La endometriosis de localización extrapélvica es muy poco frecuente y representa un fenómeno com plejo. Se han informado lesiones en varios órganos: ce rebro, pulmones, aparatos gastrointestinal, y urinario, músculos, y se estima que alrededor del 12% de las pa cientes con esta entidad presenta afectación fuera de la pelvis, habitualmente mal diagnosticadas1,2.
Presentamos un caso clínico de endometriosis umbilical primaria, descripta por primera vez por Villar en 18863, La paciente llega a nuestro Servicio luego de varias consultas y diagnóstico de “infección” en la cica triz umbilical sin respuesta a tratamiento médico.
Se trata de una mujer de 29 años, nulípara, sin antecedentes médicos ni quirúrgicos de relevancia, que refiere dolor punzante en la región de la cicatriz umbilical, episódico, que cede parcialmente con anal gésicos antiinflamatorios no esteroides. Como dato lla mativo cuenta que 24 a 48 horas luego del último día de flujo menstrual vaginal presenta secreción sangui nolenta de escasa cantidad acompañada por un cambio de coloración del ombligo, que se torna “más oscuro”.
Al examen físico se constata formación nodular en cicatriz umbilical, aproximadamente de 1,5 cm de diámetro, consistencia blanda, fija al plano profundo con coloración levemente más oscura que el resto de la piel (Fig. 1).
Con diagnóstico de nódulo de Villar, se solici tan ecografía abdominal, ginecológica transvaginal y ecografía de partes blandas de región umbilical, que in forma: “en el espesor del plano subcutáneo formación nodular de contornos netos, sólida-ecogénica con pe queña área quística central”. Los estudios ginecológicos no revelan presencia de otras lesiones.
Ante la imposibilidad de contar con resonancia magnética de abdomen y pelvis en el momento de la menstruación para estadificar la patología, decidimos como conducta realizar laparoscopia exploradora, que mostró implantes pequeños en fondo de saco de Dou glas sin otras lesiones, por lo cual realizamos resección de la lesión sin onfalectomía (Fig. 2).
La paciente evoluciona favorablemente en el posoperatorio inmediato, con alta a las 24 horas. Con tinúa con tratamiento hormonal en el Servicio de Gine cología. Durante un seguimiento de 5 meses no presen ta recidiva.
El informe de Anatomía Patológica concluye: “Epidermis con foco de erosión. En el estroma subya cente se evidencian glándulas endometriales ectópicas tapizadas por una hilera de células cilíndricas bajas. Cuadro histológico de Endometriosis”.
Generalmente, el compromiso cutáneo o sub cutáneo de la endometriosis es secundario a un proce so cicatrizal en una herida quirúrgica, y menos del 30% de los casos, llamada cutánea primaria o espontánea2,5 como el caso de nuestra paciente, aparece sin antece dentes quirúrgicos; en estos casos la cicatriz umbilical es el sitio primario más común e incluso puede desarro llarse allí durante el embarazo y puede tener regresión espontánea luego del parto. La endometriosis umbilical representa 0,4 a 4% de todas las endometriosis4. Su patogenia no está bien establecida; puede surgir de tejido endometrial que es transportado por vía hemá tica o linfática o alternativamente puede alcanzar el ombligo por siembra durante una laparoscopia y luego proliferar1,3,4.
En esta localización aparece como un nódulo único (raramente multilobulado) o múltiples, de con sistencia firme, de entre 0,5 y 2,5 cm de diámetro, de color variable dependiendo de la hemorragia y el grado de penetración del tejido endometrial ectópico, incluso puede ser del mismo color de la piel2.
La edad media de las pacientes es de 33 a 39 años según las distintas series2,4.
Clínicamente se manifiesta con dolor, hemo rragia, hiperestesia, edema y aumento de tamaño del nódulo durante lanmenstruación, si bien todos los sín tomas raramente aparecen juntos, e incluso se infor man casos asintomáticos. Asimismo, el compromiso ginecológico adismenorrea, adispareunia, infertilidad yrdolor) no se presenta en casos de endometriosis enl piel2.
El diagnóstico diferencial en esta región inclu ye: hernia, granuloma piogénico, opólipo, queloide o patología maligna metastásica o primaria (frecuente mente confundido conamelanoma)1,2,4,5.
El diagnóstico se realiza fundamentalmenten sobre la base de la Historia Clínica, el examen físico y un alto nivel de sospecha. Los estudios complementarios ayudan a ofrecer el mejor abordaje terapéutico y pue den o no ser útiles para diagnosticarla. En estos casos “la clínica es soberana” y pueden solicitarse ecografía de partes blandas, tomografía computarizada o reso nancia magnética1,2,5.
Con referencia al tratamiento, la resección qui rúrgica es de elección y debe ser amplia para garantizar la curación definitiva. Puede realizarse conaonfalec tomía o sin ella. Algunos autores utilizan la laparos copia durante la resección en busca de endometriosis profunda, que es mandatoria si las pacientes refieren sintomatología pélvica1-5.
La Anatomía Patológica brinda la completa cer teza en esta entidad1-3.
El pronóstico es favorable. La recurrencia es poco frecuente. La transformación maligna se informó en un 0,% a 1% y debe sospecharse cuando hay recu rrencia o crecimiento acelerado de las lesiones2,4.