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Medicina (Buenos Aires)

Print version ISSN 0025-7680On-line version ISSN 1669-9106

Medicina (B. Aires) vol.63 no.5 Buenos Aires Sept./Oct. 2003

 

Producción de Vacunas en la Argentina: una decisión impostergable

 Según el criterio adoptado por el Ministerio de Salud de la Nación en el año 2003, las vacunas de aplicación obligatoria en nuestro país son ocho. Ellas conforman lo que se conoce con el nombre de Calendario Nacional de Vacunación y son las siguientes: BCG (tuberculosis), Hepatitis B, Doble Adultos (tétanos-difteria), Triple Bacteriana (difteria-tétanos-pertussis), Cuádruple Bacteriana (difteria-tétanos-pertussis-hemophilus influenza B), Sabin (poliomielitis), Doble Viral (sarampión-rubéola) y Triple Viral (sarampión-rubéola-parotiditis).
   En nuestro país, el Laboratorio Central de Salud Pública de la Provincia de Buenos Aires, también conocido como Instituto Biológico de La Plata y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de la Salud (ANLIS-Malbrán) son las únicas Instituciones que producen vacunas que están en el Calendario Nacional de Vacunación. El Instituto Biológico produce la vacuna BCG (1.600.000 dosis/año) y la Doble Adultos (1.600.000 dosis/año), aunque esas cantidades sólo cubren las necesidades de la Provincia de Buenos Aires, y ANLIS-Malbrán que produce aproximadamente 200.000 dosis anuales de Doble Adultos. Las seis vacunas restantes que se aplican en el marco del Calendario Nacional, así como también las dosis faltantes de BCG y Vacuna Doble para el resto del país, son importadas por el Ministerio de Salud de la Nación a un valor total aproximado de 20 millones de dólares anuales, según cifras correspondientes al año 2002.

La vacuna BCG, un "caso testigo"

El Instituto Biológico de La Plata tiene una experiencia de más de 30 años en la producción de vacuna BCG. Desde el año 1989 su planta elaboradora está habilitada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), hecho que les permitiría su distribución en todo el territorio nacional y eventualmente su exportación con garantía de seguridad y efectividad. Además, es oportuno mencionar que esa vacuna BCG está elaborada según las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para vacunas BCG y ha sido seleccionada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para producir un patrón de referencia (Working Reference, WR) para América Latina y el Caribe.
   Según nos manifestara su Director, el Dr. Alejandro Lozano, para producir vacuna BCG para todo el país, el Instituto Biológico de La Plata sólo necesitaría disponer de insumos y recursos humanos adicionales de acuerdo a la cantidad a producir. Además, se podría incorporar la producción de BCG intravesical utilizada en el tratamiento del carcinoma superficial de vejiga y de productos bacterianos relacionados que ellos producen actualmente, como la tuberculina PPD (derivado proteico purificado) utilizada en diagnóstico.
   Por otra parte, ANLIS-Malbrán actualmente produce PPD y BCG intravesical según normas de la OMS, y posee estructura edilicia que lo habilitaría para la producción de vacuna BCG intradérmica. Además, realiza el control oficial de esas vacunas y en colaboración con el Instituto Biológico producirá un nuevo concentrado de PPD.
   En síntesis, una acción coordinada entre ambas Instituciones permitiría producir la vacuna BCG y derivados microbianos, garantizando la provisión de los mismos a todo el país, y aun para exportación.
   Sin embargo, aunque estos antecedentes claramente demuestran que en nuestro país tenemos capacidad instalada para producir vacuna BCG de muy buena calidad y en cantidad suficiente para cubrir las necesidades del Ministerio de Salud, Argentina importa normalmente alrededor de 3.000.000 de dosis anuales de vacuna BCG proveniente de laboratorios de India, Bulgaria, Dinamarca u otros países. Esta importación, obviamente, se traduce en una importante salida de divisas hacia el exterior que podrían invertirse, por ejemplo, en la producción local, en la actualización necesaria de procesos tecnológicos, en el desarrollo de otras vacunas que requieran más tecnología, y en la formación de recursos humanos para consolidar el desarrollo de grupos de trabajo en áreas de interés nacional.
   Recientemente el gobierno ha definido, dentro de sus líneas de desarrollo prioritario, impulsar proyectos tendientes a lograr la sustitución de las importaciones por producción nacional. La producción de vacunas podría ser claramente uno de esos proyectos. Por lo tanto, una forma de ser consecuente con esas ideas sería que el Ministerio de Salud de la Nación asuma un compromiso formal a futuro de invertir, en principio, en la producción de vacuna BCG para sus planes sociales, en lugar de importarla.
   Estas inquietudes fueron volcadas en una reunión mantenida en Julio de 2003 con la Secretaria de Políticas, Regulación y Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud, Dra. Graciela Rosso. Ella compartió nuestro criterio manifestando que era absurdo importar vacunas para las cuales el país contaba con capacidad instalada para hacerlas. Así, en una segunda reunión llevada a cabo en el mes de agosto de 2003, ella nos informó que el Ministerio de Salud de la Nación había tomado la decisión política de que a partir del año 2004 la vacuna BCG que utilice el Ministerio para sus planes sociales iba a ser de producción nacional. Esto se llevaría a cabo a través de un convenio con el Instituto Biológico de La Plata, complementado con la finalización de obras para la producción de vacunas en ANLIS-Malbrán.
   Somos conscientes de que la producción de vacuna BCG en sí mismo no es un objetivo significativo desde el punto de vista económico y algunos podrían argumentar, como lo han hecho, que utilizar la misma capacidad instalada para la nueva escala de producción no es incorporar tecnología, o que la contribución del sector de CyT no sería importante en esta temática, sino en emprendimientos de mayor envergadura.
   Sin embargo, esto puede ser una lectura inadecuada, de una realidad que pensamos que es diferente. En efecto, debemos tener muy claro que si como sector, o como sociedad, no somos capaces de utilizar la capacidad instalada que tenemos para implementar, por ejemplo, la  producción de vacuna BCG, todo lo que se diga o escriba sobre Planes Nacionales de CyT, o acerca de la vinculación del sector científico-tecnológico con la producción, o sobre proyectos de tecnología de avanzada, es ilusorio.
   Por otra parte, dentro del Grupo de Políticas de Estado en CyT hemos discutido propuestas de mejoras tecnológicas al actual proceso de producción de vacuna BCG, así como también estudios sobre caracterización molecular de aislamientos locales de Mycobacterium.
   Queremos mencionar, además, que el desarrollo de vacunas que requieran otro tipo de tecnología o que puedan generar productos de alto valor agregado, también se podrían concretar en nuestro país. En efecto, en Argentina hay buenos planteles de científicos y tecnólogos para impulsar ese tipo de proyectos y transformarlos en realidad. Sólo hace falta discutirlos seriamente, analizar su pertinencia y viabilidad, y que las autoridades tomen las decisiones políticas que permitan implementarlos.
   Las acciones que hemos venido desarrollando dentro del Grupo de Políticas de Estado muestran claramente que la participación activa, ordenada y perseverante de un sector de la sociedad puede impulsar proyectos que tienen como eje la solución de demandas sociales, en un ámbito que le ofrezca continuidad a la ejecución de planes y/o proyectos y contribuyan a construir una nueva realidad.
   Consideramos de fundamental importancia que el poder político acompañe las propuestas razonables que surgen de diferentes sectores de la sociedad y sea un fiel ejecutor de las mismas. Esto sería un paso importante en la erradicación de la promesa vacía o el doble discurso, hechos que han conducido al descreimiento y, en parte, han contribuido a llevarnos al borde de la disolución como sociedad. Por ello, anhelamos que lo que manifestara el presidente Kirchner en ocasión de la presentación de su Plan de Gobierno 2003 se transforme en una realidad. Como ejemplo, transcribimos tres conceptos importantes enunciados en ese Plan:

   "Eliminar totalmente la importación tecnológica no es un paso próximo a lograr pero la misma debe ser reducida a lo estrictamente imprescindible".
   "El campo científico-tecnológico debe tener un nivel de conocimiento suficiente como para ser razonablemente autónomo".
   "La sociedad que anhelamos para el futuro debe comprender que el problema científico-tecnológico es uno de los fundamentos esenciales para el desarrollo de un país independiente".

   El Grupo de Políticas de Estado se formó por la in-corporación voluntaria de personas e instituciones          que adhirieron a principios básicos que consideran que promover Políticas de Estado en el área de CyT es necesario para un desarrollo como Nación independiente. Actualmente representa a más de 1.200 personas y 49 instituciones (ver www.saic.org.ar , luego novedades, luego propuesta). El Grupo es abierto y, aunque formado mayoritariamente por personas del sector de CyT, es multisectorial.
   La tarea actual del Grupo consiste en impulsar en nuestro país la producción de otras vacunas que conforman el Calendario Nacional de Vacunación. Además, en un sentido más amplio, aspiramos a no ser meros espectadores de nuestro destino como sector, o como sociedad, sino participar activa y organizadamente en la resolución de problemas sociales. 

   Este artículo ha sido una elaboración conjunta del Grupo de Gestión de Políticas de Estado en Ciencia y Tecnología, que está constituido por las siguientes personas:

   Airaldi MG - Alonso-Romanowski S - Ambrosio A - Bessone JB - Bibiloni AG - Castro EA - Cravero C - Debenedetti SL - De Filippo J - Denzoin LA - Fernández Lahore M - Fiamberti H - Fossati CA - Franchi AM - Furnari JC - Gadaleta P - Gaggioli N - García AP - Ghilarducci A - Gubertini MT - Hajos S - Hermida EB - Hozbor D - Ielpi L - Iriondo M - Isturiz MA - Jasnis MA - Kochen S - Landoni MF- Lemos DR - Manghi M – Milana JP - Nonzioli  AC - Otero AM - Palermo M - Pérez O - Ravelo A - Rearte B - Recavarren MI - Rodríguez ME - Rofman A - Sadir AM - Sasiain MC - Schattner M - Stumpo R - Yantorno O.

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