1. Introducción
Durante las últimas décadas, el aborto legal ha sido objeto de debates académicos, planteos religiosos, proyectos legislativos, y actividades y movilizaciones impulsadas desde los movimientos feministas. Una vasta literatura da cuenta de esta situación. El año 2018 fue un parteaguas para el movimientoporelderechoalabortoenArgentina.Despuésdeunactivismo de muchosaños,porprimera vez se debatió en el Congreso un proyecto de ley para despenalizar y legalizar el aborto. Si bien el proyecto de ley fue finalmente rechazado1, el debate parlamentario impulsó un movimiento decidido a reformar la legislación sobre el aborto.Tal fue el impacto de esta movilización que en las elecciones presidenciales del año 2019 el candidato que finalmente ganó se comprometió a volver a tratar la iniciativa en el congreso. En diciembre de 2020 el proyecto finalmente fue aprobado2.
En Argentina en particular,y en el mundo en general, en el plano de los debates y movilizaciones públicas, los colectivos en favor del proyecto se han identificado con los pañuelos de color verde,en apoyo al derechode la mujer a disponer de su propio cuerpo y a la libertad de decisión (lo que en países de habla inglesa se suele conocer como actitudes pro-choice). Frente a ésta, existe una reacción de los sectores que se manifiestan en contra de cualquier iniciativa en relación al aborto, que basan su posición en defensa de la vida del feto, bajo el lema “salvemos las dos vidas”, los cuales se identificaron con pañuelos de color celeste(o actitudes pro-vida).Así las cosas,el debate en Argentina se dio en los mismos términos que se da en la mayoría de los países del mundo: una confrontación entre los discursos conservadores que enfocan su atención en el feto (pro-vida), y los discursos liberal-progresistas que enfocan su atención en la elección de las mujeres (pro-choice), como señala Taracena (2005).
El objetivo de este trabajo es identificar los factores que impulsan las actitudes hacia el aborto. Una actitud puede definirse sucintamente como “una expresión favorable (positiva)” o “desfavorable (negativa)” hacia una persona, lugar, cosa u evento (todos ellos objetos de la actitud)” (Knutsen, 2018). En cierta forma constituyen un estado o disposición que permite explicar por qué los individuos reaccionan de cierta forma hacia un objeto determinado.En este sentido,la legalización del aborto es el objeto de dicha actitud. En cierta forma sabemos que las actitudes son bastante estables (Erikson,2018)y eso nos permite indagar el peso que otros factores pueden tener en la configuración de éstas, formando en torno suyo un sistema de creencias. Así, Converse (1964) señalaba que un sistema de creencias es la configuración de ideas y actitudes en la cual los elementos están encadenados juntos por medio de alguna forma de constreñimiento o interdependencia funcional.En elcaso estático,dado un conocimiento inicial,constreñimiento(correlación)significa el éxito en predecir si un individuo mantiene una actitud específica -posee ciertas ideas y actitudes adicionales- relacionada con esta.
En este trabajo consideramos que la cuestión del aborto y su legalización, materializada en el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (LIVE), puede ser objeto de un análisis profundo para ofrecer evidencia acerca de qué factores estructuralese individuales ayudan a explicar la actitud hacia esta cuestión.Pese al central lugar que ocupó en la agenda de debate público, hay poco trabajo sistemático en el área de la opinión pública. El objetivo de este artículo es ofrecer evidencia de los factores que impulsan las actitudes a favor y en contra en relación con este tema.
En julio de 2018, en el marco de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública(ESPOP)de la Universidad de Sa Andrés,realizamos una serie de preguntas para indagar sobre las tendencias de la opinión pública sobre el tema en particular y analizar sus determinantes. La muestra fue nacional y estratificada, con un total de 1002 entrevistados mediante un cuestionario on-line.Los datos fueron ponderados por Nivel Socioeconómico y Población a nivel de la Región.
En este trabajo se presenta evidencia empírica de la distribución del grado de acuerdo y desacuerdo de la opinión pública frente a la LIVE y se estimaelimpactode factoressocialese individualessobreesasactitudes3.El trabajo no tiene como objetivo el análisis de las movilizaciones y manifestaciones, el tratamiento y debate legislativo, ni mucho menos la historia de este debate, sino conocer qué factores impulsan las actitudes de la opinión pública ante la cuestión del aborto o la LIVE. Para ello presentamos un análisis de contingencia con sus respectivos test de chi-square y testeamos conjuntamente el efecto de las variables sociales e individuales sobre las actitudes, mediante modelos de regresión múltiple Logit y OLS. Finalmente, realizamos una estimación de la importancia relativa de los coeficientes.Para realizar estas estimaciones se utilizaron los paquetes suvery, ggplot, svyglm y relaimpo desarrollados en R-Studio.
2. Estado de la cuestión
El aborto como tema de debate público ha venido ganando lugar en la agenda desde fines de los años 60 y principios de los 70 en los Estados Unidos (Krannich, 1980), así como la generalización de su práctica. No es entonces casual que los estudios en relación a la práctica y a las opiniones respecto de éste hayan tenido en ese país un largo acervo.
Lasposicionesafavoroencontraadelalegalizacióndelabortohansido objeto de indagación desde esos años. Algunos estudios en la década de los 70 han demostrado que la educación y la asistencia a servicios religiosos son lasdosdimensionescontextuales más significativas,así como la permisividad sexual y la ideología de la fertilidad (fertility ideology) son las otras dos dimensiones ideológicas que explicanlas actitudes en favor del aborto(SinghyLeahy, 1978). El apoyo y la oposición en relación con la legalización del aborto han ido variando a lo largo de la década de los 70,pero reflejando el mismo patrón de educación y diferencias étnicas (Maldonado, 1985). La desaprobación de la población afroamericana era mayor en relación a la población blanca,aunque esta diferencia se fue diluyendo con el paso de los años.
Un conjuntode trabajos revelaque la religiónyla prácticareligiosa tienen un impacto significativo tanto en la práctica del aborto como en la opinión favorable o contraria a ésta (Henshaw y Martire, 1982). Así, Shain (1986) ofrece un análisis sociodemográfico en el que encontró que los católicos romano solos protestantes fundamentalistas tienden a estar en contra, así como en general las personas que se encuentran en el extremo tradicional / conservador del espectro respecto del papel de la mujer en la vida, el sexo prematrimonial, la educación sexual y las libertades civiles,al igual que aquellos que tienen un nivel educativo relativamente bajo. En este sentido, ya en la década de los 80 las activistas “pro-vida” y “pro-choice” tienden a ser completamente diferentesentre sí en aracterísticas sociodemográficas y n valores generales, particularmente en lo que respecta a los roles femeninos tradicionales versus los roles modernos (Shain, 1986). Del mismo modo, otros trabajos han encontrado diferencias étnicas respecto de las actitudes pro-choice (Hall y Ferree, 1986). Estudios que se han enfocado en la evolución de las opiniones desde los 70 hasta fines de los 90 han encontrado también que los protestantes más jóvenes y altamente comprometidos (incluso los protestantes liberales) se están volviendo mucho más conservadores, mientras que los católicos más jóvenes y altamente comprometidos se han vuelto mucho más permisivos (Sullins, 1999).
Estudios más recientes han demostrado que las diferencias étnicas que prevalecían en otras épocas se han reducido, que la edad tiene un positivo en favor del aborto, mientras que el género no parece afectar las posiciones en relación con éste. La religión católica se ha ido debilitando ligeramente como un predictor de las actitudes hacia el aborto, mientras que el fundamentalismo religioso y el liberalismo político aumentan en po-der explicativo (Strickler y Danigelis, 2002). Con relación a estos hallazgos, nuevos estudios han estimado una tendencia al aumento de las posiciones pro-choice, concomitante con una creciente polarización partidaria en relación con el aborto (Jelen y Wilcox, 2003).
Los cambios generacionales respecto de las actitudes hacia el aborto también han sido objeto de una buena parte de las investigaciones en los EstadosUnidos(Cook,Jelen,y Wilcox,1993)y a nivel mundial(Scott,1998). Los estudios se debaten entre aquellos en los que se sostiene que los cambios provienen por reemplazo de cohortes y entre quienes sostienen que provienen de las experiencias de vida que promueven cambios en las actitudes. Recientemente, Barringer, Sumerau, y Gay (2020) ofrecen evidencia sólida acerca de que hay (1) diferencias entre cohortes, (2) variación en la influencia de la religión en las actitudes hacia el aborto entre adultos jóvenes socializados en diferentes períodos de tiempo, y (3) consistencia e inconsistencia en relación con los efectos sociodemográficos entre cohortes. Estos hallazgos sugieren que parte de la continuidad de los debates sobre el aborto en la sociedad estadounidense refleja cambios según los cuales los adultos jóvenes apoyan menos el aborto legal después de los Baby Boomers.
En América Latina los procesos de democratización de fines de los 70 y principios de los 80 abrieron la agenda sobre gender issues: derechos y responsabilidades de los esposos casados, divorcio, violencia doméstica, participación política y cuotas de representación de género,leyes laborales,entre otras. No obstante, el aborto fue uno de los pocos temas en los que, a principios del siglo XXI, aún no se habían producido grandes cambios (Htun, 2003).Así,observamos que las leyes de aborto en América Latina y el Caribe son muy restrictivas y muy variadas (Bergallo, Jaramillo Sierra y Vaggione, 2018) y pueden no reflejar la opinión pública sobre el tema. Un excelente estudio realizado recientemente por Yam, Dries-Daffner, y García (2006) compila los estudios cuantitativos metodológicamente sólidos de opinión sobre elaborto en América Latina, publicadosentre 1985 y 20054.Su análisis arroja que la mayoría de las poblaciones encuestadas apoyan el aborto en un mayor número de circunstancias que las permitidas en sus respectivos países, particularmenteen casosde violación yamenaza alavida olasalud.
De este modo, sugiere que las futuras encuestas de opinión sobre el aborto deben preguntar sobre el apoyoa la legalidad del aborto en lugar de sobre la aceptación abstracta del aborto.
Más recientemente,Didesetal.(2011)realizaron un estudio de opinión sobre aborto, derechos sexuales y reproductivos en Brasil, Chile, México y Nicaragua. El estudio muestra que
“las circunstancias traumáticas asociadas a un embarazo (riesgo de vida de la mujer, inviabilidad del feto, violación, entre otras) son aquellasque mayoritariamente favorecen una actitud despenalizadora, mientras otras que no se consideran como traumáticas (como dificultades económicas, abandono de la pareja, etc.) no la favorecen y, en cambio, tienden a sostener una actitud más favorable a la penalización del aborto bajo tales circunstancias” (Dides et al., 2011: 158).
En este sentido, para los investigadores no sólo son los factores sociales o ideológicos los que “mueven” las actitudes sino la historia de vida.
Algunos estudios en México han indagado sobre los argumentos del debate, vertidosen laprensa, señalando que, mientras los discursos conservadores enfocan su atención en el feto (pro-vida), el núcleo del discurso liberal lo hace en las mujeres(pro-choice)(Taracena,2005).El caso mexicano refleja el nivel de descentralización que un sistema federal puede producir en esta materia,yaque mientras en elDistrito Federalse aprobó la legalización del aborto durante los tres primeros meses de embarazo, en muchos otros estados hay iniciativas para prohibirlo explícitamente (Rodríguez et al., 2011). Recientemente, un estudio de opinión pública ha demostrado que la mayoría de los católicos mexicanos apoya el aborto en ciertas circunstancias (Küng et al., 2018).
Algunos trabajos han dado cuenta de que las opiniones de las mujeres en favor o en contra de la legalización del aborto no son uniformes y dependen en mayor medida de la edad y no del hecho de haberse realizado o no unaborto(Ramírez Valverdeetal.,2007).El contraste con otros países de la región es evidente.Los estudios de opinión pública confirman un patrón ya encontrado bajo otros contextos:las personas con mayor nivel de educación, con afiliación partidaria de centro hacia la izquierda (PRI y PRD) y que tienen mayor información en la materia tienden a estar a favor de la legalización. Sin embargo, más allá de los determinantes contextuales, los estudios reflejan que,una vez aprobada la legislación,el apoyo de la opinión pública en favor de la medida se incrementa significativamente (Rodríguez etal.,2011).
En general, los estudios de opinión pública ofrecen una constante: la intensidad de la religiosidad(no necesariamente la religión particular)tienen un impacto decisivo en las opiniones pro-vida o pro-choice de las personas (Henshaw y Martire,1982;Shain,1986;Marsiglio y Shenan,1993;Taracena, 2005; Yam et al., 2006). La educación, la raza o etnia, la edad, el nivel socioeconómico y la experiencia personal en la práctica del aborto también tienen impacto sobre las opiniones, pero éstas varían contextualmente (Pew Research Center, 2014). En los últimos 40 años, hemos visto cómo la orientación ideológica de la agenda de los partidos políticos en occidente ha sido afectada por el peso que en cada sociedad tiene la religión en la vida política (Norris e Inglehart, 2011). Así, los países más secularizados y más económicamente desarrollados han incorporado una legislación que contempla el aborto en cualquier circunstancia dentro de ciertos plazos establecidos (Norris e Inglehart, 2011).
En particular en Argentina, durante el período de discusión legislativa de 2018, se publicaron muchos informes y reportes de opinión pública que intentaron estimar el grado de apoyo y rechazo al proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo5, en todos los casos con el objeto de contribuir con información de cara al debate público que en ambas cámaras se estaban llevando a cabo.
Existe una buena cantidad de investigación en Argentina que se enfoca en las cuestiones legales y en el rol de los movimientos de mujeres (sociales y legislativos)en la promoción del tema del aborto(Blofield,2006;Lopreite, 2012y2014;Ruibal,2017),así como sobre eltipo dediscurso empleadoen el Congreso y por los movimientos feministas (Felitti y Prieto, 2018). También existen estudios que han indagado sobre las posiciones de la jerarquía de la Iglesia Católica planteadas en los pronunciamientos públicos de la Conferencia Episcopal Argentina (Rabbia y Sgró Ruata, 2014).
Otros estudios han indagado en las representaciones sociales en torno al aborto, como el trabajo de Petraci (2011), que explora las opiniones de varones de 25 a 39 años de estratos socioeconómicos medios y populares, residentes en el Área Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires,Argentina, acerca de la despenalización del aborto y sus representaciones sociales sobre el mismo, mediante unas 30 entrevistas en profundidad. Los resultados sugieren que hay una opinión favorable a la despenalización, a la vez que una representación social fundada en un eje moral opuesto al aborto6. Con algunas excepciones7, ha habido pocas investigaciones que estudien el peso de los factores sociales, políticos e ideológicos en las actitudes pro-vidaypro-choiceen Argentina.El presente trabajo intenta llenar parcialmente esa laguna a partir de las actitudes en relación a la LIVE. Del estado de la cuestión de la investigación comparada se desprende que las opiniones en favor o en contra de una legislación sobre el aborto dependen en gran medida de la religiosidad de las personas, la edad, el nivel de educación y la ideología. En menor medida se podrían encontrar diferencias según el sexo o el nivel socioeconómico de las mismas.
3. Metodología
Para estimar y analizar el grado de impacto de diferentes factores sobre el grado de acuerdo o desacuerdo en relación con la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo,realizamos una serie de preguntas en la ola N°10 de julio 2018 de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés. La muestra es nacional y estratificada por provincia, con cuotas de sexo, edad y nivel socioeconómico. El tamaño de la muestra es de N=1001 casos.Las observaciones fueron posteriormente ponderadas por nivel socioeconómico y población a nivel de la región. Para el análisis de los datos finales se utilizó el paquete ‘survey’ de la librería de ‘RStudio’.
3.1 Actitudes
Para evaluar las actitudes con relación al aborto procedimos a hacerdos simples preguntas a los entrevistados. En primer lugar, se les preguntó:
“¿Cuán de acuerdo o desacuerdo estás con el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo,también conocidocomo de despenalización y legalización del aborto?”
Las opciones de los entrevistados, fueron “Muy de Acuerdo” (26%), “Algo de Acuerdo” (16%), “Algo en Desacuerdo” (12%) y “Muy en Desacuerdo” (39%). También se les ofreció la opción de responder “No sé” (1,7%) y “Prefiero no contestar” (4,5%). Los porcentajes de respuesta total de cada categoría corresponden a la distribución posterior a la ponderación.Junto a la pregunta por el grado de acuerdo con la LIVE, se realizó otra pregunta vinculada a la libertad de elección de la mujer,que en cierta medida intenta capturar las posiciones en favor de la libertad de elección de las mujeres (pro-choice) o en contra, que a priori consideramos que identifican las posiciones pro-vida(pro-life).Para ello,aplicamos un estímulo de diferencial semántico, enmarcado en la segunda pregunta:
“¿Con cuál de las siguientes proposiciones estás más de acuerdo?”. Para lo cual se les ofreció los dos diferenciales siguientes: 1.“La mujer debe tener el derecho y la libertad para decidir sobre la continuidad de un embarazo involuntario o no deseado” (43%); y 2. “La mujer no tiene el derecho y la libertad para decidir sobre la continuidad de un embarazo involuntario o no deseado” (31%).
Para aquellos que no se inclinaban de forma clara entre una u otra opción, se auto-asignaban las categorías de “No se” (6%), o “Prefiere no contestar”(20%.Como se puede apreciar,hay algo de lo que sugierePetraci (2011): los entrevistados tienen una actitud positiva en cuento a una ley favorable a “despenalizar y legalizar el aborto” (42%) y sobre el “derecho y la libertad de la mujer a decidir”(43%).No obstante,la actitud contraria a la despenalización (51%) es mayor que la actitud contraria al derecho a elegir (31%). En cuanto al tema de la libertad de elección, la proporción de entrevistados que prefiere no responder se incrementa significativamente del 4,5%, en la primera pregunta, al 20% en la segunda8.
3.2 Factores estructurales e individuales
¿Qué factores estructurales o individuales ayudan a explicar las actitudes de los entrevistados? El trabajo se focaliza en determinar el impacto de diferentes conjuntos de variables de tipo estructurales o sociodemográficas y de tipo individuales respecto del grado e acuerdo/desacuerdo con la LIVE.Por variables estructurales se entienden aquellas que vienen determinadas apriori, que anteceden ose imponen desde afueracomo un hecho social,en el sentidod eDurkheim (1895):variables como el sexo(discutible,en parte),el nivel socioeconómico,la escolaridad o incluso la región9.Por variables individuales, en contraste, se entienden los indicadores de procesos individuales o internos,que suponen algún mínimo de elección o agencia,como las propias opiniones de una persona sobre cualquier tema particular, así como su posición ideológica,su preferencia partidaria y su nivel de práctica religiosa10.
Las variables que queremos poner a prueba se desprenden en parte de la discusión de la literatura previa resumida.Cada una está acompañada de una breve descripción, de lascategorías de medición que contiene yde una hipótesis en relación con las actitudes a la LIVE.
Factores estructurales
SEXO: es una variable dummy que asume dos valores “Hombre” (0) o “Mujer” (1). La conjetura de partida es que esperamos una mayor proporción de mujeres con actitudes favorables alaborto ya la LIVE,entendiendo que son ellas las que en última instancia toman la decisión al respecto.
NSE: el Nivel Socioeconómico es una variable que se compone de indicadores tales como el tipo de empleo, el lugar que ocupa en su empleo y el nivel de educación. Contiene tres categorías: “ABC1” o sectores altos, “C2C3” o sectores medios y “D1D2” o sectores bajos. Esta variable se incluye como control, ya que no encontramos un fundamento teórico o práctico que nos permita inferir alguna relación con la actitud hacia el aborto o la LIVE.
REGIÓN: agrupa a las 24 provincias de residencia de los entrevistados en 7 categorías: CABA, GBA (los 24 municipios colindantes con la CABA), PBA(elinteriordelaprovinciadeBuenos Aires),Centro(Córdoba,SantaFe y Entre Ríos), Cuyo (La Rioja, Mendoza, San Luis y San Juan), NOA (Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán), NEA (Chaco, Corrientes,Formosa y Misiones)y Patagonia(LaPampa,Neuquén,RíoNegro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego). A priori no hay un fundamento teórico sobre la disposición territorial y las actitudes, pero al igual que en muchos otros países, se observan en general pautas de comportamiento y actitudes más tradicionales y conservadoras en las regiones del Norte y Cuyo del país, respecto de las cuales esperamos que presenten una menor pro-porción de actitudes favorables a la LIVE. En parte, los legisladores han manifestado esa tendencia de comportamiento legislativo.
ESCOLARIDAD:la variable reagrupa el nivel de escolaridad de los entrevistados en 4 categorías: “Hasta primario”, “Hasta secundario”, “Hasta Universitario incompleto”y “Universitarioo más”. Se espera,deacuerdoa las investigaciones anteriormente reseñadas,que a mayor nivel de escolaridad mayor sea la proporción de actitudes favorables.
GENERACIÓN: agrupa las edades de los entrevistados en 5 tramos generacionales:“Generación Z”(18-22),“Millennials”(23-38),“Generación X” (39-54), “Baby Boomers” (55-73) y “Generación Silenciosa” (74 o +).
Seguimos esta categorización, a diferencia de las más tradicionales basadas en tramos etarios similares, con base en una nueva investigación que ofrece evidencia de que estos cortes generacionales presentan diferencias significativas en sus comportamientos y actitudes (Dimock, 2019). Así, esperamos que las nuevas generaciones tengan actitudes más favorables hacia el aborto y la LIVE.
Factores individuales
IDEOLOGÍA:surge del aauto-identificación de los entrevistados en las categorías de “Izquierda”, “Centro Izquierda”, “Centro”, “Centro Derecha” y “Derecha”.Además,para aquellos que no se identifican con estas categorías ideológicas se agregaron las categorías “No me ubico en ninguna”, “No sé” y “Prefiero no contestar”. En principio podría asumirse como una variable continua, que va de un polo a otro polo. Sin embargo, la proporción de quienes no se ubican en ninguna categoría vuelve difícil asumir la medición como continua. Desde luego, y de acuerdo con la mayoría de la evidencia comparada, esperamos que a medida que los entrevistados se auto-identifiquen más hacia la izquierda tengan actitudes más favorables hacia el aborto y la LIVE11.
RELIGIOSIDAD: surge de la fusión de dos variables: la creencia o no endios,y,por el otro,para los creyentes se consideró la autodefinición de su grado de religiosidad.De este modo,queda una sola variable con 5categorías que asumen los valores de “No tiene religión”, “Nada Religioso”, “Poco Religioso”, “Algo Religioso” y “Muy Religioso”. También podría asumirse como continua, con la excepción de quienes elijen “No responde” o “No saben”. Respecto de esta variable asumimos que a mayor el nivel de religiosidad del entrevistado menor la probabilidad de tener actitudes favorables.
POLÍTICA:es un proxy de la identificación partidaria o política,determinando si el entrevistado es “Oficialista”, “Oficialista crítico”, “Opositor crítico”, “Opositor”, “Ns/Nc”. Si bien el partido que por entonces estaba en el gobierno abrió el debate legislativo, la mayoría de los partidos políticos (con excepciones)dejaron en libertad de conciencia a sus legisladoresy,por ende, no marcaron partidariamente un lineamiento a seguir. Sin embargo, prominentes figuras de cada partido asumieron públicamente un posicionamiento favorable o contrario a la LIVE (Lopreite, 2020). En función del posicionamiento de éstos, conjeturamos que los entrevistados que se identifiquen como opositores al gobierno(Frente para Victoria y otros),ceteris paribus,tendrán una mayor probabilidad de tener posiciones favorables a la LIVE, mientras que los que se identifiquen como oficialistas (Cambiemos) tendrán una menor probabilidad de estar a favor12.
4. Resultados
Con el objetivo de corroborar en qué medida diferentes categorías o segmentos de estas variables inciden en el grado de acuerdo o desacuerdo con la LIVE,se procede a presentar visualizaciones de gráficos de barras de las correspondientes tablas de análisis de contingencia, en forma bivariada, con su correspondiente test de asociación chisquare. A continuación de ellos se controla el impacto de cada variable sobre el grado de acuerdo/ desacuerdo con la LIVE, manteniendo constante el efecto de las demás, mediante un modelo binomial o logit.Finalmente,se presenta un análisis de Importancia Relativa de los Coeficientes (relative importance coefficients) (Grömping, 2015), para determinar la contribución de cada variable independiente en la explicación de la dependiente y de este modo estimar su importancia.
Análisis Bivariado
El grado de acuerdo o desacuerdo respecto de la LIVE presenta variaciones según las características estructurales (sexo, nivel socioeconómico, generación,regióny nivel educativo)y las características individuales(ideología,religión y política).
Fuente: elaboración propia.
Como se puede apreciar en el Gráfico1,observamos que entre hombres y mujeres hay diferencias mínimas En cuanto el grado de acuerdo/desacuerdo con la LIVE, mientras que Región, Educación, Ideología y Religión presentan las mayores variaciones en cuanto al nivel de acuerdo y desacuerdo. Algunos resultados parecen contra intuitivos,por ejemplo:mientras un 49,4% de los hombres se manifestaron algo o muy en desacuerdo con la LIVE, el desacuerdo con la LIVE entre las mujeres llegó al 54%. Otros resultados confirman nuestra intuición: el 80% de los que se definieron ideológicamente como de izquierda están algo de acuerdo o muy de acuerdo con la LIVE, mientras que entre los que se identificaron como de derecha esa opinión cae al 30%.
Se encuentran diferencias entre los diferentes estratos de NSE.Los sectores más bajos presentan opiniones en desacuerdo(59%)en mayor medida que los niveles medios(49%) yaltos(37%); en sentido contrario lossectores de NSE alto están en favor en un 57%, proporción que se reduce en los medios (43%) y bajos (35%). También se observan diferencias según las regiones del país: en CABA el acuerdo alcanza el 68%, la región de mayor acuerdo,asícomo en Patagonia alcanza el 51%,reduciéndose considerablemente en el NEA (32%) y el NOA (29%). Estos contrastes también se observan con el nivel de educación, siendo más del doble el acuerdo con la LIVE entre los sectores con mayor nivel educativo (56%) que en los sectores con primario incompleto (25%).
El grado de acuerdo o desacuerdo con la LIVE presenta diferencias también según la edad o las generaciones, pero estas variaciones no son en ningún modo lineales.Entre los “Centennials” o “Generación Z” el respaldo a la LIVE es del 42%, entre los “Millennials” o “Generación Y” llega al 51% y cae en la “Generación X” al 35%, para subir entre los “Baby Boomers” (44%) y la “Generación silenciosa” (50%).
Analizando las variables “ideología” y “religiosidad”, las diferencias en las opiniones siguen la distribución esperada. El acuerdo es mayor hacia la izquierda (84%), y cae radicalmente hacia la derecha (33%). Las variaciones también se observan según el grado de religiosidad de los entrevistados: entre los “No creyentes” el grado de acuerdo con la LIVE alcanza el 71% y cae paulatinamente a medida que aumenta el grado de religiosidad de los entrevistados, llegando al 18% de acuerdo entre los “Muy religiosos”. Más contraintuitiva es la relación entre política y LIVE. Si bien el presidente Mauricio Macri (Cambiemos) autorizó a que dos diputados de su contingente legislativo iniciaran el debate en el Congreso, los entrevistados identificados como oficialistas están más en desacuerdo con la LIVE que los identificados como opositores. Del mismo modo se comportaron los diputados enelrecinto,siendo los opositores los que en mayor proporción respaldaron la aprobación de la LIVE, en contraste con los diputados oficialistas que en mayor medida votaron en contra.
Las diferencias en las opiniones de los entrevistados, que se observan según las diferentes categorías de variables sociodemográficas e individuales, son en todos los casos estadísticamente significativas( ).La Tabla 1 presenta en cada celda los valores de la prueba de y el
asociado para cada variable en relación con el grado de acuerdo/desacuerdo con la LIVE.
Modelo Multivariado
Los análisis bivariados indican que las diferentes variables socio-estructurales e individuales escogidas permiten segmentar las opiniones de los entrevistados, pero no permiten discriminar el impacto que tiene cada una deellasmanteniendo las otras variables constantes. Para ello se presenta un modelo de variable dependiente binomial o logit y un modelo normal OLS (Ordinary Least Square) o de mínimos cuadrados ordinarios, ambos estima-dos mediante el paquete svyglm en el software ‘R-Studio.
Presentamos ambos modelos debido a que la variable dependiente no es continua. En los modelos OLS los coeficientes estimados indicancuántas unidades aumenta la variable dependiente (siempre que esta sea continua) por cada unidad que aumenta la variable independiente. Dado que nuestra variable de respuesta no es continua, utilizamos otro modelo que se ajusta a una transformación logística de la probabilidad de ocurrencia de un evento y que será el modelo sobre el cual podremos estimar las probabilidades de las actitudes. Sin embargo, también presentamos los resultados de un modelo binario OLS con el solo objeto de corroborar que el impacto de las variables se mantenga significativo incluso bajo los supuestos de un modelo OLS.
La variable acuerdo con la LIVE fue recodificada para asumir solo dos valores posibles: acuerdo=1 y desacuerdo=0. La categoría acuerdo agrupa las categorías de“Algo”y “Muy de acuerdo”,así como la categoría desacuerdo agrega las categorías de “Muy” y “Algo en desacuerdo”. Las categorías de “No sabe” y “Prefiero no contestar” fueron removidas, quedando un total de 903 observaciones finales.
El modelo logit estima el logaritmo ( ) de la razón entre la probabilidad de acuerdo ( ) y el desacuerdo, a partir del conjunto de variables independientes. De este modo, el modelo queda expresado de la siguiente forma:
Para obtenerlosodd-ratiosde la estimación,es decir la razón de probabilidad de podemos transformar la ecuación del siguiente modo:
Una vez estimados los odd-ratios podemos deducir la probabilidad, mediante:
El modelo ofrece el resultado con todas las variables incluidas. Las variables independientes fueron consideradas como factoresy no como variables continuas de modo que, si se presentaran efectos no lineales, pudieran serdetectados.Enestesentido,los coeficientes deben interpretarse como el impacto de cada categoría del factor en comparación con la categoría de referencia dentro del factor.La categoría de referencia o base en cada factor está indicada en la tabla de regresiones. Las categorías base o de referencia entonces son: “No Creyentes”, “Izquierda”, “CABA”, “Opositores”, “Mujeres”,“Centennials o Generación Z”,“Universitarios”y “ABC1”.Como se puede apreciar,las categorías de referencia corresponden a las categorías que, hipotetizamos, deberían presentar un mayor acuerdo a la LIVE.
En este sentido, la constante de los modelos de las tablas de regresión nos indica el coeficiente estimado (3.221) de la actitud de una persona que tiene esas características base.
Fuente:elaboración propia.
El valor de la constante del modelo logístico representa la combinación de las categorías de referencia de cada factor:una entrevistada mujer,perteneciente a la “Generación Z” (esto es, los que en el estudio se encuentran entre 18 y 22 años), con estudios universitarios, de nivel socioeconómico alto, residente en CABA, de izquierda, no religiosa y opositora. Para una persona de esas características, el valor de la constante es de, lo que implica que, mediante la ecuación (), esa persona tiene 27 veces más chances de estar a favor de la LIVE que estar en contra o, en otros términos,mediante la ecuación,que tiene una probabilidad de estar a favor de 0.96 (o medido de 1 a 100, el equivalente a 96%).
Considérese el caso contrario, esto es: para un entrevistado hombre () residente en el NOA (), auto-ubicado a la derecha de la escala ideológica (), muy religioso (), con estudios primarios (), de nivel socioeconómico bajo (D1-D2) ( )y oficialista()el coeficiente estimado es de-3.772, que equivale a un odd-ratio de 0.023 chances de estar a favor, es decir una probabilidad de 0.022 (o casi nula 2%) de estar de acuerdo con la LIVE, o de 0.977 (97.7%) de estar en desacuerdo. En otras palabras, una persona de esas características tiene una probabilidad casi igual a 1 de tener una actitud contraria a la LIVE. El modelo es muy preciso al respecto sobre el impacto en la direcciónde
las actitudes de las diferentes variables consideradas.
Considerando,por ejemplo,exclusivamente la religiosidad de una persona “No religiosa” o que no cree en la existencia de dios, manteniendo el resto de los factores en el nivel de la constante,encontramos que la probabilidad de estar de acuerdo con la LIVE entre una persona no religiosa (p= 0.96)y una persona muy religiosa(p=0.43)se reduce considerablemente en 0.53 (53 puntos porcentuales).
La lectura de los coeficientes estimados permite detectar cuatro hallazgos muy específicos y relevantes: en primer lugar, que no hay diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres, ceteris paribus. En segundo lugar, y de acuerdo a lo esperado, entre los no creyentes y los creyentes,pero “Nada” religiosos,no hay diferencias En cuanto a susopiniones en relación con la LIVE.Sí las hay entre los nocreyentes y los“Poco”,“Algo” y “Muy” religiosos:a medida que aumenta la intensidad religiosa el impacto negativo en la actitud hacia la LIVE es mayor (esto es, contrario a la LIVE). En tercer lugar, la ideología tiene el impacto esperado: los entrevistados auto-ubicados en la izquierda y en la centroizquierda no tienen diferencias en cuanto a su posicionamiento en favor de la LIVE; pero las diferencias estadísticamente significativas son entre la categoría base (izquierda) y los nubicados en el centro,centroderecha y derecha,así como también entre los que no se auto-posicionan ideológicamente.El impacto negativo de la ideología en contrade la LIVE crece a medida que nosmovemos de izquierda a derecha. En cuarto lugar, las regiones presentan corrientes de opinión muy claras:CABA,el GBA,el interiorde la PBA y la Patagonia no presentan diferencias estadísticamente significativas entre ellas.Pero el impacto negativo hacia la LIVE, estadísticamente significativo, aumenta a medidaque nos movemos desde estas regiones hacia las regiones Centro, Cuyo, NEA y NOA14.
La identificación política de los entrevistados también presenta efectos significativos. Tanto los oficialistas(Cambiemos),comolosque no se identifican políticamente, tienen menos probabilidades de estar de acuerdo, o más probabilidades de estar en desacuerdo con la LIVE, en comparación con los opositores (Frente para la Victoria)15.
En cuanto a la pertenencia a una generación(el indicador de edad)y la actitud hacia la LIVE, el impacto no es lineal. Entre los más jóvenes (la generación Z) y los más viejos (la generación silenciosa) no hay diferencias estadísticamente significativas, pero sí existen diferencias entre éstas y los millennials,la generación X y los BabyBoomers. Estos grupos generacionales tienden a tener opiniones más favorables ala LIVE, comparativamente con losdos primeros,manteniendo los demás factores constantes. En cierta forma, es difícil interpretar estos resultados, ya que en forma bivariada, y sin control de los otros factores, la distribución de las preferencias no sigue el efecto observado en el análisis. De todas formas, la edad de las personas ha sido incluida tan solo como una variable de control, por lo que su interpretación no es decisiva para el análisis. La educación sigue el impacto esperado: a medida que se desciende en el nivel de educación o escolarización de las personas,aumenta el rechazo a la LIVE. En cuanto al nivel socioeconómico se observa un impacto negativo y significativo en los sectores más bajos, comparados con los medios y altos.
Importancia Relativa de los Factores
Considerando las variables en su conjunto es, sin duda alguna, el nivel de religiosidad de las personas el factor que tiene un mayor peso en la variación del acuerdo o el desacuerdo. Analizando la importancia relativa de los coeficientes (Relative Importance Coefficients) mediante descomposición de la varianza(Grömping,2015y 2007),aproximadamente el47% de la explicación de la varianza de las opinionesrespecto de la LIVE se debe al grado de religiosidad de las personas. La ideología es la segunda variable de mayor contribución a la explicación: un 21%.De un modo similar,la región contribuye a la variación de las actitudes en un 17%. Por último, y en menor medida, la educación contribuye un 6% a la explicación de las actitudes. El peso del sexo, de la generación, de la identificación política y del nivel socioeconómico de las personas se diluyen en presencia de los factores con mayor aporte en la explicación.
Los resultados indican que la opinión de los entrevistados respecto de la LIVE está fundamentalmente afectada por la religiosidad de las personas.En este punto hay que ser claros:no es la religión o la creencia religiosa per se, sino la intensidad de esas creencias. Cuanto más religiosa es una persona, menos probable es que tenga una actitud favorable a la LIVE.
Ideología, Región y Educación en interacción con la Religión
Si bien el peso de la religiosidad parece ser preponderante en las actitudes que las personas tienen respecto de la LIVE, hemos podido detectar dos factores cuyo peso relativo es importante y que atenúan o moderan el impacto de la religión.Estos son:la ideología(o auto-posicionamiento ideológico) y la región (o región de residencia de la persona). Personas con alto nivelde religiosidad(Algo religiosa y Muy religiosa)tienen más probabilidad de estar de acuerdo con la LIVE si son de izquierda o centro izquierda y viven en regiones donde las personas que las rodean están en mayor proporción a favor de la misma (CABA, GBA y Patagonia), comparándolas con otras personas muy religiosas pero ideológicamente ubicadas en el centro derechao en la derecha,y en regiones donde la mayoría tiende a tener posiciones contrarias (Centro,Cuyo, NEAyNOA). Así,elGráfico 2presenta las probabilidades pronosticadas respecto del grado de acuerdo con la LIVE según el nivelde religiosidad,controlado por región,ideología,educación y generación.Es en este sentido que la ideología y la presión social juegan un efecto atenuante o agravante. También lo hace el nivel de estudios: los y las universitarias muy religiosos tienden a tener una mayor probabilidad de estar de acuerdo con la LIVE con respecto a quienes tienen su mismo nivel de religiosidad, pero no son universitarios. Contrariamente a la “percepción cuasi estadística”16 generalizada, no hay diferencias significativas entre las distintas generaciones.Sólo encontramos marginalmente que entre losmás jóvenes, la Generación Z, el aumento de la religiosidad presenta actitudes más significativamente contrarias que en el resto de las franjas etarias para los mismos niveles de religiosidad17.
Fuente:elaboraciónpropia.
Una hipótesis que podría explicar y dar sentido al fuerte impacto de la religiosidad de las personas en su actitud contraria hacia la LIVE tiene su fundamento en la discusión respecto del inicio de la vida. Para los muy religiosos, en general, y para los cristianos (católicos, evangélicos o de alguna otra religión protestante),en particular,la creencia en la existencia en una vida después de la muerte, basada en la creencia de un alma separada del cuerpo, implica la sacralización de la concepción humana. Esta creencia se antepone ante cualquier argumento biológico o científico y, por lo tanto, pasaa en cuadrarse en un problema moral trascendente. El sistema de creencias y su forma de operar e las actitudes es radicalmente diferente entre los no creyentes, los agnósticos o los poco religiosos, o incluso entre los hombres y las mujeres del ámbito de la ciencia, que en general entienden el proceso evolutivo del embrión en los mismos términos que cualquier proceso biológico que puede estar bajo el control de la persona (Taracena,2005). Adicionalmente,las personas más religiosas creen en la existencia de un “ordenn atural”y una“ley natural” por encima del orden creado socialmente y de la ley positiva.De allí deriva la creencia en la sacralidad de ese orden y de esa ley, que no pueden ser modificados ni discutidos. Desde luego, quienes no creen en la existencia o la validez de ese fundamento exterior y, por lo tanto, consideran que el orden es producto de la creación social, tienen ninguna objeción a la discusión de loscambiosen la forma en que la sociedad puede organizarse para satisfacer las demandas de sus miembros. Cualquiera sea, de todos modos, la interpretación correcta respecto de la relación entre religión y aborto,nuestros hallazgos revelan el peso que ésta tiene sobre las actitudes de las personas.
5. Conclusión
Los resultados de la investigación sugieren que, en primer lugar y de acuerdo -enparte- atrabajos de investigación previos,el grado de religiosidad de las personas tiene un impacto estadísticamente significativo sobre el grado de acuerdo/desacuerdo con respecto a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Cuanto más intensa es la religiosidad de las personas, mayor es la probabilidad de desacuerdo con dicha ley.
En segundo lugar, la ideología juega también un papel complementario en las opiniones. Como es de esperar, las personas que se auto-ubican en la izquierda y en la centroizquierda son las de mayor acuerdo co nla LIVE,mientras que las personas que se auto-ubican en la centroderecha y en la derecha del espectro ideológico son las de mayor desacuerdo con la LIVE.Cabe destacar que los que no se auto-identifican ideológicamente en la escala de izquierda y derecha, presentan una taza de acuerdo/desacuerdo similar a la de los que se ubica entre la centroderecha y laderecha.Este es un hallazgo relevante, ya que la declaración de ausencia de ideología en un sentido espacial no implica aleatoriedad en la opinión respecto deltema de aborto,sino una clara correlación con quienes se auto-perciben en uno de los polos.
En tercer ugar,la región de residencia también permited escribir las variaciones en las opiniones de los entrevistados. Al respecto, el país se encuentra claramente dividido en dos clusters nítidamente definidos: en CABA, GBA, interior de PBA y Patagonia la probabilidad de estar de acuerdo con la LIVE, ceterisparibus,es significativamente mayor que en el NOA y el NEA,asícomoen el Centro y Cuyo. No obstante, las regiones correlacionan fuertemente con el nivel de religiosidad de las personas, por lo que la relación encontrada territorialmente respondemás al grado de religiosidad de esos segmentos quea su residencia.Una explicación potencial de este vínculo puede ofrecerse desde una perspectiva de los efectos de la presión social: es más probable que una persona que interactúa con personas con un determinado tipo de actitud tienda a adoptar esa actitud, independientemente de otras cuestiones (por ejemplo,la ideología o la educación).Así,es más probable que cual quiera seae lpeso de los otros factores, una persona que reside en una determinada provincia o región tenga una actitud de base más favorable o menos favorable ala LIVE.
En cuarto lugar, la relación del grado de religiosidad y la opinión respecto de la LIVE es atenuada bajo la presencia de otros factores como la ideología y, en menor medida, la educación. Personas muy religiosas pero orientadas ideológicamente hacia la izquierda o centroizquierda, tienen menos chance de estar en desacuerdo con la LIVE. Del mismo modo, personas religiosas, pero con un nivel universitario o más de estudios, tienen menos chances de estar en desacuerdo con la LIVE.
En quinto lugar, y quizás con menor claridad, parece observarse que mientras el desacuerdo respecto de la LIVE se expresa de manera abierta, asumir una posición contraria al derecho y a la libertad de elección de la mujer no lo es en la misma proporción. Esto implicaría que aquellos que no asumen una posición definida respecto de la libertad y el derecho de elegir de las mujeres, en realidad tienen una posición latente en contra.
La conclusión es clara.Los hallazgos permiten afirmar que las personas muy religiosas,auto-ubicadas ideológicamente en la derecha y residentes en la región NOA y NEA tienen una alta probabilidad de estar en desacuerdo con la LIVE, mientras que los no creyentes y los poco religiosos, auto-posicionados a la izquierda y centro izquierda del espacio ideológico y residentes en CABA, GBA, PBA y el sur del país, tienen muchas más chances de estar de acuerdo con la LIVE. Esta tendencia de la opinión pública abona a la explicación que otros trabajos ofrecen respecto del comportamiento de los legisladores nacionales que parecen seguir -como es de esperar- el clima de opinión pública de sus respectivos distritos electorales.
Porúltimo,de manera contra intuitiva,no hay evidencia firme respecto de la existencia de diferencias generacionales que indiquen un cambio en las actitudes. De hecho, entre los más jóvenes (Generación Z), el aumento de la religiosidad dispara actitudes aún más contrarias hacia el aborto en relación con las otras generaciones.
Podría esperarse que, con el paso del tiempo, después de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo las actitudes contrarias bajen de intensidad y sea suma como una opción.Si bien las actitudes son relativamente estables a lo largo del tiempo, los reemplazos generacionales o cambios legales pueden ejercer algún tipo de cambio en las mismas. Desde luego, es tan sólo una conjetura provisoria. Más allá de eso se necesita más investigación sistemática sobre este asunto en particular y sobre las posibilidades de avance y reversión, como la experiencia de otros países así lo demuestra. Los procesos de secularización no son lineales ni evolutivos, y nuevas olas de aumento de la religiosidad podrían implicar también cambios en las actitudes que se observan en la opinión pública que puedan condicionar la agenda deldebatelegislativo.