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Comechingonia

versão On-line ISSN 1851-0027

Comechingonia vol.26 no.3 Córdoba dez. 2022  Epub 01-Dez-2022

http://dx.doi.org/10.24215/18521479e032 

Artículos

BIENES SUNTUARIOS TRANSCORDILLERANOS EN EL SUR DE SUDAMÉRICA: EL CASO DEL CARACOL MARINOHOMALOPOMA

TRANSCORDILLERAN SUMPTUARY GOODS IN THE SOUTH OF SOUTHAMERICA: THE CASE OF THE HOMALOPOMAMARINE SNAIL

Sandra Gordillo1 

Adam Hajduk2 

1CONICET, Instituto de Antropología de Córdoba, IDACOR. Museo de Antropologías (UNC, FFyH), Avenida Hipólito Yrigoyen 174 (CP 5000), Córdoba, Argentina. Email: sandra.gordillo@unc.edu.ar

2Museo de la Patagonia, F.P. Moreno, Argentina. Centro Cívico s/n (8400), San Carlos de Bariloche, Río Negro, Argentina. Email: ahtrapalanda@gmail.com

Resumen

El diminuto caracol Homalopomacunninghami habita en el océano Pacífico en los canales fueguinos y fiordos chilenos al sur de la isla Chiloé. Sin embargo, en el registro arqueológico se han recuperadoartefactos perforados atribuidos al morfogéneroHomalopomaen zonas muy distantes a su área de procedencia, principalmente en el sector este de los Andes Patagónicos. En esta contribución, y a partir del estudio de materiales y revisión bibliográfica, se analizasu registro arqueológico (N=116) lo que incluye 12 sitios ubicados en Patagonia y en un sector de los Andes Centrales, abarcando en su conjunto un amplio rango temporal que supera los 5000 años.Se brinda información sobre los contextos de hallazgo, aportando datos sobre los aspectos morfológicos y tecnomorfológicosdel morfogéneroHomalopoma, y ecológicos de la especie viviente. Se discute además sobre las probables rutas de circulación y sobre los atributos cromáticos y origen marino de estas materialidades que la convierten en objetos diferenciales vinculados al consumo selectivo.

Palabras clave: Arqueomalacología conchas marinas circulación transcordillerana bienessuntuarios

Abstract

The tiny snail Homalopomacunninghami inhabits the Pacific Ocean in the Fuegian channels and Chilean fjords south of Chiloé Island. However, in the archaeological record, perforated artefacts attributed to the morphogenusHomalopoma have been recovered in areas far removed from its area of provenance, mainly in the eastern sector of the Patagonian Andes. In this contribution, based on the study of materials and literature review, the archaeological record (N=116) is analysed, which includes 12 sites located in Patagonia and in a sector of the Central Andes, covering a wide time range that exceeds 5000 years. Information is provided on the contexts of finding, providing data on morphological and technomorphological aspects of the morphogenusHomalopoma, and ecological aspects of the living species. It also discusses the probable routes of circulation and the chromatic attributesand marine origin of these materialities that make them differential objects linked to selective consumption.

Keywords: Archaemalacology marine shellstranscordilleran circulation; prestigious goods

Introducción

Las conchas de moluscos han sido valoradas por las culturas de todo el mundo a través de múltiples usos y funciones. Son elementos utilitarios y ornamentales, pero además tienen un valor simbólico asociado con la riqueza y el poder, la protección, o como parte de la parafernalia ritual (Claassen 1998;Taborin 1993;Trubitt 2003; entre otros). En el quehacer arqueológico uno de los principales intereses del estudio de los moluscos foráneos reside en que permite vislumbrar las redes de circulación que estarían implícitas. Así, en Sudamérica, el caso más emblemático es la ruta del Spondylus, un bivalvo marino púrpura que habita en Ecuador y Perú, y que fue sin duda el molusco más ampliamente intercambiado en la América andina prehispánica (Marcos 1980; Carter 2011), llegando incluso a sitios sumamente lejanos a la fuente de origen, como el Aconcagua, en Argentina (Schobingeret al. 2001) o El Plomo, en Chile (Reinhard 2002). En su carácter simbólico se lo ha asociado con la fertilidad y la lluvia, pero también se ha sugerido que el simbolismo radica en el color rojo por asociación con la sangre, lo que otorga poder y vitalidad a las élites (Lodeiroset al. 2018).

En Argentina y Chile los estudios centrados en aspectos arqueomalacológicos son relativamente recientes (Bonomo 2007; Gordillo 2021; Gordillo y Aschero 2020; Gordillo y Fabra 2018; Soto et al. 2018; Zubimendi y Gordillo 2021; Zubimendiet al. 2015; entre otros), y la temática requiere de abordajes inter y multidisciplinarios dado que involucra el análisis de las materias primas o especies utilizadas y su procedencia, los aspectos tecnológicos involucrados en su transformación y formatización, la circulación a través de redes, y el simbolismo, que se nutre particularmente, de fuentes etnográficas y etnohistóricas. Para la Patagonia argentina se ha reconocido con anterioridad la presencia de especies marinas que provienen del Pacífico, principalmente Concholepasconcholepas, Choromytiluschorus y Homalopomacunninghami (Hajduk y Albornoz 1999; Hajduket al. 2011). Sin embargo, en estos trabajos, su análisis e interpretación han sido tratados de manera somera y junto a otros indicadores culturales. Entre estos morfogénerosllama la atención la presencia de Homalopoma 1 dado que existe una distancia importante entre los sitios arqueológicos donde fue hallada y el área de distribución natural, que se ubica en la costa sur del Pacífico. Además,no se conocen reportes de su presencia en sitios arqueológicos ubicados en territorio chileno, al oeste de la cordillera, nimás próximos a su área de distribución.

Por lo tanto, como continuación a los trabajos de investigación en el contexto regional antes mencionado, este artículo se centra en el análisis de un conjunto de artefactos malacológicosperforados confeccionados a partir del morfogéneroHomalopoma, recuperados en sitios arqueológicos ubicados principalmente en el sector noroccidental de Patagonia, pero que incluye además material de este taxón procedente de la región de Cuyo y de los Andes centrales. La muestra representa un amplio rango temporal desde el Holoceno medio al final de Holoceno tardío, incluyendo todos los registros arqueológicos conocidos de este taxón. De esta manera en este trabajo se caracterizan estas materialidades en virtud de sus atributos visuales y caracteres tecnomorfológicos, y se incluyen datos biológicos y ecológicosen un intento por aportar información novedosa para comprender los contextos de uso y de su circulación.

Metodología

Registros arqueológicos de Homalopomay área de distribución de la especie viviente

En base a toda la información recabada, en gran parte inédita ya queprocede de informes técnicos generados por uno de los autores, se confeccionó la Tabla I que incluye los 12 sitios arqueológicos donde se recuperóel morfogéneroHomalopoma,y que también fueron georreferenciados en un mapa (Figura 1).

En la Figura 1también se señalan los registros conocidos de la especie viviente Homalopomacunninghami. La estimación del área de su distribución fue establecida a partir de la revisión bibliográfica (Aldea et al. 2011; Cárdenas y Gordillo 2009; Cárdenas et al. 2008; Castellanos yLandoni 1989;Forcelli 2000;Linse 2002; Reidy Osorio 2000;Smith 1881) y la consulta de las colecciones malacológicas del Museo de La Plata (MLP)2 y del Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN).Finalmente, con toda esta información se calcularon las distancias mínimas entre el área de distribución natural y los 12 sitios arqueológicos considerados.

Tabla 1: Sitios arqueológicos donde se ha registrado la presencia del morfogéneroHomalopoma.  

Figura 1 : Mapa indicando área de distribución reciente de la especie viviente Homalopomacunninghamiy ubicación de los sitios arqueológicos donde fue hallado el morfogéneroHomalopoma. Aspectos morfológicosy tecno-morfológicos de Homalopoma 

En base a observaciones propias y fuentes bibliográficas se realizó una breve caracterización ecológica de la especie viviente Homalopomacunninghami(Smith)y una descripción morfológica y de la coloración de su concha. Secomparóademás el morfotipoHomalopoma con Margarellaviolacea(King) (Castellanos y Landoni 1989), otro gasterópodo de amplia distribución en las costas del Atlántico y del Pacífico, con el cual podría confundirse yaque ambos tienen rasgos morfológicos similares.También se describieronlas perforacioneshalladas en ejemplares actuales de Homalopomacunninghamiproducidas por depredadores,con la finalidad de reconocerlas y diferenciarlas de las perforaciones antrópicas, ya que ambas podrían estar presentes en el material arqueológico.

Para caracterizar los objetosarqueomalacológicos se revisaron 28 ejemplares de Homalopoma perforados(siete del sitio alero El Trébol y 21 de Valle Encantado I). Para cada elemento se registró el peso (en gr, medido con una balanza digital), el tamaño (en mm, alto y abertura, medidos con un calibre digital), señales de abrasión (pérdida de la ornamentación externa, desgaste de la espira), las características de la perforación (área de ubicación, tamaño en mm, forma) y la coloración externa (datos RGB).Para evaluar el color como atributo, y dado que el material arqueológico está potencialmente sujeto a cambios de coloración por el tiempo de exposición o condiciones de enterramiento, entre otros motivos, se incorporaron en los análisis, como referencia,dos ejemplares actuales de Homalopomacunninghami procedentes del Estrecho de Magallanes (Nro. 35375, MACN). Para cada elemento, la coloración externafue cuantificada utilizando el programa Photoshop según el modelo RGB (rojo, verde, azul), que asigna un valor de intensidad a cada píxel. Cada componente RGB varía entre 0 (negro) y 255 (blanco). Para este análisis los elementos se fotografiaron bajo luz artificial y posteriormente se tomó un sector de la concha con una medida homogénea de 51 x 51 pixeles, al que se le aplicó el análisis.

Resultados

Registros arqueológicos de Homalopoma y distancias al área de distribución de la especie viviente

Se cuantificaron 116 especímenes de Homalopomaque presentan perforaciones en 12 sitios arqueológicos (Figura 1). Los contextos de cada sitio son descriptos a continuación. Ver además Tabla 1.

1. El sitio Alero El Trébol (pcia. Río Negro), de gran interés para el poblamiento temprano en la región del lago Nahuel Huapi, es un abrigo rocoso con arte rupestre que ha sido tratado en distintos trabajos. Las ocupaciones más antiguas corresponden al límite Holoceno-Pleistoceno donde fueron hallados restos óseos de fauna extinta. En ocupaciones posteriores (ca. 5800-5600 años AP), se halló instrumental lítico y óseo y cuentas elaboradas sobre moluscos marinos que incluye Homalopoma (N=26), una Fissurellasp. y un fragmento de Choromytilussp. En tanto, en un nivel más tardío cerámico fue hallado un único ejemplar formatizado de Homalopoma, quizás proveniente del nivel anterior.

2. El sitio Alero Corral II (pcia. Neuquén) se encuentra en el valle superior del río Limay y cuenta con una datación con inicio de ocupación de 10.020 + 96 años AP. En la parte superior de la secuencia, en las dos últimas capas acerámicas se registraron tres ejemplares de Homalopomajunto a escasos restos óseos de guanaco, lascas de sílice, un punzón óseo y una serie de fogones pequeños. En tanto en otra capa subsuperficial con fragmentos cerámicos se registró un ejemplar de Homalopoma, fragmentos de Diplodon y algunas lascas (de sílice, obsidiana y basalto).

3. El sitio Valle Encantado I (pcia. Río Negro) es un alero rocoso en el entorno del lago Nahuel Huapi, cuya excavación permitió la identificación de niveles acerámicos y otros más tardíos cerámicos. En un sector reducido de la excavación (de una superficie de 2x1 m) se registraron 52 cuentas realizadas a partir de Homalopoma y 18 columelas de otro gasterópodo marino indeterminado (probablemente correspondientes a una misma pieza de adorno). Además, en espesor subyacente inmediato se registraron dos Homalopomamás y una columela y un espesor suprayacente inmediato sumó tres ejemplares más. También en asociación se recuperaron dos cuentas malacológicas pequeñas no identificadas, un fragmento de Choromytiluschorus con signos de formatización y valvas de Diplodondecoradas (una entera y tres fragmentos).

4. El sitio Puerto Tranquilo I es un alero rocoso ubicado en el extremo norte de la isla Victoria, en el lago Nahuel Huapi (pcia. Neuquén) junto a un extenso panel con una importante variedad de pinturas rupestres en color rojo (“Estilo de grecas”, Menghin 1957). Su excavación permitió identificar un bloque acerámico (1980 ± 60 AP) y otro más reciente alfarero (640 ± 60 AP). Los rasgos somáticos de un individuo procedente del primer sector indicarían similitud con poblaciones canoeras de la costa pacífica (Hajduket al. 2011). Homalopoma fue hallada en ambos bloques: un ejemplar en el bloque acerámico y diez ejemplares en niveles cerámicos. También se recuperaron cuentas malacológicas indeterminadas, y para los niveles cerámicos se identificaron fragmentos sin evidencias de formatización de Choromytilus y de Aulacomyaatra.

5. El sitio Cueva Parque Diana está ubicado en la localidad Arqueológica Meliquina (pcia. Neuquén). En excavaciones practicadas en dicha cueva, en el denominado Componente Medio (900 ± 60 AP y 990 ± 60 años AP, Pérez 2006; Pérez yBartres 2010) se registró un único ejemplar de Homalopoma con un orificio, y en el Componente Superior (720 + 60 años AP) se obtuvo un fragmento deChoromytiluschorusy restos de Diplodonchilensis, que probablemente hayan sido desechos de alimento.

6. Médano Chato (pcia. Neuquén) es un sitio de superficie, interpretado como un paradero transitorio, alfarero, con actividades múltiples. Entre los adornos líticos se destaca un tembetá hallado junto a dos cuentas de malaquita (con orificio monocónico) y otras dos de distinta litología (con orificios bicónicos). Las cuentas realizadas a partir de moluscos resultaron más numerosas: 12 en Fissurellasp., una enHomalopoma, diez en Diplodonsp. y 28 en especies indeterminadas dado su grado de modificación antrópica. Entre los fragmentos se identificó Aulacomyaatray Diplodonsp., estos últimos probablemente como restos de alimento. Finalmente, la recuperación de tiestos y la obtención de dos dataciones (1575 + 170 años AP; 910 + 50 años AP) los asocia al Complejo Pitrén, expresión alfarera temprana de la Araucanía Chilena.

7. Aguada del Piche (pcia. Neuquén), ubicado a 14 km del anterior en sentido NNO, es un sitio de superficie en médano que refleja una discreta ocupación tipo paradero de cazadores recolectores con alfarería. Se registraron fragmentos de molino y dos manos de moler (en escoria volcánica y en arenisca), lascas (de sílices, calcedonia, obsidiana y basalto), fragmentos de punta de proyectil y un raspador. También se recuperaron tiestos pigmentados, restos de vertebrados (guanaco, armadillo y choique), valvas de Diplodon, un único ejemplar perforado de Homalopoma y una cuenta lítica.

8. ChacayMelehue I (pcia. Neuquén) es un alero rocoso con pintura rupestre (“Estilo de grecas”, Menghin 1957) localizado en el valle del río homónimo. En esta excavación se hallaron fragmentos cerámicos (una pipa y recipientes con superficie roja pulida a bruñida), material lítico (lascas y puntas de proyectil -apedunculadas, triangulares, de base escotada en “V” y en “U”, de tipo tardío-, con predominio de obsidiana), y en los niveles superiores varias cuentas de moluscos y una sola confeccionada con Homalopoma.

9. Esta mención, referida como médano en Coronel Belisle (pcia. Río Negro), corresponde a tres cuentas de Homalopoma observadas por uno de los autores (A.H.) en una colección privada (de SalatinoMazzuli). Según el informante estaban asociadas a otras cuentas pequeñas circulares biplanas de molusco, unas pocas cuentas líticas de malaquita, además de puntas de proyectil apedunculadas y pequeñas torteras de arcilla cosida.

10. En el sitio Palo Altoubicado sobre la costa atlántica (pcia. Santa Cruz), y que cuenta con un fechado de 690 ± 90 AP, Zubimendi (2012) reporta la presencia de Homalopoma a partir del hallazgo de un único ejemplar en un conchero.

11. En el sitio Alero Puesto Carrasco (pcia. Mendoza) Durán (2000) registra ejemplares de Homalopoma, que se corresponden con dos cuentas asociadas a un fechado de 990 + 130 años AP (sin restos de alfarería) y seis cuentas en un contexto más reciente (con restos de alfarería), con fechado de inicio de 470 + 90 AP y que se extiende a tiempos de contacto hispano indígena.

12. Un único ejemplar de Homalopoma, con una perforación antrópica, fue hallado en el sitio Tambo Ojos de Agua (a 60 km al este de la ciudad de Los Andes; pcia. de Los Andes, Chile) a unos 2100 ms.n.m. sobre el camino incaico (Garceau 2009). También en el sitio aparecen discos elaborados a partir de Diplodonsp., y especies marinas del Pacífico como Oliva peruviana, entre otras.

En base a los registros de la especie viviente Homalopomacunninghami, se estableció que su área de distribución se extiende, como puede visualizarse en la Figura 1, por el Pacífico desde los canales fueguinos y fiordos chilenos en el sur de Sudamérica y hasta el norte de la isla Chiloé. Tomando como referencia el ámbito de Puerto Montt - Estero Reloncaví que es el extremo norte de dispersión de Homalopomacunninghami, se calcularon las distancias entre las potenciales fuentes de aprovisionamiento del taxón considerado y los sitios arqueológicos en que se registró Homalopoma(Tabla 2). Los resultados indican que a menor distancia se incrementan las posibilidades de su registro. En este sentido, adistancias menores a 200 km desde la fuente más cercana se obtuvo mayor número de ejemplares (N=100; sitios 1 a 5), que para sitios arqueológicos con distancias mayores a 400 km (N=16; sitios 6 a 12).

Tabla 2: Distancias aproximadas, en línea recta, entre probable área de aprovisionamiento de Homalopoma y los respectivos sitios arqueológicos donde fue registrado.Se indica además el número de ejemplares recuperados según la Tabla1 

Aspectos morfológicos y tecno-morfológicos de Homalopoma

Homalopomacunninghami(Smith) es un pequeño gasterópodo marino de la familia Colloniidae que vive a profundidades entre 10 y 600 metros, entre el sustrato rocoso y las algas de las que se alimenta.Su concha es globosa, con espira baja y un tamaño aproximado de 5 mm (Figura 2).

Figura 2: Ejemplares actuales de Homalopomacunninghami. Tres de ellos (4-6) exhiben perforaciones producidas por depredadores. Escala: 2 mm. 

Externamente presenta líneas de crecimiento que se entrecruzan con finas estrías (Figura 2.1). La sutura es profunda y la abertura subcircular. Otra característica de la especie es la coloración externa rojiza a rosada intensa e iridiscente hacia el interior. Esta especie es similar a Margarellaviolacea(King), pero se diferencia por tener el opérculo calcáreo (Figura 2.2) y porque M. violacea no tiene estrías espirales como parte de la escultura externa. En Homalopoma, el ombligo puede estar abierto (Figura 2.3) o cerrado (Figura 2.2, 4-6), probablemente vinculado con el desarrollo del individuo. Otra característica observable en algunas conchas actuales revisadas son orificios producidos por depredadores (principalmente por gasterópodos Muricidae). Éstos se han observado en la última vuelta, siendo visibles en vista ventral, y presentan su contorno circular o subcircular con bordesbiselados y regulares (Figura 2.4-6).

Figura 3: Detalle del contorno de las perforaciones de los 28 artefactos malacológicos. Para su mejor visualización las imágenes no están a escala 

Respecto a los artefactos arqueomalacológicos analizados, procedentes del sitio Alero El Trébol (1 al 7) y de Valle Encantado I (8 a 28), cada objeto perforado se corresponde con un ejemplar entero de Homalopoma (Tabla 3). El peso de cada elemento osciló entre 0,06 y 0,22 gramos y el tamaño dio una altura y abertura promedio de 2,7 y 2,9 mm, respectivamente.Si bien hay gran homogeneidad respecto al sector de la concha donde se realizó la perforación ya que éstas se ubican en un sector de la última vuelta (en posición opuesta a la abertura natural de la concha), el contorno resultó variado y de bordes irregulares (Figura 3), observándose en algunos casos señales de microdesprendimientos y de abrasión con desgaste y estrías alrededor de las perforaciones. Este patrón resultó ser intencional (perforaciones antrópicas) y claramente se diferencia de las perforaciones antes mencionadas producidas por un depredador. Cada artefacto analizado presenta una única perforación, con excepción de un solo elemento (Figura 3.25) que tiene dos.

Tabla 3: Rasgos morfológicos cuantitativos y cualitativos de los artefactos analizados. ABER: abertura. ABRA. Abrasión; UV. Última vuelta; s/d. Sin datos 

Finalmente, el análisis RGB del color (Figura 4) no mostró diferencias notables entre los elementos arqueológicos (uno a 28) ya que los tres componentes del color (R, G, B) se mantuvieron en cada elemento en proporciones similares (Tabla 3, Figura5). Sin embargo, hubo una marcada diferencia entre los dos sitios donde se analizó esta variablecon los dos elementos actuales (29 y 30) que presentaron mayor proporción del componente rojo (mayor al 60%). Esto podría significar que, si bien hubo una pérdida de coloración inicial, éstase mantuvo luego estable al menos en unos 3000 años que sería la diferencia cronológica entre ambos sitios. Lamenor proporción de coloración R de algunos elementos (ej. 5, 13, 22, 23 y 25) podría deberse a distintos motivos como cambios de color por combustión o decoloración por mayor tiempo de exposición de la pieza.

Figura 4: Sectores fotografiados de la superficie externa de los 28 artefactos malacológicos (1 a 28) y de dos ejemplares actuales (29 y 30) para el análisis RGB. 

Figura 5: Proporción de los componentes RGB (rojo, verde, azul) de cada cuenta analizada (1 a 28) y de dos ejemplares actuales (29 y 30). 

Discusión

Cuentas perforadas: manufactura y uso

En este trabajo los 116 artefactos malacológicos confeccionados a partir de ejemplares de Homalopomafueron interpretados como cuentas perforadas o adornos de uso personal. Al analizar la técnica utilizada para realizar la perforación, hay rasgos como la variabilidad en los contornos y los bordes angulares e irregulares y en bisel,que estarían indicando que la técnica empleada habría sido ejercida desde el exterior (Figura 6.1), probablemente por presión controlada con un elemento punzante (como por ejemplo una punta lítica) y con el molusco en mano, o apoyado sobre superficie rígida. Respecto a la técnica por percusiónsería menos probable, debido la pequeñez y fragilidad del material.También resulta factible que se haya aplicado de manera inicial, un movimiento de abrasión de la superficie de la zona a perforar, para debilitar la zona externa, y luego la presión o percusión. Respecto a las micro roturas del borde, éstas podrían haberse producido posteriormente durante la manipulación y uso.

A modo comparativo, resulta interesante mencionar el trabajo de Tátáet al. (2014) quienes en materialidades similares replican de manera experimental diferentes técnicas para producir perforaciones, utilizando elementos líticos o elementos óseos, y aplicadas desde el lado interno o externo de la concha. En base a ello se encontró gran similitud con los rasgos ocasionados en Littorinaobtusata por la manipulación externa que produce contornos irregulares y bordes angulares con cuña interna. En otro trabajo, Álvarez Fernández (2002) analiza las perforaciones de Homalopomasanguineum del Paleolítico de Europa e interpreta que las técnicas empleadas incluirían la percusión y la presión, incluso facilitada por incisiones previas.

Figura 6: Manufactura y uso. 1. Utilización de herramienta para realizar la perforación, con presión y/o percusión aplicada desde el exterior. 2. Posición hipotética de los artefactos sujetados por un cordel y un segundo cordel en espiral. 

En relación a la posición de las perforaciones en el artefacto, éstas presentan cierta regularidad ya que siempre se encontraron en el mismo sector de la concha, en la última vuelta, lo que posiblemente obedezca a una idea de ordenamiento vinculado a su uso como cuentas de un mismo collar. Al respecto, sería factible que las piezas hayan estado suspendidas por medio de sus dos orificios (perforación y abertura natural; Figura 6.2), a modo de pendientes o colgantes formando un collar (o gargantilla, pulsera, o tobillera) o cosidas a algún elemento (cuero, textil).

Si bien en el material estudiado no hemos hallado indicios sobre qué tipo de adorno integraban (ej. collares, pulseras, entretejidos en vestimenta), ni tampoco contamos con datos precisos sobre sus portadores, resulta interesante mencionar la información obtenida a partir de fuentes etnográficas sobre la circulación de collares confeccionados con materias primas similares, y recuperados en Patagonia y sur de Argentina y Chile. Por ejemplo, en las crónicas de los eclesiásticos y viajeros y navegantes europeos que llegaron a Sudamérica en los siglos XVIII y XIX hay varios relatos recopilados por Emperaire (1963) que se refieren acollares de pequeños caracoles usados por los nativos. También ButtoyFiore (2017) en base a un estudio de fotografías etnográficas de fines del siglo XIX y principios del XX de sociedades Yámana, concluyen que las mujeres habrían usado collares de hueso y caracoles y los varones collares de cuero, y que los brazaletes y las tobilleras también fueron exclusivos de las mujeres. Algunos ejemplos de este tipo de ornamentos, confeccionados por los canoeros del sur de Sudamérica, se observan en la Figura 7. En estos casos, también se trata de caracoles globosos, pequeños y coloridos, aunque correspondan a otras especies de los morfogénerosTegula o Margarella. En cada uno de estos ornamentos corporales, las conchas (cuentas) se unen a través de cordones de origen animal (tendones, cuero, nervios de ballenas; Rossenbach 2007), mediante diferentes técnicas de entretejido. Finalmente se hace mención que para enlazar las cuentas también podrían haberse utilizado hilos vegetales, tal como lo corroboró Mera (2014) para un contexto cerámico en proximidades de Temuco, donde se usó fibra vegetal en la unión de valvas de moluscos.

Figura 7: Collares de caracoles marinos procedentes de Patagonia y canales fueguinos en colecciones etnográficas de distintos museos de Argentina y Chile. 1. Museo de la Patagonia Francisco P. Moreno. 2. Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. 3-4. Museo Antropológico Martín Gusinde. 5-7. Museo Jesuita Nacional Estancia de Jesús María. 

Procedencia de la materia prima: ¿ejemplares vivos o conchas vacías?

Teniendo en cuenta el deterioro erosivo del material analizado,observado en la zona de la espira, sumado a la pérdida total o parcial de la escultura externa, se plantea como factible que los ejemplares no hayan sido colectados vivos, sino que habrían sido recuperados de la playa, en zonas de acumulación de conchillas,como conchas vacías arrastradas por el oleaje. En apoyo a esta posibilidad de recolección de la materia prima postmortemen la playa, se menciona que uno de los ejemplares estudiados presentaba una segunda perforación, que no sería antrópica, sino producida por depredadores perforadores (dado su contorno regular subcilíndrico) y otro ejemplar presentaba adosado marcas de vermétidos, que son epibiontes que viven sobre las conchas vacías y restos calcáreos de moluscos. También las conchas de Homalopoma podríanhaberse obtenido accidentalmente durante la pesca de erizos de mar (una actividad frecuente entre los habitantes del litoral marino; Gajardo Cortés y Ther Ríos 2011) al quedar atrapadas entre sus espinas, o quizás puedan haber estado previamente en el estómago de peces (o pulpos)utilizados como alimento (Leray et al. 2013), y haber llegado bajo esas circunstancias al ámbito costero. Más allá de estas alternativas, el mayor o menor grado de dificultad en la obtención de esos especímenes, también podría haber incidido en su valoración, además de los criterios morfológicos de vistosidad, color y resistencia al uso de este tipo de material.

Dada la existencia de collares con conchas diminutas y enteras, a partir de otros morfogénerossimilares como Tegula y Margarella, realizados por los cazadores, recolectores y pescadores del Pacífico, es factible que los productores de adornos corporales con Homalopoma, hayan sido los mismos habitantes costeros, y en ese caso las conchas habrían llegado a la vertiente oriental de los Andes no como materia prima sino como productos terminados, conformando collares o gargantillas.

Pasos transcordilleranos y posibles contextos de contacto y redes en Patagonia

El hallazgo de Homalopoma y de otros moluscos marinos del Pacífico en la Patagonia argentina, en particular en las provincias de Río Negro y Neuquén, y mayormente como adornos de uso corporal y en ocasiones como recipientes, implica que en el pasado funcionaron amplias redes de movilidad e interacción social y cultural, a escala extraregional y transcordillerana (Pérez 2019; Silveira et al. 2011).El espacio geográfico en esta región, el cordón Andino Patagónico, se desarrolla como un ámbito boscoso y lacustre. A diferencia de la cordillera Andina Central, es más bajo y, a pesar de ciertos obstáculos como el sector de la Selva Valdiviana, ofrece numerosos pasos para el desplazamiento a pie. Por ejemplo, Bellelliet al. (2008) expresan propuestas de circulación humana basados en sólidos argumentos arqueológicos. Además, la presencia de lagos en esta región podría haber constituido otra alternativa para el desplazamiento, en la medida que se contaba con el dominio de la navegación. Se sabe a partir de datos arqueológicos que la práctica de navegación, por parte de los cazadores recolectores y pescadores marinos de la región de Chiloé tendría una profundidad temporal que oscila entre 6000 a 5000 años AP (Legoupil 2005). En tanto para más al norte, el poblamiento de las islas Santa María y Quiriquina se remonta a 4500 años AP (Carabiaset al. 2010) y para la isla Mocha 3500 años AP (Adán et al. 2017).

Respecto a los sitios arqueológicos del ámbito del Nahuel Huapi, y su área de influencia (sitios 1, 2, 3, 4 y 5; Figura 1) en los que se registró Homalopoma, los pasos más directos para su ingreso serían el denominado Vuriloche (1390 ms.n.m.), al sur del monte Tronador) y otros dos pasos hacia el norte, Vicente Pérez Rosales (1022 ms.n.m.) y Los Raulíes (1270 ms.n.m.), conocidos como “Paso de Las Lagunas”, que demandan tramos de navegación a través del lago Todos Los Santos y del Brazo Blest del lago Nahuel Huapi. En las crónicas históricas se indican que estospasos fueron utilizados por los grupos indígenas y luego por los Jesuitas procedentes de Chiloé que fundaron la Misión de Nahuel Huapi, en la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII (Albornoz yHajduk 2001). Respecto a la antigüedad de moluscos de procedencia Pacífica, la evidencia más tempranaen la Patagonia argentina es un fragmento de valva de Choromytiluschorus con incisiones en el borde, recuperado en la vertiente oriental en el sitio Traful I(7850 años AP; Crivelli Montero et al. 1993). Esta misma especie fue hallada junto a ejemplares de Homalopomaen el sitio El Trébol (datados entre 5863 y 5620 años AP; Hajduket al. 2009). El ámbito lacustre boscoso (entre 40°12´y 41°35´S) es donde hubo mayor registro de Homalopoma. Dentro de las expresiones alfareras de producción local de este sector se reconocen ciertos rasgos formales que remiten al Complejo Vergel(1000 a 1550 años DC), y que contextualmente se asocian a expresiones de arte rupestre de la “Modalidad del Ámbito Lacustre Boscoso del Noroeste de Patagonia” (Albornoz, 1996) variante vinculada al “Estilo de grecas” (Menghin 1957) o “Tendencia Abstracta Geométrica Compleja” (Gradin 1999), característico de grupos cazadores-recolectores de la estepa patagónica del Holoceno tardío. Estos contextos alfareros se incrementan en el tiempo, aumentando las vías de circulación e intercambio de bienes e información a distancias variables. Por lo tanto, esta región que involucra el medio boscoso-lacustre y zona de ecotono habría funcionado como una unidad territorial a ambos lados de la cordillera, lo que actualmente se conoce como corredor de los lagos.Así, los aportantes, probablemente en número reducido de individuos, habrían llegado desde la vertiente pacífica, desprendidos en primer lugar de grupos de cazadores recolectores precerámicos y, en el tiempo, seguidos por grupos alfareros móviles. Así para distancias menores a los 200 km, Homalopoma podría haber llegado a los sitios, transportado en los circuitos de movilidad de pequeños grupos (abastecimiento directo) con los cuales tendrían más chances de interactuar con mayor frecuencia, mientras que para distancias mayores -que superan ampliamente los 400 km- su dispersión se podría vincular con la existencia de complejas redes de intercambio (directas o indirectas) que junto a otros bienes (eg. líticos), y a través del tiempo y el espacio se fueron ampliando y reformulando. Estas travesías, pedestres o a través de embarcaciones, habrían estado motivadas por diversas razones, como la apropiación directa o intercambio de objetos que resultaban ausentes o escasos en sus lugares de origen (por ejemplo, adquirir materia prima lítica apropiada para confeccionar instrumentos o instrumentos ya elaborados).

El arribo de Homalopoma y otros moluscos procedentes del Pacífico podrían haber sido parte de un sistema de trueque, cooperativo como parte de la reciprocidad, y/o haberse entregado como “regalos de amistad” o “pago” para entablar o mantener alianzas y vínculos sociales y/o políticos.

En Patagonia, para épocas cerámicas y de contacto hispánico también se reconocen circuitos con diferentes rangos de acción entre el este y el oeste de la cordillera, y en el sector oriental, entre la zona cordillerana y la llanura pampeana e incluso la costa atlántica (Cueto et al. 2018; Pallo y Borrero 2015; Politiset al. 2013). En ese contexto podría explicarse un único registro de Homalopoma en la costa atlántica mencionado por Zubimendi (2012).

Hallazgos de Homalopoma en la región de Cuyo y de los Andes Centrales

Ya más al norte del área Norpatagónica, el hallazgo de Homalopoma en Alero Puesto Carrasco, al sur de Mendoza, mencionado por Durán 2000, podría responder a los contactos mantenidos por los grupos locales con los cazadores-recolectores patagónicos, con los cuales algunos autores, como Lagiglia (1977), han reconocido afinidad en algunas expresiones culturales dentro de lo que se denominó subáreaNorpatagónica Mendocino-Neuquina, y presentes hasta tiempos históricos. Pero, además, Durán (2000) plantea la posibilidad de rangos de movilidad de las poblaciones de ambas vertientes cordilleranas, lo que también ha sido considerado anteriormente por Gambier (1985) como una complementariedad estacional entre tierras altas y bajas.Respecto a la presencia de un único ejemplar de Homalopoma en el sitio incaico cordillerano Tambo Ojos de Agua mencionado por Garceau (2009), este hallazgo se condice con la organización incaica en la cual se formaban alianzas y redes de intercambio entre las colonias (mitimaes) de diferentes señoríos, conformando una intrincada red. Con la cultura incaica las redes de interacción cambian de escala y de naturaleza (Falabella 1994), y para ese período había caminos longitudinales entre las dos vertientes, oriental y occidental y ramales transversales, siendo la cordillera un eje de desplazamientos y vínculos interregionales. El hallazgo de un único elemento podría deberse a que se trata de una materialidad que podría haber estado ya circulando con anterioridad en la vertiente oriental, pero también resulta más factible que llegara a través de la vertiente occidental, lo que se sustenta en los antecedentes arqueológicos para el sur de Chile (Complejo Pitrén, alfarero temprano; Complejo El Vergel, alfarero tardío), que integraron amplios espacios y relaciones con ciertas culturas de Chile Central (Complejo alfarero Llolleo) y rasgos compartidos con la Cultura Diaguita chilena. El hallazgo de nuevos ejemplares en estos contextos compartidos podría aportar mayores precisiones sobre la presencia de Homalopoma en esta región.

El color y el origen marino como cualidades simbólicas y activas

Otros dos aspectos de interés, y que probablemente convierten a Homalopomaen un objeto diferencial, son la coloración purpúrea (una característica intrínsica a este taxón) y su origen marino.

En relación al color, si bien los resultados de este trabajo indican una parcial pérdida de la coloración del material arqueológico, la comparación con elementos actuales permitereinterpretar el color original.Así sabemos que la coloración externa original habría sido rosa intenso a roja o purpúrea, y dicha coloración, como manifestación, adoptaría sentido al aplicarse o asociarse a un determinado soporte, en este caso la concha de Homalopoma. Esta asociación implicaría que seguramente hubo una selección de conchas que cumplían con alguna condición, como queda en evidencia por ejemplo en los collares etnográficos producidos por los canoeros australes que muestran pautas de selección y homogeneidad.

El cromatismo, en estudios arqueológicos, ha sido escasamente considerado, y los principales aportes son de tipo etnográficos. Como ejemplo, y para las sociedades de Mesoamérica, Gómez Gasteum (2006, 2007)interpreta que la gama cromática constituye un principio ordenador que liga la vida diaria con lo sagrado. Este autor identifica seis grupos de colores, estando los tonos rojos asociados a la cabeza, al cuello y a los brazos; y los collares de cuentas con forma original de la especie utilizada aparecen asociados al cuello. Para este autor los objetos de concha podrían estar desempeñando el papel de catalizadores, al fortalecer las entidades anímicas, en el sentido de López Austin (1980). También Ávila (2011) aporta información sobre el papel del color en la materialidad de la práctica social al configurar una red que involucra personas, objetos, acciones, gestos, momentos y lugares. Por otro lado, NastriyStern (2011) abordan el análisis del color en ornamentos corporales del mundo andino, reconociendo en las urnas colores específicos (comomascarillas en rojo o narigueras en negro). Estos ejemplos tomados de diferentes contextos culturales indicarían que el color constituye una cualidad simbólica y activa en relación a un referente. Tanto el color rojo como el púrpura, junto con el amarillo, son colores cálidos, opuestos a los fríos como el verde y el azul. Al rojo en general se lo relaciona con la sangre y el sacrificio, la sangre menstrual y la sexualidad. Además, el color rojo, junto con el negro y el blanco son parte de una tríada, asociada a contextos rituales (Barth 1975; Turner 1980). Entre los incas, por ejemplo, el rojo se asocia a la élite, y los cargos y las funciones ceremoniales se reconocen por los trajes y colores (los sacerdotes vestían de pardo, las vírgenes consagradas, de rojo y blanco; Siracusano 2002).

Además del color, otro aspecto simbólico de estas materialidades es su origen marino, lo que ha sido considerado por Trubitt (2003). Esta autora, en base a un análisis arqueológico y etnográfico, concluye que estas materialidades han sido altamente valoradas por distintas culturas en todo el mundo y simbólicamente se asocian con el agua como fuente de vida, la salud, la fertilidad, funcionando como bienes de prestigio que circulaban entre individuos, grupos y sociedades, y a través de largas distancias, materializando relaciones interpersonales.

Por lo tanto, Homalopoma, de manera específica por su origen marino y el color púrpura, sumado a su escasez por ser un elemento remoto,habría sido de interés y podría haber representado diversos aspectos de la cosmovisión prehispánica. En esta instancia resulta interesante comparar el caso analizado de Homalopomaen el sur de Sudamérica con Homalopoma(H. sanguineum) Paleolítico europeo, con quien comparte rasgos morfológicos y cromáticos similares, y también aparece en ornamentos corporales (Stiner 1999) y fue recuperadaen sitios arqueológicos a grandes distancias de su área de origen en el Mediterráneo (Álvarez Fernández 2002; García Agudo et al. 2019). Esta similitud (en la materia prima europea y de Sudamérica) no habría sido casual, y podría vincularse al origen y a los atributos cromáticos de Homalopoma.

Finalmente se menciona, a modo de reflexión, que este tipo de materialidades visuales que trascienden los espacios regionales y perduran en el tiempo constituyen, en el sentido de Acutoet al. (2011) y Fiore (2011), una red de objetos interconectados donde la materialidad de la imagen es simultáneamenteeconómica e ideológica, tecnológica y cognitiva, materia prima y diseño. Según esta interpretación hayun papel activo de los objetos (a través de su uso, reutilización, circulación) que, según Fiore (2011),representan “la prolongación de la agencia humana”.

Conclusiones y comentarios finales

En esta contribución se analizó la presencia de 116 artefactos confeccionados con Homalopoma y procedentes de 12 sitios arqueológicos, ubicados principalmente en la Patagonia argentina. Se brindó información sobre los contextos de hallazgo y se discutió sobre otros aspectos vinculados a las técnicas de manufactura, procedencia del material y posibles rutas de circulacióny sobre el color y el origen como atributos diferenciales.

Como se puede deducir de la información expuesta, el morfogéneroHomalopoma aparece de manera muy escasa en el registro arqueológico del sur de Sudamérica, y hay una distancia importante al área de distribución de la materia prima (la especie viviente H. cunninghami) ubicada en la costa sur del Pacífico. Esta situación demuestra indudablemente un gran interés por este elemento y habría involucrado a grupos humanos de ambos lados de la cordillera.

Dado su origen marino, sumado a los atributos morfológicos, y considerando las fuentes etnográficas como antecedentes de confección y uso de estas materialidades, y datos arqueológicos sobre una especie similar (H. sanguineum) en contextos europeos, se postula que podría haber existido una pauta cromática en la elección de los ejemplares para su utilización social, y que estos elementos al ser escasos y de procedencia lejana, habrían sido lujosos o de consumo selectivo, lo que los convierte en bienes suntuarioso de prestigio, traspasando los espacios regionales y perdurando en el tiempo.

Futuros hallazgos de Homalopomaen otros sitios arqueológicos a nivel regional brindarán mayor precisión sobre su uso y circulación. Sin embargo, serán indispensables y necesarios nuevos enfoques inter y multidisciplinarios, basados en diferentes escalas de análisis, para poder entender y avanzar en la complejidad de los contextos arqueológicos y redes de circulación de este tipo de materialidades que circulaban a grandes distancias.

Agradecimientos:A Víctor Hugo Merlo Álvarez del Museo de La Plata y Alejandro Tablado del Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia quienes facilitaron el acceso a ejemplares actuales de Homalopomacunninghami en las respectivas colecciones. A Carlos E. Gómez por las ilustraciones sobre manufactura

Notas

1Si bien la única especie viviente conocida para el sur de Sudamérica es Homalopomacunninghami, con fines conservativos en este trabajo nos referiremos al material arqueológico como perteneciente al morfogéneroHomalopoma, en el sentido de morfotipo. Sin embargo, el material revisado coincide con los caracteres conquiológicos de H. cunninghami, por lo que se trataría de dicha especie.

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