SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.47 número1El Bajo Belgrano como borde urbano: una historia de rellenos y basuralesVender el territorio: Publicidad, cartografías y loteos en el Gran Buenos Aires (1920-1950) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas. Mario J. Buschiazzo

versión On-line ISSN 2362-2024

An. Inst. Arte Am. Investig. Estét. Mario J. Buschiazzo vol.47 no.1 Buenos Aires jun. 2017

 

ARTÍCULO

El suburbio "británico" en Buenos Aires. Construcción material y cultural del barrio de Flores (1860-1887)

The "british" suburb in Buenos Aires. The material and cultural construction of Flores neighbourhood (1860-1887)

Florencia Rolla *

* Arquitecta por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA). Maestranda en Investigación Histórica de la Universidad de San Andrés (Udesa). Jefe de Trabajos Prácticos regular de la materia Historia de la carrera de Arquitectura, en la cátedra Brandariz, en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA). Fue jefe de Trabajos Prácticos de las materias Teoría y Crítica, y Pautas de Intervención para la Ciudad del Futuro en la carrera de Arquitectura en la Universidad Kennedy (UK).

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. Intendente Güiraldes 2160 - Ciudad Universitaria, Pabellón III. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Email: frarq@estudiorolla.com.ar

Este trabajo está enmarcado dentro de uno de los capítulos de la tesis de Maestría en Investigación Histórica de la Universidad de San Andrés, que está en proceso.

RECIBIDO: 26 de marzo de 2017.
ACEPTADO: 6 de mayo de 2017.


RESUMEN

El desarrollo de los suburbios en los alrededores de Buenos Aires, entre las décadas de 1860 y 1880, ha sido mayormente abordado desde la óptica de las élites porteñas, en vinculación con los espacios de ocio y las residencias de uso temporal. La presencia de caminos y posteriormente del ferrocarril fue decisiva, como condición de posibilidad a la hora de comunicar la ciudad con los suburbios. En cuanto a las características de este espacio, a pesar de su baja representatividad con relación al número de habitantes, la comunidad británica tuvo un rol crucial en su construcción material y cultural. Se propone que a partir de sus prácticas y representaciones, dicha comunidad pudo materializar una idea de progreso en relación con el paisaje natural. Este trabajo pretende dar cuenta de esta construcción a partir del estudio del caso del barrio de Flores.

Palabras clave: Buenos Aires; siglo XIX; suburbio; comunidad británica.

ABSTRACT

The development of the suburbs in the surroundings of Buenos Aires, between the decades of 1860 and 1880, has generally been approached from the perspective of the Buenos Aires elites, as leisure spaces and temporary residences. The presence of roads and later of the railway was decisive in communicating the city with the suburbs. The British community, though low in population, played a crucial role when delineating materially and culturally many of the characteristics of the suburbs. It is suggested that from their practices and representations, they could materialize the idea of progress related to the natural landscape. This paper seeks to explain this construction from the case study of Flores neighborhood.

Keywords: Buenos Aires; 19th Century; suburb; British community.


INTRODUCCIÓN

Los suburbios de Buenos Aires como espacios de sociabilidad y como referentes culturales han sido, en general, abordados desde la óptica de las élites porteñas. Las historias muestran las modalidades según las cuales esos espacios fueron ocupándose con residencias secundarias y actividades estivales. A partir de ello, los suburbios fueron moldeando su estructura para recibir a las élites y fueron capaces de ofrecer espacios de esparcimiento y ocio, así como también de protección higiénica durante las epidemias. Más allá de esta tesis general, no fueron las élites locales las únicas en generar una conexión con los suburbios de la ciudad, y muchas de las historias han omitido el peso de la comunidad británica en ellos. En este sentido, se propone que, incluso asumiendo que los residentes de origen británico en Buenos Aires han sido una minoría en relación con otros grupos sociales, su peso material y cultural fue central en la configuración del paisaje suburbano hasta convertirlo en un suburbio "británico".
Las habituales definiciones de "colonia inglesa", "barrio inglés" y, más ampliamente, las "maneras inglesas" –en referencia al actuar como un gentleman– han mezclado a ingleses, escoceses, irlandeses y hasta galeses dentro de un grupo llamado, simplemente, ingleses. A modo de ilustración, también los censos realizados en el país durante el siglo XIX identifican a los británicos bajo el nombre de "ingleses". Se trata de una generalización del lenguaje coloquial que ha llamado "inglés" a todo lo relacionado con lo británico.
Este trabajo pretende plantear una aproximación a la identificación geográfica de la comunidad británica dentro de los suburbios de Buenos Aires y en las cercanías de la ciudad, en relación con la vida fuera de ella. Se trata de identificar su rol en la construcción material –ferrocarriles, clubes, iglesias, cottages– y cultural, revisando sus pautas de sociabilidad, su conexión con el paisaje suburbano y las miradas que sobre ellos han formulado tanto la propia comunidad como la de otros grupos sociales. La hipótesis que se plantea es que muchos de los suburbios de Buenos Aires fueron, en gran medida, una construcción material y cultural de la comunidad británica. Los aspectos económicos, comerciales y claramente aquellos ligados a la expansión del transporte fueron la base de aquel desarrollo y aportaron los medios para facilitar esa construcción. En este marco, la vida en relación con el aire libre fue una decisión consciente tomada por la comunidad, una elección que incluyó nuevas formas de sociabilidad y la formación de instituciones aptas para estas1.
Entendiendo que el suburbio se encuentra entre dos mundos tan dispares, el mundo urbano y el mundo rural, ¿qué elementos brindó la comunidad británica a cada uno de ellos, según su propia experiencia? El suburbio posee las comodidades de la ciudad y las bondades del campo; es ese espacio donde la forma de vivir toma las mejores virtudes de cada uno y desarrolla su propia experiencia. A partir de las modificaciones sufridas por las áreas rurales en el Reino Unido desde la revolución agraria, los propios británicos fueron moldeando sus apreciaciones sobre lo rural. Aparece la mirada hacia el campo y, sobre todo, hacia la naturaleza como un bien preciado que había sido desestimado anteriormente. No es necesario repasar los hechos ocurridos en Gran Bretaña desde el siglo XVIII, sino que es preciso entender la relación que se gestó hacia el "aire libre" y cómo aquello contribuyó a un cambio de mirada sobre las formas de habitar. Ya durante el siglo XIX se pone de manifiesto la importancia que tomaron culturalmente las referencias asociadas al pasado rural y a la idea del buen vivir (Williams, [1973] 2001, p. 307). ¿Cómo se comportaron los británicos en Argentina, cuyo pasado había sufrido un cambio tan drástico en lo referente al campo? En relación a ello, las formas de comportamiento del británico en la Argentina gravitaron en torno a la visión del hombre civilizado, progresista, que no solo actuó sobre las estructuras económicas rurales, sino que también supo introducir cambios en las formas de habitar. De acuerdo a Graciela Silvestri, aparece la figura del propietario culto que, con el impulso progresista propio de la comunidad, se articulaba con un ideal de vida rural (2008, p. 17). Sin embargo, no es posible traducir sin más la construcción cultural de "lo rural" en Inglaterra a "lo rural" en la Argentina. Aquí, la vida en las pampas nunca formó parte de una reacción cultural negativa hacia la ciudad inmersa en pleno proceso de industrialización, como sí sucedió en Inglaterra.2 Para los británicos que llegaban al país, ese sueño evocado en el que trataban de reproducir un mundo similar al de su patria (ahora sin los obstáculos del pasado) se relacionó con la apreciación del paisaje verde y el disfrute del aire libre, de modo tal que benefició la aparición de un tipo de ocio y entretenimiento en relación a ellos.

LOS BRITÁNICOS EN LOS SUBURBIOS

Con respecto a las trasformaciones materiales sufridas en nuestro territorio, el traslado de productos agrarios, principalmente desde y hacia el puerto de Buenos Aires, dio comienzo a un flujo de comunicaciones que actuó sobre el paisaje de manera permanente. El ferrocarril fue el encargado de atravesar los campos, quintas y demás áreas no urbanizadas, y llegó a comunicar las zonas rurales con el centro porteño. Allí, donde pasaba el ferrocarril, la vida fue diferente: se generaron nuevos núcleos urbanos en proceso de expansión, las pautas de sociabilidad se vieron modificadas y aparecieron nuevas formas de relacionarse en las que la comunidad británica tuvo un peso importante y configuró "maneras" novedosas respecto a las actividades que allí se desarrollaban.
Hacia principios del siglo XIX, en la literatura argentina se podían encontrar referencias sobre los suburbios de Buenos Aires como paisaje o ambiente diferenciados de la ciudad. Se les atribuía una connotación negativa que los representaba como espacios de atraso, marginales. En cambio, hacia fines del mismo siglo, con las ideas higienistas ya instaladas en los suburbios de Buenos Aires, estos pasaron a ser vistos como espacios saludables y hasta inmunes a las epidemias (Caride, 2004, p. 85). Los relatos sobre los suburbios durante el siglo XIX exponen esta contradicción que no hace más que reproducir en forma sincrónica las dos caras de una misma moneda (Caride, 1998). Algunos sectores de los suburbios fueron considerados reductos donde se juntaba lo marginal, muchas veces a partir del aislamiento de los lazaretos y demás espacios para los enfermos, producto de las distintas epidemias. Simultáneamente, otros sectores eran entendidos en relación con un tipo de vida sana, en la que un concepto de higiene más figurado se entendía en consonancia con la higiene individual de sus residentes. En definitiva, los suburbios de Buenos Aires durante el siglo XIX no fueron todos iguales ni respondieron a las mismas necesidades, como tampoco eran culturalmente homogéneos. Muchos de ellos estuvieron ligados a determinados grupos sociales y formaron parte de su identidad. Es en este marco en el que la comunidad británica va a desarrollar y modelar material y culturalmente varios de los suburbios porteños. Así lo entendía, en parte, la propia comunidad local que reconocía a los suburbios en vinculación con la impronta británica y, consecuentemente, ajenos a sus configuraciones y representaciones. La aparición de topo­nimias de connotaciones británicas en la prensa, como por ejemplo la publicidad aparecida en el diario británico The Standard (07-11-1873) de un remate en el suburbio de Lomas de Zamora, más precisamente en la "colonia inglesa", colaboraba en fortalecer aquella postura.3
Sin embargo, para comprender mejor la trama de asociaciones entre los británicos y los suburbios de Buenos Aires, será necesario vislumbrar también la relación que ellos forjaron allí con la comunidad local. Como tesis, es posible proponer un encuentro a mitad del camino entre la voluntad de unos y la necesidad de otros, o quizás las aspiraciones de unos sean concedidas por otros. En cualquier caso, se puede percibir una mancomunión entre dos comunidades que se relacionaron a través de esos espacios nuevos de sociabilidad; espacios que trajeron beneficios económicos y comerciales, cambios sociales e inclinaciones culturales.
El suburbio "británico" aparece como una idea, como una representación que fue delineada por la colaboración de varios actores. La grilla regular que primó en la conformación espacial de los suburbios porteños contradice las ideas de configuración urbana que se estaban ensayando en el Reino Unido desde la Revolución Industrial. Y sin embargo, fue esta relación entre lo artificial y lo natural lo que introdujo la novedad; la idea de progreso que estaba directamente ligada a las empresas británicas junto a la mirada sobre el paisaje pintoresco como nueva forma de vivir. Por último, la incorporación de ambos mundos por las élites locales fue la resultante directa del éxito encontrado por esos suburbios y la representación británica.4
Así, la asociación de los británicos con los suburbios de Buenos Aires podría, en parte, enmarcarse dentro de esa unión entre la vida urbana y la vida rural. ¿De qué manera se relacionan el campo y la ciudad para crear el espacio suburbano? ¿Se pueden considerar los aspectos de transporte y crecimiento económico como los responsables de aquel nexo? Dos autores plantean perspectivas muy diferentes en torno a este tema. Por un lado, James Scobie ([1977] 1986, pp. 58-59) en su estudio sobre Buenos Aires prioriza la hipótesis del transporte, señalando que la introducción de las líneas ferroviarias durante las décadas de 1850 y 1860 había empezado a distorsionar este esquema regular de expansión, basado en la continuidad de la grilla5, "al estimular el crecimiento de tres ejes de edificación (oeste, sur y norte)". Por otro lado, una mirada diferente plantea Robert Fishman (1978, pp. 8-9), quien postula que los suburbios no fueron, en general, "una inevitable respuesta a la Revolución Industrial o a la llamada revolución del transporte", sino que en países como Inglaterra es posible rastrear sus bases desde fines del siglo XVIII.
En el contexto local, la relación de la comunidad británica con los suburbios atravesados por las redes del ferrocarril es notoria y explícita hacia la década de 1860. Mulhall (1869, p. 85) especificaba en su manual sobre el Río de la Plata que existían tres suburbios principales: Belgrano, Flores y Barracas. Los dos primeros eran lugares en boga frecuentados sobre todo en la época de verano. El último se situaba dentro del tipo de poblado industrial por su ubicación junto al Riachuelo con su puerto. A pesar de las distintas características de cada uno, el manual alardeaba sobre la belleza de las quintas que se encontraban en los tres suburbios y remarcaba la conexión que existía con la ciudad a través del ferrocarril. Parecía que las zonas por donde corrían las vías de hierro eran lugares dignos de ser visitados y había una tendencia propagandística sobre esos territorios. Sin embargo, no todas las fuentes apuntan en esa dirección. Para poder determinar las causas por las cuales los británicos tuvieron un apego a las zonas periféricas de la ciudad, se debe mirar primero qué tipo de vínculo promovían en ellos y luego establecer la relación que entablaron con esos lugares. A partir de ello, surge el siguiente interrogante: ¿fueron todos los suburbios iguales para los miembros de la comunidad o existieron preferencias? Las particularidades de cada suburbio fueron notorias y la misma comunidad pudo distinguirlas y moldear sus formas de sociabilización a partir de ellas. El caso de San José de Flores, al oeste de la ciudad, tiene un peso importante a la hora de identificar la construcción material y cultural británica en un suburbio de Buenos Aires. Allí convivieron residentes británicos con residentes temporales, formaron instituciones y actuaron sobre y con el paisaje, según sus propias inclinaciones sensibles. Flores puede ser considerado, entonces, un suburbio "británico" en Buenos Aires.

EL PUEBLO DE LA LLANURA

Sweet Auburn, loveliest village of the plain,
Where health and plenty cheared the labouring swain,
Where smiling spring its earliest visit paid,
And parting summer’s lingering blooms delayed.

[Dulce Auburn, la aldea más amada de la pradera,
Donde la salud y la plenitud animaban al zagal laborioso,
Donde la sonriente primavera hacía su primera visita,
Y la floración prolongada atrasaba la partida del verano.]

(Goldsmith, 1769)

En un viaje de casi dos leguas hacia el oeste de la ciudad de Buenos Aires a bordo del Western Railway se arribaba al pueblo de San José de Flores. Un poblado ubicado en un terreno suavemente elevado que llegaba a los confines pampeanos, bordeando los campos productivos y conformando un paraje suburbano. La importancia comercial de este pueblo surgió tras la inauguración del primer ferrocarril del país en 1857. Su estación cabecera se ubicó en Plaza Once de Septiembre y conectó la ciudad de Buenos Aires con el pueblo siguiendo las antiguas huellas de las carretas de mulas y bueyes. Con la línea de ferrocarril funcionando, la esperada conexión de los campos con el puerto de Buenos Aires dio comienzo a un movimiento económico y comercial que fue en aumento con el correr de las décadas.
Hacia el año de la inauguración del ferrocarril, el partido de San José de Flores contaba con 2.300 habitantes6 y el censo nacional de 1869 mostró que la cantidad había ascendido a 6.579 7, el triple en solo un poco más de diez años. La población se encontraba dispersa dentro del partido, con una mayor concentración demográfica en el pueblo de Flores, cuya aglomeración8 contaba con una población urbana de 2.256 personas para el año 18699 y unas 3.744 hacia principios de la década de 188010. A partir de lo que indican las cifras, y avalan las historias económicas y sociales, el desarrollo del pueblo de Flores tuvo una relación directa con la instalación del ferrocarril y su estación, con la llegada de productos del campo y su despacho hacia el puerto de Buenos Aires. Esas historias, en general, dejan de lado las inclinaciones culturales de los hombres, sus sentimientos inherentes, que son los que finalmente terminan de definir las decisiones que se toman. San José de Flores tuvo un atractivo para las élites argentinas y también atrajo a una comunidad extranjera, la comunidad británica, quienes moldearon su destino como pueblo hasta que, finalmente, pasó a las manos de la Ciudad de Buenos Aires con la ampliación de su territorio y la federalización en 1887.
Aunque, como se mencionó, la población estable fue en un comienzo relativamente baja,11 el peso social y cultural que tuvieron los británicos fue notable. Esto se debe, en parte, a la elección de ese lugar por parte de las élites locales, como retiro durante los meses estivales. Sin embargo, la preferencia de los británicos por el pueblo estuvo más relacionada con sus propias iniciativas e inclinaciones, en las que el encanto del suburbio y su entorno fueron los responsables de generar aspiraciones de identidad y de vínculo con ese paraje que en cierta medida generaba remembranza de sus antiguas tierras. "San José de Flores, alias 'Sweet Auburn', alias la 'Aldea de la pradera', alias la 'Gran Bretaña’…" escribían los hermanos Mulhall en el periódico The Standard (27-01-1874) en referencia al pueblo.

Dear lovely bowers of innocence and ease,
Seats of my youth, when every sport could please,
How often have I loitered o’er thy green,
Where humble happiness endeared each scene!

[Encantadoras y queridas enramadas de inocencia y tranquilidad,
Asientos de mi juventud, cuando todo juego podía agradar,
¡Cuan seguido he vagueado sobre el verde,
Donde la humilde felicidad hizo querer cada escena!]

(Goldsmith, 1769)

Si bien el poema de Goldsmith refleja un sentimiento nostálgico hacia aquellos momentos de la historia rural inglesa en los que el pasado se imaginaba más virtuoso que los tiempos actuales,12 es probable que la semejanza del suburbio de Flores sea la representación de aquella rememorada aldea rural inglesa, la dulce Auburn.
Para principios de la década de 1870, las mejoras percibidas en el suburbio por parte de los británicos, incluyendo el establecimiento de un hotel y un mercado, generaron que varios miembros de la comunidad adquirieran quintas en el lugar. La observación realizada sobre este hecho describe cómo Flores se estaba convirtiendo en una sucursal de un pueblo inglés como ningún otro encontrado en Sudamérica (The Standard, 04-01-1871). La tendencia hacia la identificación de este encantador suburbio con las tierras británicas es manifiesto, y la referencia comparativa con Richmond Hill, en las afueras de Londres, remarca este hecho. "What a delightful situation for an English settlement! Here you may fancy another Richmond Hill, with the noise and bustle of the great city barely perceptible in the distance" [¡Qué sitio tan encantador para una colonia inglesa! Aquí uno puede fantasear otro Richmond Hill, con el ruido y el bullicio de la gran ciudad apenas perceptible a la distancia] (The Standard, 04-01-1871). El barrio al cual se refiere era conocido por ser el elegido de la realeza y las familias más aristocráticas de Londres. Pero son además su geografía y sus fabulosas vistas hacia la campiña lo que cautivó la mirada de los británicos. Es seguramente la filiación con el entorno natural de Flores lo que despertó el interés de los británicos, como asimismo el aislamiento del suburbio respecto a la ciudad. Como postula Graciela Silvestri (2011, p. 24), es la idea de un lugar común cuya representación y espacio compartido son reconocidos o imaginados en un espacio concreto.
El suburbio contaba para principios de los años setenta con una plaza, estación de ferrocarril, iglesia, mercado, hotel, escuelas, etc., todo dentro de una cuadrícula ortogonal. La conexión original con la ciudad era a través del Flores Road, el camino coincidente con la actual Avenida Rivadavia, luego con la presencia del Western Railway y más tarde con el tramway, el tranvía interurbano. Con la llegada del ferrocarril, como un elemento de progreso, las comunicaciones con la ciudad se hicieron más accesibles. La ruta terrestre que llegaba desde la ciudad fue víctima de los avatares del uso en algunos momentos, y en otros supo ser el orgullo del suburbio en comparación con los demás.
El inglés Charles Darbyshire compró una quinta en Flores a fines de la década de 1850 y, según él mismo relata (1917, p. 70), fue la primera familia en pasar el invierno allí, siendo eso considerado como una empresa casi imposible por el mal estado de la ruta de acceso, llena de pozos lodosos. Años más tarde, el periódico remarcaba el atractivo que mantenía la Flores Road frente al resto de las rutas suburbanas, a pesar del clima seco y polvoriento (The Standard, 12-10-1873). Finalmente, la entrega del suburbio en manos del Intendente de Buenos Aires trajo aparejado el reclamo del mantenimiento del camino, ya que el suelo seco generaba que los panaderos llegados diariamente parecieran molineros en vez de personas distinguidas de la sociedad (The Standard, 02-02-1888).
Las redes de comunicación, la conformación urbana, la infraestructura del suburbio son elementos reconocibles del avance del área y son piezas que evidencian una diferencia con el mundo rural. Los británicos fueron una comunidad avocada al progreso y claramente los signos de desarrollo de Flores fueron admirados y también elogiados por ellos. "It would be impossible in these limits to describe at length the many items of progress observable in the last couple of years" [Sería imposible describir en detalle en este breve espacio los muchos elementos de progreso que se pueden observar en los últimos años], escribió el periódico en 1871 (The Standard, 04-01-1871), además de indicar que "[p]rogress has marked this charming little town for its own" [el progreso ha tomado como propio este pueblito encantador] (The Standard, 13-01-1871). El sistema sanitario y la iluminación a gas de las calles fueron otras de las mejoras en la infraestructura urbana que fueron destacadas y conformaban símbolos de progreso que jerarquizaban a Flores frente a otros reductos suburbanos.13
Por otra parte, la percepción de los británicos hacia el entorno natural del suburbio, que respondía a los cánones higienistas, fue un motivo predominante a la hora de elegir sus espacios para la sociabilidad. La sutil elevación del terreno con las brisas llegadas de los campos circundantes, de la pampa ilimitada y fértil, conformaban un ambiente natural que expelía salud y bienestar. Como detallaba el periódico, "[t]he free, invigorating, breeze of the Pampas comes sweeping across the plains below us and fills one with that exhilarating sense of enjoyment which country air alone can give to the denizen of a thickly peopled city" [la libre, tonificante brisa de las Pampas llega barriendo las llanuras por debajo nuestro y nos llena con una estimulante sensación de gozo que solamente el aire de campo puede ofrecerle al residente de una ciudad populosa] (The Standard, 04-01-1871). Nuevamente se hace referencia a la ciudad como condensadora de ciertos males urbanos, como el bullicio y la falta de higiene, temática que será reforzada durante las sucesivas epidemias de cólera y la epidemia de fiebre amarilla de 1871, a partir de las cuales Flores terminó de consolidarse como un lugar sano.
En paralelo, fue la construcción de una forma de sensibilidad, un modo de apreciar el paisaje natural cuya historia se relaciona con la campiña inglesa, que fue interpretada por los británicos en tierras sudamericanas con el fin de reconstruir una "Merry England" lejos de su tierra natal (Buján, 2014, p. 376). La mirada pintoresca sobre el paisaje donde los temas naturales y las intervenciones del hombre se relacionaban mancomunadamente ya llevaba una larga tradición en tierras británicas.14

As we approach Flores we admire the quintas (…) On the south of the high-road are the delightful cottages of Nield and Forester, surrounded with pleasure-grounds (…) Avenues 30 yards wide …, making blocks …, interspersed with Ombues and other trees. The view is enchanting, the eye running in an unbroken line from Barracas to Lomas de Zamora.

[Mientras nos acercamos a Flores admiramos las quintas (…) Hacia el sur del camino principal están los encantadores cottages de Nield y Forester, rodeados de parques de recreo (…) Avenidas de 30 yardas de ancho…, formando manzanas…, intercaladas con ombúes y otros árboles. La vista es cautivante, el ojo recorriendo en una línea ininterrumpida desde Barracas hasta Lomas de Zamora (…)] (The Standard, 04-01-1871).

Las quintas entre elementos naturales, como los jardines, praderas y plantaciones, junto a la inmensidad de la pampa son interpretados por los británicos como paisaje pintoresco. El atractivo de la cálida vivienda dentro del entorno verde y natural lleva la mirada de un elemento a otro, como pasar de la obra del hombre a la obra de la naturaleza, y la apreciación del panorama se equilibra. El verde sin el cottage o el cottage dentro de la urbe forman un paisaje que deja de ser pintoresco y escapa del sentir británico.15
De las actividades al aire libre es sabido que los deportes son la carta de presentación de los británicos. El suburbio de Flores no escapó a esas actividades, y allí desarrollaron encuentros deportivos de varios tipos con la concurrencia de espectadores que disfrutaron de estos. El críquet, como principal deporte de la comunidad, tuvo varios encuentros en Flores y la formación de instituciones, como el Flores Cricket Club lo confirma. Así fue como luego de un partido contra el Lomas Cricket Club jugado en aquel suburbio, la revancha se jugó en Flores, específicamente en la quinta de Mr. David Methvin. El evento no solamente contó con el encuentro deportivo, sino que fue completado con un gran almuerzo como cierre (The Standard, 15-02-1874). De esta manera, los británicos no solo disfrutaban del entretenimiento deportivo, sino que también sociabilizaban distendidamente jugadores y espectadores en un entorno pintoresco. Por otro lado, el partido inaugural de la temporada del Football Club en 1876 se jugó en el campo de juego del Flores Cricket Club (The Standard, 20-05-1876). También llegó el polo con la formación del Buenos Aires Polo Club, cuya sede se instaló en Flores, cerca de la quinta de Mr. Leslie (Graham-Yool, [1981] 2007, p. 206). El anuncio del partido contra el Santa Fe Polo Club en octubre de 1886 indica que se esperaba una gran concurrencia de personas al evento (The Standard, 14-10-1886). Para esa época ya también se había formado el Flores Racquet Club y se habían disfrutado de otras muchas actividades deportivas. Sin embargo, debe recordarse que los argentinos no se sumaron activamente a las propuestas deportivas de los británicos hasta entrado el siglo XX. El suburbio de Flores era identificado deportivamente solo por los miembros de la comunidad británica.
El entretenimiento en Flores también abarcó eventos sociales de tipos variados: se registraron bailes organizados por la Municipalidad con la mejor banda musical de la ciudad (The Standard, 28-01-1865), o la puesta en escena del show de variedades montado por Mr. Phillips en el gran salón del hotel anglo-argentino (The Standard, 25-11-1873) y eventos al aire libre, como escuchar a la banda militar tocar en la plaza principal de Flores para animar al elegante suburbio (The Standard, 20-12-1873). Asimismo, los británicos participaron en la organización de eventos propios, como los bailes que se realizaban en forma quincenal en el Flores Cricket Club (The Standard, 19-01-1871), o las fiestas de casamiento, como la que se realizó en la residencia de Mr. Crowther, donde el baile continuó hasta la madrugada, luego de la ceremonia religiosa celebrada en la English Chapel of Ease, de Flores (The Standard, 07-09-1882).
Por último, con el asentamiento de los británicos en Flores, de manera temporal en un comienzo y en forma permanente después, surgió la necesidad de llevar los servicios religiosos al suburbio. Los encuentros religiosos se realizaron en las viviendas particulares de los miembros de la comunidad, como por ejemplo la ceremonia oficiada por el pastor escocés Reverend James Smith en la residencia de Mr. Methvin para una congregación de sesenta personas (The Standard, 30-01-1874); al igual que la ceremonia que presidió el reverendo Mr. Spilsbury un viernes a la noche, que contó con el éxito de la asistencia de casi todas las familias inglesas de Flores (The Standard, 09-07-1882). Con la adhesión del suburbio a la Ciudad de Buenos Aires, los británicos, que intuían que la población protestante iba a incrementarse seguramente, armaron reuniones para discutir sobre la posibilidad de conseguir nuevas locaciones para sus edificios religiosos (The Standard, 21-03-1888).

REFLEXIÓN FINAL

Los británicos en Buenos Aires formaron una comunidad forjando lazos de identidad dentro del grupo de coterráneos provenientes de diferentes regiones del Reino Unido, mientras se vinculaban con las élites locales. La necesidad de desarrollar aspectos de su vida social en lugares relacionados con el entorno natural los llevó a formar un vínculo con los suburbios de la ciudad que logró identidad cultural y material con esos espacios periféricos. Las inclinaciones culturales de la comunidad, sus intereses sociales, los rasgos económicos y comerciales, las relaciones sobre todo intercomunitarias, pero también extracomunitarias, entre otros aspectos, fueron los que dominaron la vida de los británicos en Buenos Aires. Todo ello contribuyó a desarrollar actividades diversas y a encontrar espacios acordes a ellas.
Progreso, accesibilidad, salud, paisaje, deportes, entretenimiento, religión son los elementos constitutivos del pueblo de San José de Flores bajo la mirada de la comunidad británica. El suburbio del oeste de la ciudad fue comprendido por ella y fue apropiado como representación de un lugar de identidad, de un espacio de sociabilidad que personifica su cultura. ¿Fueron los británicos los únicos en valorar las bondades del lugar? La respuesta es no, pero los británicos encontraron en ese reducto periférico un ambiente de identificación donde eligieron desarrollarse como pueblo, como comunidad frente a la situación de ser inmigrantes en tierras lejanas. Las ideas de modernización y progreso, junto a la sensibilidad por el paisaje natural incorporada a la esencia de ellos mismos como sociedad, sumadas a las analogías con los territorios dejados atrás, convirtieron a Flores en un ejemplo de la forma de sentir británica hacia los suburbios, a través de posibles expresiones de nostalgia y orgullo encontrados y desarrollados allí. Los británicos llegaron tímidamente a Flores y fueron encontrando las maneras de apropiarse del suburbio resaltando sus propias características como sociedad, adaptadas al medio que eligieron, y vinculándose con las élites locales sin perder su identidad.

NOTAS

1. Buján desarrolla la incorporación de estructuras sociales por los británicos en el barrio de Quilmes: "[e]n este caso los intereses de la colectividad convergieron en la concreción de obras con función social, entre ellas colegios, iglesias, instalaciones deportivas y en menor cantidad edificios asociados con prestación de servicios, como los centros asistenciales y orfanatos" (Buján, J.F., 2014, p. 10).

2. Pierre Bourdieu advierte sobre algunas características generales de los procesos de circulación de ideas. "Los intercambios internacionales están sometidos a un cierto número de factores estructurales que son generadores de malentendidos. Primer factor: el hecho de que las ideas circulan sin su contexto (…) que no importan con ellas el campo de producción (…) del cual son producto, y de que los receptores, estando ellos mismos insertos en un campo de producción diferente, los reinterpreten en función de la estructura del campo de recepción, es generador de formidables malentendidos…" ([1990] 2000, pp. 159-170).

3. Las toponimias de "colonia inglesa" y "barrio inglés" son atribuibles a varios sectores de los suburbios de Buenos Aires, como por ejemplo en Belgrano y Quilmes, además del mencionado en el texto.

4. Para un estudio sobre las élites en la Argentina ver Losada, L. (2008, 2009).

5. Para un breve pero profundo estudio de la regularidad de la ciudad de Buenos Aires, ver Favelukes, G. (2011).

6. El dato poblacional fue citado por Scobie, J.R. ([1977] 1986, p. 59).

7. Ver la Tabla N.°2: Población por edades y sexo (1872). En Primer Censo de la República Argentina. Verificado en los días 15, 16 y 17 de Setiembre de 1869. Bajo la dirección de Diego. E. de la Fuente, Superintendente del Censo (pp. 30-31). Buenos Aires: Imprenta del Porvenir.

8. El término "aglomeración" es considerado según la acepción presentada por Vapñarsky, como "concentración espacial de edificios y calles (…) siempre que también se disponga de adecuada información cartográfica…". (Vapñarsky, 2000, p. 5)

9. Ver la Tabla N°10: Ciudades, villas y pueblos de la provincia de Buenos Aires, o sea población urbana (1872). En Primer Censo de la República Argentina. Ob. cit. p. 91

10. El dato poblacional corresponde al Censo de la provincia de Buenos Aires, demográfico, agrícola, industrial, comercial, etc. Verificado el 9 de octubre de 1881, bajo la administración del doctor don Dardo Rocha (Vapñarsky, 2000, p. 101).

11. Para el año 1869 solamente 64 de los habitantes eran de la comunidad británica.

12. Para un detallado análisis del poema de Goldsmith y otros poemas del período ver Williams, R. ([1973]2001).

13. Otro ejemplo puede ser la llegada de la iluminación a gas a la Flores Road programada para el Carnaval de 1876, que fue contemplada por los residentes de aquella vía pública a través de demostraciones festivas (The Standard, 29-01-1876). El espíritu puesto por la comunidad británica al progreso de Flores parecía que no tenía fin, y ellos mismos percibían y deseaban que así fuera "… this delightful suburb has been going ahead so long and so fast, that it seems, like Tichborne Trial, destined to go on for ever and ever" [el encantador suburbio ha estado yendo al frente hace tiempo y tan velozmente, que pareciera, como el Tichborne Trial, destinado a seguir y seguir eternamente] (The Standard, 27-01-1874).

14. El Tichborne Trial fue de los casos judiciales más largos de la era victoriana, que comenzó en 1866 y duró poco más de ocho años. Para comprender la evolución de la mirada sobre el paisaje natural ver Silvestri, G. y Aliata, F. (2001).

15. Para una interpretación sobre los usos del pintoresquismo en la expansión del GBA ver Gómez Pintus, A. (2010).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Bourdieu, P. ([1990]2000). Las condiciones sociales de la circulación de las ideas. En A. Gutiérrez (Trad.), Intelectuales, política y poder (pp. 159-170). Buenos Aires, Argentina: Eudeba/Universidad de Buenos Aires.         [ Links ]

2. Buján, J.F. (2014). La Arquitectura de la Colectividad Británica en Quilmes (1872-1930). (Tesis doctoral). Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Recuperado de http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/58638.         [ Links ]

3. Caride, H. (1998). Suburbio, Higiene y Utopía en el Buenos Aires de entre siglos. Crítica. IAA, 88.         [ Links ]

4. Caride, H. (2004). Suburbio. En J.F. Liernur y F. Aliata (Comp.), Diccionario de Arquitectura en la Argentina (pp. 84-86). Buenos Aires, Argentina: Clarín.         [ Links ]

5. Darbyshire, C. (1917). My Life in the Argentine Republic. Londres: Frederick Warne & Co.         [ Links ]

6. Favelukes, G. (2011). Figuras y paradigmas. Las formas de Buenos Aires (1740-1870). Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas "Mario J. Buschiazzo", 41, pp. 11-26.         [ Links ]

7. Fishman, R. (1987). Burgeois Utopias. The Rise and Fall of Suburbia. Nueva York, Estados Unidos: Basic Books, Inc.         [ Links ]

8. Goldsmith, O. (1769). The Deserted Village. Recuperado de: https://www.poetryfoundation.org/poems/44292/the-deserted-village         [ Links ]

9. Gómez Pintus, A. (2010). Las dimensiones del pintoresquismo. Suburbios residenciales, arquitectura y prácticas profesionales (Buenos Aires, 1910-1940) (tesis de maestría). Buenos Aires, Argentina: Universidad Torcuato Di Tella.         [ Links ]

10. Graham-Yool, A. ([1981]2007). La colonia olvidada. Buenos Aires, Argentina: Emecé Editores.         [ Links ]

11. Losada, L. (2008). La alta sociedad en la Buenos Aires de la "Belle Époque". Sociabilidad, estilos de vida e identidades. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno Editora Iberoamericana.         [ Links ]

12. Losada, L. (2009). Historia de las elites en la Argentina. De la conquista al surgimiento del peronismo. Buenos Aires, Argentina: Sudamericana.         [ Links ]

13. Mulhall, M.G. y Mulhall, E.T. (1869). Section B. En Handbook of the River Plate. Vol. I. Buenos Aires, Argentina: Standard Printing-Office.         [ Links ]

14. Primer Censo de la República Argentina. Verificado en los días 15, 16 y 17 de Setiembre de 1869. Bajo la dirección de Diego. E. de la Fuente, Superintendente del Censo. (1872). Buenos Aires, Argentina: Imprenta del Porvenir.         [ Links ]

15. Scobie, J. R. ([1977]1986). Buenos Aires. Del centro a los barrios, 1870-1910. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Solar.         [ Links ]

16. Silvestri, G. (2008).La vida en clave verde. Cambios en las formas de habitar urbana y rural a mediados del siglo XIX. Registros, 5, 5, pp. 16-31.         [ Links ]

17. Silvestri, G. (2011). El lugar común. Una historia de las figuras de paisaje en el Río de la Plata. Buenos Aires, Argentina: Edhasa.         [ Links ]

18. Silvestri, G. y Aliata, F. (2001). El paisaje como cifra de armonía. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.         [ Links ]

19. The Standard. Buenos Aires, Argentina: Standard Printing-Office.         [ Links ]

20. Vapñarsky, C.A. (2000). La aglomeración Gran Buenos Aires. Expansión espacial y crecimiento demográfico entre 1869 y 1991. Buenos Aires, Argentina: Eudeba.         [ Links ]

21. Williams, R. ([1973]2001). El campo y la ciudad. Buenos Aires, Argentina: Paidós.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons