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Memoria americana

versão On-line ISSN 1851-3751

Mem. am. vol.26 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul. 2018

 

RESEÑAS

Cosmología y Naturaleza Mbya-guaraní

 

Giuliana Antonella Pignataro*

* Instituto de Altos Estudios Sociales, Universidad Nacional de San Martín. Buenos Aires, Argentina. E-mail: giulianapignataro@hotmail.com

Cebolla Badie, Marilyn (2015). Cosmología y Naturaleza Mbya-guaraní. Buenos Aires, Editorial Biblos. (312 páginas)

 

El objetivo central de la obra es estudiar la relación entre cosmología y naturaleza, tomando como eje la clasificación de la fauna, más específicamente de los mamíferos, y su relación con el sistema religioso. El libro surge a partir de una tesis de doctorado basada en un prolongado trabajo de campo etnográfico realizado entre mayo de 2006 y agosto de 2008. La autora realizó entrevistas tanto a miembros de la comunidad -para lo que debió aprender la lengua mbya- como a algunos inmigrantes europeos radicados en la zona.
Así la autora nos introduce en el mundo mbya y también nos recuerda continuamente que esta cultura se encuentra en vías de desaparición. Esto se debe a que la invasión de la sociedad blanca sobre los territorios guaraníes ha producido estragos en su comunidad. La tala rasa de la selva, el espacio mágico que sostiene toda su cosmología y, por lo tanto, su forma de vida, ha provocado la desaparición de sus prácticas tradicionales.
Cabe aclarar que muchas de las prácticas que la autora describe en el presente volumen han caído en desuso pues corresponden a una situación previa en donde abundaban los montes, la flora y la fauna. Esta obra entonces no es sólo una etnografía que nos permite acercarnos a una cultura ajena a la nuestra sino que también nos invita a reflexionar, dejándonos un sabor amargo en torno a las consecuencias devastadoras que implica el avance de la sociedad occidental sobre otras formas de vida.
Marilyn Cebolla Badie plantea que toda la actividad realizada por los mbya-guaraní posee un trasfondo religioso en donde los conocimientos prácticos y mitológicos se entrelazan y que existiría una constante relación entre los seres humanos, las distintas especies animales y las entidades extrahumanas.
En sintonía con la corriente del perspectivismo amerindio, la autora explicará que en la cosmología mbya todos los seres de la naturaleza poseen un trasfondo de humanidad, en contraposición a la visión occidental en donde existiría un origen animal. En esta perspectiva, no sólo los animales
habrían sido seres humanos sino también los espíritus de la selva y los dueños de animales y cosas. Todos estos seres, actualmente animales o materia inerte, habrían formado parte de la tierra primigenia y habrían cometido allí las transgresiones que enfurecieron a las divinidades y llevaron a convertirlos en la flora y la fauna de la selva.
Para la autora las relaciones entre seres humanos y naturaleza está pensada como una relación entre sujetos, en donde existirían normas que deben cumplirse y respetarse para lograr una convivencia armoniosa. Las divinidades actuarían como mediadores entre los dueños de la selva y los humanos, negocian con los primeros para que los segundos puedan cazar. Siguiendo este razonamiento la autora explica que los humanos tienen prohibido cazar en demasía o maltratar a las presas y que estas relaciones de jerarquía entre divinidades, dueños, hombres y animales, es la que mantendría el equilibrio.
El libro posee un prólogo escrito por Ana María Gorosito Kramer1, quien pone énfasis en el carácter sumamente respetuoso que caracterizó a la autora a la hora de llevar a cabo su trabajo de campo, incluso se refiere al trabajo como una guía, una bitácora llena de honestidad que puede ser utilizada en un futuro como fuente.
En la introducción del libro, Cebolla Badie presenta a las aldeas donde llevó a cabo su trabajo de campo, ubicadas en la provincia de Misiones; cuenta acerca de las largas charlas mantenidas con los caciques explicando los motivos de su estadía en cada comunidad visitada. El resto del libro se encuentra dividido en tres secciones cuyos ejes son: las características históricas y culturales de la etnia, los animales y seres extrahumanos y, por último, la depredación y el consumo.
En la primera sección, la autora realiza una reconstrucción histórica de la comunidad desde el período precolombino hasta la actualidad, se refiere al lugar de origen y a los traslados de la comunidad hacia el sur del continente. Pone énfasis en el contacto forzado con la comunidad blanca y en la movilidad mbya como estrategia anti-asimilacionista. En
cuanto a las características culturales, describirá el sistema de parentesco, la organización territorial, los liderazgos y el calendario agrícola, con sus principales cultivos y recursos alimentarios. Además en esta sección, dedicará un capítulo entero al sistema de creencias, centrándose en las divinidades, la concepción mbya del origen del mundo y las funciones de los opyguas o líderes religiosos.
La segunda parte del libro se encuentra dedicada a los dueños y espíritus de la selva, y a los animales mamíferos. La autora presenta una descripción sumamente exhaustiva de cada animal considerado central en la cultura mbya, debido a su presencia continua en los relatos recolectados y en la mitología. Le dedica todo un capitulo al Kochi, o pecarí labiado, animal doméstico de los dioses que posee un lugar central en la cosmología. Cebolla Badie explica que para los mbya la carne de kochi es "limpia" pues les permite ascender a la morada de los dioses, agregando que el animal suele mantenerse como mascota para luego ser sacrificado sin demasiados miramientos. La autora también hará una descripción de la manera en que debe emprenderse la caza de este animal y cómo debe consumirse, destacando el carácter comunitario del mismo.
En la tercera y última parte del libro la autora alude más específicamente a la caza, y el consumo, del kochi y del resto de los mamíferos. Alude al rol relevante de las divinidades en esta práctica ya que para cazar primero deben realizarse plegarias a los dioses, quienes deben negociar con los dueños. La depredación es interpretada como un intercambio en donde matar para comer es representado como un acto regenerativo a través del cual la muerte sirve para la regeneración de la vida. A su vez, Cebolla Badie propone que existiría una reciprocidad entre los dueños y los hombres en donde se deben seguir ciertas reglas para mantener la paz y el equilibro. En tal sentido, plantea que los hombres no pueden cazar indiscriminadamente porque esto despertaría la ira de los dueños de los animales y tampoco pueden cazar cualquier tipo de animal, sino sólo aquellos que los dueños designan como alimento.
En el capítulo dedicado al consumo, la autora realiza una diferenciación entre los alimentos livianos y los pesados y explica que los mbya caracterizan la alimentación de los jurúa, o blancos, como pesada. En cuanto a la preparación,
los alimentos son compartidos en un acto ritual destinado a despojar al animal de cualquier atributo negativo, transformando lo salvaje en potencial alimento. A su vez, mediante la cocción los animales se transforman de sujetos en objetos desprovistos de alma, permitiendo su consumo. Paralelamente señala ciertas restricciones alimentarias que estarían relacionadas con la idea de que las propiedades de los animales son transmitidas a quienes los consumen.
Finalmente, podríamos decir que toda la información provista por la autora sobre esta comunidad es un intento, similar al que identificamos en las etnografías más clásicas, por resguardar una cultura que está en vías de desaparecer. A lo largo del libro encontramos una especie de denuncia implícita hacia el presente, ya que al finalizar la descripción de una práctica tradicional la autora nos recuerda que está en desuso debido a las imposibilidades de la comunidad de acceder a la selva -y con ella a su flora y fauna, algo que adelantamos al principio. Además subraya que la sedentarización forzada y la introducción del trabajo asalariado relegó a estas comunidades a una absoluta pobreza, realidad actual que contrasta notablemente con el pasado de abundancia característico de aquellos "buenos tiempos" en donde el contacto con los blancos no era aún permanente.
Este trabajo es un gran aporte a la investigación ya existente sobre la comunidad mbya-guaraní, donde su autora, luego de años de trabajo de campo, logra entablar una relación con los líderes de la etnia que le permite acceder a una enorme cantidad de información sumamente relevante. Aún cuando falta una reflexividad propia sobre el proceso de entrada al campo o la forma en que se fue modificando su relación con la comunidad, cabe destacar que, de alguna forma, Cebolla Badie permite que los protagonistas de este trabajo sean los miembros del pueblo mbya.
Al finalizar el libro, los lectores nos preguntamos junto a la autora qué pasará con esta comunidad y todo su sistema de creencias cuando los últimos remanentes de selva paranaense efectivamente desaparezcan en manos de los estados nacionales y el empresariado. Creo que esta es la inquietud que acompaña la redacción de todo el libro: una pregunta esencial para reflexionar sobre los sistemas de dominación y el lugar que ocupa nuestra cultura occidental en el complejo y desigual sistema-mundo actual.

Notas

1. Directora de la tesis doctoral de Marilyn Cebolla Badie.

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