La mortalidad materna constituye en la actualidad uno de los principales problemas de salud pública que afronta el país. El informe de la Situación de Salud en Colombia 2013 reportó una tasa de 60.66 por 100 000 nacidos vivos;1 el Departamento del Cauca tiene una situación preocupante pues presenta una razón de 144.9 por cada 100 000 nacidos vivos, lo que significa más del doble que la nacional.2 El elevado número de muertes maternas refleja las desigualdades en el acceso a los servicios de salud, y pone en manifiesto la brecha entre ricos y pobres; casi todas las muertes maternas (99%) se producen en los países en vía de desarrollo.3
Se considera que el estado nutricional materno es un factor importante que afecta la finalización de un embarazo con éxito.4 Los casos graves de desnutrición durante el embarazo se asocian con bajo peso al nacer y muerte maternofetal;5 la desnutrición proteico-calórica, al igual que el sobrepeso y la obesidad, pueden presentarse de forma simultánea con deficiencias de micronutrientes que, generalmente, aumentan el riesgo de restricción en el crecimiento intrauterino, morbimortalidad materna e infantil, retraso en el desarrollo infantil, discapacidad física y alteraciones cognitivas, que pueden limitar las capacidades personales cotidianas y laborales de la futura madre y su hijo.6
A su vez, el sobrepeso y la obesidad son un tipo de malnutrición y, para muchos autores, más compleja y difícil de llevar que la desnutrición. Las mujeres gestantes obesas han demostrado que tienen deficiencias nutricionales, especialmente la reducción de los niveles de folato, lo cual es importante para prevenir los defectos del tubo neural, como la espina bífida, los problemas del corazón y el labio y paladar hendidos, por lo cual pueden necesitar más de la cantidad recomendada de forma rutinaria para prevenir defectos de nacimiento.6 En Colombia, la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional 2010 comunicó que el 44.7% de las gestantes presentaba anemia, principalmente en el rango de edad de 13 a 17 años (52.4%), cifras que alarman la vigilancia en salud pública por sus posibles consecuencias en la gestación, el parto y el puerperio.7
En las investigaciones sobre la antropometría materna asociadas con el producto gestacional se encontró que el peso pregestacional (PPG) “bajo” fue el mejor predictor de riesgo para el bajo peso al nacer; la talla pequeña lo fue para la edad gestacional y para tener un recién nacido prematuro, y el índice de masa corporal pregestacional (IMCg) es un factor predictivo altamente asociado con el peso del nacimiento.8
El Departamento del Cauca es una de las regiones del país con los más altos índices de desnutrición en la población infantil, con restricción en el crecimiento del 23%, y mortalidad infantil del 40% asociada con factores de inseguridad alimentaria y nutricional durante la gestación; este fenómeno tiene lugar en el territorio por ser una zona de alta dispersión geográfica, pluricultural y multiétnica por la presencia de indígenas, afrodescendientes, mestizos, palenqueros y población rom.9
La atención a la mujer gestante requiere una cuidadosa vigilancia alimentaria y nutricional que permita la detección oportuna de riesgo y la implementación de intervenciones que contribuyan a la salud del binomio madre-hijo. En el caso colombiano, la Resolución 412 del año 200010 contempla las actividades de atención obligatoria para este grupo de población, en las cuales se incluyen las de alimentación y nutrición; sin embargo, algunos estudios muestran la evidente baja calidad en la atención, que no contribuye al buen desarrollo del proceso gestacional.11
El Estado colombiano ofrece un programa de seguridad social para estas madres gestantes vulnerables, en el que se incluye un plan nutricional y un sistema gratuito de cobertura en salud, apoyado por una institución estatal llamada Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), con el cual se busca generar estrategias para reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre, principalmente en la población infantil, las madres gestantes y las madres lactantes;12 se establece que, a través de la estrategia “Cero a Siempre”, estas gestantes y madres lactantes que habitan en las zonas rurales son potenciales beneficiarias de los programas sociales del estado en modalidad familiar. No obstante, el tiempo y los recursos disponibles tienen un papel preponderante, razón por la cual aún los aportes en este ámbito son muy limitados y la cobertura aún es muy baja para llegar a toda la población.12
Se realizó un estudio transversal, con las gestantes que participan del Programa de Atención Integral a la Primera Infancia Modalidad Familiar en el municipio de Popayán, Cauca. La muestra estuvo conformada por una población de 60 gestantes, que participaron en el programa del ICBF durante el primer semestre del año 2017.
Para la recolección de información se realizó un cuestionario sociodemográfico, en el que la fuente primaria de información fue la gestante; un cuestionario para los datos antropométricos obteniendo la información de fuente secundaria: la historia clínica de la gestante, para lo cual se pidió previa autorización, firma y aceptación del consentimiento informado.
Se utilizó la ficha de caracterización sociofamiliar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en su Módulo 3. Para medir la experiencia de seguridad alimentaria en el hogar se utilizó la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA) versión validada en Colombia.14
En las características sociodemográficas de la población en estudio se encontró que el 26.7% de las gestantes tienen entre 21 y 25 años; la media es 23.6 años (DT ± 5.446), con una edad mínima de 15 años y una edad máxima de 34 años. El 58.3% ha cursado estudios secundarios, mientras que el 30% solo cuenta con educación básica primaria; de las gestantes, el 78.3% se dedica a las labores del hogar, y el 10% cuenta con una actividad laboral remunerada; en el 85% de los hogares reciben como ingresos un salario mínimo legal vigente; el 96.7% de las mujeres se encuentran afiliadas al Sistema de Seguridad Social en Salud, con el 86.7% perteneciente al régimen subsidiado en salud.
Al indagar sobre la ingesta de micronutrientes, el 86.7% (n = 52) de las gestantes han recibido los tres suplementos nutricionales necesarios para el crecimiento y funcionamiento del cuerpo de las gestantes: ácido fólico, hierro y calcio; solo una gestante mencionó no haber consumido ninguno de los suplementos mencionados durante el período de gravidez.
Entre las participantes, el IMC promedio superó los valores de normopeso, alcanzando el sobrepeso, y los niveles de obesidad se duplicaron, pasando de cinco gestantes en el primer trimestre a 12 en el tercero, lo cual pone de manifiesto que las gestantes tuvieron una ganancia por encima de lo recomendado por el Institute of Medicine (IOM) y el National Research Council (NRC): de 510 gramos a la semana para las mujeres con bajo peso; 420 gramos en las mujeres con peso normal, 280 gramos a la semana para aquellas con sobrepeso, y de 220 gramos a la semana para las mujeres obesas.15
En cuanto a la seguridad alimentaria, el 61.7% (n = 37) de los hogares de las gestantes participantes de la investigación presentan seguridad alimentaria, mientras que el 38.3% (n = 23) restantes padece inseguridad alimentaria; de estos, el 21.7% presentan inseguridad leve; el 11.7%, inseguridad moderada, y el 5%, inseguridad grave (Tabla 1).
Al comparar las variables del estado nutricional con el nivel de seguridad alimentaria solo se encontraron diferencias significativas (p < 0.05) con el IMCp y del primer trimestre de gestación (Tabla 2).
Las gestantes que participaron en el estudio son, en general, adultas jóvenes que no sobrepasan los 35 años, aunque también fueron representativas las adolescentes (menores de 18 años). Lo anterior concuerda con lo informado por Tapia y colaboradores, quienes señalan que, en Colombia, el grupo de entre 20 y 24 años tiene la mayor tasa de fecundidad del país, seguido por el grupo de 25 a 29 años.16
En esta investigación, por lo general las gestantes han emprendido estudios básicos de primaria y secundaria y conviven en unión con sus parejas, aunque fue significativo el número de madres solteras.17-19
En el estudio, la mayoría de gestantes provenía de la zona rural del municipio, de estratos bajos, y sus ingresos no excedían el salario mínimo colombiano. La proporción de madres adolescentes que tuvieron un hijo antes de los 15 años es 2.2 veces mayor en las zonas rurales que en las urbanas. De esta forma, las adolescentes más desfavorecidas socialmente están iniciando sus roles reproductivos a edades mucho más tempranas. Estos resultados subrayan la pobreza como un factor de riesgo importante en la fecundidad precoz.20,21
Por otra parte, la mayoría de las gestantes del estudio consumen los tres suplementos nutricionales clave: hierro, calcio y ácido fólico.22-25
En cuanto a las medidas antropométricas, el estudio encontró que, en la etapa pregestacional, las gestantes informaron en su mayoría peso normal, aunque un porcentaje significativo señaló sobrepeso y obesidad. Durante el primer trimestre se incrementaron las gestantes con sobrepeso, y esta tendencia se mantuvo en el segundo y el tercer trimestre, aumentando también el número de gestantes obesas.26,27 El estudio encontró que el 38.3% de las gestantes presenta inseguridad alimentaria; de estas, el 21.7% tiene inseguridad leve; el 11.7% inseguridad moderada, y el 5% inseguridad grave.25,28
En el estudio, las gestantes que informaron inseguridad alimentaria tenían estudios básicos, eran solteras, de estratos bajos con ingresos de un salario mínimo mensual.29,30 También encontró que las mujeres con peso normal y sobrepeso revelaron inseguridad alimentaria leve. La inseguridad moderada se redujo en las mujeres con normopeso y se incrementó entre las gestantes con sobrepeso y obesidad. Solo dos mujeres con sobrepeso presentaron niveles de inseguridad grave.31,32
Finalmente, el estudio encontró que en el último trimestre las gestantes con nivel de inseguridad alimentaria grave tuvieron las mayores variaciones de peso, con medias superiores a 1 kilogramo por mes. Al comparar estas variables se encontraron diferencias significativas (p < 0.05) entre ellas.33,34 El Programa de Atención Integral a la Primera Infancia en la modalidad familiar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, operado por la Fundación Gimnasio Moderno del Cauca, tiene como propósito brindar una atención integral a las gestantes adscritas por medio de acciones de complementación alimentaria, aporte suplementario nutricional con hierro, calcio y ácido fólico, además de la valoración y el seguimiento del estado nutricional de la gestante, a quien, además, se provee de educación en aspectos nutricionales.
De esta forma, el estudio muestra un grupo de gestantes con un estado nutricional alterado hacia el incremento de peso e IMC, e informan tener seguridad alimentaria, lo cual indica que, aunque las gestantes tengan accesibilidad a los alimentos, esto no garantiza su consumo en cantidad y calidad adecuada, tal como lo señalan otras investigaciones. Por tanto, se sugiere a los responsables del programa, una evaluación periódica de las medidas antropométricas de las mujeres en edad fértil y de las gestantes que asisten al programa, pues es una estrategia rentable que posibilita monitorizar nutricionalmente a esta población, previniendo, reduciendo y controlando problemas y necesidades que influirán en el desarrollo de un embarazo saludable.