SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.27 issue1Mujeres intelectuales en América Latina¿Quiénes construyeron el Río de la Plata? Exploradores y conquistadores europeos en el lugar donde se acababa el mundo author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Prismas

On-line version ISSN 1852-0499

Prismas vol.27 no.1 Bernal  2023  Epub Dec 06, 2023

 

Reseña

Il corpo del Caribe. Le politiche sulla riproduzione tra Puerto Rico e Stati Uniti (1898-1993)

Frédérique Langue* 

* CNRS - Institut d’Histoire du Temps Présent

Calandra, Benedetta. Verona: Ombre Corte, 2020. 286p.

Especialista de historia contemporánea de América Latina, y de un tiempo presente enfocado desde la Guerra Fría especialmente en su vertiente cultural, Benedetta Calandra aborda en este libro un capítulo poco explorado de las relaciones interamericanas: el tema del control de la población en Puerto Rico desde el año de 1898, cuando la isla quedó bajo soberanía estadounidense. En el largo lapso que transcurre desde esa fecha se va conformando en efecto un “microcosmos políticamente ambiguo”. Puerto Rico se convertiría en un observatorio social privilegiado de las relaciones entre América Latina y los Estados Unidos, habida cuenta del estatuto semicolonial de un territorio en adelante sometido a los propósitos “modernizadores” de ese país, y a los imperativos de seguridad nacional, en particular durante la Guerra Fría. En semejante contexto destaca la lucha contra el comunismo, pero también contra la pobreza en un territorio de oscilante identidad, entre latina y wasp. También habría que mencionar la presencia en los mismos Estados Unidos, como fue el caso en la región de Nueva York. En ese aspecto, Calandra recuerda que este estudio se originó precisamente en un seminario que versaba sobre la Guerra Fría cultural entre “ambas Américas”, y que a partir de allí le interesó estudiar el papel de las mujeres ante la difusión e imposición de prácticas anticonceptivas provenientes de los Estados Unidos.

Partiendo de un conocimiento exhaustivo sobre el período, tanto en los Estados Unidos como en la isla, y centrándose en determinadas etapas de esta política más que voluntarista, el libro analiza la naturaleza de los actores inmersos en un intenso debate que sobrepasa la esfera de lo público y de lo privado. Lo que está en tela de juicio es la esterilización de las puertorriqueñas emigradas, mayormente residentes en la periferia de Nueva York, y los experimentos sobre la píldora anticonceptiva en los años cincuenta antes de que se comercializara en 1960. En el primer caso, además, la práctica se difundió también en los demás países latinoamericanos gracias a la colaboración de agencias estadounidenses, incluso desde el año 1937. En el segundo, los experimentos estaban relacionados con una incipiente planificación familiar, y encontraron en Puerto Rico un verdadero terreno de experimentaciones, que no dejaron de encender el debate público sobre este capítulo de las relaciones entre la isla, en cuanto laboratorio de prácticas impuestas desde arriba (en un territorio caracterizado por su fuerte dinámica demográfica, y con una débil frontera entre agency y constraint), y los Estados Unidos. Fue entonces cuando varias activistas, incluso estadounidenses, se abocaron a defender los derechos a la salud reproductiva de las mujeres, en particular de las puertorriqueñas.

Desde este punto de vista, las fuentes manejadas desempeñan un papel clave, al tratarse, como señala ya el primer capítulo y de forma más detallada al final del libro, tanto de archivos de instituciones públicas de Puerto Rico y Nueva York y/o correspondencias privadas y testimonios, como de documentos de diversa índole (fundamentalmente jurídica o hemerográfica/audiovisual). Este primer capítulo insiste en la complejidad del caso y en la relevancia de un tema político por esencia, ubicándose en una perspectiva cronológica que busca subrayar la muy activa presencia estadounidense en toda América Latina a raíz de la Guerra Fría. También explica la elección de Puerto Rico como espacio de indagación, un lugar privilegiado tanto en lo que a relaciones interamericanas se refiere como así también respecto del “sentimiento anti-yankee” que se venía difundiendo en esas décadas, en la isla y en la comunidad puertorriqueña asentada en los Estados Unidos. Este capítulo constituye asimismo un imprescindible balance historiográfico sobre planificación familiar en América Latina, sus actores -actores subalternos incluidos- y los derechos individuales al respecto. Se privilegia una perspectiva plural de las ciencias sociales, y abre el debate acerca del eugenismo subyacente en ciertas disposiciones y propuestas drásticas inspiradas del containment prevaleciente en un mundo bipolar.

En los tres capítulos siguientes, la autora se adentra en el recorrido biográfico de tres mujeres involucradas en la planificación familiar en la isla: dos activistas estadounidenses, Margaret Sanger y Katharine Dexter McCormick, y la médica puertorriqueña Helen Rodríguez Trías. Sanger fue pionera de la planificación familiar y del control de la natalidad entre los años veinte y sesenta, apoyada por la Asociación por el Bienestar de la Familia, beneficiada con fondos privados desde los Estados Unidos. Por su parte, Dexter McCormick fue una millonaria filantrópica y activista feminista. En los años cincuenta apoyó los experimentos del Dr. Pincus, al financiar investigaciones médicas en la isla.

El último capítulo, redactado sobre la base del archivo de la médica militante puertorriqueña Rodríguez Trías, retoma y sintetiza a la vez la problemática fundamental que recorre el conjunto del libro: la esterilización (forzada) de las mujeres puertorriqueñas en regiones de mayor emigración como Nueva York. En contacto con la comunidad neorican de Brooklyn y del Bronx, esta pediatra y activista se dedicó a defender el derecho a la salud reproductiva. Hay que recordar que el Committee to End Sterilization Abuses (cesa) se crea en 1974, en un momento en que culmina entonces una intensa reflexión acerca del cuerpo de la mujer, la sexualidad y la reproducción. En 1993 llegó sin embargo el reconocimiento, en la medida en que Helen Rodríguez Trías fue nombrada presidenta de la American Public Health Association, siendo la primera mujer de origen hispano en desempeñar ese cargo.

El libro muestra cómo el espacio en el que se desempeña Rodríguez Trías, desde la mitad de los años sesenta hasta el final de los ochenta, fue producto de una efervescencia político-cultural en la que se involucraron varios grupos feministas estadounidenses, especialmente desde la ciudad de Nueva York. Se trató de una época de denuncias con respecto a las “esterilizaciones raciales” impuestas por ese “paternalismo benévolo”, de tal forma que la libertad reproductiva se convirtió en un campo de batalla. El archivo de esta médica puertorriqueña también trae a colación la controvertida cuestión del libre consentimiento y de la coerción a la hora de imponer prácticas anticonceptivas (public policy), al ser la “operación” -tal como era conocido el procedimiento- un abuso derivado de una relación asimétrica de poder, en una suerte de extensión de abusos coloniales reiteradamente denunciados, ajena a cualquier proceso de negociación y por lo tanto a la voluntad de las interesadas. Para 1976, se considera que más de ocho millones de personas habían sido esterilizadas.

Este libro no es por lo tanto un recuento de un proceso controvertido; es por el contrario un acercamiento matizado y argumentado a la vez de la condición social de la mujer en un contexto semicolonial, y de las denuncias de las activistas sobre el particular. Se inserta en una historia social y cultural, dialogando asimismo con la historia de la ciencia, o la historia del género. Por ello, no cabe la menor duda de que abre no pocos interrogantes, y más cuando se ha ido configurando, tal como la autora señala, una nueva frontera historiográfica sobre el tema, alrededor del caso particular que constituyó precisamente Puerto Rico. Además, el debate que se desató en los medios de comunicación y las formas de resistencia que asomaron ante la misión civilizadora y modernizadora impulsada desde los Estados Unidos no se pueden enfocar haciendo caso omiso del “Sur global”, y más cuando se trata de definición “intercultural” (cross-cultural) de los derechos reproductivos en una perspectiva “racializada”. Sobre esta cuestión, necesariamente inconclusa, atestigua la exhaustiva bibliografía manejada a lo largo de este libro de interés para la historia cultural y social de las Américas, no solo para el período estudiado sino hasta nuestros días.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons