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SaberEs

Print version ISSN 1852-4418On-line version ISSN 1852-4222

SaberEs vol.15 no.2 Rosario  2023

 

ARTÍCULOS

Pobreza de tiempo en el sistema científico y tecnológico de la provincia de Santa Fe, Argentina1

Time poverty in the scientific and technological system of Santa Fe, Argentina

Barman, Agustina* 

* Universidad Nacional de Rosario (UNR), Argentina.

RESUMEN

Resumen. En este trabajo se calcula la pobreza de tiempo de los/as investigadores/as pertenecientes al sistema científico y tecnológico de la Provincia de Santa Fe a través de la metodología LIMTIP, la cual mide los déficits y superávits de tiempo, estableciendo un umbral mínimo de tiempo de trabajo no remunerado y de cuidado personal. Como base de datos se utiliza la Encuesta de Usos del Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe del 2019. También se analizan las brechas de género existentes en dicho sistema en el uso del tiempo incluyendo en el análisis variables determinantes como el género y el tipo de hogar al que pertenecen las personas encuestadas. Dentro de los resultados obtenidos se encontró que las mujeres tienen participación en el trabajo no remunerado del 59,6% mientras que para los varones es del 45,9%. Mediante el cálculo de pobreza de tiempo se observó que un 20,8% de los/as investigadores/as son pobres de tiempo. Del total de mujeres, un 21,8% es pobre de tiempo; mientras que ese porcentaje es del 19,6% para los varones. También se observó que 37,9% de las personas pertenecientes a un hogar monoparental son pobres de tiempo, de las cuales el 54,2% son mujeres.

Palabras Clave: Brechas de género; Usos del tiempo; Trabajo no remunerado

ABSTRACT

Abstract. In the present paper, time poverty of researchers belonging to the scientific and technological system of the Province of Santa Fe is calculated through the LIMTIP methodology, which measures deficits and surpluses of time, establishing a minimum threshold for unpaid work time and personal care. The Survey of Uses of Time and Gender Gaps in the Scientific and Technological System of Santa Fe of 2019 is used as a database. Also, the gender gaps in the use of time are analyzed, including key variables such as the gender and type of household to which the researchers belong. Among the results obtained, it was found that women's participation in unpaid work is 59.6%, while for men it is 45.9%. By calculating time poverty, it was observed that 20.8% of the researchers are time poor. Of the total of women, 21.8% are time poor; while that percentage is 19.6% for men. It was also observed that 37.9% of people belonging to a single-parent household are time poor, of which 54.2% are women.

Keywords: Gender gaps; Uses of time; Unpaid work

1. Introducción

Uno de los métodos más utilizados para medir la pobreza es la línea de pobreza monetaria, la cual establece el umbral de ingresos necesarios para acceder a la compra de determinados bienes y servicios representativos de los patrones de consumo de la población. Entonces, serán pobres de ingreso aquellas personas que no cuenten con los recursos monetarios para adquirir dicha canasta y serán no pobres aquellas personas que sí cuenten con dichos recursos.

Esta metodología contempla únicamente la cantidad de dinero necesario para la compra de esta canasta, dejando por fuera el tiempo de trabajo necesario para que estos bienes puedan ser consumidos; por lo que se asume que se posee con el tiempo requerido para la compra de los ingredientes, la preparación de los mismos y su posterior limpieza (Andreozzi, Peinado, Giustiniani, Geli y Ganem, 2021).

Investigadores del Levy Economics Institute of Bard College propusieron una metodología bidimensional de medición de la pobreza a través del cálculo de déficits de tiempo, la cual establece un umbral mínimo de tiempo de trabajo no remunerado y de cuidado personal (Zacharias, Antonopoulos y Masterson, 2012). Entonces, aquella persona que no cuente con ese tiempo, será pobre de tiempo y aquella que sí, no lo será.

El presente artículo es la continuación de una línea de investigación llevada a cabo por el Grupo de Estudios de Economía y Género de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que tiene como objeto estudiar las desigualdades de género dentro del Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe. En el año 2010, se realizó la primera Encuesta de Usos del Tiempo en la ciudad de Rosario, la cual permitió estudiar los usos del tiempo (Ganem, Giustiniani y Peinado, 2014) y luego estimar la pobreza de tiempo de la población rosarina (Andreozzi, Ganem, Geli, Giustiniani, Peinado, 201a). En el año 2019, a partir la publicación del libro “Deconstrucción del tiempo” (Andreozzi, Ganem, Geli, Giustiniani, Peinado, 2019a), donde se analiza la pobreza de tiempo por nivel educativo, se observó que la probabilidad de ser pobre de tiempo para las mujeres con nivel universitario completo y más era un 72% más alta que los varones con el mismo nivel educativo. Esto constituyo un disparador para realizar la Encuesta de Usos del Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, financiada por el entonces Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia de Santa Fe, con el objetivo de estudiar estas desigualdades en una población con un alto nivel educativo. En base a dicha encuesta se pudo analizar la brecha salarial por género, el acceso de las mujeres a puestos jerárquicos y el uso del tiempo de investigadores/as según el género y el tipo de hogar (Andreozzi, Ganem, Geli, Giustiniani, Peinado, 2019b; Andreozzi, Geli, Giustiniani y Peinado, 2020; Márquez, De Stefano Parma, Barman, Andreozzi y Peinado, 2021).

Por lo expuesto anteriormente, se propuso como objetivo de este trabajo aplicar la metodología LIMTIP (del inglés: Medida de la Pobreza de Tiempo e Ingreso) del Instituto Levy, para estimar la pobreza de tiempo de los/as investigadores/as, incluyendo en el análisis variables determinantes como el género y el tipo de hogar al que pertenecen las personas encuestadas. El eje de análisis del trabajo es estudiar la presencia de patrones diferenciales en cuanto al género en los déficits o superávits de tiempo de varones y mujeres pertenecientes al Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, con el objeto de cuantificar y poner luz a una situación invisibilizada por las mediciones oficiales.

A continuación, el trabajo se estructura de la siguiente manera: en el segundo apartado, se aborda el marco teórico, donde se desarrollan los conceptos clave para la temática; en la tercera sección se presentan los antecedentes académicos en relación a las brechas de género dentro y fuera del ámbito científico; en la cuarta sección se expone la metodología y la fuente de datos utilizada; en el quinto apartado se presentan los resultados obtenidos y finalmente, en la sexta sección, se desarrollan las conclusiones.

2. Marco teórico

Dentro de esta sección se exponen los conceptos centrales del trabajo. El primero de ellos es el de género, que refiere a una

construcción histórica y social que asocia un conjunto de roles y valores con uno y otro sexo, implicando cierta jerarquía entre ellos, determinando lo que la sociedad considera `femenino´ y `masculino´, y ubicando a lo femenino de manera subordinada a lo masculino (Rodríguez Enríquez, 2010, p. 3).

Este concepto es central en el análisis ya que será una de las variables determinantes para analizar los usos del tiempo y la pobreza de tiempo dentro del Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe.

En segundo lugar, el concepto de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que se realiza en el interior de los hogares, que será esencial para el cálculo de la pobreza de tiempo. Este concepto refiere al trabajo doméstico no pago para el propio hogar, el cuidado de niños/as y/o adultos/as miembros del hogar, los servicios a la comunidad y ayudas no pagas a otros hogares. Se lo denomina “trabajo” porque implica el uso de recursos (tiempo y energía), es “doméstico” ya que se realiza dentro del hogar, es de “cuidados” porque mejora el bienestar de quienes lo reciben y es “no remunerado” porque no se recibe un pago a cambio (Esquivel, 2009).

Las estadísticas oficiales miden únicamente el trabajo remunerado cuyo intercambio se da en el mercado (siempre que el mismo sea trabajo registrado) pero el trabajo remunerado constituye sólo una parte del trabajo total. Si a la cantidad de horas trabajadas en el mercado por una persona a lo largo de un día se le suma el tiempo que destinado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, se obtiene la jornada laboral total de dicha persona.

Para medir la cantidad de tiempo que una población destina al trabajo doméstico y de cuidados se suele recurrir a las Encuestas de Uso del Tiempo. Dichas encuestas permiten medir y cuantificar la distribución en el uso del tiempo de los/as encuestados/as entre distintas actividades, como el trabajo remunerado y no remunerado, actividades educativas, cuidado personal, ocio, etc2.

En tercer lugar, los conceptos de pobreza de tiempo y de ingreso. Habitualmente para medir los niveles de pobreza se utiliza la pobreza de ingreso; cuya metodología se centra en los recursos monetarios necesarios para adquirir una canasta de bienes y se establece una línea de pobreza en base a dicha suma. Este enfoque ha recibido críticas por diversos autores; uno de ellos es Amartya Sen que, a través del enfoque de capacidades y funcionamientos, cuestiona centrar el análisis únicamente en el ingreso y propone incluir otras dimensiones, tal como el acceso a la salud, a la educación, etc. (Sen,1992).

También Vickery, ya en 1976, criticó la metodología convencional de medición de la pobreza y demostró que, para el cálculo de la misma, se asume implícitamente que aquel hogar que tiene un ingreso igual al de la línea de pobreza cuenta con al menos una persona que se dedica a tiempo completo a las tareas domésticas y de cuidados para no ser pobre (Vickery, 1976). Vickery propuso que a la línea de pobreza tradicional se le agregase el valor monetizado del déficit de tiempo, resultando en una medición de la pobreza incluyendo tanto el ingreso como el tiempo (Zacharías et al, 2012).

La medición de la pobreza de tiempo se puede dividir entre quienes siguen la metodología propuesta por Vickery, que implica asignarle un valor monetario al tiempo, y quienes optan por explorar la relación entre la pobreza de ingresos y de tiempo por separado3.

Como ya fue mencionado, la pobreza de ingresos no toma en cuenta el tiempo de trabajo requerido para transformar esa canasta en alimentos aptos para ser consumidos, en proveer las precondiciones del hogar y en alimentar y cuidar a los integrantes del mismo. Entonces, el establecer un requerimiento de tiempo permite determinar si las personas se encuentran en condiciones de realizar el trabajo doméstico y de cuidados necesario para vivir con determinada canasta (Esquivel, 2014); si no cuentan con ese tiempo disponible, serán pobres de tiempo, caso contrario, no lo serán.

3. Antecedentes en la investigación

Numerosos son los trabajos que revisan las desigualdades existentes entre los géneros a nivel global y los sistemas científico-tecnológicos no son la excepción. Este análisis contribuye a comprender y adquirir una perspectiva global de esta problemática. Las desigualdades mencionadas incluyen un menor acceso al financiamiento, la existencia de “techos de cristal” que impiden que las mujeres accedan a posiciones jerárquicas, brechas salariales, mayor carga de trabajo no remunerado para las mujeres, entre tantas otras.

En el caso de España, Arranz Lozano (2004) sostiene que a pesar de un incremento considerable en el número de mujeres que componen el cuerpo de profesores/as en las universidades, se detecta que se trata de una presencia muy localizada en determinadas áreas del conocimiento y de categorías profesionales. Donde se encuentra el mayor desequilibrio en cuanto a la presencia de mujeres con respecto a los varones es en la máxima autoridad científica, que tiene una participación masculina del 90%. Por el contrario, la categoría que aparece como más equilibrada entre los géneros es la de profesores/as ayudantes.

A su vez, Jabbaz, Samper-Grass y Díaz (2019) buscan identificar factores internos y externos constitutivos de la brecha salarial de género en la Universidad de Valencia (España), concluyendo que la misma se ha manifestado en todas las categorías del profesorado investigador y es más intensa si tienen hijos/as.

Flores Garrido, Nava Bolaños, Ortiz Romero y García Pareja (2017) encontraron que en el caso de la Universidad Nacional de México (UNAM) las investigadoras le dedican al trabajo doméstico más de 10 horas y hasta 20 horas semanales a las tareas de cuidado; mientras que los varones le dedican al trabajo doméstico y al de cuidados aproximadamente 10 horas. También analizan que la presencia de cónyuges e hijas/os incrementa considerablemente la participación en el trabajo no remunerado por parte de las mujeres y es en estos casos donde la brecha por género es mayor.

Mazzitelli (2021) revisa el proceso de diseño e implementación de una política de cuidados en la Universidad de la República (UdelaR), Uruguay, siendo que en 2019 fue creada la Comisión Central sobre Cuidados con el objetivo de recomendar y promover la incorporación de la dimensión del cuidado a las universidades, incluyendo todas las actividades que ésta comprende. De acuerdo con un informe llevado a cabo por la MIMCIT (Mesa Interinstitucional Mujeres en Ciencia, Innovación y Tecnología de Uruguay, 2020) la brecha salarial por género en las áreas STEM (del inglés: Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es del 26%. A su vez, los plazos de finalización del doctorado son más cortos para los varones, el 33% de los varones y el 15% para las mujeres finalizaron en un plazo máximo de 3 años: para ellas tener hijas/os a cargo influye en el retraso. También se encontraron diferencias en relación al trabajo remunerado, mientras que un 40% de los investigadores trabajan remuneradamente 50 horas semanales o más, solo el 23% de las investigadoras lo hacen. Esto se debe a que sus trayectorias académicas (tanto de varones como de mujeres) se ven interrumpidas por las tareas de cuidado, sin embargo, la carga recae mayoritariamente sobre las mujeres.

En el Proyecto “Desigualdades de género de las trayectorias científicas” (2015-2016), Franchi, Palomino, Cano Colazo, Jeppesen y Kochen (2016) observan que en Argentina la creciente presencia de las mujeres en la investigación muestra importantes diferencias en la composición por género según la categoría de la Carrera de Investigador/a Científico/a. Mientras las mujeres constituyen una clara mayoría en las etapas iniciales de Asistentes y Adjunto/as, su presencia disminuye en la medida que se progresa en la carrera, hasta el punto que, apenas constituyen la cuarta parte de los/as Superiores.

Suárez y Fiorentin (2020) identifican que las mujeres pertenecientes al sistema científico argentino se ven atravesadas por el “efecto Matilda”4, que hace referencia a que enfrentan una menor probabilidad de obtener acceso a fuentes de financiamiento para la investigación.

Mediante el Programa para la Igualdad de Géneros en Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (2023) se elaboraron una serie de indicadores que miden las desigualdades de género dentro del sistema científico de Argentina; a raíz de ellos se evidencia que las mujeres ocupan solo un 27% de las autoridades de los organismos de Ciencia y Tecnología y a su vez se encuentran subrepresentadas en las áreas de ingenierías y tecnologías, en las ciencias agrícolas y en las ciencias naturales y exactas; y sobrerrepresentadas en las áreas de las ciencias sociales, humanidades y las ciencias médicas y de la salud.Maffía (2006) sostiene que a pesar del avance progresivo y general a través de los años en el porcentaje de matriculación universitaria y de participación de mujeres en el sector de ciencia y tecnología, se advierte una alta estratificación y ausencia en los lugares de mayor nivel y prestigio, puestos de decisión y de evaluación por pares.

En lo que respecta al Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Andreozzi et al (2020), diferenciando entre Institutos y Universidades, muestran que el sistema está feminizado (54% y 61% de la población respectivamente) y remunera menos a las mujeres (un 8% y un 36% menos respectivamente). A su vez, también analizan que la jornada laboral de los varones es de 10 horas, pero solo 2:28 horas estándestinadas el trabajo no remunerado; mientras que la jornada laboral de las mujeres es de 10:30 horas, de las cuales 3:22 corresponden al trabajo no remunerado. Es decir que las mujeres cuentan con una jornada laboral un 10,34% mayor que la de sus colegas masculinos.

Márquez, De Stefano Parma, Barman, Andreozzi y Peinado (2021) identifican que para las investigadoras, la presencia de hijos/as en la estructura familiar incrementa considerablemente el tiempo dedicado al trabajo no remunerado (un 10,74%), mientras simultáneamente disminuye su tiempo dedicado al trabajo para el mercado.

En el caso de la población general de la provincia de Santa Fe las mujeres dedican más tiempo que los varones a las tareas domésticas y de cuidado. Además, el 20% de las personas son pobres de tiempo, y el 75,7% de ellas son mujeres (Ramseyer, 2020).

En la ciudad de Rosario los varones dedican más tiempo al trabajo remunerado que las mujeres (4:28 horas y 2:14 horas respectivamente), mientras que ellas dedican más tiempo a las actividades relacionadas con el trabajo no remunerado (1:42 horas para los varones y 4:25 horas para las mujeres). Como puede observarse en la Figura 1, si bien las mujeres tienen una menor participación en el trabajo remunerado, su jornada laboral total es mayor debido a la carga de trabajo no remunerado. A su vez, existe un 14,2% más de mujeres que de varones pobres de tiempo y cuando se analizan las probabilidades de ser pobre por tiempo según el nivel de educación se observa que las mujeres con bajo nivel educativo tienen casi tres veces más chances que los varones; con nivel educativo medio mejora a un 22% de posibilidades pero cuando se analiza las chances para las mujeres con altos niveles educativos éstas se vuelven a incrementar, siendo un 72% más altas que las de los varones (Andreozzi et al, 2018).

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Uso del Tiempo y Voluntariado, Rosario. Santa Fe, Argentina, 2010.

Figura 1. Tiempo promedio dedicado al trabajo remunerado, al trabajo doméstico y de cuidado (en horas y minutos), según el género. Ciudad de Rosario, Santa Fe, Argentina, 2010. 

4. Metodología y fuente de datos

4.1. Fuente de datos

Las Encuestas de Uso del Tiempo tienen una gran trayectoria que avalan su utilización; las mismas resultan de vital importancia ya que brindan información cuantificable sobre la distribución social del tiempo. Estas permiten visibilizar el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, y han sido consideradas como el mejor instrumento para realizar estas mediciones (Andreozzi et al, 2020). Las mediciones cuantitativas sobre la distribución de los tiempos en las diversas actividades fueron declaradas de interés por la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing en el año 1995.

La Encuesta de Usos del Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe (EUTyBF SCyT SF 2019) se llevó a cabo entre los meses de junio y noviembre del 2019 y el objetivo fue representar una población de 4.682 investigadoras/es. Para ello fueron encuestadas 384 personas pertenecientes a una muestra aleatoria para garantizar representatividad, siendo los dominios de estimación de esta encuesta el estrato Universidad (UNR, UNL, UTN)5 y el estrato Institutos (CONICET, INTA, INTI)6.

La encuesta cuenta con un cuestionario compuesto por 31 preguntas; un bloque inicial de carácter demográfico que releva datos sobre la vivienda, el hogar, las estrategias del hogar y la trayectoria familiar y luego una parte relativa a la trayectoria académica personal.

Para el cuestionario correspondiente al uso del tiempo se utilizó como instrumento el “Diario de Actividades del Día de Ayer”, que recolecta información sobre todas las actividades llevadas a cabo por la persona encuestada el día anterior a la entrevista, lo cual también permite conocer la existencia o no de actividades simultáneas. Este instrumento también fue utilizado en Argentina por las EUT de la ciudad de Buenos Aires de 2005 (Esquivel, 2009) y la EUT de la ciudad de Rosario de 2010 (Ganem et al, 2012). Para la codificación de las actividades se utilizó un Clasificador de Actividades de Uso del Tiempo basado en la Encuesta de Uso del Tiempo de la ciudad de Rosario (Ganem et al, 2012), pero con adaptaciones en relación al trabajo remunerado7.

La información deriva de una muestra que ha sido diseñada estadísticamente con un método de muestreo estratificado de modo tal que se garantiza su aleatoriedad y por ende la representatividad de su dominio de estimación: Institutos y Universidad del sistema científico-tecnológico santafecino. La base de datos es de libre acceso y está publicada en la página web del Gobierno de la Provincia de Santa Fe lo que garantiza la transparencia de todos los pasos del presente trabajo.

Tanto la fuente principal (EUTyBF SCyT SF 2019) como otras fuentes de consulta (EUT Rosario 2010) tienen una rigurosidad estadística desde la construcción del formulario, pasando por el método de muestreo hasta la obtención y cálculo de estimaciones.

4.2. Metodología para la estimación de la pobreza de tiempo

La metodología para el cálculo de la pobreza de tiempo propuesta por el Instituto Levy consta de un enfoque bidimensional, a partir del cual se calcula tanto la pobreza de tiempo como la pobreza de ingreso (para el presente análisis se calcula únicamente la primera de ellas). A tal fin, se reclasificó la base según el tipo de hogar al que pertenecen las personas encuestadas, empleando la clasificación utilizada por Esquivel (2009); estos tipos de hogares son:

  1. 1. Hogares unipersonales, compuestos únicamente por la/el jefa/e de hogar.

  2. 2. Hogares nucleares, compuestos por un núcleo con o sin hijos/as.

  3. 3. Hogares monoparentales, que se componen por la/el jefa/e de hogar y al menos un/a hijo/a y otros parientes.

  4. 4. Hogares extensos, que cuentan con la/el jefa/e de hogar o núcleo familiar con al menos un/a hijo/a y otras/os parientes.

  5. 5. Otros, que contempla a los hogares:

  6. 5.1. Compuestos, que son aquellos en los que hay presencia de la/el jefa/e de hogar, núcleo familiar u hogar extenso más otros no parientes.

  7. 5.2. Multipersonales, que se componen por la/el jefa/e de hogar y otras/os no parientes; y los hogares familiares sin núcleo, compuestos por la/el jefa/e de hogar y otras/os parientes.

Luego de categorizar y analizar la base, se tomó la decisión de colapsar los hogares extensos (4) con la categoría otros (5). Esto fue necesario a causa de que la cantidad de hogares extensos (8 personas pertenecientes a ese tipo de hogar) no era la suficiente como para permitir la representatividad del mismo.

Entonces, la nueva categorización se divide en cuatro tipos de hogares: 1) unipersonales, 2) nucleares, 3) monoparentales y 4) otros.

Fuente: elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Tabla 1. Cantidad de personas encuestadas según el género y el tipo de hogar. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

Para el cálculo de la pobreza de tiempo se parte de la siguiente ecuación:

(1)

Esto es la igualdad entre la cantidad de minutos totales disponibles por día (24 horas x 60 minutos = 1.440) y la suma del tiempo dedicado al trabajo remunerado (TR), a la producción doméstica o trabajo no remunerado (TNR), al cuidado personal y producción doméstica no sustituible (C) y al ocio (O) (Andreozzi et al, 2018). El subíndice i simboliza a las personas encuestadas.

En esta igualdad TR es el tiempo individual destinado al trabajo remunerado declarado en la encuesta. En cambio, tanto C como TNR se imputan exógenamente; C es una constante que representa el umbral de tiempo de cuidado personal mínimo necesario para todas las personas, la cual incluye el descanso, la higiene personal, la alimentación, entre otras. Para este valor se utiliza el tiempo promedio de cuidado personal observado en la ciudad de Rosario fue de 645,8 minutos (o su equivalente de casi 10:46 horas) por día (en base a la EUT del 2010).

El TNR representa el umbral mínimo de trabajo doméstico y de cuidados que requiere el hogar j (ver ecuación 2). Este valor depende del tipo de hogar al que pertenece la persona encuestada y para obtenerlo se recurre a los datos brindados por la EUT de Rosario del 2010. La Tabla 2 muestra el umbral de tiempo dedicado al trabajo no remunerado para cada tipo de hogar.

Fuente: elaboración propia en base a Encuesta de Uso del Tiempo y Voluntariado, Rosario, 2010.

Tabla 2. Tiempo dedicado al trabajo no remunerado según tipo de hogar (en horas y minutos). Rosario, 2010. 

Entonces, la ecuación de déficit/superávit de tiempo queda de la siguiente manera:

(2)

La variable Dij representa el déficit o superávit de tiempo de la persona i perteneciente al tipo de hogar j (éste subíndice representa el tipo de hogar al que pertenece la persona encuestada).

Si Dij> 0: se posee superávit de tiempo. Si Dij = 0 la disponibilidad de tiempo es nula. Si Dij< 0 se posee déficit de tiempo, es decir, se es pobre de tiempo.

El coeficiente α representa la proporción del TNR del hogar que la persona encuestada realiza, siendo 0 en el caso de que la persona declare no haber realizado trabajo no remunerado a lo largo de ese dia y 1 en el caso de que haya realizado la totalidad del TNR de ese hogar.

Para estimar el valor de α se utiliza la ecuación 3 donde se divide al tiempo individual declarado destinado al TNR (i) por el TNR correspondiente al tipo de hogar al que pertenece dicha persona (j) obtenido de la EUT de Rosario del 2010 (Tabla 2). De esta manera se obtiene la participación individual en el trabajo no remunerado del hogar necesario para el cálculo de pobreza de tiempo.

5. Resultados

5.1. Usos del tiempo

Fuente: elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Tabla 3. Tiempo promedio simple según género autopercibido8 y tipo de hogar (en horas y minutos). Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

La carga de trabajo no remunerado que enfrentan las mujeres que pertenecen a un hogar nuclear es un 67% mayor en relación a la carga de aquellas que pertenecen a un hogar unipersonal. A su vez, las mujeres que integran un hogar monoparental destinan un 80% más de tiempo al trabajo no remunerado en relación a aquellas pertenecientes a un hogar unipersonal. En el caso de los varones, estos valores disminuyen drásticamente: el aumento de la carga laboral entre el hogar unipersonal y el nuclear es del 35%; y entre el hogar unipersonal y monoparental es del 40%. El incremento en la carga de trabajo no remunerado tanto para varones como para mujeres en los hogares nucleares y monoparentales se explica en parte por la mayor carga de tareas de cuidado derivado de la presencia de hijos/as. Sin embargo, aun perteneciendo a ese tipo de hogar, la distribución es sumamente desigual, ya que las mujeres realizan casi un 40% más de trabajo no remunerado en el caso de los hogares nucleares y un 42% en el caso de los hogares monoparentales.

Las mujeres que pertenecen a un hogar unipersonal dedican 1:52 horas más al trabajo remunerado que los varones que pertenecen a ese tipo de hogar. Sin embargo, dicha participación femenina en el mercado laboral disminuye un 16% cuando pertenecen a un hogar nuclear, y, para aquellas que pertenecen a un hogar monoparental, la dedicación es un 14% menor. El caso inverso se da en los varones, que incrementan la participación en el mercado laboral en un 24% cuando pertenecen a un hogar nuclear en relación al hogar unipersonal y ese porcentaje sube un 45% cuando pertenecen a un hogar monoparental.

Las Figuras 2 y 3 muestran gráficamente la participación en el trabajo remunerado y no remunerado de varones y mujeres según el tipo de hogar al que pertenecen. Se observa que las mujeres incrementan considerablemente el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados cuando pertenecen a hogares con presencia de hijos/as o cónyuges. Esto tiene como contrapartida la disminución en la participación en el trabajo remunerado. Para los varones esto se da en sentido inverso: su participación en el trabajo remunerado incrementa tanto si pertenecen a un hogar nuclear como a un monoparental.

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Figura 2. Tiempo promedio dedicado al trabajo doméstico y de cuidados según género autopercibido y tipo de hogar. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Figura 3. Tiempo promedio dedicado al trabajo remunerado según género autopercibido y tipo de hogar. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

Resulta interesante reconocer que los hogares extensos, compuestos y multipersonales, nucleados dentro de la categoría “otros”, donde la distribución del trabajo no remunerado pareciera ser más equitativa, poseen estructuras familiares más complejas, donde participan otras personas, tanto familiares como no familiares. Es por ello que debe ser analizado en profundidad de manera particular y no es posible inferir qué lógica adopta la distribución del trabajo no remunerado dentro de ese hogar. Sin embargo, a simple vista, se observa un gran aumento en la participación de los varones en el trabajo no remunerado (3 horas y 8 minutos en promedio).

5.2. Estimación de la pobreza de tiempo

En este apartado se presentan los resultados provenientes del cálculo de la pobreza de tiempo para los/as investigadores/as pertenecientes al sistema científico y tecnológico de Santa Fe. Para ello se retoma la ecuación 2 del apartado metodológico con algunas aclaraciones:

(3)

El valor de C es reemplazado por el umbral de cuidado personal mencionado anteriormente de 645,8 minutos, TR toma los valores individuales declarados por la persona encuestada y TNR se imputa de acuerdo el tipo de hogar al que pertenezca dicha persona. Para el cálculo de la pobreza es necesaria la participación individual de cada persona en el total del trabajo no remunerado por tipo de hogar, es decir, el coeficiente α. Este coeficiente permite analizar desde otra perspectiva la distribución del trabajo no remunerado entre los géneros ya que evidencia qué proporción de la carga de trabajo doméstico y de cuidados realizan varones y mujeres.

La Tabla 4 muestra los valores promedios de las participaciones en el trabajo no remunerado de los/as investigadores/as según el tipo de hogar al que pertenecen. La participación promedio de las mujeres es del 59% mientras que la de los varones es de casi el 46%, lo que refleja que la carga del trabajo doméstico y de cuidados recae mayoritariamente sobre las mujeres. En todos los tipos de hogar la participación de las mujeres es mayor que la de los varones, pero la mayor diferencia se observa en los hogares monoparentales, donde la diferencia en la participación entre varones y mujeres es del 29%. En los hogares monoparentales donde la totalidad de la carga de trabajo no remunerado recae sobre un único integrante: el/la jefe/a del hogar; es notorio el bajo porcentaje de participación masculino en estos hogares. En este punto se podría indagar qué estrategia de organización del trabajo no remunerado adoptan esos hogares, sea a través la contratación de servicios domésticos y/o de cuidados o con la participación de algún familiar que no sea un integrante de ese hogar.

Una vez calculados los valores individuales de α se procede con la estimación de la pobreza de tiempo. Los resultados se encuentran en la Tabla 5, donde se puede ver el porcentaje de varones y mujeres pobres y no pobres de tiempo.

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Tabla 4. Participación promedio de varones y mujeres en el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado por tipo de hogar. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

Del total de las personas encuestadas casi el 21% resultó ser pobre de tiempo. Este porcentaje es mayor que la pobreza de tiempo de la ciudad de Rosario según la Encuesta de Usos del Tiempo del 2010, donde fue del 10%. Esta diferencia puede deberse a que los/as investigadores/as enfrentan una carga de trabajo remunerado mucho mayor al promedio de la población rosarina. Mientras que la población de Rosario destina en promedio 3:20 horas al trabajo remunerado, los/as investigadores/as dedican en promedio 7:20 horas. A su vez, del total de las mujeres investigadoras casi el 22% es pobre de tiempo, mientras que en la ciudad de Rosario ese porcentaje es del 13%. Nuevamente, esta diferencia es en parte explicada por la desigual distribución de la carga del trabajo no remunerado, que se adiciona al tiempo destinado al trabajo remunerado.

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Tabla 5. Cantidad y porcentaje de varones y mujeres pobres y no pobres de tiempo. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

En cuanto a la pobreza de tiempo según el tipo de hogar al que pertenecen las personas encuestadas, se observa que aquel que tiene el mayor porcentaje de personas pobres de tiempo es el hogar monoparental (Tabla 6). Esto es esperable ya que, como se dijo, en este tipo de hogar el trabajo remunerado y no remunerado se concentra en una única persona, a diferencia de los hogares que cuentan con otras personas con quienes distribuir la carga laboral. Por su parte los hogares unipersonales cuentan con el porcentaje de pobreza de tiempo más bajo, lo cual da cuenta de que la presencia de hijos/as incrementa fuertemente la carga de tareas domésticas y de cuidado, que se suman al trabajo para el mercado.

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Tabla 6. Porcentaje de personas pobres y no pobres de tiempo según tipo de hogar. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

Al desglosar la pobreza de tiempo por tipo de hogar y por género se observa que en todos los tipos de hogar el porcentaje de mujeres pobres de tiempo es mayor y donde la diferencia entre varones y mujeres cobra mayor magnitud es en los hogares unipersonales, que alcanza el 28% (Tabla 7). Esta diferencia está explicada tanto por el trabajo remunerado como por el no remunerado, ya que, como se vio en las Figuras 2 y 3, las mujeres que pertenecen a ese tipo de hogar tienen una mayor participación en ambos ámbitos. Dentro de los hogares monoparentales pobres de tiempo el porcentaje de mujeres es mayor y esto puede ser explicado en parte porque dentro de ese tipo de hogar hay una sobrerrepresentación de mujeres (Tabla 1). El mismo cuenta con 20 mujeres y solo 7 varones lo cual es significativo en sí mismo, ya que también es un indicador de que los cuidados recaen en mayor medida sobre las mujeres.

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Tabla 7. Porcentaje de varones y mujeres pobres de tiempo según tipo de hogar. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

6. Escenarios de distribución equitativa

Finalmente, teniendo en cuenta el tipo de hogar y mediante la utilización del coeficiente α de la ecuación 2, que representa la participación en el trabajo no remunerado, es posible simular escenarios alternativos en la distribución de la carga de trabajo doméstico y de cuidados. La distribución observada del trabajo no remunerado en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe es desigual y recae mayoritariamente sobre las mujeres. Por consiguiente se decidió analizar un escenario de distribución equitativa, distribuyendo la carga del trabajo no remunerado de acuerdo a la cantidad de integrantes del hogar. Entonces, por ejemplo, en el caso de un con dos personas mayores de edad, se asigna el 50% del trabajo no remunerado cada persona. En el caso de ser tres las personas mayores de edad, se asigna un 33,3% a cada persona, y así sucesivamente.

En la Tabla 8 se presentan los porcentajes de varones y mujeres pobres de tiempo producto de la distribución equitativa de la carga de trabajo no remunerado. Si se compara la simulación con los datos analizados anteriormente, se puede ver que la cantidad total de personas pobres de tiempo aumenta en un 5,56%, pasando de 85 a 90 personas. Sin embargo, la distribución equitativa modifica sustancialmente la composición de la pobreza de tiempo según el género, ya que la cantidad de mujeres pobres de tiempo baja en un 20% y la cantidad de varones sufre un incremento del 31,1%.

Es notorio el aumento de casi el 32% de los varones pobres de tiempo ante la distribución equitativa, lo cual evidencia la magnitud del impacto que tiene al no realizar el trabajo no remunerado en el tiempo de bienestar y ocio de las personas. Es decir, gran parte de los varones no son pobres de tiempo debido a su baja participación en el trabajo no remunerado. El caso de las mujeres es inverso: su pobreza de tiempo se explica en gran parte por la participación activa desigual en el trabajo no remunerado.

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Usos de Tiempo y Brechas de Género en el Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019.

Tabla 8. Cantidad y porcentaje de varones y mujeres pobres de tiempo. Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe, Argentina, 2019. 

7. Comentarios finales

En este trabajo se analizaron los usos del tiempo y se estimó la pobreza de tiempo de los/as investigadores/as pertenecientes al sistema científico y tecnológico de la provincia de Santa Fe.

Dentro de los resultados obtenidos se destaca que la estructura familiar incide fuertemente en las mujeres, ya que ante la presencia de hijos/as y/o cónyuges la cantidad de tiempo destinado al trabajo no remunerado se incrementa a costa de una menor participación en el trabajo remunerado. En el caso de los varones la situación es inversa, ya que su participación en el mercado laboral se incrementa aún en hogares con presencia de hijos/as y/o cónyuges.

Por otro lado, se halló que la participación de las mujeres en el trabajo no remunerado es del 59% mientras que la de los varones es de casi el 46%, lo que refleja la desigual distribución de la carga de las tareas domésticas y de cuidado entre los géneros.

Luego, aplicando la metodología LIMTIP se calculó la pobreza de tiempo y se encontró que existen un 20% de investigadores/as pobres de tiempo, cuyo valor duplica el porcentaje de personas pobres de tiempo en la ciudad de Rosario. Esta diferencia en gran parte es explicada por una mayor carga de trabajo remunerado por parte de los/as investigadores/as. Sin embargo, este análisis podría acompañarse con el cálculo de la pobreza de ingreso para el sistema científico y tecnológico, ya que, si bien es un sector poblacional que puede suponerse no pobre de ingreso, el abordaje conjunto permitiría enriquecer el análisis.

Adicionalmente, al analizar la pobreza de tiempo según el tipo de hogar se encontró que el tipo de hogar con más personas pobres de tiempo es el hogar monoparental. También se observó que para todos los tipos de hogar el porcentaje de mujeres pobres de tiempo es mayor y donde la diferencia entre varones y mujeres tiene mayor magnitud es en los hogares unipersonales.

Finalmente, se realizó una simulación de distribución equitativa del trabajo no remunerado y se calculó la pobreza de tiempo en base a ese escenario. Con respecto a los resultados observados, la pobreza total arrojada por la simulación fue un 8,2% mayor, y particularmente el porcentaje de varones pobres de tiempo se incrementó en un 58%. Este hipotético aumento en la participación en el trabajo no remunerado implicaría que sacrifiquen tiempo destinado al cuidado personal y/o al ocio, lo que les generaría déficits de tiempo, que actualmente presentan las mujeres.

Los resultados mencionados son consistentes con los casos analizados de México, Uruguay, España, etc. mencionados en el apartado del marco teórico, lo cual es llamativo ya que aún con las heterogeneidades que implican las diferentes regiones, las diversas políticas públicas de los países analizados y los diversos sistemas científico-tecnológicos, la problemática persiste. Es decir que sólo el hecho de ser mujeres implica una desventaja en sus trayectorias académicas en relación a las de sus colegas varones. Esto evidencia que no se trata de un caso aislado, sino que es una problemática de género que es transversal a los países e incluso a los continentes. Lo cual, a su vez, pone de relevancia el no cumplimiento de la neutralidad al género que se atribuye al ámbito académico y científico, sino que, por el contrario, se encuentra permeado por los mismos sesgos de género que se observan en la población general.

Si bien existen trabajos que abordan las brechas de género en relación a la participación en el trabajo remunerado y no remunerado, como es el caso de México (Flores Garrido et al, 2017) y de Uruguay (Mazzitelli, 2021) o el propio Sistema Científico y Tecnológico de Santa Fe (Andreozzi et al, 2019; Andreozzi et al, 2020; Márquez et al, 2021) donde se mide el tiempo dedicado a dichas actividades, incorporar la metodología de la pobreza de tiempo constituye una novedad en el análisis de desigualdad dentro de los sistemas científicos y tecnológicos ya que permite cuantificar y evidenciar dichas desigualdades en materia de género. Esto pone de relevancia el rol central que tienen los cuidados y los trabajos domésticos no remunerados para la reproducción de la vida y la participación fundamental que tienen las mujeres en ellos, influyendo directa y negativamente sobre su calidad de vida.

Cabe destacar la importancia de la producción de indicadores cuantitativos que permitan realizar comparaciones a lo largo del tiempo y del espacio y que proporcionen un insumo para la toma de decisiones en políticas públicas.

En este sentido, analizar la pobreza desde una perspectiva multidimensional permite incorporar variables fundamentales para medir la calidad de vida que no solo se centren en el componente monetario y que abran la posibilidad a una mirada más holística.

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22 El surgimiento de las mismas y su metodología serán abordados posteriormente.

33 Dentro de este segundo grupo se encuentra la metodología propuesta que será la base metodológica del presente trabajo.

44 El “efecto Mateo” refiere al mayor reconocimiento reciben algunos investigadores/as debido a su reputación alcanzada, y no necesariamente a su desempeño actual. Entonces, el “efecto Matilda” adiciona la perspectiva de género al “efecto Mateo” y visibiliza que existe una selección a favor de los mismos investigadores destacados (varones) a expensas de las investigadoras mujeres en el acceso a financiamiento, a cargos jerárquicos, menores niveles de publicaciones, entre otras.

55 Universidad Tecnológica Nacional, Universidad Nacional del Litoral y Universidad Nacional de Rosario, respectivamente..

66 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria e Instituto Nacional de Tecnología Industrial, respectivamente.

77 El cual, a su vez, es una adaptación de los criterios propuestos por las Naciones Unidas en su Clasificación Internacional de Actividades de Uso del Tiempo (ICATUS).

88 Si bien las personas encuestadas fueron consultadas por su género autopercibido, las respuestas se encontraron dentro del binarismo varón/mujer, es por ello que los resultados se presentan de ese modo.

11 Este trabajo fue presentado anteriormente en las XXIX Jornadas de Jóvenes Investigadores de AUGM en la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca (Bolivia) pero no fue publicado. Se realizó en el marco de los proyectos de investigación de la UNR denominados "PID: ECO210 Incorporación de los usos de tiempo en los cálculos de pobreza en la ciudad de Rosario" y " 80020210200094UR Construcción de Indicadores de género en el sistema científico-tecnológico de la Provincia de Santa Fe", y en el marco de una Beca CIN-UNR.

Recibido: 15 de Mayo de 2022; Aprobado: 29 de Agosto de 2022

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