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Trabajo y sociedad

versão On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc. vol.23 no.38 Santiago del Estero jan. 2022  Epub 01-Jan-2022

 

IMÁGENES Y MAGNITUDES DEL TRABAJO

Revitalización sindical y estrategias gremiales de la Asociación de Empleados de Comercio en la ciudad de Rosario en las décadas de 1990 y 2000

Union revitalization and strategies of the Association of Retail Employees in the city of Rosario during 1990 and 2000 decades

Revitalização sindical e estratégias sindicais da Associação de Empregados Comerciais da cidade de Rosário nos anos 90 e 2000

Jaime Guiamet1  * 

1 Dr. en Humanidades (mención en Antropología) Universidad Nacional de Rosario. Becario Posdoctoral CONICET. Instituto de Investigaciones Socio-históricas Regionales (ISHIR-CONICET).

RESUMEN

En este artículo desarrollaremos las principales estrategias gremiales del sindicato mercantil de la ciudad de Rosario en las décadas de 1990 y 2000. En el período se produce un proceso de crecimiento de la actividad gremial, expresada en la cantidad de conflictos en los establecimientos, la presencia prácticamente inédita de delegados sindicales en los mismos y el resurgimiento de reclamos centenarios como el descanso dominical. La dinámica gremial en comercio se explica por una variedad de factores que remarcaremos a lo largo del artículo y presentan similitudes y diferencias respecto a los procesos de revitalización sindical que se producen en la posconvertibilidad. En síntesis, el proceso de crecimiento sindical en el gremio se produce a partir de 1998, cuando se formula una alianza entre la dirigencia tradicional del mismo y activistas históricamente opositores. A partir de esto, analizamos las estrategias gremiales que se construyen, destacando los principales avances y limitaciones en la modificación de las condiciones de trabajo en el sector mercantil. Uno de los principales aportes del artículo es el intento por poner de manifiesto las debilidades de un enfoque que contraponga la fragmentación y crisis del sindicalismo en los ’90 y una revitalización posterior.

Palabras Clave: Empleados de Comercio; Revitalización Sindical; Estrategias Gremiales

ABSTRACT

In the present article we will develop the main union strategies of the retail union of the city of Rosario, in the 1990 and 2000 decades. During this period an increase of union activity is produced, which is expressed in conflict at the establishments, practically unprecedented shop stewards presence and resurgence of a centenarian claim such as Sunday rest. Retail union dynamic is due to a variety of factors we will underline, which have similarities to and differences from union revitalization processes that are produced in the period of post-convertibility. In summary, this trade union growth process starts at 1998, when an alliance is made between its traditional leaders and historically opposition activists. From this point on, we will analyze union strategies that are built, and highlight main progresses and constraints of working conditions` changes at retail sector. One of the principal contributions of this article is the attempt to bring out the weaknesses of an approach that contrasts

union movement fragmentation and crisis during the 90s and a later revitalization.

Keywords: Retail employees; Union revitalization; Union strategies

RESUMO

Neste artigo vamos desenvolver as principais estratégias sindicais da união mercantil da cidade de Rosário nos anos 90 e 2000. Durante este período, houve um processo de crescimento da atividade sindical, expresso no número de conflitos nos estabelecimentos, na presença praticamente sem precedentes de delegados sindicais nos mesmos e no ressurgimento de reivindicações centenárias como o descanso dominical. A dinâmica sindical no é explicada por uma variedade de fatores que destacaremos ao longo do artigo e apresentaremos semelhanças e diferenças com relação aos processos de revitalização sindical que ocorrem no período de pós-convertibilidade. Em resumo, este processo de crescimento sindical começa em 1998, quando é feita uma aliança entre seus líderes tradicionais e ativistas da oposição histórica. A partir deste ponto, analisaremos as estratégias sindicais que são construídas e destacaremos os principais avanços e restrições das mudanças das condições de trabalho no setor varejista. Uma das principais contribuições deste artigo é a tentativa de trazer à tona as fraquezas de uma abordagem que contrasta a fragmentação e a crise do movimento sindical durante os anos 90 e uma posterior revitalização.

Palavras Chave: Empregados comerciais; Revitalização dos sindicatos; Estratégias Sindicais

Introducción

En este artículo desarrollaremos las principales características de las estrategias gremiales del sindicato mercantil de la ciudad de Rosario en las décadas de 1990 y 2000. En el período se produce un proceso de crecimiento de la actividad gremial, expresada en la cantidad de conflictos en los establecimientos, la presencia prácticamente inédita de delegados gremiales en los mismos y el resurgimiento de reclamos centenarios como es el de descanso dominical. La dinámica gremial en comercio se explica por una variedad de factores que remarcaremos a lo largo del artículo y presentan similitudes y diferencias respecto a la revitalización sindical que se produce en la posconvertibilidad. En síntesis, nos preguntamos: ¿cómo se explica el proceso de crecimiento sindical en el gremio? ¿Cuáles son las principales estrategias gremiales que lo caracterizan? ¿De qué modo se modifica el perfil histórico de la Asociación de Empleados de Comercio de Rosario (en adelante A.E.C.) en este proceso?

Respecto a nuestra perspectiva metodológica, en este trabajo realizamos una combinación de un abordaje histórico y uno antropológico. El énfasis puesto en la historización se vincula con el esfuerzo por abordar experiencias gremiales previas como forma de identificar rupturas y continuidades entre los diferentes contextos socio-históricos y las transformaciones en la dinámica gremial (Vogelmann, 2017). Las estrategias metodológicas utilizadas son dos, a saber: entrevistas en profundidad y análisis de fuentes. Respecto a la primera, hemos realizado 15 entrevistas en profundidad a dirigentes, activistas y delegados gremiales sobre el período de la década de los ’90 en adelante. En relación a las fuentes, se utilizó uno de los periódicos más importantes de la región, centrándonos en noticias sobre el supermercadismo y el gremio de los empleados de comercio (Diario La Capital desde 1989 hasta el año 2008). También acudimos a la lectura de fuentes sindicales, tales como las Memorias y los Balances de la A.E.C., el periódico Unión (años 1989-2008), un boletín impreso por activistas del sindicato titulado La Hoja Mercantil; un Informe de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios sobre supermercados (Informe F.A.E.C.y S., 2011) y memorias escritas por algunos activistas del período (Ghioldi, 2009; 2011, Ferro, 2014).

El recorte del período (1998-2008) lo realizamos teniendo en cuenta la temporalidad propia del gremio. Vale decir que se diferencia de la mayoría de las investigaciones sobre revitalización sindical, que comienzan sus estudios a partir de las modificaciones en las condiciones sociopolíticas que se producen a partir de 2003. Dos aspectos son importantes para establecer el comienzo de esta temporalidad: el cambio en la estrategia gremial desde 1998 a partir de una alianza establecida entre la dirigencia de A.E.C. y activistas opositores a la misma; y las modificaciones de las condiciones estructurales del sector mercantil en la ciudad de Rosario entre los años 1996-1998. La finalización del período concuerda con la ruptura del acuerdo entre A.E.C. y los activistas en el año 2008.

Uno de los conceptos centrales que utilizaremos en este artículo es el de estrategias gremiales. Soul (2012) afirma que dichas estrategias se expresan en “prácticas y dispositivos -institucionalizados o no- a través de los cuales las organizaciones sindicales procuran […] constituirse como referente de los trabajadores en sus relaciones con las diferentes instancias de organización empresarial” (Soul, 2012: 43). Otras autoras diferencian en cuatro tipo de variables para explicar qué factores conducen a que los sindicatos adopten estrategias de revitalización y movilización: las variables de contexto político e institucional que configuran la estructura de oportunidades políticas; los factores económicos (dentro de los cuáles se incluyen los procesos de trabajo en el sector); la estructura organizacional de los sindicatos y las experiencias y orientación ideológica de los dirigentes (Fernández Milmanda, 2013). Estos factores pueden ser ordenados en torno a dos ejes: “por un lado, aquellas que ponen acento en las variables explicativas de contexto o externas frente a las que se concentran en las variables organizativas o internas y por el otro, aquellas que ofrecen explicaciones de tipo estructural, frente a las que centran su atención en las características de los dirigentes y su capacidad de acción en relación a las estrategias de otros actores” (Fernández Milmanda, 2013: 147).

El presente artículo está organizado en cinco apartados. En el primero, realizamos una revisión de las principales posiciones teóricas sobre los procesos de “revitalización sindical” en Argentina. El segundo apartado describe los procesos de transformación del sector mercantil en la ciudad de Rosario durante la década del ’90, para comprender las condiciones de posibilidad del accionar gremial en el sector. El tercer apartado aborda un acuerdo que consideramos clave para el desarrollo de los procesos gremiales que se suscitarán después: la alianza de la A.E.C. con un núcleo de activistas históricamente opositores a la dirigencia mercantil. El cuarto apartado analiza las estrategias gremiales desplegadas a partir de este acuerdo, centrándonos particularmente en dos: la incorporación de delegados gremiales y el reclamo por la restitución del descanso dominical. Por último, en las reflexiones finales avanzamos en la respuesta a las preguntas en torno al vínculo entre el proceso que se produce en el gremio mercantil y la denominada revitalización sindical.

Revisando la noción de revitalización sindical

Durante las últimas décadas, las caracterizaciones sobre el sindicalismo en Argentina han oscilado entre visiones sobre la crisis del mismo durante el neoliberalismo hasta su revitalización posterior. Coincidimos con Soul (2012) cuando afirma que se destacan dos conclusiones generales acerca del período neoliberal de la década de los ‘90: las dificultades de representatividad por las que transcurrieron los sindicatos y la transformación de su vínculo con el Estado, signada por un debilitamiento del poder de negociación de los sindicatos. En este contexto, los sindicatos entraron en una profunda crisis y debieron renovar tanto sus formas de relación con el Estado como con sus bases. Las respuestas de los actores sindicales se polarizaron entre el participacionismo y la confrontación (Palomino, 2005).

Por un lado, se genera un “sindicalismo de negocios” o “sindicalismo empresario” que optó por mantener ciertas prebendas y/o emprender nuevos negocios. Por otro lado, se constituyen otros sectores que confrontan al gobierno menemista y sus políticas. Algunos de estos sindicatos, como CTERA o ATE, forman en 1996 la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), constituyéndose en una central sindical alternativa; otros forman un grupo disidente dentro de la CGT como el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) fundado en 1994 el que, sin abandonar el ideario peronista, se aleja del sindicalismo oficial.

A nivel nacional la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (F.A.E.C. y S.1) fue una de las organizaciones sindicales alineada políticamente con el sector de los “gordos” (como se denominó popularmente a un sector del sindicalismo afín al gobierno menemista). Además fue una de las estructuras que pudo conservar su poder económico en el período, a partir de la política de negociar los límites de la flexibilización laboral (Rodríguez, Soul y Gindin, 2004).

En la primera década del actual milenio se producen transformaciones respecto al modelo neoliberal en Argentina, iniciándose el período de la post-convertibilidad. En este contexto emerge una nueva política económica con características divergentes del neoliberalismo, en donde el modo de acumulación se liga de modo más íntimo a la generación de puestos de trabajo (Novick, 2006). Además, se revierten algunas características del proceso de desindustrialización y se mejoran indicadores sociales mediante políticas redistributivas. Sin embargo, estos elementos positivos “no impiden reconocer la existencia de numerosos nudos problemáticos ‘nuevos’ o ‘viejos’ que, en algunos casos, han sido fortalecidos por la política económica de la posconvertibilidad” (Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011: 14). Algunos de estos nudos problemáticos son: la continuidad de un modelo económico basado en actividades primarias y/o extractivas, la inserción del país en la división internacional de trabajo, las presiones inflacionarias y los índices de concentración y extranjerización de importantes sectores de la economía.

En este contexto algunos autores mencionan que se produce un fenómeno de “revitalización sindical”2 (Etchemendy y Collier, 2008; Senén Gonzalez y Del Bono 2013, entre otros), que se expresa en la aparición de nuevos actores sindicales (muchos de ellos por fuera de las dirigencias tradicionales), una centralidad en la protesta social de los mismos y un retorno a la negociación colectiva, entre las tendencias más importantes.

Como señalan Senén González y Del Bono (2013), el proceso de revitalización sindical en la Argentina presenta distintas características a las anglosajonas y europeas, ya que no se trata de sindicatos respondiendo ante los desafíos de un contexto adverso, sino de actores sindicales que subsistieron al neoliberalismo y se adaptan a una nueva coyuntura que resulta más favorable. Etchemendy y Collier (2008) observan un resurgimiento protagonizado por el sindicalismo peronista tradicional, pero este aparece ahora bajo la forma de lo que denominan neocorporativismo segmentado, un nuevo patrón de negociaciones tripartitas a nivel cupular entre empresarios, estado y sindicatos. Se diferencia del corporativismo estatal por ser relativamente autónomo y no estar tan ligado a las estrategias electorales3, y del corporativismo europeo por representar solo a un segmento de los trabajadores del sector formal de la economía, dejando por fuera a los no registrados/informales que representan aproximadamente un 40% de los trabajadores.

Por otro lado, encontramos una serie de estudios cuya preocupación se centra en analizar las dinámicas de base, generalmente asociadas a luchas antiburocráticas (Lenguita, 2011; Varela, 2016; Abal Medina, 2014). La crítica de algunas de estas autoras a las miradas institucionalistas es que homologan lo sucedido con las cúpulas sindicales a lo sindical en general y que encorsetan la discusión en términos de una polarización entre “lo nuevo” y “lo viejo”, oscureciendo el análisis de los rasgos de continuidad que el nuevo protagonismo sindical presenta respecto de la década del ’90 (Varela, 2016).

Varela considera que el fortalecimiento de los sindicatos se enfrenta, desde el origen, a una contradicción constituyente de la política económica en la posconvertibilidad: la recomposición social y gremial de la clase trabajadora generada en el aumento del empleo y en el ejercicio de luchas reivindicativas, se despliega sobre la reproducción de las condiciones de explotación de los ‘90 que se expresa principalmente en la continuidad de una alta precarización y fragmentación obrera. Según la autora, esta contradicción es la base objetiva sobre la que se desarrolla el fenómeno del sindicalismo de base. Este sindicalismo emerge como expresión de la contradicción entre esta recomposición social y la continuidad de la pérdida de legitimidad de los sindicatos en los ‘90. Asimismo, la presencia de una nueva generación de trabajadores (“generación 2001”) en combinación con la presencia de la izquierda marxista en el movimiento obrero otorga a dicho sindicalismo de base características diferenciales respecto de otros períodos.

En el sector mercantil a nivel nacional, las tendencias a renovación y/o revitalización sindical son menores que en el resto de los sectores durante la década de los ’90 y principios de los 2000. Según Longo, este sector se ha caracterizado por mantenerse aislado del proceso de resurgimiento de los conflictos laborales en la década del 2000, representando tan solo el 1,9% de los conflictos laborales con paro frente al 10,8% del transporte, el 8,1% de la industria manufacturera y el 29,6% de la administración pública (Longo, 2014). Esto resulta aún más significativo si tenemos en cuenta que Comercio es el sector que más trabajadores agrupa a nivel nacional4. Por otra parte, existen estudios centrados específicamente en movimientos gremiales dentro de los lugares de trabajo, que destacan la aparición de actores que en muchos casos revisten una doble confrontación, tanto con las empresas como con las dirigencias sindicales (Ghioni, 2005; Abal Medina, 2014; Longo 2014).

Uno de los trabajos con los que dialogaremos a lo largo del artículo es el de Fernández Milmanda (2013) sobre la revitalización sindical en el sector mercantil a nivel nacional. Según la autora, un factor clave para esta revitalización son los trabajadores de supermercados, ya que las transformaciones en el sector mercantil trajeron a escena un nuevo tipo de trabajador mercantil que contrasta fuertemente con el tradicional perfil del empleado de comercio de “cuello blanco”. Según analiza en su artículo, estos trabajadores han protagonizado la gran mayoría de los conflictos de base del sector. La aparición de estos actores impactan en tres planos: “las discusiones en torno a la modificación del Convenio Colectivo de Trabajo, la reactivación gremial a nivel de bases y las modificaciones en la composición de las comisiones directivas de los sindicatos” (Senen Gonzalez y Del Bono, 2013: 17).

Como lo mencionamos en la introducción y lo trabajaremos en los siguientes apartados, en Rosario se producen particularidades en el sector mercantil que se diferencian de la situación en el plano nacional. A fines de la década de los ’90 comienza un proceso de crecimiento de la representación gremial en los lugares de trabajo y de movilización de activistas gremiales en empleados de comercio que nos otorgan indicios para pensar que la “revitalización sindical” en el sector se produce de manera previa a los cambios que se suceden en la posconvertibilidad. Para avanzar en el análisis de estos procesos, a continuación describiremos las transformaciones en el sector mercantil en la ciudad de Rosario en la década de los ’90.

La transformación del sector mercantil en Rosario en los ’90: ¿un terreno fértil para la actividad gremial?

En el aglomerado urbano del Gran Rosario las transformaciones económicas del neoliberalismo tuvieron un impacto muy fuerte al ser una región con base industrial heredada del proceso de industrialización por sustitución de importaciones. La política económica implantada a partir de la dictadura militar pero profundizada en la década de los ’90 debilitó la base productiva, cuya estructura tenía como eje la actividad manufacturera, en torno de la rama metalmecánica, destinada a la producción de bienes finales para el mercado interno. “El Plan de Convertibilidad, con su política de apertura indiscriminada y el elevado costo financiero para las Pymes locales, terminó por acentuar su ciclo regresivo. El Área no dispone de un sector público numeroso que haya podido actuar como ‘colchón’ compensador de la destrucción de fuentes de trabajo” (Rofman, 1996:64).

Como hemos abordado en nuestra investigación (Autor, 2014), las transformaciones económicas en la década de los ’90 (apertura externa, privatización, desregulación comercial y laboral, etc.) impactan en el sector comercial, favoreciendo la instalación de las empresas multinacionales de supermercados en el país, la concentración del capital y una precarización de las condiciones de trabajo de los mercantiles, entre las tendencias más importantes (Chiodo, 2010). En consonancia con las transformaciones que se producen a nivel nacional, en Rosario se incrementan masivamente las cadenas de supermercados a partir de la segunda mitad de 1990. En 1996 ingresa la cadena francesa Carrefour, instalándose en el primer anillo perimetral de Rosario (Avenida Circunvalación), lo que facilitó el acceso a clientes tanto de la ciudad como de la región. Otras empresas que se instalan en la ciudad y desarrollan esta estrategia de ubicación son Makro (supermercado mayorista de capitales holandeses) y la firma Libertad, controlada por el grupo francés Casino, que inaugura una sucursal en la Zona Sur de Rosario en el año 2000. Otro hito importante es la instalación de Coto, cadena nacional que en el año 1999 adquiere seis locales de diferentes empresas rosarinas en la zona céntrica. Además, a mediados de la década del ’90 algunas cadenas de capitales locales impulsan una política de apertura de sucursales para limitar la posterior expansión de las multinacionales. Es el caso de las empresas locales La Gallega y Olivia, que inauguran locales en Avenida Circunvalación previamente a la instalación de Carrefour y Makro en la misma zona, establecimientos que contaban con restaurantes, patios de comidas, locales comerciales en el interior del establecimiento, sectores de entretenimiento para niños, etc.5.

Respecto a nuestro foco de interés en las estrategias gremiales, destacamos dos aspectos de la reconversión productiva que actúan como condicionantes del accionar sindical: el crecimiento de los grandes establecimientos y el cierre y traspaso de empresas locales.

Por un lado, el incremento de los grandes locales genera una condición de posibilidad para que se elijan delegados sindicales. Existen estudios que analizan las transformaciones en el sector mercantil durante el neoliberalismo y remarcan la potencialidad que pueden implicar para la acción sindical el crecimiento del número de trabajadores y la mayor concentración de los mismos en grandes establecimientos (Martuccelli y Svampa, 1997). No resulta casual que, como veremos más adelante, a partir de fines de la década de los ’90 se inicia un proceso de elección de delegados en las diferentes empresas de supermercados en la ciudad. Sin embargo, debemos asimismo destacar que “los estudios que analizaron estos cambios desde el lugar de trabajo advirtieron otros elementos, como por ejemplo las estrategias y los dispositivos empresariales de disciplinamiento, que socavaban las posibilidades de renovación sindical” (Longo, 2014:23). Es decir, estos espacios laborales son pensados como ambivalentes. “Por un lado, estratégicos para pensar la conflictividad en términos del crecimiento del sector y la concentración de trabajadores, pero a su vez fuertemente condicionados por el disciplinamiento empresarial y el mantenimiento de una tradición sindical de conciliación” (Longo, 2014:23).

En segundo lugar, la reorganización del sector producida por los cierres de cadenas locales genera una serie de demandas respecto al mantenimiento de los puestos de trabajo. La mayoría de las quiebras en la ciudad se producen a mediados y fines de la década de 1990, cuando el proceso de instalación de las grandes cadenas se encuentra avanzado. En 1997 se presenta en quiebra la cadena Reina Elena, que poseía siete locales, en 1998 Mega (la cual es adquirida por Hipermercados Norte) y tiempo más tarde Tigre, entre las más importantes. Además, la cadena Olivia vende sus sucursales a Coto, quien también adquiere dos locales de Reina Elena cuando realiza su ingreso a la ciudad en 1999. Estas quiebras generan algunos procesos de organización gremial entre los trabajadores aunque, como algunos activistas lo indican, se oscilaba entre la búsqueda por vías legales de la indemnización y el reclamo por el mantenimiento de los puestos de trabajo (Ghioldi, 2009). En este sentido, en la época se producen situaciones en donde los trabajadores logran mantener los puestos de trabajo cuando estas empresas quiebran o son adquiridas por otras firmas. Una de las primeras quiebras de empresas comerciales con larga trayectoria en la ciudad es la de El Hogar Obrero en 1989-1990, adquirido por la cadena Tigre. En este caso, los obreros “ocuparon el local durante meses y sostuvieron el conflicto hasta lograr el traspaso empresarial y la conservación de los puestos de trabajo” (Rodríguez, 2006:56). Otro de los procesos de resistencia más emblemáticos entre los trabajadores mercantiles en la ciudad de Rosario en las últimas décadas es la ocupación de una sucursal de los supermercados Tigre, cuando los mismos entran en quiebra en el año 2000. Si bien no profundizaremos en este conflicto, ya que tiene variadas dimensiones, la lucha de los ex empleados de Tigre en la cooperativa “La Toma” se ha constituido en un emblema de las empresas recuperadas de la región, y se ha logrado ocupar el espacio con diversas actividades, como un comedor universitario, un supermercado comunitario y una diversidad de emprendimientos6. Además, quienes logran mantener el establecimiento (que fue primero propiedad de El Hogar Obrero y luego adquirido por Tigre) forman la Comisión de Acción Gremial (en adelante C.A.G.), que tendrá un papel preponderante en la revitalización sindical en el sector mercantil, como veremos más adelante. En el año 2004, otra de las excepciones fue Norte, cadena adquirida por Carrefour, lo cual genera un reclamo de los trabajadores por mantener sus puestos de trabajo. Este conflicto concluye con el mantenimiento de las condiciones de trabajo y la antigüedad de los trabajadores en Carrefour.

Consideramos que las dos modificaciones mencionadas en este apartado (concentración de trabajadores en grandes establecimientos y cierre de empresas) otorgan las condiciones de posibilidad para la emergencia de una estrategia gremial novedosa en comercio. Sin embargo, estas transformaciones estructurales también suponen formas de organización del trabajo que dificultan la acción gremial en el sector. A continuación desarrollaremos algunas particularidades de las formas de organización del gremio en la ciudad y de las experiencias de dirigentes y activistas que contribuyen al impulso de los procesos de organización colectiva.

Modificaciones en el perfil histórico del empleado de comercio en Rosario: el Acuerdo entre A.E.C. y la Comisión de Acción Gremial

El gremio mercantil se caracterizó a lo largo de su historia por una tendencia a la construcción de estrategias gremiales basadas en la negociación y el diálogo, posicionándose como un actor alejado del obrero fabril y sus métodos de decisión, organización y lucha (Martuccelli y Svampa, 1997; Fernández Milmanda, 2013; Longo, 2014). Investigaciones llevadas a cabo sobre la historia del gremio en la ciudad de Rosario afirman que se enfatizó en actividades de gestión, ligadas a una “tradición delegativa” del gremio (Rodríguez, 2005). En la ciudad de Rosario, la A.E.C. presenta algunas particularidades que vale la pena destacar. Una de las más importantes es la fuerte presencia socialista y la débil, pero no nula, presencia del peronismo (Rodríguez, 2005).

La AEC es una de las organizaciones sindicales en la que dirigentes provenientes del socialismo y el anarquismo se mantienen en la dirección después del período peronista, en una trayectoria sindical diferente a la que realiza la mayoría del movimiento obrero y que se mantiene hasta la actualidad, plasmada por una parte en la reivindicación de los principios de independencia de clase de las organizaciones sindicales y, por la otra, en concepciones democráticas y pluralistas de construcción sindical (Soul, Rodríguez y Gindin, 2004: 62)

Un aspecto que debemos tener en cuenta sobre la historia del gremio en la ciudad es la presencia de diversas corrientes políticas al interior del mismo, fundamentada en los principios de la prescindencia política y la independencia de clase (Rodríguez, 2005).

Esta situación se manifiesta con fuerza durante la segunda mitad de la década de los ’80, cuando numerosas listas se presentan a elecciones. En esta década, “activistas gremiales ligados al Movimiento al Socialismo (M.A.S.) son quienes aparecen como los sujetos activos en la organización de las bases trabajadoras” (Rodríguez, Soul y Gindin, 2004:63). Estos activistas participan del conflicto por el cierre del Hogar Obrero mencionado anteriormente y forman la Lista Naranja, que se presenta a elecciones en 1986 y 1989. Además, miembros de esta corriente conforman a fines de la década de los ’90 la Comisión de Acción Gremial. A través del relato de uno de los protagonistas de este proceso podemos comprender el dinamismo que existía en el gremio en la década de los ’80.

La Cámara que empieza a abrir los domingos es la Cámara de Supermercados de Rosario, son los primeros que empiezan a abrir los domingos. Es más, el Tigre abre un supermercado que abría las 24 horas, que es el de calle Córdoba e Italia, que ahora es el Dar de calle Rioja, ese supermercado abría las 24 horas. Entonces el primer gran conflicto se arma en 1985, es un conflicto muy grande acá en Rosario, motorizado por los troskos, nosotros, la lista Naranja, que lo hace bandera y el sindicato se sube. El viejo [se refiere a Rubén Ghioldi] hizo con nosotros lo mismo que hizo con los peronistas. En vez de decirnos que no, toma la bandera nuestra y la lleva adelante. Y logra un fallo del gobierno de Alfonsín que plantea que era ilegal abrir los domingos. Hay una marcha en el año 86 (…) que va hasta el Ministerio de calle Santa Fe, que vamos todos los empleados de supermercados pidiendo el descanso dominical, y que es en respuesta a una marcha que organizó Regunaschi [dueño de Tigre] con empleados del Tigre pidiendo la libertad de trabajo (Activista gremial C.A.G., junio de 2017)

En síntesis, en la década del ’80 ya podemos observar ciertas acciones orientadas a dinamizar la vida gremial dentro del sindicato de comercio. En la cita anterior de uno de los activistas opositores en el momento a la dirigencia del gremio se vislumbra una apertura incipiente por parte de la dirigencia hacia estos actores. Este es uno de los elementos fundamentales que permite comprender la estructuración de una estrategia gremial diferente a fines de la década del ’90.

Otra de las particularidades regionales de empleados de comercio emerge al analizar la actitud del gremio respecto a las políticas neoliberales de la década del ’90. Uno de los aspectos que diferenciaron a la F.A.E.C.y.S. y la A.E.C. en dicho período es la disposición de la primera a firmar convenios con empresas particulares, lo que introducía cláusulas sobre la flexibilidad laboral, en contraposición a la negativa de la segunda, que se remitía al Convenio Colectivo de Trabajo de 1975.

Una de estas discrepancias se produce cuando Rubén Ghioldi, quien fuera Secretario General de A.E.C. Rosario desde 1967 hasta 2011, critica duramente un proyecto de Acuerdo de Flexibilidad laboral para pequeñas y medianas empresas mercantiles entre la C.A.M.E. (Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias) y F.A.E.C.y S. El Acuerdo, que involucra a empresas de menos de 40 empleados, proponía la extensión del período de prueba de 3 a 6 meses, el fraccionamiento de las vacaciones y la posibilidad de pagar la indemnización por despido hasta en 6 cuotas. Ghioldi critica este acuerdo, sosteniendo que se legaliza lo que ya sucede de hecho en los comercios y afirma que la CGT es “muy permeable a los consejos del gobierno”7. Asimismo la A.E.C realiza críticas públicas durante esta década hacia las medidas neoliberales y las condiciones laborales de las empresas en la ciudad8, destacándose la denuncia de horarios discontinuos que exceden las 8 horas de trabajo, jornadas ininterrumpidas de 18 a 25 horas, ausencias de francos compensatorios y de pago de horas extras, entre otras.

Uno de los factores que favorece el aumento de la conflictividad gremial, como afirmamos en la introducción, son los márgenes de acción de las dirigencias respecto a otros actores. En este caso, el hecho de que la A.E.C no estuviese alineada con el proyecto del sindicalismo empresario que imperaba a nivel de la dirigencia nacional contribuye a explicar la aparición de ciertas estrategias gremiales en esta década. Aquí también debemos tener en cuenta el contexto de fines de los ’90 en donde, a diferencia de lo que sucederá con la posconvertibilidad, la mayoría de las negociaciones giran en torno a avances en la flexibilización y precarización de las condiciones laborales, como se observa en el Acuerdo entre C.A.M.E y F.A.E.C. y S. Estas dos condiciones, contexto económico desfavorable y margen de acción político respecto a la cúpula sindical nacional, influyen favorablemente para el incremento de la conflictividad en una central sindical local caracterizada por su prácticamente nula presencia en los lugares de trabajo.

Ahora bien, ¿cómo se concreta este incremento del accionar gremial? Resulta necesario destacar que el mismo no fue llevado a cabo de manera exclusiva por la dirigencia, sino que el elemento clave para el crecimiento de la actividad gremial es la alianza que se produce en el año 1998 entre la dirigencia tradicional del gremio y algunos de los activistas que en la década del ’80 forman la Lista Naranja.

A raíz de esa contradicción de que la gente estaba con bronca porque trabajaba el domingo y no cobraba, y que encima la Cámara de Rosario tenía empleados de La Gallega, viejos, que cobraban un plus en negro por ir los domingos, y tenías la mitad de los pibes, todos yendo a laburar gratis los domingos (…) fue el acuerdo con el viejo Ghioldi9, en el 98. Ante dos circunstancias, una es el cierre de las empresas, por la instalación del comercio grande de Buenos Aires, cierre de Reina Elena, la recesión, etcétera, el viejo nos llama, entonces entramos a hacer quilombo. Uno de los reclamos del acuerdo fue el descanso dominical y porque había acuerdo, porque había posibilidad de meterlo, tanto que pudimos empezar a reclamarlo, meter delegados, etcétera. Ese acuerdo del año 98 con el viejo es un acuerdo muy interesante, ahí se ve cómo uno puede entrar a un sindicato en un momento. ¡Y tiene que entrar! Pero las condiciones cuáles fueron, nosotros no nos vamos a meter en ningún quilombo de acá adentro, no nos vamos a meter a apoyar a ninguna banda de tipos que están en contra tuyo ni a favor tuyo, nada. Ni nos metemos como empleados del sindicato. Lo que si dejanos elegir delegados, te vamos a llenar el sindicato de gente para reclamar la vigencia del descanso dominical y el respeto a estas cosas. Bueno, estamos, estamos. Y ahí nos metimos, y ahí empezamos a reclamar el descanso dominical, y al reclamar el descanso dominical comenzó a agitarse (Activista gremial C.A.G., junio de 2017)

Rodríguez, Soul y Gindin (2004: 77) afirman que este acuerdo “marca la confluencia de un grupo de militantes y activistas combativos con una dirección sindical de importante tradición socialista”. El acuerdo se centra alrededor de tres aspectos del proyecto de organización gremial: la educación antipatronal de los trabajadores, la conformación de un espacio pluralista y democrático (la dirección de la Comisión de Acción Gremial está integrada por militantes provenientes de diversas tradiciones políticas las cuales pertenecen no solo a la izquierda) y la independencia respecto de los partidos políticos y del Estado (Rodríguez, Soul y Gindin, 2004).

Hasta aquí hemos intentado explicar el surgimiento de movimientos de acción gremial a fines de la década de los ’90 que presentan particularidades respecto a la situación nacional. Consideramos que las particularidades provienen de dos dimensiones que en la introducción identificamos como explicativas de las estrategias gremiales. Por un lado, las transformaciones estructurales en el sector y en los procesos de trabajo del mismo, que en la ciudad se expresan con una velocidad inusitada y producen quiebras de empresas tradicionales en la región así como una ola de ingresos de empresas multinacionales que modifican las condiciones laborales y las correlaciones de fuerza en la rama mercantil. Esta sería una variable de contexto y es la que se resalta en la mayoría de los estudios sobre comercio a nivel nacional (Martuccelli y Svampa, 1997; Fernández Milmanda, 2013). Por otro lado, las tradiciones político-gremiales y las alineaciones sindicales que construyen los actores, a partir de las cuales se establece un acuerdo entre sectores que tradicionalmente eran opositores en la política gremial. Aquí identificamos una variable de organización interna del gremio, secundada por una ideología que podría denominarse como “pluralista”, tanto de la dirigencia como de los activistas que ingresan al sindicato en este período. A continuación describiremos las estrategias gremiales llevadas a cabo por la A.E.C. y la C.A.G. en el período del Acuerdo (1998-2008).

Las estrategias gremiales desde fines de la década del ’90: organización de base y reclamos por condiciones de trabajo

Consideramos que el Acuerdo A.E.C. - C.A.G. se expresa en la formulación de dos ejes que configuran la estrategia gremial en el período. El primero es el proceso de incorporación de delegados gremiales en los lugares de trabajo y, asociado a esto, el incremento de la conflictividad al interior de los establecimientos. El segundo es la revitalización de un reclamo histórico en el sector como es la restitución del descanso dominical. Según Carlos Ghioldi (2009) hasta el Acuerdo entre A.E.C. y la C.A.G. muy pocas empresas habían tenido delegados sindicales.

Estamos hablando de un gremio de 30.000 aportantes y con casi 20.000 afiliados ubicados en cerca de 5000 empresas, de las cuales 500 empresas están en condiciones de elegir delegado gremial. Cuando comenzamos solamente 3 empresas tenían delegado gremial en su establecimiento (…) Durante una primera etapa, entre 1998 y el 2000 nuestra actividad se centró en la recorrida periódica por los establecimientos, fuera del horario de trabajo sin apelar al permiso o la renta gremial. También convocamos a reuniones de activistas en el gremio. A la inversa de lo que pensábamos con anterioridad, la respuesta de los trabajadores fue mucho más débil de lo que esperábamos (Ghioldi, 2009: 19)

En consecuencia, el panorama en el año 2001 no había variado mucho en términos de cantidad de delegados respecto de las décadas de los 80-9010, ya que existían 5 empresas con 14 delegados gremiales en la ciudad. A partir de la incorporación de tres miembros de la C.A.G. en la Comisión Directiva en el 2001 se produce un impulso para las elecciones gremiales, ya que entre septiembre de 2001 y agosto de 2003 se producen elecciones en 17 establecimientos distintos11. Si bien no tenemos datos certeros sobre la cantidad de elecciones en los siguientes años, ya que en las Memorias de la A.E.C. se mencionan las elecciones pero en algunos años solo se registran los establecimientos en donde se elige delegado por primera vez, podemos afirmar que entre el 2003 y el 2008 se realizaron aproximadamente diez elecciones por año. En consecuencia, en el año 2007 existían 77 delegados gremiales que representaban aproximadamente a 4800 empleados de comercio en la ciudad de Rosario de 37 empresas diferentes. Vale aclarar que el porcentaje de empresas que poseían delegados sigue siendo muy bajo, ya que en Rosario existían aproximadamente 700 empresas en condiciones de elegir representantes sindicales (Ghioldi, 2009).

En este período las elecciones de delegados se producen por diversas razones y de acuerdo a diferentes dinámicas. El principal sector en donde se incrementan los delegados es el de los supermercados, en donde las formas intensas de utilización y explotación de la fuerza de trabajo impulsaron la organización gremial. Principalmente las grandes cadenas multinacionales y nacionales que ingresan al sector, aunque también crece el número de cadenas locales con presencia gremial. Así, para el año 2005 ya existía representación gremial en 8 empresas nacionales y multinacionales de supermercados, cubriendo prácticamente la totalidad de las empresas de este origen en la ciudad (aunque no en todas las sucursales se eligen delegados). Debemos hacer la salvedad de que no consideramos a los supermercados de origen oriental ya que en su mayoría no cuentan con el número mínimo de trabajadores registrados para contar con representación gremial.

Fuente: Elaboración propia en base a la Memoria y Balance de A.E.C. 2001-2008.

Cuadro N°1 Elecciones de delegados gremiales en Rosario por Tipo de Empresa (2001-2008) 

En algunos de estos establecimientos la representación gremial no logra mantenerse de forma sostenida a lo largo del período. En 35 de las 50 empresas en las que se eligen delegados solo tenemos registro de una elección, lo cual indica que hubo, como máximo, dos años de presencia gremial en dichas empresas. De acuerdo con integrantes de la C.A.G., esta es la situación de comercios en donde las condiciones laborales son peores, pese a lo cual solo esporádicamente han existido delegados y mayoritariamente por expresa iniciativa del sindicato. En este proceso de incorporación de delegados se vuelve un actor fundamental la C.A.G, que fomenta elecciones incluso en establecimientos de origen local en donde existían fuertes prácticas antisindicales.

Nosotros teníamos iniciativa para ir a los lugares, no era que esperábamos que vinieran. No, nosotros íbamos, hacíamos laburo, armábamos los lugares, hasta que hablábamos con alguno y se elegía como delegado. Y por eso te digo, en lugares nos sacaron a patadas, en La Gallega entrábamos y era un quilombo, una vez nos pusimos, acá en La Gallega de Pellegrini, el gallego nos mandó a los carniceros, los mandó a todos a enfrentarse con nosotros, afuera, agarrarse a las piñas. Y ahí bueno, pudimos elegir un delegado, una vez elegimos una delegada que la teníamos que cuidar nosotros, porque estaba amenazada de muerte ella y los hijos (…) Eso habrá sido en 2004, 2005. De terror (…) a la piba la teníamos que acompañar, con un remís, porque la tenían amenazada. Hicimos la elección, fuimos todos, éramos como 50, pusimos la urna, votaron dos y nos fuimos. Y ganó. No dejamos votar a nadie porque los tenían amenazados a todos. De los dos que votaron, una era ella misma y el otro quería que lo echaran (Delegado gremial de la empresa Carrefour, octubre 2019)

A continuación desarrollaremos un análisis de los conflictos y las denuncias registradas en las Memorias de la Secretaría Gremial, que nos permitirá ponderar el impacto de la presencia gremial en términos de demandas y reclamos realizados en los lugares de trabajo12. En primer lugar, debemos remarcar que, de manera análoga al crecimiento de la representación gremial sostenida durante el período, también las demandas en los lugares de trabajo crecen. Por otra parte, a diferencia de lo que observábamos en el cuadro anterior, aquí si la mayoría de las demandas y los conflictos se producen en supermercados, generándose un 68,5 % respecto de las denuncias en otras empresas.

Fuente: Elaboración propia en base a la Memoria y Balance de A.E.C. 1998-2008.

Cuadro N°2 Denuncias y conflictos según tipo de empresa (1998-2008) 

Estos datos se corresponden con los que analiza Fernández Milmanda (2013) a nivel nacional, ya que los trabajadores supermercadistas han protagonizado un 73% de los conflictos del sector en el año 2006. “Estos porcentajes se vuelven aún más significativos si tenemos en cuenta que, como dijimos anteriormente, los trabajadores del subsector supermercadista son solo el 11.6% de los empleados mercantiles” (Fernández Milmanda, 2013:160).

En síntesis, al analizar las denuncias y los conflictos registrados, tanto en los periódicos locales como en las Memorias del sindicato, observamos que el accionar gremial en la mayoría de estas empresas es más esporádico que en el sector de supermercados. La mayoría de las denuncias en estos establecimientos son por despidos y persecución contra delegados gremiales13. Otros reclamos son por intentos de encuadramiento en convenios diferentes, como en las empresas de limpieza o en el Mercado de Concentración de Fisherton (2006-2007); por aumento salarial y blanqueo de montos no registrados (Rapilim 2003-2004 y Terminal de Ómnibus Mariano Moreno 2005-2006), y el respeto a las categorías convencionales, como por ejemplo en la vidriería Marcelo Trento (2006-2007).

Este recorrido concuerda con la generalidad de las denuncias que registramos en las Memorias de la Secretaría Gremial, ya que al comienzo del período predominan las denuncias sobre despidos, traspasos y cierres de empresas y durante el mismo crecen los reclamos salariales y sobre condiciones de trabajo.

Fuente: Elaboración propia en base a la Memoria y Balance de A.E.C. 1998-2008.

Cuadro N°3 Motivos de las denuncias y conflictos (1998-2008) 

Como se observa en el Cuadro N°3, a partir de los años 2001-2002, las denuncias se centran en las precarias condiciones de trabajo y los despidos que se suscitan en las grandes cadenas del sector. El principal motivo de denuncia en los años 2004-2005 sigue siendo los despidos en el sector, así como la persecución hacia delegados gremiales en diversas empresas, aunque también cobran importancia los reclamos por las demoras en los pagos de los aumentos estipulados por el gobierno (se otorgaron aumentos fijos hacia los trabajadores privados a los fines de promover cierta recomposición salarial; en el caso de algunas empresas de supermercados fueron pagados con tickets alimentarios); denuncias contra Carrefour por la subcontratación de personal en reemplazo de personal efectivo para la realización de tareas habituales y el ya mencionado traspaso de los trabajadores de Norte a Carrefour. Los reclamos en los que continúa haciendo hincapié la C.A.G. entre el 2006 y el 2008 son la correcta categorización del personal en relación a lo estipulado en el Convenio Colectivo de Trabajo de Empleados de Comercio 130/75, que infringen la mayoría de las empresas supermercadistas; el aumento de salarios y el correcto pago de los mismos y la utilización sistemática de pasantes y personal de agencia para tareas habituales, entre los más recurrentes.

Otra característica de la organización gremial en el período es el escaso porcentaje de estas acciones que implican huelgas, asambleas o movilizaciones en los lugares de trabajo. Es decir, si bien observamos un alto crecimiento de las demandas y la presencia de delegados entre los años 2001-2008, solo en una proporción baja estas demandas se impulsan a través de la acción colectiva de los trabajadores en los lugares de trabajo. De acuerdo con las Memorias de la A.E.C., se registran 2 paros14 y 6 asambleas en los lugares de trabajo en esos 7 años. Por el contrario, las modalidades de acción más comunes son la formulación de petitorios (se registran 14 petitorios en las Memorias aunque de acuerdo a indagaciones informales existieron muchos más, ya que sólo se registran los más importantes de cada período) y volanteadas y escraches de la C.A.G. en la puerta de los establecimientos (se registran 21, pero también de acuerdo con integrantes de la C.A.G. se realizaron más). Esta última medida supone una práctica muy común durante el período, particularmente en establecimientos en donde las correlaciones de fuerza entre la empresa y los trabajadores no permiten la participación masiva de estos últimos debido a la facilidad con que se despide y rota personal. Como afirma un delegado gremial del período, esta maniobra táctica era pensada en función del avance en la organización de los propios trabajadores en los lugares de trabajo:

En los últimos días se dio un debate gira en torno al método del escrache. Para algunos compañeros, a cada injusticia en los lugares de trabajo hay que responderle con un escrache, aun en contra de la opinión de la mayoría y en algunos casos en contra del propio perjudicado. Y nos parece que abusan de la metodología del escrache, lo utilizan como un eje central de su política, con el argumento de meter presión a la empresa para que así retroceda en sus decisiones. Los compañeros del cuerpo de delegados de Carrefour en cambio decimos, que el escrache es una cuestión táctica, proponemos una reunión con los compañeros en las cercanías del establecimiento, discutimos y con su aval, su participación, su compromiso, ahí si realizamos él escrache, una movilización, una volanteada, una olla popular o simplemente lo que decidamos de común acuerdo, todo en función de si sirve para organizar en los lugares de trabajo (Diario de un delegado, 2014)

En síntesis, el período bajo análisis se caracteriza por un avance de los reclamos y de la organización gremial fundamentada, como ya lo dijimos, en un acuerdo de la dirigencia con activistas de larga data en el sector mercantil, provenientes de partidos de izquierda y de cooperativas como el Hogar Obrero. Estos reclamos tienen un mayor anclaje en las grandes cadenas de supermercados que ingresan a la ciudad a mediados de la década del ’90, aunque encontramos que en una importante diversidad de establecimientos se cuenta con alguna presencia gremial en el período.

Por otra parte, otro de los aspectos en donde se puede observar el crecimiento gremial es en la presencia institucional del mismo. Al analizar la composición de la Comisión Directiva que se elige en el año 2005, en donde la C.A.G. logra mayor presencia que en las elecciones del 2001, encontramos que de los 13 miembros titulares del Consejo Directivo 5 son empleados de distintos comercios y delegados gremiales. Además, de los 10 consejeros suplentes 9 eran delegados gremiales o empleados de distintos comercios que no eran delegados (Ghioldi, 2009). En cuanto al origen de los delegados, algunos eran del hipermercado Ex Tigre, conformado en Cooperativa de Trabajadores en Lucha de La Toma, otros de Carrefour y uno de Rosenthal (supermercado de origen local), Coto e ISCOT (empresa de limpieza).

Este proceso de crecimiento gremial no estuvo exento de conflictividad al interior de los delegados gremiales que se incorporan a la A.E.C. Entre algunos de los delegados de Coto surge una agrupación denominada Resistencia Mercantil, motorizada por activistas de la izquierda trotskista que, a mediados de los años 2000, se distancian de la C.A.G. y realiza críticas a la política del sindicato.

Los [trabajadores] de más experiencia, por las particularidades del sindicato de comercio de Rosario, a diferencia por ahí de la concepción que se tiene por fuera de Comercio, no tienen una buena concepción del sindicato

E (entrevistador): ¿Por fuera si?

Claro, por la toma del Tigre y demás acciones y posiciones políticas que adoptan (…) se caracteriza como un sindicato relativamente progresista. Ahora el hecho de que no se puede hacer nada es un discurso que usa mucho la dirigencia para no hacer nada. Entonces se dedica solo a ver dónde puede sacar algún que otro delegado pero nada más (Delegado gremial de la empresa Coto, noviembre 2009)

Esta agrupación no logra consolidarse en el gremio, se circunscribe a algunos delegados de Coto y, si bien intentan presentarse a elecciones en el año 2005, a finales del período no concentraba más que un puñado de delegados en dicha empresa, caracterizada por la alta rotación laboral y la fuerte persecución contra el activismo gremial. Resulta interesante que los mismos miembros de la agrupación reconocían las limitaciones del accionar gremial en el contexto de las condiciones laborales mercantiles, pensándolo como una “primera experiencia gremial y política”

Cuesta mucho lograr una identidad que permita una organización que pelee por lo de ahí. Entonces el trabajo más que nada, así como es primera experiencia laboral también es primera experiencia sindical o primera experiencia política. Por lo menos plantearle esta superación, por ejemplo, de que antes los forzaban a renunciar y ahora ya no pueden forzar a nadie, porque se sabe que si los quieren echar que los echen, cuestiones de cuáles son los derechos, que si hacen horas extras te las tienen que pagar, no pueden cambiárselas por menos horas otro día. Son todas cosas que, aprovechar también esta primera experiencia laboral que ellos ven de paso para generar conciencia que les pueda servir en otros laburos (Delegado gremial de la empresa Coto, noviembre 2009)

Por otra parte, desde la C.A.G. se criticaba el “sectarismo” de estos delegados y su tendencia a actuar como “vanguardia” de la clase obrera sin medir las correlaciones de fuerza en los lugares de trabajo. En el marco de las elecciones del año 2005, Carlos Ghioldi afirma que se intenta integrar a compañeros militantes de estas tendencias políticas:

Esta posición de participación activa en la lista oficial a través de haber logrado un mecanismo de incidencia de los delegados de base que habían encabezado los conflictos más importantes en años de la historia del gremio mercantil de Rosario fue también planteado a compañeros del gremio que militaban en tendencias y que a través de nuestro apoyo y cobertura habían accedido a cargos de delegados gremiales en algunos establecimientos.

Les propusimos respetar el organismo de Frente Único de masas sin embanderarlo y avanzar en la lucha por la organización de las bases del gremio (…) Lamentablemente un puñado de militantes de algunas corrientes de izquierda siguieron los llamados de un delegado de Coto, un advenedizo que buscaba en el terreno gremial su progreso individual para pasar a constituirse en oposición a nuestro proyecto y nuestra política.

Así formaron una agrupación y una lista que ni siquiera cumplía con los requisitos que la ley 23.551 fija para poder presentarse, pero cuyo centro fue atacar la presencia de tantos delegados gremiales de base y tantos luchadores en el CD de la A.E.C. (Ghioldi, 2009: 109)

Otros delegados gremiales de base también critican el accionar de esta agrupación, enfatizando en los peligros de una posición de vanguardia en un gremio en el que la mayoría de los trabajadores no participa de sus acciones.

Los militantes que circunstancialmente tenemos la responsabilidad de participar en organizaciones de la clase, tenemos el desafío de ampliar el campo de visión para salir de la mirada sectaria a la que nos llevó el propio capitalismo, de creernos que un grupo de compañeros predispuestos a la confrontación con la patronal es suficiente para contagiar al resto que se mantiene en la pasividad porque nadie, supuestamente, todavía lo ha conducido hacia la lucha (…) hablamos sobre la cuestión de las diferentes políticas gremiales que pueden tener los trabajadores y a raíz de esto sacar una declaración en apoyo a los diferentes conflictos que se están desarrollando en el seno del gremio pero criticando específicamente uno, (el de Coto, que están llevando a cabo los delegados de la agrupación resistencia mercantil), por considerar que no respetan las decisiones de la mayoría de los compañeros y se cortan con acciones valerosas, pero aisladas, tratando de reemplazar al conjunto de los trabajadores. Acciones que no solo no logran despertar la lucha, sino por el contrario, generan confusión y aleja cada vez más la posibilidad de avanzar en organización (Diario de un delegado, 2014)

En síntesis, aquí ahora hemos dado cuenta del proceso de crecimiento de la representación gremial en el sector que impulsa la C.A.G., caracterizado por la incorporación de delegados gremiales y por un intento de impulsar la organización de los trabajadores mercantiles por sí mismos. Esto tiene resultados dispares en el gremio, mientras que en algunas de las grandes cadenas de supermercados se produce una organización de base sistemática a lo largo del tiempo15, en las empresas pequeñas se logra cierta presencia gremial que sufre persecuciones y vaivenes importantes.

A continuación, desarrollaremos otro de los ejes más importantes de la estrategia gremial del sindicato en el período: el reclamo por la restitución del descanso dominical.

Como lo mencionamos anteriormente, la extensión de días y horas de trabajo forma parte de una serie de transformaciones en las condiciones laborales de los supermercados que se producen a lo largo de la década del ‘90, tal como la renovación de la fuerza de trabajo (contratando jóvenes que por lo general inician su vida laboral en estas empresas) o la contratación de trabajadores mediante figuras como las pasantías o las agencias de empleo eventual. En 1991, mediante el decreto 2284/91 de Desregulación del Comercio Interior de Bienes y Servicios, se regulariza la apertura los días domingos. Sin embargo, ya a mediados de la década del ’80 existían empresas locales que infringían la ley y abrían los domingos.

Casi desde el momento de su nacimiento, la Comisión de Acción Gremial comienza una campaña por la restitución del descanso dominical, apelando a diversos sectores sociales como ser otros gremios, concejales, miembros de organizaciones sociales, artistas y hasta un sector del empresariado que anteriormente había apoyado la apertura de los comercios los domingos. En síntesis, el reclamo por el descanso dominical es clave en este período para la estrategia gremial de A.E.C., ya que permite articular una demanda entre distintos actores del gremio: la dirigencia, los activistas y las bases en las grandes cadenas de supermercados que, como vimos anteriormente, son quienes más se acercan a la C.A.G. en el período.

Uno de los momentos claves en la ciudad en relación con la apertura dominical lo constituye el ingreso de Carrefour, ya que comienza a expresarse con fuerza la división entre las cadenas locales y las empresas nacionales y multinacionales, lo que instala el debate sobre la posibilidad de imponer cláusulas horarias para contrarrestar el ingreso masivo de nuevos actores al mercado rosarino. Empresarios de algunas de las cadenas más importantes de capitales locales realizan denuncias públicas acerca de la “competencia desleal” de dicha cadena internacional, acusándolos de dumping, de ser tratados preferencialmente por los bancos ofreciendo financiamiento mediante tarjetas de crédito, de tener desgravaciones contributivas, etc. 16. Algunos sectores empresariales comienzan a proponer el cierre dominical, particularmente los almaceneros y pequeños y medianos comerciantes, quienes más afectados se veían por esta extensión de los días de trabajo. En febrero de 1998 presentan un proyecto de ley a la Cámara de Supermercadistas de Rosario (organización empresarial que nuclea cadenas de capitales locales) que propone el cierre de los días domingos. Este proyecto es rechazado por la Cámara, que opta por centrar sus esfuerzos en solicitar una ley para impedir la radicación de nuevas superficies comerciales. Según el diario La Capital, las disidencias dentro de la Cámara de Supermercadistas se produjeron entre los empresarios que tienen servicios de fast food en sus locales, quienes consideraban que el cierre dominical iba a impactar en esos servicios. Debido a esto se decide postergar el tema, conocer la opinión de los consumidores sobre el mismo e impulsar la iniciativa de limitación de nuevas instalaciones de grandes superficies comerciales17.

Con la Asociación Empresaria en ese momento el acuerdo era impulsar el cierre de los domingos, pero la diferencia grande era que no nos prendimos en eso de que no se instalen las grandes superficies, todo eso ni nos metimos. Nos metimos a reclamar la derogación del decreto. Todo el reclamo de Empleados de Comercio fue derogación del decreto y vigencia de la ley, porque la ley está en vigencia (Activista gremial C.A.G., junio de 2017)

Las principales acciones realizadas por el gremio en este contexto se orientaron a la visibilización del reclamo al conjunto de los trabajadores mercantiles y a la sociedad en general. Se realizaron juntadas de firmas, recolectando aproximadamente 65.000 firmas que se presentaron en noviembre del 2000 en la Gobernación de Santa Fe. El acto por el Día Internacional de los Trabajadores del mismo año tuvo como eje central el descanso dominical e incluso participaron artistas en conciertos y en la grabación de un disco titulado “Nunca en Domingo”, realizado por Adrián Abonizio y Hugo García, que incluía una canción a favor del descanso dominical (Ghioldi, 2009).

Entre otros logros, se consiguieron dictámenes del Área Jurídica de la Secretaría de Estado de Trabajo de la Provincia de Santa Fe y del Concejo Municipal de Rosario afirmando que era ilegal abrir los domingos. También se realizaron diversas movilizaciones18 y, en algunos lugares de trabajo, el cuerpo de delegados motorizó el reclamo hacia las bases, como se observa en el relato de un delegado de Carrefour:

En el marco de la campaña que motorizó la Asociación por el descanso dominical, el cuerpo de delegados realizó una serie de actividades con la idea de instalar en el gremio la necesidad de levantar la lucha por este derecho. Desde juntar firmas en los lugares de trabajo para entregar petitorios al gobierno y las empresas, pasando por una consulta escrita a una buena parte de los trabajadores mercantiles, culminando en una movilización programada para los primeros días de julio (de 2005). Los delegados y activistas tomamos en nuestras manos este proceso por la recuperación de un derecho con más de un siglo de postergación (Diario de un delegado gremial, 2014)

Sin embargo, según los propios activistas de esta campaña, la respuesta de los trabajadores del sector fue moderada frente a la misma.

Había un montón de pibes más jóvenes que decían, nos re cagan, venimos el domingo y no cobramos una moneda. Y ahí pudimos hacer una marcha, hacer un petitorio

E (entrevistador): ¿y esos pibes participaron?

Más o menos. Vayan y háganla fue más bien. Vamos a hablar claro. Si te tengo que decir la verdad fue que si hay algo que nunca logramos a fondo fue esa participación. Salvo algún grupo que sí, que los transformamos en delegado, que los convencimos de que sean delegados, y que nosotros aspiramos a que tomen el ser delegado como un puesto de lucha (Activista gremial C.A.G., junio de 2017)

A nivel nacional, en el año 2007 se realiza el Acuerdo 245/07 entre la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios y la Asociación Supermercados Unidos para que el trabajo realizado los domingos sea remunerado al 100%. Este Acuerdo se logró en parte mediante una de las pocas acciones gremiales de la Federación en el período, ya que como medida de presión la F.A.E.C. y S. convocó a un paro por tiempo indeterminado en todos los supermercados del país. “Ante esta amenaza, el Ministerio de Trabajo de la Nación invitó a empresarios y sindicalistas a una reunión de negociación, por lo que la federación postergó el paro, aún antes de llegar a un acuerdo” (Fernández Milmanda, 2013: 163). Finalmente, el Acuerdo es rubricado por un grupo de grandes empresas pero las cadenas locales que no se encuentran en la Asociación de Supermercados Unidos continuaron con la obligatoriedad de concurrir a trabajar los días domingos sin otorgar un bono extra. Según algunos activistas, el Acuerdo fue un resultado, y posteriormente una limitación, del accionar de los empleados de comercio rosarinos19.

Tanta suerte tuvo el reclamo, que se extendió a nivel nacional, en la Federación se empezó a plantear. Y ahí es donde Cavalieri saca de la galera una gran resolución, acuerdo del 2007 con algunas empresas de supermercados para pagar al 100%, independientemente de si son extras o no, por ir a trabajar el domingo. Y eso nos mató, o sea, el reclamo nuestro cayó, como veníamos, caímos. Ahora cual fue el problema, ¿cómo quedó la situación? Que vos trabajás en Coto, Wal-Mart, Carrefour, vas el domingo y cobrás dos lucas extras, tres lucas. Vos trabajás en la Gallega, y vas el domingo, y ¡minga! En La Gallega nunca firmaron. Y ahí en el 2007, nosotros estábamos en contra del acuerdo, yo dije, estamos en contra, estamos en contra, de pedir que se haga ese acuerdo acá. Porque legalizaba el pago el domingo. Vos tenías que ponerte en contra del pago, lo cual es durísimo, porque vos te ponés en contra del pago y tenés que reclamar el cierre o nada. Entonces ahí nos echan, chau, nos echan del sindicato, más por un montón de cosas (Activista gremial C.A.G., junio de 2017)

El Acuerdo entre la C.A.G. y A.E.C. finaliza en el año 2008, debido principalmente a la pérdida de la centralidad del reclamo por el descanso dominical y a las alineaciones internas del sindicato en donde diversos grupos opositores a la dirigencia cobran poder y desplazan a la C.A.G. En este contexto, los activistas de la C.A.G. se nuclean en La Toma, junto con un grupo de delegados afines. En las nuevas elecciones de 2009, luego de la finalización del Acuerdo, se retrotrae a la situación tradicional, signada por la escasa presencia de delegados en la lista oficial.

Si bien no nos centraremos en este período, en los años 2010 y 2011 se producen cambios en la dirigencia de A.E.C., ya que Rubén Ghioldi es denunciado por malversación de fondos y desplazado de la Secretaría General que lideraba desde el año 1967. En el año 2012 es elegida la Lista Celeste y Blanca, integrada por empleados del sindicato, algunos delegados gremiales y liderada por Luis Battistelli. En este contexto, la nueva dirigencia promueve algunas transformaciones similares a las que se dieron con la participación de la C.A.G., como por ejemplo una mayor participación de delegados gremiales en la Comisión Directiva. En síntesis, pese a la finalización del acuerdo, las modificaciones en términos de estrategia gremial continúan en A.E.C. hasta la actualidad, y algunos de sus rasgos, como el crecimiento en la cantidad de delegados y el reclamo por el descanso dominical, se revitalizan a partir de los años 2013-2014.

Reflexiones Finales

Este trabajo buscó aportar a la discusión sobre la revitalización sindical desde la experiencia del gremio de empleados de comercio en la ciudad de Rosario. La pregunta que intentamos responder es cómo se vincula el crecimiento de la dinámica gremial en el sector con los procesos de revitalización sindical. Describimos las transformaciones particulares que se producen en la ciudad de Rosario durante la década de los ’90 e identificamos dos condiciones estructurales ligadas a los primeros procesos de organización gremial: a) el ingreso y crecimiento de los grandes establecimientos comerciales y, b) el cierre, traspaso y quiebra de múltiples empresas locales en donde los trabajadores tenían varios años de antigüedad y, en algunos casos, logran organizarse para mantener los puestos de trabajo o tomar los establecimientos. Sin embargo, remarcamos que tales transformaciones por si mismas no alcanzan para explicar el crecimiento sindical y, entonces, le otorgamos centralidad a la dinámica interna de la política sindical, resaltando el logro de un Acuerdo entre sectores tradicionalmente opuestos del gremio. Es decir, si retornamos a la diferenciación entre los factores que configuran estrategias de revitalización o resurgimiento gremial que diferenciamos en la introducción, la conjunción entre los factores económicos y las experiencias e ideologías de dirigentes y activistas gremiales es lo que explica el crecimiento gremial desde fines de los ’90, incluso en un contexto de pocas oportunidades políticas para el logro de las demandas de los trabajadores.

Para entender cómo se vinculan ambos factores, consideramos pertinente recuperar lo que Paula Varela (2016) caracteriza como la contradicción constituyente de la política económica en la posconvertibilidad: la recomposición social y gremial de la clase trabajadora que se despliega sobre la reproducción de las condiciones de explotación de los ’90, es decir, basada en la continuidad de una alta precarización y fragmentación obrera. Creemos que esta contradicción, por las particularidades de comercio, se produce en el sector de manera previa a la posconvertibilidad, ya que existe un crecimiento y una concentración de los grandes lugares de trabajo pero un incremento de la precarización y la intensificación de la explotación de la fuerza de trabajo. Coincidimos con Varela en que esta contradicción es fundamental para comprender el proceso y las temporalidades del accionar gremial en Comercio.

Uno de los principales aportes de este artículo es poner de manifiesto las debilidades de un enfoque que contraponga la fragmentación y crisis del sindicalismo en los ’90 y una revitalización posterior. Resulta sugerente retomar la pregunta de Payo Esper (2014: 13) sobre la real utilidad del concepto de revitalización “para pensar las prácticas sindicales contemporáneas en nuestro país o si, por el contrario, supone discusiones políticas no saldadas debido a la importación de un término pensado para realidades diferentes y que trae consigo el presupuesto implícito de que a una situación de quietud o ‘muerte’ sindical, siguió una ‘revitalización’. ¿No será que este sesgo opera impidiendo trazar continuidades?”. En este sentido, nuestro interés fue destacar las continuidades existentes en la dinámica gremial de A.E.C. desde fines de la década del ’90 hasta la actualidad, incluso afirmando que luego de la finalización del Acuerdo que dio origen a esta estrategia gremial la misma siguió presente en el sindicato, con particularidades y diferencias sobre las que se debe profundizar.

Otra de las ideas presentes en las investigaciones sobre revitalización sindical en el sector mercantil es que la aparición de los supermercados y, en particular, de las grandes cadenas en el sector, impulsa a una renovación de las prácticas sindicales. El caso rosarino presenta particularidades que nos permite complejizar esta idea. Destacamos que quienes impulsan las primeras acciones gremiales no provienen de empresas multinacionales de supermercados sino que en su mayoría de empresas locales como Tigre o cooperativas como El Hogar Obrero y, además de su presencia en estos establecimientos, resaltamos su adscripción a corrientes de izquierda como el M.A.S., que tuvo una importante presencia en Comercio durante la década de los ’80. Sin embargo, a lo largo del período bajo análisis, el accionar de la C.A.G. tuvo mayor anclaje en estas empresas multinacionales de hipermercados que ingresan con nuevas prácticas para el sector e imponen condiciones altamente flexibles de trabajo. Vale aclarar que el panorama gremial en las grandes empresas, al finalizar el período bajo análisis, es altamente dispar: mientras que en algunas (sobre todo Carrefour y en menor medida Jumbo y Libertad) se logran demandas de los trabajadores, existen acciones impulsadas por las bases como asambleas y movilizaciones en los lugares de trabajo, en otras se forma un grupo de activistas opositor a la C.A.G. que tiene escasa presencia en el gremio y no logran consolidarse como fuerza opositora a largo plazo (Resistencia Mercantil en Coto) o en algunas de las empresas más importantes a nivel local la presencia gremial es efímera (La Gallega) y quienes logran ser elegidos delegados son objeto de una fuerte persecución empresarial.

Por otra parte, al analizar la estrategia gremial en el período 98-08 identificamos tres ejes que caracterizaron al movimiento que se produce en el sindicato: a) la mayor presencia gremial en los establecimientos (la cual se da en mayor medida en los supermercados pero también se produce un crecimiento inédito en una diversidad de pequeños y medianos comercios); b) el crecimiento de la cantidad de denuncias y conflictos y el progreso de demandas por despidos y cierres de empresas hacia condiciones de trabajo y salarios (en esto si el cambio en el contexto político a partir de la posconvertibilidad se constituye en un factor clave) y c) la mayor presencia institucional en el sindicato de delegados gremiales, expresada en la conformación de la lista oficial para las elecciones de 2005.

Por último, resulta necesario preguntarse por la caracterización de este proceso de “revitalización”. Senén Gonzalez y Del Bono, al referirse a la investigación de Fernández Milmanda, afirman que el sector mercantil pertenece a un tipo de revitalización clasificado como “ascendente”, protagonizado por “los sindicatos locales, los lugares de trabajo y las comisiones internas en las plantas. Esta modalidad supera a las estructuras gremiales tradicionales, se produce, dicho coloquialmente de ‘abajo hacia arriba’ y es en parte la que más se ha estudiado en nuestro país, protagonizada por sindicatos disidentes a la conducción nacional” (Senen Gonzalez y Del Bono, 2013: 20-21). En este sentido, si bien en términos de la relación entre sindicatos locales y federaciones el proceso efectivamente se puede caracterizar como “ascendente”, en términos de la relación dirigenciaactivismo-bases al interior de A.E.C. la caracterización se vuelve más compleja. Nuestra conclusión es que este proceso fue impulsado por activistas con participación de la base. Si bien, como ya lo mencionamos, existen diferentes escenarios, algunos en donde a lo largo de los años han logrado mayor participación de base pero, en este período, el proceso de incorporación de delegados es impulsado por activistas y con el visto bueno del sindicato. Además, si bien la C.A.G. se fundamenta a partir de una fuerte crítica a la burocracia sindical y al perfil histórico del sindicato mercantil, las correlaciones de fuerza en los lugares de trabajo y la dinámica institucional de A.E.C. delinearon los límites y las temporalidades del proceso. Atzeni y Ghigliani (2013), al analizar el crecimiento gremial en establecimientos marcados por una escasa presencia previa (supermercados, call centers, casinos, cadetes, entre otros), afirman que es importante no exagerar estas tendencias debido a dos aspectos. En primer lugar, las dirigencias tradicionales han sido las que llevaron a cabo la mayoría de los conflictos gremiales. En este sentido, el caso de A.E.C. en Rosario ilustra cómo la política de apertura de la dirigencia a sectores de activistas ha sido un aspecto fundamental para el impulso del accionar gremial. En segundo lugar, la posibilidad de los trabajadores de confrontar las políticas de los empleadores en el lugar de trabajo es, en términos generales, muy limitada. Esta última afirmación nos sirve para comprender como, en un gremio que presentó aspectos ligados al crecimiento sindical, igualmente se ve reafirmada en algunos aspectos la posición de Atzeni y Ghigliani (2013) sobre las dificultades en transmitir esto a la mayoría de los lugares de trabajo. Esto se observa en el reclamo por el descanso dominical, que, si bien articulaba a diversos actores (dirigencia de A.E.C.; Comisión de Acción Gremial; pequeños y medianos comercios), tuvo dificultades en el período para construirse como reclamo en los lugares de trabajo.

Queda para indagaciones futuras el desenlace posterior de la acción gremial en comercio, ya que, si bien remarcamos las dificultades que tuvo este proceso, el incremento del número de delegados y acciones reivindicatorias como el descanso dominical tuvieron incidencia en las dirigencias posteriores y en la dinámica gremial de la segunda década del siglo XXI.

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1La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios es una estructura sindical de segundo grado que agrupa a más de 300 sindicatos en todo el país. A su cargo se encuentra Armando Cavalieri que lleva más de tres décadas desempeñándose como Secretario General.

2La noción de revitalización sindical fue utilizada por corrientes anglosajonas y europeas en un contexto de creciente internacionalización del capital, cambios en los procesos productivos y reestructuración del trabajo que implicó una crisis de representación y de la identidad de las organizaciones sindicales tradicionales.

3Según Etchemendy y Collier (2008) este neocorporativismo se distanciaría del “corporativismo estatal” predominante antes del neoliberalismo. El corporativismo estatal integró a los sindicatos a las estrategias electorales de los partidos y significó un alto nivel de regulación y control.

4Según F.A.E.C. y S., para el año 2011 existían más de un millón de trabajadores en el sector mercantil. Uno de cada diez de estos trabajadores se desempeña en empresas de supermercdos e hipermercados (Informe supermercados de FAECyS, 2011).

5Diario La Capital, 4 de enero de 1995.

6Para profundizar en este conflicto, Cfr. Ghioldi (2011).

7Diario La Capital, 12 de agosto de 1997.

8Diario La Capital, 6 de febrero de 1997.

9Un aspecto que debemos tener en cuenta es el de los lazos de familiaridad entre dos de los principales actores en este acuerdo, particularmente entre el Secretario General y Carlos Ghioldi, uno de los principales activistas en la C.A.G. No nos centraremos aquí en esta dimensión pero reconocemos su incidencia. Para profundizar en la importancia de los lazos familiares en ámbitos gremiales, Cfr. Lazar, 2019.

10Según Gholdi (2009), entre los años 1985-1990 el sindicato tenía 11 delegados gremiales en solo 2 empresas del sector (10 delegados eran de Supercoop), luego de la quiebra del Supercoop, entre 1990 y 1994 queda solo un delegado gremial en una empresa. Desde 1994 hasta 1999, 3 empresas tienen entre 7 y 10 delegados gremiales.

11Memoria y Balance de la Asociación de Empleados de Comercio. Años 2001-2002 y 2002-2003.

12Utilizamos las Memorias de la A.E.C., complementándolas con los conflictos que se registran en periódicos, aunque estos son una clara minoría. Vale aclarar que en las Memorias se presentan indistintamente las denuncias de los conflictos con acciones de otro tipo como movilizaciones o asambleas. Debido a esto, esbozamos un criterio amplio de consideración de los reclamos. Siguiendo la definición de conflicto laboral del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, se entiende al mismo como la serie de eventos desencadenada a partir de una acción conflictiva realizada por parte de un grupo de trabajadores o empleadores con el objeto de alcanzar sus reivindicaciones laborales (MTEySS, 2009). En este artículo consideramos la acción conflictiva desde un criterio amplio, es decir, las denuncias públicas que menciona el sindicato, el volanteo en las puertas de los establecimientos por parte de la C.A.G. y los petitorios de los trabajadores, entre otros, se tienen en cuenta como una acción conflictiva. Otra característica de las Memorias es que a partir de la Memoria 2005-2006 cambia la metodología de descripción de los conflictos por parte de la Secretaría Gremial. A partir de la Memoria 2005-2006 los reclamos ya no se describen por cada empresa en particular, sino por reclamos generales que se dan en muchas empresas. Por ejemplo: reclamo por el respeto a las categorías en Carrefour, Coto, Libertad, etc. Para mantener la coherencia de la cantidad de empresas en las que se realizan reclamos, contabilizamos este reclamo en cada una de las empresas en las que se realizó.

13Se han registrado en las Memorias denuncias por sanciones y amenazas contra delegados gremiales en Total Química, Top Express, Descartables Caromar y Todoli Hnos (2002-2003); Terminal de Ómnibus, Total Química e Indumet (2004-2005); APEX (2005-2006) y Taxi Rosario (2007-2008). También al comenzar el período encontramos conflictos en Giandoménico por despidos y en Ventachap por reducción de jornadas (años 2001-2002).

14Los paros registrados son: en Carrefour, durante el año 2002-2003, aunque no se cierra el local ya que no participa la mayoría de los trabajadores; en Todoli, la empresa de limpieza de la automotriz General Motors, en donde se realiza un paro de 8 horas reclamando el pago de viático de transporte.

15El ejemplo paradigmático en Rosario es Carrefour, en donde en el año 2006 se produce una Asamblea con una gran participación de los trabajadores, se cuenta con representación gremial en todos los locales y se producen determinados logros, como el pago de las horas extras, la limitación de las jornadas, el respeto al derecho a ir al baño y los tiempos de refrigerio, el freno a los despidos y la rotación masiva, entre otros.

16Diario La Capital, 28 de abril de 1996.

17Diario La Capital, 12 de febrero de 1998.

18Diario La Capital: 18 de diciembre de 1999; 27 de abril de 2000; 22 de diciembre de 2004; 21 de diciembre de 2007.

19Para profundizar en la problemática del descanso dominical en su etapa posterior, Cfr. Autor, (2014).

Recibido: 04 de Septiembre de 2020; Aprobado: 01 de Septiembre de 2021

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