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Medicina (Buenos Aires)
versão impressa ISSN 0025-7680
Medicina (B. Aires) vol.74 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires abr. 2014
CARTA AL COMITÉ DE REDACCIÓN
Samuel Finkielman (1932-2013). Un humanista
Con el último día del año 2013 nos dejó físicamente el Dr. Samuel Finkielman. Lo conocí en 1965, fue uno de mis primeros jefes de sala durante mi residencia, luego mi instructor de hemodinamia e hipertensión siendo yo becario de la UBA, con el padrinazgo del jefe de Clínica y de la sección, Dr. Alberto Agrest.
Siempre me impresionó la bonhomía constante de Finkielman, posiblemente el fundamento de la paciencia y el buen trato con los pacientes internados, que despiertan tan fuertes emociones en los que los asisten. Un capítulo aparte era su amplia cultura, que lo asemejaba a un hombre del Renacimiento y se reflejaba en artículos sobre Hipócrates, Paracelso, Varrón y tantos otros. No solo en lo escrito, sus conocimientos humanísticos matizaban también las discusiones en las recorridas de sala y transformaban lo que podría devenir rutinario en debates poblados de asociaciones con otros campos. Le interesaban particularmente los temas referidos a la eutanasia o a la medicina basada en la evidencia. Formaba parte activa de distintos grupos, en los que se trabajaba en temas relacionados a la hipertensión arterial ya sea en humanos o en trabajos de investigación básicos.
Lo recuerdo siempre acompañado de su pipa y con un libro en la mano, comprado en alguna librería "de viejo". Durante años hice recorridas de sala bajo su jefatura llevando en brazos, los días domingo, a su pequeño hijo mayor, más tarde alumno y residente del Instituto Lanari. Lo sucedí en la dirección de la cátedra de medicina interna luego de su jubilación. Finkielman siempre estaba dispuesto a escuchar, aconsejar con serenidad que solo perdía por momentos en los que se transformaba en lo que llamábamos "mujik ilustrado". Fue investigador principal del CONICET, director del Instituto Lanari, profesor titular y luego emérito (Finki lo traducía a "jubilado"), presidente y luego miembro del comité de redacción de nuestra revista Medicina, etc. Pero por sobre todo un médico de atención semanal de antiguos pacientes del instituto, que lo amaban. Finkielman citaba a los griegos: "El alma es inmortal por estar siempre en movimiento circular…" "Los hombres son mortales porque son incapaces de juntar el principio con el fin, pero en ellos existe un alma…". Nos quedamos en compañía de su alma.
Guillermo B. Semeniuk
e-mail: gsemeniuk@intramed.net