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Bonplandia

versión impresa ISSN 0524-0476versión On-line ISSN 1853-8460

Bonplandia vol.32 no.1 Corrientes jun. 2023

http://dx.doi.org/10.30972/bon.3216379. 

Artículos originales

Cambio en la riqueza de especies frutales en huertos familiares de San Andrés Nicolás Bravo, Malinalco, México

Change in the richness of fruit species in homegardens of San Andrés Nicolás Bravo, Malinalco, Mexico

Noemí G. Martínez1 
http://orcid.org/0000-0003-0158-8902

Cristina Chávez Mejía1 
http://orcid.org/0000-0003-4337-7572

1Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales de la Universidad Autónoma del Estado de México, El Cerrillo Piedras Blancas, Toluca, Estado de México C.P. 50090. E-mail: cchavezm@uaemex.mx

Resumen:

Los huertos familiares son complejos y dinámicos, son un espacio donde se promueve la conservaciónin situde la biodiversidad. En el área estudiada en los últimos años, los huertos familiares son subdivididos, ocurriendo un cambio en el uso del suelo, de agrícola a habitacional. El objetivo del artículo es evaluar el impacto de la subdivisión de los huertos familiares en la diversidad de especies frutales en San Andrés Nicolás Bravo, en dos periodos de tiempo (2000-2010 y 2011-2019). El trabajo de campo se llevó a cabo de noviembre de 2017 a octubre de 2019, en 92 huertos familiares. Mediante entrevistas semi-estructuradas, se identificó la riqueza de especies frutales; para conocer las especies del primer periodo se preguntó nombre local y se mostraron imágenes de las especies para constatar las especies antes existentes; mediante un análisis de clúster, se identificó la asociación entre riqueza de especies frutales, número de fragmentaciones y edad de los mismos. Para el primer periodo, había 69 especies y una abundancia de 4053 individuos, derivado de las subdivisiones de los huertos, quedaron 48 especies y una abundancia de 2591 individuos; 21 especies fueron eliminadas y 26 sustituidas; se perdió el 31% de la diversidad de frutales. Estos cambios en los huertos muestran las necesidades cambiantes de las familias, siendo prioridad la conservación de plantas multipropósito.

Palabras clave: frutales; fragmentación de la tierra; huertos familiares

Introducción

Los huertos familiares son espacios multipropósito, que se destacan por su riqueza de flora y fauna, uno de sus principales usos es el alimenticio; su biodiversidad permite la disponibilidad de alimentos variados a lo largo del año, por lo que contribuyen a la seguridad y soberanía alimentaria (FAO, 2013; Cano-Contreras, 2015). En comunidades campesinas e indígenas, estos agroecosistemas son refugio de especies vegetales cultivadas y silvestres que han desaparecido en otros sistemas agrícolas o de su hábitat natural (Mariaca, 2012).

Como consecuencia de cambios climáticos y del uso de suelo, se observa un deterioro de la composición del huerto familiar (Cámara-Cordova, 2012; Garcíaet al., 2019); particularmente por procesos como la urbanización, crecimiento de la familia, migración y pérdida de conocimientos tradicionales para su manejo, estos agroecosistemas corren el riesgo de desaparecer (González-Jácome, 2012; Garcíaet al., 2016). A pesar de esto, los huertos familiares continúan, la familia hace arreglos a su estructura horizontal y vertical para satisfacer sus necesidades e intereses (Pulido-Salaset al., 2017; Castañeda-Guerreroet al., 2020); se observa la conservación de especies multipropósito, destacan los usos alimenticio, medicinal y ornamental (Bautista-Garcíaet al., 2016; Garcíaet al., 2019; Castañeda-Guerreroet al., 2020).

En el presente artículo nos enfocamos en el estudio del cambio en la riqueza de las especies frutales de San Andrés Nicolás Bravo, municipio de Malinalco, de importancia por su riqueza vegetal en términos de familias, géneros y especies y por la variedad de productos del huerto que se ofertan en mercados locales y regionales (Guadarramaet al., 2020; Whiteet al., 2021). La comunidad de San Andrés es reconocida por la riqueza de especies frutales, de acuerdo a estudios previos, existen hasta 59 especies en huertos familiares, caminos, veredas y zona de selva, los mismos que son ofertados en el tianguis de dicho municipio (Guadarrama, 2016); en los huertos familiares se encuentran 48 especies frutales con siete usos (Guadarramaet al., 2020). Las especies frutales en el municipio, además de su uso alimenticio, son importantes en la medicina tradicional (Chávezet al., 2017; Guadarramaet al., 2020) y para la conservación de creencias, tradiciones y prácticas solidarias como el intercambio local y regional de bienes del huerto (Cahuich-Camposet al., 2014; Piñon-Vargaset al., 2015; Gómez-Sosa, Arellanes-Cancino, 2018). No obstante, la relevancia de la diversidad vegetal, para el bienestar de la familia quien cuida los huertos familiares, estos agroecosistemas se dividen entre las nuevas generaciones para que dispongan de un espacio para construir la casa de una nueva familia, con la posibilidad de establecer un huerto familiar o modificar uno ya existente (Robichaux, 2002; González-Jácome, 2012; Montañez-Escalanteet al., 2014), lo que implicaría cambio en la biodiversidad de los huertos. El objetivo del artículo es evaluar los cambios en la diversidad de especies frutales por la subdivisión de los huertos familiares en dos periodos de tiempo (2000-2010 y 2011-2019) en San Andrés Nicolás Bravo, municipio de Malinalco, Estado de México.

Materiales y Métodos

San Andrés Nicolás Bravo (San Andrés de ahora en adelante), pertenece al municipio de Malinalco, Estado de México, se encuentra entre 99°46’52” N y 18°76’77” W a una altitud de 1200 m; el clima es cálido subhúmedo con lluvias en verano y la vegetación corresponde a selva baja caducifolia (Torres, Tejero, 1998; Rzedowski, 2006). La población en el 2020, era de 1619 habitantes (803 hombres y 816 mujeres); sus actividades principales son la agricultura de temporal, comercio a nivel local, aprovechando los excedentes que obtienen de sus huertos; hay empleos y ocupación en el sector terciario; y, existe la migración hacia Canadá y Estados Unidos, así como la migración temporal al interior del país (Plan de Desarrollo Municipal, 2022).

En San Andrés, los huertos familiares se conforman por entrada al huerto, espacio habitacional, corrales para los animales domésticos, espacio para composta, lavadero y pileta de agua, patio para la convivencia familiar y el espacio donde se encuentran las plantas. Las especies frutales reciben varios usos: alimentacio, venta de excedentes, medicinal, aseo personal, ornamental, ceremonial y para el trueque, son todavía relevantes para la vida familiar y comunitaria, el 96,7% de los hogares tienen huerto (Guadarramaet al., 2020).

Obtención de información

La investigación de campo se llevó a cabo de noviembre de 2017 a octubre de 2019. El primer acercamiento a la comunidad fue de septiembre a noviembre del 2017, mediante pláticas a profundidad sobre la historia de los huertos familiares en la comunidad con apoyo de informantes clave (un ex-secretario del comité ejidal, y dos mujeres, esposas de dos ejidatarios) y un vendedor en el tianguis de San Andrés). Durante las pláticas se identificó que recordaban aquellas plantas que tenían desde el año 2000 y mencionaron que, a partir del año 2010, los huertos se subdividían cada vez más para dar parte a los hijos casados para que construyeran su propia casa, por lo que se decide evaluar el cambio en la riqueza de los huertos en dos periodos de tiempo (2000-2010 y 2011-2019). Se estudiaron 92 huertos familiares, que representan el 42,4 % del total de los huertos de la comunidad. Se comparó la riqueza de los huertos originales y después de la subdivisión, registrando la riqueza de especies frutales del huerto original, sin incluir las subdivisiones.

Para conocer las especies del 2000 al 2017, con apoyo de los informantes clave, se recorrieron 12 huertos familiares que localmente se consideran con mayor diversidad de plantas; se tomaron fotografías de las especies frutales, se anotó, su nombre y usos. Mediante la técnica de bola de nieve y con el consentimiento de los dueños de los huertos, se registraron las especies que aún se encontraban en los 92 huertos estudiados. Durante los recorridos en los huertos, se registraron las especies frutales existentes y sus usos; se mostraron fotografías de las especies frutales, como apoyo para recordar aquellas que había en sus huertos y se registró aquellas que se eliminaron o reemplazaron. También durante los recorridos en los huertos, con ayuda de la observación participante, se realizaron entrevistas semi-estructuradas a cada jefe de familia o responsable del manejo del huerto familiar, se registró su edad, escolaridad, ocupación; se entrevistó sobre el manejo del huerto, se registró edad del huerto familiar y, razones para conservar, eliminar o reemplazar especies frutales.

El inventario florístico incluyó árboles, arbustos y herbáceas, se hizo el registro del nombre local, forma biológica, usos y parte utilizada; se registró superficie total del huerto, número de divisiones y para especies frutales, número de especies, número de individuos por especie y cuáles eliminan; se tomaron fotografías de los ejemplares, se recolectaron ejemplares y se herborizaron e identificaron (Colínet al., 2012) en el Herbario de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de México. Para corroborar el nombre científico y el origen de las especies frutales se consultó Tropicos (https://www.tropicos.org).

Organización y análisis de datos

Mediante un análisis de clúster (Balzariniet al., 2008), se realizó un agrupamiento de huertos familiares con características similares, se tomaron en cuenta la riqueza de especies frutales, número de divisiones, edad del o la encargada del huerto y edad de los huertos, para identificar la asociación entre riqueza de especies frutales por periodo (2000-2010 y 2011-2019). El análisis de clúster se realizó mediante el método de Ward’s, se construyó un dendrograma para el agrupamiento de los huertos familiares (HF) por número de divisiones, riqueza de especies, edad de los HF y edad del responsable de los mismos. Los datos se corrieron en el paquete estadístico PAST (Paleontological Statistics Versión 2.17) (Copyright: Hammer, Harper, 2001). Aunado a ello, se utilizó la prueba estadística Mann-Whitney para conocer si hay diferencias significativas entre el número de especies para los periodos, 2000-2010 y 2011-2019.

Resultados

Cambios en la riqueza y abundancia de especies frutales

La superficie promedio de los huertos familiares para el periodo 2000-2010, era de 872 m2, la superficie más pequeña era de 690 m2y la más grande de 950 m2. El área para las especies frutales, en promedio era de 450 m2, la superficie más grande era de 650 m2y la más pequeña de 290 m2. El total de las especies frutales de los 92 huertos estudiados era de 69 especies, de los cuales 54 eran árboles, siete arbustos y ocho herbáceas (Tabla 1); se destacaron las familias Rosaceae y Fabaceae con nueve especies, Rutaceae con seis especies, Anacardiaceae y Myrtaceae con cinco especies. Sobre su origen, de las 69 especies, 42 eran nativas y 27 introducidas.

Posteriormente para el periodo 2011-2019, la superficie promedio era de 680 m2, la más grande era 750 m2y la más pequeña era de 490 m2; la superficie dedicada a las especies frutales en promedio era de 210 m2, la superficie más grande era de 325 m2; la más pequeña era de 75 m2; había 48 especies frutales, que abarcan 38 géneros y 22 familias (Tabla 1). En cuanto a su forma de vida, había cuatro arbustos, seis hierbas y 38 árboles. Se destacaron la familia Rosaceae con siete especies, Rutaceae con cinco especies, Fabaceae y Myrtaceae con cuatro especies; de las 48 especies, 26 eran nativas y 22 introducidas.

Para el primer periodo 2000-2010, se citaron 69 especies frutales, con una abundancia total de 4053 individuos, debido a la subdivisión que ocurrió en el 95,6 % de los huertos. La edad de los encargados de los huertos (de entre 80 y 93 años) influyó en la disminución de la riqueza de las especies frutales, esto ocurrió en el 4,3 % de los huertos. El área para las especies frutales disminuyó y el número de especies frutales también se redujo, de manera que para el periodo 2011-2019, quedaron 48 especies y una abundancia de 2591 individuos.

Se identificó que se conservan especies que tienen un mayor número de usos, para el periodo 2000-2010, las especies tenían hasta cinco usos (alimenticio, venta, medicinal, trueque y ornamental). Las especies que fueron eliminadas contaban con tres usos (alimenticio, venta, medicinal), mientras que para el segundo periodo 2011-2019, las especies frutales conservadas tienen hasta siete usos (Tabla 1). Ejemplo de esto se observó en los HF 25, 32 y 66, en los cuales había dátil (Phoenix dactyliferaL.), pistache (Pistacia veraL.), pera (Pyrus communisL.) y parota (Enterolobium cyclocarpumJacq.). Cuando los huertos se subdividieron, los dueños decidieron removerlas, pues aunque contribuía a su alimentación diaria, no generaba un ingreso económico que les motivara a seguir conservándolos, motivo por el cual deciden cambiarlos por especies como mango (Mangifera indicaL.), ciruela (Spondias purpureaL.) y poma rosa (Syzygium jambos(L.) Alston), con cuatro, seis y cuatro usos respectivamente.

Cambio de especies frutales por grupo de huertos

Con la finalidad de evaluar la asociación de la riqueza por periodo se realizó un dendrograma (Fig. 1), en el cual se conformaron tres grupos a una distancia de corte aproximada de 700. El primer grupo de huertos (Fig. 1a) se establecieron hace 79 años y se subdividieron de una a tres veces. Los promedios de la riqueza de especies fueron de 36 para el periodo 2000-2010 y de 17 para el periodo 2011-2019. Cabe señalar que, así como remueven especies, en algunos casos, la abundancia aumenta, tal es el caso de mango, tamarindo (Tamarindus indicaL.) y guayaba (Psidium guajavaL.), especies con un alto valor de uso en su dieta y de demanda en el tianguis de Malinalco.

En este primer grupo de huertos había 14 especies nativas y 24 introducidas, pero de manera general para este grupo se conservan especies introducidas como cidra (Citrus medicaL.) y mandarina (Citrus reticulataBlanco). Se conservan especies con uso alimenticio, medicinal y ritual, como mango, tamarindo, yaca (Artocarpus heterophyllusLam.) y guayaba rosa (Psidium montanumMill.).

Para este grupo de huertos, la edad promedio de los encargados del cuidado del huerto, era de 61 años. Se encontró relación entre la edad de los encargados del huerto y su manejo, a mayor edad de las personas, se descuida el huerto, dado que no están en condiciones de realizar tareas pesadas como poda de árboles, cosecha de frutos de árboles de porte alto como huajes (Leucaena leucocephala(Lam.) de Wit), cirian (Crescentia alataKunth) y capulines (Prunus serotinaEhrh. subsp.capuli(Cav.) McVaugh), entre otros y no cargan recipientes con frutos que llegan a pesar entre 20 y 30 kilos.

Como ejemplo de este grupo se tiene al HF 18, para el primer periodo (2000-2010) había 28 especies, al subdividir el huerto dos veces, eliminan arrayán (Psidium sartorianum(O. Berg) Nied.), huachocote (Malpighia mexicanaA. Juss.), dátil, pistache y tejocote (Crataegus mexicanaDC.). Para el periodo 2011-2019, se citan 13 especies, de uso alimenticio, medicinal, ritual, para el aseo personal y para la venta como limón (Citrus limon(L.) Osbeck), mango, tamarindo, caimito (Chrysophyllum cainitoL.) y cidra, que son especies introducidas.

En el huerto familiar (HF) número 53, ocurrieron cambios importantes en cuanto a su riqueza y abundancia, en el primer periodo (2000-2010) tenían 36 especies, al subdividir el huerto tres veces, removieron más de la mitad de las especies (p. ej. chirimoya (Annona cherimolaMill.), cirian, timbiriche (Bromelia karatasL.), uña de gato (Pereskia aculeataMill.) y zapote negro (Diospyros nigra(J. F. Gmel.) Perr.); pero deciden aumentar la abundancia de mango (seis ejemplares), tamarindo (ocho ejemplares), ciruela (cuatro ejemplares), yaca (siete individuos) y carambolo (Averrhoa carambolaL., tres individuos), especies que en su mayoría son de origen introducido.

El segundo grupo de huertos (Fig. 1b), en promedio se establecieron hace 80 años y hasta el 2019 se subdividieron de dos a cuatro veces. Los promedios de la riqueza de especies fueron de 35 especies para el periodo, 2000-2010 y de 18 para el periodo 2011-2019. La edad promedio de los encargados de los huertos era de 75 años; al igual que en el primer grupo de huertos, a mayor edad de los encargados tienden a realizar menos actividades que requieren mayor desgaste físico, aunado a que por la edad requieren de más tiempo en realizar las actividades de cuidado del huerto.

En este grupo, en dos de los huertos, se encontraron 15 especies nativas y 29 introducidas, al igual que en el primer grupo se conservan en su mayoría, especies introducidas como mango; tamarindo y durazno (Prunus persica(L). Batch). Al igual que en el primer grupo, deciden conservar especies con uso alimenticio y medicinal como tamarindo, cajinicuil (Inga jinicuilSchltdl.), guayaba y ciruela.

Para este grupo existen casos donde se removieron especies como zapote negro y guayaba rosa, las sustituyen por papaya (Carica papayaL.), limón y por timbiriche; además aumentan la abundancia de las mismas. Como ejemplo para este grupo, el HF 84, el propietario cambió cajinicuil, guayaba rosa, zapote negro y papaya, por otras que fueran más productivas y de mayor utilidad para su vida diaria como tamarindo, poma rosa (Syzygium jambos), uña de gato (Pereskia aculeata), timbiriche y mango.

Otro ejemplo es el HF 57, donde no quitaron especies frutales, por el contario, aumentaron, porque prefieren conservar plantas de mayor valor de uso como mango, limón, mandarina, ciruela y tamarindo. En total aumentaron 15 especies, entre ellas timbiriche, cuajilote (Parmentiera aculeata(Kunth) Seem.), zapote negro, mango, tamarindo, ciruela y guayaba blanca (Psidium guajava), especies que aparte de servir como alimento, les permite tener un beneficio económico, por medio de su venta.

En el HF 51, la riqueza se mantuvo, siguen conservando las 44 especies frutales con las que contaban antes de subdividir el huerto, solo se cambiaron algunas especies de mayor valor de uso (limón, mandarina, tejocote, huachocote, cirian y guayaba blanca), pues “no es necesario quitar los arbolitos de nuestro huerto pues solamente tenemos un hijo señito, mejor tener arbolitos de los cuales comer” (Amado, HF51).

Por último, se tiene el tercer grupo de huertos (Fig. 1c) que se establecieron hace 87 años; hasta el 2019, se subdividieron de tres hasta seis veces. La edad de los responsables del huerto, en promedio es de 55 años, a diferencia de los dos primeros grupos, en este grupo los encargados son más jóvenes, lo cual les permite llevar a cabo un mayor número de actividades para el cuidado del huerto, como las podas, fertilización, limpias, cosecha, control de plagas, entre otras. Los promedios de la riqueza de especies fueron de 37 especies para el periodo, 2000-2010 y de 16 para el periodo 2011-2019. En este grupo en general, aumentó la abundancia de algunas especies como limón, lima (Citrus aurantifoliaSwingle), mandarina (Citrus reticulata), papaya y guayaba.

En este último grupo 28 especies son nativas y 10 introducidas, contrario a los dos anteriores, donde son más las introducidas. Al igual que los otros dos grupos de huertos, se conservan especies con uso alimenticio, medicinal, ritual y otros usos, dependiendo de las necesidades de cada familia; pero principalmente se conservan mango, ciruela, aguacate (Persea americanaMill.), poma rosa y tamarindo.

Como ejemplo de este grupo se tiene al HF 12, que para el primer periodo había una riqueza de 25 especies, después de la subdivisión de este huerto en dos ocasiones, quitaron especies como pera, manzana (Malus domesticaBorkh) y guayaba blanca. Para el periodo 2011-2019 se citaron 14 especies en su mayoría de origen nativo como arrayán, poma rosa, granada de moco y zapote blanco (Casimiroa edulisLa Llave).

Otro ejemplo es el HF 40, en el cual para el primer periodo había una riqueza de 38 especies y al subdividirse el huerto cuatro veces, se eliminaron guasima (Guazuma ulmifoliaLam.), zapote borracho, capulincillo (Ardisia compressaKunth) y huismarín (Xylosma flexuosa(Kunth) Hemsl). Pero conservaron plantas de origen nativo y de uso alimenticio, medicinal y ritual como huachocote, guayaba blanca, arrayán, manzana, mandarina y mamey (Pouteria sapota(Jacq.) H. E. Moore, Stearn).

Prácticas de manejo de especies frutales

En San Andrés, se pueden observar manejos que contribuyen a la conservaciónin situ, como la selección de las especies que más les convenga a las necesidades e intereses de la familia, según el valor económico, alimenticio, medicinal y sentimental que les atribuye. Los habitantes de San Andrés conservan y multiplican en su mayoría especies de las cuales se obtengan beneficios económicos, pues de acuerdo a la época de fructificación, éstas son ofertadas a los pobladores locales o en el tianguis del municipio. Al conservar una diversidad de especies, aseguran un ingreso económico en diferentes epocas del año.

Los responsables del huerto, multiplican algunas especies de interés, como chico zapote (Manilkara zapota(L.) P. Royen), zapote borracho (Pouteria campechiana(Kunth) Baehni), papaya, timbiriche, entre otros. Por ejemplo, cuando los hombres deshierban el huerto, podan o hacen rodetes a los árboles, observan qué especies pueden enraizar a partir de estacas y las disponen en bolsas negras de plástico, después en su debido tiempo, las establecen en sus huertos o las venden en el tianguis de San Andrés o de Malinalco. De esta manera, por medio de estacas multiplican chico zapote (Manilkara zapota), tamarindo, zapote borracho y caimito.

Las mujeres cuando cortan o recolectan algún fruto y por algún motivo llega a caer una rama, denominada por ellas piecito, la entierran en un recipiente o cerca del mismo árbol o arbusto del que proviene para que desarrolle una nueva planta. Con estas prácticas, ayudan a tener un aporte económico a sus familias; además ahorran dinero que de otra manera tendrían que invertir en la compra de nuevas plantas para el establecimiento en su huerto.

Se observa el interés en reproducir plantas por varios métodos, a partir de su experiencia en el manejo del huerto, sin embargo, algunas especies son difíciles de propagar. Por ejemplo, los huajocotes (Malpighia mexicana) “es muy difícil, ya intentamos en bolsas, botes, cajas, colocarlos en vasos con agua y no tenemos resultados, para este caso solo nos queda dejar que caigan los frutos y que solitos salgan” (Enriqueta, 46 años). Así, mujeres y hombres día a día observan su huerto de manera que les permite probar diferentes maneras de conservar plantas de su interés.

Discusión

Cambios en la riqueza y abundancia de especies frutales

En el periodo 2000-2010 se citaron 69 especies frutales, para el periodo 2011-2019, se encontraron 48, el número de especies disminuyó en un 69,5%. Para el periodo 2011-2019, quedaron 22 familias botánicas de las 28 familias que existían en el periodo 2000-2010; se removieron dos familias nativas (Primulaceae y Vitaceae) con una sola especie cada una, y de la familia Annonaceae,Annona cherimolaMill., especie introducida y las especies nativasA.muricataL. yA.diversifoliaSaff. (Tabla 1). Afortunadamente, la gente puede adquirir chirimoya, guanábana (Annona muricataL.) e ilama (Annona diversifoliaSaff.) mediante compra o trueque; por ejemplo, cambian caimito, huamuchil (Pithecellobium dulce(Roxb.) Benth.) y ciruela de bola (Spondia mombinL.) por las anonas en el tianguis municipal Malinalco (Guadarramaet al., 2020). Las familias Malvaceae, Proteaceae y Rubiaceae con una sola especie cada una, también fueron removidas; en caso de que la familia requiera de guasima, es adquirida en municipios aledaños como Tenancingo e incluso en el mercado de Toluca, mientras que la macadamia y noni, solo se encuentran en el tianguis de Malinalco (Guadarramaet al., 2020).

Las familias que se conservan y destacan son Anacardiaceae (cuatro especies y un género), Fabacaeae (cuatro géneros y cuatro especies), Myrtaceae (tres géneros y cuatro especies), Rosaceae (siete géneros y siete especies) y Rutaceae (dos géneros y cinco especies (ver Tabla 1). Comparado con estudios sobre la misma zona de estudio, se encuentran semejanzas en cuanto a familias de especies frutales, Whiteet al. (2017) reportan a las familias Fabaceae, Rosaceae, Rutaceae y Myrtaceae como las más importantes y destacan a Rutaceae con un género y cinco especies (Citrusspp.). Canoet al. (2012) en su estudio de huertos familiares en el municipio Ocuilan Estado de México, reportan una riqueza de 287 especies, de ellas solo 39 son frutales, y la familia mejor representada fue Rosaceae, con 16 especies y Rutaceae con seis especies. En general, en el sureste del Estado de México destacan a la familia Rosaceae con 10 especies (Rubíet al., 2014); en San Andrés, para esta familia se encontró el mayor número de especies por familia (siete), las cuales tienen de tres a siete usos (alimenticio, venta, medicinal, ornamental, trueque, ritual y para el aseo personal).

En los huertos de San Andrés las especies más abundantes de importancia fueron mango, lima (Citrus aurantifolia), limón real, tamarindo, guayaba, aguacate y ciruelas. En comunidades vecinas a San Andrés, Garcíaet al. (2016), en su estudio sobre huertos en Malinalco, Tenancingo y Villa Guerrero, reportan 188 especies entre ellas especies frutales, con diferentes usos. Mientras que Whiteet al. (2013), en la localidad de San Nicolás Malinalco, registraron 165 especies que pertenecen a 147 géneros y 70 familias, 23 son frutales de uso medicinal y alimenticio, entre ellos ciruela y aguacate, de importancia para la alimentación familiar y para la venta.

López-Ortizet al. (2017) mencionan que, de las 59 especies arbóreas encontradas en los traspatios de El Fuerte Sinaloa, las más abundantes son mango, ciruela, limón y naranja. Por su parte Salazar-Barrientoset al. (2017) reportan también a los cítricos como naranja agria, naranja dulce, limón mexicano, limón persa, y al mango y mandarina como las especies de mayor abundancia en huertos mayas de Yucatán. Monroyet al. (2016) en un estudio en Xoxocotla, Morelos, señalan que las especies de mayor abundancia son limón, ciruela y el mango, como las más importantes.

Cambio de especies frutales por grupo de huertos

Se observa cambio del uso del suelo debido a la división de los huertos para ceder o heredar parte del huerto principalmente a hijos varones casados para construir su casa y si hay espacio suficiente, establecer su propio huerto como se reporta para otros casos (González-Jácome, 2003; Sol-Sánchezet al., 2016); así, la división de la tierra, pone en riesgo la conservación de especies de importancia para la vida diaria de las familias (Borbor-Ponceet al., 2016; Garcíaet al., 2019). En San Andrés, derivado de las subdivisiones de los huertos, se eliminaron 21 especies, pero conservaron 48, de las cuales destacan mango, tamarindo, guayaba, ciruela y poma rosa. En algunos huertos, la subdivisión de los huertos resulta en la pérdida de especie como lo mencionan Pulido-Salaset al. (2017) para el caso del municipio de José María Morelos, Quintana Roo; en otros casos, no hay relación entre la superficie y la biodiversidad, como el los huertos del ejido La Encrucijada, Cárdenas, Tabasco (Sol-Sánchezet al., 2016); pero en general, la subdivisión de los huertos resulta principlamente en disminución de la riqueza de especies arbóreas, como lo reportan (Arellanes, Sosa, 2019). En San Andrés, por ejemplo en el huerto número siete se eliminaron cirian, bonete (Jacaratia mexicanaA. DC) y huaje, que son árboles de porte alto; en el huerto número 78, había 16 ejemplares de mango, después de la subdivisión del huerto original quedaron nueve ejemplares; también había cuatro arrayanes, se eliminaron dos y de tejocote había tres, pero queda un ejemplar. Por el hecho de disponer de plantas de diversos usos, se establecen hierbas (p. ej. timbiriche) y arbustos (p. ej. uña de gato, bajo los árboles y lianas sobre ellos (p. ej. maracuyáPassiflora edulisSims). Este manejo permite la diversidad de los huertos como lo reporta también Sol-Sánchezet al. (2016), inclusive se aprovechan espacios como paredes de las casas y patio para tener plantas en recipientes diversos, como también lo reporta Cano-Contreras (2015); de esta manera, aunque se eliminan algunos árboles, existe la posibilidad de conservar otras formas de vida como arbustos, hierbas y lianas, como parte de la evolución de los huertos familiares y por tanto de cambio en su estructura horizontal y vertical.

En San Andrés para el primer grupo de huertos familiares de acuerdo al dendrograma (Fig. 1a), en general, se conservan especies introducidas como limón y mandarina, igualmente, Salazar-Barrientoset al. (2017) en una comunidad Comisaría de Nolo, en Yucatán, reportan a los cítricos y al mango como de importancia en los huertos. Whiteet al. (2017), mencionan algunas especies de importancia en los huertos familiares entre los que destacan el mango y cinco especies del géneroCitrus.

Para el grupo de huertos número dos (Fig. 1b) se prefiere conservar principalmente especies introducidas como mango, tamarindo y durazno criollo (Prunus persica(L). Batch), y son menos las especies nativas que se conservan como el aguacate, arrayán, guayaba blanca y huachocote. Asimismo en huertos mayas de la península de Yucatán (Góngora-Chinet al., 2016) se prefiere conservar especies introducidas, entre ellas mango y naranja; por su parte Whiteet al. (2017) en su estudio sobre los huertos en San Nicolás, municipio de Malinalco, reportan la preferencia por conservar especies introducidas y nativas, como mango, poma rosa, y níspero, las cuales al igual que en San Andrés son de importancia para la venta, dada su importancia en cuanto número de usos.

Por último se tiene el grupo de huertos número tres (Fig. 1c), las personas deciden conservar especies introducidas como mango, limón y tamarindo. Caso similar se puede encontrar en estudios realizados por De la Rosaet al. (2014); Monroyet al. (2016) y López-Armaset al. (2017), quienes señalan a limón, ciruela y mango, como especies que deciden conservar por su valor de uso.

En el grupo tres de huertos familiares también se observa que conservan especies nativas como guayaba blanca, poma rosa, sandía de ratón (Melothria pendulaL.) y zapote borracho, pero el número de ejemplares disminuye. Por ejemplo, en el periodo 2000-2010 había 135 ejemplares de guayaba blanca, para el periodo 2011-2019, quedaron 107 ejemplares; de poma rosa, había 69 y quedaron 30 ejemplares.

Algunos autores mencionan que la edad de los propietarios de los huertos influye en la disminución de la biodiversidad (Garcíaet al., 2019). En San Andrés, en algunos casos se removieron especies por cuestiones de edad avanzada de quien es el encargado de los huertos familiares, debido a que las personas ya no están en condiciones de llevar a cabo las actividades de mantenimiento del huerto. Se observó que para el periodo de 2011 al 2019, los dueños de los huertos de edad avanzada, de entre 70 a 80 años y que viven solos o cuya familia se dedica a actividades no agropecuarias, prefieren conservar especies frutales como tamarindo, poma rosa, limón, mandarina, granada roja (Punica granatumL.) y descuidan o eliminan chico zapote, zapote borracho, caimito, entre otros. Las ocupaciones de las nuevas generaciones, empleadas domésticas, empleados en fábricas, meseros, lava carros, herreros y jornaleros en municipios aledaños a la comunidad (Joquicingo, Tenancingo, Zumpahuacán), no les permite disponer de tiempo para el cuidado del huerto. El cambio de ocupación y empleo del sector primario al de servicios es factor de cambio en los huertos, que en algunos casos pasan de ser agroecosistemas a jardines o en su totalidad hay un cambio de uso agrícola a habitacional (González-Jácome, 2012; Arellanes, Sosa, 2019).

Aunque con el paso de los años, varios factores influyen en la disminución de especies frutales, también se conserva un importante número de especies nativas multipropósito, para disponer de alimentos diarios y festivos (eventos religiosos familiares y comunitarios), cuidar de la salud familiar, mantener usos y costumbres, como el trueque, venta de frutos en el tianguis de la comunidad y en el de Malinalco (Whiteet al., 2013; Chávezet al., 2017; Guadarramaet al., 2020).

Así, los arreglos de la biodiversidad en los huertos familiares permiten la disponibilidad de bienes de uso como igualmente lo señalan López-Armaset al. (2017) para el caso de Paso de Ovejas en Veracruz. La gente procura coservar especies de interés a sus necesidades cambiantes, como también lo señalan Chablé-Pascualet al. (2015).

Conclusiones

Con base al número de subdivisiones, edad de los huertos y especies por periodo se conformaron tres grupos de huertos. Para los dos primeros grupos de huertos la riqueza de las especies se explica en gran medida a la edad de quien se hace cargo de su manejo, al ser personas de edad adulta, se ven en la necesidad de disminuir el número de especies, debido al trabajo que representa en cuidar el huerto. En lo que respecta a la riqueza y abundancia de especies, para ambos grupos disminuyó la riqueza de especies por huerto familiar, sin embargo, aumentó la abundancia de ejemplares de algunas especies con tres a seis usos. En cuanto al origen, en ambos grupos en su mayoría conservan especies introducidas, que les permite obtener mayores beneficios, es decir, conservan especies que tengas varios usos (alimenticio, venta, medicinal, ornamental, para la venta y uso personal).

En tanto que, para el tercer grupo de huertos, también conservan especies multipropósito. Pero contrario a los otros dos grupos, principalmente conservan especies nativas, aunque también su riqueza disminuyó. En este grupo, los responsables de los huertos eliminaron la mitad de la riqueza de las especies presentes en el periodo 2000-2010, pero para el periodo 2011-2019 aumentaron la abundancia de las especies que conservan.

Los huertos familiares se caracterizan por ser diversos, dinámicos, las necesidades cambiantes de la familia resultan en cambios en la estructura horizontal y vertical de estos agroecosistemas. Los huertos familiares de San Andrés permanecen como un sistema que permite contribuir a la satisfacción de diversas necesidades de las familias. La riqueza de especies nativas e introducidas en los HF es abundante, a pesar de las subdivisiones de los huertos que conlleva en algunos casos, por su uso o valor comercial, al reemplazo de especies y familias botánicas nativas por introducidas.

Tabla 1 Especies frutales en San Andrés en los periodos 2000-2010 y 2011-2019 

Fig. 1 Agrupación jerárquica de los 92 huertos familiares de San Andrés Nicolás Bravo, Malinalco. 

Agradecimientos

Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por la beca otorgada para realizar la estancia posdoctoral y a la Universidad Autónoma del Estado de México por el apoyo brindado para la realización de este artículo. A las personas de San Andrés Nicolás Bravo, por compartir sus conocimientos sobre sus huertos.

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Recibido: 18 de Octubre de 2022; Aprobado: 21 de Diciembre de 2022; : 05 de Enero de 2023

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