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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075versión On-line ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. v.102 n.2 Buenos Aires mar./abr. 2004

 

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País Fritz y Franz

Un viejo chiste de este dúo decía que llegó Fritz a su casa una noche y al abrir la puerta del living encontró a su mujer con Franz haciendo el amor en el sillón. Sorprendido, cerró sigilosamente la puerta y pensó: mañana vendo el sillón.
Como ciudadana y como médica pediatra y sanitarista siento que estamos actuando de igual modo. Si no actuamos como conjunto social sobre las causas que llevan a esta violencia desenfrenada y amplificada en la era de la comunicación, temo que no logremos encontrar la salida. El Estado es garante de los Derechos de niñas, niños y adolescentes que establece la Convención de los Derechos del Niño (CDN) incorporada en nuestra Constitución desde 1994.
A diez años de esa decisión compartida por los constituyentes de todos los partidos, no tomar en cuenta las posibilidades que la CDN ofrece para enfrentar el tema de la responsabilidad generacional que nos obliga a brindar igualdad de oportunidades a todos los niños y niñas, nos coloca en el callejón de sombras de la represión, cuyos resultados positivos no han sido demostrados en ningún lado.
El Estado nos representa a todos y no es una entelequia extraterrestre que decide desde otro planeta. El clamor social debe ir en ese sentido: equidad e igualdad de oportunidades para la infancia. Sus golpeadas familias, si fueran dignificadas por el trabajo justamente remunerado, serían el mejor coto a la transgresión irracional y violenta que parte del desprecio social por sus vidas y que provoca en ellos un similar desprecio por todas las vidas, las propias y las ajenas.
Siempre familias y casos de recuperación imposible, serán los menos.
Han muerto a mano de bandas adultas en actos delictivos muchos seres humanos: adolescentes, jóvenes, adultos, incluso niños. También hay víctimas del gatillo fácil.
Pero también mueren, a mano de otras bandas adultas de guantes blanquísimos, escasamente castigadas, muchos niños inmersos en la pobreza extrema y el abandono.
Los zares de la droga, de rostros ocultos, lavando dinero en este gigantesco "Lave-rap" que se instaló en la Argentina entretenida en las autopistas por peaje, los celulares y los "shoppings", no vacilan en llevar la droga masivamente no sólo a estrellas del deporte o los medios, sino a niños pobres usados como vendedores primero y presos del consumo después.
Empecemos por castigar oportunamente y con firmeza a los adultos que delinquen, que nos han convertido en uno de los países mas desiguales del mundo, y con armas o con firmas tal como ha ocurrido, sin cacerolazos y sin marchas, en los últimos años.
Cada vez más hoteles cinco estrellas, más construcciones lujosas con más de un 50% de la población sin abastecimiento sanitario, provincias que hasta triplican la mortalidad infantil de la Ciudad de Buenos Aires, deterioro social y educativo que debería ser el clamor de la calle.
Convoquemos a esa movilización y una energía solidaria y social nos pondrá de pie, para construir ese país soñado: de equidad y de posibilidad, no "condenado al éxito" sino al trabajo y al progreso, lento pero justo.

Dra. María Luisa Ageitos
Directora del Programa Nacional de Actualización Pediátrica -PRONAP-, Sociedad Argentina de Pediatría

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