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Medicina (Buenos Aires)

versión impresa ISSN 0025-7680

Medicina (B. Aires) vol.74 no.5 Ciudad Autónoma de Buenos Aires oct. 2014

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Distribución espacial de las parasitosis intestinales en la ciudad de La Plata, Argentina

 

María I. Gamboa1, Luis A. Giambelluca2, Graciela T. Navone2

1Cátedra de Parasitología Comparada, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional de La Plata (UNLP),
2Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), Centro Científico Tecnológico La Plata (CCT)-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)-Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina

Dirección postal: Dra. María I. Gamboa, Av. 60 y calle 118, 1900 La Plata, Buenos Aires, Argentina
e-mail: minesgamboa@fcv.unlp.edu.ar

 


Resumen

El análisis de las parasitosis a diferentes escalas (regional, local) se facilita por el Geographic Information System (GIS), que permite identificar áreas con distinto grado de vulnerabilidad. El objetivo del trabajo fue analizar la distribución espacial de las parasitosis intestinales en el partido de La Plata, estableciendo su relación con las condiciones socio-ambientales para identificar áreas con diferente riesgo epidemiológico. Se completó una encuesta epidemiológica y se tomaron muestras seriadas de materia fecal, analizadas por la técnica de Ritchie. Se calcularon niveles de precariedad y vulnerabilidad (Iv), y se compararon con los resultados parasitológicos. Se analizaron parasitológica y ambientalmente 653 personas, de las cuales 585 (89.6%) eran niños y 68 (10.4%) adultos. El análisis indicó que los más vulnerables (Iv = 3-4) estaban en el sector con menor acceso a servicios de infraestructura urbana. El índice se encontró fuertemente asociado a la prevalencia total de parasitosis intestinales y a las 4 especies patógenas asociadas a la contaminación fecal del ambiente: Trichuris trichiura, Ascaris lumbricoides, Hymenolepis nana y Giardia lamblia (p < 0.01). Enterobius vermicularis, parásito no vinculado a la condición sanitaria de sus hospedadores, no se asoció al Iv. Hubo asociación estadística entre precariedad y parasitosis y se halló que a mayor Iv mayor frecuencia de parasitosis (p < 0.01). El uso de GIS permitió zonificar las variables socioambientales en un gradiente creciente de condiciones desfavorables y su relación con la presencia de especies patógenas. La continuidad de estos estudios en diferentes regiones de Argentina contribuye a la determinación de áreas en riesgo sanitario.

Palabras clave: Parasitosis intestinales humanas; Geographic Information System; La Plata; Argentina.

Abstract

Spatial distribution of intestinal parasites in the city of La Plata, Argentina. Parasitosis analysis at regional levels is simplified by the use of the Geographic Information System (GIS), which enables the identification of areas with different degrees of vulnerability. We analyzed the spatial distribution of intestinal parasites in La Plata district and their relationship with socio-environmental conditions in order to identify areas with different degrees of epidemiological risk. An epidemiological survey was completed; stool samples were collected and analyzed by Ritchie's method. Levels of precariousness and vulnerability (Iv rate) were calculated and compared to the parasitological results. Parasitological and environmental analysis were carried out on a total of 653 individuals, of whom 585 (89.6%) were children and 68 (10.4%) adults. The analysis indicated that the most vulnerable (Iv = 3-4) were those located in areas with less access to urban infrastructure services. The Iv was strongly associated with the overall prevalence of intestinal parasitosis and the 4 pathogenic species related to the fecal contamination of the environment: Trichuris trichiura, Ascaris lumbricoides, Hymenolepis nana and Giardia lamblia (p < 0.01). On the other hand, Enterobius vermicularis, a parasite not related to the sanitary condition of its host, was not associated with the Iv. Statistical association between poverty and parasitosis was noted; the greater the Iv, higher the incidence of parasites (p < 0.01). GIS allowed zoning socio-environmental variables in an increasing gradient of unfavorable conditions and their relationship to the presence of pathogenic species. The continuity of these studies in different regions of Argentina contributes to the determination of health risk areas.

Key words: Intestinal parasitoses; Geographic Information System; La Plata; Argentina.


 

La distribución de infecciones por parásitos intestinales está regulada por factores ambientales, sociales, hábitos y rutinas cotidianas que son coadyuvantes en los individuos susceptibles1-3. Entre las enteroparasitosis, las helmintosis transmitidas por el suelo son las enfermedades parasitarias de mayor prevalencia en el mundo, ya que 2 000 millones de personas están afectadas y 300 millones de ellas padecen alguna morbilidad asociada grave. La mayor parte de los casos ocurren en niños, y de ellos 400 millones en edad escolar están infectados por helmintosis transmitidas por el suelo4, 5, lo cual resulta en más de 150 mil muertes anuales6.
Sin embargo las infecciones por protozoos intestinales no parecen restringirse a condiciones climáticas, grupos socioeconómicos ni áreas geográficas. Blastocystis spp. y Giardia lamblia son consideradas las protozoosis más frecuentes en la población mundial, tanto en personas sintomáticas como asintomáticas7, 8. La dispersión de estos parásitos puede darse tanto en forma endémica (contagio interpersonal, ingestión de alimentos contaminados, falta de saneamiento ambiental), como en forma epidémica (ingestión de agua contaminada). Además, una gran variedad de animales domésticos y silvestres (perro, gato, castor, carpincho, mulita, mono, etc.), son reservorios de quistes de protozoos infectantes para el hombre, lo que los trasforma en parásitos zoonóticos9-11. El proceso de dispersión urbana facilita esa propagación. El uso no sustentable del territorio es un tema apremiante dominado por el continuo crecimiento suburbano, conocido como "derrame urbano" (urban sprawl), propio de los centros urbanos, que genera problemas sociales, culturales y ambientales12. Esta situación es particularmente evidente en el cordón suburbano del partido de La Plata, en el cual la heterogeneidad ambiental y las diferentes pautas culturales y sociales determinan variaciones en la situación sanitario-epidemiológica13.
El análisis de las parasitosis a diferentes escalas (regional, local) se ve facilitado por herramientas que manejan archivos con base Geographic Information System (GIS) y estadísticos aplicados14. El uso de GIS permite hacer una correlación espacial que posibilita integrar en un mismo mapa, dos o más variables simultáneamente. Ello, en términos cuantitativos favorece la identificación de áreas con distinto grado de vulnerabilidad. Esta tecnología se ha utilizado con frecuencia en investigaciones médicas y epidemiológicas. Numerosos estudios han empleado recientemente sensores remotos para identificar y mapear elementos del ambiente relacionados con enfermedades, teniendo en cuenta la dinámica de las poblaciones humanas que pueden vincularse a la transmisión de enfermedades15. En este sentido el uso de GIS cobra importancia para fortalecer la capacidad de análisis, monitoreo, gestión y toma de decisiones en salud16.
Sin embargo, pocos estudios han evaluado la distribución geográfica de los parásitos intestinales. Estos vacíos de información debieran ser resueltos para prestar una mejor asistencia en el desarrollo de políticas específicas para su control. El análisis de la distribución espacial de estas infecciones facilita la comprensión del problema al identificar áreas de riesgo. El objetivo del presente trabajo fue testear la distribución espacial de las parasitosis intestinales en el partido de La Plata, en relación a las condiciones socio-ambientales e identificar áreas con diferente grado de riesgo epidemiológico.

Materiales y métodos

La ciudad de La Plata tuvo una rápida expansión desde su fundación, desbordando el casco urbano y creando barrios periféricos rodeados de un cinturón hortícola, compuesto en su mayoría por inmigrantes de países limítrofes17. Actualmente tiene una población de 600 000 habitantes18 una temperatura promedio anual de 17 °C y una humedad relativa de 78%, con 1 000 mm de precipitaciones anuales en promedio. El suelo predominante es de tipo argiudol, con abundante materia orgánica y textura franco-limosa19. La cobertura del sistema de cloacas, alcantarillas y agua potable es de 100% en el área urbana y de 35 a 55% en la zona periurbana; mientras que en los asentamientos precarios es prácticamente nula.
Se definieron 2 sectores según la densidad de ocupación del suelo y su utilización (sea solo lugar residencial o de producción agropecuaria-quinta), observada a través del software utilitario Google Earth. De este modo, el sector urbano-suburbano quedó delimitado por la cuadrícula urbana de la ciudad, sumada al área que la circunda, así como también los barrios residenciales de Gonnet, City Bell y Villa Elisa, con al menos 2 viviendas por manzana. El sector rural quedó definido por la presencia de hasta 1 vivienda por manzana y la evidencia de trabajo rural en el área. Tanto el sector rural como el suburbano estuvieron representados por diferentes barrios muestreados (Fig. 1).


Fig. 1.

El término precariedad se definió como un conjunto de condiciones que determinan una situación de desventaja o desigualdad20. Para ello se tomaron en cuenta los factores de riesgo (evacuación de excretas, calidad de agua, tipo de vivienda, disposición de residuos) marcadores de desigualdad. La presencia de alguno de estos factores determina precariedad leve y la de todos los factores de riesgo, precariedad grave.
El concepto de vulnerabilidad se interpretó como un proceso multidimensional que confluye en el riesgo o probabilidad de ser infectado a nivel individual o poblacional por situaciones ambientales desfavorables. Se construyó así un índice de vulnerabilidad (Iv), ponderando los 5 factores de riesgo más significativos respecto de la presencia de parasitosis intestinales (p < 0.01), que se mencionan en orden decreciente de significación:
Sin red cloacal: defecación a cielo abierto, en letrinas o presencia de pozo ciego. Sin agua segura: uso de agua de acarreo, de bomba o de red, pero sin instalación dentro de la vivienda. Viviendas precarias: viviendas de chapa, madera o fibrocemento. Sin recolección de residuos municipal: eliminación de residuos a cielo abierto, quema o enterramiento. Piso de tierra en al menos un ambiente de la vivienda.
Para la construcción del Iv, se utilizaron los resultados de prevalencia parasitaria en asociación con los factores de riesgo mencionados. De esa manera, se generó un mapa de riesgo de infección, plasmando en un plano los resultados del índice obtenido. Estos valores se compararon con la presencia de los parásitos intestinales.

Toma de muestras
El tamaño de la muestra se calculó mediante la fórmula para relevamientos poblacionales (Epi Info 2002), tomando en cuenta el tamaño poblacional (600 000 hab.), la frecuencia de parasitosis intestinales esperada (75%), y un nivel de confianza de 95%. El registro de los datos se efectuó a partir de reuniones en los establecimientos educativos de 15 barrios del área muestreada. A ellas asistieron padres o tutores de los alumnos. Durante las reuniones informativas se realizaron entrevistas a los jefes de hogar y se completó una encuesta epidemiológica, que permitió relevar las condiciones socioambientales de las viviendas: materiales de construcción (paredes, techo y piso), servicios (agua de consumo, eliminación de los residuos, disposición de las excretas). También se indagó acerca del nivel de educación y actividad laboral de los padres; la presencia de síntomas de enteroparasitosis en los niños y la convivencia con animales. Al mismo tiempo, se entregaron frascos con formol al 10% para la recolección de materia fecal y escobillado anal, de manera seriada (durante 5 días) para cada individuo, y se explicó de manera verbal y escrita el método para la toma de muestras a los padres. Se analizó un niño por familia, y en los casos solicitados, algún miembro adulto de la misma. A los 7 días el equipo de trabajo pasó a retirar las muestras por las escuelas para trasladarlas al laboratorio, manteniendo los frascos separados correctamente rotulados.
Para el análisis coproparasitológico se utilizó la técnica de sedimentación de Ritchie21. Para la detección de huevos de Enterobius vermicularis se realizó un escobillado de la zona perianal con gasa estéril. Este procedimiento se llevó a cabo durante 5 días por la mañana, al levantarse. Las gasas se conservaron en frascos con 25 ml formol al 10%. En el laboratorio, los frascos con las gasas fueron agitados vigorosamente y luego el líquido fue centrifugado a 400×g durante 10 min. El sedimento obtenido se observó en microscopio óptico22.
Con la dirección postal de residencia de las personas encuestadas se realizó un mapeo de posición espacial para cada vivienda mediante el software utilitario Google Earth. Una vez volcadas todas las viviendas se generó un punto para cada individuo. La información se reunió en un archivo con extensión Kml, el cual fue transformado con el software utilitario GPS Visualizer a extensión wpt del programa Ozi Explorer 3.95.4. Desde este programa se procedió a realizar un archivo Shapefile (extensión .shp) para gvSIG.
Así se delimitó un área de estudio de 407 km2 que quedó comprendida entre los partidos de La Plata, Berisso, Ensenada y Brandsen. Posteriormente se delimitaron las áreas urbanas y no urbanas, áreas rurales o de quintas. Una vez delimitadas estas zonas se emplearon los softwares antes mencionados para incluirlas en el análisis espacial realizado con el gvSIG.
Para el análisis estadístico de los datos se utilizó el programa Epi Info 2002. Se analizó la asociación estadística entre las características ambientales (variables independientes) y las parasitosis detectadas (variables dependientes) mediante las pruebas de chi2 y Fisher, con intervalos de confianza de 95% (IC = 95%). El nivel de significación escogido fue de p ≤ 0.05.
Se contó con el consentimiento informado por escrito de los adultos. En los niños ese consentimiento fue dado por las autoridades escolares y por los padres o tutores de los niños. El protocolo de investigación se ajustó a lo establecido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, las normas éticas instituidas por el Código de Nüremberg de 1947 y la Declaración de Helsinki de 1964 y sus sucesivas enmiendas, atendiéndose especialmente a lo normado por la Ley Nacional Nº 25 326 de protección de datos personales.

Resultados

Se entrevistó y entregó frascos para la toma de muestra a 981 personas, de las que 653 (66.5%) devolvieron la muestra. De esas 653 personas, 585 (89.6%) eran niños y 68 (10.4%) adultos. La Tabla 1 muestra la frecuencia de los factores de riesgo considerados. Menos del 30% de los analizados tienen conexión cloacal en sus viviendas, y menos del 5% tienen cañerías de agua corriente dentro de la vivienda. Los materiales de construcción de las viviendas son en su mayoría (75%) de ladrillos y el piso (83%) de cemento u otros. Son pocos (14%) los que relatan convivir con animales, mientras que 78% tienen recolección municipal de los residuos. De las 653 personas analizadas, 66.9% (437) fueron positivas para alguna especie parásita. Los protozoos fueron más frecuentes que los helmintos (50.2% vs. 42.4%; chi2 = 7.7 p < 0.01), y dentro del segundo grupo fueron poco frecuentes los geohelmintos (50.2% vs. 4.7%; chi2 = 336.5 p < 0.01). La riqueza específica fue de 12 especies. La frecuencia de infección no se asoció con la edad de los hospedadores (p > 0.05) ni con el sexo (varones 69.7% vs. mujeres 64.1%). La Tabla 2 muestra la prevalencia por especies parasitarias. La más prevalente fue Enterobius vermicularis seguida por Blastocystis spp. y Giardia lamblia. El 51.5% de los positivos estuvo poliparasitado, con un máximo de 6 especies en coinfección, entre las cuales las asociaciones más frecuentes fueron: Enterobius vermicularis- Blastocystis spp., Blastocystis spp.-Endolimax nana, Blastocystis spp.-Entamoeba coli, E. vermicularis-E. coli, Blastocystis spp.-G. lamblia, E. vermicularis-E. nana, Blastocystis spp.-E. nana-E. coli, Blastocystis spp.-E. nana-G. lamblia. La frecuencia de poliparasitados fue superior en el área rural, mientras que los casos de monoparasitosis fueron más frecuentes en el área urbana. Hubo asociación entre especies comensales y patógenas (27% de los positivos; chi2 = 32.7 p < 0.01). Los adultos estuvieron más parasitados por protozoos que los niños, aunque sin diferencias significativas. Contrariamente E. vermicularis fue más frecuente entre los niños (chi2 = 3.7 p = 0.05) y se halló asociado a la presencia de protozoos (p < 0.05).

Tabla 1. Factores socioambientales considerados de riesgo y presencia de síntomas clínicos en 653 personas del Partido de La Plata, Argentina

Tabla 2. Prevalencia de parásitos intestinales en 653 personas del Partido de La Plata

La Tabla 3 muestra que casi todos los factores de riesgo estuvieron asociados estadísticamente a la presencia de parásitos intestinales, salvo la convivencia con animales (p > 0.05). La presencia de algún síntoma también estuvo asociada con la prevalencia de parásitos, especialmente protozoos (p < 0.01).

Tabla 3. Asociación entre parasitosis intestinales y factores de riesgo en 653 personas analizadas del Partido de La Plata

(*)
Síntomas considerados: dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, bruxismo, constipación, prurito anal o nasal.

En la Tabla 4 puede observarse la comparación entre la precariedad leve y grave con la frecuencia de parasitados en la población estudiada. Hubo asociación estadística entre estas variables, hallando que a mayor precariedad mayor frecuencia de parasitados (p < 0.01).

Tabla 4. Asociación entre precariedad y prevalencia de parasitosis intestinales en 653 personas analizadas del Partido de La Plata

1Chi2: 18.65 p < 0.01
2Chi2: 7.28 p < 0.01

Para la construcción del Iv, se tomó en cuenta el peso de cada factor de riesgo al cruzarlo con la prevalencia total de parasitosis intestinales: excretas (52.0%), agua (33.3%), construcción (22.0%), residuos (17.7%) y piso de la vivienda (13.6%).
El índice Iv tomó valores en orden ascendente de riesgo, donde el valor 0 equivale a no vulnerabilidad y 4 a máxima vulnerabilidad, de acuerdo a los 4 rangos establecidos según el puntaje obtenido de la sumatoria de los factores de riesgo: 1-35: 1; 36-70: 2; 71-105: 3; 106-140: 4.
Se contó con el consentimiento informado por escrito de los adultos. En los niños ese consentimiento fue dado por las autoridades escolares y por los padres o tutores de los niños. El protocolo de investigación se ajustó a lo establecido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, las normas éticas instituidas por el Código de Nüremberg de 1947 y la Declaración de Helsinki de 1964 y sus sucesivas enmiendas, atendiéndose especialmente a lo normado por la Ley Nacional Nº 25 326 de protección de datos personales.
La Fig. 1 muestra el mapa de riesgo de infección según el Iv creado. El análisis indicó que los más vulnerables (Iv = 3-4) se encontraban en el sector con menor acceso a los servicios de infraestructura urbana (sector rural). En la Fig. 2 se observa la distribución de las 4 especies patógenas asociadas a la contaminación ambiental: Trichuris trichiura, Ascaris lumbricoides, Hymenolepis nana y G. lamblia. Los individuos que habitaban el sector rural (Iv = 3-4) estuvieron frecuentemente parasitados por esas 4 especies patógenas, mientras que aquellos con valores inferiores del índice (p < 0.01) mostraron frecuencias menores de parasitosis por esas 4 especies. El índice se encontró fuertemente asociado a la prevalencia de parasitosis intestinales total y por especies, tal como se muestra en la Fig. 3. Enterobius vermicularis, parásito no vinculado a la condición sanitaria de sus hospedadores no se asoció al Iv.


Fig. 2.


Fig. 3
. Asociación entre Índice de vulnerabildiad (Iv) y prevalencia de parasitosis intestinales en el Partido de La Plata

Discusión

En este trabajo se aborda la problemática de salud ambiental en el partido de La Plata, Provincia de Buenos Aires mediante la aplicación de técnicas de GIS. Estudios previos habían demostrado la existencia de contaminación parasitaria en el suelo, el agua y la población humana23-26.
Los valores de los factores de riesgo registrados dan cuenta que la población relevada, si bien está ubicada en áreas urbanas y rurales, está integrada en su mayoría por el sector más bajo de la clase media del partido de La Plata y por los sectores más carenciados de los suburbios del mismo partido.
La prevalencia total de parasitosis intestinales en el área estudiada fue inferior a las publicadas previamente en la región (66.9% vs 85.7%)3. Los protozoos (tanto patógenos como comensales) fueron más prevalentes que los geohelmintos (50.2% vs. 4.7%; p < 0.01), en concordancia con estudios previos realizados en otros barrios de la ciudad de La Plata3, 26 y a diferencia de lo observado en relevamientos realizados por el equipo de trabajo en la provincia de Misiones, en los cuales los helmintos fueron más prevalentes2, 27, 28. La mayor frecuencia de monoparasitados en el área urbana y la de poliparasitados en áreas rurales es coincidente con lo observado
en otras áreas, y no se halló asociación entre la edad ni el sexo de los parasitados, como había sido indicado en estudios previos2, 3, 27. La asociación estadística entre parásitos patógenos y comensales explica el riesgo de infección que significa la presencia de estos últimos en ausencia de los primeros, por la evidente contaminación fecal del ambiente.
Los parásitos más frecuentes fueron E. vermicularis y Blastocystis spp. Si bien en los adultos la especie más prevalente fue Blastocystis spp., los niños y el total de personas analizadas presentaron mayores frecuencias de parasitismo por E. vermicularis. Este último es considerado un parásito atípico, por su modo de transmisión no vinculado a la contaminación fecal del ambiente y por no implicar un elevado riesgo patógeno para el hospedador29.
La alta prevalencia de Blastocystis spp. observada lleva a reflexionar si se trata o no de un patógeno, teniendo en cuenta que algunos estudios discuten su patogenicidad30-32. Algunos autores consideran que el hallazgo de más de cinco B. hominis por campo, acompañados por signos clínicos de enfermedad intestinal y en ausencia de otros agentes etiológicos, implicarían una acción patógena de este parásito. En la actualidad, se conoce que la eliminación de este parásito en materia fecal es irregular y discontinua, por lo cual el número de formas por campo no puede relacionarse con la sintomatología26. Además, la asociación de síntomas clínicos con la presencia de B. hominis no constituye una prueba de patogenicidad suficiente, ya que este parásito no ha sido observado invadiendo la mucosa intestinal. Sin embargo, la ausencia de otro parásito sugiere a B. hominis como agente etiológico de diarrea26.
El protozoo G. lamblia y los helmintos H. nana, A. lumbricoides y T. trichiura, mostraron frecuencias de hallazgo inferiores en comparación con los resultados de un estudio más acotado realizado en el barrio El Paligüe, en el cual los porcentajes de infección superaron el 36% en el caso de G. lamblia, y tuvieron valores de 12.6%, 21% y 8.4% para H. nana, A. lumbricoides y T. trichiura respectivamente3.
En relación a los diferentes factores de riesgo evaluados en el análisis bivariado, la mayoría de ellos estuvo asociado a los protozoos, los geohelmintos, los parásitos patógenos y el total de parasitados. Los resultados confirman la asociación entre precariedad y parasitosis, hallándose asociación positiva entre estas dos variables, problemática recurrente en países en desarrollo, coincidentemente con publicaciones previas1, 3, 12, 25, 33, 34.
Lo mismo ocurrió entre el Iv y las parasitosis intestinales, al asociarse con la presencia de 4 de los parásitos patógenos1, 3, 29, con excepción de E. vermicularis, que por sus características biológicas antes descriptas29 no se mostró asociado a los factores de riesgo.
El análisis espacial permitió mostrar los sectores de mayor incidencia de parasitosis y mayor vulnerabilidad en el área de estudio, que correspondieron al sector rural, carente de servicios de infraestructura urbana. En un trabajo similar al presente, Aramayo y col.35 analizaron mediante el uso de GIS en la ciudad de Salta el impacto de vivir en la cercanía de un río, sobre la tasa de morbilidad de parasitosis intestinales. Mukherjee y col.36 construyeron un mapa de GIS para los pacientes incluidos en el sistema de vigilancia de Kolkata, India, con el fin de establecer las zonas de influencia de los parásitos intestinales, observando que la infestación parasitaria es más prevalente en los barrios marginales, en coincidencia con el presente trabajo. Por otra parte, Hoque y col.37 calcularon tasas de infección de G. lamblia por área en Nueva Zelandia, utilizando métodos estadísticos y espaciales, concluyendo que el uso del GIS es útil en el control de la enfermedad. Lake y col.38 en Reino Unido hallaron mediante el análisis de 3368 casos confirmados de laboratorio y el uso
del GIS, que los factores de riesgo para infecciones por Cryptosporidium hominis fueron las zonas de alto nivel socioeconómico, las áreas con niños menores de 4 años y las zonas urbanas. En Brasil, Zeilhofer y col.39 aplicaron el método de GIS con éxito para la construcción de un modelo de regresión logística y mapas de riesgo, creando una matriz que permitió hacer un análisis espacial de la ocurrencia de parasitosis intestinales en el área de estudio. El GIS es una herramienta muy importante en la salud pública y ambiental, ya que provee información útil sobre regiones de alta prevalencia de enfermedades (i.e. gastrointestinales). Marín y col. publicaron el uso del GIS como herramienta de Salud Pública en el Partido de Ensenada, Provincia de Buenos Aires, evaluando variables como: calidad de atención, participación comunitaria y grado de satisfacción; que permitieron identificar la población en riesgo y efectuar acciones de prevención16.
En este trabajo, el GIS permitió zonificar las variables socioambientales en un gradiente creciente de condiciones desfavorables y su relación con la presencia de especies patógenas. La visualización de la distribución espacial de los parásitos intestinales en poblaciones humanas constituye un aporte importante en la toma de decisiones y la planificación de los servicios. La continuidad de estos estudios en diferentes regiones de Argentina, contribuye a la determinación de áreas en riesgo sanitario. Finalmente, los resultados aquí obtenidos confirman la necesidad de mejorar ciertas condiciones (cloacas, corriente eléctrica, recolección de residuos, control sanitario de animales convivientes, entre otros), que contribuirían a mejorar la salud de las poblaciones vulnerables.

Agradecimientos: A los docentes y alumnos de los Establecimientos educativos que formaron parte de este trabajo.
A Alejandra Alonso por la revisión del inglés.

Conflicto de intereses: Ninguno para declarar.

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Recibido: 18-XII-2013
Aceptado: 11-VII-2014

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