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Revista argentina de antropología biológica

versão On-line ISSN 1514-7991

Rev Arg Antrop Biol vol.22 no.2 La Plata dez. 2020  Epub 01-Jun-2020

http://dx.doi.org/10.24215/18536387e024 

Revisiones de Libros

EL MESTIZAJE EN LA ARGENTINA. INDÍGENAS, EUROPEOS Y AFRICANOS. UNA MIRADA DESDE LA ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA.

Lic María Antonia Luis1 

1 LINOA (Laboratorio de Investigaciones en Ontogenia y Adaptación). Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata. La Plata. Argentina

Carnese, Francisco R. Buenos Aires: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 2019. 244 págsp. ISBN: 978-987-4923-74-5.

Es de estilo que el comentario de un texto comience con una breve alusión a su autor o autores, según correspondiere. Francisco Raúl Carnese es el autor de esta obra científica en la que se entrelazan la investigación y especialización de su emisor y sus cualidades didácticas y divulgativas orientadas a los receptores de la misma. Con la tenacidad que distinguió su conducta pudo concluir esta obra en medio de una desigual batalla con una enfermedad terminal y cuya publicación no pudo compartir como lo hubiera deseado.

El objetivo principal del texto El mestizaje en la Argentina. Indígenas, europeos y africanos. Una mirada desde la antropología biológica, constituye uno de los temas más controversiales y desafiantes en el campo de la antropología biológica. Carnese eligió, para su redacción, un nivel morfosintáctico, pleno de oraciones simples, coordinadas, enunciativas, impersonales y permanentemente recurrió al “nosotros” como plural de modestia.

El tema principal fue organizado, en su contenido, a través de la enunciación y desarrollo de cinco capítulos, con subtítulos que permiten analizar y debatir en profundidad. En el prólogo, el Dr. Sergio A. Avena supo resumir el objetivo de la obra, los principales debates y críticas que el mismo ha tenido a través de la historia de la disciplina, para concluir en una caracterización de esta obra como una referencia para los antropólogos pero también para otros estudiosos de las sociedades humanas.

Carnese analizó el mestizaje en la Argentina como un proceso complejo en el que intervinieron pueblos originarios, europeos y africanos subsaharianos y para lograrlo se basó en los principios de la antropología biológica. En este sentido, dada la complejidad del proceso, convocó el auxilio de otras disciplinas tales como la genética, la historia, la etnohistoria, la antropología social, entre otras, dando lugar a una valiosa integración interdisciplinaria que aporta objetividad, claridad y precisión sobre tan intrincado tema.

En este marco teórico fueron desgranándose los contenidos planteados para cada uno de los capítulos. Así, en los tres primeros, fueron analizadas las definiciones y críticas que mereciera el término mestizaje y los intentos de su reemplazo por otros, como miscegenación, que no lograron evitar la ambigüedad atribuida al original. Asimismo, en la continuidad de la lectura, a través de una rigurosa prueba bibliográfica se demuestra que hubo contactos entre poblaciones indígenas, antes de la llegada de los europeos que debieron promover intercambios culturales y biológicos en diferentes regiones. A continuación Carnese afirma que el contacto entre los nativos y los conquistadores españoles ocurrió entre poblaciones ya mestizadas y no entre “razas” cuando se aplica erróneamente la definición de este concepto.

La coherencia argumental del texto continúa con el análisis y las críticas acerca del concepto de raza así como del surgimiento de las clasificaciones raciales. En este sentido, luego de citar y discutir diferentes clasificaciones raciales, basadas en distintos aspectos fenotípicos, concluye que la imposibilidad de clasificar nuestra especie no radica en “problemas técnico-metodológicos sino teórico-conceptuales” en la medida que las razas, como categorías absolutas, no tienen correlato biológico evidente. Como corolario de las reflexiones conceptuales de los tres primeros capítulos se enuncian dos conclusiones que resultan valiosos aportes a la temática central; en primer lugar, que el mestizaje constituye un proceso distintivo de nuestra especie desde sus orígenes y en segundo lugar se propone, tentativamente, redefinir el concepto de mestizaje despojándolo de las categorías de raza y mezcla génica. Así, se propone el término población en lugar de raza y flujo génico en reemplazo de mezcla genética.

Los capítulos cuarto y quinto están dedicados a orientar al lector en cuanto a las características que tuvo el mestizaje biológico en las poblaciones indígenas de la Argentina y en las poblaciones urbanas. En el primer caso se observó una reducida variabilidad genética, en casi todas aquellas estudiadas, rasgo compartido con otros grupos de amerindios sudamericanos. Con relación al mestizaje en las poblaciones urbanas, relevado también a través de marcadores genéticos proteicos y moleculares, arrojó resultados que ameritan la reconsideración de la idea de que la población de Argentina desciende únicamente de migrantes europeos. En este sentido, el lector podrá advertir que no tiene bases científicas la afirmación de que los argentinos “descendemos de los barcos” y que paulatinamente se produjo un “blanqueamiento” de la población. Se trata, en realidad, de un proceso discriminatorio que reconoce factores económicos, sociales, religiosos, en definitiva culturales.

Carnese, basándose en el trabajo colaborativo de colegas y discípulos logró mostrar que en la Argentina existe un mestizaje importante en toda su extensión. Lo que resulta más interesante es que ha podido determinar -a través del uso de técnicas específicas, cuya descripción y resultados fueron expuestos en detalle en los apartados correspondientes- que a nivel de los sujetos fueron encontrados los tres componentes ancestrales: indígena, europeo y africano subsahariano. Esto significa que ninguna región del país queda fuera del alcance de ese flujo génico.

El libro presenta un detalle bibliográfico que luce extenso, actualizado y perteneciente a campos disciplinarios diversos que constituyó un soporte importante para fundar las conclusiones expuestas así como para estimular un debate crítico.

Por último, se presenta un glosario que constituye un valioso instrumento para identificar y definir aquellos términos que por su especificidad pudieran inducir a confusión o ser desconocidos por el lector; es decir, su función es la de brindarle certidumbre del concepto y comprensión a fin de que la lectura del texto fluya entendible, eficaz e interesante.

En términos generales considero que el texto póstumo de Carnese es un valioso aporte porque conduce al lector, especialista o estudiante de antropología biológica o de otras disciplinas, al conocimiento actualizado de uno de los temas siempre vigente en esta disciplina. En ese sentido, creo que su aportación principal, además del enfoque interdisciplinario para abordar un tema que encierra tanta complejidad, lo constituye el hecho de que el sentimiento de superioridad de algunos grupos sobre otros no responde al patrimonio biológico, sino que se refiere a aspectos de sus culturas y no pueden, en ningún caso, servir de pretexto a cualquier clasificación jerarquizada de los países y los pueblos.

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