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El hornero

versión impresa ISSN 0073-3407

Hornero vol.28 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2013

 

REVISIÓN DE LIBROS

Estado del Playero Rojizo (Calidri canutus) en el Hemisferio Occidental

Niles LJ, Sitters H P, Dey AD, Atkinson P W, Baker AJ, Bennett KA, Carmona R, Clark KE, Clark NA, Espoz C, González PM, Harrington BA, Hernán­dez DE, Kalasz KS, Lathrop RG, Matus RN, Minton CDT, Morrison RIG, Peck MK, Pitts W , R obinson RA & Serrano IL (2008) Status of the Red Knot (Calidris canutus rufa) in the Western Hemisphere. Studies in Avian Biology 16. Cooper Ornithological Society, Ephrata. 186 pp. ISBN: 978-0-943610-83-2. Precio: US$ 20 (rústica)

 

Realmente podríamos decir que este libro proporciona el estado de base del conocimiento de los playeros rojizos (Calidris canutus) que sobrevuelan las Américas y por ello merece considerarse como libro de refe­rencia para todos aquellos que nos interesamos en estas aves maravillosas. Recopila información histórica, habla del presente y plantea situaciones a futuro.

La obra, sin dudas, es extensa, tanto por la enorme geografía que abarca como por el caudal de información ofrecido. Antes de detallar los puntos que considero más relevantes de este libro, quiero expresar que no comparto el término "wintering" (invernantes) para las poblaciones que se encuentran en el Hemisferio Sur; precisamente porque cuando aquí se encuentran se desarrollan la primavera y verano australes. Invito a la reflexión de los colegas para, en todo caso, identificar a las poblaciones como "en áreas de reproducción" o "en áreas no reproductivas", según se encuentren en el Hemisferio Norte o Sur, respectivamente.

El libro se inicia con la historia evolutiva de la especie, representada en la actualidad con seis subespecies (Calidris canutus canutus, Calidris canutus piersmai, Calidris canutus rogersi, Calidris canutus roselaari, Calidris canutus islandica y Calidris canutus rufa), cada una de las cuales se reproduce aisladamente en altas latitudes del Hemisferio Norte. El primer interrogante que nos plantea esta obra es el aún incierto estatus taxonómico de los playeros rojizos que viven en el continente americano. Probablemente esto se deba a que los procesos de subespeciación que desarrolló este grupo son recientes, considerando los parámetros de escala evolutiva. Queda en claro que la población ancestral (hoy Calidris canutus canutus) se reproducía en la parte central de Siberia y que de esta población derivaron los ancestros de Calidris canutus piersmai y Calidris canutus rogersi hace unos 20000 años. Posteriormente, y en correlación con los procesos de avance y retroceso del hielo durante los pulsos glaciares e interglaciares, hace unos 12000 años, un grupo se expandió por Beringia y llegó a Alaska. Esta población ancestral americana posteriormente se fragmentó en tres poblaciones reproductivas, de las que derivarían —hace unos 5500 años— las sub-especies Calidris canutus roselaari, Calidris canutus islandica y Calidris canutus rufa. Se plantea la incertidumbre para definir claramente estas tres subespecies, lo cual es una con­secuencia del relativo poco tiempo transcu­rrido desde su divergencia y el bajo número de individuos que presentan sus poblaciones. Los estudios genéticos no son suficientes para dilucidar el interrogante, por lo que se han buscado evidencias ecológicas y morfológicas.

La obra se centra en los playeros rojizos cuyo ciclo biológico ocurre íntegramente en el continente americano: Calidris canutus roselaari y Calidris canutus rufa. Si bien queda claro que la primera de ellas se reproduce en Alaska y la segunda en la tundra canadiense, se formulan dudas respecto a la pertenencia a una u otra subespecie de los tres grupos principales que pasan el período no reproductivo en la costa sudeste de los Estados Unidos, Brasil y Tierra del Fuego (Argentina y Chile). Aun así, para los autores no caben dudas que la población que pasa su período no reproductivo en Tierra del Fuego es Calidris canutus rufa, pero no manifiestan certeza acerca de si los poblaciones que se concentran en Maranhão y en la costa sudeste norteamericana pertenecen a una u otra subespecie. Esta situación no es simplemente un debate; conlleva aspectos significativos respecto del número de individuos que pertenecen a cada subespecie. Un par de décadas atrás, la población estimada de Calidris canutus rufa era de 100000-150000 individuos, pero a la fecha de la publicación de este libro ésta había decaído a 33000 individuos si las poblaciones no reproductivas de Maranhão y del sudeste de EEUU pertenecen a esta misma subespecie, o bien a 18000 individuos si dichas poblaciones pertenecen a Calidris canutus roselaari. De corroborarse el segundo escenario, Calidris canutus rufa se encuentra en severo riesgo de extinción. De hecho, en el trabajo se plantean predicciones no muy alentadoras respecto de la supervivencia de esta subespecie, mostrando modelos según los cuales las probabilidades de extinción de la subespecie puede ocurrir en una o dos décadas.

¿Por qué los playeros rojizos pueden extinguirse? Este interrogante tiene explicaciones claras por una parte y especulativas por la otra. El trabajo explica detalladamente la situación catastrófica ocurrida en la bahía Delaware, cuello de botella donde se concentran los playeros en su última parada trófica previa a su desplazamiento a los sitios de reproducción. En esta bahía, los playeros se alimentan de los huevos del cangrejo cacerola o bayoneta (Limulus polyphemus). La disponibilidad de este alimento está acotada a un intervalo de tiempo pequeño, por lo cual las aves deben ajustar su arribo a la zona durante una ventana temporal estrecha, tras la puesta de huevos por parte de los cangrejos. Pero, a partir de 1990, la población de Limulus polyphemus ha disminuido ostensiblemente por la decisión de permitir su captura para ser utilizado como cebo en pesquerías. Lamentablemente, las autoridades locales hicieron caso omiso a las advertencias de la comunidad científica que alertaba sobre la incidencia de autorizar la pesquería del cangrejo cacerola, por su directa relación con la supervivencia de las aves. Por otra parte, se plantea que la población de Tierra del Fuego presenta una reducción poblacional relativamente mayor respecto a las que pasan su ciclo no reproductivo en las áreas más septentrionales. El retraso temporal en el arribo de individuos de la población de Tierra del Fuego a la bahía Delaware debido a circunstancias aún no bien elucidadas lleva inexorablemente a no alcanzar la condición física necesaria para luego afrontar con éxito la reproducción. En la obra se menciona un retraso de dos semanas en la partida desde Tierra del Fuego. Observaciones propias más actualizadas nos permiten afirmar que en la Península Valdés, para el período 1994-2013, el paso de los pulsos migratorios se ha retrasado un mes.

En la última sección del libro se ofrece un análisis del estatus de conservación y amenazas de los sitios utilizados como parada por los playeros rojizos y se proponen planes de acción, tanto de manejo como científicos. Las recomendaciones (pautas y objetivos a cumplir) están desglosadas por año y por localidad para el período 2008-2011. Habrá sido sin dudas un enorme trabajo de análisis y de consenso, si se tiene en cuenta la participación de 22 coautores. Por lo pronto, el año 2011 ya ha pasado y quien suscribe no tiene la capacidad para expresarse objetivamente acerca del grado de cumplimiento de las metas propuestas. Sin embargo, independientemente de lo anterior, sí dejaré en claro mi postura personal sobre un punto en particular. Entre los objetivos científicos es casi una constante la captura de aves para toma de muestras. Podríamos decir, "a vuelo de pájaro", que aproximadamente un 10% de la población está anillada, lo cual no es poco. Aquí no pongo en tela de juicio las metas científicas (yo trabajo de ello) pero, solo por sentido común, me pregunto si la relación costo-beneficio tiene sentido. Someter a las pocas aves que quedan a captu­ras con redes cañón, con los riesgos que ello implica... ¿tendrá sentido? ¿No debería pen­sarse en una veda a las capturas a fin de eliminar situaciones de estrés y potenciales muertes o lesiones a tan menguada sub-especie? Finalmente, sí coincido con la necesidad de instrumentar campañas de educación, transferencia y concientización. ¿Socializar el problema a todos los estamentos de la sociedad no será la mejor ayuda que podamos realizar a fin de mejorar la delicada situación poblacional del Playero Rojizo? Aunque nunca sepamos la respuesta al interrogante planteado, sí mantenemos una certeza: la información generada no puede quedarse restringida a un círculo académico. De nada nos servirá dejar registrados en el mejor de los artículos científicos los detalles de cómo se extinguió una especie 1.

Luis O. Bala

Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playeras Centro Nacional Patagónico-CONICET luis@cenpat.edu.ar

Notas

1 Bala LO, Hernández MA y Musmeci LR (2011) La educación como herramienta fundamental para facilitar la conservación de humedales. Acta Bioló­gica Venezuelica 31:11-20        [ Links ]

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