimiento con
TAC por un período de hasta 3 meses.
El tratamiento quirúrgico depende de la condición
clínica del paciente y de las características
neuroradiológicas del absceso.11 Cuando el drenaje
del absceso es necesario (más de 3 cm, único
multiloculado, o sin respuesta al tratamiento antibiótico)
la aspiración del absceso o la resección
son las técnicas quirúrgicas disponibles y ninguna
ha demostrado ser superior. La punción-aspiración
es de elección para los abscesos uniloculares
y con guía estereotáctica en abscesos profundos; se la prefiere por su baja morbilidad y mortalidad
al abordaje directo, con capsulectomía reservada
para los abscesos multiloculados.
CONCLUSIÓN
Los abscesos cerebrales son infrecuentes en pediatría; existen factores predisponentes que pueden incrementar el índice de sospecha, pero muchos de los abscesos son idiopáticos o se presentan, como en este caso, con macrocefalia como signo cardinal. Es por ello que los pediatras abocados a la atención primaria debemos jerarquizar una medida antropométrica común, como es la toma del perímetro cefálico, para arribar a un diagnóstico precoz y la derivación oportuna.
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