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Medicina (Buenos Aires)

Print version ISSN 0025-7680

Medicina (B. Aires) vol.74 no.3 Ciudad Autónoma de Buenos Aires June 2014

 

ARTÍCULO OCASIONAL

1944 - Houssay y el nacimiento del IBYME, Instituto de Biología y Medicina Experimental

 

Christiane Dosne Pasqualini

Academia Nacional de Medicina, Buenos Aires, Argentina

 

Que el principal deber de toda biografía
parece ser el de representar a los hombres
en las circunstancias de su época e indicar en
qué medida fue adverso el conjunto y en qué
medida fuera favorable.
JOHAN WOLFGANG VON GOETHE (1749-1832)

 

Ayer -8 de abril de 2014- se celebraron los 70 años del nacimiento del IBYME, o Instituto de Biología y Medicina Experimental). Fue una fiesta exitosa con una perfecta organización, destacándose la cantidad de concurrentes que hacían fila al entrar para saludar a los anfitriones, Eduardo Charreau y Damasia Becú. Pero, al llegar a ellos, se me hizo el clic y me emocioné - me traicionó el subconsciente, y me asaltaron tantos recuerdos de 1944 que desencadenaron lo que mi madre llamaba la larme à l´oeil y no pude dejar de llorar -¡un papelón!
Trataré de organizar estos recuerdos y contar mi versión -y las de algunos otros- del año 1944, adaptados de diversas publicaciones1-4.

El sábado 16 de octubre de 1943, Houssay fue declarado cesante: perdió su cátedra y la dirección del Instituto de Fisiología. Yo estaba en Santiago de Chile en el laboratorio de Alejandro Lipschütz y esta noticia, que me llegó a través de los diarios y luego me fue corroborada por varias cartas desde Buenos Aires, me indignó profundamente. Rodolfo Pasqualini, como médico militar trató de intervenir, pero no pudo modificar nada. Me escribía: "Recién el miércoles pude verlo a Houssay en su casa. Estaba triste pero sereno, rodeado de una montaña de papeles y libros traídos de la Facultad. Me dijo que no pensaba alejarse del país y que se pondría a trabajar pronto y que él había pedido a todos sus colaboradores que continuasen en sus puestos, como los marineros y los oficiales de un barco cuando desaparece el capitán".
A mí me parecía imposible que pudiera pasar algo tan desastroso y, con mi formación anglocanadiense, no lo podía entender.
Entonces pensé en Herbert M. Evans, que tanto se interesaba en Houssay y que me había insistido que le contara todo lo que sobre a él concernía. Le envié una larga carta, en inglés, de la que traduzco aquí algunos párrafos:

Departamento de Medicina Experimental
Santiago de Chile
4 de noviembre de 1943

Estimado Profesor Evans,
Espero que haya recibido la carta que le mandé en mayo desde la Argentina. Sé que no era exactamente lo que Ud. pretendía porque me había pedido frecuentes aunque cortas anécdotas sobre el Prof. Houssay y el Instituto. Eso era muy difícil de hacer. Las opiniones estaban muy divididas entre los integrantes del Instituto, con marcadas diferencias, especialmente en enfoques tanto políticos como filosóficos, y esto finalmente ha llevado a que el Prof. Houssay en este momento sea un hombre muy desdichado.
Conozco su gran admiración por el Prof. Houssay, su interés por sus trabajos, su Instituto y su bienestar. Después de haber trabajado todo un año con él, he aprendido a admirarlo como un gran científico y a respetar sus puntos de vista como viniendo de una mente honesta con una sola línea de conducta, lo más notable por tratarse de un país donde las ideas suelen ser fluctuantes.
Entre los que nos interesan a los dos, Houssay, Castex, Orías y Lewis habían firmado la famosa carta o manifiesto y fueron dejados en la calle. Excepto Houssay, los otros tres tuvieron el consuelo de que sus colaboradores renunciaran en bloque. Lo que pasó en el Instituto de Fisiología es muy triste; Braun Menéndez y Foglia fueron los únicos dos en abandonar todo y los demás se quedaron para reorganizar el Instituto con Muñoz de director, y las disputas y envidias ya han empezado.

El profesor Houssay dio su última clase de fisiología en presencia de dos mil personas, en el aula y patio que Ud. bien conoce y a pesar de los aplausos se negó a decir nada que no fuera fisiología. Hubo una triste despedida en su despacho.
Ahora, lo que tal vez no sepa es que el profesor Houssay está profundamente afectado por esta situación; se ha llevado todos sus libros, retratos, etc., a su casa y ha dicho que no volverá nunca al Instituto, y acuérdese que ese último era su vida, lo fundó él, el único de su estilo en Sudamérica, y ahora todo se va a la basura. Houssay me escribe:
Nuestra intención es seguir trabajando en fisiología, ya sea en alguna institución existente, o recogiendo fondos para organizar un pequeño centro de investigación. Nuestro ánimo sigue perfectamente intacto y espero que esta dificultad sólo nos sirva como estímulo para trabajar como lo hemos hecho siempre para el bien de nuestro país y para el progreso de la ciencia.
Como está la Argentina en este momento va ser difícil que se pueda organizar algo; en Montevideo, en Santiago y en Brasil, todos los investigadores están muy afectados por esta situación y todos lo apoyan enteramente, pero tienen, como Ud. sabe, sus propias dificultades para conseguir fondos, y en consecuencia no le pueden ofrecer nada.
Esta es la razón por la cual recurro a Ud. para ver si algo puede hacerse en los Estados Unidos para ayudarlo. ¿Se acuerda, le ofreció Ud. una gira de conferencias el año pasado y le contestó que estaba demasiado ocupado en ese momento: por qué no ofrecérsela ahora? La situación ha cambiado. Lo han echado a la calle, literalmente, porque Ud. sabe de su magro salario y que nunca fue rico, y todo eso por decir lo que pensaba de la causa democrática, para "una democracia efectiva". ¿No cree que algo podría ofrecérsele en Estados Unidos, en algo de investigación relacionada con la guerra, por ejemplo? Aunque nunca dijo nada sobre el tema, creo que puesto en estos términos podría aceptar. Está en una situación desesperada, con una mujer y tres hijos que sostener, y pocas personas que le pueden ayudar en Buenos Aires. [...]
Espero que entienda el giro de esta larga y pesada carta y por favor hágame saber qué puede hacer para mejorar la situación del Prof. Houssay.
Atentamente

Christiane Dosne

No recuerdo si Evans me contestó. En 2001, compré por Internet la biografía de Cannon titulada Walter B. Cannon, Science and Society por Elin L. Wolfe, A. Clifford Barger, Saul Benison, Cambridge MA: Harvard University Press, 2000, 644 pp.
Hojeando el libro, Rodolfo me dijo:
-Mira las páginas 510 y 511.
Allí estaba reproducido un fragmento de mi carta a Evans. Según consta en aquellas dos páginas, al recibir mi carta, él se puso casi inmediatamente en contacto con Walter Cannon para considerar la situación de Houssay. De allí surgió el propósito de conseguir fondos privados para la suscripción de varias revistas científicas. De esta forma se fundó el Houssay Journal Fund por iniciativa de los doctores C. J. Wiggers, W. B. Cannon, J. F. Fulton y H. M. Evans con el objeto de crear la biblioteca del nuevo Instituto.
La cesantía de Houssay tuvo gran repercusión en EE.UU. y hubo mucho empeño en ayudarlo con un apreciable resultado, como se puede leer en una nota en Science del 10 de agosto de 1945 titulada THE HOUSSAY JOURNAL FUND:
[...]the response to our plea has been generous, for 247 donations were received and a fund of $1543.28 was secured. This has enabled the Committee to send Professor Houssay five years´ subscriptions to the 18 journals he desired and a sum of $625.90 for subscriptions to foreign periodicals. The Committee takes these means of thanking the various donors for their generous participation in helping our Argentinean colleagues at a time when they were in sore need.
Firmaban: Herbert M. Evans Chairman, Walter B. Cannon, John F. Fulton, Carl J. Wiggers.

En 1987, a raíz del centenario del nacimiento de Houssay, en el Volumen 6 de la Colección Academia Nacional de Medicina se publicaron varios artículos que, de alguna manera, tratan de explicar este insólito episodio político. Vale la pena transcribir algo de lo que escribió Andrés Stoppani: En mayo de 1943, la segunda guerra mundial tomaba un curso definitivamente favorable para los Aliados. Nuestro país se había declarado neutral, a pesar de fuertes presiones en contrario, lo que alimentaba el resentimiento creciente de los Aliados, especialmente de los EE.UU. El 4 de junio tomó el poder un gobierno de facto [...] Dos tendencias se disputaban el poder: por una parte los aliadófilos y por la otra los neutralistas. En consecuencia, en lo exterior se mantuvo la neutralidad y en lo interior se adoptaron medidas regresivas, entre otras la intervención de las universidades. [...]. Los reclamos, cada vez más fuertes y ruidosos, se tradujeron en declaraciones en la prensa y demostraciones públicas, especialmente en las universidades. En setiembre, importantes y variados sectores del quehacer nacional consideraron necesaria una gestión directa ante el presidente de la Nación. El día 13 de ese mes, una comisión constituida por Le Breton, Cantilo, Diaz Arana, Houssay y Labougle fue recibida por el Presidente Ramírez quien les manifestó su opinión favorable sobre la rotura de relaciones con el eje que, según había expresado al embajador de los EE.UU, se produciría en breve plazo. También les sugirió la conveniencia de un debate público, que aclararía la necesidad de la medida. Pocos días después, apareció un manifiesto subscripto por más de cien personalidades, entre ellas Castex, Ceballos, Houssay y Romano, pidiendo "Solidaridad americana y democracia efectiva". El 16 de octubre de 1943 los firmantes que ocupaban cargos públicos fueron declarados cesantes y el día 29 la Universidad de Buenos Aires recibía la comunicación siguiente: "Por decreto del Poder Ejecutivo, han sido declarados cesantes en las tareas que desempeñan en esa Universidad, los doctores Mariano R. Castex, Alejandro Ceballos, Bernardo A. Houssay y Nicolás Romano". [...]. La separación de los firmantes del manifiesto tuvo consecuencias no previstas por sus autores. En primer lugar, la agitación adquirió mayor impulso, especialmente en las universidades, conmoviendo a la opinión pública, dentro y fuera del país. Las cesantías terminaron con la estabilidad del claustro profesoral establecido por la ley Avellaneda. Desde la sanción de esa ley, la inamovilidad de los profesores universitarios había sido norma respetada por todos los gobiernos, a pesar de la militancia de muchos de ellos, en diferentes oportunidades.
Tan pronto se supo que Houssay había sido separado, recibió invitaciones para ocupar cargos de profesor en universidades extranjeras, entre otras, de California, Brasil, Uruguay y Chile. En todos los casos, su respuesta fue; "deseo trabajar en el país, pues he dedicado mi vida a servirlo y a luchar por el adelanto científico. Sólo en el caso de no tener donde trabajar, lo que espero no suceda, o que se me molestara personalmente, lo que me parece absurdo, me vería obligado a aceptar las propuestas ventajosas recibidas del extranjero".
Desde su domicilio en la calle Viamonte, emprendió inmediatamente dos empresas trascendentes: la redacción de un libro de Fisiología y la organización de un Instituto de investigaciones que habría de llamarse Instituto de Biología y Medicina Experimental. La redacción del libro estaba decidida el 8 de noviembre y la fundación del Instituto en diciembre, lo que demuestra la energía y la celeridad de Houssay para enfrentar la nueva situación. El libro, escrito con la colaboración de sus discípulos más destacados, fue fiel reflejo de las investigaciones fisiológicas de la escuela de Houssay. Tuvo gran éxito en el extranjero, pues fue traducido a varios idiomas".
Fue durante esos días de conflicto de octubre de 1943 que Houssay redactó ese "credo" ampliamente divulgado, en el que expresaba sus convicciones con firmeza:
Amor a mi patria
Amor a la libertad
Dignidad personal
Cumplimiento del deber
Devoción a la ciencia
Devoción al trabajo
Respeto a la justicia y a mis semejantes
Afecto a los míos, parientes, discípulos y amigos

B.A. Houssay

Así termina lo que escribió Andrés Stoppani5.

El Instituto de Biología y Medicina Experimental nació con el apoyo de la Fundación Sauberan y al principio albergó a Houssay y sus colegas cesantes o renunciantes. Con el correr de los años se convertiría en una magnífica institución, como lo describió Eduardo Charreau en 2011, en Relato histórico del Instituto de Biología y Medicina Experimental6 y como lo expresaron los conferencistas de la reunión de ayer.
En cuanto a la situación actual, como yo insistía recientemente7, a pesar de que hay ánimos caldeados entre investigadores y especialmente becarios -costumbre bien argentina- en cuanto a ¿Qué hacer con tantos doctores? se llega a la conclusión que vamos por el buen camino. En el 2008 se creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación8. El Ministro, Lino Barañao, se formó en el IBYME bajo la dirección de Eduardo Charreau, y en su discurso de ayer insistió que "...en nuestro país, difícilmente los cambios para mejor son estables, ahora estamos viviendo una situación favorable, que debemos cuidar y tratar de afianzar, recordando las palabras de Houssay "No solo hay que hacer ciencia sino comprometerse políticamente, institucionalizar la actividad y darle algún sentido a la investigación científica".
Y termino esta crónica transcribiendo algunos párrafos del discurso de la directora del IBYME, Dra. Damasia Becú, quien describe cómo el Instituto se fue consolidando a través de los años; quizás cristalizando el sueño de Houssay, el Instituto pasó de ser un grupo de 8 personas que iniciaron su trabajo en forma silenciosa, a 350 personas9: "Son 70 años desde la creación del IBYME, setenta años que nos encuentran en pleno crecimiento ya que hoy inauguramos nuevos laboratorios realizados con el apoyo del programa de obras del Plan Federal y contraparte del CONICET. El Dr. Houssay sostenía que primero debía surgir una masa crítica de investigadores que justificara las obras, y nunca al revés. Y creemos que éste es el caso del IBYME.[...]. El crecimiento en espacios físicos, y de personas trabajando, se ha acompañado por la diversificación temática y la incorporación de nuevas orientaciones. A la ciencia básica que era el sello distintivo en nuestro origen, lentamente hemos incorporado ciencia aplicada y biotecnología [...]. Sin embargo, estamos convencidos que la fuente de todo proyecto biotecnológico o aplicación clínica es una ciencia básica de excelencia. La mejor manera de promover el descubrimiento y de mejorar los tratamientos es invertir en investigadores talentosos movidos por la curiosidad y la pasión, sea con preguntas
orientadas a la enfermedad, o simplemente a secretos misterios de la naturaleza [...] El IBYME es el resultado de las acciones de la Sociedad argentina en todos sus componentes: Estado, organismos sin fines de lucro, empresas e individuos generosos, y es por eso que a la sociedad en su conjunto nos debemos".

A nivel personal: 1944 fue el año que selló el destino de mi vida,
¡cómo no emocionarme al evocarlo!

1. Pasqualini CD. Quise lo que hice. Autobiografía de una investigadora científica. Buenos Aires: LEVIATAN, 2007, 414 pp.         [ Links ]

2. Pasqualini CD. Setenta años de investigación en biomedicina del Canadá a la Argentina. Ciencia e Investigación Reseñas 2013; 1: 22-38. www.aargentinapciencias.org        [ Links ]

3. Pasqualini CD. ENJOYING RESEARCH FROM CANADA TO ARGENTINA. http://www.amazon.com/dp/B00IHJ2X2E        [ Links ]

4. Pasqualini RQ. En busca de la medicina perdida. Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1999, 280 pp.         [ Links ]

5. Stoppani AOM. Centenario del nacimiento de Bernardo A. Houssay. Colección Academia Nacional de Medicina, 1987; Vol VI; 97-108.

6. Charreau EH. Relato histórico del Instituto de Biología y Medicina Experimental. Acta Bioquim Clin Latinoam 2011; 45: 599-713.         [ Links ]

7. Pasqualini CD. El destino de los investigadores en ciencia. Medicina (B Aires) 2013; 73: 179-82.         [ Links ]

8. Barañao L. ¿Hacia dónde va la ciencia argentina? Medicina (B Aires) 2012; 72: 339-49.         [ Links ]

9. Becú D. Discurso de la Directora del IBYME en la celebración de los 70 años del IBYME (Instituto de Biología y Medicina Experimental). Buenos Aires, abril 8, 2014. http://www.ibyme.org.ar/novedades/52/nuestros-70-primeros-anos        [ Links ]

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