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Postdata

versión On-line ISSN 1851-9601

Postdata vol.21 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jun. 2016

 

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RESEÑAS

POLITICAL TURBULENCE. HOW SOCIAL MEDIA SHAPE COLLECTIVE ACTION

Helen Margetts, Peter John, Scott Hale y Taha Yasseri, Princeton University Press, Nueva Jersey, 2016, 279 páginas.

 

Estructurado a partir de siete capítulos sólidamente encadenados, Political Turbulence... comprende discusiones teóricas, metodológicas y experimentales que, como reconocen rápidamente sus autores, tienen como objetivo comprender la emergencia de movilizaciones u otros tipos de acción colectiva de carácter político coordinadas a través de redes sociales online (socialmedia). De esta manera, la primera característica distintiva de la obra es la interdisciplinariedad con la que está construida. Tanto Helen Margetts como Peter John son politólo-gos especializados en políticas públicas; Margetts se desempeña como directora del Instituto de Estudios de Internet de la Universidad de Oxford, mientras que John es profesor en el University College London y se especializa en la interacción entre participación ciudadana y desarrollo de políticas gubernamentales. Por otro lado, Scott Hale y Taha Yasseri, ambos especialistas en análisis de datos y programación de redes, forman parte del equipo de Margetts en Oxford. El dato biográfico en este caso no es menor, ya que la obra en cuestión abre un abanico considerable de discusiones -sobre todo de raz anglosajona- en campos diversos, retomando teorías y autores de la sociología y la ciencia política, pero también de la psicología social y la biología.

Los dos primeros capítulos presentan la perspectiva general del libro, acercando al lector a discusiones clásicas sobre acción colectiva, así como también a su evolución reciente en relación a los cambios introducidos por Internet. La obra se inserta, en este sentido, dentro del reciente campo de estudios sobre movilización que considera la influencia de los medios digitales como promotora de una dinámica morfológica y estructu-ralmente distinta de acción colectiva, especialmente -y explícitamente- en el mismo camino que investigadores como Bruce Bimber, Philip Howard y Lance Bennett. Tomando de sus obras la idea de modelos de organización "pos-burocráticos" y de acciones conectivas crecientemente individualizadas y carentes de una identidad colectiva afianzada, Political Turbulence... aporta a la discusión sobre la influencia de los medios digitales en la movilización política desde una óptica estrechamente ligada a la teoría de movilización de recursos. En palabras de sus autores, el objetivo es analizar el efecto considerable que tiene el mundo digital en los costos -entendidos racionalmente en términos de dinero, esfuerzo, tiempo, etc.- invertidos por los individuos en acciones colectivas a través del rastreo de "micro-donaciones" online, que individualmente consideradas podrían parecer nimias y carentes de influencia política, pero que a la larga generan verdaderos terremotos políticos tales como las Jornadas de Junho en Sao Paulo o los levantamientos de la "Primavera árabe". Entendiendo a los medios digitales como herramientas de coordinación, la obra presenta a lo largo de los sucesivos capítulos diversos casos y ejemplos -algunos de resonancia mundial y otros locales basados en experimentos propios-de influencia online sobre el comportamiento individual offline.

Ahora bien, la obra también se diferencia de variados estudios recientes sobre la temática al enfocarse no tanto en la evolución de los procesos políticos sino en la similitud evolutiva de la viralización coordinada a través de las redes que conllevaron estos y otros procesos recientes, sobre todo a nivel individual y cognitivo. Como explican detalladamente en los capítulos siguientes, la influencia de los medios digitales se desarrolla a partir de tres características presentes en la interacción entre usuarios web: la influencia social, la información social adquirida y su reproducción, y la publicitación de acciones en las redes sociales. A través de pequeños cambios en estas tres variables, argumentan los autores, pueden lograrse diferencias considerables en el éxito o fracaso de la acción colectiva online a gran escala, y uno de los objetivos del libro es mostrar en qué casos estas logran sus objetivos o fracasan en el intento.

El capítulo tercero presenta un análisis pormenorizado de plataformas gubernamentales de petición online abiertas a la ciudadanía, como We The People (EE.UU.) y Petitions (Gran Bretaña), que permiten a los ciudadanos influenciar el tratamiento de temáticas parlamentarias en sus respectivos países. A través de análisis de redes y big data sobre las mismas, los investigadores muestran dos conclusiones claras: por un lado, la gran mayoría de las peticiones perece antes de lograr su cometido, y por otro, para lograrlo debe conseguir un número considerable de firmas durante las primeras horas, declinando en los días siguientes. Esto genera un efecto de concentración de firmas sobre las pocas peticiones que logran reproducirse a través de las redes sociales, dando lugar a un efecto donde "el rico se hace cada vez más rico" (rich getting richer effect). En la misma línea, el capítulo siguiente nos presenta diversos experimentos sociales basados en la plataforma británica Write to Them, destinados a considerar el peso de la información social en el comportamiento, es decir, cómo el entorno social y la información adquirida afectan las decisiones de los individuos. Luego de una breve revisión de los diversos argumentos que han abordado esta cuestión desde la economía política, la sociología y la psicología, el análisis experimental realizado refuerza la hipótesis de que la información social es fundamental: los individuos son definitivamente más proclives a participar en una causa masiva y reconocida socialmente que en una desconocida y pequeña.

Ahora bien, los capítulos quinto, sexto y séptimo están basados en un experimento propio llevado a cabo en la Universidad de Oxford, y constituyen el corazón del libro, poniendo en juego las tres características mencionadas previamente. A través del diseño de una plataforma interactiva similar creada específica y minuciosamente para sus propósitos, los autores logran mostrar la influencia que tiene la visibilidad en acciones online a nivel masivo. Como arrojan los resultados del estudio, la mirada externa puede imponer tanto sentimientos de arrepentimiento como búsqueda de prestigio social sobre los individuos, incrementando su necesidad de ser percibidos como contribuyentes a una causa determinada debido a la presión social (tal es el funcionamiento detrás del famoso desafío Ice Bucket Challenge en 2014). Según el estudio, estos fenómenos conllevan el declinamiento de la correlación directa entre características demográficas y participación política, por lo cual los autores proponen cambiar el foco hacia el estudio de los tipos de personalidad más o menos proclives a apoyar causas políticas/sociales con poca información previa. En este sentido, el resultado más interesante del experimento pareciera ser aquél que identifica la necesidad de starters (individuos con más predisposición a "saltar al vacío" y comenzar/apoyar peticiones débiles) en acciones colectivas, pero no su preeminencia. Como argumenta el capítulo séptimo, la suma de las micro-acciones individuales supera finalmente con creces la influencia de los liderazgos iniciales, por lo cual las redes sociales informales y secundarias generadas en la web constituyen el verdadero canal por el cual se genera la viralización luego de su despegue.

Por último, los autores proponen insertar la reflexión central del libro en la serie de debates contemporáneos sobre la relación entre acción colectiva y democracia, oponiéndose tanto a la idea de un espacio público virtual (con raíces habermasianas) como a la equiparación de las redes sociales con una cámara de eco individualizada y sin potencial alguno (atribuida a Carl Sunstein). Retomando la tradición pluralista anglosajona, Political Turbulence... intenta aportar a la idea de un "pluralismo caótico" sin demasiado éxito, y avanza a tientas en un terreno que no forma parte del mapa conceptual delineado a lo largo del libro. Como los mismos autores reconocen en sucesivas ocasiones, el mundo virtual actual pareciera demasiado inestable y poco organizado como para caber en la rigidez institucional de esquemas pluralistas tradicionales. Queda claro al lector que no es en sus últimas páginas donde residen los méritos de esta obra vanguardista, sino en el gran aporte que realiza a nuestra comprensión sobre fenómenos novedosos y empíricamente poco estudiados.

Tomás Gold

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