NECROLOGÍA

Alberto Agrest
(1923-2012)

El 2 de febrero último falleció el Dr. Alberto Agrest, médico prominente y Académico laborioso. Fue un maestro de enorme generosidad y un investigador inteligente y afortunado: el equipo que formaba rescató de la muerte inevitable por tétanos grave, con sedación profunda, traqueotomía, asistencia respiratoria y ocasionalmente relajantes musculares como la tubo-curarina, a 1 de 8 recién nacidos, 12 de 15 niños de entre 2 y 11 años y a dos adultos, excelentes resultados para la época¹.
Agrest se graduó en la Universidad de Buenos Aires, completó su formación en el Hospital de Ann Harbor de la Universidad de Michigan y en el Hospital Claude Bernard de París. Aquí se desempeñó en el Instituto Modelo de Clínica Médica del Hospital Rawson, en la Tercera Cátedra de Clínica Médica y en el Centro de Investigaciones Cardiológicas. Participó en la fundación del Instituto de Investigaciones Médicas (IDIM), unidad de clínica médica y cirugía, que reunía todas las especialidades en lo que había sido una Cátedra de Semiología en el Hospital Tornú. Allí pasó casi 30 años como Jefe de Clínica, Jefe de la Sección Cateterismo (Hemodinamia) e Hipertensión y al mismo tiempo complementó esa labor con la jefatura clínica en el Instituto Ferrer. Allí actuó como neumonólogo erudito junto con Aquiles J. Roncoroni.
Decimos que fue un maestro generoso porque cuando, en una situación incómoda, se sintió obligado a renunciar al IDIM, se le ofreció la dirección de medicina interna del Sanatorio Güemes, llevó con él un grupo de jóvenes sobresalientes del IDIM, y se perdió, junto a su impulsor, la Sección Cateterismo.
Agrest no era un especialista, sus publicaciones son una prueba de la amplitud de sus intereses y competencias.
Ya retirado fue nombrado profesor honorario de la Facultad de Medicina durante el decanato del Dr. Guillermo Jaim Etcheverry. En 1995 fue incorporado a la Academia Nacional de Medicina.
Había participado de la creación del primer sistema de residencias del país en la Tercera Cátedra que se transfirió luego al IDIM. Desde su creación estableció un diálogo fluido con los residentes e impulsaba a los más destacados para que al terminar su período de residentes, solicitaran una beca de iniciación al CONICET o a la Universidad de Buenos Aires en un tema que les ofrecía y que luego supervisaba. Estos residentes se transformaron en sus discípulos y llegaron a ser investigadores independientes que nunca dejaron de apreciarlo y lo consultaban cualquiera fuera la institución en la que actuaran; jamás tuvo la pretensión de compartir la autoría que se le ofrecía de innumerables trabajos
Perteneció al Comité Editorial de Medicina (Buenos Aires) desde 1953 hasta 1985. Su diligencia y dedicación contribuyeron a sostenerla en épocas difíciles. En 1985 renunció al Comité Editorial; sin embargo siguió contribuyendo regularmente a la revista, su última contribución llegó pocos días antes de morir².
Publicó varios libros que manifiestan su constructiva actitud crítica sobre el ejercicio actual de la medicina, el valor de la sensatez y su insistente preocupación por la ética.
Soportó con estoicismo la afección que oscureció sus últimos años.
Agrest fue un maestro que enseñó con el ejemplo y patrocinó sin reservas a médicos e investigadores que se consideraban discípulos suyos.

Samuel Finkielman

1. Roncoroni AJ, Agrest A, Blasco R, Simsolo V. Tratamiento del tétanos grave. Medicina (B Aires) 1963; 23: 57-84.         [ Links ]

2. Agrest A. Falsos positivos en medicina. Medicina (B Aires) 2012; 72: 182-3.         [ Links ]