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Darwiniana, nueva serie

versión impresa ISSN 0011-6793versión On-line ISSN 1850-1699

Darwiniana, nueva serie vol.4 no.2 San Isidro dic. 2016

 

ARQUEOBOTÁNICA Y ETNOBOTÁNICA

Etnobotánica médica de grupos criollos de Argentina: Reconocimiento, análisis y puesta en valor de los datos presentados por el gobierno argentino en la exposición universal de París de 1889

 

Gustavo F. Scarpa1, Cintia N. Rosso1 & Leonardo Anconatani2

1 División Botánica del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN-CONICET), Av. Angel Gallardo 470, C1405DJR Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina; gscarpa@macn.gov.ar (autor corresponsal).
2 Cátedra y Museo de Farmacobotánica “Juan A. Dominguez”, Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires, Junín 956 1º piso, C1113AAD Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

 


Abstract

A significant amount of data on argentinian medical ethnobotany found in a catalogue about materials and information presented at the Universal Exposition of Paris of 1889 by Argentine government, is recognized, put in value, and analyzed here. Through characterization, detailed description and analysis of the information, a total of 758 ethnobotany data corresponding to 243 botanical entities were identified; 710 of which were validated and updated regarding their scientific plant names and distribution, and pharmacological terminology. Such data were referred to 11 Argentine provinces, and corresponded to Criollos human groups of five biocultural complexes. Data analysis shows that they are grouped into 20 categories of medicinal uses, being the most relevant those related to digestive system (19.6%), and to a lesser extent as vulneraries, and for the reproductive and respiratory systems. A total of 146 kinds of medicinal uses were identified. Some aspects relating to their biocultural linkages, rare historical uses, and the original condition of its contribution to criollos’ ethnobotany of Argentina, are discussed here.

Keywords: Argentina; Criollos; Medical ethnobotany; Universal expositions; XIXth Century.

Medical ethnobotany of Criollos groups of Argentina: Recognition, analysis and valoration of presented data by Argentinian Government at the Universal Exposition of Paris of 1889

Resumen

Se reconoce, pone en valor y analiza un importante volumen de datos sobre etnobotánica médica argentina hallado en un catálogo sobre materiales e informaciones presentados en la Exposición Universal de París de 1889 por el Gobierno Argentino. Mediante la caracterización, descripción detallada y análisis de la información, se identificaron 758 datos de etnobotánica médica correspondientes a 243 taxones, 710 de los cuales fueron validados y actualizados respecto a la nomenclatura científica, distribución de las plantas referidas y propiedades farmacológicas asignadas. Tales datos fueron referidos para 11 provincias argentinas y corresponden a pueblos criollos de cinco complejos bioculturales. El análisis de los datos muestra que estos se agrupan en 20 categorías de usos medicinales, siendo las más destacadas aquellas relacionadas con el aparato digestivo (19,6 %) y, en menor porcentaje, como vulnerarios, aparato respiratorio y reproductor. Se identificaron un total de 146 tipos de aplicaciones medicinales. Se discuten algunos aspectos atinentes a su adscripción biocultural, usos históricos poco comunes y originalidad de su aporte a la etnobotánica de pueblos criollos de Argentina.

Palabras clave: Argentina; Criollos; Etnobotánica médica; Exposiciones universales; Siglo XIX.

Original recibido el 8 de junio de 2016,
aceptado el 6 de diciembre de 2016

Editora Asociada: Alicia López


 

INTRODUCCIÓN

Los primeros antecedentes registrados sobre la identificación y estudio sistemático del valor económico de los recursos vegetales de la República Argentina son las participaciones en exposiciones locales e internacionales organizadas por dependencias del Gobierno Nacional. Entre las primeras se pueden citar la Exposición Nacional de Córdoba del año 1869 (Victory & Suárez, 1869), la de Bremen (Alemania) durante 1874, la de Filadelfia (EEUU) de 1876 y la de París del año 1878 (Departamento de Agricultura de la Nación Argentina, 1878a, 1878b). Gran parte de estas exposiciones se inscriben en el contexto histórico de la ejecución de programas gubernamentales dirigidos a atraer la inmigración europea y norteamericana hacia fines del siglo XIX.
El catálogo de productos y objetos recolectados por el Departamento de Agricultura de la Nación Argentina (1878a, 1878b) para la Exposición Universal de París de 1878 fue publicado por dicha repartición. Este catálogo incluía colecciones botánicas de particulares y de científicos, tales como las del Jorge Hieronymus de la Universidad Nacional de Córdoba y de Paul G. Lorentz respecto a la Flora de Entre Ríos, entre otras. Estos extensos y detallados catálogos incluyen numerosos usos de las plantas y las referencias de las localidades y provincias donde estas fueron coleccionadas. Sin embargo, las especies están citadas por sus nombres vulgares, disminuyendo considerablemente la posibilidad de identificación de los taxones.
Sin embargo, un proyecto aún más ambicioso que el citado se ejecutó una década más tarde respecto a la identificación y difusión de los recursos vegetales argentinos a nivel internacional en la Exposición Universal de París de 1889 (EUP), a partir del cual fueron solucionadas estas imprecisiones. Parte de los datos recabados para la EUP de 1889 fueron compilados por Alcorta (1890) -organizador de la muestra de Argentina-, bajo la forma de capítulos temáticos a cargo de distintos autores, en dos tomos, titulados: “La República Argentina en la Exposición Universal de Paris de 1889”. En su segundo tomo, Niederlein (1890a) enumera datos concernientes a los productos forestales, mientras que Blondel (1890) realiza comentarios acerca de los usos medicinales de las plantas exhibidas. Sin
embargo, a pesar que ambos autores enumeran las propiedades medicinales de varias especies vegetales, solo muy pocos datos se asignan a regiones geográficas específicas que permitan adscribir los mismos a un grupo humano determinado. Actualmente esto último constituye un requisito “sine qua non” para que un dato de este tipo pueda considerarse de índole etnobotánico, de lo cual se desprende que este profuso “corpus” de informaciones históricas habría permanecido inédito hasta la fecha.
Los autores tuvimos la oportunidad de hallar en la biblioteca de la División Botánica del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, parte del catálogo oficial original de la EUP de 1889 -en lengua francesa- donde se enumeran los productos y objetos presentados por el Pabellón argentino titulado “Catalogue spécial République Argentine. Exposition Internationale de 1889 à Paris”. Este último consiste en un fragmento -páginas 67 a 510- encuadernado de dicho catálogo.Esta valiosa información histórica pasó desapercibida para los etnobotánicos argentinos, en tanto no existe alusión alguna a la misma en la literatura sobre la temática en el país. Su interés para la disciplina resulta evidente, debido a que se refieren centenares de usos medicinales sobre plantas nativas de nuestro territorio científicamente identificadas, para cada uno de los cuales se detalla su procedencia geográfica, lo que permite inferir el grupo humano al cual se hace referencia.
Entre los estudios más actuales sobre la participación argentina en la EUP de 1889, se destacan los trabajos historiográficos de Di Liscia (2009) y de antropología histórica de Fernández Bravo (2000). Di Liscia (2009) describe las obras antes citadas de Niederlein (1890a) y de Blondel (1890), así como detalles históricos y comparativos acerca de las características, finalidades y pormenores de la presentación del Pabellón argentino en dicha exposición. Fernández Bravo (2000), en cambio, aborda las formas de representación de la nacionalidad argentina por las autoridades de dicha época.
Los objetivos del presente trabajo son: el reconocimiento, la descripción y el análisis de de datos de etnobotánica médica de carácter inédito para nuestro país, así como la discusión de aspectos atinentes a su adscripción cultural y ponderación de usos históricos poco comunes.

MATERIALES Y MÉTODOS

El catálogo o inventario de lo exhibido durante la EUP de 1889 constituye la fuente histórica primaria de este trabajo. La misma fue publicada por única vez bajo el nombre de “Catalogue spécial. République Argentine. Esposition Internationale de 1889 à Paris” en idioma francés, en aquella misma ciudad y año. En tanto documento histórico extranjero, de más de 125 años de antigüedad, y debido a la naturaleza no científica de la publicación -ya que corresponde a un simple catálogo de una exhibición-, se comprende que este documento haya tenido escasa disponibilidad, difusión y repercusión en nuestro país. Las informaciones presentadas en dicha exposición fueron recogidas “de primera mano” por comisiones provinciales formadas “ad hoc”, tal como lo atestiguan los registros explícitos de las identidades y procedencia geográfica detallada de las personas que los suministraron, según consta en el catálogo.
Se consultó, además, un extenso corpus documental en la sala VII del Archivo General de la Nación (AGN) denominado “Fondo Exposición de París. Año 1889”. Si bien no fue posible hallar ningún inventario definitivo sobre los materiales e informaciones presentadas en la EUP, los legajos consultados permitieron acceder a información sobre los criterios y modalidades que habría adquirido la obtención de tales datos por las comisiones auxiliares, así como la naturaleza de los envíos que las mismas hicieran a la comisión directiva central para el montaje del Pabellón Argentino.
Todos los datos etnobotánicos recopilados se ordenaron y sistematizaron para su análisis en una base datos.
La metodología de análisis empleada en este trabajo considera a los datos del pasado como si fueran una fuente de información primaria, a los cuales se aplica la metodología propia de la etnobotánica histórica (Medeiros, 2009; Rosso, 2012; Rosso & Scarpa, 2012; Scarpa & Rosso, 2014). Según esta herramienta resulta imprescindible contextualizar y caracterizar desde el punto de vista histórico las fuentes (quién la realizó, con qué objetivos, en qué marco, etc.), para luego describir y analizar los datos etnobotánicos propiamente dichos. Esta última etapa incluye establecer criterios de selección de los datos, actualización de la nomenclatura y ter
minología científica citada; comparación con datos publicados; su análisis estadístico descriptivo y la adscripción biocultural de los datos.
A partir de las referencias geográficas específicas brindadas por el Catálogo de la EUP de 1889 sobre los lugares de obtención y/o recopilación de cada uno de los usos medicinales allí referidos, se infiere la adscripción biocultural de los mismos. De esta manera, estos datos sí pueden considerarse de naturaleza etnobotánica ya que, al rescatar las coordenadas espacio-temporales de referencia, se pueden identificar los contextos y/o grupos socio-culturales a los cuales pertenecen. Para ello se emplea como criterio metodológico el “axioma biocultural”, a partir del cual se distinguen complejos “biológico-culturales” en función de las informaciones disponibles según los lineamientos establecidos por Toledo & Barrera-Bassols (2008: 27).
Los nombres científicos de los taxa se actualizaron siguiendo Flora Argentina (2015) y “Tropicos.org” (2014) , sobre la base de la condición de“aceptado”, se cotejó la validez de su presencia en las regiones geográficas citadas y su distribución geográfica actual. Asimismo, se efectuó una estandarización de la nomenclatura de las aplicaciones farmacológicas referidas para cada taxón, las cuales fueron actualizadas siguiendo el mismo método que en otros trabajos sobre etnobotánica histórica de Argentina (Anconatani & Scarpa, 2015).

RESULTADOS

De acuerdo a la metodología de abordaje propuesta se presenta en primer lugar una contextualización histórica de los datos a estudiar, para luego caracterizar, describir y, por último, analizar los datos etnobotánicos históricos propiamente dichos.

Contextualización histórica de la fuente empleada

Las autoridades argentinas procuraron organizar minuciosamente la preparación del pabellón nacional de la EUP de 1889. A tal efecto, se montó una estructura organizativa de carácter jerárquico a nivel nacional constituida por una “Comisión Directiva” con sede en Buenos Aires, a la cual abrevaban “Comisiones Auxiliares” establecidas en el interior del país. Estas últimas se ocuparon de obtener de primera mano tanto las muestras de origen vegetal, animal o mineral, así como las informaciones relativas a las mismas (ej. usos medicinales). Estos materiales fueron enviados al comisariado central en Buenos Aires a cargo de Gustav Niederlein, sobre quien recayó la responsabilidad de establecer (o corroborar) las identidades botánicas de tales colecciones vegetales, así como oficiar de “curador” de las mismas.

Documentos del Archivo General de la Nación sobre la EUP de 1889

La documentación encontrada en la sala VII del AGN contiene parte de la información y de los listados de los diferentes materiales (vegetales, animales, minerales, manufacturados) que las comisiones auxiliares de las provincias remitieron a la comisión directiva central en Buenos Aires. Cada una de ellas mostró sus peculiaridades a este respecto, ya que la información enviada no parece haber seguido un criterio unificado acerca de su presentación. En efecto, se verificaron diferencias entre esta información y aquella efectivamente presentada en la EUP de 1889 según el catálogo consultado, razón por la cual no resulta posible reconstruir lo presentado allí sobre la base de los materiales enviados por las comisiones auxiliares. Por este motivo, procedimos a comparar los datos del catálogo con las informaciones sobre botánica médica de las plantas nativas de Argentina publicadas hasta ese entonces -casi únicamente- en las obras de Hieronymus (1882) y de Parodi (1877, 1881, 1886). Como producto de esta comparación se verificó que no existía correlación alguna entre los datos locales remitidos por las comisiones con los existentes en la bibliografía consultada. Esto demuestra que el criterio de validación de los datos presentados habría sido que estos provinieran de una fuente local genuina y no de información bibliográfica.

Caracterización de la fuente de datos utilizada

Los datos sobre etnobotánica médica aquí estudiados constituyen solo una parte de la enorme cantidad de información y muestras que se exhibieron en la EUP de 1889 que se hallan enumeradas entre páginas 203 y 264 de su catálogo original, fuente documental de este trabajo. Estos fueron ordenados según una rigurosa clasificación pautada por el reglamento de la exposición, cuya parte atinente a lo que actualmente se podria considerar como“botánica económica”, corresponde a la “Classe 42” titulada: “Produits des exploitations et des Industries forestières”. La información está dividida en secciones cuyos títulos corresponden al nombre de las distintas fuentes que brindaron los datos, ordenadas alfabéticamente. Entre ellas se incluyen tanto los nombres completos de las personas o co- misiones auxiliares, como el nombre de las provincias o territorio nacional de procedencia. Dentro de estas secciones, a su vez, la información está ordenada siguiendo una estructura común definida por: un número de dato que es correlativo a todos los presentados bajo la misma “Classe 42” (los medicinales van desde el 1185 hasta el 1613)1; nombre vulgar en castellano (ocasionalmente traducido al francés); nombre científico de la especie -o del género- y su autoridad respectiva; familia botánica, fisonomía de la planta, enumeración de sus propiedades medicinales y de su grado de abundancia en la zona referida. En numerosas oportunidades se indica la parte vegetal empleada, aunque muy pocas veces sus formas de preparación y/o administración y nunca las dosis prescriptas.

Material vegetal de referencia

Respecto al destino de las muestras vegetales expuestas en la EUP de 1889 que documentarían estos datos etnobotánicos, Niederlein (1890a: 4-5) indica que el material que acompaña a estas informaciones estaban incluidos en “herbarios [que] han recibido el Museo de Historia Natural de Paris y el renombrado profesor doctor Hieronymus en Breslau [Wroclaw, Polonia]”. Blondel (1890: 126), en cambio, afirma que las mismas se destinaron al “Laboratorio de Historia Natural médica de la Facultad de Medicina de París y al Museo de Materia Médica de la Escuela de Farmacia” de París. La consulta a la Base de Datos de la Colección de Plantas Vasculares del Museo Nacional de Historia Natural de París (Francia) que se encuentra en línea, no evidencia la existencia de ningún ejemplar a nombre del curador de la muestra (G. Niederlein), quien había coleccionado personalmente muchos de los taxones citados. Respecto al Herbario de Wroclaw en Polonia (WRSL), se ha consultado vía correo electrónico al curador del mismo doctor Krzysztof Swierkosz, quien solo refirió que conservan algunos ejemplares de Jorge Hieronymus, aunque nada especificó sobre las especies vegetales incluidas en la EUP de 1889, cuya lista le fuera oportunamente enviada. También se consultó en línea la base de datos “Flora Argentina” (www.floraargentina.edu.ar), la cual cita ejemplares de herbario colectados por Gustav Niederlein, aunque prácticamente ninguno de ellos hacía referencia alguna a los taxa citados en el Catálogo de la EUP de 1889. Sin embargo, hacia el final de la “Classe 42” del catálogo -entre páginas 265 y 364- se citan listas de taxones pertenecientes a varios herbarios que sirven de documentación de aquellos cuyos usos se mencionan con anterioridad.
Dicho material vegetal respaldatorio corresponde a distintos herbarios personales, a saber: “Herbier de M. Schunk” titulado “Flore de Catamarca”; “Herbier de M. Gustave Niederlein” titulado “Résultats de L’Exploration du Territoire de Misiones de 1883 a 1888. Commission Internationale Argentine-Brésilienne de Limites”; “Herbier de M. Lillo. Collection de MM. Schickendantz et Lillo, Tucuman”, titulado “Flora de Tucuman”; y por último, “Herbier Niederlein”, titulado “Flore de la Pampa de Buenos-Ayres, de Patagonie et des Andes Australes. Commission scientifique de l’Expedition du Général Julio A. Roca au Rio-Negro (Patagonie), en 1879”. El único herbario en el que constatamos la presencia de dichos ejemplares fue el de G. Niederlein, los que fueron coleccionados en la provincia de Misiones por la comisión de límites argentino-brasilera. Allí se encontraron ejemplares correspondientes a 29 taxa que se hallan depositados en el Herbario del Museo Argentino de Ciencias Naturales“Bernardino Rivadavia” (BA), varios de los cuales han sido determinados por Jorge Hieronymus y Gustav Niederlein, entre otros2 El herbario “M. Lillo” citado en el catálogo se halla actualmente depositado en el Herbario
Fanerogámico de la Fundación Miguel Lillo (LIL), el cual constituye material documental de los taxones citados para esta provincia y, presumiblemente, también para los de Salta y Jujuy3. Una carta manuscrita enviada por el doctor Fritz Kurtz a la Comisión Central de Buenos Aires hallada en el AGN (Sala VII, legajo 3591), documenta que él mismo envió el material vegetal -cuyos usos se citan para la provincia de Córdoba- para ser exhibido en París. De esto se deduce que duplicados de estos se conservarían -como es práctica usual al respecto- en el Herbario del Museo Botánico de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (CORD) (aunque se desconoce colector o colección). Por último, la publicación de Niederlein & Lorentz (1881), presenta el listado completo del material vegetal correspondiente al herbario “Niederlein” (coleccionado por dichos botánicos durante 1879) también depositados en CORD. La revisión de las identificaciones taxonómicas de las colecciones de la EUP 1889 no ha podido ser efectuada por los autores de este trabajo.

Descripción y análisis de los datos

La cantidad total de datos de etnobotánica médica citados en el catálogo oficial de la EUP de 1889 asciende a 758. Esto es, aquellos que hacían referencia a una especie identificada o a nivel de género, sobre la cual se indica una aplicación medicinal específica geográficamente localizada, de manera de poder inferir la identidad del grupo humano que la emplea. Según la metodología aplicada, se analizan a continuación la validez de las citas taxonómicas para cada región del pais y su actualización, la comparación de los datos con fuentes publicadas, su análisis estadístico descriptivo y, por último, su adscripción a complejos bioculurales.

Validez y actualización de la nomenclatura científica citada
Respecto a los nombres científicos y distribución actual de las plantas referidas en el catálogo de la EUP de 1889 para las diferentes provincias, se hallaron las siguientes seis situaciones: 1- el taxón citado en el catálogo se corresponde por nomenclatura y dis
tribución a las informaciones actuales; 2- el taxón citado en el catálogo es considerado actualmente como un sinónimo, aunque se ajusta a su distribución geográfica actual; 3- el taxón citado en el catálogo no se incluye en la Flora argentina por tratarse claramente de una planta cultivada; 4- el taxón aparece en la Flora argentina pero su referencia geográfica no coincide con su distribución actual; 5- el taxón citado en el catálogo no se incluye en la Flora Argentina por no considerarse nativa ni adventicia para nuestro país (no por ser cultivada), o bien está expresamente excluida de la misma; y 6- el binomio se considera un “nomen dubium” o no se encuentra ninguna referencia sobre el mismo en ninguna base de datos.
Desde el punto de vista etnobotánico consideramos “a priori” como válidos los datos que refieren a taxones que se incluyen en los primeros tres casos (1, 2 y 3), luego de actualizar la nomenclatura y de indicar su condición de planta cultivada, nativa o adventicia.4 Por otra parte, los datos referidos a taxones que se incluyen en los últimos dos casos (5 y 6) fueron directamente eliminados del análisis5.
En los casos en que la distribución geográfica citada hacia fines del siglo XIX no coincidía con la referida en la base de datos actual de Flora Argentina (caso 4), se observaron las siguientes situaciones:
La procedencia geográfica del taxón es aproximadamente ajustada a su distribución actual (provincias o zonas vecinas), por lo cual se consideran válidos los datos etnobotánicos asignados al mismo6.
La procedencia geográfica del taxón citado en el catálogo resulta desajustada a su distribución geográfica actual en Argentina, aunque desde el punto de vista geográfico o histórico resultaría posible aplicar distintos criterios de validación. Si la cita se refiere a una provincia argentina vecina a una región de Chile donde actualmente se distribuye el taxón según la Flora del Cono Sur7, es válida. Se consideran válidas las citas de un taxón referido para una provincia del Noroeste Argentino aunque su presencia actual esté indicada para Misiones, o viceversa (ya que las distribuciones disyuntas en las selvas del Noroeste (Yungas) y en las de Misiones,
resultan frecuentes en la Flora Argentina como resultado de la condición de refugios pleistocénicos de dichas zonas)8.
Otros taxa citados para provincias argentinas ubicadas a lo largo del denominado “camino real” se consideran válidos porque éste se extendía desde las provincias del Noroeste hasta Córdoba y San Luis y era transitado históricamente por los médicos Kallawayas durante la época de la Colonia -y aún después-, quienes traían y llevaban plantas medicinales desde los Andes del occidente de Bolivia hacia las zonas serranas de Córdoba y San Luis. Las citas con una distribución claramente desajustada de la presencia actual del taxón, se consideran como erróneas y no son considerados estos usos medicinales para la etnobotánica argentina9.
Por último, sobre los taxa citados solo hasta nivel de género, se propone como “a confrontar” (cfr.) la identidad de las únicas especies pertenecientes al mismo que se hallan presentes en la provincia a la que se refiere su uso medicinal10.
En la Tabla 1 listan los datos etnobotánicos validados totales, indicando su nombre científico, nombre vulgar, aplicación medicinal específica, datos sobre su utilización, procedencia geográfica de cada uno de ellos y adscripción cultural.

Tabla 1. Datos de etnobotánica médica rescatados de la presentación argentina en la Exposición Universal de París de 1889. *: Planta cultivada. Grupo humano: Criollos de Valles Subandinos “Yungas-Chaco” (CYC); Criollos del Chaco Árido y Serrano (CCAS); Criollos del Chaco Seco (CCS); Criollos de Misiones (CMI); Criollos de la región pampeana (CP); adsripción sin determinar (s/d).









 

Comparación con datos publicados
Se efectuó una comparación detallada entre cada uno de los datos que figuran en el catálogo oficial de la EUP de 1889 y aquellos transcriptos en castellano por Blondel (1890) publicado en la Argentina. De los 221 usos medicinales citados por este autor solo 96 indican su localización geográfica, razón por la cual se puede inferir su adscripción biocultural y, por tanto, su condición de dato etnobotánico “publicado”. Los usos medicinales restantes (125), o bien no estaban acompañados de localización geográfica o ésta era errónea (en otra provincia a la indicada en el Catálogo de la EUP de 1889). Estas diferencias se explicarían debido a que la publicación de Blondel procuraba identificar en el catálogo de la EUP de 1889 solo aquellas plantas medicinales consideradas (según sus criterios) de mayor importancia para la medicina “oficial”11.

Análisis estadístico descriptivo
Un total de 710 datos sobre etnobotánica médica acerca de 243 entidades botánicas fueron referidos para pobladores criollos de 11 provincias argentinas desde 1886 a 1889 aproximadamente (validados y actualizados).
Las familias botánicas con mayor número de usos medicinales citados son las Asteraceae (121 usos), Verbenaceae (52), Lamiaceae (38), Fabaceae (33), Amaranthaceae (29), Solanaceae (27), Anacardiaceae (25), Anemiaceae (19), Apiaceae (17) y Euphorbiaceae (15 usos). Las principales especies registradas con usos medicinales fueron Dysphania ambrosioides (“paico”, con 18 datos); Adiantum raddianum y Verbena intermedia con 13 datos; Schinus molle (12 datos); especies de los géneros Anemia y Cuscuta, Lippia turbinata y el líquen Usnea hieronymi (con 10 datos cada uno), Anemia tomentosa, Begonia cucullata, Capparis atamisquea y Larrea divaricata con 9 usos cada uno, según se
muestra en la Figura 1. Se identificaron 20 categorías de uso medicinal dentro de las cuales se agrupan el 98,4 % de las aplicaciones totales. Éstas se definieron, en primera instancia, en función de los aparatos o sistemas corporales de incidencia (digestivo, circulatorio, reproductor) y, en último término, según tipo de acción terapéutica (estimulante, depurativo, vulnerario) u otra característica de su acción sobre el organismo. En la Figura 2 se grafica la participación relativa de cada una de estas categorías. Se identificó un total de 146 clases de aplicaciones medicinales, las más referidas de las cuales se listan en la Tabla 2, junto con la cantidad de datos etnobotánicos hallados para cada una de ellas.


Fig. 1. Principales taxa medicinales según la cantidad de datos referidos. Figura en color en la versión en línea http://www.ojs.darwin.edu.ar/index.php/darwiniana/article/view/714/707


Fig. 2. Categorías de uso medicinal. Figura en color en la versión en línea http://www.ojs.darwin.edu.ar/index.php/darwiniana/article/view/714/707

Tabla 2. Aplicaciones específicas con más de 10 datos etnobotánicos referidos.

Adscripción biocultural de los datos.
El Catálogo de la EUP de 1889 refiere datos de etnobotánica médica correspondientes a pueblos criollos de 11 provincias argentinas: el 35 % para

Misiones (Territorio Nacional) (249 datos), 18 % para Jujuy (125), 14 % para Córdoba (95),12 % para Salta (85),12 % para Tucumán (84), 5 % para San Luis (35), 4 % para La Pampa (29), 0,4% para Buenos Aires (3) y Tierra del Fuego (3) y 0,1% para Mendoza (1) y Catamarca (1). A continuación se analiza la adscripción biocultural de los distritos más representados.
Los usos medicinales de las plantas en el “Territorio de Misiones” son referidos para cinco categorías distritales, a saber: “Misiones” -que correspondería a la sede de la comisión auxiliar instituida en la ciudad de Posadas (206 datos)-, “Posadas” (Depto. Capital) (19), “Santa Ana” (11), “Loreto” (4) y “Primer Misionero” (8 datos) (Depto. Candelaria). Si bien el área biogeográfica de procedencia de todos estos datos correspondería al distrito de los “Campos” de la provincia fitogeográfica Paranense
(según Cabrera & Willink, 1980)-, la adscripción de los grupos humanos a los que hacen referencia no resulta tan clara. Según fuentes históricas provinciales (Queirel, 1897), la procedencia socio-cultural de los grupos humanos que la conformaban podrían estimarse -de manera aproximada- a partir de los datos del Censo del Gobierno de Corrientes de 1879 (de quien dependía el distrito de Misiones en esa época). Según Queirel (1897: 331), en 1879 la mayoría de la población (al menos sus 2/3 partes) correspondía a peones obrajeros, los cuales son explícitamente definidos en la misma fuente histórica como “tanto el nacido y criado allí, como el correntino, brasilero o paraguayo que allí vive y tiene los mismos hábitos y análogo carácter” (Queirel, 1897: 345). Estos datos, conjuntamente con la suposición de que la comisión auxiliar haya tenido mayor posibilidad de intercambiar informaciones etnobotánicas con los peones obrajeros que con las comunidades mbya -o eventualmente chiripá- guaraníes propiamente dichas, nos lleva a inferir que estas informaciones etnobotánicas provendrían de la población que conformaría con el tiempo el criollo misionero propiamente dicho. Es decir, se trataría de mestizos cuya conformación socio-cultural sería de raigambre hispano-guaranítica, provenientes tanto de la provincia de Corrientes como de las vecinas Repúblicas de Paraguay y del Brasil. Denominamos a este complejo biocultural como“Criollos de Misiones”.
Los datos referidos a “Jujuy”, “Salta” y “Tucumán” proceden de las comisiones auxiliares instaladas en sendas capitales provinciales, es decir, en las actuales San Salvador de Jujuy, Salta y San Miguel de Tucumán. Los grupos humanos que allí habitaban en 1889 correspondían mayoritariamente a una sociedad criolla de raigambre hispano-quichua -con un mayor componente indígena en Jujuy y menor en Tucumán, presumiblemente-, resultante de un antiguo proceso de mestizaje ocurrido desde el siglo XVI. El área biogeográfica de referencia es muy similar en los tres casos, en tanto las tres localidades se hallan emplazadas en valles Subandinos no muy distantes uno de otro. A diferencia de otros valles de este tipo ubicados más al sur de Argentina, la vegetación de esta zona corresponde a un ecotono localizado entre la Selva de montaña de las Yungas y el Bosque Chaqueño (distrito fitogeográfico Semiárido y Serrano). Por estos motivos, los datos procedentes de estas tres localidades podrían adscribirse al mismo espacio biocultural de referencia, denominado aquí como el de los Criollos de Valles Subandinos “Yungas-Chaco”.
Los datos referidos para Córdoba se distribuyen en 6 categorías distritales, a saber: “Córdoba” (De
partamento Capital) (47 datos), “Anejas Norte” (Depto. Colón) (16), “Minas” (Depto. Minas) (15), “Cruz del Eje” (Depto. Cruz del Eje) (11), “Pocho” (Depto. Pocho) y “San Justo” (Depto. San Justo), con 3 datos cada uno. Dado los detalles de localización registrados y la alta variabilidad ambiental de la provincia, se pueden distinguir dos complejos bioculturales a los que habrían correspondido estos datos etnobotánicos: el de los Criollos del Chaco Seco (donde se incluyen el Depto. Capital, Colón y San Justo) y el de los Criollos del Chaco Árido y Serrano (Depto. de Pocho, Minas y Cruz del Eje), estos últimos según la regionalización efectuada sobre este distrito por Karlin et al. (2013).
Por otra parte, aquellos datos asignados a “San Luis”, corresponderían a la actual capital de dicha provincia, sede de la comisión auxiliar que los registrara. Como tal, pertenecerían al complejo biocultural de los Criollos del Chaco Árido y Serrano, según la regionalización efectuada sobre este distrito por Karlin et al. (2013). Finalmente, los correspondientes a la provincia de La Pampa, pertenecerían al de los Criollos de la región Pampeana. En la Figura 3 se grafica la participación relativa de los datos etnobotánicos hallados para cada complejo biocultural.


Fig. 3. Participación relativa de los datos etnobotánicos por complejo biocultural. Figura en color en la versión en línea http://www.ojs.darwin.edu.ar/index.php/darwiniana/article/view/714/707

DISCUSIÓN

Los requisitos mínimos que debería cumplir un dato para considerarse de carácter etnobotánico no se hallan estandarizados a la fecha. Éstos, así como la necesidad de su expresión en términos formales, se hallan asociados a la particular conceptualización de la disciplina a la que cada investigador adscribe. Las distintas definiciones de etnobotánica concuerdan básicamente en el estudio y documentación de las significaciones, relaciones o aplicaciones que poseen las plantas científicamente identificadas para un grupo humano (cultura o grupo étnico) determinado. La necesidad de incorporar el denominado “contexto cultural de referencia” de los datos para que estos puedan ser considerados como “etnobotánicos”, tal como exigen algunas aproximaciones pergeñadas en nuestro país (Arenas, 1987), podría entrar en conflicto con la definición antes citada. Sin embargo, tales requisitos de contextualización, cuyos alcances nunca fueron establecidos en detalle (ora una ilustración, ora un estudio pormenorizado), podrían ser incluso consultados en obras anteriores o posteriores al momento en el que se describe y se documenta un dato etnobotánico propiamente dicho, sin perder este último su consistencia y poder referencial, en tanto se cite al grupo humano al cual alude. Por ello, consideramos que la inclusión de la adscripción étnica o cultural de tales datos podría entenderse como el establecimiento tácito de tal “contexto cultural” específico. De esta manera, no necesitarían desarrollarse “in extenso” cada vez que se menciona una significación o uso de alguna planta cualquiera.
Aunque no conocemos con certeza la forma en que fueron registrados los datos por cada una de las comisiones auxiliares provinciales, se puede deducir que se habrían privilegiado las fuentes orales genuinas debido a que: 1) en numerosos casos se detallan los nombres completos y la procedencia geográfica precisa -localidad- de cada uno de los entrevistados, 2) se descarta que los usos medicinales provengan de libros de botánica médica de Argentina que se hallaban en circulación durante dicha época, 3) el diseño mismo de las fuentes de obtención de datos a través de comisiones auxiliares provinciales, evidencia su clara intención de privilegiar las fuentes locales referidas a las plantas medicinales para su exhibición y 4) no existían aún medios masivos de comunicación en el interior del país durante la década de 1880’s.
Los materiales e informaciones presentados por el pabellón argentino durante la EUP de 1889 fueron exhibidos con el objetivo claramente propagandístico de fomentar la inmigración europea a la Argentina. Es por ello que el énfasis de la exposición fue puesto primordialmente en destacar la riqueza de los recursos naturales que pudieran ser aprovechados por los futuros colonos, presentando una“representación de la nacionalidad vaciada de sus marcas culturales locales” -como sostiene Fernández Bravo (2000: 181) -. Sería por esta razón el hecho que las adscripciones culturales regionales se encontraran veladas en dicho catálogo. Justamente, uno de los puntos centrales de este trabajo consistió en inferir la procedencia biocultural de los distintos conjuntos de datos a partir de la localización geográfica de donde procedían los mismos, a fin de convertir dicha información en dato etnobotánico. En varios casos esto presentó dificultades, dadas las escasas referencias existentes respecto a la definición de complejos bioculturales para Argentina. Tal es el caso de la asignación cultural de aquellos datos referidos para el Territorio Nacional de Misiones, lo cual ameritó la realización de un breve análisis sociohistórico a los fines de discernir la conformación socio-cultural de procedencia de los datos.
Según la adscripción cultural hallada se puede observar que gran parte de los datos registrados en la EUP de 1889 corresponde a grupos criollos sobre los que no se han realizado al presente investigaciones etnobotánicas. En efecto, no contamos con antecedentes de estudios etnobotánicos publicados sobre criollos de la provincia de Misiones, ni tampoco acerca de los criollos de Valles Subandinos “Yungas-Chaco” (correspondientes a las ciudades de San Salvador de Jujuy, Salta y San Miguel de Tucumán). Para los Criollos del ChacoÁrido y Serrano, sin embargo, algunos pocos datos de este tipo se hallan publicados (Coirini et al., 2010; Karlin et al., 2013). En cambio, para los Criollos del Chaco Semiárido ya contamos con una rica semblanza gracias a los aportes de Scarpa (2004a; 2012) y el de Muiño (2011) para los Criollos de la región Pampeana.
La principal categoría de uso medicinal registrada es la relacionada con el aparato digestivo con el 19,6 % de las aplicaciones totales (139), al igual que lo documentado en las investigaciones sobre etnobotánica médica criolla por Scarpa (2002, 2012), Martínez (2010) y Muiño (2011). Esto último, además de la gran cantidad de usos medicianles de las plantas, sustenta aún más la procedencia criolla de los datos consignados en la EUP
de 1889. Otras categorías de importancia son los usos como vulnerario, contra trastornos del aparato respiratorio y reproductor, categorías que también registraron importancia similar en los trabajos antes citados.
Respecto a las aplicaciones específicas, los datos refuerzan también su correspondencia con la medicina popular criolla, en cuanto se registra la típica combinación entre trastornos asociados a dicha cultura (“folks” o “cultural bound syndromes”), con aquellos típicamente asociados a la medicina humoral y a la biomedicina. Entre los primeros pueden señalarse el“empacho”, “chujcho” (fiebres intermitentes propias del paludismo), “dolor de costado” (probablemente hidropesía) y “golpe interno” (hematomas) -entre otros-. Entre éstos merece destacarse el “empacho” contra el cual fueron referidos un total de 18 remedios vegetales, encontrándose entre las primeras diez en importancia de aplicaciones específicas (Tabla 2). Este dato confirma la importancia que Campos Navarro & Scarpa (2013) ya destacaran para la terapéutica popular argentina, como uno de los trastornos contra el que son prescriptas mayormente las plantas medicinales. Entre las propiedades de los remedios típicamente asociados con la medicina humoral, se registra un amplio uso de diaforéticos, depurativos sanguíneos, purgantes, refrescantes y contra el “frío en los pies”, estos dos últimos claramente asociados con el síndrome cálido-fresco12. Entre los asociados a la biomedicina, en cambio, aparecen prescripciones de los vegetales contra el carbunclo, la escarlatina, la hidrofobia, la hidropesía y el reumatismo, entre otros.
Algunas de las aplicaciones específicas de las plantas proporcionan un panorama sobre los intereses diferenciales de la medicina popular de ese período. Así se desprende de las numerosas referencias (33) registradas sobre plantas utilizadas para combatir las enfermedades venéreas (gonorrea, sífilis, blenorragia), las cuales habrían tenido un lugar destacado dentro de las patologías de fines del siglo XIX, tal como también lo constataron Anconatani & Scarpa (2015) para las primeras décadas del siglo XX. De la misma manera, a juzgar por el número de referencias, también habrían resultado objeto de preocupación en aquel tiempo trastornos actualmente poco usuales como el cólera, es
corbuto, clorosis, escarlatina, el “hipo” y la “histeria”. Resultan especialmente destacables las referencias a afrodisíacos (3), ya que en la actualidad resulta muy infrecuente su registro a campo en las tierras bajas de nuestro país al menos (quizás vinculado con actitudes pudorosas vinculadas con la religión cristiana). Asociado con esto último y constituyendo un dato harto infrecuente en la medicina popular argentina, se halla el registro de un anafrodisíaco o que “conserva la castidad”, el cual fuera referido para la infusión de las flores de Pseudognaphalium luteoalbum (L.) Hilliard & B.L. Burtt (Asteraceae) o “bira bira” para los Criollos de los Valles Subandinos “Yungas-Chaco” (Tucumán). Otro caso interesante lo plantea la clorosis que podía afectar tanto a los niños como a las mujeres, enfermedad que podría relacionarse con la anemia o un desorden funcional muy relacionado con la anorexia nerviosa13.

CONCLUSIONES

El reconocimiento, puesta en valor y análisis de los datos etnobotánicos presentados en la EUP de 1889, no solo permite comprender la interacción de las sociedades pasadas con su entorno natural y social, sino que nos aporta elementos para comprender el devenir de dicha relación en nuestra sociedad en la actualidad. Asimismo, se destaca la importancia de rescatar estos datos ya que muchos son actualmente casi imposibles de obtener a campo, como consecuencia de las agudas transformaciones culturales que dichas sociedades sufrieron en su interacción con la naturaleza.

AGRADECIMIENTOS

Al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina por financiar nuestro trabajo. Al personal de la Biblioteca del Instituto de Botánica “Darwinion” (IBODA) de San Isidro por la paciencia y amabilidad expresada durante la consulta bibliográfica. Al Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez” de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la U.B.A. A los revisores de este artículo por sus sugerencias.

Notas

1 La cantidad de datos aquí referidos no coincide con la diferencia calculada entre estas numeraciones, ya que en el catálogo oficial también se enumeran como tales las simples correspondencias entre nombres vulgares y científicos de plantas consideradas como “medicinales”.

2 Una lista completa de los taxones coleccionados en Misiones por la comisión de límites argentino-brasilera, ha sido publicada por Niederlein (1890b) bajo el título “Resultados botánicos de espediciones hechas en Misiones, Corrientes y países limítrofes desde 1883 hasta 1888”.

3 Esta presunción tiene su asidero en que no solo las tres provincias poseen a nivel de sus capitales una vegetación semejante -ecotono entre las regiones fitogeográfcas de las Yungas y del Chaco-, sino que las colecciones de Schickendantz y Lillo no se restringieron solo a la provincia de Tucumán, inlcuyendo también a provincias aledañas.

4 Dentro de los datos que responden a los casos 1), 2) y 3) se tomaron las siguientes decisiones. Para Solanum nigrum L. existen actualmente 11 taxa infraespecíficos referidos, la mayoría de los cuales son sinónimos de Solanum pilcomayense Morong, el cual es el único de ellos que está citado para la provincia donde se cita su uso (Jujuy), por lo que consideramos se trata de esta especie. De la misma manera, para Solanum verbascifolium L. existen cinco taxa infraespecíficos, dos de los cuales son sinónimos de S. granulosoleprosum Dunal, el único que es citado para la provincia en la cual es referido su uso (Misiones), razón por la cual consideramos que se trata de esta especie. Entre las especies cultivadas y adventicias en nuestro país empleadas desde el punto de vista medicinal se incluyen Alcea rosea (L.) Cav. (“malva real”); Coriandrum sativum L. (“coriandro” o “cilantro”), Lippia turbinata Griseb. (“poleo”); Medicago arabica (L.) Huds. (“trébol de carretilla”); Ruta chalepensis L. (“ruda”); Salix babylonica L. (“sauce”); Sambucus australis Cham. & Schltdl. y Sambucus nigra L. subsp. peruviana (Kunth) R. Bolli (“saucos”). Asimismo, la cita del uso medicinal de Papaver somniferum L. (“amapola”) aludiría al antaño popular “láudano”, medicamento comercializado en farmacias elaborado a base de la tintura del látex deshidratado extraído del fruto de dicha planta (“opio”).

5 Entre estos figuran taxa citados para zonas vecinas de Brasil o Paraguay, tales como Aristolochia cymbifera Mart. & Zucc., Actinostemon lanceolatus Saldanha ex Baill., Campomanesia aprica (Vell.) O. Berg; Jacaranda caroba (Vell.) DC., Cassia leptophylla Vogel y Peschiera hystrix DC. Otras son endémicas de Chile, como Schinus latifolia (Gillies ex Lindl.) Engl., Lepidium pubescens Desv. y Proustia ilicifolia Hook. & Arn. De estos taxa tampoco se tienen noticias de su cultivo en Argentina. También se consideran erróneas las citas de: Piper lanceifolium Kunth; Spermacoce aff. laevis (Lam.) Griseb. y Myrocarpus fastigiatus Allemão por hallarse expresamente excluidas de la Flora del Cono Sur; las de Polypodium laevigatum Cav. y de Solanum frutescens A. Br. & Bouché por tratarse de nombres dudosos no resueltos hasta la actualidad –“nomen dubium”–; la de Cestrum pseudoquina Mart., Landsbergia cathartica Blak. ySimaruba suaveolens St-Hil. por tratarse de binomios inexistentes y la de Grindelia speciosa Benth. porque solo existe bajo la autoridad de “Gill. ex Hook & Arn.” -syn. de Grindelia chiloensis (Cornel.) Cabrera-, únicamente citada para la Patagonia y no para Tucumán, provincia para la cual lo refiere el catálogo de la EUP de 1889.

6 Entre estos taxa se incluyen Bulnesia retama (Gillies ex Hook. & Arn.) Griseb., Verbena teucrioides Gill. & Hook. y Acantholippia seriphioides (A. Gray) Moldenke, las tres citadas para Tucumán (todas presentes en La Rioja; la primera además en Catamarca, Santiago del Estero y la segunda también para Salta); Mulinum axilliforum Griseb. citada para Tucumán (presente en Catamarca y Jujuy); Discaria americana Gillies & Hook. y Croton argenteus L., citadas para Misiones (ambas presentes en Entre Ríos y Corrientes). De la misma manera, Echium plantagineum L.y Verbena intermedia Gillies & Hook. ex Hook. son citadas para Jujuy (presentes en Salta, entre otras provincias); Aloysia gratissima (Gillies & Hook. ex Hook.) Tronc. var. gratissima citada para Salta y Tucumán (hoy presente desde La Pampa hasta Jujuy); Sphaeralcea brevipes (Phil.) Krapov. indicada para Córdoba (presente en Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis); Senna arnottiana (Gillies ex Hook.) H.S. Irwin & Barneby citada para Córdoba (presente hasta Mendoza); Nicotiana glauca Graham y Urtica urens L. referidas para Salta (presentes en Catamarca y Jujuy) y Statice brasiliensis Boiss. citada para Misiones (presente en Entre Ríos, Santa Fe y los estados vecinos de Santa Catarina y Paraná de la República del Brasil).

7 Entre estas se incluyen Azorella madreporica Clos, citada para Salta y Tucumán y Ephedra chilensis C. Presl. solo para esta última, cuyo límite septentrional en nuestro país es la provincia de San Juan. Sin embargo, la Flora del Cono Sur refiere la presencia de la primera para la Región III de Chile (Atacama) y de la segunda para la Región II y III, ambas a la altura latitudinal de Tucumán y de Salta. Caso similar ocurre con Senecio eriophyton J. Remy, cuyo límite norte de distribución en Argentina es la provincia de La Rioja, aunque en la exposición está citada para Tucumán, Salta y Jujuy. Se considera cita correcta, ya que en Chile se indica su presencia para la Región II, III, vecinas a estas últimas provincias.

8 Responden a este caso las citas para Jujuy de Clara ophiopogonoides Kunth Phil. y Schinus terebenthifolius Raddi, ya que su presencia es referida en las bases de datos solo para Misiones (en Argentina). Mientras que lo contrario ocurre con Ocotea porphyria (Griseb.) van der Werff, la cual es citada para Misiones pero su presencia es referida para el Noroeste argentino (Salta, Tucumán y Jujuy).

9 Entre ellas figuran Buddleja cordobensis Griseb. (citada para Misiones pero presente actualmente en Córdoba, San Luis, La Rioja y San Juan); Chenopodium vulvaria L. y Cortaderia araucana Stapf (citadas para Tucumán pero solo presentes en provincias patagónicas) y Sphaeralcea philippiana Krapov. citada para Salta pero endémica para las provincias de Mendoza y San Juan.

10 Entre los taxa que cumplen con estas condiciones solo se pudieron reconocer a “Haplopappus sp.” citada para Jujuy (Haplopappus cfr. rigidus Phil.); “Senecio albicaulis Hook. Arn.” citada para Misiones (S. albicaulis cfr. var. glabriuscula Griseb., syn. Senecio vira-vira Hieron.); “Ambrosia sp.” citada para Misiones (Ambrosia cfr. elatior L.); “Duranta sp.” citada para Jujuy (Duranta cfr. serratifolia (Griseb.) Kuntze y a “Proustia sp.” citada para Jujuy (Proustia cfr. cuneifolia D. Don).

11 Esto último se destaca explícitamente al afirmar que, “no buscaba realizar la materia médica de ese país tan rico sino mostrar la riqueza y las posibles utilidades para que otros terapeutas pudieran aprovechar” (Blondel, 1890: 126).

12 Se conoce como tal a la clasificación de trastornos y propiedades de los remedios según estos sean “cálidos” o “frescos”, criterio típicamente utilizado por la medicina humoral hipocrática refigurada por Galeno que fuera registrada para toda Latinoamérica (ver Scarpa, 2004b).

13 Según Bernabeu-Mestre et al. (2006), se trataba de un problema de salud de difícil definición, llegando a mostrar importantes cambios en su conceptualización, aunque ciertos autores relacionaban esta enfermedad con situaciones sociales de explotación. Desde comienzos del siglo XX, la medicina científica ya no la considera como un cuadro clínico propiamente dicho.

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