INTRODUCCIÓN
La apicultura Argentina es la más desarrollada de America del Sur, obteniéndose unas 76.000 toneladas anuales de miel de Apis mellifera L. Aproximadamente el 92% de esta miel se exporta y solamente el 8% de lo producido se destina al mercado interno. Argentina produce mayoritariamente miel convencional, cuenta con alrededor de 3.548.894 colmenas en producción, de las cuales solo 28.127 se encuentran bajo certificación orgánica. La provincia del Chaco lidera en producción de mieles orgánicas con 10.598 colmenas aproximadamente, le siguen las provincias de San Luis y Santiago del Estero (MAGyP, 2021). A nivel mundial, Argentina es el segundo productor y tercer exportador de miel (CFI, 2011; MAGyP, 2021).
La provincia de Formosa presenta 240.000 hectáreas destinadas a la producción agrícola y trabajada por pequeños productores. Los principales cultivos extensivos implantados son: maíz, sorgo, soja, girasol, arroz y algodón, en ese orden de importancia por superficie, seguidos por los cultivos intensivos frutihortícolas de cucurbitáceas, hortalizas y banana (DIPROSE, 2022). El porcentaje de superficie cultivada en Formosa representa menos del 4% de toda la superfice de la provincia. En este sentido, Formosa por su baja actividad agropecuaria, agroindustrial y la abundante vegetación nativa, constituye uno de los lugares apropiados para el desarrollo de la producción orgánica.
La miel orgánica que se produce en la Argentina posee un precio diferencial respecto a la miel convencional y es valorada en el mercado internacional, exportándose a países de la Unión Europea como Alemania, Países Bajos, Bélgica, Italia, entre otros. El marco de las actuales tendencias del mercado hacia el consumo de productos con certificación orgánica constituye una excelente oportunidad para el desarrollo de la actividad apícola en la provincia de Formosa. Esta provincia cuenta actualmente con 295 apicultores, 342 apiarios y unas 11.806 colmenas en producción (MAGyP, 2020).
El análisis polínico aporta información sobre los recursos melíferos de una región y proporciona las herramientas necesarias para determinar y comprobar el origen botánico y geográfico de las mieles (von der Ohe et al., 2004). Es relevante detectar la presencia de tipos polínicos asociados pertenecientes a la vegetación nativa, dado que éstos, aún en bajo porcentaje estarían indicando la región de procedencia (Tellería, 2001; Forcone & Andrada, 2007).
La zona de estudio se encuentra, desde el punto de vista fitogeográfico, dentro de la Ecorregión Chaco Húmedo (Morello et al., 2012). Esta región se caracteriza por una variedad de especies vegetales nativas con largos períodos de floración, algunas de las cuales son utilizadas por las abejas en la elaboración de la miel (Cabrera et al., 2013; Salgado et al., 2014). Trabajos previos sobre el origen floral de las mieles formoseñas, han aportado información sobre la importancia melífera de algunas familias botánicas como Anacardiaceae, Arecaceae, Asteraceae, Fabaceae, Myrtaceae y Rhamnaceae (Cabrera, 2006). Ademas, existen antecedentes de estudios físico-químicos, contenido de fenoles, flavonoides, capacidad antioxidante y atributos sensoriales vinculados al origen floral (Cabrera et al., 2017; Cabrera, 2021; Cabrera & Santander, 2022). El objetivo de este trabajo fue caracterizar mieles de la provincia de Formosa procedentes de la Ecorregión Chaco Húmedo, según su origen botánico y geográfico.
MATERIALES Y MÉTODOS
Area de estudio
La Ecorregión Chaqueña es una de las más importantes de Argentina en cuanto a la riqueza de geoformas y tipos de vegetación. Este mosaico de geoformas es de modelado fluvio-lacustre y está organizado en sistemas de desagües paralelos al Río Pilcomayo y al Bermejo. La región se caracteriza por un clima pluviométrico monzónico, concentrando el 60% de las precipitaciones entre octubre y abril hacia el Este y el 70-75% en el Oeste (Morello et al., 2012). La región se encuentra afectada por anegamientos periódicos producidos por lluvias y desbordes fluviales que establecen un paisaje heterogéneo. Se distinguen diferentes unidades ambientales: bosques, pastizales, sabanas y bañados con una gran diversidad de especies vegetales (Maturo & Prado, 2005).
El área de estudio se localiza al Este de la provincia de Formosa (Fig. 1) y junto al Este de Chaco y Norte de Santa Fe está ubicada dentro de la Ecorregión Chaco Húmedo, integrando la región del Chaco Argentino. El Chaco Argentino es parte del Gran Chaco Americano, que se destaca por una importante diversidad biológica de especies vegetales y animales como también cultural (Maldonado & Hohne, 2006).
Colecta de muestras
Se obtuvieron 96 muestras de miel de las cosechas de primavera y verano, durante tres períodos apícolas (2009 -2010, 2010-2011 y 2011-2012). El muestreo se llevó a cabo en 6 departamentos de la zona Este de Formosa obtenidas de 14 apiarios ubicados en 12 localidades (Fig. 1, Tabla 1). Las muestras de miel fueron obtenidas por centrifugación, rotuladas y conservadas en heladera a 5°C (±2°C) en envases plásticos con tapa hermética.
Procesamiento de muestras
El análisis polínico cualitativo y la determinación de clases de frecuencia se realizó mediante el procesamiento de muestras acetolizadas de acuerdo a la propuesta de von der Ohe et al. (2004). La identificación de los tipos polínicos se determinó a nivel de especie, género o familia, para ello se utilizó la Palinoteca (PAL-FSA) de la flora regional que se encuentra en la Universidad Nacional de Formosa perteneciente a la cátedra de Morfología Vegetal, también se consultó literatura especializada (Markgraf & D’Antoni, 1978; Pire et al., 1998, 2001, 2006 y 2013).
La observación, identificación y análisis cualitativo se realizó con un microscopio óptico Leica DM500 y se obtuvieron micrografías con la cámara Leica ICC50 HD. Para ilustrar los principales tipos polínicos mediante microscopía electrónica de barrido (MEB), se utilizó el protocolo sugerido por Salgado & Galíndez (2023). El MEB utilizado fue marca Jeol modelo 5800LV de la Secretaria General de Ciencia y Tecnología, Universidad Nacional del Nordeste (SGCyT-UNNE). Con la finalidad de analizar la presencia de indicadores de melatos en las mieles se realizaron preparados permamentes sin acetolizar mediante la técnica de Wodehouse (1935) modificada.
Disponibilidad y diversidad de especies
A fin de conocer el uso de la vegetación disponible para la utilización de la abeja melifera, se compararon los recursos botánicos identificados en las muestras de mieles mediante el polen presente y cotejados con listas de relevamientos forísticos realizados en la misma zona y para similar periodo de estudio (Cabrera et al., 2013). Se calculó el Indice de Similitud de Jaccard que consiste en aplicar la siguiente formula: IJ = a / (a + b - c), donde: a es el número de especies relevadas; b es el número de especies presentes en la miel y c es el número de especies presentes en ambos grupos.
Analisis estadístico
Con la finalidad de caracterizar las mieles por el origen botánico y geográfico se realizó un análisis de agrupamiento. Para ello, se utilizó el software Past Paleontological Statistics (Hammer et al., 2001), teniendo en cuenta una medida de asociación mediante distancia Euclídea estandarizada al cuadrado.
RESULTADOS
Espectro polínico de las mieles analizadas (origen botánico)
Se identificaron 126 tipos polínicos, pertenecientes a 57 familias de Angiospermas, de las cuales 87 taxa se determinaron a nivel de especie, 38 a nivel de género y 1 a nivel de familia (Tabla 2).
El 94% de las especies utilizadas por Apis mellifera como fuente de néctar fueron nativas y solo el 6% plantas exóticas (cultivadas y adventicias) . Las dos familias con mayor número de representantes, fueron Fabaceae y Asteraceae con 19 y 13 tipos polínicos, respectivamente (Tabla 2). Se observaron escasos indicadores de melatos, lo que confirma el origen floral de las mieles.
El 58% del total de muestras se clasificaron como mieles multiflorales, mientras que el 42% restante presentó polen dominante (más de 45%) de especies nativas leñosas siendo clasificadas como mieles monoflorales a partir del criterio de von der Ohe et al. (2004) y los rangos de frecuencia propuestos por Louveaux et al. (1978).
Tipos de mieles clasificadas por cosecha y origen botánico
La producción de miel de la zona Este de Formosa se realiza en dos cosechas al año sujetas a la curva de floración registrada en la zona, la cual se caracteriza por tener dos momentos de oferta floral una en primavera y otra en verano (Cabrera et al., 2013). En la Tabla 3 se presenta la lista de mieles monoflorales, multiflorales y la cantidad de muestras identificadas por periodo apícola estudiado.
Durante los períodos apícolas 2009-2010 y 2010-2011 se destacaron las mieles de primavera donde se observó que los recursos florales importantes correspondieron a Eugenia uniflora y Neltuma sp. Cabe destacar que ambas especies estuvieron presentes en el espectro polínico como polen secundario, de menor importancia y en traza alcanzando una frecuencia de aparición del 54% y 83%, respectivamente. Por otro lado, se describieron solamente una muestra de miel monofloral de Geoffroea decorticans y otra de Sarcomphalus mistol, y además tuvieron una frecuencia de aparición baja, de 13% y 22%, respectivamente, mientras que las mieles multiflorales fueron más abundantes.
En las mieles de verano de los períodos 2009-2010, 2010-2011 y 2011-2012 el recurso floral predominante fue Copernicia alba, obteniéndose un 21% de mieles monoflorales y una frecuencia de aparición del 66% sobre el total de las mieles analizadas, además estuvieron presentes en todas las clases de frecuencia. Por su parte, se describió un 8% de mieles monofloras de Schinopsis balansae y una frecuencia de aparición del 34%, solamente se identificó una miel monofloral de Tessaria integrifolia con una frecuencia de aparición baja de 19%.
En cuanto a las mieles multiflorales la combinación de tipos polínicos que indican la estación primaveral son: Senecio pterophorus, Acicarpha tribuloides, Capparicordis tweediana, Celtis sp., Sapium haematospermum, Senegalia aroma, Mimosa sp., Melilotus albus, Parkinsonia aculeata, Neltuma sp., Vicia macrogramineae, Phyla nodiflora, Eugenia uniflora, Allophylus edulis, Diplokeleba floribunda y Pisonia zapallo. En la estación estival se encuentran: Copernicia alba, Schinopsis balansae, Myracrodruon balansae, Tipo Baccharis-Eupatorium, Solidago chilensis, Tessaria integrifolia, Nymphoides indica, Salpichroa origanifolia y Aloysia sp.
Vegetación y espectro polínico
El Indice de Jaccard se calculó a partir de los datos obtenidos del relevamiento de 198 especies a campo potencialmente melíferas (Cabrera et al., 2013) y comparadas con los 126 taxa representados en el espectro polínico, siendo 88 especies compartidas. El resultado indicó un valor de 83% de similitud entre ambos conjuntos de datos, se puede inferir que el muestreo de plantas fue representativo respecto de las posibles preferencias de las abejas.
Origen geográfico
Las especies melíferas identificadas con frecuencia de aparición al 45% fueron: Neltuma sp. (83%), Copernicia alba (67%), Eugenia uniflora
(54%), Tipo Baccharis-Eupatorium (50%). Otras especies meliferas con una alta frecuencia e inferior al 45% se destacan: Sapium haematospermun (43%), Solanum sp. (43%), Acicarpha tribuloides
(42%), Celtis sp. (42%) y Parkinsonia aculeata
(42%) (Fig. 2A, F-G y H-I). Si bien, Capparicordis tweediana (38,5%), quien integra la familia Capparaceae, tiene un valor inferior al 40%, se destaca por su valor melífero en la Ecorregión Chaqueña (Tabla 2).
Los tipos polínicos dominantes y secundarios correspondieron a las familias representativas integradas por: Alismataceae (Echinodorus grandiflorus), Anacardiaceae (Myracrodruon balansae, Schinopsis balansae, Schinus sp.), Arecaceae (Copernicia alba), Asteraceae (tipo Baccharis-Eupatorium, Senecio pterophorus, Tessaria integrifolia, Trixis divaricata), Boraginaceae (Echium plantagineum), Calyceraceae (Acicarpha tribuloides), Euphorbiaceae (Sapium
haematospermum), Fabaceae (Gleditsia amorphoides, Mimosa sp.; Parkinsonia aculeata, Neltuma sp., Trifolium repens, Vicia macrograminea), Lamiaceae (Salvia cardiophylla, Teucrium vesicarium), Nyctaginaceae (Pisonia zapallo), Myrtaceae (Eucalyptus sp., Eugenia uniflora), Plantaginaceae (Scoparia sp., Stemodia sp.), Pontederiaceae (Pontederia crassipes, Pontederia cordata var. cordata), Rhamnaceae (Sarcomphalus mistol), Sapindaceae (Diplokeleba floribunda), Simbaroubaceae (Castella coccinea) y Zygophyllaceae (Gonopterodendron sarmientoi) (Tabla 2).
Dentro de las Fabaceae nativas se destacan los “algarrobales” de Neltuma sp. por su elevada representatividad en las mieles estudiadas (83%), considerando solo cuatro muestras con polen dominante. Geoffroea decorticans “chañar” ha tenido una baja representatividad en las mieles estudiadas (14%) y sólo se identificó como dominante en una muestra. Otras Fabaceae registradas en la zona como fuentes de néctar fueron: Melilotus albus (30%), Mimosa sp., (27%) Vachellia aroma y Vicia macrograminea (25% respectivamente), (Fig.3 A y C), Gleditsia amorphoides (11%), Adesmia sp., (9%), Senegalia bonariensis (8%) Vachellia sp. (7%) y Senegalia praecox (3%).
Otro importante recurso nectarífero lo constituye Copernicia alba “palma caranday” de la familia Arecaceae. Se encontró como polen dominante en numerosas muestras y su frecuencia de aparición en las mieles fue alta (66%).
Eugenia uniflora “ñangapirí” es una especie leñosa integrante de los bosques en galería o selvas de ribera. Si bien, estuvo en pocas mieles como polen dominante, se ha identificado con una importante frecuencia (54%), ya sea como polen secundario, de menor importancia o en traza. Otras dos especies leñosas típicas de la Ecorregión Chaqueña, que se destacan por su aporte de néctar a las mieles, son Schinopsis balansae “quebracho colorado chaqueño” y Myracrodruon balansae “urunday”, con una frecuencia de aparición de 34% y 36%, respectivamente.
Sarcomphalus mistol “mistol” ha registrado una baja representatividad en las mieles estudiadas (23%), probablemente debido a que presentó un corto período de floración y a que se encontraron pocos ejemplares cercanos a los apiarios. En una de las muestras fue identificado como polen dominante y en otra como polen secundario.
Las Asteraceae leñosas y herbáceas constituyeron un importante recurso nectarífero en las mieles analizadas, entre las que se pueden mencionar el Tipo Baccharis-Eupatorium (50%), Senecio pterophorus (35%), Mutisia coccinea var. dealbata (23%), Tessaria integrifolia (20%) (Fig. 3F), Helianthus annuus (16%), Cirsium vulgare (14%) Trixis divaricata (14%), Solidago chilensis (13%), Ambrosia sp. (11%), Vernonia sp. (10%), Artemisia sp. y Bidens sp., (4% respectivamente) (Tabla 2).
En las mieles formoseñas Helianthus annuus se encontró como polen en traza y en una reducida cantidad de muestras, debido a la escasa extensión de cultivos de “girasol” en la región.
Se destaca en las mieles del Este de Formosa, el predominio de polen proveniente de la vegetación acuática y palustre, pertenecientes a diferentes familias. Se identificó la presencia de Sagittaria montevidensis spp. montevidensis (28%), Tipo Ludwigia (5%) , Tipo Polygonum hydropiperoides var. setaceum (1%), Pontederia cordata var. cordata (10%), Hydrocotile bonariensis (2%), Hydrocleys nymphoides (2%), Nymphoides indica
(7%), Pontederia crassipes (11%) y Echinodorus grandiflorus (11%) (Fig. 2B-C, 3D y 3I; Tabla 2).
Análisis de agrupamiento según origen botánico
El dendrograma (Fig. 4) discriminó 7 grupos de mieles teniendo en cuenta el espectro polínico de las 96 muestras, utilizando la distancia Euclidea que presentó un ajuste adecuado de acuerdo a la correlación cofenética (0,8117).
El grupo 1 integrado por 21 muestras monoflorales de Copernicia alba (M = 6, 31, 43, 63, 82, 81, 42, 64, 76, 17, 12, 77, 79, 61, 78, 80, 40, 41, 9, 62 y 5), variaron del 50% al 98% de polen, el grupo 2 integrado por una única muestra monofloral de Geoffroea decorticans con el 52% (M = 69) y el grupo 3, integrado por una única muestra monofloral de Tessaria integrifolia (M = 30) con el 52% de polen, asociada a Copernicia alba como polen secundario con el 21%. El grupo 4 integrado por 8 muestras monoflorales de Schinopsis balansae (M = 8, 37, 16, 60, 68, 49, 85, 84) que variaron del 46% al 68%.
El grupo 5 integrado por 11 muestras (M = 23, 46, 47, 50, 38, 45, 52, 39, 74, 83 y 96) de Eugenia uniflora como el polen dominante, secundario y de menor importancia, el cual se organizó en dos subgrupos, el primer subgrupo (Sub.5a) integrado por 7 muestras, de las cuales 3 son mieles monoflorales de Eugenia uniflora, varió entre 45% y 54%, tres muestras con el polen secundario de Eugenia uniflora (21% al 38%) y una con el polen de menor importancia, todas las mieles asociadas a Neltuma sp., Parkinsonia aculeata y Myracrodruon balansae.
El segundo subgrupo (Sub.5b) formado por 4 muestras, de las cuales 3 de ellas con el polen secundario de Eugenia uniflora y 1 miel monofloral de Eugenia uniflora con el 46%, este último subgrupo asociado a Copernicia alba como polen secundario (20 % al 26%).
El grupo 6 organizado en 4 subgrupos, el primer subgrupo (Sub.6a) integrado por 10 muestras (M = 7, 29, 58, 91, 65, 55, 88, 35, 72 y 67) de mieles multiflorales con el polen secundario de Myracrodruon balansae asociado a Neltuma sp., Parkinsonia aculeata, Eugenia uniflora y Pisonia zapallo, el segundo subgrupo (Sub.6b) integrado por 30 mieles multiflorales (M = 10, 27, 13, 2, 25, 44, 14, 73, 86, 90, 87, 89, 34, 57, 32, 94, 92, 93, 36, 18, 51, 19, 66, 3, 15, 95, 48, 28, 20 y 1) con el polen secundario, de menor importancia y en traza de Neltuma sp., asociado a Parkinsonia aculeata, Senecio pterophorus, Acicarpha tribuloides, Eugenia uniflora, Pisonia zapallo y Sarcomphalus mistol. El tercer subgrupo, formado por 8 mieles (Sub.6c), (M = 11, 24, 26, 21, 54, 53, 59 y 70) de los cuales 4 son monoflorales de Neltuma sp., cuyo porcentaje de polen varió del 45% al 61%, y 3 mieles multiflorales con el polen secundario y una muestra con el polen en traza de Neltuma sp.
Por último, el cuarto subgrupo (Sub.6d) con un total de 5 mieles (M = 33, 4, 22, 71 y 75), formado por una miel monoflora de Sarcomphalus mistol con 47% de polen y las 3 restantes mieles multiflorales con el polen secundario Sarcomphalus mistol y una muestra con el polen en traza. El grupo 7 integrado por una única muestra monofloral de Eugenia uniflora (M = 56), con un 85% de polen.
DISCUSIÓN
Origen botánico y geográfico
El origen floral de las mieles de la Ecorregión del Chaco Húmedo de la provincia de Formosa se caracterizó por presentar una gran diversidad de tipos polínicos con dominancia de la flora autóctona, en coincidencia con lo informado en trabajos previos (Cabrera et al., 2011; Cabrera et al., 2013; Cabrera, 2021). Estas características son similares para la producción de las mieles de la provincia del Chaco, que se encuentra en la misma Ecorregión (Salgado et al., 2017, 2022).
Las familias Fabaceae y Asteraceae se destacaron por su mayor diversidad, varios estudios han sido reportados sobre la importancia melífera de ambas familias (Gómez Ferreras & Sáenz de Rivas, 1979; Tellería, 1996 a y b; Tellería & Forcone, 2000; Valle et al., 2004; Lusardi et al., 2005). Tellería (2009), destacó la relación entre la familia Asteraceae y la miel de abeja en la Argentina representadas en las Ecorregiones: Pampeana, Espinal, del Monte, Patagónica, Subantártica y Chaqueña. Varias especies de Asteraceae, han sido mencionados para mieles de la Ecorregión Chaqueña, Salgado et al. (2017, 2022) determinaron mieles monoflorales de Tessaria integrifolia, Tipo Baccharis-Eupatorium y de Helianthus annus y en la Ecorregión Delta e Islas del Paraná y Espinal (Salgado & Pire, 1998; Basilio & Romero, 1996; Fagúndez, 2003; Fagúndez & Caccavari, 2006; Caccavari & Fagúndez, 2010). En la Ecorregión Pampeana se identificaron mieles monoflorales de Helianthus annuus (Lusardi et al., 2005; Valle et al., 2004; Gallez et al., 2009; Costa et al., 2016).
Las especies nectaríferas del genero Neltuma, Senegalia y otras Fabaceae registradas en la zona, fueron reportadas por diferentes autores en mieles procedentes de la Ecorregión Chaqueña (Ciappini et al., 2009a, 2009b; Salgado et al., 2017). Salgado et al. (2017), señalaron que las mieles chaqueñas de Neltuma sp. representan un importante volumen durante la cosecha de primavera, ya sea por su extenso período de floración, como por su abundancia.
En este estudio se obtuvieron escasas muestras de miel monofloral de Geoffroea decorticans y de Sarcomphalus mistol en primavera. Estos resultados confirman que se trata de recursos florales disponibles para las abejas en un corto lapso de tiempo (Cabrera et al., 2013).
Los estudios melisopalinológicos en Argentina, han demostrado el valor apícola de Neltuma en la producción de mieles en la mayor parte de las regiones de nuestro país (Tellería, 1996b; Tellería & Forcone, 2000; Andrada, 2001; Andrada & Tellería, 2002; Tamame & Naab, 2003; Quiroga et al., 2008; Ciappini et al., 2009b; Cabrera et al., 2011; Salgado et al., 2014; Costa et al., 2016; Sánchez & Lupo, 2017; Salgado et al., 2017, 2022). Sin embargo, en el presente estudio se describieron pocas mieles monoflorales de este género, aunque estuvo presente como polen secundario, de menor importancia y en traza en numerosas mieles multiflorales. La causa de esto podría atribuirse a la baja densidad de la especie en la región, muy explotada por su valor forestal.
En la región se ha determinado una importante cantidad de mieles monoflorales de Copernicia alba. Esto indica que este recurso es abundante con un periodo amplio de floración (abarca finales de primavera y verano) y es muy aprovechada por la abeja melífera (Cabrera et al., 2013). Observaciones a campo confirmadas por apicultores indican que durante la primavera si bien existe una diversidad de especies en floración, cuando la “palma caranday” florece, las abejas prefieren ese recurso sobre los demás disponibles (Cabrera, 2021). Salgado et al. (2017, 2022) han descripto mieles monoflorales de Copernicia alba para la provincia del Chaco, integrante de la Ecorregión del Chaco Húmedo y en el Chaco Seco mieles de Trithinax schizophylla. Otra especie de la familia Arecaceae, Trithrinax campestris, ha sido detectada en mieles provenientes de Corrientes, Delta del Paraná, Entre Ríos y Noroeste de Córdoba (Salgado & Pire, 1998; 1999; Fagúndez & Caccavari, 2003; Caccavari & Fagúndez, 2004; Fagúndez & Caccavari, 2006; Caccavari & Fagúndez, 2010; Costa et al., 2016).
El polen de Eugenia uniflora ha sido mencionado anteriormente en mieles de Formosa (Cabrera, 2006) y de la provincia de Misiones (Aquino et al., 2015). Para el Chaco, Salgado et al. (2017, 2022), describieron mieles monoflorales de Eugenia uniflora del complejo Oriental del Bajo Río Paraguay. En cuanto a la presencia de especies exóticas de la familia Myrtaceae, Basilio & Noetinger (2000) identificaron polen de Eucalyptus en mieles de Formosa.
En otras provincias argentinas como Corrientes y Córdoba se han detectado mieles monoflorales de Myracrodruon balansae (Salgado & Pire, 1998, 1999; Costa et al., 2016). La familia Anacardiaceae ha sido reconocida por su importante valor melífero no sólo en la Ecorregión Chaqueña (Basilio & Noetinger, 2000; Salgado, 2006; Costa et al., 2016; Salgado et al., 2017, 2022), sino también en el Espinal (Andrada, 2001), en la Ecorregión de la Puna y Selva de las Yungas (Sánchez & Lupo, 2017). Ha sido demostrada la importancia melífera de la especie Sarcomphalus mistol (Rhamnaceae), en las distintas provincias de la Ecorregión Chaqueña (Basilio & Noetinger, 2000; Giménez et al., 2004; Salgado, 2006; Quiroga et al., 2008; Costa et al., 2016 y Salgado et al., 2017, 2022). En la región del Chaco Seco el polen de S. mistol “mistol” se encontró asociado al de Gonopterodendron sarmientoi “palo santo” y Schinopsis lorentzii “quebracho colorado santiagueño” entre otros componentes caracterí sticos otorgándole una identidad geográfica a la miel (Salgado et al., 2014).
En cuanto a la vegetación acuática está integrada por varias especies melíferas con un largo período de floración (Cabrera et al., 2013). Algunas de estas especies han sido identificadas en mieles provenientes de la Ecorregión Chaqueña y Delta e Islas de Paraná (Basilio & Romero, 1996; Basilio & Noetinger, 2000; Salgado, 2006; Fagúndez & Caccavari, 2006; Caccavari &Fagúndez, 2010; Fagúndez, 2015; Salgado et al., 2017). Fagúndez (2003), describió los tipos polínicos de mieles provenientes de la región de islas del Delta Superior del Río Paraná, donde se observa la presencia de algunas de las especies citadas como: Sagittaria montevidensis spp. montevidensis , Nymphoides indica, Pontederia crassipes, Pontederia cordata var. cordata junto a Sapium haematospermun y Cleome sp.
El análisis polínico de las mieles provenientes de la Ecorregión Chaco Húmedo mostró un predominio de la flora nativa y una gran diversidad florística de especies leñosas y herbáceas, provenientes de diferentes ambientes, estas características han sido similares para las mieles de la Ecorregión Chaco Húmedo, como lo reporta Salgado et al. (2022). En estudios realizados para mieles de las Ecorregiones: Pampeana, Espinal, del Monte y Patagónica se observó escasa representatividad de tipos polínicos nativos y abundancia de plantas exóticas y herbáceas (Tellería, 1996a, 1996b; Andrada, 2001; Tellería & Forcone, 2000; Forcone & Tellería, 2000). La asociación polínica que ha permitido caracterizar regionalmente las mieles provenientes de Formosa y Chaco estuvieron integradas por tipos morfológicos pertenecientes a las clases de frecuencias dominante y secundario, y elevada frecuencia de aparición de: Neltuma, Copernicia alba, Eugenia uniflora, Tipo Baccharis-
Eupatorium, Sapium haematospermum, Celtis, Parkinsonia aculeata, Solanum, Vicia macrograminea, Myracrodruon balansae, Schinopsis balansae, Salvia cardiophylla, Pisonia zapallo, Tessaria integrifolia y Mimosa, todos ellos integrantes del bosque alto y bajo, bosque en galería y de áreas inundables (Arana et al., 2021; Salgado et al., 2022).
En relación a las especies introducidas podemos destacar la escasa representatividad en las mieles de: Daucus carota, Melilotus albus, Echium plantagineum, Cirsium vulgare, Helianthus annuus, Citrus, Brassica y Sonchus oleraceus.
Las mieles analizadas estuvieron asociadas a una diversidad de tipos polínicos, provenientes de la flora autóctona de los bosques y cañadas de los humedales del Chaco Húmedo, complejo Ecosistémico del Bajo Río Paraguay (Morello et al., 2012), de la provincia de Formosa. Salgado et al. (2017) identificaron en la Ecorregión Chaco Húmedo la presencia de numerosas mieles monoflorales con asociaciones polínicas típicas de los “algarrobales” (caracterizado por Neltuma sp.) “quebrachales” (Schinopsis sp.), y “palmares” (caracterizado por Copernicia alba y Trithrinax sp.) propias de la identidad forestal del Chaco.
CONCLUSIONES
Las mieles formoseñas provenientes de la Ecorregión del Chaco Húmedo cuentan con las siguientes cualidades que pueden ser aprovechadas por los productores a fin de destacar su valor:
-Presentan diversidad y riqueza de fuentes de néctar provenientes de la vegetación del bosque nativo y especies que componen los humedales (ríos, lagunas, esteros, bañados y riachos). Habiendo una mayor oferta de producción de mieles en la estación primaveral.
-Las familias botánicas con mayor importancia apícola en la provincia son: Anacardiaceae, Arecaceae, Myrtaceae y Rhamnaceae.
-Las mieles multiflorales formoseñas presentan asociaciones de polen de especies características del bosque chaqueño, lo cual permitiría reconocer su origen geográfico.
-Presentan condiciones favorables para la producción de miel certificada como orgánica.
Finalmente, todas las condiciones enumeradas conducen a garantizar la producción de miel de abeja, obtenidas a expensas del néctar de las flores provenientes mayoritariamente de especies nativas. Estas condiciones pueden sentar las bases para que los productores obtengan un producto de muy buena calidad con el propósito de satisfacer las demandas de consumidores exigentes.