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Folia Histórica del Nordeste

versión impresa ISSN 0325-8238versión On-line ISSN 2525-1627

Folia  no.46 Resistencia  2023

http://dx.doi.org/10.30972/fhn.4605903 

ARTÍCULOS

SITUACIÓN EDUCATIVA Y LABORAL DE LAS JUVENTUDES RURALES DE BURRUYACU (TUCUMÁN, ARGENTINA).

Educational and employment situation of rural youth in Burruyacu (Tucumán, Argentina)

1Licenciada en Trabajo Social y Doctora en Ciencias Sociales (orientación geografía). Investigadora Asistente CONICET. IEG, FFyL, UNT. delcale@hotmail.com

2 Arquitecta y Doctora en Ciencias Sociales (orientación geografía). Becaria Posdoctoral CONICET, INDES, FHCSyS/UNSE - CONICET. la_garay@hotmail.com

Resumen

El presente artículo analiza las condiciones educativas y laborales de las juventudes rurales de Burruyacu, departamento tucumano que experimentó la mayor expansión de actividades agrícolas para la exportación. Se identifican problemas de abandono escolar e ingreso temprano al mercado de trabajo de los/as jóvenes, ocupaciones precarias y migraciones. Los altos rendimientos de estas producciones no generaron oportunidades para este segmento poblacional.

Se examinan fuentes estadísticas y documentales y se realizan estudios de casos en las localidades de Villa María y Gobernador Piedrabuena, identificando las respuestas estatales y de la propia población tendientes a afrontar las problemáticas que afectan a las juventudes.

Palabras clave: jóvenes; ruralidad; educación; trabajo

Abstract

This paper analyses the educational and labour conditions of young people in the rural areas of the department of Burruyacu in the light of the productive transformations in the last three decades of the 20th century. It is based on the analysis of statistical sources and documents and case studies in the towns of Villa María and Gobernador Piedrabuena.

The expansion of agricultural activities for export, and their high yields, did not generate opportunities for this segment of the population. Problems of school dropout and early entry into the labour market of young people, precarious occupations as the only possibility and migration are identified. Different responses by the state and the population itself to these problems are described.

Keywords: Young People; Rurality; Education; Work

Introducción

Las profundas transformaciones productivas y demográficas de los contextos rurales en Argentina y América Latina han situado a los/as jóvenes en una situación de mayor exclusión y vulnerabilidad social (Giuskin, 2019). La restructuración productiva, la concentración de la tierra, los problemas del pequeño/a productor/a, la precarización del trabajo rural (como el bajo salario y su pobre protección social) hacen que los/as jóvenes deban exponerse a nuevas y antiguas formas de vulnerabilidad social (Quattrini y Rosales, 2012).

La permanencia en las áreas rurales o la migración a los centros urbanos en busca de oportunidades de estudio o trabajo sigue siendo una disyuntiva (Durston, 1998; Kessler, 2005; Sili, 2005; Costa 2013; Gomes y Carvalho, 2015). Quienes se quedan deben hacer frente a la pluriactividad, combinando el trabajo rural, muchas veces en forma no remunerada en la finca familiar, con otras ocupaciones. En materia educativa, si bien se registran mejoras intergeneracionales en la cobertura y años de escolaridad en las zonas rurales, persisten graves problemas de acceso (Dirven, 2002). Un estudio de la Dirección Nacional de la Juventud identificó falta de cobertura, desgranamiento y repitencia, cuestiones que intentan mejorarse a través de escasos planes sociales estatales y, sobre todo, por medio de la organización de las propias comunidades (DINAJU, 2002)1. Destaca también que un factor que desalienta la permanencia educativa es la frustración de expectativas generadas porque los/as egresados/as no logran insertarse laboralmente.

En Tucumán, las transformaciones productivas provocaron un crecimiento de la pobreza y de los problemas de empleo, en particular de la desocupación, subocupación y empleo informal. Si bien en el período 2003-2010 la economía provincial experimentó un ciclo de crecimiento económico, reflejado en el incremento del Producto Bruto Geográfico (en adelante PBG) y de las exportaciones, el deterioro social y laboral continuó afectando a amplios sectores de la población (Osatinsky, 2016). En el caso de los/as jóvenes, la desocupación de este segmento, posiblemente, duplique desde hace una década (2010- 2019) al índice general de la provincia aglomerado,2 al igual que el empleo no registrado, que además es un 29% superior al total nacional. En la mayoría de las jurisdicciones y sobre todo aquellas con mayor ruralidad, las estadísticas de inclusión educativa se ubicaron muy por debajo del promedio provincial.3

Los estudios centrados en las problemáticas de las juventudes rurales en Tucumán son escasos. Pese a las evidencias aportadas por las investigaciones de este campo de investigación en la región, y los datos estadísticos sobre las desventajas educativas y laborales y el alcance de la pobreza a nivel provincial, constituye un área escasamente explorada. El presente trabajo se centra en el departamento Burruyacu, que presenta el 79,37% de población rural, o sea, el más alto porcentaje en la provincia.4 Este departamento se localiza al noreste provincial e integra la eco-región del Chaco Argentino que, desde la década de 1970, registra las tasas de deforestación más elevadas del país. Su economía, al igual que el resto de las áreas de la región, está vinculada a la expansión de empresas agrícolas extra- regionales dedicadas a la producción de commodities (Paolasso y Krapovickas, 2013).

Burruyacu se ubica entre las áreas con mayores niveles de privación y deterioro laboral de Tucumán (Osatinsky, 2012). En materia educativa, según datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (en adelante CNPHyV) 2010, cinco de cada diez jóvenes entre 15 y 19 años, ya estaba excluido de la escuela.5 La medición realizada por UNICEF (2015) sobre el cumplimiento de los derechos de la niñez y la adolescencia arroja que, más allá de un mejoramiento de la situación entre 2001 - 2010, Burruyacu seguía ocupando el último lugar entre los departamentos de la provincia de Tucumán en 2010.6 En el artículo “Los jóvenes se van de Burruyacu a buscar futuro”7, distintos entrevistados/as relatan sus planes de emigración debido a la falta de oportunidades.

Frente a este panorama, surge la inquietud por indagar cuáles fueron las transformaciones productivas en las áreas rurales del departamento de Burruyacu y cómo éstas incidieron en las condiciones educativas y laborales de los/as jóvenes. También se busca identificar las respuestas estatales y de la propia población frente a las problemáticas identificados en este segmento poblacional.

A nivel metodológico, se utiliza el análisis estadístico de datos de los Censos Nacionales Agropecuarios (en adelante CNA) 1988, 2002 y 2018 y de los Censos Nacionales de Población, Hogares y Vivienda (en adelante CNPHyV) 2001 y 2010. Se combina, luego, con estudios de caso en las localidades de Villa María y Gobernador Piedrabuena. En estas se identifican problemas de abandono escolar e ingreso temprano al mercado de trabajo de los/as jóvenes, ocupaciones precarias como única posibilidad y migraciones.

Consideraciones teóricas

Cuando hablamos de jóvenes no hacemos referencia a una categoría homogénea, sino partimos de reconocer distintas juventudes a partir de la multiplicidad de situaciones sociales en que esta etapa de la vida se desenvuelve (Margulis y Urresti, 1996). Los estudios sobre la temática han tenido un sesgo urbano- y se han centrado en el concepto de moratoria social.8 Sin embargo, el pasaje por los rasgos y funciones sociales que se atribuyen a esta etapa, vinculados a la preparación de la vida adulta, está condicionado por la pertenencia de clase principalmente. Utilizamos el concepto de clase, siguiendo a Salvia (2008), en tanto su relevancia teórica y empírica para explicar procesos, condiciones de vida y comportamientos sociales. Las formas en que se estructuran las relaciones sociales en un contexto histórico particular condicionan los modos en que se es y se vive como joven.

El territorio donde viven es otra dimensión que incide sobre los procesos y experiencias que los/as jóvenes atraviesan. Al centrarnos en lo rural incluimos a quienes por diferentes razones familiares o laborales se encuentran directamente vinculados al mundo agrario, incluyendo tanto a aquellos/as que no se dedican a actividades agrícolas y/o ganaderas -ni ellos/as ni sus padres- pero residen en el campo, como a quienes, si lo hacen y moran en pequeños poblados, cuyo número de habitantes varía según las convenciones censales de cada país (Kessler, 2005)9. Incorporamos también las diferencias de género en tanto conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que se atribuyen a varones y mujeres (Lamas, 2000). Estas establecen el acceso diferenciado entre varones y mujeres a bienes y servicios y ámbitos de participación (Foressi et al., 2006).

Teniendo en cuenta los atravesamientos de clase, territorio y género definimos a las juventudes rurales como un sujeto múltiple, heterogéneo y altamente complejo, con recursos, dinamismo y potencialidades muy diferentes según las sociedades, las particularidades de cada territorio, la dimensión y el tipo de tenencia de la tierra, los sistemas productivos predominantes, la posición social y el género (Kessler, 2005; Sili, 2005). En el presente trabajo, y como se expone en el desarrollo del mismo, nos centramos en jóvenes que pertenecen a áreas rurales donde ocurren procesos de concentración de la tierra, de recursos y un empeoramiento de las condiciones de vida de sus poblaciones.

Los estudios sobre juventudes rurales relevan como principales problemáticas el dilema de permanecer en las áreas rurales o migrar a otras ciudades en busca de oportunidades de estudio o trabajo que les permita mejorar sus condiciones de vida (Kessler, 2005; Sili 2005); la pluriactividad como una forma de subsistir por la insuficiencia de los ingresos provenientes del trabajo agrícola familiar (Weller, 2006; Mauricio, 2011); y la presencia de tensiones identitarias entre lo local y lo global (Romero, 2004). También destacan la preponderancia de las relaciones familiares patriarcales, donde los jefes de hogar son quienes concentran el poder dentro de las unidades productivas y reducen la participación de los/as jóvenes a mera mano de obra (Weller, 2006). Para las mujeres se presenta una situación más desventajosa en tanto se encuentran sobrecargadas de trabajo, tanto en el campo como en el ámbito doméstico, sin que se valore su aporte, y sufren además de mayores restricciones que los varones para salir del hogar, tanto para actividades de ocio como para buscar oportunidades laborales (Zapata Donoso, 2001).

La situación educativa y laboral son factores centrales en las condiciones de vida y en la configuración de la pobreza. Los niveles de educación formal que alcanza una población dan cuenta, por un lado, de la oferta de servicios básicos en un determinado territorio y las oportunidades de estudio que ofrece a la población y, por otro, de las condiciones de formación y capacitación y, con ello, de las posibilidades de inserción laboral y generación de ingresos (Antoniolli et al., 2005). El tipo de trabajo que alcancen los/as jóvenes refleja su capacidad de acceso a bienes y servicios, ya que éste constituye la principal fuente de ingresos.

Respecto al mundo del trabajo, no se puede soslayar el contacto temprano de los/as jóvenes con el mundo del trabajo en los espacios rurales, en la mayoría de los casos vinculados con la agricultura familiar (Dinaju, 2002; Caggiani, 2002). Esta situación tiene fuerte incidencia en abandono escolar temprano, principalmente en el nivel secundario. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta, por sus consecuencias sobre los/as jóvenes, es la desarticulación de las formas clásicas de trabajo en el contexto rural y una preeminencia de ocupaciones transitorias y precarias, vinculadas a la integración de la economía agrícola con otros sectores y el desarrollo del sector servicio, por sobre la tradicional labor campesina (Caggiani, 2002).

Metodología

Este trabajo combina un abordaje metodológico cuantitativo y cualitativo. El primero se utiliza para realizar una descripción del proceso de concentración de la tierra del departamento de Burruyacu a la luz de las transformaciones productivas y las características sociodemográficas de la población de las áreas rurales y las condiciones educativas y laborales de los/as jóvenes. El segundo profundiza con estudios de caso de Gobernador Piedrabuena y Villa María en donde se analizan las distintas problemáticas vinculadas a la educación, el trabajo y las respuestas estatales y de la propia población frente a estas.

En estas dos localidades, el avance del cultivo de granos para la exportación generó grandes beneficios, pero contrasta con el deterioro de las condiciones de vida de su población, en particular de los/as jóvenes. En el caso de Gobernador Piedrabuena fue noticia por la denuncia de sus vecinos frente al abandono estatal. El desmantelamiento ferroviario y el retiro del tren en la década del 8010 y la intensificación de las actividades productivas dejaron sin trabajo a su población11. Las políticas públicas estuvieron orientadas a mitigar los efectos del modelo productivo y agrupar a la población en el pueblo. En este marco, se proyectaron y construyeron varios establecimientos públicos que aumentaron la demanda de mano de obra en la construcción. Por su parte, Villa María, quedó más rezagada por la ausencia de acciones estatales y atraviesa un proceso de envejecimiento de su población en tanto los/as jóvenes emigran hacia el pueblo de Piedrabuena o hacia Gran San Miguel de Tucumán en busca de mejores condiciones de vida. Esta situación se refleja en las diversas iniciativas que debe generar la escuela de la zona, denominada Dr. Caupolican Molina para evitar su cierre por la notable disminución de la matrícula.

El análisis de las transformaciones productivas en Tucumán y, en especial del proceso de concentración de la tierra, se realiza con datos de los CNA 1988, 2002 y 2018 y se recurre también a la revisión bibliográfica de estudios sobre la temática12. La evolución demográfica de la población, la estructura demográfica actual y las condiciones de vida en las áreas rurales de Burruyacu se examinan a partir de la información disponible en los CNPHyV 2001 y 2010.

Dentro de los indicadores de condiciones de vida se consideran aquellos que denotan situaciones de precariedad y se los comparan con los valores hallados con los guarismos de la provincia en tanto marco de referencia para identificar la situación de mayor rezago en contraste con el desarrollo del agronegocio. Los indicadores que se toman son:

    En cuanto a los indicadores referidos a los/as jóvenes se tienen en cuenta los datos censales de 2001 y 2010 junto con los datos proporcionados por la Dirección de Estadística del Ministerio de Educación de Tucumán (estos últimos no está diferenciados por áreas urbanas y rurales). Los indicadores son los siguientes:

      Para complementar la información, se realizaron en Gobernador Piedrabuena y Villa María un conjunto de entrevistas semiestructuradas a: a una directora del CAPS, tres agentes sanitarios, dos directoras de escuela, una maestra, dos secretarios de la comuna, cuatro pobladores, quince familias y a la responsable de la Asociación Cimientos14. También se recurrió a conversaciones informales en distintos momentos del trabajo de campo.

      Burruyacu

      El departamento Burruyacu se encuentra en el noreste de la provincia de Tucumán y tiene una superficie de 3605 km. Limita al oeste con Trancas, al suroeste con Tafí Viejo y al sur con Cruz Alta, departamentos de la misma provincia. Al este colinda con la provincia de Santiago del Estero y al norte con Salta. En la actualidad, la estructura jurídica del departamento está compuesta por el municipio de Burruyacu y 10 comunas (figura 1): Gobernador Piedrabuena, El Puestito, 7 de Abril, Villa Padre Monti, Garmendia, Benjamín Araoz y El Tajamar, El Naranjo y el Sunchal, El Timbó, La Ramada y La Cruz y El Chañar.

      Fuente: Mapa de la derecha elaborado por el Equipo SIG, de la Dirección de Tecnologías de la Información, Secretaría de Gestión Pública y planeamiento (2017) en base a las fuentes de la Dirección de Catastro, Instituto Nacional Geográfico. Elaboración propia

      Figura 1.  Estructura jurídico - administrativa. Burruyacu 

      Burruyacu se encuentra dentro de la eco-región del Chaco Argentino, la cual tiene las tasas de deforestación más elevadas de toda la Argentina desde la década de 1970 debido, principalmente, a la expansión de las actividades económicas intensivas en el uso de capital, en este caso la agricultura de exportación (Paolasso y Krapovickas, 2013).

      A lo largo del siglo XIX, este departamento se destacó por el desarrollo de la ganadería y, en el siglo siguiente, se produjo su reorientación productiva a la actividad agrícola, fenómeno que estuvo vinculado al auge de la industria azucarera y a la expansión de la frontera agrícola en la provincia. En este contexto, y con diferencias según las localidades, predominaban los cultivos de caña de azúcar y maíz (Romero y Ragone, 2017). Sin embargo, luego de la crisis de los ingenios de 1966, los intentos de reorientar la actividad productiva, por parte del gobierno provincial, trajeron aparejada una diversificación de la misma tendiente a insertar en el mercado exterior. Como consecuencia de ello, entre 1970 y 1991, la superficie sembrada en la provincia se incrementó, particularmente hacia el este, con el cultivo de granos, entre ellos soja, sorgo y maíz (Paolasso, 2004). Burruyacu se constituyó en el departamento de mayor producción de soja y maíz en la provincia de Tucumán (Fandos et al., 2015). También experimentó una fuerte expansión de frutales, sobre todo los cítricos, llegando a ser el de mayor superficie implantada el limón.

      A partir del decreto Nro. 2284 de Desregulación de noviembre de 1991 y de su modificación en el año 1996 que permitió la implantación de la semilla transgénica de soja15, las actividades productivas agrícolas se intensificaron contribuyendo a la desaparición de una serie de Explotaciones Agropecuarias (en adelante EAPS) y a la concentración de la tierra (Giarraca y Teubal, 2013; Krapovickas y Garay, 2017). Esto se puede corroborar en la tabla 1, donde se observan la incorporación de 15.044,8 hectáreas (una variación del 4,46%) y la pérdida de 792 EAPS (-55,93%) que se produjo entre 1988 y 2002. En ese período hubo un avance de la frontera agrícola, que para la década de 1990 prácticamente se había completado (Madariaga, 1998), y una mayor concentración de la tierra.

      Más recientemente, Paolasso y Krapovickas (2013) muestran que las áreas desforestadas en la última década son mínimas y, el crecimiento de la superficie sembrada con soja tiene que ver con un reemplazo de cultivos y no con el incremento del área cultivada16. Si bien en algunas campañas debido a condiciones climáticas disminuyó el área sembrada (entre 2011/2013), la soja y el maíz volvieron a aumentar. Burruyacu siempre fue el departamento con mayor área sembrada, tanto de soja como de maíz. (Romero y Ragone (2017).

      Los datos del CNA 2018 indican que continuó la tendencia a la disminución de la cantidad de EAPs (de 624 a 238). El dato referido a la superficie debe tomarse con recaudos en tanto se identifican problemas de subregistros de las explotaciones sin límites definidos y de cobertura territorial (de Dios et al., 2020; Paz 2021).

      Fuente: CNA 1988, 2002 y 2018

      Tabla 1.  Cantidad de EAPS y hectáreas en el departamento Burruyacu 

      Como ya se expuso, Burruyacu se ubica entre las áreas de Tucumán con mayores niveles de privación y deterioro laboral (Osatinsky, 2012), lo que se puede ver en los datos del Índice de Privación Material de los Hogares (IPMH). En 2001, el 87% de los hogares de Burruyacu tenía algún tipo de privación y dentro de estos el 47% atravesaba pobreza convergente17. En 2010 el 80% de hogares registraban algún tipo de privación y convergente el 33%.

      Población de Burruyacu

      Según los datos analizados en la tabla 2, la población del departamento fue en crecimiento a lo largo del período, ya que en 1914 tenía 14.984 habitantes y en 2010, 36.951. Sin embargo, el porcentaje sobre el total provincial demuestra una menor participación del departamento, comportamiento que presenta una leve modificación entre el CNPHyV 2001 y 2010.

      Tabla 2 Evolución demográfica de la población de la provincia de Tucumán y el departamento Burruyacu, entre 1914 y 2010. 

      Datos censales Tucumán Burruyacu %
      Censo provincial - 1845 57.876 3.021 5,2
      Censo de la Confederación Argentina - 1857 84.094 3.837 4,6
      Censo Nacional - 1869 108.953 5.500 5
      Censo Nacional - 1895 215.742 8578 4
      Censo Nacional - 1914 332.933 14.984 4,5
      Datos de la Dirección de Estadística de Tucumán - 1930 475.181 20.958 4,4
      Censo Nacional- 1947 593.371 30.609 5,2
      Censo Nacional -1960 773.972 24.734 3,2
      Censo Nacional -1970 765.962 24.734 3,23
      Censo Nacional - 1980 972.655 28.169 3
      Censo Nacional -1991 1.142.105 29.064 2,5
      Censo Nacional - 2001 1.338.523 32.936 2,5
      Censo Nacional - 2010 1.448.188 36.951 2,6

      Fuente: Elaboración Romero y Ragone, 2017.

      Según datos del CNPHyV del 2010, la cantidad de habitantes del departamento de Burruyacu era de 36.951, en su mayoría población rural. Con una superficie de 3605 km2, y siendo el de mayor extensión de toda la provincia, representaba el 16% respecto del territorio de Tucumán (22.524 km2) y la densidad de población era de 10 hab/km2. Las únicas localidades netamente urbanas eran Burruyacu, Garmendia y El Chañar.

      Burruyacu presentaba una estructura de población joven, que se evidencia en la pirámide poblacional de base ancha con fuerte peso de los/as niños/as y adolescentes (figura 2). Se observa una fuerte disminución de la población entre 20-24 años que se corresponde, como se desarrolló en los siguientes apartados, con los desplazamientos emigratorios producidos por la falta de oportunidades laborales. En el caso de las mujeres, la disminución iniciaba en el grupo de 15-19 años y, en los varones en el grupo de 20-24 años. En ambos casos esta tendencia se revierte en el grupo de 50-54 años.

      Fuente: CNPHyV 2010

      Figura 2.  Pirámide Poblacional Departamento Burruyacu 

      b) Condiciones de vida en las áreas rurales Burruyacu

      El análisis de las condiciones de vida en las áreas rurales de Burruyacu se realiza a partir de los indicadores ya mencionados y sobre la base de la información del CNPVyH de 2001 y 2010.

      Respecto al régimen de tenencia precario de la vivienda y la tierra, el 46.8% de los hogares en 2001 registraba esta condición. A nivel provincial este indicador se situaba en 31,9%. En 2010 se observaba una mejoría en tanto los hogares afectados pasan a representar el 40,4% mientras que en la provincia el indicador se situaba en 29,5%. Debido a que no se identifican políticas destinadas a la regularización dominial, el problema en las áreas rurales de Burruyacu podría tener mayor magnitud. Los/as habitantes por temor a posibles acciones de desalojo contestaron que eran propietarios.

      En 2001 las áreas rurales de Burruyacu registraban el 73% de los hogares en viviendas con CALMAT precario mientras que en la provincia alcanzaba al 42,5% de hogares. La situación no se había modificado sustancialmente en 2010 y, en el caso de Burruyacu afectaba al 71,1% de hogares. El hacinamiento registraba valores superiores a la provincia tanto en 2001 como 2010. En el departamento estudiado alcanzaba al 9,8% de los hogares en 2001 y 6,9% en 2010 y, en la provincia, se situaba en 7,5% y 5,6% respectivamente. Con respecto a la procedencia de agua para beber y cocinar, las situaciones de precariedad representaban el 44,9% de los hogares rurales en 2001 en el departamento y, en la provincia el 7,5%. En 2010 se evidenciaba una notable mejora debido a que los hogares afectados se redujeron al 22,1%. Esto se debe a las obras de provisión de agua que se realizaron en distintas localidades del departamento. Respecto a la presencia de un indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) en los hogares, se mantuvo en niveles elevados a pesar de la disminución registrada entre 2001 y 2010. Pasó del 34,9% al 19,8%, mientras que los porcentajes provinciales pasaron del 15,1% al 7,1%. En Burruyacu, la tasa de analfabetismo se situaba en 9,2% en 2001 y en Tucumán se ubicaba en 3,65%. En 2010 disminuyó al 4,9% y al 2,5% respectivamente.

      Tabla 3 Condiciones de vida en áreas rurales de Burruyacu y a nivel provincial. 2001 y 2010 (%) 

      2001 2010
      Categorías críticas Áreas rurales Burruyacu Tucumán Áreas rurales Burruyacu Tucumán
      Régimen de Tenencia precario 46,8 31,9 40,4 29,5
      CALMAT III y IV 73 42,4 71,1 38,7
      Hacinamiento 9,8 7,5 6,9 5,6
      Procedencia inconveniente de agua para beber 44,9 7,5 22,1 4,0
      Analfabetismo 9,02 3,65 4,9 2,5
      Desocupación 14,4 18,5 3,3 4,6
      Al menos un indicador de NBI 34,9 20,51 19,8 13,4

      Fuente: CNPHyV 2001 y 2010

      El único indicador que registró valores más bajos que la provincia, en 2001 y 2010, fue la desocupación. Esta distribución, sin embargo, se presentó a escala nacional. “El estudio del empleo en áreas rurales de escaso desarrollo presenta dificultades para su conceptualización y medición, por lo complejo de las situaciones y relaciones y la variación temporal, cíclica y de ritmo de las actividades, principalmente” (Forni y Neiman, 1984, p. 459). Esta zona se caracterizó por el trabajo temporario y de tipo golondrina con desplazamientos poblacionales tanto en la propia provincia como hacia otros destinos del país. La agricultura de tipo familiar con producción para la subsistencia también puede incidir en la medición. En 2001 los valores estuvieron afectados por la crisis económica que vivió el país en ese año18.

      c) Situación educativa y laboral de los/as jóvenes en Burruyacu

      Las áreas rurales de Burruyacu presentan una situación crítica en relación a los/as jóvenes del sistema educativo. En 2001, el 71,3% había abandonado los estudios mientras que en 2010 este indicador se situaba en el 47,8% (Tabla 4). Si bien se registró una mejoría, en 2010 cinco de cada diez jóvenes se encontraban en esta condición. En el grupo de 20 a 24 años los niveles evidencian que la desvinculación temprana no se revierte, es decir que los/as jóvenes no retoman con posterioridad propuestas de terminalidad educativa.

      Tabla 4 Jóvenes que abandonaron el sistema educativo 2001-2010 

      Áreas rurales Burruyacu Tucumán
      2001 2010 2001 2010
      15-19 71,3 47,8 44,5 32,7
      20-24 92,3 89,1 71,7 67,2

      Fuente: CNPHyV 2001 y 2010

      Los datos sobre matriculación emitidos por la Dirección de Estadística del Ministerio de Educación de la provincia muestran un crecimiento sostenido entre 1999-2014 en la inscripción en el nivel secundario y luego un leve descenso hasta 2018 (figura 3). Si bien se evidencia un marcado ascenso dichos datos deben ser cruzados con los indicadores de desgranamiento y deserción escolar para tener una radiografía completa sobre la situación educativa19. La mayor matriculación, en gran medida, está vinculada a las condicionalidades educativas de niñas/os y adolescentes exigidas a los padres, las madres, tutores o curadores que perciben la Asignación Universal por Hijo/a. Esta prestación además de alcanzar una amplia cobertura también establece la obligatoriedad de la escolarización. En un informe publicado por la misma institución, donde se comparan tres cohortes (1999-2004, 2000-2005, 2001-2006), Burruyacu registraba los mayores porcentajes en la provincia de desgranamiento en el Nivel Primario/EGB I y II (alrededor del 29%).

      Fuente: Dirección de Estadística del Ministerio de Educación de Tucumán

      Figura 3.  Matriculación nivel primario y secundario en Burruyacu 1999-2018 

      La tasa de abandono interanual20 del Nivel Secundario durante el período 2001 - 2020 (Figura 4), presenta valores elevados, más allá de su comportamiento irregular. Desde el 2015-2016 se sitúa por encima del 12%. A nivel provincial, Burruyacu se encuentra entre los departamentos con valores más críticos.

      Fuente: Departamento de Estadística Educativa, Ministerio de Educación de la Prov. de Tucumán

      Figura 4:  Tasa de Abandono en el Nivel secundario 2001-2020 

      La tasa de sobreedad en el nivel secundario presentó niveles elevados entre 2001y 2010, en algunas cohortes superó el 46% (2003/2004 y 2009/2010) (Figura 5). Si bien desde ese momento se observa una tendencia decreciente, en 2017-2018 se interrumpe y comienza un ascenso. Burruyacu durante estas dos décadas se encuentra entre los departamentos con mayores tasas.

      Fuente: Departamento de Estadística Educativa, Ministerio de Educación de la Prov. de Tucumán

      Figura 5.  Tasa de sobreedad en el nivel secundario 2001-2020  

      La desocupación en jóvenes de 15-19 y de 20-24 años (tabla 5) era menor que la tasa provincial pero alcanzaba valores más elevados que la Población Económicamente Activa (en adelante PEA) de Burruyacu. Sin embargo, el grupo de 20 a 24 años duplicaba los valores observados para los jóvenes de 15-19 años.

      Tabla 5 Desocupación de jóvenes 15-24 años 

      Áreas rurales Burruyacu Tucumán
      15-19 4,4 5,5
      20-24 7,2 9,5

      Fuente: CNPHyV 2010

      A este alto nivel de desocupación, se suma la situación de precariedad laboral a la que están expuestos los/as jóvenes cuya fuente principal de empleo está ligada al trabajo agropecuario, es decir al empleo de tipo temporario, dependiendo de los períodos de cosechas, tanto de citrus, trigo, caña de azúcar.

      El IDNA, como ya se mencionó, posiciona a Burruyacu en los últimos lugares. Si bien al comparar 2001-2010 se registra un crecimiento del IDNA, es decir un mejoramiento de la situación, no altera su posición a nivel provincial.

      Gobernador Piedrabuena y Villa María

      Gobernador Piedrabuena y Villa María se encuentran al sureste del departamento de Burruyacu. Ambas integran la comuna de Piedrabuena junto con La Soledad, 3 puertas, Puesto del Medio, El Once, Retiro, La Trinidad, La Tuna y Los Romanos (figura 6). Todas estas localidades se poblaron con la llegada del ferrocarril durante las primeras décadas del siglo XX. Este permitió el desarrollo de la zona mediante la explotación de los bosques de quebracho blanco y colorado. Con posterioridad, y debido al desmonte, se cambió la orientación de las actividades productivas. Se desarrolló el cultivo de caña de azúcar principalmente.

      La crisis de la agroindustria azucarera en la década de 1960 y el retiro del ramal ferroviario, destinado al transporte de pasajeros, provocaron un notable empobrecimiento y el éxodo de jóvenes a la capital tucumana en busca de trabajo (Romero y Ragone, 2017)21. A mediados de la década de 1970, inició la reconversión productiva en toda la provincia, cobrando protagonismo los cultivos orientados al mercado externo. En las áreas bajo estudio se incrementó notablemente la superficie sembrada con soja con explotaciones de tipo empresarial. La población, desde la década de 1980, se concentró en Gobernador Piedrabuena y localidades menores como Villa María, proceso que implicó el desarrollo de infraestructura de educación, salud y vivienda. Gobernador Piedrabuena presenta mayor presencia estatal al ser un centro de servicios de las localidades menores que lo rodean y por su accesibilidad al aglomerado tucumano. Su población tuvo acceso a diferentes políticas en materia de vivienda (barrios de vivienda públicos), salud (Centro de Asistencia Primaria de la Salud) y educación (enseñanza primaria y secundaria). En Villa María, el avance del agronegocio, las fumigaciones y la falta de oportunidades laborales y medios de vida, han dado lugar a la migración de los/as jóvenes en edad reproductiva. Esto produjo el envejecimiento de la población y repercutió en la posibilidad de cierre de la escuela primaria, Dr. Caupolican Molina22, por falta de matriculación de niños/as.

      Fuente: Google Earth. Elaboración: Garay, 2018

      Figura 6.  Ubicación de la zona de estudio 

      En cuanto a las condiciones laborales, en ambas localidades prevalecen el empleo estatal, sea en la comuna o el Sistema Provincial de Salud, y el trabajo privado en la cosecha del limón. El primero se caracteriza por condiciones precarias de contratación y bajos niveles salariales; el segundo, en el caso de los cosecheros, se trata de un trabajo temporario de, como máximo, 4 meses. Un tercer grupo de la población pudo acceder a jubilaciones o pensiones no contributivas que, si bien aseguran un piso de ingresos, se encuentran por debajo de la línea de pobreza. En ese contexto, algunas familias buscan aumentar los recursos con producción familiar, y según datos relevados del Censo del CAPS (2017) en Piedrabuena y Villa María, hay 4 familias que tienen huertas, 45 tienen gallineros, 9 tienen corrales y 31 tienen chiqueros. Estas pequeñas producciones campesinas se ven afectadas por las fumigaciones que realizan los finqueros, que resultan en las muertes de gallinas, quema de los árboles y huertas.

      La población femenina registra una importante disminución entre 15 a 19 años y de 20 a 24 años (Figura 7) en la localidad de Piedrabuena. Las jóvenes se desplazan, en algunos casos para estudiar y, en su mayoría para emplearse en el servicio doméstico en las ciudades, lo que les permite enviar dinero a sus familias para el mantenimiento. Esta información surge del análisis de las entrevistas realizadas en el trabajo de campo. En los varones los desplazamientos se producen a una edad más tardía, entre los 20-24 y los 25-29 años. Estos se suelen emplear en la construcción, en las cosechas y como jornaleros, según manifiestan las/os informantes. En las entrevistas señalan lo siguiente:

      “En Piedrabuena los padres son empleados estatales o sea en la comuna y el Siprosa también se sacrifican en la Cosecha del Limón para que sus hijos puedan seguir estudiando”23.

      “(…) muchos jóvenes deciden irse a trabajar a otros lugares por falta de trabajo y mejorar sus condiciones de vida. El principal destino son Tucumán (se refiere a la ciudad de San Miguel), Villa Gessel y Mendoza”24.

      Las migraciones de la juventud repercuten en las bajas tasas de natalidad y en el envejecimiento de la población de la zona. En la entrevista realizada a la Dra. Rodríguez del CAPS Gobernador Piedrabuena, la misma atribuye el problema a tres cuestiones: “mayor acceso a métodos anticonceptivos, a la posibilidad y decisión de algunas chicas de ligarse las trompas luego de tener tres hijos, lo cual en muchos casos sucede cuando todavía son jóvenes (21 años aproximadamente) y, por último, a la disminución de la población en edad de reproducción por emigración hacia la ciudad en busca de trabajo o para estudiar”25. Los pobladores atestiguan:

      “Mi nieta viene solo los fines de semana, cuando estudiaba (se refiere al secundario) si se iba de aquí. Terminó el estudio y se fue a trabajar para seguir con sus estudios (se refiere al terciario de enfermería) porque sino no alcanza con la mínima que tenemos nosotros (…) es empleadita en la casa de una patrona en la ciudad, hace la limpieza y está con los chiquitos (…) ella está cama adentro, viene los fines de semana, los sábados ya viene (…) no le conviene para ir y volver”26.

      Fuente: CNPHyV 2010. Garay, 2018

      Figura 7 Pirámide poblacional de la Localidad de Gobernador Piedrabuena 

      Condiciones educativas y laborales de los/as jóvenes de Gobernador Piedrabuena y Villa María

      Los/as jóvenes de las localidades bajo estudio sólo disponen de una escuela media, denominada Gobernador Piedrabuena, que ofrece una jornada simple por la tarde de 14 a 19 horas27. En 2017 tenía una matrícula de 180 estudiantes y un plantel docente compuesto por maestros/as que viajaban desde la ciudad de San Miguel y preceptores o personal auxiliar locales28. Los/as adolescentes acceden a través de un colectivo que recorre distintas localidades o usan motos particulares.

      La orientación de la escuela es “Producción, Bienes y Servicios (agropecuaria)”. En primer ciclo, hasta tercer año, se dictan las materias que conforman la currícula básica, como matemática, lengua, historia, geografía, inglés, formación ética, moral, computación y música. Recién en el segundo ciclo (4to., 5to. y 6to.) se incorporan las materias propias de la orientación basadas principalmente en las tecnologías y técnicas agropecuarias. Los/as agentes educativos/as entrevistados/as refieren que se forma a los/as alumnos/as en huertas, viveros, trabajos de campo y construcciones como pérgolas o quinchos. La directora comenta:

      “En el superior empieza la especificidad de la orientación. La mayor carga horaria está orientada a lo agro, a la parte agropecuaria justamente por la modalidad (…) la mayor cantidad esta puesta en la parte tecnológica, técnica. Acá los chicos tienen huertas tremendas, vivero, hacen mucho trabajo de campo”.29

      En la escuela está funcionando el Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios (FinEs)30, el cual contaba con una primera promoción de 16 alumnos/as aproximadamente en 2017. Dicho plan funciona a nivel nacional y está destinado a personas mayores de 18 años que quieren finalizar sus estudios primarios o secundarios. Tiene una modalidad semi presencial y se organiza en cuatro cuatrimestres. La principal problemática es la demora en la asignación de docentes por parte del Ministerio de Educación, por tanto, hay materias que no se dictan en los cuatrimestres estipulados, prolongando el cursado y el egreso de los/as alumnos/as.

      Entre los proyectos impulsados por la escuela se destacan: la radio FM 88.7 Piedralibre, que se escucha en el pueblo y permitió la formación de una comunidad de locutores/as que la manejan; el periódico mural; y el teatro de títeres en inglés y castellano. Este último consiste en la puesta en escena de parodias de obras célebres con los títeres que los/as mismos/as jóvenes fabrican. La directora destaca lo siguiente:

      “A través de un concurso de Nación, hemos ganado la radio y tenemos FM que sale al pueblo (…) Los chicos tienen programas radiales, hay una comunidad de locutores en la escuela. No participan todos, porque no todos quieren hacer radio. Tienen que tener la inquietud mínimamente (…) Así que tenemos un club de locutores estable que maneja la radio. Dentro del proyecto de Letras manejan líneas muy fuertes: el periódico mural que está a la vista, la radio, tenemos un teatro de títeres en inglés y castellano con pequeñas obras que crean los chicos a partir de obras celebres, las parodias (…) fabrican los muñecos y crean tres o cuatro encuentros al año”.31

      En la escuela se desarrollaron dos proyectos que permitieron la creación del Quincho Martín Fierro y el Museo Histórico de Piedrabuena. El primero se construyó con el objetivo de hacer tareas literarias que compartan la comunidad educativa y las familias de los/as alumnos/as. El segundo implicó todas las áreas y recurrió a la colaboración de la comunidad, los cuales donaron los elementos expuestos en el mismo.

      La escuela genera numerosas acciones tendientes a revertir la tasa de abandono de los/as adolescentes y jóvenes cuyos resultados pueden observarse en el aumento de la matrícula secundaria en todo el departamento. En la entrevista a la directora de la escuela no aparece el desgranamiento como su principal preocupación y destaca la importancia de la alfabetización y la posibilidad que los/as adolescentes avancen en el uso de las herramientas de lecto- escritura, dado que sostiene que:

      “El porcentaje de posibilidades de ser exitoso en la vida es mayor, (…) así se dediquen al hogar, porque si uno se dedica al hogar tiene que resolver permanentemente problemas de alfabetización, con los hijos, con los trámites…”.32

      El acceso a becas es reconocido por las/os entrevistados como un recurso fundamental para la permanencia educativa. Las becas Progresar, para estudiantes del nivel superior permiten disponer de fondos para costear el transporte y los materiales de estudio33. Desde 2021 se amplió a la inscripción para estudiantes de 16 a 18 años posibilitando el ingreso a quienes cursan el nivel secundario. También se apela a las becas otorgadas por el finquero Peralta Rodríguez que según, diferentes relatos, creó una entidad de beneficencia. En las entrevistas señalan lo siguiente:

      “Si reciben progresar y también acceden a entidades de beneficencia por mejor promedio”34.

      “El señor Peralta era un señor que tenía fincas en Piedrabuena y en zonas aledañas, que el ya falleció, pero creó una fundación, la cual le da beneficencia a los mejores promedios de la escuela secundaria”35.

      La fundación a la que hacen referencia las entrevistadas es la Asociación Civil Cimientos. Esta implementa programas en Argentina y Uruguay que tienen por finalidad favorecer la permanencia y el egreso de la escuela secundaria, mejorar la calidad de la educación e impulsar la continuidad educativa y/o la inserción laboral de jóvenes que viven en contextos vulnerables. Otorga becas a través del Programa Futuros Egresados, a estudiantes con indicadores de vulnerabilidad y riesgo de abandono escolar dadas sus trayectorias intermitentes. Los pobladores de Burruyacú atribuyen a Peralta Rodríguez la actuación de Cimientos en tanto éste donó fondos a la asociación civil posibilitando que las becas lleguen a Burruyacu. Su responsable manifestó en la entrevista que se otorgaron 80 becas en la escuela secundaria de Piedrabuena.

      A nivel de la educación superior, el departamento cuenta desde 2006 con el Instituto “Integración de las Américas” localizado en Villa de Burruyacu y el CENT N° 74 Anexo La Ramada- Enfermería. En el primero, la oferta educativa y los planes de estudio responden a los requerimientos detectados en el territorio y buscan la participación activa de todos los/as actores/as locales. La primera carrera que tuvo la institución fue “Tecnicatura Superior en Economía Social y Desarrollo Local” y en 2010 se lanzó la carrera de “Tecnicatura en Administración agropecuaria”. Cada tres cohortes se modifica la propuesta curricular para evitar la saturación del mercado laboral. En promedio se reciben sólo 15 estudiantes por promoción, debido a los altos índices de deserción escolar, que es provocada, generalmente por la situación económica. Por este motivo, la institución cuenta con criadero de pollos y huerta en pos de generar prácticas productivas para los/as chicos/as, con el objetivo de que no se desvinculen de la escuela en la época de cosecha de la soja y el limón (Romero y Ragone, 2017).

      Estas propuestas de formación terciarias y las estrategias institucionales para retener a los/as estudiantes, si bien resuelven las necesidades de un sector de jóvenes, resultan insuficientes para quienes están interesados en otras opciones. Muy pocos disponen de los recursos para trasladarse a San Miguel de Tucumán donde hay un amplio abanico de carreras terciarias y universitarias. En la entrevista señalan algunos itinerarios educativos:

      “Todos terminan el secundario, debe ser un promedio del 1% que abandona. Algunos se van a la capital a seguir estudiando, hay muchos chicos que prefieren ser policías por es la salida laboral más rápida, pero hay una cierta cantidad que estudia como profesorado. Tenemos dos chicas que se han recibido de periodistas deportivas, otras que están estudiando distintas cosas trabajan y estudian (…) pero también hay muchos que terminan el secundario y no siguen estudiando”36.

      Respecto a las condiciones laborales, los/as jóvenes que se quedan en las localidades de referencia suelen incorporarse tempranamente al mundo del trabajo, situación que afecta su tránsito por el sistema educativo. Los niveles de privaciones de los hogares los empujan a tener que colaborar con las economías familiares.

      Los/as jóvenes se emplean en las fincas agrícolas de la zona y/o se van a otras cosechas. Trabajan principalmente en la cosecha del limón y cuando termina se dirigen a Río Negro, Mendoza, Neuquén para la cosecha de la uva y la manzana. Otras opciones, cuando cumplen los 18 años, son el ingreso a la comuna, a la escuela o al CAPS. El empleo público, aunque este adquiere modalidades cada vez más precarias, es considerada la salida que brinda mayores oportunidades y beneficios. La ocupación como choferes de autos rurales y/o el acceso a programas sociales de transferencias de ingresos condicionadas, que establecen contraprestaciones, son otras de las estrategias laborales. Una de las vecinas del pueblo de Piedrabuena, habla de su hijo y refleja la situación de los/as jóvenes:

      “¿Qué va a tener hijos? Ni trabajo tienen. Porque el anda trabajando de remisero con mi cuñado. No tiene un trabajo fijo (…) uno pide en la comuna, pero hay tanta gente que no tiene”37.

      Conclusiones

      El presente trabajo expone cómo el desarrollo de las actividades productivas en el departamento de Burruyacu, centradas en el cultivo de oleaginosas, cereales y cítricos, no redundaron en prosperidad para su población. Se evidencian procesos migratorios al aglomerado tucumano y a ciertas localidades rurales con mayor infraestructura y servicios.

      El análisis de distintos aspectos de las condiciones de vida de la población rural refleja la persistencia de condiciones de privación habitacional y dificultades en el acceso a la educación. Si bien se observa un cierto avance en los indicadores, entre los CNPHyV 2001-2010, los valores se encuentran por debajo de los niveles provinciales, a excepción de la tasa de desocupación.

      La precariedad en la tenencia de la vivienda y el terreno afectaba a cerca del 40% de los hogares en 2010 mientras que dos tercios de los hogares habitaban viviendas con características constructivas inadecuadas. Uno de cuatro hogares no tenía acceso al agua potable para beber y cocinar. Los niveles de NBI eran elevados, alcanzando el 20%, muy por encima de los niveles provinciales.

      El analfabetismo, según datos censales de 2010, duplicaba la tasa de Tucumán y la deserción de los/as jóvenes del sistema educativo presentaba una situación crítica. Cinco de cada diez jóvenes había abandonado los estudios. Si bien la matrícula en la educación secundaria registró un sostenido crecimiento a partir de 1999, aunque entre 2014-2018 tiene un leve descenso, persisten problemas estructurales como la deserción y el desgranamiento escolar.

      La mirada puesta en los/as jóvenes de las áreas rurales de Burruyacu, y las consecuencias de las transformaciones productivas en sus condiciones de vida, refleja que este modelo productivo no genera oportunidades para este segmento poblacional. No hay desarrollo económico, ni empleo ni mejores condiciones de vida para la población, sino procesos de empobrecimiento. Este escenario da lugar a procesos migratorios, que en las mujeres comienza más tempranamente siendo la principal salida el servicio doméstico en las áreas urbanas.

      Los/as jóvenes que se quedan en sus comunidades, tienen que emplearse en las cosechas de limón, alternando en algunos casos con cosechas en otras provincias o ser perceptores de algún plan social o choferes de autos rurales. El trabajo en las comunas, aunque sea bajo modalidades de contratación precaria, es una de las principales aspiraciones. Sin embargo, son muchos los postulantes y el ingreso depende de la voluntad de las autoridades de turno. Para las mujeres las opciones son más limitadas, por lo que muchas se dedican a ser amas de casa principalmente.

      El estudio de casos en las localidades de Gobernador Piedrabuena y Villa María, además de constatar las dificultades educativas y laborales de los/as jóvenes, permitió identificar distintas estrategias desplegadas, principalmente, por las instituciones educativas para retener a los/as jóvenes. La escuela secundaria, además de ofrecer una orientación vinculada a la producción agropecuaria, incorporó el plan FinES y desarrolla proyectos comunitarios para impulsar la participación y brindar herramientas que les sirvan a los/as jóvenes para desarrollar emprendimientos.

      Las becas Progresar pero fundamentalmente las de la asociación civil Cimientos son un recurso fundamental para que los/as jóvenes permanezcan en el nivel secundario. La creación del instituto terciario, con el dictado de carreras vinculadas al trabajo en el campo, también es otra respuesta a las necesidades de los/as jóvenes. Pero el cursado está condicionado por las posibilidades económicas de los hogares y a la salida laboral que tienen.

      Las desigualdades de género se manifiestan en la migración temprana de las mujeres para emplearse en el servicio doméstico, en muchos casos sin retiro debido a que no pueden afrontar un alquiler. La opción para quienes se quedan es la dedicación casi exclusiva a los quehaceres domésticos. También desde el CAPS de Gobernador Piedrabuena se identificó como problema la maternidad temprana y reincidente. Si bien se hace referencia a que luego optan por el uso de métodos anticonceptivos, la ligadura de trompas, se puede presumir la preeminencia del modelo familiar patriarcal y los estereotipos de género y, la falta de acceso a la educación sexual integral.

      A modo de cierre, y retomando los interrogantes que orientaron el trabajo, los resultados presentados buscan aportar a los estudios sobre juventudes rurales de Tucumán. Las condiciones de vida, y por ello la situación educativa y laboral de este segmento poblacional, están íntimamente vinculadas a las actividades agrícolas intensivas en el uso de capital para la exportación. Si bien se identifican problemáticas comunes a otras áreas rurales de la región, se describen respuestas de las poblaciones e instituciones destinadas a enfrentar las privaciones y la falta de oportunidades, pero las mismas no logran revertir la creciente desigualdad social y pobreza en tanto no alteran la naturaleza excluyente del modelo productivo.

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      Recibido: 13 de Mayo de 2022; Aprobado: 20 de Octubre de 2022

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