CARTAS AL EDITOR

Internación domiciliaria pediátrica

Sr. Editor:

En referencia al interesante artículo "Asistencia respiratoria mecánica domiciliaria en la edad pediátrica" de los Dres. P. Minces, E. Schnitzler, A. Pérez, S. Díaz, J. Llera y M. Lasa, publicado en Archivos Argentinos de Pediatría 2002; 100(3):210, desearíamos hacer un breve comentario.
Si bien en nuestro medio, como se refirió en el artículo, la mayoría de los programas de cuidados domiciliarios están orientados a recién nacidos o prematuros, nos parece oportuno comentar nuestra experiencia de 9 años en internación domiciliaria pediátrica en la ciudad de Rosario en el marco de la salud pública municipal.
En tal período ingresaron al servicio 420 pacientes: 236 (52%) pediátricos y 184 (48%) neonatos. En los primeros años, desde junio de 1994 a diciembre de 1999, a excepción de los primeros 10 meses en los que sólo ingresaron pacientes pediátricos con patología aguda y subaguda, el mayor porcentaje correspondió a recién nacidos pretérmino para recuperación nutricional.
Los avances tecnológicos y los nuevos recursos terapéuticos han dado lugar a pacientes con patologías crónicas graves que requieren internaciones prolongadas. Es así como en el año 2000 cambió el perfil del servicio y se produjo un punto de inflexión a partir del cual y hasta la fecha, el mayor porcentaje (86-97%) de pacientes ingresados fueron niños con patología crónica grave: requerimiento de oxígeno o sonda nasogástrica con bomba infusora, cuidados paliativos, dos o más interconsultores en el seguimiento, promedio de 12 prescripciones diarias, correspondientes al nivel III de categorización según las normas establecidas para el Programa Nacional de Calidad de Atención Médica. Cabe destacar que no tuvimos pacientes en asistencia respiratoria mecánica.
Las patologías pediátricas más frecuentes fueron: enfermedad pulmonar obstructiva crónica del lactante, displasia broncopulmonar, fibrosis pulmonar, enfermedad fibroquística del páncreas, encefalopatías crónicas con patología respiratoria, cardiopatías congénitas, síndromes genéticos.
Desde el punto de vista socioeconómico y habitacional, la situación de las familias no fue óptima; el 100% de ellas tenía necesidades básicas insatisfechas y el 84% se ubicaba por debajo de la línea de pobreza. El 50% de las viviendas eran precarias. El nivel de escolaridad materno fue primario en el 72%.
El ente financiador en todos los casos fue la Secretaría de Salud Pública Municipal.
El tiempo de internación institucional previo a la derivación al domicilio dependió, en todos los casos, de la necesidad de acondicionar la vivienda y de lograr la estabilidad clínica del paciente; en promedio fue de 2 a 30 días.
En coincidencia con lo expresado en el artículo, consideramos a la internación domiciliaria como un modelo de atención estratégico que aborda la salud en un sentido positivo y amplio, haciendo posible la rearticulación del grupo familiar, la integración del niño a su medio biopsicosocial, disminuyendo el riesgo de infecciones nosocomiales y el gasto en salud, aun en un contexto socioeconómico y habitacional no óptimo.