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Medicina (Buenos Aires)

Print version ISSN 0025-7680On-line version ISSN 1669-9106

Medicina (B. Aires) vol.63 no.4 Buenos Aires July/Aug. 2003

 

La construcción de lo posible: La Universidad de Buenos Aires de 1955 a 1966. Catalina Rotuno y Eduardo Díaz de Guijarro (compiladores). Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2003, 252 pp

El libro se inicia con un Prólogo de Marcelino Cereijido, seguido de una breve reseña sobre  la Universidad de Buenos Aires y su entorno social entre 1955 y 1966. Luego 14 actores y testigos, algunos muy destacados, hacen sus relatos: Rolando García, Tulio Halperín Donghi, Juan Manuel Borthagaray, Manuel Sadosky, Ana María Barrenechea, Gregorio Klimovsky, Alejandro Kacelnik, Ricardo Monner Sans, Antonio Barrutia, Alberto Agrest, Jorge Albertoni, Roberto Zubieta, Sergio Bagú y Aníbal Ford. El libro es un conjunto de testimonios de esa construcción de lo posible, destinados al cultivo de la memoria, y al ejemplo para acciones renovadas..., y además amenos. Uno de los capítulos se inicia con una sentencia de Borges: "Sólo una cosa no hay. Es el olvido".
    En 1955, la inteligencia, la decisión, y la conciencia sobre la necesidad de educar al soberano, coincidieron con un momento histórico propicio. Se inició así un proceso que a su  vez era continuación en Argentina de la gesta educadora de Rivadavia y de Sarmiento, de la Reforma Universitaria de 1918, y de innumerables acciones que a través de la historia han ido construyendo la cultura de lo que hoy llamamos "primer mundo". Ese período se interrumpió bruscamente el 29 de julio de 1966, con una vuelta  hacia el oscurantismo oficializado, en la noche de los bastones largos.
    Las crónicas que componen el libro pueden estar teñidas por el subjetivismo del que tomó partido, o del ausente (la mitad de los cronistas dejaron el país, y algunos para siempre), o por el paso del tiempo. Son testimonios y no artículos de investigación.  
    Esa construcción de los nuevos posibles comenzó con un decreto ley de la llamada revolución libertadora (octubre de 1955) que restablecía la Ley Avellaneda de 1875. José Luis Romero fue designado rector-interventor. En diciembre de 1955, por el decreto ley 6403, la Universidad obtuvo autonomía académica y financiera, y se establecieron los lineamientos para su gobierno tripartito con representación de profesores, graduados y alumnos en los Consejos Directivos de las Facultades y en el Consejo Superior. En 1957 se aprueba el Estatuto de la Universidad de Buenos Aires y la Asamblea Universitaria elige como rector al filósofo Risieri Frondizi. En el artículo 28 de aquel decreto ley se anticipaba la posibilidad de que la iniciativa privada creara universidades que estarían capacitadas para otorgar diplomas, mediante una reglamentación posterior. La polémica se abrió entonces, entre reformistas, que defendían la enseñanza laica, estatal y no confesional, y los humanistas, en su mayoría católicos militantes, que sostenían el derecho de las universidades privadas, llamadas libres, a otorgar títulos, al igual que las estatales.
    Sin embargo, el libro nos muestra cómo al final de este período -cuando la autonomía universitaria, la ciencia y la cultura ya corrían inminente peligro de ser avasalladas por el oscurantismo- reformistas y humanistas coincidieron en la lucha. Y fue un humanista, Hilario Fernández Long, el último rector democráticamente elegido antes del golpe de estado de Onganía y la intervención a la Universidad.
    Algunas de las realizaciones en esos escasos 11 años fueron: la periodicidad de la Cátedra, el reglamento para concursos y dedicación exclusiva de cargos docentes, la departamentalización, que reúne cátedras de asignaturas similares, la Escuela de Temporada, por acuerdo entre la UBA y las Universidades de Chile y de Uruguay, un Plan de Reequipamiento, que aunque con restricciones, puso en marcha laboratorios e Institutos, la Comisión de Pedagogía, con participación de profesores eminentes, junto con graduados y estudiantes destacados, y el Departamento de Graduados.
    Se construye la Ciudad Universitaria, en Núñez. Eudeba -por inspiración del Rector Risieri Frondizi- comienza a funcionar en 1958. Se imprimían allí libros a bajo precio en tiradas de 100 000 o mayores, entre ellos las Ediciones Previas (textos sujetos a perfeccionamiento, material de estudio en las cátedras), los Fundamentales (Arquímedes, Dalton, Abogadro, Ampère y hasta una traducción original de Copérnico), y clásicos de la literatura argentina –como el Martín Fierro con tapa ilustrada por Castagnino– que se transformaron en best sellers.  Como recuerda uno de los cronistas del libro, luego de 1966 Eudeba no pudo recuperarse. Su Director, Boris Spivacow, fundó el Centro Editor de América Latina, siguiendo el estilo de Eudeba, que sufrió en 1976, durante otra dictadura,  la quema de sus libros, y que debió cerrarse.
    La Universidad se interrelaciona con el CONICET, que otorga becas a investigadores para perfeccionarse en el exterior, y también a jóvenes egresados para iniciarse en la investigación, generalmente en el ámbito universitario. Se crea en 1958 el Instituto de Investigaciones Médicas (Director: A. Lanari ), los Institutos del Cálculo (Director M. Sadosky) y de Investigaciones Bioquímicas (Director: L.F. Leloir) en Ciencias Exactas.  En la Facultad de Medicina se establecen un sistema de residencias, las Unidades Hospitalarias y la Escuela de Salud Pública. El Instituto de Investigaciones Médicas y sus docentes e investigadores tienen especial mención en este libro. Algunos de esos nombres también son parte fundamental de la historia de la revista Medicina (Buenos Aires).
    Del Epílogo extractamos: "Lo que se logró en la Universidad de Buenos Aires entre 1955 y 1966 fue el producto de una intensa lucha, guiada por objetivos claros... La  sociedad argentina, a pesar de las vicisitudes políticas, de los golpes de estado y de las presiones de los organismos internacionales, ha demostrado que fue y es capaz de producir ciencia y cultura... Corresponde ahora a todos nosotros, autores y lectores, la tarea de encontrar cuáles son los nuevos posibles que será necesario construir en la época actual. Y obrar en consecuencia".
    La presentación del libro, realizada  en el aula magna del Colegio Nacional Buenos Aires, mostró la capacidad de convocatoria que la defensa y promoción de la educación, la ciencia y la cultura tiene en amplios sectores de la sociedad argentina. Recomendamos su lectura.

INK

Salud, crecimiento económico y reducción de la pobreza. Informe del Grupo de Trabajo 1 de la Comisión sobre Macroeconomía y Salud. Entregado por George A.O. Alleyne y Daniel Cohen.
Washington, D.C.: OPS/OMS, 2003, 120 pp

La Comisión sobre Macroeconomía y Salud fue creada en enero de 2000 por la Directora General de la Organización Mundial de la Salud, Dra. Gro Harlem Brundtland, para que examinara las repercusiones de la salud sobre el desarrollo y analizara las vías por las cuales las inversiones en salud podrían acelerar el desarrollo económico. La comisión trabajó con el objetivo de formalizar recomendaciones concretas que podrían salvar vidas, reducir la pobreza y acelerar el crecimiento económico mediante un progresivo aumento de las inversiones en el sector de la salud de los países en desarrollo. Millones de personas empobrecidas mueren cada año debido a condiciones que podrían evitarse o manejarse con facilidad. Existen tecnologías capaces de evitar millones de muertes por paludismo, tuberculosis, VIH/SIDA, enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias y muchas otras causas. Los costos económicos que resultan de la mala salud, según documentó la Comisión, son enormes y trascendentales. La tarea por hacer demandará mucho dinero y mayores esfuerzos políticos y organizacionales que los vistos por la última generación. Según los cálculos de la Comisión, si los países donantes contribuyeran con alrededor del 0.1% de su PBN –un centavo por cada u$s 10 de ingreso– y si a eso se sumara un mayor esfuerzo en los países de bajos ingresos, hacia fines de esta década podríamos evitar 8 millones de muertes al año. Para arribar a sus conclusiones, la Comisión organizó sus investigaciones y análisis intensivo alrededor de seis grupos de trabajo. Estos grupos de trabajos, con sus títulos, son los siguientes:
   - El Grupo de Trabajo 1 (Salud, crecimiento económico y reducción de la pobreza)
   - El Grupo de Trabajo 2 (Bienes públicos mundiales para la salud)
   - El Grupo de Trabajo 3 (Movilización de recursos nacionales para la salud)
   - El Grupo de Trabajo 4 (La salud y la economía internacional)
   - El Grupo de Trabajo 5 (Mejora de los resultados de salud de los pobres)
   - El Grupo de Trabajo 6 (Asistencia al desarrollo y salud)
   Este libro expresa el esfuerzo realizado por el Grupo de Trabajo 1 que se concentró primordialmente en las siguientes cuatro cuestiones: 1) El nexo demográfico; 2) la salud como un activo para la producción; 3) Salud y pobreza; 4) Salud y desigualdad. Los temas interesan fundamentalmente a economistas, sociólogos, expertos en salud pública y políticos. La bibliografía es abundante pero no numerada.

APB

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