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Lamentamos comunicar el fallecimiento del Dr. Rodolfo Carlos Tomás Puche ocurrido en la ciudad de Rosario el 17 de diciembre, 2021.
El Dr. Puche formó parte del Comité Editorial de Me dicina Buenos Aires donde tuvo una activa participación a lo largo de varias décadas y en los últimos años como Miembro Emérito.
La vida del Dr. Puche transcurrió en la ciudad de Ro sario. Fue docente de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario a la que se incorporó en 1961. Con el paso del tiempo se desempeñó como Profesor Titular, dedicación exclusiva, en la Cátedra de Química Biológica, director del Laboratorio de Biología Ósea y director de la Carrera del Doctorado en Ciencias Biomédicas. Fue un docente nato y conocido por su exigencia hacia los alumnos.
Fue miembro de la carrera del Investigador Científico del CONICET, donde integró las Comisiones Asesoras de Ciencias Médicas. Fue fundador y primer presidente de la Asociación Argentina de Osteología y Metabolismo Mineral y en 2019 fue designado miembro de la Aca demia de Ciencias Médicas de Santa Fe. Su actividad científica fue prolífica y evidenciada en numerosos artículos publicados, con 92 menciones en la base MEDLINE, siendo el problema de la hipovitaminosis en Ar gentina una de sus banderas. El último artículo que publicó, acerca del origen genético de la hipovitaminosis D, fue en Medicina (B Aires) en el año 2019. También analizó el papel de la investigación científica y los problemas locales de la misma.
Uno de los redactores de esta nota lo conoció en las comisiones asesoras del CONICET donde comprobó el análisis riguroso de los informes, su capacidad de discusión, fino humor y gran capacidad de intercambiar ideas. También los unía un hecho que parece intrascendente, los dos eran rosarinos, y Puche un gran conocedor de la his toria local que permitió unir cabos de lugares y hechos que estaban ocultos en la memoria de su colega. Debido a la residencia de Puche en Rosario, gran parte de este intercambio de información fue por medio del correo electrónico y en forma personal cuando Puche asistía a las asambleas anuales de la revista.
Una prueba de su honestidad intelectual fue que, cuando decidió retirarse del Comité de Redacción, hubo que insistirle varias veces para que aceptara ser Miembro Emérito. Argumentaba que ya no colaboraba como antes con la revista.
El Comité Editorial de la revista Medicina hace llegar a su familia y amigos sus más sentidas condolencias. Quedará en nosotros su recuerdo, su don de gentes, su cultura y amor hacia la ciudad en la que vivió y murió.
El legado de un inolvidable profesor
El 19 de diciembre de 2021 falleció en Rosario el Profesor Doctor Rodolfo Carlos Tomás Puche.
En un trabajo en ciernes, aún no remitido, aludo a esa suerte de fábula narrada por él en ocasiones, protagonizada por un conejo siberiano y un zorro estepario, y cuyo remate era aprovechado para aleccionar acerca de la preemi nencia en investigación científica de una buena dirección por sobre la de un buen tema. Dicho relato produjo singular impacto en el Congreso de la Sociedad Española de Histología e Ingeniería Tisular (SEHIT) (Albacete, 2009), donde lo reproduje sin omitir su fuente a modo de justo tributo.
Recia estampa y voz de locutor profesional, el Profesor Puche dejó en nuestra Facultad de Ciencias Médicas dos legados invalorables que exceden su destacada docencia en el grado y el postgrado, sus relevantes trabajos cien tíficos nacionales e internacionales, sus premios y distinciones, así como su condición de miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe y de miembro emérito de la revista Medicina (Buenos Aires).
Uno de ellos, fue el apoyo irrestricto brindado en 1988 a la institucionalización y, luego, al crecimiento y desarrollo de la Sociedad Científica Rosarina de Estudiantes de Medicina (hoy, Asociación Científica Rosarina de Estudiantes de la Salud), a la que asesoró permanentemente hasta su retiro.
El otro, la creación del Doctorado en Ciencias Biomédicas, acreditado B en 1999 por CONEAU y categorizado A en dos oportunidades desde entonces. Éste tuvo no solo la virtud de ser generado cuando el postgrado en la Facultad se agotaba en las especializaciones, sino la de servir de plataforma de lanzamiento a otros Doctorados ulteriores, hoy en curso: Medicina, Enfermería y Fonoaudiología.
Ambos emprendimientos dan palmaria cuenta de su constante estímulo tanto al alumnado como a los graduados para que aprendieran, según subrayaba: “el oficio de investigador”.
Dable es apreciar que estas líneas, más que centrarse en su ingente talla académica o poner el acento en los diversos cargos y funciones que desempeñó puertas adentro y afuera de nuestra institución, hacen particular hincapié en su invaluable herencia formativa.
En tal sentido, quien aquí lo evoca testimonia una vez más su inestimable agradecimiento al Profesor Puche por el sinfín de enseñanzas académicas que le trasmitiera con generosidad impar y que, felizmente, pudo reconocerle en privado y en público cuantas veces le fue posible.
Enhiesto y con paso firme se dirigía a diario a la Cátedra de Bioquímica Médica.
Sus pasos se han perdido; su legado, no.
¡Hasta siempre, Profesor!
Alberto E. D’Ottavio
