EDITORIAL

El Consejo de Publicaciones y Biblioteca

Recientemente asumí la dirección del Consejo de Publicaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría, que ahora nuevamente incluye la Biblioteca. El hecho, tal vez curioso, es que se trata de un regreso a una función que ya desempeñé en la década del 80 (1984-90), y a la cual siempre continué ligado de alguna forma. Sin embargo, al comenzar esta nueva etapa, rápidamente comprendí que muchos y notables cambios se habían producido en la tarea editorial y hoy, la situación de la medicina en general es muy distinta a la de esos años. El inexorable paso del tiempo nos lleva ahora a enfrentar diferentes y más complejas responsabilidades, que significan un enorme desafío para cumplir adecuadamente con una tarea de gran magnitud. Las publicaciones y la biblioteca forman parte de los pilares fundamentales de toda sociedad científica, ya que representan el punto de contacto, tal vez el más representativo, con los socios y otros profesionales. En su diversidad, seriedad y eficiencia se basan las condiciones para lograr transmitir y facilitar el acceso a la información médica y brindar las noticias sobre las actividades de la entidad y acerca de lo que sucede en la pediatría del país. Esto último nos permite constituir un grupo más unido y conocer mejor nuestra realidad.
Sin embargo, más importante que el solo hecho de brindar información científica, es reflexionar acerca de cuál es la información que debemos transmitir. Este es un aspecto complejo, más aun en los tiempos actuales donde predomina el descreimiento, el deslumbramiento tecnológico y la frustración, mientras la profesión médica se ve acosada por factores externos que en forma progresiva disminuyen su dignidad hasta límites inaceptables. Pero, tal vez estas condiciones desfavorables, esta adversidad, sirvan como un incentivo para motivarnos a tratar de modificar el rumbo de algunas cosas.
En lo personal, estoy convencido que si la profesión médica desea recuperar su perdido prestigio y el respeto de la gente, los médicos debemos volver plenamente a basar nuestra actividad en los dos pilares de la medicina: la ciencia y el humanismo.
¿Cómo podemos, desde nuestra tarea editorial, contribuir a esa meta? Sin duda que es el mayor desafío, pero creo que debemos jerarquizar Archivos Argentinos de Pediatría, el órgano oficial de nuestra Sociedad, como la revista que nos represente, la que nos dé identidad como pediatras que ejercemos en este país y estamos interesados en conocer nuestras experiencias y realidades. Jerarquizar, también significa no solo mejorar la información científica, que debe ser la más adecuada posible, sino buscar el necesario equilibrio entre los aspectos éticos y humanísticos. No es una tarea sencilla, pero sin esa conjunción estaríamos en falta y sólo continuaríamos incentivando la creencia actual que el médico necesita acopiar cada vez más información. Este habitual error mal interpreta cantidad por calidad, ya que sólo se requiere buena información y no mucha información, entendiendo por buena aquella de fuentes confiables y que comprende todos los aspectos que hacen al ejercicio de la profesión y no solo los científicos. De otra forma, seremos médicos "informados" pero con muy escasos conocimientos acerca de cómo podemos ayudar a nuestros pacientes, lo cual lamentablemente es muy frecuente en la medicina de hoy.
Es por eso que entendemos, al asumir esta actividad, que no se trata de hacer cambios, por el solo hecho de hacerlos, sino por la necesidad de encaminarnos en la dirección que nos lleve a poder cumplir con una misión más amplia e integral.
El grupo que participa en esta etapa que ahora comienza, es consciente de la ímproba tarea que deberemos realizar, pero tenemos una gran confianza en alcanzar los objetivos. No obstante, será necesario contar con la colaboración de muchos; las autoridades de la SAP, las Filiales, los integrantes de Subcomisiones y Comités, los autores que nos envían trabajos y los socios en general. Asimismo, necesitaremos sugerencias para que la biblioteca siga buscando nuevas alternativas que permitan brindar un servicio cada vez más eficiente y acorde con las necesidades actuales del pediatra, en tiempos en que está cambiando el rol clásico que tenían las bibliotecas.
Una mención especial en esta colaboración que solicitamos merecen los revisores de los trabajos que se envían para publicar, que cumplen una tarea esencial e irremplazable, como asimismo, los miembros del Comité Editorial y del Consejo Asesor, quienes contribuyen con su experiencia a optimizar nuestra labor.
Es necesario destacar que contamos también con la muy eficiente tarea que cumplieron quienes nos precedieron, bajo la dirección del Dr.Teodoro Puga y de Carlos Wahren, quienes trabajaron durante muchos años para mejorar las publicaciones y dejan un legado muy importante. A todos ellos vaya nuestro reconocimiento.
Deseo agradecer en especial al Dr. Mario Grenoville, actual presidente, quien con perseverancia y fe, me ofreció el cargo, y a los integrantes de la Comisión Directiva que nos brindan apoyo y confianza. Extiendo el agradecimiento a todo el personal que trabaja en la SAP, que nos ayuda en forma continua y facilita mucho nuestra tarea.
Incluyo asimismo, a quienes editan e imprimen las publicaciones, tarea que efectúan con gran responsabilidad y motivación. Finalmente, agradezco especialmente al grupo que constituye el verdadero motor del trabajo cotidiano en el Consejo, la editora asociada Hebe González Pena, los editores asistentes Paula Otero, Susana Rodríguez, Pablo Durán y Fernando Ferrero, la coordinadora del boletín Andrea Maurizi, la correctora de estilo Patricia Houghton, las secretarias Belén Rey y Jorgelina Pérez y la directora de biblioteca Inés García Uranga, junto con el eficiente personal que la acompaña.

Entre todos trataremos de cumplir con lo propuesto.

Dr. José M. Ceriani Cernadas

Director
Consejo de Publicaciones y Biblioteca