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Prismas

versão On-line ISSN 1852-0499

Prismas vol.19 no.2 Bernal dez. 2015

 

DOSSIER: 20 años de historia intelectual. La historia intelectual hoy: itinerarios latinoamericanos y diálogos transatlánticos

Un programa fuerte para el pensamiento social brasileño*

 

André Botelho

Universidade Federal do Rio de Janeiro

 

Desde la década de 1990 el pensamiento social brasileño ha alcanzado un alto grado de consolidación como área de investigación, sobre todo en el ámbito de las ciencias sociales, pero también en el de la historia. Así lo muestran, entre otros datos, los balances realizados sobre su producción en libros, su emergencia como campo problemático que entrelaza diferentes generaciones en la formulación de una perspectiva teórico-metodológica, o su presencia, como área de concentración, en instituciones de investigación y educación, además de la producción creciente de tesis de doctorado en ciencias sociales.
Significativamente, los balances de la producción de los años 1990 realizados por Sergio Miceli y Lúcia Lippi Oliveira, dos de los principales artífices del área de investigación, integran el mismo proyecto editorial, "O que ler na ciência social brasileira (1970-1995)", publicado en 1999 por la Asociación Nacional de Investigación y Posgrado en Ciencias Sociales (ANPOCS). Más aun, desde entonces el pensamiento social brasileño ha sido incluido en todos los proyectos editoriales de la anpocs que relevan la producción de las áreas de investigación más importantes de las ciencias sociales brasileñas.1 Otra característica común en la producción relevada es que, en su mayoría, se desarrolló en la forma de tesis de doctorado en instituciones de educación e investigación, otro indicador fuerte de la consolidación del área.
Y lo que resulta en particular interesante en esos balances es que, aun cuando virtualmente se trate del mismo universo intelectual y empírico, realizan recortes tan distintos sobre la producción que, al fin y al cabo, parecen crear objetos también distintos para el área de investigación. En su balance, Lúcia Lippi privilegia los trabajos sobre las "interpretaciones del Brasil" y señala en un conjunto importante de ellos la influencia de trabajos de Wanderley Guilherme dos Santos de fines de los años 1970, que habrían sido particularmente influyentes al distinguir las matrices "ideológica", "institucional" y "sociológica" sin por ello proponer que estas debieran ser asumidas de modo disyuntivo en la investigación del pensamiento social. Este sería el caso, sugiere la autora, de las investigaciones realizadas en las décadas de 1980 y 1990 en el Centro de Investigaciones y Documentación de Historia Contemporánea del Brasil (CPDOC) de la Fundación Getúlio Vargas.2
Eje en el recorte del balance que realiza Sergio Miceli son los estudios sobre "intelectuales brasileños", también llevados a cabo entre los años 1980 y 1990, especialmente aquellos que, según el autor, "más contribuyeron a moldear el espacio de debates y explicaciones". La confrontación entre estos estudios permitiría, según Miceli, constatar dos tendencias metodológicas principales: por un lado, un énfasis en la "morfología" y la "composición interna del campo intelectual, sus instituciones y organizaciones, el peso relativo de la categoría de los intelectuales en el interior de los grupos dirigentes"; por otro lado, el énfasis en las "modalidades de su contribución para el trabajo cultural y político". En ese universo, sería posible distinguir, según el autor, tres "modelos" orientadores de las investigaciones: "el argumento sociológico con tintes culturalistas, de mi autoría", "el argumento doctrinario-politicista, formulado por el sociólogo francés y latinoamericanista Daniel Pécaut", y "el argumento organizacional e institucionalista, concebido por el sociólogo brasileño Simon Schwartzman". A partir de esos modelos el autor comenta algunos de los libros entonces recién publicados: Guardiães da razão: modernistas mineiros (1994), de Helena Bomeny; História e historiadores: a política cultural do Estado Novo (1996), de Angela de Castro Gomes; Projeto e missão: o movimento folclórico brasileiro (1997), de Luís Rodolfo Vilhena, y Destinos mistos: os críticos do grupo Clima em São Paulo (1998), de Heloisa Pontes.3
Considerados desde el punto de vista teórico-metodológico, esos balances de fines de los años 1990 muestran la centralidad del debate entre el partido "textualista" y el "contextualista", que prácticamente dividían el área de investigación en dos, aun cuando no sea posible atribuir pertenencias generacionales, geográficas y/o institucionales tan claras a cada una de esas orientaciones intelectuales.4 Exagerando un poco podríamos decir que los años 1990 parecían concluir respecto del pensamiento social con la pregunta sobre su propio objeto de investigación: ¿"intelectuales" o "interpretaciones del Brasil"? Aun cuando la disyuntiva haya en parte permanecido y aún integre el debate actual, a partir de los años 2000 la dualidad "textualistas" o "contextualistas" pasó a ser cada vez más cuestionada. Y la búsqueda de respuestas más integradas pasó a ocupar el centro de la agenda teórico-metodológica del pensamiento social como área de investigación, acompañando, por lo demás, tendencias más amplias en el ámbito internacional de la sociología de la cultura.5
Por cierto, esos balances no pueden comprender todas las posiciones entonces en juego. En realidad, el interés de ese tipo de material reside menos en el efecto de verosimilitud pretendido que en sus límites. Lo que nos interesa es la precariedad con la que inevitablemente operan sus demarcaciones, así como su tendencia a ofrecer procedimientos estabilizadores y cánones muy parciales, que implican, potencialmente, la exclusión de propuestas marginales respecto de los grupos que organizaron las revisiones. No se trata de señalar necesariamente la teoría más sofisticada o de juzgar de alguna forma las posiciones en juego, sino precisamente de captar tendencias y, sobre todo, la formación de rutinas en un campo de debates dentro de un área de investigación que de ese modo se va configurando y transformando.
Con esas consideraciones en vista, en este ensayo presentaré algunas cuestiones sobre la discusión actual respecto del pensamiento social brasileño como área de investigación. Como la producción del área creció muchísimo en los últimos treinta años, rehacer balances bibliográficos abarcadores se volvió una tarea aun más arriesgada, y se requiere mucho espacio para mínimamente mostrar la pluralidad y la diversidad de abordajes, temas y cuestiones actuales. Desafíos de este tipo han producido recortes que no siempre dan una idea de conjunto integrada del área, como cuando, anteriormente, invitados a hacer el relevamiento de la producción bibliográfica del pensamiento social brasileño, debimos limitarnos a trabajos sobre la historia de las ciencias sociales en diálogo con las tradiciones intelectuales realizados antes de su institucionalización, lo cual evidentemente representa hoy solo una parte, si bien central, de lo que se está investigando, escribiendo y enseñando como "pensamiento social brasileño".6 En este ensayo plantearé otra estrategia analítica: utilizo nuevos materiales de investigación, diferentes de los balances más usuales en el área, pero tan precarios como ellos en los términos anteriormente señalados.
Con el proyecto colectivo Biblioteca Virtual del Pensamiento Social (BVPS) fue posible identificar en otro plano y de modo más sistemático el perfil más amplio del área de investigación, utilizando esta vez metodologías y datos cuantitativos más abarcadores.7 Aun cuando siempre hayamos trabajado en la bvps con criterios de autodeclaración de pertenencia al área del pensamiento social brasileño, que pueden ser aprehendidos, por ejemplo, en la adjudicación del área o atribución de palabras clave a un proyecto de investigación, orientación o publicación en los currículos vitae que constan en la Plataforma Lattes del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPQ), reconocemos los límites del procedimiento. Por ejemplo, esa autodeclaración no significa, necesariamente, que exista consenso entre los investigadores sobre lo que ellos hacen y sobre lo que es el pensamiento social, y es posible que algunos de ellos ni siquiera lo aceptaran como un rótulo adecuado para su propio trabajo.
Así, frente a la necesidad de incorporar las representaciones de los propios investigadores del área y, de ese modo, calificar los datos cuantitativos con evaluaciones cualitativas, utilizo también las respuestas de doce investigadores senior de diferentes instituciones y regiones del Brasil que fueron invitados para que dieran su visión personal en el "Simposio: cinco cuestiones sobre el pensamiento social brasileño" que integra el "Dossiê Pensamento Social Brasileiro" en la revista Lua Nova en 2011.8 Como veremos, en las respuestas se destacan dos cuestiones: la búsqueda de nuevos abordajes que integren "textos" y "contextos" en la investigación y la interdisciplinariedad del área. Entre otras, esas cuestiones constituyen desafíos cruciales para los investigadores del pensamiento social brasileño y, por eso, me concentraré en ellas en este comentario.

Pensamiento social en números

Para dar una idea de la magnitud del área, destaco en principio algunos resultados principales obtenidos en relevamientos en la Plataforma Lattes del CNPq y en la base de tesis de la Coordinación de Perfeccionamiento de Personal de Nivel Superior (CAPES).9 Primero, a la pregunta por "investigadores", aplicando como filtros de búsqueda en la Plataforma Lattes por currículos únicamente los investigadores que (i) tuvieran por lo menos una maestría y (ii) hubieran indicado "pensamiento social" en por lo menos tres ítems de su CV-Lattes, llegamos al sorprendente resultado de 938 investigadores distribuidos en el país.10
Segundo, la evolución del recorte temático "Pensamiento social" en la producción que consta en esta Plataforma puede ser resumida así: 2 ítems de producciones en 1974, 13 en 1986, 81 en 1997. A partir de allí el crecimiento es exponencial: en 2000, ya hay 211 ítems; en 2010 el número llega a más del doble, son 425 ítems; en 2013 hay 348 ítems de producciones.11
Tercero, la investigación en la base de tesis de la CAPES muestra que hay 259 tesis en cuyas palabras clave figura "Pensamiento social" y 67 en las que aparece "Historia intelectual". Como en general se permiten cinco palabras clave, puede ser que "Pensamiento social" aparezca junto con "Historia intelectual" y otras relacionadas, como "Historia de las ideas" (238 tesis), "Intelligentsia" (37 tesis), "Intelectuales brasileños" (93 tesis), "Trayectoria intelectual" (155 tesis), solo para dar algunos ejemplos.12
Así, la evolución en la producción bibliográfica ampliada, que incluye artículos en periódicos, libros autorales, libros compilados y capítulos de libros, además de tesis de maestría y de doctorado concluidas, que constan en la Plataforma Lattes, aplicando en la búsqueda los filtros de las palabras clave "pensamiento social", "intelectuales", "historia de las ideas" e "interpretaciones del Brasil", muestra los siguientes datos: en 1973 tenemos apenas 1 ítem; en 1983 son 6; en 1990 son 10 y en 1999 ya son 55 ítems; en 2005, más del doble: 124 ítems; en 2012, son 161 ítems bibliográficos. En total, son 1960 ítems de producción.
El mismo tipo de búsqueda se realizó en el Directorio de los Grupos de Investigación del CNPq y el resultado fue significativo: 20 grupos de investigación registrados relacionados de manera sustantiva con el área (se descartaron los grupos que no tenían relación directa con el área de investigación; por ejemplo, había grupos en filosofía antigua que empleaban el término "pensamiento social" en la descripción del proyecto).
La investigación de la Plataforma Lattes según temáticas, aplicando como filtros las palabras clave "pensamiento social", "intelectuales", "historia de las ideas" e "interpretaciones del Brasil", muestra que "pensamiento social brasileño" y sus variaciones "pensamiento social" y "pensamiento social en el Brasil" concentran 970 menciones en la plataforma Lattes, sin contar "Intelectuales", el ítem con mayor número de menciones absoluto (664 menciones), "Historia de las ideas" (107) y "Sociología brasileña" (45) también asociadas.
Es significativa la presencia de algunos de los llamados intérpretes del Brasil claramente destacados, como Gilberto Freyre (132 menciones), Florestan Fernandes (62) y Oliveira Vianna (49). Tomando como criterio de búsqueda los intérpretes que aparecen en el libro Um enigma chamado Brasil, que reúne los principales objetos de las comunicaciones presentadas en el GT Pensamiento social en el Brasil de la ANPOCS, tenemos las siguientes menciones principales: Gilberto Freyre (787 menciones), Florestan Fernandes (725), Oliveira Vianna (498), Sergio Buarque de Holanda (434) y Mário de Andrade (345).13
Por último, en la misma dirección se debe señalar la vitalidad del área de Pensamiento Social en los Grupos de Trabajos de asociaciones científicas, como la ANPOCS, cuyo GT Pensamiento social en el Brasil se reúne con regularidad desde 1981. En el último encuentro de la ANPOCS (su 38º encuentro anual), en octubre de 2014, funcionaron exactamente 5 GT cuyos objetos son sumamente intercambiables -como sugieren sus sumarios- respecto del pionero GT Pensamiento social en el Brasil: el GT02: Arte y cultura en las sociedades contemporáneas; el GT19: Intelectuales, cultura y democracia; el GT26: El pensamiento social latinoamericano: legado y desafíos contemporáneos; y el GT39: teoría política y pensamiento político brasileño -normatividad e historia. Esto por no hablar de los GT de Pensamiento social y político en el ámbito de las asociaciones profesionales, como en la Sociedad Brasileña de Sociología (SBS) y en la Asociación Brasileña de Ciencia Política (ABCP), además de congéneres en la Asociación Nacional de Historia (ANPUH), como el GT Nacional de Historia Cultural.
Los datos sugieren una efectiva expansión y consolidación del pensamiento social, un proceso acompañado no solo por el crecimiento cuantitativo del número de investigaciones, sino también por la diversificación de sus temáticas y de sus objetos. No disponemos, sin embargo, de herramientas más precisas para identificar y evaluar las principales perspectivas teórico-metodológicas empleadas, en los mismos términos que los demás datos aquí reunidos. Con ese propósito recurrimos ahora al "Simposio: cinco cuestiones sobre el pensamiento social brasileño" que coorganizamos en la revista Lua Nova en 2011.14

Textos y contextos

El "Simposio: cinco cuestiones sobre el pensamiento social brasileño" muestra la consolidación de un debate contemporáneo sobre el área de investigación, evidenciando nuevamente la pluralidad y la diversidad de abordajes y perspectivas teóricas y políticas que hoy existen en ella. Fueron invitados a prestar sus testimonios Angélica Madeira y Mariza Veloso (UNB), Elide Rugai Bastos (unicamp), Glaucia Villas Bôas (ufrj), Lucia Lippi Oliveira (CPDOC-FGV), Luiz Werneck Vianna (PUC-RJ), Maria Arminda do Nascimento Arruda (USP), Renan Freitas Pinto (UFAM), Ricardo Benzaquen de Araújo (PUC-RJ), Roberto Mota (UFPE), Rubem Barboza Filho (UFJF) y Sergio Miceli (USP). Las cuestiones propuestas van desde la actualidad del área de investigación del pensamiento social, sus objetos, problemáticas y abordajes teórico-metodológicos, sus conexiones con otras disciplinas, las obras más relevantes del área, su inserción en el grado y en el posgrado, hasta las posibilidades futuras y las cuestiones fundamentales para el desarrollo del área. Entre otras cuestiones planteadas en las respuestas al simposio, dos son cruciales para un relevamiento de las prácticas de investigación contemporáneas del pensamiento social: la dualidad entre abordajes "textualistas" y "contextualistas" de las investigaciones y algunos significados de la señalada interdisciplinariedad del área.
Veamos la primera cuestión. Aun cuando de modo general los investigadores reconozcan hasta qué punto el área de investigación se estructuró en el pasado en torno de la polaridad entre abordajes "textualistas" y "contextualistas", las percepciones sobre el presente y el futuro del área apuntan de modo inequívoco hacia abordajes que reconocen claramente el conflicto entre estos como un espacio productivo en la búsqueda de nuevos abordajes interrelacionados. Por cierto, persisten visiones más resistentes en ese plano. Sergio Miceli, por ejemplo, afirma:

A juzgar por el reciente encuentro carioca del grupo, sigue habiendo, en mi opinión, dos tendencias; por un lado, un abordaje contextualista, para el cual los textos u obras estarían como imantados, por otro, un enfoque en el linaje de la historia de las ideas, inclinado a hacer paráfrasis, aproximaciones postizas entre libros y autores, o bien a construir una perspectiva de interpretación un tanto "espiritualizada" (143).

Explicando lo que entiende por cada una de las posiciones, Miceli acentúa el contraste entre ellas:

El linaje contextualista busca construir una historia densa de mediaciones, desde orígenes sociales, pasando por la formación cultural, hasta los modos de inserción en la escena intelectual o artística; los adeptos a la historia de las ideas lidian con autores y libros, como si estuviesen dispuestos en un cuadro de honra/deshonra, extrayendo de esas confrontaciones linajes de pensamiento definidos en términos anacrónicos. En ambas direcciones se encuentran prodigios de erudición a veces prescindibles (143).

Ahora bien, como el lector del simposio podrá constatar, no es esa la posición predominante en la percepción de los investigadores entrevistados. Así, por ejemplo, Elide Rugai Bastos observa que reconoce

por lo menos tres grandes líneas, cada una con abordajes internos diversos: la contextualista, la textualista y la que, reconociendo la tensión existente entre los dos términos, propone un análisis que tome en consideración dicha tensión (140).

En la misma dirección, Ricardo Benzaquen sugiere que

la vieja oposición entre una perspectiva que privilegia el análisis interno de los textos y otra que busca explicarlos destacando el contexto -en sus múltiples dimensiones- comienza a convivir con posiciones que tratan de combinar esos dos puntos de vista y, por lo tanto, de matizar aquella oposición (142).

Maria Arminda do Nascimento Arruda, por su parte, observa, que desde el punto de vista teórico-metodológico,

hay una gran diversidad, lo que en principio es muy bueno. Sin embargo, teniendo en vista el carácter variado de los estudios, a menudo se confunde diversidad con falta de rigor, como se ve en la construcción de meros retratos de los personajes estudiados (142).

Poniendo también el acento en la diversidad existente en el área, Lucia Lippi observa que las

problemáticas que guían a los análisis llevan a indagar sobre trayectorias, sobre redes de sociabilidad, sobre los procesos de producción, divulgación y recepción de obras, sobre convergencias y divergencias en el campo intelectual (141).

Sobre la segunda cuestión señalada, se perfila claramente en las respuestas de los investigadores entrevistados al mismo tiempo el reconocimiento y la problematización de la interdisciplinariedad del área. Desde el punto de vista de las disciplinas en juego, se observa que, a pesar de cierta asociación del pensamiento social brasileño con la sociología de la cultura, la percepción mayoritaria entre los investigadores entrevistados la asocia con la teoría social. Maria Arminda do Nascimento Arruda, que no explicita en su respuesta esta asociación, acaba por atribuir el crecimiento de la sociología de la cultura en el Brasil en mayor medida a los trabajos en el área del pensamiento social, especialmente las "reflexiones sobre los intelectuales, sector de la especialidad actualmente central" (146).
Así, por ejemplo, Angélica Madeira y Mariza Veloso plantean que hay "una proximidad cada vez mayor con la teoría sociológica, clásica y contemporánea", así como "con las ciencias del lenguaje, con un patrimonio de conceptos que permiten operar sobre los textos, examinar las narrativas" (139). Las autoras acentúan, en lo que consideran como un "futuro promisorio" del pensamiento social brasileño, la existencia de "eslabones teóricos cada vez más firmes con la teoría sociológica" al mismo tiempo que afirman la "necesidad de mantener la apertura transdisciplinaria del campo" (155). También Luiz Werneck Vianna considera que, por "definición, el estudio de esa disciplina [pensamiento social] consiste siempre en un ejercicio de teoría social", y ve que "la utilización de las obras clásicas de ese campo desempeña un papel notoriamente privilegiado" (145). En la misma dirección, aunque acentuando aspectos de orden epistemológico, Rubem Barboza Filho sugiere que "se deberían intensificar las relaciones con otras áreas, en especial con la filosofía o la teoría política" (147). Sergio Miceli, por su parte, observa que al atraer a científicos sociales de

distintas disciplinas -historia, sociología, antropología, etc.-, las prácticas de investigación y de interpretación se vieron incitadas a dialogar con vertientes diversas de la teoría sociológica contemporánea, desde Weber, Gramsci, Durkheim, pasando por Raymond Williams, Pierre Bourdieu, Erving Goffman, hasta las monografías ineludibles de Ringer, Christophe Charle, Stefan Collini, entre otros (147-148).

Hay además otras consideraciones importantes concernientes a la cuestión de la interdisciplinariedad que ayudan a comprender las representaciones de los investigadores del área del pensamiento social brasileño. La primera de ellas es que el reconocimiento de la interdisciplinariedad no necesariamente excluye la percepción de la diversidad interna de las prácticas intelectuales comúnmente reunidas bajo la designación de "pensamiento social". Designación que en la opinión de Sergio Miceli, por ejemplo, figuraría como un "título histórico" que terminó siendo preservado, pero que tendría que ver más "con cierta práctica intelectual de interpretación del país en clave macro", y que no se correspondería, añade, con lo que hace la mayoría de los actuales profesionales del área, sino, más precisamente, "con alguna de las sociologías referidas a esos universos de práctica social: sociología de los intelectuales, historia social del arte, sociología de la literatura" (148).
Una segunda consideración importante es la relativa a la distinción entre el eventual interés que otras disciplinas humanas tendrían por sus "clásicos" y la investigación en el área del pensamiento social brasileño. Distinción muy bien formulada por Glaucia Villas Bôas, que llama la atención incluso hacia una eventual investigación sobre ciertos autores en trabajos de "especialistas en sociología urbana o sociología de la violencia, por ejemplo, que en un determinado momento desean escribir un artículo sobre Gilberto Freyre, Capistrano de Abreu o Roberto Cardoso de Oliveira, porque han hecho una lectura importante para su reflexión o investigación" (145). Según la autora, la distinción es importante para reconocer el pensamiento social como "un área de conocimiento con cuestiones y métodos propios" (145). Es claro que incluso en las ciencias sociales la valorización de la historia intelectual de las disciplinas tendría efectos distintos en su práctica contemporánea. Lucia Lippi sugiere, en esa dirección, que el área de investigación del pensamiento social estaría más cerca de la sociología y de la antropología, así como de la historia y de la geografía, entendidas como "humanidades", que, por ejemplo, "de la ciencia política y de la economía tal como se practican hoy en día, ya que dichas disciplinas han adoptado principios más formalistas, más basados en modelos que consideran al individuo como centro de decisiones racionales" (145).
Por último, están aquellos que entienden que la interdisciplinariedad que marca de modo constitutivo el área del pensamiento social brasileño precisa abrirse efectivamente a un diálogo heurístico con otras disciplinas, ampliando las referencias teóricas más allá de las ciencias sociales. Ricardo Benzaquen recuerda, en ese sentido, que el papel estructurador de las ciencias sociales en el área también está directamente relacionado con el Grupo de Trabajo creado en 1981 en la ANPOCS; es por ello, observa, que "el grupo se llama Pensamiento Social en el Brasil y no Pensamiento Social Brasileño" (147). Pero recuerda además que "el área también se ocupa, desde hace mucho tiempo, de trabajos provenientes de la literatura, de la crítica y de la tradición ensayística, para mencionar solo algunos pocos ejemplos". Para Benzaquen el desafío, ahora, "sea tal vez el de relacionarnos con estas otras disciplinas de manera más abierta, buscando un diálogo, un intercambio intelectual más amplio, matizado y complejo, que sea provechoso para todos los participantes" (147). Retoma esta cuestión al discutir su visión sobre el futuro del área (158).
Es cierto que las dos cuestiones destacadas en el "Simposio: cinco cuestiones sobre el pensamiento social brasileño" -la dualidad entre abordajes "textualistas" y "contextualistas" de las investigaciones y la necesidad de su superación, por un lado, y la interdisciplinariedad del área, por otro- están directamente relacionadas. A fin de cuentas, como ocurre en las ciencias sociales y humanas en general, también las investigaciones en el área del pensamiento social pueden asumir alguna imagen general de sociedad, a la que sus propios resultados pueden a su vez sumarle o restarle plausibilidad. Como observó Elide Rugai Bastos en el simposio: "Las diversas formas de definición del objeto son resultado de la adopción de diversos métodos, pues un método no está solo en el campo interpretativo, sino que entra en conflicto explícito o implícito con otros métodos; de otro modo, estaría proponiendo dogmas y no análisis" (140).

Posiciones en perspectiva

La consolidación del pensamiento social como área de investigación trajo aparejado no solo el crecimiento cuantitativo del número de investigaciones, tesis y publicaciones, sino también la diversificación de sus objetos, metodologías empleadas y teorías propuestas. Hoy, como vimos a partir los datos de la Biblioteca Virtual del Pensamiento Social y de las respuestas al "Simposio: cinco cuestiones sobre el pensamiento social brasileño", las investigaciones desarrolladas en el área comprenden tanto los temas clásicos de la formación de la sociedad brasileña, en sus diversas dimensiones -por ejemplo, modernización, modernidad y cambio social; construcción y transformación del Estado nación; cultura política y ciudadanía-, como diferentes tipos de productores y modos de producción cultural en un sentido amplio (no solo las ciencias sociales, sino también la literatura de ficción, las artes plásticas, la fotografía, el cine, el teatro) y la propia "cultura" como sistema de valores y formas de lenguaje, por no hablar del análisis de la rica tradición ensayística brasileña, una de las orientaciones centrales en las que el área se está desarrollando y renovando internamente, y también -es importante señalarlo- externamente, según la percepción de científicos sociales profesionales de otras áreas de investigación.15
Uno de los principales efectos de su consolidación como área de investigación parece ser hoy, precisamente, la ampliación y la pluralización de la propia noción de "pensamiento social". Y ello tal vez indique la relativa inexistencia de fronteras cognitivas más definidas en el área de investigación. Aun cuando muy a menudo la tendencia más inmediata sea la de asociar las dificultades para una definición clara de un área a su supuesta fragilidad, en verdad nada garantiza de antemano que las cosas ocurran de esa manera. Con frecuencia, lo opuesto también se verifica.16 Esto es, la aparente indefinición de fronteras de un subcampo de investigaciones puede indicar más bien su éxito al lograr generalizar o compartir algunos de sus presupuestos y problemas propios en un campo más vasto. Así, lo que parece ser fragilidad desde otras perspectivas puede parecer fuerza.17 Lo que es en particular estimulante en el caso del pensamiento social brasileño es que las limitaciones de ese tipo no parecen estar comprometiendo la vitalidad y el rigor de los proyectos intelectuales que están consolidando y renovando su tradición de investigación, incluidas sus relaciones con otras especialidades en el campo de las ciencias sociales, que en general son vistas como positivas.18
La vieja dualidad texto o contexto que había organizado el pensamiento social brasileño como área de investigación ya no tiene cabida entre los investigadores. Es lo que muestran las representaciones de los investigadores consultados en el Simposio, como también los sumarios de los principales Grupos de Investigación registrados en el Directorio del CNPq y los sumarios de los Grupos de Trabajo de las principales asociaciones científicas, según el modelo de la ANPOCS, la SBS y la ABCP. No se trata, naturalmente, de considerar que esta dualidad simplemente haya desaparecido, o mucho menos que deba desaparecer, pero el elemento nuevo es que se ha comprobado que no es ni tan fuerte ni suficiente como para organizar el área de investigación como ocurrió en el pasado. Por cierto, los desarrollos contemporáneos son deudores de las contribuciones anteriores, que venían modelando el área en términos de producción de conocimiento, debates y controversias, pero también del reconocimiento de sus límites, cognitivos y políticos. Procedimientos disyuntivos que privilegiaban o bien el análisis de textos o la reconstrucción de contextos como estrategias explicativas dominantes han cedido espacio para la identificación y la calificación de las tensiones existentes entre aquellos términos, en la medida en que estas tensiones pasan a ser consideradas como constitutivas de la propia materia social que el análisis debe ordenar.
Son nuevos los desafíos surgidos a partir de ese dislocamiento de la agenda de investigación contemporánea hacia visiones, si no sintéticas, al menos más integradas del pensamiento social brasileño. Para hacer frente a ellos son fundamentales nuevas relaciones interdisciplinarias, como también fue señalado en algunos círculos académicos dirigentes del área en el simposio. Pienso que, en especial, la historia intelectual nos puede ayudar a resituar el problema de la historicidad de la vida social para las ciencias sociales mediante un análisis fino que trate de esclarecer las conexiones de sentido que el proceso histórico-social genera entre categorías y relaciones sociales. Más aun cuando en la sociología, por ejemplo, teoría y método son adoptados como modelos estructurales o sistémicos, como si fuese posible trasponerlos o aplicarlos a realidades particulares sin una adecuación histórica y sin los consecuentes dislocamientos de sentidos de las categorías analíticas. Por otro lado, el contacto con el área de investigación del pensamiento social brasileño podrá colaborar con la historiografía intelectual en la discusión sobre los efectos sociales y políticos de las ideas, y sobre las relaciones reflexivas entre ideas y sociedad. Así, como una alternativa a la visión más historicista de que las identidades de las ideas y de los intelectuales se encierran en sus contextos propios, será posible percibirlas y tratarlas como espacios sociales de comunicación reflexiva entre diferentes momentos de la sociedad, entre su pasado, su presente y su futuro.19
La investigación en el campo del pensamiento social brasileño replantea, de ese modo, cuestiones cruciales pero amplias para las ciencias sociales y humanas contemporáneas. Y aun cuando no se trate de concordar con la idea de que la cultura opera como una "variable independiente" en la conformación de acciones e instituciones sociales, como sugiere Jeffrey Alexander, tal vez estemos en verdad frente al desafío de formular un "programa fuerte", para tomar prestada su formulación, también para el pensamiento social brasileño.20 El primer paso para enfrentar ese desafío consistiría, entonces, en deshacernos de principios formales previamente definidos en términos de "textos" o "contextos", para que las múltiples conexiones de sentido entre ideas, intelectuales y sociedades puedan, finalmente, pasar a ser un problema efectivo de investigación. Así, se abre al pensamiento social un campo más vasto, y también más imprevisible, como, en rigor, debe ser un campo de conocimiento.21

Notas

* Agradezco a los colegas del Centro de Historia Intelectual de la Universidad Nacional de Quilmes y a su director, Adrián Gorelik. En la jornada conmemorativa de los 20 años de ese Centro se presentó y discutió una primera versión de este trabajo. Agradezco también a Antônio Brasil Jr., Elide Rugai Bastos, Lília Moritz Schwarcz y Nísia Trindade Lima por el diálogo en torno de las cuestiones presentadas en el texto; cabe además un agradecimiento especial a Antônio por su colaboración en la recolección de los datos de la Biblioteca Virtual del Pensamiento Social (BVPS). Traducción al castellano: Ada Solari.

1 Véase Elide Rugai Bastos, "Pensamento social da Escola Sociológica Paulista", en Sergio Miceli (org.), O que ler na ciência social brasileira (1970-1995), 2ª ed., San Pablo, Editora Sumaré/anpocs; Brasilia, DF, CAPES, 1999;         [ Links ] Elide Rugai Bastos y André Botelho, "Horizontes das Ciências Sociais: Pensamento social brasileiro", en Carlos Benedito Martins y Heloisa Helena T. de Souza Martins (orgs.), Horizontes das ciências sociais no Brasil, 1ª ed., San Pablo, ANPOCS, 2010, vol. 1.

2 Lucia Lippi Oliveira, "Interpretações sobre o Brasil", en Miceli, O que ler, op. cit., p. 155.         [ Links ]

3 Sergio Miceli, "Intelectuais brasileiros", en Miceli, O que ler, op. cit., pp. 109-110.         [ Links ]

4 Cf. Heloisa Pontes, "Círculo de intelectuais e experiência social", Revista Brasileira de Ciências Sociais, vol. 12, no. 34, San Pablo, ANPOCS, 1997.         [ Links ]

5 Véase al respecto Bastos y Botelho, Horizontesdas Ciências Sociais., op. cit.         [ Links ]

6 Elide Rugai Bastos y André Botelho, "Para uma sociologia dos intelectuais", Dados, Río de Janeiro, vol. 53, 2010.         [ Links ]

7 La BVPS tuvo origen en 2013 y está en su fase final de implantación; está coordinada por Nísia Trindade Lima (Fiocruz) y constituye una iniciativa de cooperación entre investigadores e instituciones académicas con el objetivo de fortalecer y divulgar esta área de investigación. Su modelo de cooperación busca maximizar el intercambio de informaciones, experiencias y conocimientos de manera de promover y sostener redes de investigaciones. La BVPS intenta, así, ser un instrumento dinámico con actuación en tres campos básicos interrelacionados: 1) producción de conocimiento, 2) memoria de las tradiciones intelectuales y de la ciencia, 3) contribuciones didáctico-pedagógicas y divulgación científica.

8 Lilia Moritz Schwarz y André Botelho, "Dossiê Pensamento Social Brasileiro", Lua Nova. Revista de Cultura Política, nº 82, San Pablo, CEDEC, 2011.         [ Links ]

9 El CNPq es la agencia federal de fomento a la investigación relacionada con el Ministerio de Ciencia y Tecnología del Brasil. La CAPES es el órgano del Ministerio de Educación del Brasil que coordina las acciones relativas al posgrado en el país y tiene a su cargo el sistema nacional único de fomento y evaluación del posgrado.

10  Campos en que el término "pensamiento social" fue investigado en los CV-Lattes de los investigadores: Producción intelectual (en general), Palabras clave de la formación académica/título obtenido, Área del conocimiento de la formación académica/título obtenido, Naturaleza de la actividad profesional, Título de las líneas de investigación del quehacer profesional, Palabras clave de las líneas de investigación del quehacer profesional, Áreas de trabajo, Nombre de los proyectos, Descripción de los proyectos, Título de la orientación concluida/ en curso, Palabras clave de la orientación concluida/en curso.

11  Los datos aquí expuestos fueron extraídos a partir de la base CV-Lattes del cnpq entre noviembre de 2014 y marzo de 2015.

12  Buscando a partir de 15 palabras clave significativas para el área de pensamiento social, encontramos en la base de tesis de la capes 799 tesis de maestría y doctorado, universo que constituye la base operacional de la Biblioteca Virtual del Pensamiento Social. Estos datos son de marzo de 2013. Lamentablemente, la base capes cambió la metodología de investigación en 2014, por lo que en su mecanismo de búsqueda solo están disponibles producciones a partir de 2010. Si buscáramos en este momento (marzo de 2015) la frase exacta "pensamiento social", encontraremos el significativo número de 178 tesis de maestría o doctorado desde 2010 hasta el comienzo de este año.

13 André Botelho y Lilia Moritz Schwarcz, Um enigma chamado Brasil, San Pablo, Companhia das Letras, 2009.         [ Links ]

14 Schwarz y Botelho, "Dossiê.", op. cit. De aquí en más, para todas las citas de este dossier se indicará entre paréntesis el número de página sin reiterar la referencia bibliográfica.

15  Cf. Gildo Marçal Brandão, Linhagens do pensamento político brasileiro, San Pablo, Editora HUCITEC, 2007, p. 24.         [ Links ]

16  Cf. André Botelho y Maurício Hoelz, "Sociologias da literatura: do reflexo à reflexividade", mimeo, 2015.         [ Links ]

17  Como señaló Carmen Felgueiras ("O pensamento social como patrimônio", 2º Seminario de Pensamiento Social en Instituciones de Río de Janeiro, IFCS/UFRJ, 2013,         [ Links ] mímeo) en su comentario sobre el "Dossiê Pensamento Social no Brasil": "Desde el punto de vista digamos 'teórico-metodológico', el área de pensamiento social en el Brasil se reconoce por la amplitud del campo inter- y multidisciplinario. Es posible, inclusive, que en este aspecto relativo a la constitución del pensamiento social en el Brasil esto haya funcionado como un facilitador de su consolidación institucional, pues la institucionalización en curso en los últimos treinta años parece haberse beneficiado de esa falta de forma, mientras que el tratamiento conjunto de una variedad de temáticas sobre diferentes autores e intérpretes se convertía en una fuerza centrípeta, aglutinadora de ideas desarrolladas en diversas instituciones y a partir de disciplinas diversas, haciendo por lo tanto que la búsqueda de forma o identidad teórico-metodológica se volviera algo paradójica".

18 Cf. Maria Arminda Arruda, "Pensamento brasileiro e sociologia da cultura: questões de interpretação", Tempo Social. Revista de Sociologia da USP, vol. 16, nº 1, pp. 107-118, San Pablo, 2004;         [ Links ] y João Marcelo E. Maia, "Pensamento brasileiro e teoria social: notas para uma agenda de pesquisa", Revista Brasileira de Ciências Sociais, San Pablo, ANPOCS, vol. 24, 2009.

19 André Botelho, "Pasado futuro de los ensayos de interpretación del Brasil", Prismas, nº 13, 2009        [ Links ]

20 Jeffrey Alexander, Sociología cultural. Formas de clasificación en las sociedades complejas, Barcelona, Anthropos, 2000, p. 39.         [ Links ] Aun cuando proponga superar la dicotomía interno/externo, en su programa fuerte para la sociología de la cultura Alexander acaba privilegiando la "textualidad de las instituciones y la naturaleza discursiva de la acción social" (ibid., p. 34).

21 Tras ese primer paso, se abren muchos caminos. Por mi parte, vengo planteando con insistencia en diferentes trabajos que las conexiones de sentido entre ideas, intelectuales y sociedades deben ser tratadas como reflexivas. La exposición de mi postura, naturalmente, va más allá de los propósitos de este trabajo.

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