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El hornero

versión impresa ISSN 0073-3407

Hornero vol.26 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2011

 

OBITUARIO

Juan Carlos Chebez (1962-2011)

 

Hace algunos meses falleció una persona multifacética. Naturalista de toda la cancha, prolífico escritor y difusor, excelente orador, conservacionista sagaz, compositor y poeta.

Desde adolescente, Juan Carlos Chebez caminó en paralelo las sendas de la gestión conservacionista y la investigación naturalista guiado por dos faros: las especies argentinas en peligro de extinción y las áreas naturales. En el seno del colegio secundario formó la Asociación para la Conservación de la Naturaleza Argentina (ACNA). Ingresó a principios de la década de 1980 a la Fundación Vida Silvestre Argentina como técnico y, además, lideró el Grupo de Estrategia Nacional de Áreas Naturales (GENAN), asesorando al resto de los equipos de voluntarios. A principios de la década de 1990 fue comisionado a la provincia de Misiones para trabajar en el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables. En su paso por ese organismo, junto a Luis Honorio Rolón, fue consolidando el sistema provincial de reservas, muchas de las cuales hoy podemos seguir disfrutando y visitando. Luego se incorporó a la Administración de Parques Nacionales, ocupando la posición de Director en la Dirección de Conservación de Áreas Protegidas, luego coordinador de la Unidad Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas y, en 1994, director de la Delegación Regional Nordeste Argentino. Después de ocho años de gestión regresó a Buenos Aires para asumir funciones como asesor y, más tarde, fue comisionado a la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, motorizando numerosos proyectos y gestiones.

Desde todas esas instituciones levantó bien alto banderas positivas para invitar a que la sociedad reflexione sobre el futuro de sus ambientes y ayude a conservarlos. Y desde el origen o con intervenciones claves en el momento preciso, numerosos proyectos conservacionistas lo han tenido como protagonista descollante, llámese Otamendi, Corredor Verde, La Fidelidad, Isla de los Estados, Somuncurá o las reservas naturales militares, entre tantos otros.

Su aporte al conocimiento y conservación de las aves ha sido inmenso. Amén de las gestiones para conservar áreas protegidas, su trabajo de divulgación escrita habla por sí solo. Nunca desaprovechó la oportunidad de impulsar publicaciones con artículos de su pluma. Su obra específicamente ornitológica fue amplia y variada. Desde la Administración de Parques Nacionales, Juan Carlos impulsó la concreción de inventarios ornitológicos de los parques y otras reservas nacionales. Así, contagió a varios naturalistas y ornitólogos a compendiar la información sobre las aves de estas áreas: los parques nacionales Iguazú y El Rey fueron los primeros. Además, junto a otros naturalistas destacados resumió en una monografía la información disponible para el conjunto de parques del país.

En la revista Nuestras Aves coordinó tres secciones originales: Nuestro libro rojo, Los nombres vulgares de las aves argentinas y Los manuscritos de William Henry Partridge. Y fue integrante del Comité Revisor. Junto a Jorge Navas, Tito Narosky y Nelly Bó trabajó activamente en la lista patrón de nombres comunes de las aves silvestres de Argentina. En algunos artículos literarios figura con el seudónimo Sacha Juan. Su participación en la revista El Hornero era habitual: publicó un total de 11 artículos, mayormente versados sobre una de sus máximas pasiones, las aves de la selva misionera. También presentó información inédita sobre sitios clave, como la meseta de Somuncurá en Río Negro o la Isla de los Estados. Participó como revisor de numerosos artículos.

Su obra Los que se van. Especies argentinas en peligro se ha convertido en un tratado sobre biodiversidad amenazada y tiene uno de sus tomos dedicado a las aves. Ha hecho un inventario de aves de Isla de los Estados que inauguró una serie monográfica, una guía de aves de Misiones junto a Tito Narosky y, más recientemente, un libro a color de las aves de Misiones. Su obra Fauna misionera, además de presentar un listado de las especies de la provincia, agrega la distribución departamental. También participó activamente en la obra Áreas importantes para la conservación de las aves. Sitios valiosos para la biodiversidad, publicado por Aves Argentinas en 2005.

En Aves Argentinas, Juan Carlos fue el socio número 503 (alcanzando la categoría de vitalicio), fue ornitoguía y docente en los cursos de observación de aves y en diversas materias de la Escuela Argentina de Naturalistas. Pero, además, integró la Comisión Directiva en numerosas oportunidades, coordinó la Delegación Misiones (1995-1996) y ocupó la Presidencia (1997-2001).

La noticia de su temprana partida sigue resonando en los escenarios conservacionistas. Que descanse en paz.

Andrés Bosso
Ricardo Gutiérrez 971, Olivos, Buenos Aires, Argentina avesandres@gmail.com