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Medicina (Buenos Aires)

versión impresa ISSN 0025-7680versión On-line ISSN 1669-9106

Medicina (B. Aires) vol.83 no.5 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2023

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Síndrome post COVID-19. Gravedad y evolución en 4673 trabajadores sanitarios

Post COVID-19 syndrome. Severity and evolution in 4673 health care workers

Carlos Tajer1  * 

María José Martínez1 

Javier Mariani1 

Maximiliano de Abreu1 

Laura Antonietti2 

1 Departamento de Cardiología, Hospital de Alta Complejidad Néstor Carlos Kirchner, Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires

2 Departamento de Investigación, Universidad Arturo Jauretche, Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires, Argentina

Resumen

Introducción

: La evolución del síndrome post COVID ha sido variable y carecemos de información sobre su impacto en los profesionales de la salud.

Métodos

: Realizamos una encuesta a través de una red social en profesionales de la salud sobre casos de síndrome post COVID-19 confirmados con PCR. En un cuestionario web, preguntamos sobre 21 síntomas, su gravedad, duración, grado de afectación de la actividad y reincorporación al trabajo.

Resultados

: Respondieron 4673 profesionales sanita rios de 21 países, edad media de 47 años, 64% mujeres. El curso inicial fue asintomático en el 9%, síntomas leves en el 36%, síntomas moderados sin hospitalización en el 40% o con hospitalización en el 11%, y síntomas graves en el 1%. Los síntomas más prevalentes fueron fatiga (67%), insomnio (44%), ansiedad (42%), mialgia (41%) y anosmia (41%). La prevalencia se redujo a la mitad en los primeros 5 cinco meses, pero en muchos casos se prolongó durante más de un año. En el análisis multi variado los síntomas tendieron a agruparse en clusters (cognitivos, neuropsiquiátricos, cardiorrespiratorios, digestivos, otros). La necesidad de cambiar de área de trabajo fue del 16% y la falta de reincorporación al tra bajo del 7%, relacionadas con la mayor edad, el número de síntomas y la gravedad del curso inicial.

Conclusión

: En muchos casos la persistencia de los síntomas post COVID-19 puede ser prolongada y te ner un impacto laboral en los profesionales sanitarios, requiriendo la adopción de políticas específicas para reducir el daño.

Palabras clave: Síndrome post COVID; COVID prolon gado; Post COVID-19; COVID-19

Abstract

Background

: The evolution of post COVID-19 syn drome has been variable and we lack information on its impact on healthcare professionals.

Methods

: We conducted a survey through a social network in health professionals on post COVID-19 syn drome cases confirmed with PCR. In a web-based ques tionnaire, we asked about 21 symptoms, their severity, duration, degree of activity impairment and return to work.

Results

: 4673 health professionals from 21 countries responded, mean age of 47 years, 64% women. The initial course was asymptomatic in 9%, mild symptoms 36%, moderate symptoms without hospitalization 40% or with hospitalization 11%, and severe symptoms 1%. The most prevalent symptoms were fatigue (67%), insomnia (44%), anxiety (42%), myalgia (41%) and anosmia (41%). Prevalence dropped by half in the first 5 five months, but in many cases, it lasted for more than a year. In the mul 670

tivariate analysis, symptoms tended to be grouped into clusters (cognitive, neuropsychiatric, cardiorespiratory, digestive, others). The need to change the work area was 16% and lack of return to work 7%, related to older age, number of symptoms and severity of the initial course.

Conclusion

: in many cases the persistence of post- COVID symptoms can be prolonged and have an occu pational impact on healthcare professionals, requiring the adoption of specific policies to reduce harm.

Key words: Post COVID syndrome; Long COVID; Post COVID-19; COVID-19

PUNTOS CLAVE

Conocimiento actual:

• El COVID-19 ha generado múltiples secuelas, con impacto en la calidad de vida y retorno al trabajo. Un sector particularmente afectado han sido los trabajadores de la salud, con una elevada tasa de contagios, mortalidad y secuelas.

Contribución del artículo:

• Analiza en formas comparativa las diferentes definiciones de COVID prolongado para hacer más precisa su interpretación. Aporta un relevamiento de un número elevado de trabajadores de la salud en Latinoamérica, con un análisis por síntoma y síndrome, su gravedad y duración, que puede apoyar políticas para su prevención y contención.

La fase aguda del COVID-19 puede evolucio nar de formas muy diversas, desde la ausencia de síntomas hasta una afectación multiorgánica grave. Los síntomas pueden persistir durante pe riodos variables interfiriendo con la vuelta al tra bajo y la calidad de vida, con una carga adicional para el sistema sanitario1-3. Se han postulado va rias denominaciones para los síntomas persis tentes después de la fase aguda, con diferentes criterios relativos al tiempo de persistencia para el diagnóstico. Inicialmente, el National Institute or Health (NIH) propuso estudiar los casos que persistían con síntomas durante más de un mes después de la infección inicial4. El Instituto Na cional para la Salud y la Excelencia Asistencial (NICE) del Reino Unido utiliza el término COVID largo para definir los síntomas que continúan más allá del primer mes o aparece después de la infección inicial, en ausencia de diagnósticos alternativos5. Considera una fase aguda hasta el primer mes, persistencia de síntomas evolutivos de 4 a 12 semanas, y síndrome post COVID-19 después de 12 semanas del episodio inicial. A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido el síndrome post COVID-19 como la persistencia de síntomas más allá de los tres meses, que continúan durante al menos dos meses más y no se explican por otra enferme dad preexistente6. Los síntomas notificados afectan a diversos sistemas y ámbitos, con una mayor prevalencia de problemas de mo vilidad funcional, anomalías respiratorias y trastornos de salud mental, una incidencia su perior al 50% en algunas series, con una dura ción variable, que puede extenderse a más de un año7-9. En un análisis de grandes bases de datos administrativas de veteranos de EE.UU., los pacientes que experimentaron COVID-19, incluso sin hospitalización en comparación con un grupo de control similar, presentaron un marcado exceso de afecciones múltiples y de uso de medicación durante los seis meses posteriores10.

La pandemia tuvo un gran impacto en el per sonal sanitario, sometido a una gran tensión en el trabajo y con una elevada tasa de infección. Según datos de la OMS, las tasas de infección entre los trabajadores sanitarios superan a las de la población general11. El 14% de los positi vos corresponden a trabajadores de este sector y, en algunos países, la cifra asciende al 35%. Varios estudios han reportado la prevalencia del síndrome post COVID-19 en trabajadores de la salud y sus repercusiones ocupaciona les en diferentes regiones del mundo, los cua les se resumen en el Apéndice (S1), pero care cemos de información sobre nuestra región. El objetivo de nuestro estudio fue evaluar la gravedad y duración de diferentes sintomatologías post COVID-19 a través de una encuesta reali zada en una red social de profesionales de la salud latinoamericanos que habían sufrido un episodio confirmado de COVID-19. Al obtener 4673 respuestas válidas, creemos que nuestro estudio aporta información relevante para la interpretación de las secuelas post COVID-19.

Materiales y métodos

Se realizó una encuesta abierta entre profesionales sa nitarios de la red social INTRAMED de habla hispana12. La encuesta fue anónima y el criterio de inclusión fue haber padecido COVID-19 confirmado por PCR. La invitación a participar se envió a través de los correos electrónicos ha bituales de promoción de actividades de la red y a través de la página web. La encuesta se mantuvo abierta durante una semana (del 22 al 29 de octubre de 2021) y recogió datos sociodemográficos (edad, sexo, profesión, entorno laboral, país), fecha y curso clínico del COVID-19, su re percusión en la actividad laboral (baja, reincorporación al trabajo), la persistencia de diferentes síntomas más de un mes después de la infección inicial y su gravedad, la ne cesidad de consultas, estudios diagnósticos y nuevas hos pitalizaciones. Se incluyeron preguntas sobre una lista de 21 síntomas: fatiga, disnea, tos, dolores torácicos, palpita ciones o taquicardia, deterioro de la memoria, lentitud de razonamiento, dificultades de concentración, ansiedad, síntomas depresivos, cefaleas, insomnio o nuevas altera ciones del sueño, entumecimiento de las extremidades, náuseas, diarrea, disminución del apetito, dolor articular-dolor muscular, tinnitus, mareo-vértigo, pérdida del gusto y/o del olfato y erupciones cutáneas13.

Para cada síntoma se preguntó la gravedad, la duración y la eventual persistencia. Se utilizó una escala subjetiva de 1 a 4 (leve, moderado, grave, muy grave) para definir la gravedad de la mayoría de los síntomas. Para la disnea, se aplicó el esquema propuesto por el Medical Research Coun cil del Reino Unido (MRC)14, y para la cefalea, se estableció una escala de gravedad del 1 al 10. En la encuesta tam bién se preguntó sobre los estudios realizados después del COVID-19 a través de una lista que incluía estudios de laboratorio, radiografía de tórax, electrocardiograma, ecocardiograma, monitorización Holter, evaluaciones de esfuerzo, cateterismo cardíaco, estudio funcional respi ratorio, tomografía computarizada de tórax, endoscopias, estudios cognitivos y estudios neurológicos.

Análisis de la prevalencia según las definiciones

En el análisis de los datos observamos que algunos participantes informaron síntomas que no habían dura do más de un mes desde el episodio de COVID-19, y por lo tanto no cumplían los criterios definidos de COVID largo para nuestro relevamiento. Para una mejor interpreta ción, resumimos en una tabla la prevalencia comunica da inicialmente por los encuestados y, a continuación, la prevalencia corregida, excluyendo los casos que comuni caron una duración de los síntomas inferior a un mes. En un análisis post-hoc, exploramos la prevalencia de cada síntoma según las diferentes definiciones descritas en la introducción (más de un mes, más de tres meses y más de tres meses con persistencia de al menos dos meses) en un subgrupo de 3642 pacientes con más de 5 meses desde el episodio de COVID-195-7.

Consideraciones éticas

Los participantes dieron su consentimiento respon diendo al cuestionario. El Comité de Ética Institucional del Hospital El Cruce (resolución 0117) concedió la apro bación ética. Las respuestas a la encuesta fueron anóni mas. Todos los procedimientos del estudio se llevaron a cabo de acuerdo con las normas y estándares éticos inter nacionales mediante procedimientos operativos defini dos para respetar los derechos de los participantes y pro teger la confidencialidad. Antes de iniciar el cuestionario, se informó a los participantes de los objetivos del estudio y del carácter voluntario y anónimo de la encuesta. No se generaron registros que permitieran la identificación personal de los participantes.

Análisis estadístico

Las variables cuantitativas se presentaron como me dia/desvío estándar o mediana/rangos intercuartilo (RIC) según su distribución. Las variables discretas se notifi caron como número y porcentaje, con sus intervalos de confianza del 95% (IC 95%). El análisis de la asociación entre variables discretas se realizó con tablas de contin gencia, y se establecieron su nivel de p, odds ratio e inter valos de confianza. El análisis comparativo de variables cuantitativas se realizó con métodos paramétricos o no paramétricos según su distribución. Para el análisis de las variables relacionadas con la falta de reincorporación al trabajo, se realizó un análisis de regresión logística selec cionando aquellas con una asociación significativa en el análisis univariado, con un nivel de p < 0.05. La asocia ción de los síntomas corregida por edad y sexo se evaluó en modelos multivariados. Se realizó un segundo análisis multivariado ajustado por la gravedad de los síntomas; para este análisis, se consideró como grave el nivel 3-4 de cada síntoma, y para las cefaleas, una intensidad de 6 o más. Para el análisis se utilizó el programa R (versión 4.2.1)15 y Rstudio (versión R Studio- 2022.07.1-554)16.

Resultados

La encuesta contó con 4673 participantes de 25 países con respuestas válidas. La distribu ción por sexos fue de 2998 mujeres (64.2%) y 1675 hombres (35,.8%) y la edad media fue de 47.8±11.8 años. La mayoría de los profesiona les eran médicos (n=3080, 67.5%) o enfermeras (n=525, 11.5%). Un total de 701 participantes tra bajaban en áreas críticas (15.3%) y 1332 en ser vicios de urgencias (29%). El episodio inicial de COVID-19 fue asintomático en 420 encuestados (9.1%), con síntomas leves en 1701 (36.8%), sín tomas moderados sin hospitalización en 1886 (40.8%), síntomas moderados/graves con hospi talización en 543 (11.7%) y síntomas graves que requirieron asistencia respiratoria en 74 (1.6%).

Necesidad de modificar el área de trabajo y retorno al trabajo

Tras el COVID-19, 738 encuestados de un to tal de 4618 (16%) declararon necesitar una mo dificación del área de trabajo. Esta modificación estaba relacionada con la gravedad de los sínto mas iniciales: en los casos asintomáticos o con síntomas leves fue del 12% y 11.5% respectiva mente, en los casos moderados sin hospitaliza ción del 18%, y en los pacientes hospitalizados del 25% (p < 0.0001). La recuperación total de la actividad fue comunicada por 3537 pacientes (76.6%), casi total por 720 (15.6%), solo parcial por 263 (5.7%) y no recuperada por 97 (2.1%), de un total de 4617 respuestas válidas. Agrupamos las respuestas que indicaban no recuperación o recuperación parcial como dato dicotómico de falta de recuperación, y realizamos un análisis de regresión logística incluyendo sexo, edad, número de síntomas y gravedad del episodio inicial. Las variables asociadas de forma independiente con la falta de recuperación laboral fueron la edad con odds ratio (OR) 1.03 (IC 95%: 1.02-1.04; p < 0.001) por año, el número de sín tomas (OR 1.22; IC 95%: 1.19-1.25; p < 0.001) por síntoma adicional, la hospitalización global (OR 1.9; IC 95%: 1.1-3.6; p = 0.025) y la hospitalización con necesidad de ventilación mecánica (OR 3.2; IC 95%: 1.4-7; p < 0.001). El sexo no se asoció sig nificativamente, mujer OR 0.97; IC 95% 0.74-1.25; p = 0.802.

Frecuencia y gravedad de los síntomas

En la Tabla 1 se resume la frecuencia de cada síntoma, su gravedad y su duración en meses. La primera columna contiene la fre cuencia de cada síntoma comunicado por los encuestados, y la última columna contiene la frecuencia excluyendo los síntomas con me nos de un mes de duración. En el grupo que notificó alteraciones del apetito, la reducción de peso notificada en 530 casos fue de 5 kg (3- 7) (mediana y RIC). La intensidad de la cefalea en una escala de 1 a 10 fue de 6 (4-7) (mediana y RIC). Considerando solo los síntomas gra ves (3-4), los más prevalentes fueron lentitud (36.3%), alteración de la concentración (33%), anosmia (20.4%), fatiga (19.1%) y alteración de la memoria (18.1%).

Tabla 1 Frecuencia y gravedad de los diferentes síntomas. Frecuencia corregida: excluidos los síntomas con persistencia inferior a un mes 

Frecuencia del síndrome Long-COVID ajustada a las distintas definiciones

Se realizó un subanálisis con 3642 participan tes que declararon haber padecido COVID-19 más de cinco meses antes de la encuesta. Se aplicó la incidencia de COVID largo según las tres definiciones comentadas en la introducción (NIH: más de un mes, NICE más de tres meses y OMS más de tres meses con persistencia de al menos dos meses) (Tabla 2).

Tabla 2 Frecuencia corregida de síntomas según diferentes criterios de persistencia1,2 

Número de síntomas por paciente y duración

La Tabla 1 informa de la duración de cada sín toma en meses como mediana y RIC. La Figura 1 resume la evolución mes a mes de cada sinto matología.

Figura 1 Duración declarada en meses para cada sintomatología 

La mediana del número de síntomas notifica dos fue de 7 (RIC 3-10). El número de síntomas en cada uno de los países latinoamericanos fue variable, con medianas entre 3 y 9, aunque en la mayoría de los países osciló entre 6 y 8, p < 0.001 (Fig. 2).

Figura 2 Distribución del número de síntomas por paciente por países (excluidos los países con menos de 10 participantes) 

El número de síntomas se relacionó con el sexo: mujeres, mediana de 7 (RIC 4-11) y hom bres, mediana de 6 (RIC 2-9), p < 0.001, y con la gravedad de los síntomas iniciales: asintomáti cos (420 pacientes), mediana de 4 (RIC 1-8); cur so leve (1701 pacientes), mediana de 5 (RIC 2-8); curso moderado sin hospitalización (1886 pa cientes), mediana de 8 (RIC 5-12); hospitalizados con (74 pacientes) o sin (542 pacientes) necesi dad de asistencia respiratoria mecánica, media na de 9 (RIC 6-13), p<0.001.

Asociaciones entre síntomas y otras variables. Relación entre los diferentes síntomas

En el análisis univariado, la relación de cada síntoma individual con cada uno de los demás fue estadísticamente significativa. Las probabili dades de asociación con su intervalo de confian za se resumen en la Figura 3A.

Figura 3A Asociación entre síntomas expresada como odds ratio (recuadros de colores) e intervalos de confianza del 95% (recuadros inferiores). Los colores marcan la intensidad de la asociación en graduación de rojo, amarillo a verde. Todas las asociaciones fueron significativas 

Se realizó un análisis multivariado para cada síntoma como variable dependiente dicotómica, incluyendo cada uno de los otros síntomas, la edad y el sexo. En este análisis los síntomas ten dieron a agruparse en síndromes distintos (Fig. 3B). Como ejemplos: la falta de apetito se aso ció a diarrea, acúfenos, mareos, anosmia y tos; la depresión se asoció a ansiedad e insomnio, lentitud, problemas de memoria, menor edad y acúfenos; el dolor torácico con palpitaciones, tos, cefalea, mialgia; la fatiga, el síntoma más preva lente, se asoció a disnea, ansiedad, depresión, mialgia, problemas de memoria e insomnio, y los problemas de concentración se asociaron a lentitud, problemas de memoria e insomnio.

Figura 3B Asociación entre síntomas en el análisis multivariado. Los recuadros coloreados y gradación de colores como en la figura anterior. Sólo se incluyeron los odds ratio significativas 

Relación con la edad

En el análisis univariado de los 21 síntomas explorados, 7 no presentaron diferencias por edad, 6 se asociaron a edades más tempranas y 8 a edades más avanzadas. Aunque en 15 sín tomas las diferencias por edad fueron estadís ticamente significativas, la diferencia entre la presencia y la ausencia del síntoma no fue su perior a 2.5 años entre los grupos. En el análisis multivariado corregido por sexo y gravedad de los síntomas, cuatro síntomas se asociaron a menor edad y ninguno a mayor edad: cefalea, OR por año de edad 0.97 (IC 95%: 0.96-0.98); in somnio, OR 0.97 (IC 95%: 0.96-0.98); anosmia, OR 0.98 (IC 95%: 0.97-0.99) y depresión 0.98 (IC 95%: 0.96-0.99).

Relación con el sexo

La mayoría de los participantes en la encuesta eran mujeres, el 64%. En el análisis univariado, el sexo femenino se asoció con una mayor notifica ción de 19 de los 21 síntomas cuestionados, con dos excepciones: alteración del apetito y diarrea, que fueron similares en ambos sexos. La edad fue mayor en el grupo masculino (51.6 ± 13) que en el femenino (46 ± 11.5), p < 0.001.

Necesidad de estudios complementarios

La frecuencia reportada de uso de 11 estu dios complementarios fue: radiografía de tórax 860 (18.4%), pruebas de laboratorio 1265 (27%), ecocardiograma 695 (14.9%), TAC de tórax 622 (13.3%), espirometría 423 (9. 1%), monitorización electrocardiográfica ambulatoria 268 (5.7%), eva luaciones de esfuerzo 296 (6.3%), cateterismo cardiaco 14 (0.3%), endoscopias digestivas 88 (1.9%), estudios cognitivos 126 (2.7%) y estudios neurológicos 214 (4.6%).

Requerimiento de consultas, nuevos medicamentos, bajas y rehabilitación

Se analizó la relación entre cada síntoma y el requerimiento de consultas, nuevos medica mentos, rehabilitación, nuevas hospitalizacio nes y el curso inicial de COVID-19. Cada síntoma se asoció con un curso de mayor gravedad del episodio inicial de COVID-19, con el requeri miento de nuevas consultas, rehabilitación, psi coterapia y nuevas hospitalizaciones, con el uso de nuevos medicamentos y tranquilizantes en particular. La Tabla 3 resume a modo de ejemplo la relación entre la disnea y las variables discu tidas.

Tabla 3 Disnea persistente y su relación con el curso inicial del COVID-19, la duración de la licencia, las reintervenciones y las nuevas medicaciones 

Discusión

La percepción de las secuelas post COVID-19 tiene implicaciones en la calidad de vida, la ca pacidad laboral y la demanda al sistema de sa lud. En esta encuesta a profesionales de la salud en América Latina, la frecuencia de las diferen tes afecciones reportadas fue alta, con frecuen te superposición de síntomas (mediana de 7). En una encuesta realizada a 6504 pacientes con COVID-19 confirmada o presunta, se notificaron 203 síntomas diferentes y el número de sínto mas por paciente fue de 55.9±2517. Aunque sin una referencia exacta del número de síntomas, otras series han obtenido resultados similares18. En nuestra serie, la prevalencia del número de síntomas por país fue variable, lo que podría es perarse debido a las diferencias epidemiológicas por regiones y sus múltiples condicionantes19. Aunque esta variabilidad fue estadísticamente significativa, la mayoría de los países informa ron de 6 a 8 síntomas por participante. Al igual que en otras series, esta multiplicidad de sín tomas se asoció estadísticamente a una mayor gravedad del episodio inicial de COVID-19 y al sexo femenino9,17,18. Las secuelas post COVID-19 disminuyen con la evolución, por lo que la pre valencia de “COVID largo” variará según el punto de corte en meses adoptado.

Nuestra encuesta fue diseñada considerando la persistencia de la sintomatología más allá del primer mes y reportamos adicionalmente la pre valencia según diferentes criterios de punto de corte. De este análisis se puede inferir que: a) la mitad de los síntomas reportados desaparecen dentro de los primeros cinco meses y b) un por centaje significativo de la población encuestada persiste con síntomas, cuya duración reportada también puede ser muy prolongada, en muchos casos superior a un año, lo que concuerda con otras series8,9. En el análisis univariado cada sín toma se relacionó estadísticamente con cada uno de los otros 21, pero en el análisis multiva riado corregido por sexo y edad surgieron clusters sintomáticos: digestivo, cognitivo, cardiorrespi ratorio y neuropsiquiátrico, que a su vez impli caron estudios complementarios diferenciados. En el estudio referenciado de Davis y col.17, que contemplaba 203 síntomas, se definieron tres clusters de agrupación sintomática, aunque sin un punto de corte claro por sistemas orgánicos como los observados en nuestro estudio. El sín toma más prevalente en nuestra serie es la fati ga, coincidiendo con los informes disponibles en la literatura. Este síntoma se ha asociado al del síndrome de fatiga crónica20. En esta afección, también denominada encefalomielitis miálgi ca21, una característica clínica distintiva es el de nominado MEP (malestar postesfuerzo), un in tenso malestar de agotamiento tras la actividad, aspecto post COVID-19 que no ha sido abordado en profundidad. El síndrome de fatiga crónica no tiene una etiopatogenia clara, y un estudio alea torizado ha informado de que tanto la psicote rapia como el ejercicio influyen en la mejoría de la sintomatología22, aunque la validez de sus re sultados sigue cuestionándose23. No obstante, se ha propuesto la rehabilitación como estrategia para la mejora del síndrome post COVID-1924. La prevalencia de síntomas que podrían agruparse como neuropsiquiátricos en nuestra serie fue elevada. Como referencia, comparamos la inci dencia comunicada de al menos tres meses de duración con un metaanálisis reciente que ex ploró este ámbito en 10 530 pacientes25. Cinco de los síntomas considerados en nuestra serie presentaron porcentajes superiores al intervalo de confianza del 95% del metaanálisis (altera ciones de la memoria, cefalea, mialgia, depre sión y fatiga) y tres fueron algo superiores, pero dentro del IC del 95%: (concentración-atención, anosmia e insomnio). Esta mayor incidencia en nuestra población es más llamativa teniendo en cuenta que el 55% de los pacientes incluidos en el metaanálisis fueron hospitalizados durante la fase aguda frente a sólo el 12.3% en nuestra se rie, y la gravedad del cuadro inicial se relaciona con una mayor incidencia de todos los síntomas tanto en el metaanálisis como en nuestra expe riencia. Es difícil inferir si esta mayor afectación se asocia a la condición de profesionales sanitarios de nuestra población y a su especial vul nerabilidad en esta pandemia, dado que existen múltiples sesgos y factores de confusión que no podemos descartar. Estudios previos han infor mado sobre la frecuencia de afectación psicoló gica en trabajadores sanitarios y su relación con la sintomatología múltiple26, lo que coincide con la frecuencia informada en nuestra encuesta. En un estudio de pacientes que refirieron haber padecido COVID-19 y un grupo control, se ob servó que la sintomatología no se relacionaba con la confirmación plasmática de haber tenido la enfermedad, sino con la creencia de haberla padecido27. Esta observación está más relaciona da con una explicación subjetivo-emocional que con una secuela “orgánica”. La vuelta al traba jo ha sido un reto importante durante la pan demia, y ha requerido políticas específicas para mejorar la seguridad de los trabajadores y preve nir el contagio28,29. En Huang y col.18, se informa de que el 12% de los que estaban empleados an tes de la enfermedad no habían vuelto al trabajo después de 12 meses. La dificultad para volver al trabajo en nuestra serie estuvo condicionada por la mayor gravedad de los síntomas iniciales, la edad y el mayor número de síntomas. Se trata solo de una modesta aproximación a la valora ción del problema, ya que carecíamos de ante cedentes personales de otras enfermedades y de otras dimensiones subjetivas relevantes30. Diferentes revisiones han discutido la complejidad de la interpretación etiológica de los síntomas. En el caso de los síntomas cardiorrespiratorios (disnea, fatiga, dolor precordial, palpitaciones), pueden implicar afectación pulmonar persis tente, agresión miocárdica31, disfunción autonó mica32, angina de pecho clásica o microvascu lar33 o desentrenamiento periférico34. En nuestra serie, aunque se utilizaron múltiples estudios (tomografía computarizada de tórax, electro cardiograma, radiografía de tórax, monitoriza ción electrocardiográfica ambulatoria, pruebas de esfuerzo e incluso cateterismo cardíaco) su aplicación fue restringida, lo que indica que la población que respondió a la encuesta posible mente no consideró que necesitara evaluacio nes complementarias. Las mujeres participaron con más frecuencia que los hombres en esta encuesta e informaron de una mayor sintoma tología. En un análisis de una cohorte de 1969 pacientes, el género femenino se asoció de for ma ajustada con muchos más síntomas que en nuestra serie35, aunque la población difería de la nuestra, ya que eran 15 años mayores y en todos los casos habían sido dados de alta hospitalaria. No disponemos de estudios exhaustivos sobre la perspectiva de género en este síndrome.

Limitaciones: Este estudio es una encuesta realizada a través de una red social, donde los profesionales sanitarios participantes deciden si contestan o no. Frecuentemente, en este tipo de encuestas es más probable que contesten aque llos que tienen sintomatología, lo que sesga ha cia una mayor prevalencia. La red INTRAMED tiene registrados cientos de miles de miembros distribuidos en diferentes países, por lo que, aunque disponemos de un gran número de res puestas, implica un sesgo importante y limita la posibilidad de establecer la prevalencia real del síndrome. Aún así, el informe detallado nos ha permitido analizar su gravedad y evolución. Aunque el COVID-19 afecta indistintamente a ambos sexos, dos tercios de los participantes en la encuesta eran mujeres. La duración de los síntomas puede no ser exacta, ya que muchos participantes habían padecido COVID-19 más de un año antes. No se preguntó el estado de va cunación para simplificar el cuestionario, que de otro modo sería bastante largo. Durante 2020 no había vacunas disponibles, pero en 2021 la mayoría de los países de la región desarrollaron proyectos de vacunación masiva empezando por los grupos de mayor riesgo y dando prioridad al personal sanitario. Aunque existe acuerdo sobre la capacidad de la vacunación para prevenir las infecciones y sus complicaciones graves, los da tos sobre la prevención del síndrome post CO VID-19 aún no son consistentes.

En conclusión, nuestro estudio muestra la evolución de la sintomatología compatible con el síndrome post COVID-19 entre el personal sanitario de nuestra región, que en muchos casos alcanzó la suficiente gravedad como para interferir en la calidad de vida, implicando un cambio de puesto de trabajo o la imposibilidad de recuperarlo. La prevalencia de los síntomas disminuye con el paso de los meses pero en mu chos casos persiste durante más de un año y ha requerido estudios complementarios, nueva medicación, psicoterapia, rehabilitación y nue vas hospitalizaciones. En el examen multivaria do, los síntomas pudieron agruparse por clusters, lo que permitió discriminar cuadros cognitivos, neuropsiquiátricos, cardiorrespiratorios, diges tivos y otros, que requirieron estudios diferen ciados y pueden tener patogenia específica. El personal sanitario se ha visto expuesto a una demanda extraordinaria por parte de la comuni dad en esta pandemia, con repercusiones perso nales muy importantes sobre su calidad de vida relacionada con la salud y su capacidad laboral, que requieren estrategias de atención y protec ción a largo plazo, tanto en aspectos médicos como laborales.

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Anexo

Síndrome post-COVID en trabajadores sanitarios

Se han comunicado varias series de síndrome post-COVID en trabajadores sanitarios.

De 932 casos en el Reino Unido obtuvieron 138 encuestas, de las cuales el 32% presentaban síntomas persistentes durante 4 meses1. El prin cipal problema era la fatiga y una característica distintiva era la baja tasa de consultas médicas (16%) y de solicitud de licencias (2%). En otra se rie también del Reino Unido encuestaron a 139 trabajadores sanitarios que habían padecido COVID-19 al menos tres meses antes, con una tasa de síntomas persistentes del 71%2. En Irlan da, se encuestó a miembros de la Irish Hospital Consultants Association. De los 114 trabajadores que aceptaron participar, el 25% informó de CO VID prolongado3. En Alemania se publicaron tres estudios. Una encuesta efectuada en 2021 informó de 4315 trabajadores sanitarios que habían experimentado COVID en 20204. La prevalencia de fatiga grave fue del 10.7%, con un impacto ne gativo en la recuperación del trabajo. En una en cuesta realizada a 2053 trabajadores sanitarios, casi el 73% experimentó síntomas persistentes durante más de tres meses5. Los síntomas noti ficados con más frecuencia fueron fatiga/agota miento, problemas de concentración/memoria y dificultad para respirar, con repercusiones en la calidad de vida. En un estudio longitudinal, de 165 trabajadores sanitarios que habían padecido COVID-19, se obtuvieron respuestas en 73, de los cuales el 31,5% persistía con síntomas (con ma yor frecuencia fatiga y alteraciones de la memo ria) que afectaban a su calidad de vida durante varios meses6.

En una encuesta realizada en la India, se encuestó a 163 trabajadores sanitarios, que in formaron de múltiples sintomatologías7. El sín toma más común fue la fatiga (42.9%), seguido de anosmia y ageusia (21.5%), cefalea y mialgia. En un hospital terciario del sur de la India, ex ploraron mediante cuestionarios la prevalencia de trastornos psicológicos tras el COVID-19 en 107 trabajadores sanitarios8. La prevalencia de depresión, ansiedad y trastorno de estrés pos traumático fue del 26.2%, 12.1% y 3.7%, respecti vamente, lo que se asoció con la persistencia de síntomas físicos.

En una serie de Sudáfrica se encuestó a 60 trabajadores que habían sufrido COVID-19 dos meses antes. Los síntomas más frecuen tes fueron por fatiga, ansiedad y trastornos del sueño9. Un estudio francés evaluó la per sistencia de alteraciones en los quimiosenso res gustativos y olfativos en 366 trabajadores sanitarios, con un seguimiento de 11 meses10. Las disfunciones quimiosensoriales persisten en un tercio de los pacientes de COVID-19 11 meses después de esta enfermedad. En Arabia Saudita se administró un cuestionario en línea a 316 trabajadores y estudiantes de un hospi tal dental. La edad media de los participantes era de 28.8 +/-8.7 y el 54.7% eran mujeres11. De los encuestados, el 19,6% padecía COVID-19. El 38.7% del personal infectado y el 58.3% de los estudiantes infectados declararon COVID persistente.

Un estudio de cohorte sueco encuestó a 393 trabajadores sanitarios 8 meses después del CO VID-19 a través de un smartphone sobre la pre sencia y gravedad de 23 síntomas12. El 8% infor mó de la persistencia de síntomas que afectaban de moderada a gravemente a su vida laboral. En el 15%, este problema dificultaba de moderada a gravemente su vida social y en el 12%, su vida familiar. En un estudio longitudinal danés, que incluyó a 210 participantes seropositivos, el 30% informó de alteraciones del gusto y el olfato a los 3 meses13. Las variables asociadas con la per sistencia de COVID fueron la edad avanzada y el sexo femenino.

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Received: April 10, 2023; Accepted: June 02, 2023

*Dirección postal: Carlos Tajer, Av. Calchaquí 5401, 1888 Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires, Argentina E-mail: ctajer@gmail.com

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