En un Caveat Lector el Dr. Basilio A. Kotsias habla sobre la melancolía y su posible intercambio con las palabras tristeza y depresión¹. Hace siglos, otro griego natural de Kos, Hipócrates, quizás fue el padre del concepto me lancolía derivada del exceso de melanos (negra) y colis (bilis) El llamado padre de la medicina afirmaba que, si el temor y/o la tristeza duraban mucho tiempo, eso era la melancolía, uno de los cuatro “temperamentos” que coincidían con los cuatro “humores”.

Si bien depresión y tristeza comparten un cuadro sin tomático similar, entre psicólogos y psiquiatras el término depresión aplica al cuadro consecutivo a una pérdida objetal -de un ser querido- o también de una tarea u ocupación significativa en la vida de un sujeto. Para su brayar esta causa se suele hablar de depresión reactiva. Desde la perspectiva psicoanalítica, el concepto de duelo (período destinado a la elaboración de la pérdida) agrega detalles de importancia: la necesidad de un tiempo en el que los síntomas que alteran la vida de la persona sean considerados normales y simultáneamente vayan sufrien do modificaciones en el camino hacia la recuperación del estado anterior...normalidad.

No siempre los duelos sufren derroteros normales, en esos casos se habla de mala elaboración del duelo, con persistencia o empeoramiento de los síntomas iniciales. Mucho se ha escrito y debatido sobre factores causales o concomitantes de esa profundización, pero no se pue de afirmar una causa única ni predominante. Quizás la hipótesis freudiana de una relación narcisística de objeto (previa) que dibuja una personalidad con dificultades para diferenciarse del otro amado/necesitado es convincente en el sentido de no tolerar una pérdida que se vive como pérdida parcial del sí mismo. La frase de Freud “la sombra del objeto cae sobre el yo” no requiere ulteriores descrip ciones, es vívida en sí misma. Una depresión normal, puede transformarse en un cuadro melancólico cuando existen ciertas configuraciones de la personalidad que la predisponen.

Reflexión aparte merece la influencia de la ‘melancolía” o carácter melancólico en las expresiones artísticas, como ocurre con el movimiento conocido como Romanticismo, especialmente en la literatura y la música. En las dos, la presencia de fín, de terminación, la anticipación doloro sa de una ausencia, parecen gatillar una creatividad no manifiesta sin ese aditamento. No intentaremos ahondar en explicaciones que nos llevarían a hipótesis racionales como la del masoquismo, que terminan por empañar la belleza de la manifestación creativa.