SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.102 número6Bulimia nerviosa y otros trastornos de la conducta alimentaria: algunas reflexionesEpidemiología de la enfermedad de Chagas en áreas programáticas de ocho efectores de salud municipal de la ciudad de Río Cuarto índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075versión On-line ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. v.102 n.6 Buenos Aires nov./dic. 2004

 

COMENTARIOS EDITORIALES

La publicidad en las revistas médicas, esa delgada línea roja

Dres. Carlos G. Wahren y Carmen L. De Cunto*

* Editores de Archivos Argentinos de Pediatría.

En los números 2 y 3 de Archivos Argentinos de Pediatría de este año, se publicó un aviso de leche Enfamil, que no respetaba el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de la OMS (veáse página 423).1
En ese aviso se omite la indicación de no desalentar la lactancia materna, se publicitan supuestas ventajas sobre el desarrollo mental y la agudeza visual de los niños que la ingieran y se saca de contexto una cita de un artículo, que involucra a la Secretaria del Comité de Nutrición de la Sociedad Argentina de Pediatría.
En este número de Archivos publicamos la carta que la Dra. Piazza, Secretaria del Comité de Nutrición de la SAP, envió a la revista y la contestación del laboratorio Mead Johnson.
Como editores queremos reflexionar sobre este episodio y sobre el conflicto de intereses latente en toda relación entre las revistas médicas y la industria farmacéutica en general, y en especial, en lo que concierne a la publicidad de los sucedáneos de la leche materna.
Las compañías farmacéuticas utilizan a las revistas científicas a través de la publicación de estudios clínicos sobre fármacos (es conocido el sesgo en la publicación de resultados positivos en los trabajos financiados por la industria) y de una manera más obvia y directa, a través de la colocación de avisos publicitarios.2
Son muchos los estudios que ponen en evidencia lo relativo de los enunciados de las publicidades. Un estudio español, publicado en el Lancet en 2003,3 mostró que casi la mitad de 300 avisos publicados no estaban sustentados por las citas que mencionaban. Otro trabajo publicado en el Journal of American Board of Family Practice,4 analiza las
publicidades de cuatro de las revistas médicas más prestigiosas, concluyendo que la descripción de las investigaciones citadas en los avisos eran incompletas y en algunos casos, inexistentes.
Si consideramos que la publicidad influye en la prescripción médica y que, además, muchos de los avisos son engañosos, surge la pregunta si las revistas deberían publicarlos, y si lo hacen, si deberían ser revisados por pares, tal como se hace con los trabajos científicos.
Las revistas se ven en el dilema de publicar las investigaciones más relevantes y de ser usadas como vehículo de la propaganda de las compañías farmacéuticas. 5 Pero la realidad nos muestra que sin el apoyo de la industria farmacéutica, muchas revistas no podrían subsistir. El desafío es encontrar un equilibrio en esa relación.6
En realidad, muy pocos editores rechazan avisos, aunque algunos los revisan y no aceptan los que consideran inadecuados. A pesar de tener una política propia de revisión, algunas revistas, como es el caso del British Medical Journal, rara vez rechazan algún aviso, basados entre otros puntos, en concentrar sus recursos en mejorar los aspectos editoriales más que los publicitarios.2
En Archivos Argentinos de Pediatría, consideramos que los lectores diferencian claramente el contenido de la publicidad del contenido editorial, por lo cual concentramos nuestros esfuerzos en la revisión editorial, aunque también contamos con un sistema de control para la publicidad, que en este caso fue insuficiente.
Agradecemos la crítica de la publicidad por parte de los lectores y ante la detección de violaciones éticas, sugerimos la denuncia ante las organizaciones competentes.

Los avisos publicitarios deben estar regidos por códigos y regulaciones nacionales e internacionales, que ya existen, más que estar sujetos a los filtros insuficientes que cada revista médica pueda ejercer.
Para el caso específico de la publicidad de sucedáneos de la leche, existe un Código Internacional, formulado por la OMS en 1981 y ratificado en 1996, que fue desarrollado para proteger a las madres y a los trabajadores de la salud de la presión comercial de las empresas productoras.7 Las violaciones a ese código son frecuentes y generalizadas en todo el mundo, pero esto es especialmente grave en Argentina y en otros países de América Latina, una región en la que los efectos de la globalización se muestran hoy en su expresión más dramática, a través de la pobreza, la desnutrición y la mortalidad infantil y materna.
Un informe del año 2003, realizado por el grupo de América Latina y el Caribe perteneciente al proyecto de monitoreo mundial de la red IBFAN (International Baby Food Action Network), mostró múltiples violaciones al código.1 Estas violaciones abarcan desde la entrega de muestras, regalos y folletos a las madres y a los médicos, hasta la utilización de frases e imágenes en las propagandas que desalientan la lactancia materna e idealizan la alimentación artificial.
La última tendencia en la comercialización de los alimentos para bebés se centra en sus propiedades "funcionales ". Las compañías tratan de diferenciar sus fórmulas agregando diferentes aditivos y luego recalcando sus beneficios. Lo más habitual en este momento, son los ácidos grasos (extraídos de algas, hongos o aceites de pescado), con los que compiten utilizando supuestas propiedades, como mejorar la inteligencia y la similitud con la leche materna.8 Si bien las agencias regulatorias han sido lentas en controlar estos avisos, en Canadá se le solicitó a Mead-Johnson en 2004, que retirara esos avisos.

¿ Qué podemos hacer frente a esto?
• Seguir promoviendo la lactancia materna como una estrategia de salud pública de alto rendimiento en la relación costobeneficio.
• Proteger la alimentación a pecho como la forma de brindar igualdad de oportunidades iniciales a todos los niños que nacen en nuestra región.
• Divulgar la existencia del Código Internacional a todos los trabajadores de la salud e implementar un eficaz control ciudadano de su aplicación.
• Denunciar presuntas violaciones a ese Código a las autoridades competentes nacionales, como a la red IBFAN, a través de la página web: www.ibfan-alc.org/formularioweb.htm

En Archivos Argentinos de Pediatría, estaremos atentos a que no se sigan violando los códigos.

BIBLIOGRAFÍA

1. Vallones F. América Latina y el Caribe. Violaciones al Código. [en línea] ICDC-IBFAN-Fundación LACMAT. Buenos Aires, 2004 < http://www.ibfan.org/english/pdfs/lwtdlac.pdf> [Consulta: 16 de diciembre de 2004]        [ Links ]

2. Smith R. Medical journals and pharmaceutical companies: uneasy bedfellows. Br Med J 2003; 326: 1202-1205.        [ Links ]

3. Villanueva P, Peiro S, Librero J, Pereiro I. Accuracy of pharmaceutical advertisements in medical journals. Lancet 2003; 361: 27-32.        [ Links ]

4. Gutknecht D. Evidence-based advertising? A survey of four major journals. J Am Board Fam Pract 2001;14:197-200.        [ Links ]

5. Abbasi K, Smith R. No more free lunches. Br Med J 2003;326: 1155-1156.        [ Links ]

6. Moynihan R. Who pays for the pizza? Redefining the relationships between doctors and drug companies. 2: Disentanglement. Br Med J 2003; 326:1193-1196.        [ Links ]

7. Costello A, Sachdev HS. Protecting breast feeding from breast milk substitutes. Br Med J 1998; 316:1103-1104.        [ Links ]

8. Mayor S. Report warns of continuing violations of code on breast milk substitute marketing. Br Med J 2004; 328: 1218.        [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons