Hemos leído con gran interés el reciente artículo Compa ración entre la primera y segunda ola de pacientes con COVID-19 que requirieron ventilación mecánica invasiva en una unidad de cuidados intensivos de Argentina, por Musso y col.¹. Los autores describen el resultado de la ventilación mecánica y su dependencia de variables re lacionadas con el procedimiento o la edad.

Con alguna frecuencia usamos artículos de Medicina como material de soporte docente para los cursos de farmacología y al momento de leer el artículo con todo el plantel docente nos llamó la atención que no se hiciera mención de los distintos tratamientos farmacológicos que se utilizaron durante la primera y segunda ola de COVID-19, particularmente el tratamiento con dexame tasona que actualmente es parte del contenido de la asignatura que dictamos (Farmacología I), por lo que nos preguntamos si esta variable fue tomada en cuenta durante el análisis de los resultados del estudio. Aunque aún subsisten controversias al respecto, el tratamiento con corticoides, particularmente dexametasona, parece disminuir la mortalidad en pacientes con infección por SARS-CoV-2 hospitalizados que requieren oxígeno² y desde 2021 es parte integrante de la recomendación de tratamiento del Ministerio de Salud de la Nación³.

En nuestro carácter de docentes en la Facultad de Medicina de la UBA, el debate sobre COVID (y varios de los disparates ampliamente publicitados durante la pandemia) ha sido frecuentemente usado en clase, y una breve mención de los tratamientos usados probablemente ayudará en la formación de los futuros profesionales de la salud. Creemos que seguramente otros lectores com partirán nuestro interés en conocer qué tratamiento(s) farmacológicos recibieron los pacientes, con énfasis en el uso de corticoides, y qué resultados se obtuvieron.