El Dr. Nelson Castro, médico y periodista de vasta experiencia ha completado una extensa labor de investigación bibliográfica y entrevistas acerca de las enfermedades que han aquejado a los Papas, desde León XIII hasta Francisco. La razón para el inicio histórico de esta investigación se basó en el hecho que recién hacia fines del siglo XIX la medicina incorporó adecuadas herramientas de diagnóstico y terapéutica. El promotor de esta investigación fue el mismo Papa Francisco, cuando en una de las entrevistas que le concedió al Dr Castro le sugirió el tema y le comentó sus enfermedades de primera mano y así se inició la escritura del libro que incluyó entre sus fuentes la asistencia a los Archivos del Vaticano, pieza esencial para su indagación histórica.

En cada uno de los 11 capítulos dedicados a un Papa y sus enfermedades, se ofrece una discusión pormenorizada de los cuadros clínicos que los afectaban con sus tratamientos y evolución, que le dan la oportunidad al Dr. Castro a presentar en forma sistemática los hechos que llevaron a la elección de un Papa y otras circunstancias, como los rumores del último cónclave, buscando desacreditar a Jorge Bergoglio como candidato argentino al señalar que tenía un solo pulmón. Sintetiza los acontecimientos históricos contemporáneos a cada uno y el veredicto de la historia acerca de su labor como Vicario de Cristo en la Tierra. En el texto aparecen usos, costumbres y definiciones que se refieren a la elección y tareas papales así como personajes pocos conocidos que influyeron en forma significativa la evo lución de las enfermedades asociadas a cada Papa, entre ellos se destaca Galeazzi Lusi, el arquiatra de Pio XII (médico que está a cargo de la salud de cada Papa) a quien el autor del libro califica como perverso e ineficaz, responsable en gran medida de la evolución tortuosa de Pio XII, un paciente de comportamiento difícil, de su caótica agonía, tortuosa muerte y peor entierro que semejan a una pesa dilla en tiempo real.

Así vemos los conflictos de León XIII (Papado de 1878-1903) con el Reino de Italia y su intensa lucha por las condiciones sociales y los años turbulentos durante el Papado de Pio X (1903-1914) con los preparativos para el comienzo de la Primera guerra Mundial, la emergencia del fascismo y nazismo con la que se enfrentó Pio XI (1922-1939), los prolegómenos de la eminente Segunda Guerra Mundial y las sospechas de su envenenamiento. Con Benedicto XV (1914-1922) entramos de lleno en la Primera Guerra Mundial, la neutralidad del Vaticano y como nota de color dentro del drama que acontecía, la insólita tregua en la Navidad de 1914.

Respecto a Pio XII, el Dr Castro muestra los claroscuros de la labor de Pio XII con un balance entre los críticos y defensores de su labor a favor de los pueblos oprimidos. Parece una paradoja que en la simplificación extrema a la que llegan muchos críticos e historiadores, la Segunda Guerra Mundial fue causada solo por un hombre, mientras que otro debía ser el encargado de detenerla o mostrarle al mun do la denigración humana a la que se sometían millones de personas, dejando de lado la participación de múltiples, personajes, países y sociedades.

A Pablo VI (1963-1978) le tocó el enfrentamiento con los ataques terroristas de las Brigadas Rojas mientras que Juan XXIII, el Papa Bueno, sorprendió al mundo al revolucionar la estructura de la iglesia con el Concilio Vaticano segundo.

En el capítulo dedicado a nuestro recordado Juan Pablo II, el Papa viajero, se detallan sus esfuerzos para controlar el funcionamiento del Vaticano, las sospechas de corrupción financieras que llevó a la quiebra del Banco Ambrosiano con asesinatos o con suicidios de personales involucrados y con alta relevancia pública. Quizás por su gran complejidad, el tema de los abusos sexuales cometidos por sa cerdotes en todo el mundo afectando a varios Papas, no es tocado en este libro.

Entre las historias clínicas se destacan que en un solo caso, el de Pablo VI haya antecedentes de una enfermedad de la próstata, el Parkinson cruento de Juan Pablo II y la negligencia en la atención que recibió cuando sufrió un atentado contra su vida, el cáncer de estomago de Juan XXIII, el mal estado general de Benedicto XVI y la longevidad de León XIII.

A lo largo del libro en solo dos casos, Pio XI y Juan Pablo I hubo sospechas de una muerte no oca sionada por una enfermedad y en clara diferencia con lo que se describe en tiempos pretéritos. En el caso de Juan Pablo I, el tema no está concluido para ninguno de los grupos que aceptan o no la idea de una muerte criminal. La nota de color es que la fumata que anunció su elección a la silla de San Pedro no fue blanca, sino gris, y que algunos tomaron con mal presagio para su papado, de poco más de un mes de duración.

En síntesis, un muy buen libro sobre los achaques de los Papas del último siglo y medio con sus mé dicos tratantes, el agregado de la etapa histórica en cada uno de ellos que moldearon la labor de cada uno de ellos, notas de color y análisis del autor que lo vuelven un libro de lectura muy entretenida, sólido en su argumentación, de una clara redacción y que dejará al lector satisfecho del mismo.