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Archivos argentinos de pediatría

Print version ISSN 0325-0075On-line version ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. vol.120 no.4 Buenos Aires Aug. 2022

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2022.240 

10.5546/aap.2022.240

Artículo original

Exploración de las percepciones de género en adolescentes

Exploration of gender perceptions among adolescents

Alfredo Eymann

María M. Bellomo

Mariana Krauss

Amanda R. Soto Pérez

Cristina Caisicaris

Valeria Mnlli

 

a.    Sección de Adolescencia, Servicio de Clínica Pediátrica, Departamento de Pediatría.

b.    Departamento de Pediatría. Hospital Italiano de Buenos Aires. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

Correspondencia: Alfredo Eymann: alfredo.eymann@ hospitalitaliano.org.ar

 

Recibido: 11-6-2021

Aceptado: 17-11-2021

RESUMEN

Introducción. La expresión del género y la identidad sexual no siempre coinciden con el sexo asignado al nacer. Nos propusimos como objetivo explorar las percepciones de género en adolescentes que consultaron en un hospital universitario de la comunidad.

Población y métodos. Se diseñó un estudio de corte transversal. Se realizó una encuesta anónima en la sala de espera a los pacientes de 13 a 20 años que se atendieron en los consultorios externos de adolescencia entre abril y diciembre del 2019.

Resultados. Respondieron la encuesta 834 adolescentes y el promedio de edad de los encuestados fue de 16,3 ± 2,3 años. El 3,3 % de los adolescentes (2,9 % mujeres y 4,3 % varones) se percibieron con una identidad de género diferente a su sexo de nacimiento. El 26 % no percibió su orientación sexual en términos heteronormativos, casi el 10 % se sintió discriminado por su orientación sexual, y esto estuvo asociado a la orientación sexual no heteronormativa (p <0,0001). Las adolescentes mujeres besaron en la boca a personas del mismo sexo en mayor medida que los varones, 44,8 % versus 19 % (p <0,0001).

Conclusiones. El 3,3 % de la población adolescente se percibió con una identidad de género diferente al sexo de nacimiento y el 26 % tuvo una orientación sexual no heteronormativa.

Palabras clave: orientación sexual, identidad de género, rol de género, masculinidad, feminidad.

 

INTRODUCCIÓN

 

Durante la adolescencia, se consolidan aspectos relacionados con la identidad y la autonomía, y empiezan a tomar forma los proyectos de vida. En este período, es esperable que aparezcan comportamientos que, tal vez, se aparten de lo normativo para cada sociedad, y que se exploren y transgredan los límites. Estas conductas se observan en todas las culturas y son estructurantes para la formación de la persona adulta.1

La expresión del género y la identidad sexual no están necesariamente asociadas con el sexo asignado al nacer. Es un fenómeno humano común y culturalmente diverso, y sus variaciones no deben ser interpretadas como conductas anormales o patológicas.2 Sin embargo, en ocasiones, manifestaciones de roles de género diferentes al sexo asignado al nacer pueden generar rechazo en la propia familia y en su entorno, provocando estigmatización y aislamiento.3,4

A partir de los cambios transformadores de los movimientos feministas, ha habido importantes contribuciones en su marco teórico para comprender los significados de estos cambios sociales. Algunos aportes que plantea al género como constructo sociocultural dado en el discurso y en los actos performativos son, por ejemplo, los de Simone De Beauvoir, "No se nace mujer: se llega a serlo"; y los de Judith Butler, "Sexo es a naturaleza lo que género es a cultura", o Lagarde, cuando define que la categoría del género resume la síntesis histórica que se da entre lo

biológico, lo económico, lo social, lo jurídico, lo político, lo psicológico y lo cultural.2,3,5

Acompañadas por estos marcos teóricos, e impulsadas fundamentalmente por organizaciones no gubernamentales, se han producido en la Argentina profundas transformaciones culturales en las formas de hablar, vestirse y expresar la sexualidad.6,7 Estos cambios han sido acompañados por otros en los marcos jurídicos a través de leyes como la legalización del aborto, educación sexual integral en las escuelas, identidad de género, violencia de género, matrimonio igualitario, interrupción legal del embarazo y movimientos sociales contra la violencia de género como "Ni una menos".7

Los profesionales de salud deben apoyar y acompañar el proceso de subjetivación de las personas. Se espera que puedan promover y respetar la autonomía en la adolescencia y comprender que existen múltiples e inabarcables maneras de subjetivar el género.4,8,9

La juventud ha sido históricamente clave en los procesos de transformación de las sociedades y es el grupo que asimila e integra los cambios con mayor facilidad.10,11

No hemos encontrado estudios publicados en nuestro medio acerca de cuáles son las percepciones de género entre adolescentes.

El objetivo de este trabajo es explorar las percepciones de género en adolescentes que consultaron en un hospital universitario de la comunidad.

POBLACIÓN Y MÉTODOS

Estudio de corte transversal. La población se conformó con adolescentes de 13 a 20 años que se atendieron en los consultorios externos de adolescencia entre abril y diciembre del 2019. La población que se atiende nuestra institución son adolescentes provenientes de áreas urbanas y todos tienen acceso a un seguro de salud.

Se realizó un muestreo no aleatorizado por conveniencia y se invitó a participar a la población adolescente que asistió a consultas programadas.

Se solicitó un consentimiento oral y se invitó a completar un cuestionario anónimo en forma individual en la sala de espera posterior a la consulta.

Se diseñó un cuestionario y su validez de contenido se realizó a partir de la revisión de bibliografía por un comité de expertos en adolescencia integrado por tres profesionales médicos. Se llevó a cabo una prueba de validez aparente en un grupo de 7 adolescentes y se realizaron ajustes. No se realizaron pruebas de confiabilidad.

El cuestionario evaluó las siguientes variables: edad, sexo de nacimiento (femenino, masculino, intersexo), percepción de género (femenino, masculino, no binario, no sé, otro), dudas en la coincidencia entre sexo de nacimiento y género, orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual, otro, no sé, no interés en el sexo), uso de vestimenta identificado socialmente con el sexo opuesto de nacimiento (no, a veces, sí), uso de lenguaje inclusivo (no, a veces, sí), deseo sexual hacia personas del mismo sexo de nacimiento (no, sí, no tuvo deseo sexual), beso en la boca (no dio besos, personas del mismo sexo de nacimiento, personas con sexo de nacimiento opuesto) y relaciones sexuales (no tuvo relaciones sexuales, personas del mismo sexo de nacimiento, personas con sexo de nacimiento opuesto) (Material suplementario).

Se definió como lenguaje inclusivo a la práctica lingüística que, además de evitar el sexismo, incorpora a lo femenino, lo masculino y otras entidades según lo perciba cada adolescente.

Se definió como vestimenta socialmente identificada a un sexo a lo que perciba cada adolescente según los estereotipos de la moda.

Las variables categóricas se expresaron en valores absolutos y porcentajes y las variables continuas en media y desviación estándar. Se utilizó la prueba de chi al cuadrado para analizar asociaciones y se consideró significativo un valor de p <0,05. Se utilizó para el análisis el programa estadístico Stata 15®.

El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de Investigación de Protocolos de la institución (N° 4089).

 

RESULTADOS

 

Se invitó a participar a 836 adolescentes y sólo 2 participantes se rehusaron completar el cuestionario (tasa de respuesta del 99,7 %). El promedio de edad fue 16,3 ± 2,3 años y el sexo de nacimiento referido fue femenino (578; 69,3 %), masculino (255; 30,6 %) e intersexo (1; 0,1 %).

En la Tabla 1 se observa que el 3,3 % de la población adolescente (2,9 % de mujeres y 4,3 % de varones) se percibió con una identidad de género diferente a su sexo de nacimiento. El 5,3 % (44 / 789), manifestó tener dudas sobre su identidad de género.

En la Tabla 2 se describe que el 26 % (221/834) no percibió su orientación sexual en términos heteronormativo. El 9,9 % (74/749) se sintió discriminado por su orientación sexual y esto estuvo asociado a la orientación sexual no heteronormativa (p <0,0001).

En la Tabla 3 se describen los deseos y comportamientos sexuales de la población adolescente asistida.

Las adolescentes mujeres besaron en la boca a personas del mismo sexo en mayor medida que los varones, 44,8 % versus 19 % (p <0,0001). Las adolescentes mujeres que iniciaron relaciones sexuales tuvieron relaciones sexuales con personas del mismo sexo en similar proporción que los varones, 4,5 % versus 3,1 % (p = 0,6).

En la Tabla 4 se describe que el 44,5 % de la población estudiada usó lenguaje inclusivo y el 35.7    % utilizó vestimenta identificada socialmente con el sexo opuesto. Las adolescentes de sexo nacimiento mujer utilizaron en mayor medida lenguaje inclusivo que los varones, 50,1 % versus 31.8    % (p <0,0001) y también usaron vestimenta identificada socialmente con el sexo opuesto en mayor medida que los varones, 44,6 % versus 17,2 % (p <0,0001).

 

Tabla 1. Sexo al nacer e identidad de género en adolescentes (n = 834)

Femenino

Masculino

No binario

No sé

Otro

Mujer, n (%)

561 (97)

8 (1,4)

4 (0,7)

5 (0,9)

0

Hombre, n (%)

6 (2,4)

244 (95,7)

2 (0,8)

2 (0,8)

1 (0,4)

Intersexual, n (%)

0

1 (100)

0

0

0

Tabla 2. Orientación sexual en adolescentes (n = 834)

Orientación

N (%)

Heterosexual

613 (73,9)

Homosexual

19 (2,3)

Bisexual

131 (15,8)

No sé

44 (5,3)

No tengo interés

17 (2)

Tabla 3. Comportamientos y deseos sexuales en adolescentes (n = 834)

Comportamientos y deseos    N (%)

Deseo sexual hacia persona del mismo sexo de nacimiento

No

552 (66,6)

233 (28,1)

No tuve deseo

44 (5,3)

Beso en boca

Persona del mismo sexo

309 (37,1)

Persona de diferente sexo

721 (86,7)

No di beso

92 (11)

Relaciones sexuales

Persona del mismo sexo

34 (4)

Persona de diferente sexo

353 (42,5)

No tuve relaciones sexuales

465 (56)


Tabla 4. Conductas en la vestimenta y lenguaje en adolescentes (n = 834)

Conducta y lenguaje

N (%)

Utiliza vestimenta identificada socialmente con el sexo de nacimiento opuesto

No

532 (64,3)

A veces

208 (25,1)

87 (10,6)

Habla con lenguaje inclusivo

No

462 (55,5)

A veces

286 (34,4)

84 (10,1)

 

DISCUSIÓN

El estudio mostró que el 3,3 % de la población adolescente que asistió a la consulta se percibió con una identidad de género diferente al sexo de nacimiento y el 26 % tuvo una orientación sexual no heteronormativa.

La población adolescente que participó mostró una relación mujer/varón de 3/1, que es la relación de las consultas adolescentes en nuestra práctica y que no se corresponde a la proporción poblacional.12 Se encontró una proporción similar en adolescentes de 10 a 19 años usuarios del programa Remediar que brinda medicamentos esenciales en centros de salud distribuidos en el país.9

Un estudio reportó que las mujeres utilizaron más los sistemas de salud porque refieren más preocupaciones en relación con los ciclos menstruales, la anticoncepción, el embarazo, los problemas psicológicos y la alimentación13 y sus consultas suelen ocurrir principalmente en los servicios preventivos y en los estratos socioeconómicos altos.14 Por otra parte, un solo paciente fue intersexo, en similares proporciones que la media poblacional que varía entre el 0,05 y el 1,7 %.15

El estudio mostró que varios adolescentes se percibieron con una identidad de género diferente a su sexo de nacimiento. Leiva et al. describieron al género como la concepción de lo social, lo cultural, y el sexo como la división biológica varón-mujer.16 Este planteo defiende una continua interacción entre lo biológico y lo cultural, entre el dimorfismo sexual, varón-mujer y el producto sociocultural de cada uno de ellos: masculinidad-feminidad.17 Tres son las corrientes teóricas que han tratado de explicar el origen del género: la sociobiológica, el constructivismo social y la psicodinámica.16,17 Asimismo, para Butler "el género es una complejidad cuya totalidad se posterga de manera permanente, nunca aparece completa en una determinada coyuntura en el tiempo".3

Recién a partir del año 2011, el DSM-V y la CIE-10 eliminaron la patologización de la transexualidad que figuraba como trastorno de la salud mental.18 Se ha afirmado que la diferenciación macho/hembra, el paradigma cisnormativo, basado a grandes rasgos en el binarismo sexogenérico ha justificado actos de patologización, discriminación y represión a aquella población que no se ajustaba a determinados parámetros considerados normales o deseables.19

La exploración sexual es una conducta esperable en las personas y, especialmente, durante la adolescencia.1 La experiencia sexual en la juventud tiene una connotación vinculada tanto a las transformaciones de orden hormonal que obran sobre el cuerpo, como a los mandatos culturales de género, éticos y religiosos que inciden sobre las expresiones de la sexualidad.20 Las expectativas acordes al género operan de manera profunda en la iniciación sexual de adolescentes.13,21 Junto a los condicionamientos familiares, los comportamientos más frecuentes están influenciados por el contexto espacial, histórico, económico y sociocultural en el que se desenvuelven.10,22

Un 5 % de la población adolescente de nuestro estudio tuvo dudas sobre su identidad de género y un 26 % se definió como no heteronormativo. Diamond realizó un estudio en ingresantes a la universidad y mostró que las personas pueden cambiar su definición sexual a lo largo del tiempo, de este estudio surge el concepto de fluidez sexual con lo que la división entre homosexualidad y heterosexualidad se desdibuja adoptando la forma de un continuo.23,24 Por otra parte, para Duranti, el concepto de fluidez sexual puede ser muy variable en el tiempo: ser muy breve o extendido, como también oscilante en sus preferencias.25 En el caso de adolescentes esta fluidez está particularmente acentuada y a veces es difícil aplicar las denominaciones tradicionales, no se ajustan en las nociones clásicas de gay, lesbiana o bisexual. También es novedosa cierta resistencia a identificarse sexualmente y, cuando lo hacen, estas identificaciones tienen un sesgo muy subjetivo en la mayoría de los casos o un cariz político en otros.25 Lo más importante, es que estas identificaciones, cuando se verbalizan, no necesariamente acompañan las prácticas sexuales y afectivas reales. Hoy no se consideran las prácticas sexuales como definitorias de la identidad, ni puede etiquetarse a una persona a partir de ellas.26 Asimismo, Garofalo et al., encontraron, en 1998, que el 2,5 % de una muestra de 4100 adolescentes de 14 a 17 años se identificaron como gays, lesbianas o bisexuales.27

En relación a los cambios culturales, Brown observó que mientras la cultura se hace más abierta a la aceptación de las minorías sexuales, la juventud comienza a compartir su orientación sexual e identidad de género diversa a edades más tempranas que en otras épocas.28,29 En Estados Unidos, alrededor de 1,3 millones de estudiantes secundarios se identificaron como una minoría sexual y 500 000 refieren haberse sentido inseguros de su identidad sexual.30 En la misma línea, se reportó en un estudio que el 1,8 % de la población de una escuela secundaria se identificaba como transgénero.31

Nuestro estudio mostró que varios adolescentes se sintieron discriminados por su orientación sexual, y esto se asoció con la orientación sexual no heteronormativa. La adolescencia es una construcción social cuyo significado varía a lo largo de la historia y en diferentes contextos culturales. Pierre Bourdieu define el ser adolescente como una forma de estar en el mundo con relación a otros grupos en términos de la disputa por el acceso a los recursos en el campo social, a su distribución, y a la lucha por su control y monopolización; por lo cual, no todos los individuos que tienen la edad para ser adolescentes se encuentran socialmente en la misma situación.32,33 Por otra parte, Ramos afirmó que "la adolescencia no es un todo homogéneo y universal, a diferencia de los postulados de los enfoques tradicionales".34 Otra autora propone utilizar el término "adolescencias" para expresar la multiplicidad y diversidad que encierra el colectivo de adolescentes, en los que, como señalamos, interactúan aspectos sociales de género, edad, clase social, etnia y orientación sexual, entre muchos otros.35 Con base en estos conceptos, se podría considerar que nuestra población sería menos susceptible a padecer discriminación en relación con quienes tienen menos recursos socioeconómicos.

Estudios de las Naciones Unidas mostraron que, en Estados Unidos, el 70 % de jóvenes del colectivo LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transgénero) se sintió discriminado en la escuela mientras que, en Argentina, un 45 % de este colectivo abandonó la escuela por la misma razón.8,35-37

Casi la mitad de la población estudiada utilizó lenguaje inclusivo y un tercio, vestimentas identificadas socialmente con el género opuesto, lo que mostró en qué medida hay jóvenes que adoptan nuevas formas de relacionarse a través del uso de un lenguaje no sexista y maneras diferentes de vestirse. Estas conductas se podrían interpretar como un intento para diferenciarse de los modelos hegemónicos adultos.

Casi un tercio de la población adolescente de nuestro estudio mostró deseos sexuales hacia personas del mismo sexo de nacimiento y muchos se besaron en la boca con personas de su mismo sexo de nacimiento, esto fue más frecuente entre las mujeres que los varones. Thompson y Morgan describieron una nueva categoría de comportamiento sexual en las mujeres adolescentes denominada mujeres mayormente heterosexuales.38 Esta categoría es diferente a las mujeres bisexuales o lesbianas y heterosexuales y podría explicar el incremento de mujeres que se besaron en la boca con mujeres en nuestro estudio. Las autoras describieron como mujeres bicuriosas o heteroflexibles a aquellas que tuvieron prácticas sexuales con mujeres mayormente en su juventud. Estas mujeres no se autoperciben como bisexuales, ya que refieren que no se sienten incluidas en esta categoría.38 Según Diamond, estas prácticas sexuales de mujeres con mujeres podrían corresponder a un pasaje transitorio de las personas ya sea a la heterosexualidad, a la bisexualidad o la homosexualidad. Asimismo, refiere que estaría influenciado por la cultura de moda de hetero-flexibilidad.23

Un estudio realizado en adolescentes y jóvenes varones cis que tuvieron sexo con varones, profundiza sobre las experiencias de discriminación y de un complejo proceso de percepción, reconocimiento y aceptación para sí y frente a los otros de una orientación sexual que responde a un modelo de masculinidad hegemónico vinculado a lo que los mismos entrevistados denominan machismo.39

En la cultura del patriarcado, los varones evaluaron de forma menos negativa a las mujeres lesbianas que a los varones homosexuales; esto se debe a que muchos varones atribuyen un alto valor erótico a la homosexualidad femenina, y en concreto a observar o imaginarse actividades sexuales entre dos mujeres.40

Si observamos los resultados del estudio de la Adaptación de la Escala de Acoso Escolar Homofóbico en adolescentes españoles realizada en 2018, encontramos nuevamente cifras más altas de acoso escolar hacia varones homosexuales que hacia mujeres lesbianas, con lo que se demuestra una vez más que la discriminación es menor hacia la homosexualidad femenina.40

Este estudio tiene varias limitaciones vinculadas a que los datos se obtuvieron a través de una encuesta anónima, en un solo centro asistencial, y a que no contribuye a la comprensión de los significados de sus hallazgos porque se requerirá de estudios con diseños cualitativos. Sin embargo, consideramos que aporta una información valiosa acerca de las transformaciones relacionadas a las percepciones de género en la población adolescente.

CONCLUSIONES

El 3,3 % de la población adolescente se percibió con una identidad de género diferente al sexo de nacimiento y el 26 % tuvo una orientación sexual no heteronormativa.

 

REFERENCIAS

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