El virus sincicial respiratorio (VSR) es el principal agente causal de infección respiratoria aguda baja (IRAB) y muerte asociada en lactantes y niños pequeños a nivel mundial. En los países de climas templados como la Argentina, la actividad de VSR es mayor durante los períodos de humedad moderada y temperatura fría, con brotes estacionales con una duración de 4 a 5 meses que se presentan durante el otoño e invierno.
Globalmente, se estima que el VSR es responsable de 30 millones de episodios de IRAB y más de 50 000 muertes anuales en niños menores de 5 años. En un estudio multicéntrico, realizado en países de distintas regiones, sobre mortalidad por VSR, se estimó que este virus es responsable de un tercio de las muertes en el primer año de vida.1
La vacuna ideal contra el VSR proporcionaría protección contra bronquiolitis en los primeros seis meses de vida cuando los bebés son más vulnerables, ofrecería una inmunidad sostenida, y debería ser asequible y aceptable para ser administrada a lactantes.
El conocimiento de la estructura y conformación de la proteína F en su estado prefusión, que es la forma en que se encuentra antes de que el virus infecte la célula, y el desarrollo de antígenos estables basados en ella ha sido un avance crítico reciente que permitió progresar en el desarrollo de vacunas candidatas. Los mejores epítopes inmunizantes se encuentran en la proteína F prefusión, pero esta forma es altamente inestable y rápidamente cambia su conformación a la forma F posfusión y este cambio de conformación acarrea una pérdida de los mejores epítopes inmunizantes. Solo los anticuerpos frente a la proteína F prefusión, pero no los anticuerpos frente a la forma posfusión, tienen capacidad neutralizante frente al virus y protegen frente a la infección y su gravedad.
En la actualidad existen más de 30 ensayos clínicos de vacunas contra VSR, en diferentes fases de desarrollo y con distintas plataformas.2
Actualmente son tres las principales estrategias que se plantean para lograr la protección de este grupo vulnerable: inmunización pasiva a través de anticuerpos monoclonales directamente a lactantes, vacunación materna durante el embarazo y vacunación directa de lactantes.
Recientemente, se han presentado dos importantes logros que constituyen un progreso significativo en la prevención de infecciones por el VSR:
La primera es el anuncio de la empresa Pfizer, el pasado 1 de noviembre, en el que comunica los resultados del estudio de fase 3, denominado estudio MATISSE, de su vacuna frente al VSR en la mujer embarazada.3 Este es un estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo diseñado para evaluar la eficacia, la seguridad y la inmunogenicidad de la vacuna RSVpreF que contiene la subunidad F en su estado prefusión de los tipos A y B del VSR. Se reclutaron 7400 mujeres sanas embarazadas < 49 años de edad, que fueron aleatorizadas en una proporción de 1:1 para recibir una dosis única de 120 pg de la vacuna o un placebo durante el segundo o tercer trimestre de su embarazo. En un análisis preliminar, se ha demostrado que la vacuna cumple el primer criterio principal de evaluación siendo la eficacia observada frente a la enfermedad grave de las vías respiratorias inferiores del 81,8 % (IC95%: 40,6 a 96,3 %) en lactantes durante los primeros 90 días de vida y del 69,4 % (IC95%: 44,3 a 84,1 %) durante el periodo de seguimiento de 6 meses. Aunque no se cumplió con el objetivo esperado, la vacuna también presentó una eficacia aceptable en la prevención de la enfermedad de las vías respiratorias inferiores con necesidad de asistencia médica en lactantes, siendo del 57,1-% (IC95%: 14,7 a 79,8 %) durante los primeros 90 días de vida y 51,3-% (IC95%: 29,4 a 66,8 %) durante el período de seguimiento de 6 meses.
En relación a la seguridad, los efectos secundarios fueron consistentes con los resultados de los estudios clínicos previos de fase 1-2, siendo en su mayoría de leve a moderada. Sin embargo, se registró una señal debido a un desbalance -aunque no fue estadísticamente significativo- en el número de nacimientos prematuros, con mayor incidencia en el grupo vacunado (5,6 %) que en el grupo control (4,7 %). Esta situación amerita una vigilancia epidemiológica estrecha y ha llevado a los expertos a pedir una evaluación adicional de este potencial efecto adverso.
La segunda es el anuncio de la Comisión Europea, el 4 de noviembre de 2022, informando de la autorización de nirsevimab, un anticuerpo monoclonal para la prevención de la infección del tracto respiratorio inferior causada por el VSR en recién nacidos y lactantes.4 Nirsevimab es un anticuerpo monoclonal dirigido contra el epítopo 0 de la configuración prefusión de la proteína F, que es 50 veces más potente que el palivizumab y que con una sola inyección mantiene niveles protectores, al menos, durante 150 días, es decir que, aplicado oportunamente, brindaría protección durante toda la temporada del VSR.5
El próximo desafío será definir las estrategias para que el uso de estas nuevas formas de prevención tenga el mayor impacto en la salud de los lactantes, priorizando la asequibilidad y el momento de administración según la estacionalidad de las epidemias por VSR.6