El libro de los Dres. José Milei y Norma Isabel Sánchez tiene, desde el título mismo, un atractivo es pecial: Alberto Carlos Taquini (Emergente de un colectivo de investigadores biomédicos en la Argentina del siglo XX). Su lectura resulta fascinante. Y así lo es el relato de la figura de Alberto Taquini en las palabras de los mismos autores, como también del Prof. Dr. Ricardo J Gelpi, Decano de la Facultad de Medicina de la UBA y del Prof. Dr. Guillermo Di Girolamo, Director Instituto Alberto C. Taquini de Investi gaciones en Medicina Traslacional (IATIMET), Facultad de Medicina UBA-CONICET. Así de interesante es también el relato pormenorizado que condujo al descubrimiento de “un nuevo agente vasopresor” que el grupo argentino lo denominó hipertensina.

Ninguna historia puede entenderse desligada de su contexto ni de la subjetividad de quién la emite. Esto es inherente a todo relato. Si hay algo singular en este libro es el pensamiento situado. “El emer gente de un colectivo de investigadores” nos introduce a procesos que no se pueden entender si se in tenta reducirlos a sus partes constituyentes. Este enfoque exige un pensamiento históricamente situado, y los autores no eluden el desafío.

El lector podrá ubicarse en la época, en el lugar de donde se partió, los entornos sociales políticos y económicos que dieron como emergente la hipertensina. Los autores Milei y Sánchez no escatiman es pacio en nombrar a una cantidad impresionante de contemporáneos de Taquini. Muchos de ellos héroes anónimos. Por eso, prefiero significarlos como una singularidad épica: el héroe colectivo, esos médicos, bioquímicos, biólogos, investigadores básicos, técnicos, administrativos y personal de servicios genera les que, a lo largo de la prolífica vida del Profesor Taquini, hicieron posible soñar.

Este libro está lejos de terminar archivado en el rincón de los recuerdos. Tiene una perspectiva actual y necesaria; por eso su lectura es particularmente recomendable en tiempos en los que el individualismo promueve el ejercicio de objetivos y deseos propios con independencia y autosuficiencia. Tal como lo enseñan Milei y Sánchez, la ciencia no es una labor aislada, solitaria, individual; por el contrario, si bien no se niega el talento personal, la acción de ese héroe colectivo posibilitó la emergencia de resultados maravillosos.