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Medicina (Buenos Aires)

versión impresa ISSN 0025-7680versión On-line ISSN 1669-9106

Medicina (B. Aires) vol.83 no.4 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ago. 2023

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Características clínicas y evolutivas de adenomas hipofisarios incidentales: estudio multicéntrico retrospectivo

Clinical and evolutionary characteristics of incidental pituitary adenomas: retrospective multicenter study

Roxana A. Damilano1  7  * 

Natalia L. Monteserin2  7 

Carolina Fux Otta3  7 

Jorge H. Mukdsi4  7 

Paula Mereshian5  7 

Marta Andrada6  7 

1 Servicio de Endocrinología, Sanatorio Allende

2 Servicio de Endocrinología Hospital Raúl Ángel Ferreyra

3 Departamento de Endocrinología y Diabetes, Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología

4 Centro de Microscopía Electrónica, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Córdoba

5 Servicio de Endocrinología, Hospital Nacional de Clínicas

6 Laboratorio Central, Sanatorio Allende, Córdoba, Argentina

7 Grupo Neuroendocrinología, Sociedad de Endocrinología y Metabolismo de Córdoba (SEMCO): Virginia Avaro, Mariela Barovero, María Lorena Bertolino, Mariela Cagliolo, Ágata Carpentieri, Lucas Caussa, Laura Cecenarro, Juan De Batista, Ana De Paul, Silvia Fernández, María Lorena Quintero, Matilde Rendón, Claudia Sala, Gabriela Sosa, Soledad Suárez, María Elena Surraco

Resumen

Introducción

: Los incidentalomas hipofisarios (IH) son lesiones halladas fortuitamente en la hipófisis mediante imágenes realizadas por motivos no relacionados con enfermedad hipofisaria.

Métodos

: Se realizó un estudio transversal, retros pectivo y descriptivo con el objetivo de analizar las características clínicas y evolutivas de una población de pacientes portadores de IH en la ciudad de Córdoba.

Resultados

: Se incluyeron 67 pacientes, 67% del sexo femenino, con una mediana de edad al diagnóstico de 44 años. Entre los motivos que llevaron a solicitar la primera imagen, la cefalea crónica o recurrente fue el más prevalente (34%). La mediana del tamaño tumoral fue de 12 mm. El 58% fueron macroincidentalomas. Los hombres tuvieron lesiones significativamente más grandes (p = 0.04). Al diagnóstico, considerando ambos sexos, el 30% evidenció extensión extraselar y el 45% invasión a senos cavernosos. Se detectó compromi so neurooftalmológico en el 21%. Se halló correlación positiva entre la edad al momento del diagnóstico y el tamaño tumoral (r = +0.31, p = 0.001). El 91% fueron tumores no funcionantes y en su presentación, el 21% de los pacientes presentaron una o más deficiencias hormonales. El 26% del total requirió cirugía. La ma yoría de aquellos que continuaron sin tratamiento no evidenciaron cambios en el tamaño tumoral al final del seguimiento (mediana 42 meses).

Conclusión

: Destacamos la elevada frecuencia de macroincidentalomas en nuestra serie, siendo los de fectos del campo visual y el hipopituitarismo frecuentes al diagnóstico. Si bien la mayoría de los IH no operados permanecieron estables, existió una alta frecuencia de lesiones clínicamente significativas.

Palabras clave: Hipófisis; Incidentalomas; Adenomas; Hipopituitarismo; Estudio multicéntrico

Abstract

Introduction

: Pituitary incidentalomas (PIs) are le sions found incidentally in the pituitary on imaging performed for reasons unrelated to pituitary disease.

Methods

: A cross-sectional, retrospective and descrip tive study was carried out with the aim of analyzing the clinical and evolutionary characteristics of a population of patients with PIs in the city of Córdoba.

Results

: A total of 67 patients were included, 67% fe male, with a median age at diagnosis of 44 years. Among the reasons that led to requesting the first image, chron ic or recurrent headache was the most prevalent (34%). The median tumor size was 12 mm. Fifty-eight percent were macroincidentalomas. Men had significantly larger lesions (p = 0.04). At diagnosis, including both sexes, 30% showed extrasellar extension and 45% invasion of the cavernous sinuses. Neuro-ophthalmological compromise was detected in 21%. A positive correlation was found between age at diagnosis and tumor size (r= +0.31, p = 0.001). Ninety-one percent were non-functioning tumors and at presentation, 21% of patients had one or more hormonal deficiencies. Of the total, 26% required surgery. Most of those who continued without treatment showed no change in tumor size at the end of follow-up (median 42 months).

Conclusion

: We highlight the high frequency of mac roincidentalomas in our series, with visual field defects and hypopituitarism being frequent at diagnosis. Al though most non-operated PIs remained stable, there was a high frequency of clinically significant lesions.

Key words: Pituitary; Incidentalomas; Adenomas; Hypopituitarism; Multicenter study

PUNTOS CLAVE

• Las lesiones hipofisarias incidentales son de observación frecuente por el uso extendido de neuroimágenes.

• Los incidentalomas hipofisarios no deben asociar clínica relacionada a enfermedad hipofisaria.

• Estudios de autopsias reportan una mayor frecuencia de microincidentalomas, sugi riendo un curso benigno.

• Los pacientes con macroincidentalomas deben evaluarse por hipopituitarismo y otros efectos de masa.

• Un porcentaje importante de pacientes se presenta como macroincidentalomas, siendo los defectos del campo visual e hi popituitarismo frecuentes al diagnóstico.

• Existe correlación positiva entre edad y tamaño tumoral.

• Si bien el crecimiento es inusual para la mayoría de los incidentalomas hipofisarios no operados, existe una alta frecuencia de lesiones clínicamente significativas.

Los incidentalomas hipofisarios (IH) se des criben generalmente como lesiones halladas de forma casual en la hipófisis al practicar una exploración neuro radiológica (tomografía computarizada [TC] o resonancia magnética nuclear [RMN]) por motivos no relacionados con enfer medad hipofisaria1.

Los incidentalomas de varias glándulas endo crinas son un problema de salud relativamen te reciente y el aumento de su prevalencia en la práctica clínica está asociado con el amplio desarrollo de técnicas de imagen2.

Desde una perspectiva histórica, los IH fueron descritos por primera vez en el año 1936 por Cos tello R, quien a partir del estudio histopatológico sistemático descubrió 225 lesiones hipofisarias en una amplia serie de 1000 autopsias sin ante cedentes ni signos de enfermedad hipofisaria a las que remitió como “adenomas subclínicos”3. Numerosos estudios posteriores reportaron una frecuencia variable, siendo la prevalencia esti mada en autopsias del 4.8 al 27%2,4,5, en tanto, las tasas de detección descritas en estudios de imágenes varían del 10 al 34% con RMN y del 4 al 20% con TC4-6.

La mayoría de las series de adenomas hipo fisarios descubiertos incidentalmente incluyen pacientes que han sido diagnosticados como re sultado de estudios por imágenes en contexto de cefalea, traumatismo, afección de la columna cervical, vértigo u otros síntomas persistentes mal definidos6.

Estas lesiones descubiertas en forma inciden tal pueden ser sólidas, quísticas, hemorrágicas o mixtas6. Más del 90% de los IH se reportan como adenomas2,4,6,7, estimándose un crecimiento durante el seguimiento en el 10% de los micro adenomas (lesiones menores a 10 mm) y en el 24% de los macroadenomas (lesiones mayores o iguales a 10 mm)2.

Los macroadenomas incidentales son casi siempre asintomáticos, pero pueden presentar manifestaciones inespecíficas, tales como fatiga y disfunción sexual. La evaluación cuidadosa de estos pacientes revelará anomalías endocrinas hipofisarias en aproximadamente el 15% y dis función neurooftalmológica hasta en el 5% de los casos6. El hipopituitarismo está presente en alrededor del 41% de los pacientes2.

Los estudios de inmunohistoquímica (IHQ) realizados en autopsias demostraron que apro ximadamente dos tercios corresponden a ade nomas de células nulas o prolactinomas, repre sentando los adenomas plurihormonales no secretores casi el 40%2,8.

A pesar de que los IH se describieron ini cialmente hace más de ocho décadas y son un hallazgo frecuente en la práctica clínica, aún persisten múltiples interrogantes y no existen pautas claras sobre el manejo a largo plazo6-8. Por esta razón, el objetivo principal de este tra bajo fue describir y analizar las características clínicas y evolutivas de pacientes con diagnós tico de IH atendidos en diferentes instituciones de la ciudad de Córdoba, Argentina.

Materiales y métodos

Se llevó a cabo un estudio multicéntrico observacio nal, retrospectivo, descriptivo y de corte transversal, en el período comprendido entre octubre 2019 y agosto 2021. Los datos fueron obtenidos de las historias clínicas de pacientes (n = 67) de ambos sexos con diagnóstico de IH que presentaban al menos una valoración clínica y bio química y una RMN selar. Fueron excluidos aquellos que presentaron imágenes compatibles con silla turca vacía, anormalidades en imágenes no definidas o no confirma das en estudios posteriores, quienes fueron estudiados por sintomatología compatible con enfermedad hipofisa ria y todos aquellos que tuvieron cefaleas intensas, súbi tas y de frecuencia creciente.

De cada paciente que cumplía con los criterios de in clusión se obtuvieron datos clínicos, epidemiológicos y de seguimiento para su posterior análisis y evaluación:

• Parámetros clínicos: edad al diagnóstico, sexo, sínto mas y signos clínicos que motivaron el estudio.

• Métodos de diagnóstico por imágenes realizados.

• Características radiológicas:

- Tamaño tumoral, naturaleza de la lesión (sólido, quístico, mixto, hemorrágico). Se definió como macro in cidentalomas (macro IH) a las lesiones de diámetro igual o mayor a 10 mm en su eje máximo, siendo los micro in cidentalomas (micro IH) los que tuvieron un tamaño in ferior a 10 mm.

- Grado de invasividad de la lesión: se tuvieron en cuenta las clasificaciones de Hardy (invasión local)9 y Knosp (invasión a seno cavernoso)10.

• Presencia de disfunción endocrina al diagnóstico, ca racterizándose como:

Clínicamente no funcionante o evidencia de hiper función endocrina: prolactinoma, enfermedad de Cus hing, acromegalia, tirotropinoma o gonadotropinoma. El diagnóstico de los diferentes cuadros de hiperfunción endocrina se realizó conforme a los lineamientos de las correspondientes guías clínicas de sociedades nacionales e internacionales. Los adenomas no funcionantes (ANF) se diagnosticaron clínicamente luego de la exclusión de los cuadros de hipersecreción endocrina mencionados previamente. Un valor elevado de prolactina (PRL), pero inadecuado con respecto al tamaño de la lesión, se con sideró como una interferencia en la inhibición normal de la dopamina, que puede resultar del compromiso del tallo hipofisario (hiperprolactinemia por desconexión).

- Hipofunción endocrina: insuficiencia suprarrenal se cundaria, hipotiroidismo, hipogonadismo, déficit de hor mona de crecimiento (GH) o panhipopituitarismo. Se con signó el número de ejes comprometidos. La insuficiencia suprarrenal secundaria se consideró cuando el nivel de cortisol en suero matinal fue < 3 ug/dL, o la respuesta a la estimulacion con 250 mcg de corticotropina (ACTH) fue < 18 ug/dL a los 30 y/o 60 minutos. Un valor de cortisol ma tutino ≥ 18 ug/dL descartó insuficiencia suprarrenal. Defi nimos como hipotiroidismo central la presencia de tiroxi na libre por debajo del valor normal de referencia para el método, con tirotrofina baja o inapropiada. En pacientes con niveles normales de PRL en suero, el hipogonadismo central se diagnosticó a partir de niveles de testosterona por debajo del valor normal de referencia, asociados a go nadotrofinas hipofisarias normales o bajas en el hombre y concentraciones séricas inadecuadamente bajas de las gonadotrofinas en mujeres posmenopáusicas. Una con centración sérica baja de estradiol con hormona luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH) coincidentemente bajas en mujeres premenopáusicas, interpretadas en el contexto de la fase del ciclo menstrual, también orien taron el diagnóstico. Se consideró deficiencia de GH a un nivel bajo de IGF1 (factor de crecimiento similar a insuli na tipo 1) para edad y sexo sumado a la presencia de 3 o más déficits hormonales hipofisarios documentados. No se efectuaron pruebas dinámicas con la finalidad de eva luar la funcionalidad del eje de GH en ningún paciente de la muestra en estudio. El panhipopituitarismo se definió como la completa deficiencia de hormonas hipofisarias11.

- Diabetes insípida: se diagnosticó ante la presencia de un síndrome poliuria-polidipsia asociado a hiperosmola ridad plasmática e hipoosmolaridad urinaria, con densi dad urinaria menor a 1005 g/L y/o hipernatremia11.

• Compromiso neurooftalmológico. El campo visual fue definido como normal o anormal utilizando campo visual computarizado.

• Tratamiento indicado:

- Cirugía: vía, indicación, complicaciones postquirúr gicas, y/o

- Médico y/o5

- Radioterapia

- Conducta expectante

• Estudio histopatológico e IHQ

• Datos de seguimiento:

- Tiempo total de seguimiento (estimado en meses)

- Imágenes: remanentes, cambios en tamaño tumoral (considerando variación una reducción o aumento de 2 mm en cualquiera de los diámetros)

- Otros tratamientos

Análisis estadístico

Para determinar la normalidad o no de la distribución de variables se utilizó el test de Shapiro Wilks. Las varia bles cualitativas se expresaron según frecuencias absolu tas o relativas (número y porcentaje [%]), las cuantitativas continuas con distribución normal, se expresaron como media (ẋ) ± desvío standard (DS), mientras que aquellas que no presentaron normalidad se expresaron por la me diana y rango. Para la evaluación de homocedasticidad se realizó el test de Levene. El análisis de asociación entre va riables se realizó mediante el test de independencia Chi cuadrado y el test exacto de Fisher. Asimismo, se analizó la interdependencia entre variables mediante un análisis de correlación de Spearman. Se consideraron estadística mente significativos valores de p < 0.05. Para el procesa miento de datos se empleó el software estadístico R (R Core Team 2020) y la interfaz Rstudio (RStudio Team 2020).

El presente estudio, fue diseñado respetando las nor mas éticas internacionales (Declaración de Helsinki y sus modificaciones, guías CIOMS). Corresponde a la categoría de investigación sin riesgo de la OMS y se llevó a cabo bajo condiciones que aseguraron la confidencialidad de la información recabada y la preservación del anonimato de los pacientes (Ley 25.326). Finalmente cumple con la Ley 2624 de la Provincia de Córdoba y la disposición 40 del COEIS. Fue aprobado por el Comité Institucional de Ética en Investigaciones en Salud del Sanatorio Allende de Córdoba.

Resultados

Se incluyeron 67 pacientes con diagnóstico de IH, de los cuales 45 (67%) fueron de sexo femeni no y 22 (33%) masculino. La mediana de edad al momento del diagnóstico fue de 44 años (rango 14-85 años), observándose una mayor frecuen cia a los 44 años para el sexo femenino (ẋ 44.9 años ± DS 18.86), y a los 61 años para el sexo masculino (ẋ 54.5 años ± DS 16.63).

El método de diagnóstico empleado con ma yor frecuencia fue la RMN (n = 62, 93%), siendo la cefalea el motivo que condujo a la solicitud del estudio de imagen en el 34% de los casos (Tabla 1).

Tabla 1 Motivos de consulta que condujeron al diagnóstico de incidentalomas hipofisarios (IH) 

La mediana del tamaño tumoral de la tota lidad de los IH incluidos fue de 12 mm (rango 3-80 mm), representando los macro IH el 58%. Tanto macro IH como micro IH fueron más pre valentes en el sexo femenino, siendo este predo minio más marcado para las lesiones < 10 mm (32% vs. 9%) (p = 0.05). Al analizar el tamaño tumoral según el diámetro máximo, los hom bres tuvieron lesiones significativamente más grandes que las mujeres (17.6±12 mm vs. 12.8 ± 12.2 mm; p = 0.04) (Fig. 1).

Figura 1 Diámetro máximo al diagnóstico de acuerdo con el sexo. *p = 0.0426 

En relación al aspecto imagenológico, las lesiones fueron predominantemente sólidas (n = 46, 69%), seguidas por las quísticas (n = 11, 16%), hemorrágicas (n = 5, 5.4%) y mixtas (n = 5, 5.4%). Con relación a la invasión extraselar, un 30% fueron Grados 3 y 4 de Hardy y un 45% mos traron extensión a senos cavernosos (Grados 1 a 4 de Knosp). Dentro de este último grupo, 7 (23.3%) casos se clasificaron como Grado 3, y 3 (10%) como Grado 4 de Knosp. En 61 (91%) pa cientes se obtuvo el dato del registro del campo visual computarizado detectándose compromi so neurooftalmólogico en el 21% de los casos. El análisis de correlación demostró una asociación positiva y estadísticamente significativa entre el tamaño tumoral y la edad (r= +0.31, p = 0.001) (Fig. 2).

Figura 2 Correlación entre el tamaño de incidentalomas hipofisarios y la edad al diagnóstico 

De los 67 IH estudiados, 61 (91%) fueron clíni camente no funcionantes, siendo los restantes (n = 6; 9%) prolactinomas. En la Tabla 2 se de tallan las disfunciones hormonales hipofisarias que fueron descritas en la evaluación inicial de 66 pacientes de la serie. Se encontraron deficien cias en una o más hormonas hipofisarias en 13 (19.7%) casos, siendo el hipogonadismo hipo gonadotrófico la disfunción endocrina más fre cuente (12%), en tanto que en 3 (4.5%) pacientes se evidenció panhipopituitarismo. Se demostró hiperprolactinemia por desconexión en 4 (6%) de los pacientes con IH.

Tabla 2 Frecuencia de disfunción endocrina 

Del total de tumores se dispuso del segui miento de 63 de ellos, de los cuales 16 (26%) fue ron operados, siendo el procedimiento realizado con mayor frecuencia la cirugía vía transesfe noidal endoscópica (n = 14, 87.5%). El tratamien to médico fue de primera elección en 14 (22%) pacientes; el fármaco utilizado fue cabergolina en todos los casos, y la dosis media empleada de 2 mg semanales (DS 0.76 mg). Se optó por conducta expectante en el resto de los pacientes (n = 33, 52%).

Las complicaciones postquirúrgicas se pre sentaron en el 25% de los casos, con diabetes insípida permanente en 2 pacientes, secreción inadecuada de hormona antidiurética en uno y nuevos déficits hormonales hipofisarios en 2, uno de los cuales evolucionó con panhipopi tuitarismo residual. De los pacientes operados 6 (38%) tenían compromiso del campo visual, 13 (81%) eran macroadenomas, de los cuales 9 (75%) tenían extensión supraselar (Grados 3 y 4 de Hardy) y 11 (91%) tenían algún grado de inva sión a senos cavernosos. El estudio de IHQ de las muestras tumorales de 10 pacientes reveló que 5 de éstas (50%) no expresaron inmunomarcación, 3 (30%) fueron adenomas plurihormonales, uno (10%) tuvo inmunomarcación focal para FSH y LH y uno (10%) fue hiperplasia focal.

De aquellos sometidos a cirugía, 8 (50%) evi denciaron remanente tumoral en el seguimiento postquirúrgico. De éstos, 4 (50%) recibieron in tervención terapéutica adicional: tratamiento médico en 2 casos (25%), radioterapia en uno (12%) y tratamiento médico más radioterapia posterior en el cuarto (12%). Dos pacientes de bieron ser reintervenidos quirúrgicamente en el seguimiento.

Entre los 37 (55%) pacientes sin tratamiento, 27 (73%) pudieron ser evaluados después de una mediana de seguimiento de 42 meses (rango 6-264 meses). La mayoría de los IH no eviden ciaron cambios en el tamaño tumoral al final del seguimiento (n=19; 70%). En 3 (11%) pacien tes hubo reducción, en tanto que los restantes 5 (19%) mostraron aumento del tamaño tumoral, siendo 3 (11%) macro IH y 2 (8%) micro IH.

Discusión

En nuestra muestra de pacientes fue evidente una mayor frecuencia de macroincidentalomas en la presentación. La prevalencia observada, si bien coincide con lo informado en series ra diológicas5,7,8,12, difiere sustancialmente de lo reportado en series de autopsias5,8,12-14. Esto po dría explicarse ya que las exploraciones tanto de RMN como de TC no fueron focalizadas en la región selar, lo que pudo ocasionar la omisión de microlesiones5.

Encontramos una elevada proporción de ma cro IH en el sexo masculino, presentando los hombres lesiones significativamente más gran des que las mujeres. Asimismo, se demostró una relación positiva, aunque débil, entre el tamaño tumoral y la edad al diagnóstico. Las diferencias de sexo en cuanto al tamaño del incidentaloma han sido descritas en estudios recientes5,8,12,13. Fainstein Day y col. demostraron macroadeno mas en el 63% de los 46 IH estudiados, con ma yor prevalencia en el sexo masculino5, en tanto que Esteves y col. en su serie de 71 IH concluye ron que los hombres tenían más probabilidad de ser operados, en relación con una mayor preva lencia de macroadenomas no funcionantes2.

En nuestro estudio encontramos invasión extraselar en cerca de un tercio de los casos, y casi la mitad de los pacientes evidenció exten sión a senos cavernosos. El compromiso visual fue evidente en el diagnóstico en el 21% de los IH. En la serie de Iglesias y col., de 57 ANF inci dentales, cerca de la mitad demostró extensión supraselar y el 28.1% presentó invasión a senos cavernosos. En cuanto a los defectos visuales, el 33% presentaba compresión quiasmática en la misma cohorte8. Otros reportes como el de Losa y col. y Fainstein Day y col. informaron una dis tribución similar a la nuestra en relación con la extensión extraselar y compromiso visual5,15.

Respecto a la evaluación endocrina, el hipopi tuitarismo estuvo presente en alrededor del 20% en el momento del diagnóstico. Esta prevalen cia fue elevada, aunque menor a lo informado en otras series (36 al 41%)5,7, sugiriendo que en muchos casos los síntomas asociados al mismo pasan desapercibidos o no son referidos por el paciente. Iglesias y col. reportaron a la deficien cia de GH y el hipogonadismo central como los ejes más comúnmente afectados, siendo la hiperprolactinemia por desconexión un hallazgo común8. Por el contrario, nuestros datos mues tran que la disfunción endocrina más frecuente fue el hipogonadismo seguido de insuficiencia suprarrenal secundaria, en tanto se detectó hiperprolactinemia por desconexión en el 9% de los casos.

Las indicaciones más comunes para los estu dios de imágenes iniciales en nuestra serie fue ron las cefaleas, siguiendo en frecuencia dolor cervical o facial, deterioro de memoria, vértigo y síncope. La mayoría de los estudios describieron a la cefalea como el motivo más frecuente de so licitud de imágenes cerebrales2,5,8,12,15,16.

La asociación de las cefaleas con los IH conti núa siendo un tema controvertido. Podría haber una relación causal con este síntoma, como su giere una alta prevalencia de la resolución del dolor de cabeza en algunos pacientes luego de la cirugía y la mayor proporción de macroade nomas en series clínicas con relación a series de autopsias17. El mecanismo por el cual las le siones hipofisarias se relacionarían con la cefa lea no necesariamente se asocia con aspectos mecánicos, sino también con la hipersecreción hormonal e inflamación local18. Si existiera una clara asociación causal entre cefalea e IH, sería válido cuestionarse si es correcto definir estas lesiones como “incidentales”.

La frecuencia descrita de ANF oscila entre el 77 al 81% en las diferentes series2,5,7,19. En nuestra cohorte, el ANF fue la lesión más común, mientras que el prolactinoma representó la hiperfun ción endocrina más frecuente encontrada en el resto de los casos. Fainstein Day y col. reporta ron hallazgos similares, siendo la mayoría de los casos macro IH clínicamente no funcionantes y que fueron posteriormente clasificados como gonadotropinomas o adenomas plurihormona les silentes en el análisis inmunohistoquímico5. Nuestros resultados de IHQ coinciden con los de estos autores.

En términos de tratamiento, casi la mitad de nuestros pacientes requirió intervención quirúr gica o tratamiento médico, similar a lo encontra do por Fainstein Day5, aunque la frecuencia de pacientes operados fue inferior a lo reportado en las demás series2,5,8.

El 81% de los pacientes intervenidos quirúr gicamente en nuestra cohorte fueron macro IH y la mayoría presentó extensión supra o para selar al momento del diagnóstico. En la mitad de los casos, se evidenció remanente tumoral en el seguimiento postquirúrgico. Messerer y col. mostraron que los macro IH que eran asintomá ticos tenían significativamente mejores tasas de resección completa y una función visual y en docrina postoperatoria preservada. Llegaron a la conclusión que los IH debieran beneficiarse de la cirugía antes de volverse sintomáticos12.

Tras una mediana de seguimiento de 42 me ses, la mayoría de nuestros IH que siguieron una conducta expectante no evidenciaron cambios en el tamaño tumoral, y de los que crecieron, la frecuencia de macro IH fue menor a lo reporta do en la literatura. Huang y col. en una revisión de 14 series, sobre 648 pacientes, describieron agrandamiento tumoral en el 18.4%, no presen tando cambios significativos en el tamaño del tumor el 71.1% durante varios años de observa ción20. En relación con la dimensión inicial, se ha observado que el 10% de los 229 pacientes con microadenomas y el 23% de los 419 pacientes con macroadenomas, experimentó agranda miento durante un período de observación de 1-8 años7,8,20.

En conclusión, los incidentalomas hipofisa rios se observan con frecuencia en la práctica clínica. Los avances recientes en la tecnología de imágenes han dado como resultado un aumento en la detección de estas lesiones. Sin embargo, la denominación “incidentaloma” ya fue cuestionada por Costello, quien introdujo el término “adenomas hipofisarios subclínicos”3. En línea con lo anterior, y como hallazgos so bresalientes de nuestro estudio, destacamos que un porcentaje importante de pacientes se presentan como macroadenomas, surgiendo de la evaluación diagnóstica defectos del cam po visual e hipopituitarismo que previamente fueran inadvertidos. Asimismo, predominaron el hipogonadismo e hipocortisolismo centrales dentro de los cuadros de disfunción endocri na al diagnóstico. Al hallar correlación entre la edad y el tamaño tumoral los síntomas podrían haber resultado enmascarados con aquellos derivados del envejecimiento fisiológico y ser subdiagnosticados. Además, una proporción no despreciable de los incidentalomas estudia dos finalmente se sometió a cirugía. Si bien la mayoría de los tumores no operados permane cieron estables a través del tiempo, y el creci miento representó un evento inusual, existió una alta frecuencia de lesiones clínicamente significativas.

En consecuencia, el adecuado control de las lesiones detectadas incidentalmente está cier tamente justificado, cuidando de no subestimar su potencial importancia clínica.

Agradecimientos:

Agradecemos al resto de los integrantes del Departamento de Neuroendocrinología de la Sociedad de Endo crinología y Metabolismo de Córdoba quienes han participado en la recolección de la información y revisión del manuscrito. A los médicos endocrinólogos Gustavo A. Ortiz y Marina T. Bergoglio por aportar con casos clínicos. A la Srta. Yamile Ana por brindar asistencia en el procesamiento de datos y análisis estadístico para la elaboración de este trabajo.

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Recibido: 05 de Diciembre de 2022; Aprobado: 11 de Abril de 2023

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