Hemos leído detenidamente el artículo publicado por González y col.1 en relación a la terapia con plasma de convalecientes (PC) en pacientes COVID-19. El estudio fue de cohorte, retrospectivo, multicéntrico, observacional, con una muestra de 272, quienes recibieron el PC, resal tando la importancia que tiene como posible alternativa para tratamiento del nuevo coronavirus COVID-19. El estudio indica que la transfusión de plasma en pacientes con COVID-19 disminuiría la letalidad y el tiempo de recuperación. Sin embargo, no se consideró el empleo de grupos control y algunos criterios de selección de los pacientes donantes de plasma1.
Estudios como el de Rasheed y col., evidenciaron la efectividad y seguridad del tratamiento de PC transfundido a pacientes con COVID-19; y también resaltaron la ade cuada selección de pacientes donantes de PC: menores de 50 años, sanos, sin comorbilidades, y recuperados de enfermedad moderada de COVID-19, corroborados por dos pruebas serológicas. Todo esto con el fin de utilizar el plasma cargado de anticuerpos para combatir la infección viral en pacientes con sistema inmunológico vulnerable, proporcionando una inmunidad pasiva contra el agente causal y de esta manera disminuir el tiempo de recupe ración, la estancia en UCI y la letalidad en pacientes con COVID-192.
Hemos observado que González y col. no evaluaron los efectos con respecto al tiempo de aplicación de plasma en pacientes, y que su estudio no presentaba un grupo control. Sin embargo, en comparación con otros estudios2,3 pudieron identificar los efectos transfundiendo a los pocos días de presentar síntomas, logrando que los pa cientes no requirieran ventilación mecánica y no hicieran shock séptico. Se concluyó que la transfusión oportuna e inmediata de PC en pacientes favorece su recuperación, y en pacientes con clínica complicada reduce su tiempo de recuperación.
Si bien muchas de las investigaciones publicadas hasta el momento con respecto a la utilización de PC, lo presentan como posible tratamiento empírico en pacientes con COVID-19, existen aún limitaciones importantes al no incluir grupo control, durante la investigación o ensayos. Por tanto, surge cierta confusión sobre si la mejora de los pacientes se debe a la administración única de PC o también influye el tratamiento simultaneo con otros medi camentos, incluidos agentes antivirales y antiflamatorios4. Sería recomendable realizar más investigaciones sobre el uso de PC en América del Sur, debido a la gran afectación causada por el COVID-19, e incorporar en esas investi gaciones grupos control para un mejor aporte científico y posible alternativa para el tratamiento del coronavirus1,2.