El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud caracterizó a la COVID 19, una enferme dad provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV 2, como una pandemia1. Al momento actual se han reportado a nivel mundial 242 348 657 casos y 4 927 723 fallecidos2. Si bien existe una tendencia a la estabilización de los contagios y los fallecidos, la inequidad en el acceso a las vacunas y la aparición de nuevas variantes del virus3 no permiten prever un control de la pandemia a corto plazo. Se requiere por lo tanto de estrategias terapéuticas adecuadas que permitan un tratamiento exitoso en términos de disminución de las secuelas y la mortalidad. Pero debido a la dinámica de la pandemia no ha sido posible hasta el momento el desarrollo de intervenciones terapéuticas con un impacto positivo. Una revisión al día de la redacción de esta editorial en Pubmed® con las palabras claves “Covid 19 treatment” da cuenta de 4554 artículos publicados entre los años 2020 y 2021, de los cuales solo algunos han re sultado en recomendaciones útiles para el manejo de los pacientes tales como el uso de corticoides en pacientes con requerimientos de oxigeno4 que fueron incorporadas a las guías de recomendaciones de consulta habitual como las de la Infectious Diseases Society of America y las del Ministerio de Salud de Argentina5,6.
En este número de la Revista Argentina de Medicina Respiratoria, Daniel Samolski describe los re sultados del uso de corticoides en el período post-agudo de la neumonía por COVID-197. El autor llama la atención sobre la necesidad de tratamientos que prevengan las secuelas pulmonares producto de la respuesta inflamatoria descripta previamente8,9. En la población estudiada de 18 pacientes con diag nóstico confirmado de COVID 19 que presentaron infiltrados pulmonares en la tomografía de tórax y requerimiento de oxígeno y que había recibido un tratamiento con dexametasona de acuerdo a las guías actuales5,6, se administraron corticoides con los criterios de la neumonía organizada secundaria. En la evaluación a 4 semanas todos los pacientes presentaron mejoría clínica, no tuvieron más requerimiento de oxígeno y se observó diminución del compromiso pulmonar en la tomografía. El autor concluye que los corticoides sistémicos administrados en el periodo post agudo de la COVID-19 tendrían un efecto beneficioso clínico y radiológico. Estos resultados son similares a los del estudio de Myall y col.10 si bien en ese trabajo se describen pacientes con criterios de enfermedad intersticial pulmonar a 6 semanas luego del alta.
Es de destacar la importancia de un estudio que apunta a plantear estrategias sobre las cuales no hay al momento una conducta normatizada11, 12. Otro aspecto relevante del trabajo es el uso de la biopsia transbronquial para poder evaluar las lesiones pulmonares lo que permitiría establecer correlaciones entre las imágenes y la histología, que ha sido sugerido por algunos autores9, 13 y que resultarán muy útiles al momento de establecer la indicación del uso de esteroides en estas situaciones clínicas.
Una limitación del estudio que es señalada por el autor es su característica de observacional y no controlado. El desarrollo de estudios controlados, y en lo posible multicéntricos, son fundamentales para definir estrategias útiles para el correcto manejo de las infecciones por SARS-CoV2.
En conclusión, este trabajo muestra datos alentadores sobre el uso de esteroides para la prevención de secuelas pulmonares en la COVID 19. Estos hallazgos servirán como base para el desarrollo de futuros estudios sobre intervenciones terapéuticas que contribuirán a disminuir el impacto clínico de la enfermedad.