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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075versión On-line ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. v.103 n.6 Buenos Aires nov./dic. 2005

 

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Impronta y lactancia materna

Dr. Ignacio Canevari*

* Médico pediatra. Hospital Junín de los Andes.

Correspondencia: canevari@fronteradigital.net.ar

Konrad Lorenz fue un médico austríaco investigador de la conducta animal y fundador de una ciencia que se llamó etología. Por sus importantes trabajos obtuvo el premio Nobel de Medicina en 1973. Él llamó "imprinting" (podría traducirse como impronta) a la huella que queda en el cerebro de los ánades recién nacidos con la imagen de su madre o del primer ser que encuentra al salir del cascarón. Konrad Lorenz incubó huevos de ganso en su casa y los gansitos lo tomaron como si fuera su madre pues con él establecieron su primer contacto visual.
Relata estos estudios de una forma muy amena en su hermoso libro "El anillo del Rey Salomón". El título original de este libro: "Er redete mit dem vieh, den voegeln und den fischen" (hablaba con las bestias, las aves y los peces) fue cambiado en ediciones posteriores tomando la idea de una leyenda según la cual quien poseía ese anillo tenía la habilidad de comunicarse con los animales. Observa que el pollito del ganso o pato es muy frágil e indefenso en la naturaleza. Solo no puede sobrevivir, pues probablemente lo mataría un zorro u otro predador; entonces la necesidad de contacto con su mamá es vital para su supervivencia. Cuando está solo, el pollito pía desesperado, no le interesa el alimento y nada lo tranquiliza hasta ver a su madre o bien al objeto con el cual estableció el vínculo inicial. Otras especies, como los patos azulones, establecen el contacto con su madre principalmente a través de la voz y ante el llamado desesperado de los pichones la mamá pata responde con una voz tranquilizadora. Seguidores de Konrad Lorenz repitieron sus experiencias y así se realizó la conocida película "Volviendo a casa" que reproduce una historia verídica en la cual unos gansos salvajes toman como madre a una niña que posteriormente los conduce en su ruta migratoria volando en un avión ultraliviano.
Debemos reconocer las grandes diferencias entre los ánades y la especie humana, pero creo que podemos observar un paralelismo con estos descubrimientos. Nuestras crías son también muy desvalidas e indefensas, con una necesidad imperiosa del cuidado maternal, ya que la naturaleza no nos ha provisto de mecanismos para sobrevivir. La forma de conocimiento entre el recién nacido y su madre es compleja y mediante la intervención de varios sentidos, pero es clave en este sentido el vínculo que se establece a través de la succión del pezón. Sabemos que el pecho materno no es solamente una fuente de alimento. El bebé llora desesperado y cuando toma el pecho encuentra su sosiego y reconoce a su madre, tal como si dijera mientras mama: "esta es mi mamá y con mamá estoy bien, me siento tranquilo y protegido". La boca del bebé es un órgano de identificación, así es que cuando ya tiene algunos meses y logra tomar un objeto, rápidamente se lo llevará a la boca pues es la forma de reconocerlo.
El paso número 9 para ser reconocido como Hospital Amigo de la madre y el niño, iniciativa de la OMS, es no dar a los niños alimentados al pecho tetinas o chupetes artificiales. Existen pruebas crecientes de que el uso de tetinas y chupetes se asocia con abandono precoz de la lactancia, así como con otros problemas. El bebé recién nacido que se acostumbra a la mamadera difícilmente aceptará el pecho y por eso se desaconsejan las mamaderas y chupetes en la internación conjunta, pues esos primeros días son un período particularmente sensible. Podríamos decir que el bebé hace una impronta equivocada, tal como los gansos de Konrad Lorenz lo hicieron con el ser humano. Fueron infructuosos los intentos de devolver a su pollita Martina a mamá oca y debió resignarse a seguir cuidándola personalmente.
Un niño que toma exclusivamente el pecho no reconoce una tetina de goma, no sabe y no la quiere tomar: "esto no es mi mamá, no me interesa". Es decir que establece un vínculo con un único objeto al que identifica como fuente de placer y sosiego. Aunque algunos bebés pueden tomar el pecho y también usar chupete o biberones, esto no es lo más común. He conocido bebés que se acostumbran a tomar del pecho con una pezonera intermedia, en los casos de madres que tienen pezones planos. Progresivamente cuando mejora la forma de los pezones y pareciera que el bebé podría tomarlos ya no los aceptan… ¡quieren la pezonera! Probablemente la impronta es más fuerte cuanto más precozmente se introduzca la pezonera, chupete o tetina. También hay bebés que toman el pecho de un solo lado, el izquierdo o el derecho y rechazan al otro. Parece que encuentran una diferencia entre ambos pezones. Una interpretación probable es que reconoce a uno solo como imagen de su madre y desconoce al otro. Es importante que tome y conozca ambos lados desde el comienzo.
El estudio comparado del comportamiento de los animales nos ayuda a comprender la manera en que se establece el vínculo entre la madre y el bebé y nos brinda argumentos para explicar por qué no usar chupetes ni biberones para una lactancia materna exitosa. Una vez que el bebé ha reconocido el pecho materno, difícilmente lo querrá cambiar.

Familia de gansos

Lorenz con gansos

Dibujos: Dr. Marcelo Canevari

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

- Lorenz K. El anillo del Rey Salomón. Estudios de Psicología animal. Barcelona, España: Editorial Labor S.A., 1962.
- Propuesta Normativa Perinatal. Tomo III. Promoción, protección y apoyo de la lactancia materna. Buenos Aires: Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación, 1996.
- OMS. División Salud y Desarrollo del Niño. Pruebas científicas de los diez pasos hacia una feliz lactancia natural. OMS Ginebra, 1998. disponible en: <http://www.ibfan-alc.org/doc/hospital/10pasos.pdf> [consulta: 02/01/06].

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