COMENTARIO BIBLIOGRÁFICO

Voltaire contra los fanáticos.
Fernando Sabater. 1a. Edición. Buenos Aires: Ariel, 2015, 166 pp

El libro lleva en su tapa, en forma de banda, las palabras Je suis Charlie, difundidas a partir del 7 de enero de 2015, después del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo y utilizadas en todo el mundo, en diferentes idiomas, en apoyo y homenaje a sus víctimas. Curiosamente, la figura de Voltaire reaparece, límpida y clara desde las lejanías del siglo XVIII, frente a nuevas muestras de intolerancia y fanatismo. Esto lo explica Sabater en el prólogo: El regreso de Voltaire. Allí dice: El fanático no es quien tiene una creencia (teológica, ideológica o la que fuere) y la sostiene con fervor […]. El fanático es quien considera que su creencia no es simplemente un derecho suyo, sino una obligación para él y para los demás. Y sobre todo está convencido de que su deber es obligar a los otros a creer en lo que él cree o a comportarse como si creyeran en ello. Voltaire fue quien primero resumió esta peligrosa manía con una fórmula lapidaria: "¡Piensa como yo o muere!".
El libro se divide en tres partes, la primera parte reúne el prólogo y dos capítulos: El primer intelectual moderno, y Voltaire y la filosofía (páginas 7 a 42). Recorto de allí este párrafo: En la historia del pensamiento filosófico o científico existen unos cuantos creadores de sistemas […] y acuñadores de teorías tras cuya obra se apiña la hilera de los discípulos […], pero mucho más insólito es que alguien invente un nuevo tipo de hombre de letras… y eso hizo Voltaire.
Al decir de Lamartine, citado al inicio: Voltaire dio al francés el instrumento de la polémica, creó la lengua improvisada, rápida, concisa, del periodismo. Si la filosofía equivale a contemplación y especulación, allí no cabe Voltaire, a quien solo le interesan de verdad las cuestiones referidas a la acción: ya sea la científica que transforma la realidad material en que vivimos, o la moral, que modifica las instituciones sociales que nos organizan.
La segunda parte del libro se compone de una Nota sobre la selección de los textos, el capítulo principal titulado Sarcasmos y agudezas, y una Cronología (páginas 43 a 150). El capítulo principal reúne notas y párrafos de Voltaire, clasificados por tema, en orden alfabético, en 92 páginas, y es la parte fundamental del libro, que permite conocer una selección de pensamientos (sin leer las obras completas de Voltaire). Destaco algunos párrafos cortos: DUDA. La duda no es un estado demasiado agradable, pero la certeza es un estado ridículo (p 71). ERROR. Los errores históricos seducen a naciones enteras (p 73). ESTILO. Los pensamientos de un autor deben entrar en nuestra alma como la luz en los ojos, con placer y sin esfuerzo; y las metáforas deben ser como un vaso, que cubre los objetos pero deja verlos (p 75). GÉNEROS. He dicho que todos los géneros (literarios) me parecen buenos, menos el género aburrido (p 85). GUERRA. El arte de la guerra es semejante al de la medicina: mortífero y conjetural (p 87). HÉROES. No me gustan los héroes: arman demasiado estrépito (p 88).LIBERTAD. Querer y actuar es precisamente lo mismo que ser libre (p 104). SENTIDO COMÚN. Me pedís, amigo mío, armas contra los tontos. Vuestro sentido común debería bastaros (p 131).
La Cronologíade la vida de François-Marie Arouet, Voltaire, recorre sus 85 años llenos de actividad, cárcel, estudio y aventuras.
La tercera parte (páginas 151 a 166) reúne los Apéndices, Cuatro ejercicios volterianos. Éstos son cuatro notas cortas del autor tituladas: 1. Gracias a Wolinski…y los demás (Georges Wolinski fue el brillante humorista gráfico francés asesinado en el atentado del 7 de enero), Fobia a las fobias, que se inicia así: Empecemos por descartar un tópico bobo y falso: "Todas las opiniones son respetables". Pues no, ni mucho menos. Todas las personas deben ser respetadas, eso sí, sean cuales fueren sus opiniones. 2. ¿Prohibido blasfemar?, que comienza citando a Raoul Vaneigem: La libertad de expresión no tiene un uso bueno y un uso malo, sino un uso insuficiente. Finalmente, 3. La afición a matar. Allí nos dice, entre otras cosas, que quienes matan por motivos personales (los celos, la ambición,…) son conscientes de que toman una decisión cuya responsabilidad recae sobre ellos mismos, en cambio, quienes cometen sus crímenes movidos por creencias religiosas o ideológicas delegan esa responsabilidad en alguna entidad superior de la que se sienten simples ejecutores…
Sabater es un estudioso de Voltaire. Ya había escrito sobre él en su novela El jardín de las dudas. Este libro que aquí comentamos y recomendamos, está dirigido a mostrar con buen estilo literario, la actualidad de Voltaire contra los fanatismos y sus hacedores: los fanáticos.

Isabel N. Kantor