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Relaciones

versão impressa ISSN 0325-2221versão On-line ISSN 1852-1479

Relaciones vol.46 no.2 Buenos Aires dez. 2021

 

Artículos

ESCALAS, ESPACIO Y PATRONES DEL REGISTRO ARQUEOLOGICO DE LAS QUEBRADAS MATANCILLAS Y NACIMIENTO, SAN ANTONIO DELOS COBRES (PUNA DE SALTA, ARGENTINA)

SCALES, SPACE AND PATTERNS OF THE ARCHAEOLOGICAL RECORD OF THE MATANCILLAS AND NACIMIENTO GORGES, SAN ANTONIO DE LOS COBRES (PUNA OF SALTA, ARGENTINA)

Hernán Juan Muscio1 

Silvina Seguí2 

María Varde3 

Federico Ignacio Coloca4 

Lucía Rucci5 

Sonia Araya1 

1Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Arqueología, Facultad Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: hjmuscio@uba.ar

2Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Arqueología, Facultad Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: silvisegui@gmail.com

3Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Arqueología, Facultad Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: mar_vd@yahoo.com

4Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Arqueología, Facultad Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: fedeigco@hotmail.com

5Instituto de Arqueología, Facultad Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail:lucia. rucci@hotmail.com

RESUMEN

Este trabajo discute patrones arqueológicos de las localidades de Nacimiento y Matancillas, Puna de Salta (Argentina), empleando unidades de análisis espacial de inclusividad decrecientey evidencia arquitectónica, zooarqueológica, cerámica y lítica. Mientras Nacimiento documentaun proceso de construcción de hábitats que formó extensos palimpsestos de distribuciones arte-factuales, en Matancillas este proceso resultó en palimpsestos arquitectónicos menos extensosy con mayor agregación de sitios. Esto sugiere el predominio de estrategias de uso del espacioextensivo y temporario en Nacimiento desde finales del Holoceno temprano y mayor residencia-lidad y uso intensivo del espacio en Matancillas, resultante de condicionantes ecológicos parala ocupación humana de largo plazo, particularmente la desigual oferta hídrica, diferencias dealtitud y la desigual distribución de los recursos de caza. Finalmente, se muestra cómo el registroarqueológico, abordado mediante distintas unidades espaciales, puede informar diferencias en lasadaptaciones pasadas producto de condicionantes ecológicos a largo plazo de diferentes escalas.

Palabras clave: escalas espaciales; paisajes arqueológicos; arqueología de la puna argentina; adaptación humana; movilidad

ABSTRACT

This work discusses the archaeological patterns ofthe Nacimiento and Matancillas localities -Puna of Salta (Argentina)- by using decreasing inclusivity spatialanalysis units andarchitectural,zooarchaeological, ceramic and lithic evidence. Whereas Nacimiento displays a dwelling buildingprocess that shaped extensive palimpsests of artifact distributions, in Matancillas this process isobserved with less extensive architectural palimpsests and more site aggregation. This suggeststhe prevalence of extensive and logistical use of space strategies in Nacimiento since the lateearly Holocene, and a higher residentiality and more intensive use of space in Matancillas, dueto ecological factors that conditioned long-term human occupation, particularly the altitudedifferences and the unevenpresence of water and hunting game distribution. Finally, we show howthe archaeological record, approached through different spatial units, can report on differencesin past adaptations as a result of long-term ecological conditions at different scales.

Keywords: spatial scales; archaeological landscapes; archaeology of the puna; human adaptation; mobility

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

La dimensión espacial del registro arqueológico puede ser abordada desde una perspectiva ecológica evolutiva (Foley 1981a). Esto posibilita considerar las propiedades de un espacio endistintas escalas para las adaptaciones humanas pasadas y su registro material, que constituye unadistribución más o menos continua de artefactos y otros desechos de actividad humana (Foley1981a; Dunnell 1992). En estos términos, podemos acceder a los patrones de este registro en elmarco de lo que se ha llamado la estructura arqueológica regional (sensu Foley 1981b) que incluyeprocesos y patrones tafonómicos a esa escala (Borrero 1988). Desde una perspectiva ecológicaevolutiva, el espacio es una dimensión del entorno de adaptación y evolución de los individuos enpoblaciones (Foley 1981a). Es decir, que es esperable que los humanos, dependiendo del modo enque se insertan en una cadena trófica, construyan y utilicen su hábitat en una variedad de escalasespaciales. En consecuencia, diferentes procesos de adaptación pueden observarse desde distintasescalas espaciales (Kelly 1988; Ebert 1992; Binford 2001).

Considerando los rangos de acción humanos, la movilidad es una respuesta adaptativa en distintas escalas a la distribución de recursos en un espacio y a las estrategias de obtención deesos recursos (Borrero y Barberena 2006). En estos términos, las estrategias de movilidad y usodel espacio son los principales factores condicionantes de la distribución espacial del registroarqueológico en escalas amplias. Por otra parte, a escalas espaciales menores pueden existir otroscondicionantes para la formación del registro, que impliquen otras conductas y otros agentes deformación más allá de lo antrópico, como la presencia de agua, la naturaleza de los suelos, laexistencia de especies perturbadoras del registro, etc. (Binford 1981).

En este trabajo se presentan de forma comparativa los paisajes arqueológicos correspondientes a las quebradas Matancillas y Nacimiento, localizadas en la Puna de la provincia de Salta, Argentina. Se apunta a generar inferencias acerca de distintas estrategias de movilidad y uso delespacio en dichos paisajes, en historias arqueológicas de largo plazo, y en función de sus diferenciasecológicas más contrastantes. Considerando que la posibilidad de detección de patrones espacialesen arqueología depende de las unidades observacionales utilizadas (Ebert 1992), aquí se presentanlas propiedades del registro arqueológico en distintas escalas espaciales, explicitando las unidades de observación y la información que ellas proporcionan con relación al objetivo del trabajo.

PAISAJES DE MATANCILLAS Y NACIMIENTO

Siguiendo a Delcourt y Delcourt (1988), los cambios en la heterogeneidad de un paisaje ocurren en la macroescala. En esta escala tienen lugar muchas respuestas bióticas, incluyendo ladispersión, la adaptación y la migración. Estos espacios de macroescala abarcan dimensiones quevan desde 104 km2 a 106 km2 e implican regiones fisiográficas completas (Delcourt y Delcourt1988:27; Huggett 1995:14). Por otra parte, desde una perspectiva ecológica, el paisaje se definecomo una superficie terrestre y sus hábitats asociados vistos en escalas medias o mesoescalas,de 10 km2 a 104 km2. Es decir, un paisaje es un área espacialmente heterogénea con un mosaicoambiental (Huggett 1995).

En nuestro caso, la unidad de referencia de macroescala es la Puna argentina. Este espacio constituye un desierto de altura con una altitud por encima de los 3.400 m s.n.m. (Bianchi et al.2005). En esta escala, los recursos hídricos se organizan en cuencas endorreicas. En la Puna intermedia, el espacio en torno a los 24° de latitud sur, que corresponde mayormente a la Puna deSalta, se localizan las quebradas de Matancillas y Nacimiento. Ambas se articulan con el sistemahídrico dominante de la cuenca de Salinas Grandes Guayatayoc y el valle de San Antonio delos Cobres (Paoli 2002). Esta cuenca presenta una forma elongada y se desarrolla en direcciónnorte-sur, tiene su amplitud máxima (de 80 km) en las cercanías del poblado de San Antonio delos Cobres. El río San Antonio de los Cobres capta las nacientes hídricas de toda la cuenca y seextiende hasta la localidad homónima. El área presenta una serie de ríos y arroyos que, desdelas serranías, confluyen hacia la cuenca principal. Los cursos de agua más caudalosos tienen unrégimen de escurrimiento permanente, esto se debe a que una fracción de las precipitaciones enlas nacientes es de origen nival (Paoli 2002). Junto con este aporte, las precipitaciones ayudan amantener la humedad en los terrenos adyacentes a los cursos más o menos fluctuantes de agua ypermiten el desarrollo de una cobertura vegetal generalmente herbácea (Paoli 2002). Esta geografíapresenta una heterogeneidad dada principalmente por la altitud, la disponibilidad de agua y latopografía. Así, en nuestro caso de estudio distinguimos los paisajes sectoriales correspondientesa las quebradas de Matancillas y de Nacimiento, que son las unidades espaciales de estudio enla mesoescala (figura 1).

El paisaje de Matancillas se localiza 40 km al norte de San Antonio de los Cobres, en el sector noroeste del área de estudio que abarca la llamada sierra de Cobres. Esta cordillera consisteen una serie de cordones montañosos que limitan al oeste del valle de San Antonio de los Cobres.Se trata de una geografía que ofrece una serie de quebradas templadas a una altitud promedio3.700 m s.n.m. La Quebrada de Matancillas presenta una estructura geológica marcadamente enV, perteneciente a la Formación Puncoviscana, constituida principalmente por pelitas y areniscas, y el Grupo Mezón, con cuarcitas, conglomerados, areniscas y pelitas. La geoforma dominante es el cerro Blanco. Por otra parte, el fondo de quebrada está formado por depósitos de abanicosaluviales, gravas, arenas y limos. La presencia de estos sedimentos limosos permite el desarrollode la agricultura actual aprovechando las aguas del arroyo Matancillas. Desde un punto de vistafitogeográfico este paisaje corresponde a la vegetación de Puna (Cabrera 1976). Hacia las partesaltas de la quebrada, Matancillas ofrece recursos de alta calidad como pasturas naturales, quepudieron ser utilizados por poblaciones de camélidos silvestres y rebaños de llamas.

Bolivia

Referencias

? Sfl Qda. Matancillas

? H Qda. Nacimiento

I A Fuente de obsidiana

Chile

1. Paneles arte rupestre

2. Matancillas 4

3. Matancillas 3

4. Matancillas 5

5. Matancillas Iglesias

6. Matancillas concentración 1

7. Matancillas 1

8. Matancillas 2

9. Paneles arte rupestre 2

10. Matancillas concentración 2

11. Matancillas 7

12. Matancillas 6

1. Serie Cuevas Nacimiento

2. Nacimiento concentración 1

3. Nacimiento concentración 2

4. Nacimiento concentración 3

5. Vega Chocobar 1

6. Vega Chocobar 2

7. Alero Vega Chocobar

8. Vizcacha Cruz

9. Nacimiento concentración 4

10. Cantera Tina

Figura 1: (a) Mapa de la región con la ubicación de las quebradas de Matancillas y Nacimiento (provincia de Salta, Argentina) y las fuentes de materias primas mencionadas en el texto(1: Zapaleri, 2: Tocomar, 3: Quirón, 4: Tina, 5: Archibarca, 6: Ona). S.A.C. = San Antonio de losCobres; (b) acercamiento de la región con la ubicación de la quebrada de Matancillas (en rojo) y laquebrada de Nacimiento (en amarillo) en relación con la localidad de San Antonio de los Cobres(S.A.C.); (c) quebrada de Matancillas con los sitios mencionados en el texto y el área poligonal;(d) quebrada de Nacimiento con los sitios mencionados en el texto y el área poligonal. 

El paisaje de Nacimiento está compuesto por la quebrada de Nacimiento que integra una serie de quebradas de gran altitud, ubicada alrededor de 18 km al sudoeste de San Antonio de losCobres. La altitud de la quebrada tiene un promedio por encima de 4.200 m s.n.m. Actualmente,carece de cursos de agua permanentes, pero presenta algunos cursos estrechos de régimen estacional, acotados a la temporada húmeda, cuyas nacientes se localizan por encima de los 4.5005.000 m s.n.m.

La estructura geomorfológica de la quebrada de Nacimiento presenta un fondo aluvial estrecho de origen cuaternario y en forma de U, trabajado por el curso de agua estacional deaproximadamente 2,4 km de extensión, y encajonado entre los macizos montañosos en direcciónnorte-sur, pertenecientes mayormente al complejo eruptivo Oire (Blasco et al. 1996). Desde lofitogeográfico, el paisaje de la quebrada, es predominantemente de vegetación estepa altoandina(sensu Cabrera 1976). En este paisaje hay dos vegas principales que presentan cubierta vegetalde gramíneas perennes con formación de suelos y paleosuelos.

En el sector intermedio de la quebrada, se localizan una serie de tres cuevas: Nacimiento 1, 2 y 3 (figura 1). En la porción de mayor altitud de la quebrada hay roquedales y aleros, juntoa vegas y pastizales de altura, algunos de los cuales presentan modificaciones antrópicas delimitando espacios de uso. Estos sectores se encuentran a una altitud mayor a los 4.500 m s.n.m., yhacia el extremo sur de nuestro espacio de estudio se localiza la cantera de perlita llamada Tina(Mercuri y Mauri 2011).

MATERIALES Y MÉTODOS

La comparación entre los patrones de distribución arqueológica de ambos paisajes se hizo mediante trabajos de prospección, sondeos y excavación de contextos particulares. Para ello seutilizaron unidades observacionales arqueológicas con escala de inclusividad decreciente siguiendola jerarquía de escalas de Huggett (1995). En la escala más amplia de muestreo, se consideró laestructura arqueológica areal (sensu Muscio y López 2007) que se define como una distribuciónmás o menos continua de evidencia arqueológica en la mesoescala. En este trabajo se establecierondos estructuras arqueológicas areales: por un lado, la correspondiente a la porción superior dela cuenca de San Antonio de los Cobres, que comprende los espacios de mayor altura y, por otrolado, la porción inferior de esta cuenca, de menor altura. En una escala menos inclusiva, segmentamos estas unidades en otras más pequeñas, también de mesoescala, denominadas paisajesarqueológicos sectoriales. Éstos se definen dentro de las estructuras arqueológicas areales entérminos ecológicos y físicos, y consisten en distribuciones de baja y alta densidad de artefactosen el espacio. De acuerdo con la caracterización ecológica realizada en las secciones anteriores,las quebradas de Matancillas y Nacimiento son consideradas como dos paisajes arqueológicossectoriales diferentes. En todas estas unidades de mesoescala pueden estar presentes los llamadosespacios vacíos (sensu Borrero 2013). Por último, la unidad arqueológica menos inclusiva utilizada para el análisis es el sitio, definido como un locus de alta densidad de artefactos, en capa oen superficie (Dunnell y Dancey 1983), en espacios de microescala (< 10 km2). Resaltamos laimportancia de una estructura jerárquica para las unidades observacionales, ya que la informaciónque puede obtenerse mediante el empleo de unidades empíricas de un determinado nivel no essimétrica con respecto a la de otros niveles de análisis (Borrero 2013).

En el abordaje de los paisajes arqueológicos, la metodología de trabajo consistió en las prospecciones sistemáticas no aleatorias y no estratificadas en ambientes específicos del paisaje(fondo de quebradas, faldeos y refugios rocosos), mediante caminatas donde cada operadorcubrió visualmente 2 m a cada uno de sus lados (Bintliff y Snodgrass 1988). Así, se relevaronsitios y se levantaron de la superficie, principalmente, materiales temporalmente diagnósticos yotros para la identificación de las materias primas representadas. A partir de esto, se construyeron áreas poligonales según la distribución de sitios, utilizando Google Earth Engine (GoogleEarth Engine V 6.2.2.6613. Salta, Argentina. Coordenadas: S24°02'55" O66°05'47", cámaraa 117 km de altura, https://ww.earth.google.com/). Estas áreas fueron delimitadas a partir delperímetro máximo de la distribución de los sitios, donde cada lado de los polígonos viene dadopor la distancia geodésica entre los sitios que son límites y que constituyen los vértices. Paracada sitio se asignó una posición mediante un único punto definido por sus coordenadas geográficas. Además, se obtuvo el área de cada polígono informada por la aplicación Google EarthEngine. Por otra parte, hacia el interior de cada polígono se calcularon las distancias geodésicasentre todos los pares de sitios, con el objetivo de documentar patrones distribucionales en estaescala. Asimismo, se calculó la frecuencia de sitios en cada polígono y la densidad, expresadaen sitios por km2 (s/km2). Operativamente, los agregados de estructuras arquitectónicas fueronconsiderados como un único sitio cuando no se dispuso de información arqueológica suficientepara diferenciar unidades menores.

De esta manera, se realizó un relevamiento y mapeo de la evidencia arquitectónica para cada paisaje, registrando cuando fuera posible el tipo constructivo (e.g. recintos, muros, etc.).Este procedimiento permitió reconocer distintos sitios, como también la distribución constructivay los tipos de instalación (sensu Madrazo y Ottonello 1966; Nastri 1997-98), asociados con lasocupaciones en los diferentes tramos de la quebrada. Posteriormente, se realizó un análisis de laarquitectura de cada sitio, evaluando las características constructivas de las estructuras registradas.En esta instancia, principalmente se apuntó a documentar la morfología de las plantas y las técnicas empleadas (Magadan 1988). Este conjunto de información se registró buscando determinarla existencia de patrones arquitectónicos que puedan asociarse con diferentes ocupaciones y/ousos dentro de las quebradas.

En la escala de sitio, se analizaron patrones en los conjuntos zooarqueológicos, cerámicos y líticos de distintas unidades de excavación y contextos de superficie. La metodología zooarqueo-lógica consistió en la identificación anatómica y taxonómica. Con este fin, se utilizaron muestrascomparativas procedentes del Instituto de Arqueología (Facultad de Filosofía y Letras-Universidadde Buenos Aires) como material de referencia. Además, se registraron las siguientes variables:proporción, fracción, lateralidad, apariencia, estado de fusión, marcas antrópicas y no antrópicas,termoalteración y meteorización (Behrensmeyer 1978; Binford 1981; Lyman 1994; Marean 1995;Mengoni Goñalons 1999, 2010; De Nigris 2001; Kaufmann 2009). Posteriormente, se elaborarondistintas medidas de cuantificación para profundizar los patrones de cada conjunto (Elkin et al.1991). Por otra parte, el análisis del registro cerámico buscó documentar la variabilidad en la escaladel sitio entre distintos conjuntos excavados y en relación con diferentes contextos de descartey acumulación. Metodológicamente, se utilizó al tiesto como unidad de observación y cuantifi-cación (Orton y Hughes 2013). Además, se efectuó una clasificación basada en la ocurrencia detécnicas de acabado de superficie, la coloración y la decoración de los tiestos (Muscio 2004), loque permitió calcular la riqueza de clases de cada conjunto (sensu Leonard y Jones 1989). Parala clasificación de los diseños decorativos se siguió la propuesta de Muscio (2004) y Dougherty(1974). En cuanto a las variables dimensionales, se realizó la medición del módulo de tamaños(Mt) y del espesor promedio (Ep). El primero es el producto entre el largo máximo y el anchomáximo de cada tiesto. El segundo viene del promedio de las mediciones del espesor con calibreelectrónico en tres puntos distintos de cada espécimen.

En el caso del análisis de los materiales líticos, con el fin de determinar la variedad presente en cada conjunto, se realizó una clasificación macroscópica de las rocas a partir de informaciónproveniente de estudios petrográficos, así como de la bibliografía regional publicada (Muscio2004; Mercuri 2011a, 2011b; Varde et al. 2017). Las variedades de obsidiana fueron identificadasde acuerdo a las características visibles a ojo desnudo por comparación con muestras analizadaspreviamente en investigaciones de sitios de la región, incluido Cueva Nacimiento I (Muscio2004; Mercuri 2011b; López 2020; Varde 2020). Se consideraron locales las rocas cuyas fuentesse hallen dentro del rango de área o ambiente local sensu Muscio (1999), es decir, entre 10 y 300km2. También se realizó un análisis tecno-morfológico utilizando los criterios de Aschero (1975,1983) y Aschero y Hocsman (2004). De esta manera, se discriminaron desechos de talla, núcleos,y artefactos de filos retocados. En la clase desechos de talla se consideró el módulo dimensional.En el análisis de los núcleos se tuvo en cuenta la frecuencia de negativos de lascado, la cantidadde plataformas de percusión y el estado de agotamiento. En los artefactos retocados se observó lasecuencia, el tamaño de la boca, extensión y profundidad de los retoques, para evaluar la inversiónde trabajo en su formatización (Escola 2004). Por otro lado, se realizó una clasificación de losartefactos retocados según sus características morfológico-funcionales macroscópicas. En el casodel estudio de materiales de superficie, se documentó la presencia de algunas clases de artefactoslíticos tempo-sensitivos con el fin de asignar una temporalidad hipotética a las distribucionesarqueológicas superficiales.

RESULTADOS

Patrones a escala de los paisajes

El análisis comparativo de la frecuencia y espaciamiento de sitios de Matancillas y Nacimiento permitió constatar dos situaciones marcadamente distintas en términos de densidad y distribución(figura 2). En Matancillas, la frecuencia de sitios es 12, la densidad es de 0,9 sitios por km2 para unárea poligonal de 1,62 km2. Sobre este total, cuatro sitios son agregados de estructuras arquitectónicas, Matancillas 1, 2, 6 y 7 (figura 1). Tres corresponden a sitios con arte rupestre (MatancillasIglesias, Paneles de Arte Rupestre 1 y 2). Otros tres a estructuras arquitectónicas productivas,Matancillas 3 (correspondiente a un corral arqueológico), Matancillas 4 y 5 (correspondientes acanchones de cultivo arqueológicos). Finalmente, los dos últimos sitios son concentraciones deartefactos (Matancillas concentración 1 y 2). En contraste, en Nacimiento la frecuencia de sitios esde 10, con una densidad de 0,78 s/km2 para un área de polígono de 12,9 km2. De estos sitios solotres presentan arreglos arquitectónicos en forma de pequeños muros aprovechando afloramientosrocosos naturales y el resto son concentraciones de artefactos en superficie. Estas diferencias seexplican por la distancia promedio entre sitios de cada paisaje, que en Nacimiento es de 4,36 kmy en Matancillas es de 1,51 km. Esto indica que en Nacimiento existen grandes espacios vacíosde registro arqueológico localizados en ambientes por encima de los 4.500 m s.n.m. y que abarcangrandes geoformas montañosas, con valores máximos de distancia entre sitios de 11,12 km y conuna estructura irregular. En el caso de Matancillas, la distancia entre sitios se limita a un pocomás de 6 km, con una estructura más regular en el espaciamiento entre sitios. Aquí el patrón dedistribución de distancias parece seguir la distribución más uniforme del recurso hídrico, que sepresenta con continuidad a lo largo de la quebrada. En Nacimiento, los sitios más próximos entresí son los localizados en el fondo de la quebrada y en las vegas. Estos sitios se diferencian deaquellos más dispersos, ubicados en espacios más altos y junto a fuentes de agua más localizadas.

Además, mientras que el registro arqueológico con estructuras arquitectónicas en Matancillas representa el 58,33% de la muestra, en Nacimiento los sitios con estructuras arquitectónicascorresponden al 30%, presentándose como estructuras aisladas y relacionadas con actividadesganaderas localizadas. Esto se detalla a continuación.

Figura 2: (a) Distancias geodésicas medias (km) entre los sitios en Matancillas y Nacimiento; (b) distribución de las distancias intersitios de los sitios en Matancillas y Nacimiento. 

A nivel de la mesoescala, en el sector de Matancillas se registraron distintas construcciones arquitectónicas distribuidas a lo largo de la quebrada. Estas estructuras presentan diversidad tantoen las características constructivas como en su distribución y concentración. Sobre la base dedicha evidencia se reconocieron distintos subsectores con patrones arquitectónicos particularesque podrían vincularse con usos específicos del paisaje. De esta manera, el subsector inferior de laquebrada presenta una diversidad de muros que han sido asociados con canchones arqueológicos(Muscio 2004). Este tipo de construcción, vinculado a canchones aterrazados de cultivo y canalespara riego, también fue registrado en el subsector medio, principalmente en el fondo de quebrada.Asimismo, en este subsector se destacan dos concentraciones de estructuras arqueológicas queconforman los sitios Matancillas 1 y 2 (Muscio 2004). Matancillas 1 constituye una instalacióncompleja sobre un faldeo sobreelevado 16 m respecto al fondo de la quebrada. La arquitecturadel sitio consta de 94 estructuras, en donde predominan las plantas circulares simples o formandocomplejos reticulares (Muscio 2004) (figura 3 A). En cuanto a la funcionalidad de estas construcciones, se destacan principalmente los recintos habitacionales, mientras que los de mayor tamañohabrían servido como corrales (Muscio 2004). Por su parte, Matancillas 2 se encuentra emplazadofrente a Matancillas 1, al norte del río homónimo, en una barranca aluvial abrupta sobreelevadaentre 8 y 12 m desde el nivel de agua. El sitio está conformado por un aglomerado con once estructuras arquitectónicas relevadas hasta el momento, de plantas circulares y semicirculares, entrelas que se destacan corrales y algunos recintos habitacionales (Muscio 2004) (figura 3). Ademásde estas estructuras, hacia el extremo norte del sitio fueron reconocidas una serie de unidadesarquitectónicas enterradas y cuyos muros delimitan espacios amplios. Esta evidencia demuestrauna mayor complejidad en la estructuración arquitectónica del sitio.

Las técnicas constructivas registradas en los segmentos inferior y medio de la quebrada revelan una alta homogeneidad, destacándose los muros dobles confeccionados con lajas de tamaños mediano a grandes, acomodadas de forma vertical, y con relleno de ripio y/o clastos pequeños(figura 3). Este tipo de construcción ha sido registrado en sitios de la Puna de Jujuy como Torreso Calaverioj 1, y su particularidad es que, a diferencia de otros sectores del Noroeste argentino,registran continuidad desde ca. 2000 AP hasta periodos coloniales (Albeck y Zaburlín 2008).En este sentido, se debe considerar que una característica de los asentamientos en la Puna es lareocupación de espacios, lo cual dificulta el trabajo arqueológico de aislar o identificar elementoscronológicamente sensibles desde el análisis arquitectónico (Albeck y Zaburlín 2008). La arquitectura de los segmentos inferior y medio de Matancillas parecería cumplir con este patrón, y habríamantenido su característica constructiva a lo largo del tiempo desde las primeras ocupaciones.Además, muchas de las construcciones registradas en estos segmentos de la quebrada, principalmente las vinculadas con la actividad agrícola (canales, canchones, etc.), han sido reclamadas(sensu Schiffer 1991), en ocasiones reconstruidas con técnicas modernas (adobe), y continúansiendo utilizadas actualmente (figura 3 D).

Sitio Matancillas 2

Basurales o sector interrecintos.

? Estructuras arqueológicas reclamadas.

1. Basural 2 Frente de Barranca (M2FBB2).

2. Cuadricula 13.

3. Recinto 1 (M2R1 y M2PR1).

4. Recinto 2 (M2R2).

5. Cuadricula 1 (M2R3C1).

6. Corral arqueológico reclamado.

7. Cuadricula 11 (M2C11).

8. Cuadricula 12 (M2C12).

9. Derrumbe Cárcava (M2DCAR2).

10. Basural 2 (M2B2).

11,12 y 13. Canchones de cultivo arqueológicos reclamado.

Figura 3: Matancillas 2. En blanco se indican las unidades excavadas y en rojo se resaltan los canchones de cultivo reclamados; (a) frente de Barranca Basural 2 (M2FBB2); (b) entrada del Recinto 1; (c) plantadel Recinto 1; (d) canchones de cultivo arqueológicos reclamados. 

Continuando quebrada arriba, en el año 2018 se hallaron nuevas estructuras vinculadas con canchones de cultivo y un sistema de andenería de aproximadamente 200 m de extensión, cuyascaracterísticas constructivas difieren de las registradas en los subsectores medio e inferior (figura5). Estas estructuras constan de muros dobles, con mampuestos de rocas de tamaños pequeños amedios, que han sido canteadas y acomodadas, con mortero en las juntas. Los canales de riegopresentan aberturas para la distribución del agua, las cuales siguen la misma línea constructiva(figura 5 C). Estas particularidades permiten plantear como hipótesis una cronología asociada conperíodos tardíos/incaicos, lo que implicaría una diferencia respecto a la evidencia arquitectónicaregistrada en los otros segmentos de la quebrada.

Además de la evidencia arquitectónica, el paisaje de la quebrada de Matancillas se encuentra marcado por la presencia de distintos paneles con arte rupestre. Se trata de una variedad de grabados realizados sobre afloramientos rocosos cercanos a los sitios Matancillas 1 y 2, yen el subsector inferior (figura 1) (Muscio 2007). Dentro de los motivos y temáticas se puedennombrar diferentes tipos de fauna, entre la que se destaca la llama, y diversos personajes antropomorfos (Muscio 2004, 2010; figura 4 B y C). La representación de la llama se encuentra en elarte rupestre de diferentes sitios de la región y ha sido asociada principalmente con períodos deintensificación del pastoreo, posteriores al 1000 AP (Aschero 2000; Martel 2010). En cuanto a losantropomorfos, se reconocen personajes en acción, con objetos en sus manos, adornos cefálicos,máscaras, faldellines y/o emplumados (figura 4 C). Estas características podrían vincularse conrepresentaciones más tempranas que, en contextos similares, han sido interpretadas a partir de lainfluencia de Tiwanaku, asociada con Aguada en el Noroeste argentino (Pérez Gollán 1986; Gor-dillo 2009). En consecuencia, si bien no parece haber un límite claro cronológicamente, pareceríaque el arte rupestre es un palimpsesto de representaciones realizadas a lo largo de las ocupacionesde la quebrada, desde los períodos tempranos hasta los tardíos, lo cual sería congruente con laevidencia arquitectónica y los fechados radiocarbónicos del sector.

En cuanto al paisaje sectorial de Nacimiento, la evidencia arquitectónica se presenta en asociaciones de no más de dos estructuras, levantadas con muros simples de piedra. Sin embargo,se han registrado diferentes sitios de relevancia a lo largo del sector, principalmente aquellos queaprovechan las características topográficas del paisaje (e.g. afloramientos rocosos, cuevas, aleros,etc.), que en ocasiones presentan muros simples de piedra, instalados para completar espacioscerrados (figura 6). De esta manera, se destacan los sitios Cueva Nacimiento 1, 2 y 3. Estos sitiosconforman una serie de cuevas localizadas en el tramo intermedio de la quebrada Nacimientoque actualmente son utilizadas como corrales y unidades de habitación temporaria. Se localizanen promedio 15 m por sobre el nivel del fondo de quebrada y sobre el talud oeste de un cono dedeyección. Esta geoforma presenta bloques sedimentarios que sirven como caja para el desarrollode las oquedades. Además, también hay evidencia arquitectónica en los sitios vega Nacimiento2, en el sector superior de la vega, y en el sitio Vizcacha Cruz (figura 6 C) ubicado en el borde deuna vega a 4.515 m s.n.m., en el extremo oeste, próximo a la Cantera Tina (figura 1).

Figura 4: (a) Plano de Matancillas 1; (b) y (c) arte rupestre. 

Figura 5: Vistas de la andenería del sector superior de Matancillas; (a) muro canteado; (b) pared; (c) boca de canal de riego; (d) muro de contención de andenería. 

Figura 6: (a) Paisaje de Nacimiento; (b) serie de cuevas; (c) Vizcacha Cruz. 

Los contextos de evidencia excavada en Matancillas y Nacimiento

En este trabajo presentamos las evidencias obtenidas de excavaciones en los sitios Matancillas 2, y Cueva Nacimiento 1 y 2, así como de recolecciones en concentraciones artefactuales superficiales de quebrada Nacimiento, realizadas desde 2010. Estudios previos en Matancillas2 permitieron distinguir un componente fechado en torno a los 2000 años calibrados AP. Estecomponente se presenta como una capa altamente orgánica, de color negro, de potencia variabley de amplia distribución en el sitio, denominada Capa C (tabla 1). En el interior del sitio se distinguen tres sectores de depositación de registro arqueológico: los recintos, interrecintos y losbasurales (figura 3) (Muscio 2004). Para obtener información sobre estos sectores se excavaronlas siguientes unidades: Basural 2 FB (M2FBB2) se trata de la excavación en una acumulaciónarqueológica identificable en el frente de barranca sur, expuesto y que presenta una asociaciónclara con la capa "C", de la que forma parte. El Derrumbe Cárcava (M2DCAR2) corresponde ala excavación sobre el derrumbe del perfil este que también está asociado con la capa "C". Encuanto al Perfil Recinto 1 (M2PR1), esta unidad corresponde a un sondeo realizado en el interiordel Recinto 1. Asimismo, hemos excavado la Cuadrícula 1 (M2R3C1), la Cuadrícula 11 (M2C11)y Cuadrícula 12 (M2C12). Finalmente, la Cuadrícula 13 (M2C13) se emplazó en un área del sitiolibre de estructuras y se hizo con el fin de evaluar la correlación estratigráfica entre la muestradel Basural 2, la muestra de Derrumbe Cárcava y la capa C. Por otra parte, M2R3C1, M2C11 yM2C12 son unidades de excavación de cuadrículas emplazadas en el interior de estructuras arquitectónicas circulares de gran tamaño, que probablemente representan corrales, y que tambiénpresentan asociación clara con el Componente Capa C.

En cuanto a la quebrada de Nacimiento, los contextos excavados provienen de las cuevas localizadas en el Sector Intermedio (figura 1). Particularmente, se han excavado Cueva Nacimiento1 y 2. En Cueva Nacimiento 1 se realizaron dos cuadrículas en el sector interno y un sondeo sobrela línea de goteo con una metodología que consistió en la excavación por estratigrafía natural,donde se distinguieron inicialmente seis capas. A partir de las características sedimentológicasy artefactuales se decidió asignar las capas 2 y 3 a una única unidad denominada Componente 1(Tardío), que fue fechado radiocarbónicamente en 495 ± 30 años AP sin calibrar (Varde et al. 2017)(tabla 1). Por otro lado, en Cueva Nacimiento 2 se excavaron cinco cuadrículas por estratigrafíanatural, identificándose de esta forma 4 capas que se correlacionan a lo largo de la cueva. Se obtuvo un fechado radiocarbónico de 8190 ± 130 años AP sin calibrar en la capa 3 de la cuadrícula4, que corresponde al intervalo 9439-8655 años cal AP (p=0,95), con un punto medio de 9047años cal AP (Muscio et al. 2020) (tabla 1). Por el momento este es el único componente fechadopara este sitio y corresponde a finales del Holoceno temprano y comienzos del Holoceno medio.

Tabla 1: Fechados radiocarbónicos provenientes de contextos excavados en Matancillas y Nacimiento. 

Zooarqueología

Los conjuntos analizados en este escrito provienen del Componente Capa C del Frente de Barranca Basural 2 (M2FBB2), Perfil Recinto 1 (M2PR1) y Recinto 3, Cuadrícula 1 (M2R3C1).Al nivel de máxima inclusión, el conjunto de Matancillas 2 está compuesto por 1.618 especímenes (tabla 2). Se pudieron identificar a nivel de Familia 327 especímenes. Estos exhiben un claropredominio de camélidos por sobre otros taxones (98,8% cuantificado por NISP), evidenciandouna baja variabilidad taxonómica. En la representación de partes óseas de camélidos, se documentan casi todos los elementos que componen el esqueleto, lo cual es evidencia de un ingresoy un procesamiento integral de estos artiodáctilos en el sitio.

Al igual que lo observado en conjuntos anteriores del mismo sitio (López 2002), el estado de fusión de los especímenes de camélidos se presenta en proporciones similares, especímenesfusionados (41,7%) y no fusionados (58,3%). Dentro de este último grupo, se documentó lapresencia de especímenes no fusionados cuya fusión esperada es temprana. Sin embargo, fueronpocos los especímenes en los que se pudo registrar el estado de fusión (n=60).

En los camélidos se realizó un análisis osteométrico aplicando la distancia logarítmica sobre diez especímenes, utilizando la técnica de Meadow (1989) y las medidas de referencia de un guanaco medido por Mengoni Goñalons y Elkin (Mengoni Goñalons 2014). Se reconocieron almenos dos rangos de tamaño: uno mayor (40%) y otro menor (50%). El primero corresponderíaa llamas (Lama glama) y el segundo a vicuñas (Vicugna vicugna). Estas especies han sido relacionadas con el modo de obtención de recursos faunísticos (Elkin 1996; Grant 2010; Yacobaccio2010). A la estrategia de caza se la relaciona con la presencia de vicuña; al pastoreo, con la presencia de llama. Dentro de este último grupo, están presentes valores osteométricos asignablesa morfotipos muy grandes, lo que indicaría diversidad en los biotipos de llamas, posiblementellamas denominadas Cargueras. Por último, hay un espécimen (Falange 2) que se asignó como"llama-guanaco" siguiendo el criterio de López (2003). Esta categoría sirve para expresar el rangoen el que se superponen los valores obtenidos de estas mediciones, pudiendo ser llamas o guanacos,es decir que caen en el rango de tamaño entre -0,02 y 0,02. A su vez, la muestra zooarqueológicade Matancillas 2 presenta una buena conservación general, con prevalencia del estadio cero demeteorización (87,4%) y baja incidencia de especímenes con marcas de agentes no antrópicos(0,4%), lo cual es esperable en procesos de enterramiento rápido.

Finalmente, el análisis documenta heterogeneidad en la abundancia de especímenes óseos en los diferentes sectores trabajados de Matancillas 2, que son más abundantes y presentan unmayor grado de integridad el conjunto del Basural M2DCAR2 (n=1172), medido por NISP, encomparación con las otras dos unidades de excavación (M2R3C1, n=81; M2PR1, n=365).

Tabla 2: Información arqueofaunística de los contextos excavados en Matancillas y Nacimiento. 

Por otra parte, la muestra zooarqueológica de Cueva Nacimiento 1 es de 8.158 especímenes, correspondientes a las capas 1 a 6 de todas las unidades de excavación (tabla 2). Sin embargo, elComponente 1, conformado por las capas 2 y 3, constituye un pico de densidad de arqueofaunas,concentrando el 50,7% (4.129 especímenes) del total de todas las capas. Este conjunto zooar-queológico total está conformado por un alto porcentaje de roedores pequeños (n=4.220) que noposeen marcas antrópicas ni se encuentran termoalterados. En consecuencia, hemos sostenidola hipótesis de un ingreso tafonómico de estos roedores al conjunto zooarqueológico de la cueva(Varde et al. 2017; Muscio y Seguí 2020).

A continuación, se presentan los resultados del 48,3% restante de la muestra zooarqueológica del total de las capas, es decir, que las cuantificaciones se hicieron sin los roedores tafonómicos conel objetivo de mejorar la resolución de los patrones. De esta muestra, a nivel familia se pudieronidentificar 1.500 especímenes, que documentan un claro predominio de la Familia Camelidae en un97,3%, y en menor proporción se evidencia la Familia Chinchillidae en un 2,7%. Con respecto a losresultados del análisis osteométrico, estos se llevaron a cabo sobre los especímenes de camélidosque poseían las características suficientes. En esta muestra (n=16), se reconocieron dos rangos detamaño medidos por distancia logarítmica: uno mayor, que correspondería a llamas (15,4%), yotro menor, que correspondería a vicuñas (84,6%), lo cual nos permite plantear el rol clave de laestrategia de caza en la ocupación, por lo menos, en este sector de la quebrada (Varde et al. 2017).

En relación con la representación de partes óseas de camélidos en el Componente 1 (n=1.100), se puede señalar la presencia de casi todos los elementos que componen el esqueleto. Sin embargo,existe dentro del conjunto, en términos del MNE, heterogeneidad en la representación de partesesqueletales, con mayor representación del esqueleto apendicular (69,9%) por sobre el axial (30,1%)(Muscio y Seguí 2020). De este modo, se documenta una selectividad de partes esqueletadas quepodrían haber sido transportadas. Asimismo, entre los camélidos se ha registrado el estado defusión sobre una muestra de n=192 para dicho componente, donde se observó un predominio de los especímenes no fusionados (77,1%). Un aspecto interesante de la muestra del Componente 1 esque registra una significativa cantidad de especímenes neonatos y, en algunos casos, con presenciade huellas de procesamiento (Muscio y Seguí 2020). En consecuencia, estos individuos permitenplantear una tendencia en la temporalidad de la ocupación de la cueva durante primavera y verano.

Por su parte, las variables tafonómicas de la muestra de identificados a nivel familia documentan una incidencia de marcas no antrópicas (14,8%), porcentaje que disminuye si se toma en cuenta solo a los camélidos (4,9%). Los especímenes que presentan algún estado de termoalteraciónson el 63,7% de la muestra de camélidos. Por otro lado, dentro de los estadios de meteorización,el que prevalece es el cero (90,4%), sin presencia de los estadios mayores o iguales a tres.

Cerámica

En investigaciones previas de los sitios Matancillas 1 y 2 fueron dadas a conocer dieciocho clases cerámicas, abarcativas de los dos grupos más generales Matancillas Alisados (MA) yMatancillas Pulido (MP) (ver Muscio 2004). Se trata de cerámicas cocidas a bajas temperaturasen atmósferas más o menos oxidantes que dieron lugar a una alta variabilidad tonal, aun dentrode una misma vasija. En esta cerámica la decoración fue ejecutada principalmente por incisiónno geométrica y con diseños asignables de la Tradición Alfarera San Francisco. Esta decoraciónincisa aparece restringida a los bordes (Dougherty 1974; Ortíz 2003; Muscio 2011). Sobre la basedel estudio petrográfico se determinó que parte de la alfarería pudo haber sido manufacturadalocalmente a partir de arcillas con procedencia de la quebrada de Matancillas (Camino 2007).Además, la evidencia de excavación incluye rocas posiblemente usadas como agregados antiplásticos, arcilla cruda y pulidores de guijarros (Muscio 2004).

Con el fin de documentar patrones a escala de sitio en Matancillas 2, y con un tamaño de la muestra de mayor representatividad, especialmente para los contextos de recintos, se analizó unnúmero más extenso de unidades de excavación. Estas unidades son (M2FBB2), (M2DCAR2),(M2PR1), (M2R3C1), (M2C11), (M2C12) y (M2C13). La muestra cerámica analizada consistióde 398 tiestos, distribuidos heterogéneamente en cada conjunto excavado y que están asociadosal Componente Capa C. Asimismo, la riqueza de clases y la frecuencia de tiestos decoradospresentan una distribución heterogénea (

). Así, los conjuntos con mayor frecuencia detiestos corresponden a los sectores de depositación de basura. Esto también ocurre con la riquezade clases, que en estos conjuntos tienen los valores máximos, siendo M2CAR2 el que presenta lamayor diversidad. Considerando a la riqueza de clases como porcentaje del total de las clases delsitio (18), esta representa el 55,5%, mientras que en el sector inter-recinto es el 11,1%. Lo mismoocurre con la frecuencia de tiestos decorados que es máxima en M2FBB2. En breve, como seaprecia en el gráfico, existe un claro patrón de distribución heterogénea del registro cerámico en elsitio, donde los basurales concentran la mayor frecuencia de tiestos, la mayor riqueza de clases yla mayor cantidad de tiestos decorados; seguido por los recintos y luego los espacios interrecintos.

Figura 7: (a) Tiestos con decoración San Francisco; (b) distribución de frecuencias de tiestos, frecuencia de tiestos decorados y riqueza de clases por conjunto excavado y sector de depositación; (c) gráfico dedispersión de tiestos según el grosor y el módulo de tamaño. 

Por otra parte, el análisis dimensional de los tiestos muestra que, en el nivel de mayor inclu-sividad de conjuntos, el módulo de tamaño posee un rango entre los 45,5 cm y 1 cm, con espesores que varían entre los 1,17 cm y 0,28 cm. Los tamaños más grandes de tiestos se presentan en lasáreas de depositación de basura. Más precisamente, cuando tomamos la distribución del espesory el módulo de tamaño de los tiestos, emerge un patrón de inclusividad decreciente de tiestos encada una de las muestras (figura 7). De acuerdo con este patrón, los contextos de basural son losque incluyen los especímenes de mayor tamaño, tanto en espesor como en módulo de tamaño.Luego, las cuadrículas en recintos y en sectores interrecintos poseen distribuciones de tamañosmás acotadas con rangos de variación incluidos en las áreas de descarte. Es decir, gráficamentese aprecia que las áreas de descarte de basura son los sectores más inclusivos y representativosde la variabilidad de tamaños de la cerámica de Matancillas 2, seguidos por los recintos y lossectores interrecintos.

En el registro arqueológico de la quebrada de Nacimiento se evidencia la presencia de fragmentos cerámicos que no han sido incorporados a este análisis debido a que se encuentranen proceso de estudio en este momento.

Material lítico

El material lítico de Matancillas proviene de la excavación del Componente Capa C en las cuadrículas M2FBB2 y M2R3C1. En el nivel de máxima inclusión, Matancillas 2 presenta 173artefactos (tabla 3). En relación con las materias primas, se puede apreciar un marcado predominio de obsidianas (tabla 4), correspondientes a las variedades Tocomar (33,53%), Ona (17,92%),Zapaleri (16,19%) y Quirón (4,05%). Todas las variedades de obsidiana son no locales, mientrasque el resto de los materiales son locales, dado que se hallan en forma de nódulos en distintossectores de la quebrada (Mercuri 2011a). En este conjunto los desechos de talla son predominantes,específicamente en tamaños muy pequeño y pequeño. Los artefactos formatizados por retoqueestán realizados mayormente con técnicas de retoque marginal, y son principalmente unifaciales.Las clases de artefactos retocados presentes son cuchillos, raspadores, piezas de retoque aisladoy artefactos compuestos con más de un filo. Los filos naturales con rastros de uso consisten enlascas de obsidiana de Quirón, de Zapaleri y de Ona, pizarra, cuarcita y una roca no determinada.Finalmente, la frecuencia de núcleos en la muestra es baja. Estos artefactos son exclusivamentede materias primas locales, no presentan rasgos de formatización para extracción de formas baseestandarizadas y tienen distintas plataformas de lascado con escasas extracciones.

Se observa que en el conjunto de M2R3C1 los artefactos fragmentados representan el 33,91%, mientras que en M2FBB2 estos representan el 18,52%. De esta manera, es evidenteuna tendencia hacia la mayor abundancia de artefactos de menor tamaño en M2R3C1 tanto entérminos de fragmentación como de tamaño de los desechos de talla. Por otro lado, M2R3C1 esel único contexto que presenta núcleos. Finalmente, M2FBB2 posee mayor proporción de filosnaturales con rastros complementarios.

Los artefactos líticos de la quebrada Nacimiento provienen de dos contextos de excavación, CN 1 y CN 2, y de concentraciones superficiales de artefactos a lo largo del fondo de la quebraday las vegas asociadas. Con respecto al material de este último contexto, el análisis se centró en losartefactos formatizados por retoque, que forman un conjunto total de 33 especímenes (tabla 3). Deestos, ocho corresponden a la Concentración 1, seis a la Concentración 2, 17 a la Concentración 4,uno a la Vega Chocobar 1 y uno a la Vega Chocobar 2 (figura 1). De todas maneras, dado que no serealizó un muestreo sistemático con recolección de cada una de las concentraciones de artefactos,informamos sus características como un solo conjunto. Entre las materias primas presentes en esteconjunto, se observa un predominio de las rocas locales, especialmente metacuarcita y andesita(tabla 4). En este conjunto, las técnicas de confección de filos por retoque son más variadas,encontrándose diecinueve artefactos con retoques profundos y/o extendidos, además de aquelloscon filos marginales, y dieciocho artefactos bifaciales. Las clases de artefactos formatizados porretoque presentes son piezas de retoques aislados, un cuchillo, raspadores, un cepillo, puntas deproyectil, un unifaz, un bifaz, y artefactos compuestos con más de un filo (tabla 3). Entre estosúltimos se documentaron tres artefactos denominados "Saladillo" (sensu Fernández Distel 1978)fragmentados provenientes de la Concentración 4, los cuales poseen dos filos de raedera cadauno. Cabe destacar que las puntas de proyectil son lanceoladas bifaciales y también provienende la Concentración 4.

El conjunto total de las cuatro capas excavadas en las cinco cuadrículas de CN2 consiste en 1.418 artefactos líticos (tabla 3). En las cuatro capas predominan las materias primas locales,particularmente andesita y metacuarcita (tabla 4). Las materias primas no locales identificadasson las variedades de obsidiana provenientes de Tocomar y de Quirón, más un fragmento de obsidiana Ona. A su vez, se identificó la presencia de una tercera variedad de obsidiana que, segúnsus características macroscópicas, podría corresponder a la fuente local Tina, o a una variedadproveniente de la fuente Archibarca, en la provincia de Catamarca. Actualmente, esta muestrase encuentra bajo análisis para poder confirmar la proveniencia de dicha roca. En general, en lascuatro capas se observa un predominio de desechos de talla de tamaño pequeño y muy pequeño, ymuy baja frecuencia de piezas con corteza. Esto podría indicar que, para toda la secuencia de CN2,las actividades de retoque de filos fueron dominantes frente a las etapas primarias de reducciónde núcleos (que se encuentran ausentes) (Muscio et al. 2020). En todo el conjunto, los artefactosformatizados por retoque corresponden mayormente a filos sobre lascas con altas frecuencias deretoques profundos y extendidos y una fuerte presencia de bifacialidad (Muscio et al. 2020). Segúnuna aproximación macroscópica, estos artefactos parecen corresponder a instrumentos de procesamiento por corte y rasgado, así como también artefactos de caza (puntas de proyectil) (tabla 3).

Más allá de las similitudes consignadas para las cuatro capas como un conjunto, hay particularidades que señalan temporalidad diferencial entre ellas. En la capa 2 fueron identificados cinco artefactos "Saladillo" (figura 8 A), los cuales fueron documentados en distintos sitios de laPuna argentina asociados a una temporalidad acotada correspondiente al Holoceno medio final (vermás adelante, acápite Discusión y conclusiones). Por otro lado, como mencionamos previamente,la capa 3 presenta un fechado que la ubica en la transición Holoceno temprano-Holoceno medio,lo cual es coherente con el hallazgo de cinco puntas de proyectil tipo "San Martín" (sensu Núñezet al. 2005) en la base de la capa 3 y en la capa 4 (figura 8 B). Esta morfología de cabezal líticotambién fue hallada en distintos sitios de la Puna con una temporalidad limitada, como veremosmás adelante. Tanto en la capa 4 (figura 8 C) como en la capa 2 se hallaron preformas de puntasde proyectil lanceoladas bifaciales, cuya morfología no es asignable a un lapso temporal corto,dado que su presencia en las tierras altas Surandinas se extiende desde el Holoceno tempranohasta finales del Holoceno medio.

Al igual que lo mencionado en el acápite zooarqueología, el Componente 1 de CN1 también constituye un pico de densidad de materiales líticos ya que concentra casi el 100% de los artefactos hallados en capa. En la excavación del Componente 1 en la cuadrícula 1 y el sondeo2, se recuperaron en total 2.403 artefactos líticos. Entre las materias primas presentes, se observael predominio de variedades no locales de obsidiana (tabla 4), provenientes de las fuentes deZapaleri, Tocomar, Quirón y Ona (Varde 2020). Al igual que en el resto de los conjuntos, lasmayores frecuencias corresponden a los desechos de talla (tabla 3), particularmente de tamañomuy pequeño y pequeño (Varde et al 2017). Los desechos con presencia de corteza son muypoco frecuentes. Por otro lado, los artefactos formatizados por retoque consisten en puntas deproyectil triangulares apedunculadas pequeñas (

D), y artefactos de filos retocados conuna formatización expeditiva, de retoques ultramarginales. En este conjunto se hallaron núcleosde materias primas locales, los cuales presentan plataformas de lascado múltiples y con escasasextracciones (a excepción de un único núcleo de obsidiana, agotado).

Figura 8: (a) Artefactos Saladillo de CN 2, capa 2; (b) puntas de proyectil San Martín de CN 2, capas 3 y 4; (c) preformas de puntas de proyectil lanceoladas bifaciales de CN 2, capa 4; (d) puntastriangulares apedunculadas de CN 1, Componente 1. 

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

En este trabajo apuntamos a generar inferencias acerca de distintas estrategias de movilidad y uso del espacio en las quebradas de Matancillas y de Nacimiento, en historias arqueológicas delargo plazo y en función de sus diferencias ecológicas más contrastantes. De este modo, más queestablecer modelos de complementariedad de ocupaciones a partir de la funcionalidad de sitios,aquí buscamos documentar la manera en la cual el registro arqueológico de ambas quebradasproporciona evidencia diferencial en distintas escalas, y su relación con las propiedades ecológicasdel entorno en esas escalas. A continuación, discutimos los patrones del registro arqueológico delas quebradas de Matancillas y Nacimiento y los procesos que hipotéticamente les habrían dadoforma (tabla 5).

A partir de lo visto, se infiere que la construcción antrópica del paisaje fue más intensa en la quebrada de Matancillas que en de Nacimiento. En Matancillas se documenta un patrón dedistribución de distancias que sigue la distribución más uniforme del recurso hídrico. En Nacimiento, el distanciamiento entre sitios es más irregular y con distancias espaciales mayores. Aquílos sitios más próximos entre sí se localizan en el fondo de la quebrada de Nacimiento y en lasvegas, mientras que los más distantes están ubicados en espacios más altos y junto a fuentes deagua más localizadas. En breve, la quebrada de Nacimiento refleja un uso más extenso del paisajea partir de la distribución irregular de parches de recursos condicionada por las diferencias dealtitud, más allá del recurso hídrico.

En Matancillas, desde ca. 2000 años cal AP, se evidencia una mayor inversión en arquitectura de uso residencial y productivo que, en ocasiones, ha sido reclamada, reciclada y utilizada hasta laactualidad. Este tipo de asentamiento implicó ocupaciones prolongadas, incluyendo residencialidadanual en sectores con presencia de agua permanente, terrenos aluviales aptos para la agriculturay acceso a pasturas y fauna silvestre de alta calidad. Es importante destacar la presencia de sitiosformados por agregados de alta densidad de estructuras arquitectónicas en Matancillas, tanto deestructuras residenciales como productivas, como es el caso de Matancillas 1 y 2. Se ha sugeridoque el aumento de la agregación poblacional puede ser una respuesta adaptativa al aumento enla demanda de mano de obra para la producción agrícola en ambientes áridos. Se trataría de unaestrategia donde la mayor concentración espacial de personas se traduce en una mayor cantidadde mano de obra potencial para el trabajo agrícola (Leonard y Reed 1993). Además, en las economías de producción de alimentos, especialmente en la agricultura de altura, un factor clave paraexplicar el distanciamiento entre sitios es la estrategia de dispersión de campos de cultivo (fieldscattering strategy) que se ha planteado como una estrategia de manejo de riesgos en ambientesáridos, heterogéneos y fluctuantes (Goland 1993; Winterhalder y Goland 1997).

Por otra parte, el mayor descarte arqueológico e impacto antrópico habría ocurrido especialmente durante las ocupaciones más tardías, relacionadas al evento fechado en ca. 1200 años cal AP (tabla 1). Esto también se puede observar en los diseños de arte rupestre de representacionesestáticas de los camélidos que, como señaló Martel (2010), corresponderían al período Tardío.Evidencia de esta temporalidad también la constituyen las puntas de proyectil triangulares debase escotada halladas en superficie en Matancillas 1 (Muscio 2004), cuyo diseño es distintivoregionalmente para este período (ver Ledesma 2002; Varde y Muscio 2018). El uso más intenso delespacio a partir de este período habría hecho menos visible el registro arqueológico más temprano.

En este marco, puede plantearse que la reclamación de estructuras arquitectónicas fue el producto de un proceso más general de intensificación del uso del espacio en el marco de una estrategiade movilidad residencial reducida y producción de alimentos que comenzó ca. 2000 años cal APen Matancillas. En el largo plazo, el aumento de la inversión constructiva habría dado lugar a unproceso de acumulación arquitectónica y a la emergencia de un paisaje construido y hereditario,con arquitectura disponible para reusar y reclamar dentro de estrategias productivas (Muscio 2009).Además, en los últimos dos mil años se evidencia un uso discontinuo del mosaico de la quebrada,ya que hacia los 2000 años AP se privilegiaron los espacios de la quebrada intermedia, de altacalidad para la agricultura, y hacia el Tardío se extendió el uso del sector superior, en donde seevidenció una mayor inversión en tecnología de andenería y arquitectura productiva. Esta mayorinversión en arquitectura persistente y sitios más complejos se asocia con la mayor demografíapropuesta para el Tardío en el Noroeste argentino (Tarragó 1984, 2000; Nielsen 1996; Olivera yVigliani 2000-02; Albeck 2004; De Feo et al. 2007).

La información obtenida a escala de sitio permite identificar patrones de mayor resolución en relación con la variabilidad entre unidades de excavación (Ramenofsky y Steffen 1998). Encuanto a las arqueofaunas, los conjuntos de Matancillas 2 presentan una buena preservacióngeneral, con baja meteorización y bajos porcentajes de especímenes con marcas no antrópicas,lo cual es esperable en procesos de enterramiento rápido (Behrensmeyer 1978; Lyman 1994).No obstante, la desigual abundancia de huesos entre los distintos conjuntos documentados por elNISP podría reflejar diferencias en las tasas de descarte de huesos y/o distintas historias de formación de cada contexto. A su vez, el conjunto total evidencia un predominio de camélidos (tantodomésticos como silvestres) por sobre otros taxones y una baja diversidad taxonómica. En cuantoa la representación de partes óseas de camélidos, se documentan casi todos los elementos quecomponen el esqueleto, lo cual sugiere el ingreso y procesamiento integral de estos artiodáctilosen el sitio. Este patrón habría resultado del pastoreo y matanza de animales en sitios cercanosy/o de actividades de caza en ambientes próximos a Matancillas que no demandaron altos costosde transporte. Estas características expresan una diversificación de estrategias de obtención debiomasa (pastoreo y caza) sin selectividad etaria, a juzgar solo por los estadios de fusión. Lacombinación de pastoreo y caza representaría una estrategia de minimización del riesgo (sensuWinterhalder et al. 1999) y de optimización de recursos en un contexto de movilidad residencialreducida (López 2003; Muscio y López 2007).

La evidencia cerámica de Matancillas 2 también sugiere una baja movilidad residencial. Como vimos, la presencia de alfarería de grandes dimensiones se correspondería con el uso predominantede diseños para tareas en puntos fijos y no para el transporte. A su vez, los patrones intrasitio defrecuencia, decoración y tamaños de tiestos discriminan cada una de las unidades de excavacióny depositación, donde las áreas de basural son las de mayor inclusividad. Esto se relacionaría concomportamientos de descarte y acumulación espacialmente heterogéneos en la escala del sitio,incluyendo la remoción por limpieza esperable en el caso de los recintos. Además, la abundanciadominante de tiestos pequeños en los sectores recintos e interrecintos podría relacionarse con lamayor exposición de este registro a agentes y procesos destructores de tiestos, como el pisoteo,respecto de los basurales.

Por otra parte, la frecuencia dominante de cerámica utilitaria, con una manufactura de baja cocción y con técnicas de acabado de superficie de baja inversión de energía, permite inferir unaestrategia de bajos costos en la producción cerámica. El análisis petrográfico comparativo decerámica arqueológica y cerámica experimental hecha con materias primas locales sugirió la manufactura local de parte de la cerámica hallada en el componente Capa C de Matancillas (Camino2007). A la vez, la presencia de reciclaje y reparación documenta una estrategia conservada. Comosugirió Camino (2007), esto se puede relacionar con una tecnología cerámica que contribuyó alaumento de la eficiencia de la adaptación humana, minimizando sus costos.

Con respecto al material lítico de Matancillas, se observa que la evidencia proveniente del recinto coincide con el patrón de escala de sitio sostenido desde la cerámica, con una mayor proporción de artefactos fragmentados y de tamaño pequeño. Esto sugiere una historia de formación,para este conjunto, con probable incidencia de la remoción por limpieza de materiales más grandes.Asimismo, se registra en este contexto el descarte de materiales con vida útil como los núcleosy los instrumentos de retoque marginal, lo cual es esperable en espacios de uso residencial y/oproductivo. En cambio, en el área de basural se registra ausencia de núcleos y una mayor proporción de filos naturales con rastros macroscópicos de uso, lo cual sería esperable en un contextode basural donde son descartados los materiales de uso más expeditivo y/o con vida útil corta.

En conjunto, los patrones del material lítico de Matancillas 2 evidencian una preferencia por materias primas no locales de muy buena calidad para la confección de filos. Dada la distancia entreel sitio y algunas de las fuentes de obsidiana, como Zapaleri y Ona, es posible pensar que estaspoblaciones formaron parte de una red social que facilitó el intercambio y el acceso a materialeslejanos. En este sentido, estudios previos acerca del uso y distribución de distintas variedades deobsidiana en la Puna argentina han propuesto la configuración de esferas de circulación de estosmateriales a partir de por lo menos 2200 años AP (Yacobaccio et al. 2004). Por otro lado, en áreasvecinas a Matancillas, como Cochinoca y Cobres, también se ha hallado cerámica pertenecientea la Tradición Alfarera San Francisco (Fernández Distel 1998), lo que documenta interacciónsocial de gran escala dentro de una red más amplia que incluyó las Tierras Bajas, la prepuna eincluso al Norte de Chile, durante el periodo Temprano. Esto es sostenible más allá del modo deobtención de esta cerámica, ya sea por manufactura local u otros mecanismos como el comercio.Hay que señalar que se ha propuesto un incremento del intercambio durante la amplificación de la movilidad giratoria ca. 2000 años AP (Nuñez y Dillehay 1985). Para estos momentos tambiénse propuso la acción de redes más pequeñas y más direccionales en el interior de estas redes másamplias (Lazzari et al. 2017).

En el caso de Nacimiento, el registro arqueológico es espacialmente más heterogéneo y disperso, y con una mayor profundidad temporal. Así, el paisaje de quebrada Nacimiento documenta el uso de un espacio por poblaciones con alta movilidad durante toda su historia arqueológica,vinculadas con adaptaciones que implicaron un uso más extenso del espacio. El paisaje allí construido tiene un patrón con sitios de baja inversión arquitectónica y baja escala espacial, como esel caso de las pequeñas paredes y muros en aleros y cuevas asociadas a la estrategia pastoril y delas concentraciones artefactuales en superficie de relativamente baja densidad. Estas distribucionessuperficiales de artefactos en los fondos de quebrada y vega se presentan como palimpsestos demayor amplitud temporal, inclusivos de artefactos líticos cronológicamente asignables al Holocenomedio y al Holoceno tardío. Estas características reflejan el uso de estos espacios por estrategiastanto extractivas como pastoriles.

Las arqueofaunas del Componente 1 de CN 1, correspondiente a fechados tardíos, documentan una estrategia diferente de la observada en Matancillas con respecto al uso del espacio y al aprovechamiento de camélidos. En este conjunto óseo se encuentra representado en mayor proporción el esqueleto apendicular de camélidos por sobre el axial. Esto nos permite distinguir una selectividad de partes esqueletarias y, probablemente, una mayor movilidad respecto de Matancillas 2. Otro punto para señalar de CN 1 es la presencia de una alta proporción de especímenes no fusionados, cuya fusión esperada es temprana. Esto nos permite afirmar la presenciade neonatos y, en consecuencia, de una tendencia al uso de la cueva en la estación de pariciones(primavera y verano).

En breve, la evidencia de los análisis osteométricos de una alta proporción de camélidos de morfotipos pequeños muestra que durante el componente tardío representado por Cueva Nacimiento 1 tuvieron lugar ocupaciones temporarias cazadoras en este paisaje. Además, la presenciade morfotipos grandes permite también plantear el uso de esta quebrada por grupos pastoriles enmomentos específicos del año. La evidencia de una ocupación pastora y cazadora tiene sentidoconsiderando situaciones similares para cronologías tardías de la Puna. En efecto, el registro arqueológico de distintos sitios (como Real Grande 1, Real Grande 6 y Corral Alto en Catamarca,Alero Tomayoc y Cueva Quispe en Jujuy, y Cueva Inca Viejo en Salta, entre otros) sugiere que enestos momentos la caza de vicuñas estuvo integrada en los circuitos de movilidad pastoril (Oliveray Grant 2009; Yacobaccio et al. 2009; Grant y Escola 2015; López et al. 2015; Varde et al. 2017).

En relación con el análisis de material lítico, el hallazgo en capa de puntas de proyectil tipo San Martín y el fechado radiocarbónico documentan una ocupación de CN 2 por lo menos desdela transición Holoceno temprano-medio. El uso de estas puntas puede relacionarse con los cambiosen los sistemas de armas que tuvieron lugar a comienzos del Holoceno medio (Aschero y Martinez2001). Por otro lado, el hallazgo de artefactos Saladillo en la capa 2 y en las concentraciones desuperficie evidencia el uso de la quebrada durante la segunda mitad del Holoceno medio, con unalto descarte de materiales líticos en sectores con presencia de agua, y también confirma el patrónde emergencia de tecnologías laminares en la Puna para el Holoceno medio (López y Restifo2017; Restifo y Patané Aráoz 2017). Tanto en CN 1 como en CN 2 se evidencia la importancia de las actividades confección y/o mantenimiento de filos sobre lascas de acuerdo con el predominiode los desechos de talla de menor tamaño en ambas cuevas y la ausencia de núcleos en CN 2. Laalta frecuencia de puntas de proyectil y artefactos retocados que pudieron ser utilizados para elprocesamiento de carne, cueros y otros recursos en CN 1 y 2 documenta la persistencia de actividades de caza en la quebrada hasta el Holoceno tardío. Como vimos, esto apoya la evidenciadel comportamiento cazador documentado por la información arqueofaunística de CN 1. Segúnlo observado, en el Holoceno medio se privilegiaron las rocas locales en la manufactura de artefactos retocados, los cuales parecen haber tenido carácter conservado. En contraste, la ocupacióntardía en CN 1 evidencia preferencia por materias primas exóticas, particularmente obsidiana.En este contexto, las puntas de proyectil son los únicos artefactos conservados, mientras que losinstrumentos de procesamiento son artefactos expeditivos. Por otro lado, la presencia de núcleoslleva a pensar en una estrategia de aprovisionamiento del sitio para actividades planificadas, locual es coherente con el uso de la cueva como estación temporaria en un circuito anual pastoril.

A partir de esta evidencia se podría considerar el paisaje de Nacimiento como concentraciones de recursos que fueron aprovechados tanto por cazadores-recolectores como por grupos pastoriles para la obtención de presas silvestres y materiales líticos, dejando registros líticos másdensos en lugares probablemente usados para el aprovisionamiento de materia prima. Sobre esteregistro arqueológico, aparecen solapadas las distribuciones de artefactos asociadas a lugaresde uso temporario en una estrategia pastoril. De esta manera, en relación con los artefactosformatizados líticos, se podría considerar que en el registro de superficie está representada unadiversidad de actividades, reflejando historias largas de formación del registro arqueológico ycon uso más diverso de los espacios de la quebrada interpretables en términos de lo que Foley(1981b) denominó long term trends. Con respecto a la resolución temporal de los palimpsestosde superficie, la evidencia sugiere promedios de larga duración que incluyen puntas lanceoladasbifaciales con cronologías relativas de finales del Holoceno temprano y mediados del Holocenomedio, junto con artefactos Saladillo. Además, estas concentraciones presentan artefactos quesugieren procesamiento de recursos, dados por filos expeditivos marginales sobre lascas, así comotambién artefactos bifaciales y con retoques extendidos, lo cual se relacionaría con actividadesredundantes en el largo plazo que podrían incluir comportamiento cazador y de procesamiento. Uncaso para resaltar es la Concentración 4 donde aparecen artefactos Saladillo y puntas de proyectillanceoladas bifaciales en un espacio de vega por encima de los 4.400 m s.n.m., lo que sugirie eluso de este paisaje en una estrategia de caza y procesamiento de presas a gran altura. Es interesantedestacar que el Holoceno medio fue un periodo de aumento de la aridez y de la heterogeneidaden la distribución de los recursos (Yacobaccio y Morales 2005). En relación con esto, se ha propuesto para este lapso que la movilidad residencial de los grupos cazadores-recolectores habríadisminuido (Yacobaccio y Morales 2005), a la vez que se habrían producido reorganizacioneshacia la explotación de espacios de mayor altura y un aumento en la distancia de los movimientoslogísticos (Pintar 2014). En este contexto, la quebrada de Nacimiento puede haber constituido unespacio para adaptaciones resilientes (sensu Muscio y López 2016) a lo largo del Holoceno medio,a juzgar por las evidencias de ocupación y uso persistente por parte de cazadores-recolectores.Esto sugiere, además, que este paisaje pudo haber constituido un espacio resiliente en términosecológicos (sensu Holling 1973 en Yacobaccio et al. 2017).

En suma, las diferencias en el registro arqueológico de los dos sectores estudiados debieron responder a la toma de decisión humana de largo plazo, bajo diferentes condicionantes ecológicos, particularmente la desigual oferta hídrica, la altitud, la distribución de los recursos de cazay los condicionantes para la agricultura. Mientras que en Nacimiento el proceso de construcciónde hábitats es más evidente en los palimpsestos de las distribuciones líticas, en Matancillas esteproceso se observa en el palimpsesto arquitectónico. Esto se relaciona con el predominio de estrategias de uso del espacio extensivo y temporario en la primera y una mayor residencialidad yuso más intensivo del espacio en la segunda.

En la escala de sitio, las distintas líneas de evidencia de Matancillas muestran una heterogeneidad en la distribución del registro arqueológico asociada con distintos sectores de acumulación y depositación, donde las áreas de basural son las de mayor abundancia e integridad. En contraste,CN 1 y 2 documentan registros de mayor resolución temporal en comparación con los registrossuperficiales, relacionados con ocupaciones logísticas en distintos momentos del Holoceno porcazadores-recolectores y pastores.

AGRADECIMIENTOS

Le agradecemos al CONICET y al Instituto de Arqueología (FFyL-UBA). A los compañeros que participaron de las diferentes campañas. Y un especial agradecimiento a Eulalia, Benito Martínez, Celia Martínez, Raúl Chocobar y a la comunidad de San Antonio de los Cobres.

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Recibido: 20 de Noviembre de 2020; Aprobado: 29 de Julio de 2021

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