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Revista iberoamericana de ciencia tecnología y sociedad

versión On-line ISSN 1850-0013

Rev. iberoam. cienc. tecnol. soc. vol.7 no.19 Ciudad Autónoma de Buenos Aires nov. 2011

 

DOSSIER-ARTÍCULOS

La crítica a la técnica en Arendt: una interpretación acerca de lo imprevisible

The criticism to the technique in Arendt: an interpretation of the unexpected

 

Catalina Barrio*

* Catalina Nora Barrio es Profesora en Filosofía por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP). Actualmente se encuentra realizando el doctorado en Filosofía cuyo tema de investigación se titula "Los juicios reflexivos como juicios políticos en Hannah Arendt", dirigida por la Dra. Susana Raquel Barbosa y co-dirigida por el Dr. Diego Parente. Correo electrónico: catalinabarrio@gmail.com.

 


El trabajo pretende abordar tres problemáticas o supuestos acerca de la técnica y la producción técnica en el pensamiento de Hannah Arendt. La primera es que todo objeto producido o artefacto condiciona la reflexividad del individuo actuante. La segunda que toda acción pensada desde la era técnica conduce a consecuencias llamadas "imprevisibles". Y la tercera es que existe un momento de decisión previa a toda producción artefactual, que debido a sus consecuencias imprevisibles escapan a los principios que la regulan. A partir de esto, se considerará la interpretación de Anders acerca de lo que significa pensar "modelos de acciones" en la era técnica y su aporte para complementar la visión de Arendt al respecto.

Palabras clave: Técnica; Artefacto; Imprevisibilidad; Acción.

The work tries to approach the three issues or presumptions about the technique and the technical production in Hannah Arendt. The first is that all produced object or device conditions the reflexivity of the operating individual. The second is that every action thought from the technical era leads to the called "unforseeable consequences". And the third it is that there exists a moment of previous decision to all artefactual production, that due to their unforseeable consequences escapes from the principles that regulate it. Then, the interpretation of Anders will be considered regarding what does thinkining action models about the technical era mean, and its contribution in complementing the vision of Arendt on the matter.

Key words; Technique; Device; Unforseeability, Action.


1. Introducción

El presente trabajo pretende desarrollar el concepto de técnica en Arendt a partir de dos consideraciones fundamentales. La primera corresponde a pensar a la técnica como modelo metodológico procedimental. Esto implica pensar en el concepto de "fabricación" como consecuencia de un procedimiento de un pensar equivocado. La segunda corresponde a la idea de imprevisibilidad o irreversibilidad, en donde el método para pensar el modo de actuar en el mundo de la técnica no ha correspondido con las consecuencias inesperadas de un proyecto. Este arquetipo de un pensar moderno que hemos recepcionado como tradición aparece no sólo en el análisis político de Arendt, sino también en alguien que Arendt ha seguido con detenimiento en su análisis, Günther Anders, en especial su artículo titulado Tesis para la era atómica. Anders (2004) trabaja la idea de "imprevisibilidad" en términos artefactuales. Es decir, desde las armas atómicas cuya función, que es una acción, corre el peligro de aniquilar a la humanidad.1

El significado de lo "imprevisible", entonces, implica pensar desde Arendt en acciones cuyos efectos escapan a los proyectos que se piensan. Pero este proyecto es comprendido no como un modo procedimental de un pensar desviado, sino como un proyecto con respecto a objetos o útiles sin considerar el aspecto subjetivo de quien produce. Prestar atención al objeto producido que Arendt y Anders llaman "artefacto" tiene que ver con un estado de "decisión previa" acerca de lo que se intenta destruir. Lo relevante en esta mirada es que todo producto "producido" para cualquier fin implica pensar en destrucción. La era de la técnica cuyos inicios prácticos y científicos aparecen en la modernidad es considerada naturalmente "destructiva".2 Aunque Arendt no diga expresamente la palabra "destrucción", sí emplea el término "inversión". Lo invertido consiste en ver que el significado de técnica se ha invertido en tanto un cambio del "qué" (what) y el "por qué" al "cómo" (know how). Esto implica que los objetos cuyo proceso han consistido en averiguar lo que eran pasan a tener, a partir de la modernidad, una funcionalidad y existencia de "uso". Este uso que implica un actuar del individuo en particular se encuentra mediado para fines concretos.3

La relación medios y fines, entonces, establece un método para pensar un modo de actuar. El problema que ve Arendt consiste en que todo "saber cómo" actuar se sostiene desde el objeto que está en juego en la relación medios-fines y no desde el sujeto pensante o reflexivo. Ahora es lícito pensar que esa relación se establece como estructura del sujeto actuante. Sin embargo, Arendt ve ahí la artificialidad del pensamiento y de un modo de pensar. Pues no es el modo de actuar operante y destructor lo que genera un acto sobre la base de la creación técnica, sino las estructuras que hacen posible pensar de ese modo. Anders encuentra el mismo justificativo para pensar cuestiones artefactuales del mundo de la técnica moderna. Menciona que "...los artefactos no son medios, sino decisiones previas: cada decisión tomada sobre nosotros antes de que nos pongamos al corriente. Y tomadas de esta forma, no son decisiones previas, sino la decisión previa."4 Una decisión implica, entonces, hacer de los objetos artefactuales en su uso un mundo para los individuos. Y este mundo, que no se reduce a pensar simplemente en términos de medios y fines,se traduce como un "sistema de artefactos", en palabras de Anders.

Arendt ve el mismo peligro en la relación medios y fines. Con la diferencia no explícita en Anders de que lo riesgoso es pensar en términos de "racionalidad instrumental" sobre la base de las consecuencias de los actos. Y esta base instrumental, racional y moderna ya es una "decisión previa". En este punto, la crítica a la técnica en Arendt se reduce a la crítica del significado de la técnica en la modernidad y con ello a un empleo de los términos que son efectos de la propia racionalidad moderna. La pregunta crítica hacia Arendt sería: ¿es un modo de actuar operante necesariamente negativo el de la técnica y sus objetos artefactuales con respecto a sus consecuencias imprevisibles?; ¿es posible pensar a la técnica desde sus rasgos positivamente evolutivos sin caer en la comprensión prejuiciosa acerca de que la técnica siempre ha conducido a desastres humanos? Es posible pensar que generalmente los desastres humanos hayan sido productos de la técnica, pero hay otros aspectos en los que no. A mi criterio, la generalización y crítica que realiza Arendt es correcta por un lado, pero no por otro. Correcta, porque es cierto que con losinicios de la revolución industrial en donde cambia nuestra cosmovisión del mundo se inicia un arma de doble filo en relación al "hombre actuante". Por un lado, porque los efectos referidos a un progreso de la humanidad no han conducido a tan buenos resultados, y eso, desde la filosofía ha estado más que argumentado. Pero por otro lado, los efectos tampoco pueden reducirse a la creación de una bomba atómica o a los inicios de una guerra mundial. Porque no sólo el efecto de los usos artefactuales son los que destruyen, sino las "decisiones previas", como mencionábamos más arriba, son las que cometen estos errores, y esto no es efecto de la técnica entendida modernamente. Y es incorrecta porque toda imprevisibilidad, entendida como efecto de un proyecto en el que no se pensaron correctamente las consecuencias, no tiene que ver en rigor con un formato de pensamiento moderno. Eso implicaría reducir los cánones modernos a continuos errores, lo cual tampoco corresponde argumentar.

2. Sistema de artefactos y decisión

Arendt no habla explícitamente de "artefacto" pero sí de útil, aunque no es lo mismo. El significado de utilidad se lo atribuye a lo que ella llama homo faber. El hombre fabricante es el individuo y su trabajo (work). La experiencia del homo faber reside en alguien que sabe de su producción y tiene el conocimiento para procesar un objeto en función a sus intereses.5 Toda cosa que se produzca, entonces, es resultado de un proceso que el individuo sabe (know) cómo dominarlo para sus fines específicos. Esta idea proveniente a una crítica hacia Marx acerca del individuo trabajador, se muestra en Arendt como la condición necesaria para la comprensión de los procesos cuyos resultados resultan imprevisibles o irreversibles. Marx mencionaba que todo carácter laboral del individuo es que la propia actividad se funda sobre circunstancias que nada tienen que ver con un momento histórico determinado y esto lo nota Arendt desde la concepción marxiana de productividad no sobre la base de la labor, sino entendida en términos de poder.

La fuerza, entonces, no se agota cuando el individuo produce los medios para su subsistencia, sino que queda supeditado al "poder de la labor".6 Este poder es un trabajo productivo independientemente de la experiencia de lo fabricado y de las consecuencias de entender el trabajo en términos de instrumento para la subsistencia individual. Arendt nota que el criterio sobre el que se basa Marx, y también los marxistas, tiene que ver con un mundo que se supone real en tanto que satisface necesidades elementales sobre la base de un poder (el Estado) que pretende abolir en ciertas clases dichas necesidades. Esto tiene que ver, entonces, con un modelo de producción cuyos fines parecen preestablecidos: uno de ellos es el de la subsistencia. Sin embargo, Arendt nota en ello una dificultad. El modo de producción entendido como fuerza de trabajo asalariado nunca está en relación con el poder en sí mismo, sino con un modo de ver el mundo. Este modo hace posible que el "mundo real", sostenido por el poder, tome decisiones acerca de lo que se entiende por producción. Al igual que Arendt, Anders advierte que las decisiones que se supone que entendemos dentro del ámbito de lo "libre" son momentos de algo que ya fuedecidido.7

El argumento de Anders es el siguiente. Las condiciones materiales con las que el hombre supone conocer sus productos y su modo de producción nunca es auténtico. Esto quiere decir que son los individuos mismos los que producen sin saber las consecuencias de lo que de él emerge como supuestamente "propio y sabido". De modo que existe un "desequilibrio o asincronicidad" del hombre y lo producido por él.8 La utopía es pensar que una circunstancia en la que se produzca un objeto puede ser "manejable" o "calculable" en relación a los fines. Esta utopía asincrónica, produce un desequilibrio entre "hacer y representar, hacer y sentir, saber y conocer y principalmente entre el artefacto producido y el cuerpo humano".9 Detrás de este desequilibrio, en términos de Anders, existe un trasfondo ideológico acerca del significado de las conductas fácticas del hombre. Entonces, la exigencia de tomar conciencia acerca de lo que pueda provocar algo que, premeditadamente, no haya sido "calculado", corresponde a un desequilibrio entre lo natural y artificial provocado por el mismo ser humano. En esto, según Anders, radica la imprevisibilidad de un acto. Dice al respecto: "...somos incapaces de detener el paso y de tomar por las riendas nuestra sobreexigida capacidad, lo mismo respecto de nuestra fantasía, nuestras nociones y nuestra responsabilidad".10

En este sentido, Arendt se refiere a lo mismo cuando habla de lo "imprevisible" en el ámbito de la acción técnica. Ella menciona que hay una función ideológica que escapa a los principios que se suponen autónomos del actuar humano. Y estos principios regulativos escapan, a su vez, de las consecuencias previstas de lo producido. De ahí que Arendt vea los momentos del terrorismo provocados por la técnica entendida modernamente.11 Tanto el argumento de Arendt como el de Anders escapan al significado positivo de los avances técnicos. En momentos de crisis siempre resulta necesario argumentar o agarrárselas con la técnica. Sin embargo, no es el único argumento posible. El desequilibrio del que hablan ambos, de hecho, no tiene que ver con el ámbito de la técnica, sino con modelos modernos de acción para con la técnica, que no es lo mismo. El sentido de lo producido, entonces, no se reduce al plano de desequilibrado. El desequilibrio es entre lo pensado y realizable, cosa que existe también fuera del ámbito de la técnica, por ejemplo en asuntos éticos o políticos. La pregunta sería la siguiente: ¿se puede desligar todo acto ético y político de lo técnico entendido como producción de artefactos? Y si son posibles, ¿cuáles son los grados en los que ética y técnica se aproximan? ¿En qué aspectos y situaciones?

Parecen preguntas que en estos autores no se plantean. Lo que sí se interrogan son los aspectos epocales en donde se funda una era llamada técnica, pero no su vinculación aproximada o no, con otros análisis de estudio.

3. Conclusión

Hemos desarrollado a lo largo de este trabajo términos tales como útil, usos, artefacto, y técnica para considerar desde Arendt cómo se corresponde lo imprevisible con el proceder en el ámbito de lo técnico. Desde esta perspectiva, Arendt considera que los actos imprevisibles son aquellos que se piensan desde un modelo o forma de pensar técnico. Esta forma produce un desequilibrio entre las exigencias fácticas y las intenciones de quien actúa. De modo que Arendt escapa del análisis acerca del significado genuino de los usos porque, en rigor, parte de una consideración acerca de cómo es posible tratar con un objeto fabricado en relación a las intencionalidades de quien lo produce. Lógicamente, esta intención no corresponde con las consecuencias de una acción que se consideraba previsible. En este sentido, Anders piensa de igual modo cuando analiza los avances técnicos. Pero Anders complementa el pensar de Arendt en tanto que los avances técnicos no son simplemente acciones erradas de los hombres mediante su capacidad de acción, sino que son aspectos ideológicos que involucran un modo de pensar en particular. Y que tanto la idea de desequilibrio como de imprevisibilidad son emergentes de una sociedad en crisis (y únicamente en crisis) bajo el concepto de lo avanzado en el mundo de la técnica.

Notas

1 Andres, Günther: "Tesis para la era atómica", en Artefacto, pensamiento para la técnica, p. 30.

2 Arendt, Hannah (1998): The Human Condition, Chicago, University of Chicago Press, pp. 303-304.

3 Íbid., p. 307: "As far as homo faber was concerned, the moderns shift of emphasis from the 'what' to the 'how', from the thing itself to its fabrication processes".

4 Andres, Günther: "Tesis para la era atómica", en Artefacto, op. cit., pp. 30-31.

5 Arendt, Hannah: The Human Condition, op. cit., p. 297.

6 Ibid., pp. 87-88.

7 Anders, Günther (1956): Lo anticuado del hombre: sobre el alma en la era de la segunda Revolución Industrial, Munich, Ed. Verlag Beck, p. 37.

8 Íbid., p. 40.

9 Íbid., p. 41.

10 Íbid., p. 41.

11 Arendt, Hannah: The Human Condition, op. cit., pp. 296-297.

Bibliografía

1 ANDERS, G. (1956): Lo anticuado del hombre: sobre el alma en la era de la segunda Revolución Industrial, Ed. Verlag Beck, Munich.         [ Links ]

2 ANDERS, G. (2004): "Tesis para la era atómica", en Artefacto: pensamiento sobre la técnica.         [ Links ]

3 ARENDT, H. (1998): The Human Condition, Chicago, University of Chicago Press.         [ Links ]

4 ARENDT, H. (2005): De la historia a la acción, Buenos Aires, Paidós.         [ Links ]

5 FEENBERG, A. (2004): Questioning technology, New York, Routledge.         [ Links ]

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