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Medicina (Buenos Aires)

Print version ISSN 0025-7680On-line version ISSN 1669-9106

Medicina (B. Aires) vol.80 no.5 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Aug. 2020

 

CARTA AL COMITÉ DE REDACCIÓN

¿Está bien protegido el personal de salud ante el SARS-CoV-2?

Diego Barreiro1  * 

Francisco Castro Montiel1 

Mauricio Colicigno1 

1 Servicio de Urología, Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, Buenos Aires, Argentina

Hasta el 4 de julio de 2020, según datos del informe matutino del Ministerio de Salud había en el país 72 786 personas infectadas con SARS-CoV-2, de las cuales 5677 correspondían a personal sanitario1.

Un elemento clave en la protección para el personal de salud es el barbijo (o mascarilla), del que existen dos tipos, el quirúrgico y el N95, con distintas capacidades de filtrado del aire. El N95 con máscara filtrante reduce en gran medida la entrada de un amplio rango de partículas, y se encuentra diseñado para proteger al usuario de las gotas (>10 µm) y los aerosoles2 (Fig. 1).

Fig. 1 Comparación del flujo de partículas entre barbijo quirúrgico y N952  

Los barbijos quirúrgicos bloquean microgotas o salpicaduras, disminuyendo la contaminación. Se usan principalmente durante cirugías para proteger a los pacientes, no se ajustan herméticamente ni filtran partículas pequeñas, como ciertos patógenos de transmisión aérea.

Están diseñados para un solo uso2,3.

El Ministerio de Salud de Argentina recomienda, de acuerdo con OPS/OMS, y CDC (EEUU), el uso de barbijo quirúrgico, camisolín, guantes y protección ocular para el personal de salud que asista en forma directa a pacientes con aislamiento por gotas (como influenza, coronavirus incluido SARS-CoV-2, virus sincicial respiratorio, meningococo, parotiditis, rubeola), y barbijo N95 para procedimientos que generen aerosoles (toma de hisopados oro/nasofaríngeos, aspiración, intubación y broncoscopía4,5-7. Los N95 tienen mayor espesor que los barbijos quirúrgicos y se adaptan en forma hermética al contorno del rostro evitando fugas. Su capacidad de filtrado está dada por su estructura de fibras entrelazadas y las cargas electroestáticas que se generan entre ellas6-8 (Fig. 2). No están diseñados para ser descontaminados, por lo que normalmente deben desecharse luego de una utilización. Sin embargo, en la actualidad, frente a la escasez de recursos, el personal sanitario se ve obligado a reutilizar los barbijos N95.

Fig. 2 A. Capas de un Barbijo N95. B: Microfotografía de las 3 capas. C: Ampliación de la capa media (compuesta por un 90% de aire)8  

Existen varias publicaciones con recomendaciones sobre uso y reúso de barbijos y otros elementos protectores para el personal de salud, en la emergencia sanitaria actual, incluyendo las del CDC de EE.UU., y la OMS6,7. El Ministerio de Salud recomienda el barbijo N95 de uso individual, reutilizable hasta 15 días en jornadas menores de 7 horas o hasta 7 días en jornadas más prolongadas4. Sin embargo, no incluye información sobre métodos apropiados de descontaminación ni de métodos para evaluar la eficacia de filtrado para su posible reutilización.

Según la firma 3M, productora de barbijos N95, la descontaminación debe cumplir 4 criterios: ser efectiva contra el organismo a descontaminar, no dañar el mecanismo de filtrado, no afectar la forma en que el barbijo se ajusta a la cara y ser seguro para la persona que lo utilice9. Los métodos descriptos de descontaminación incluyen la radiación ultravioleta (UVC), el vapor de peróxido de hidrogeno en una concentración de 300 a 700 PPM, o el uso de calor húmedo8. Algunos métodos simples propuestos para descontaminar N95, como el uso de hornos de microondas, el alcohol o la lavandina, no cumplen con los requisitos señalados. La recomendación de guardar el N95 en una bolsa transpirable no está evaluada como método de descontaminación.

La empresa 3M afirma que ningún método utilizado cumple con los cuatro criterios requeridos para considerar un N95 descontaminado luego de 5 a 10 ciclos de uso9. Otro aspecto importante es la disminución de la capacidad de filtrado que, con algunos métodos evaluados disminuye del 95% al 80%10.

Los médicos debemos informar a nuestros pacientes sobre los riesgos y beneficios de cualquier tratamiento indicado, respetando el principio de autonomía, para que ellos libremente puedan aceptar o rechazar dicha intervención. Del mismo modo, el personal de salud debe ser informado sobre la falta de evidencia respecto a las diferentes técnicas de descontaminación de los equipos de protección frente al SARS-CoV-2. No se cuenta actualmente con métodos validados para evaluar la pérdida de capacidad de filtrado. En esta situación de emergencia se requiere más que nunca, una información completa sobre la eficacia relativa de los métodos de protección empleados por el personal de salud en la atención de pacientes infectados por SARS-CoV-2, y sus riesgos. Pero, sobre todo se requiere la provisión de los elementos de protección necesarios para el personal de salud, de acuerdo con las recomendaciones nacionales e internacionales.

Bibliografía

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3. CDC. Centers for Disease Control and Prevention. Operational Considerations for Personal Protective Equipment in the Context of Global Supply Shortages for Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Pandemic: non-US Healthcare Settings. Updated May 5, 2020. PPE-Specific Strategies: Medical Masks. En: En: https://www.cdc.gov/ coronavirus/2019-ncov/hcp/non-us-settings/emergencyconsiderations-ppe.html ; consultado julio 2020. [ Links ]

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9. 3M. Disinfection of filtering facepiece respirators. Technical Bulletin. En: En: https://multimedia.3m.com/mws/media/1824869O/decontamination-methods-for-3m-filtering-facepiece-respirators-technical-bulletin.pdf ; consultado junio 2020. [ Links ]

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