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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075versión On-line ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. v.105 n.4 Buenos Aires jul./ago. 2007

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Obesidad e hipertensión arterial en escolares de la ciudad de Corrientes, Argentina

Dres. Oscar H. Poletti* y Lilian Barrios*

* Cátedra 1 de Fisiología Humana. Facultad de Medicina de la UNNE.

Correspondencia: Dr. Oscar H. Poletti. opoletti@med.unne.edu.ar

RESUMEN

Introducción. La hipertensión arterial y la obesidad son fuertes predictores para la aparición de ateroesclerosis y, por ende, de morbimortalidad por accidentes cardiovasculares en la edad adulta. Su aparición es producto de factores genéticos y medioambientales. Entre estos últimos se destacan los hábitos alimentarios y la actividad física.
Objetivos. Estimar la prevalencia de sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial y caracterizar hábitos alimentarios, actividad física y nivel socioeconómico en escolares de la ciudad de Corrientes.
Población, material y métodos. Se estudiaron escolares de ambos sexos, de 10-15 años de edad de la ciudad de Corrientes.
Diseño. Estudio transversal.
Variables en estudio: sexo, edad, antecedentes paternos y maternos de obesidad, hipertensión arterial, nivel socioeconómico, actividad física, hábitos alimentarios, peso, talla corporal y presión arterial. La relación peso/talla se expresó como índice de masa corporal. Los valores de presión arterial se refirieron a los estándares estadounidenses de 1996 (Task Force report).
Resultados. Ingresaron al estudio 2.507 escolares. El 17,1%, presentó sobrepeso, el 4,5% obesidad, el 13,8% presentó hipertensión arterial. El estudio de regresión mostró correlación positiva entre índice de masa corporal y presión arterial sistólica, R= 0,28; r2= 0,08. El 50% consumía alimentos con alto contenido de grasa, siete o más veces por semana.
Conclusiones. En el grupo estudiado se detectó alta prevalencia de sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial, elevada propensión al consumo regular de comidas rápidas con alto contenido en grasas e hidrato de carbono y bebidas carbonatadas, así como hábitos de tipo sedentario.

Palabras clave: Obesidad; Hipertensión arterial; Actividad física; Hábitos alimentarios; Escolares.

SUMMARY

Introduction. Blood hypertension and obesity are strongest predictors for atherosclerosis and morbidity and mortality for cardiovascular disease and stroke in adulthood.
Objectives. To detect the prevalence of overweight, obesity and blood hypertension and to examine feeding behaviors and physical activity in school children and adolescents.
Population, material and methods. A cross-sectional study was carried out with data obtained in an inquiry about weight, height, blood pressure, feeding behaviors and physical activity, parental obesity antecedents and blood hypertension in students aged 10 to 15 years from Corrientes, Argentina. Body mass index was calculated as weight in kilo grams divided by height in meters squared (kg/m2). The reference values for detecting normal or elevated blood pressure were those of the Task Force graph. 2507 students were studied.
Results. The 17% had overweight, 4.5% obesity and 13.8% blood hypertension. Body mass index and systolic blood pressure correlation was: R= 0.28; r2= 0.08. Fifty per cent consumed high-fat food, seven or more times weekly.
Conclusions. High prevalence of overweight, obesity and blood hypertension, as well excessive consumption of junk food, sugar-based carbonated beverages and sedentary habit was detected in this sample.

Key words: Obesity; Blood hypertension; Physical activity; Feeding behavior; School children.

INTRODUCCIÓN

El sobrepeso (SP) y la obesidad (OB) son las formas de malnutrición más frecuentes en los países desarrollados según los estudios efectuados en los últimos años.1-5 En un estudio efectuado por nosotros durante el período 2000-2002, en 3.534 escolares de escuelas del centro de la ciudad de Corrientes, la prevalencia de SP fue de 14% y la de OB de 8%, con el peso para la talla como indicador antropométrico, pero cuando el indicador fue el índice de masa corporal (IMC), la prevalencia de OB fue de 4,7%.6
La OB es una alteración compleja y multifactorial, con componente tanto genético7 como ambiental,8 que se caracteriza por una alta proporción de exceso de grasa corporal. La acumulación de grasa corporal, sobre todo la de tipo androide presente en la edad escolar, que persiste en la adolescencia, ejerce efectos fisiológicos y patológicos con claro efecto sobre la morbimortalidad en la edad adulta.9
En cuanto a la asociación entre OB y presión arterial (PA), numerosas publicaciones refieren una relación directa entre el aumento de peso corporal y el incremento de los valores de PA e informan valores altos de PA o alta prevalencia de hipertensión arterial en niños y adolescentes obesos comparados con niños de peso normal.10,11
La relación entre actividad física, hábitos alimentarios y nivel socioeconómico con OB en la niñez y adolescencia es controvertida. Algunos estudios caracterizan a la falta de actividad física como el factor de riesgo más importante para la obesidad;12,13 pero Ganizzaga y Burns refieren que los adolescentes obesos realizan mayor actividad física que los no obesos.14 Por otra parte, McMurray et al. no detectaron relación alguna entre la intensidad de la actividad física y el IMC, pero hallaron que el bajo nivel socioeconómico (NSE) favorece la OB.15 Por el contrario, Juiz y Morasso comunican menor prevalencia de OB con menor NSE.16
Con respecto a la hipertensión arterial (HTA) que se manifiesta en etapas tempranas de la vida, como la edad escolar, su prevalencia varía según los países. En un estudio realizado en la ciudad de Colima, Méjico, Cervantes y col. encuentran una prevalencia de 8% de HTA en escolares.17 Spósito informa que la prevalencia de HTA en niños uruguayos de 6-11 años fue de 1,6%.18
La hipertensión arterial es un importante factor comprobado de riesgo cardiovascular (FRCV), y se ha demostrado su asociación significativa con la enfermedad cardiovascular (ECV). La HTA es el FRCV que contribuye de forma más significativa y consistente al desarrollo de todas las posibles manifestaciones de ECV y es el factor de riesgo más importante para accidentes cerebrovasculares (ACV) y accidentes isquémicos transitorios.19,20
Numerosos estudios demuestran que los procesos degenerativos que conducen al desarrollo de ECV se inician en la infancia.21-23 Por otra parte, un cúmulo de datos indica que los FRCV son detectables en la edad pediátrica.24, 25
Un estudio del Centro Médico Universitario de Utrecht, sobre los efectos que la HTA en la niñez ejerce sobre la salud en la vida adulta, que evaluó el grado de aterosclerosis en 750 adultos jóvenes midiendo el grosor de las arterias carótidas mediante ecografía, concluyó que la presión arterial elevada en la adolescencia y el aumento relativo de las cifras tensionales al pasar de la adolescencia a la edad adulta parecen asociarse con el riesgo de desarrollar arteriosclerosis.26 Se registró la presión arterial de todos los sujetos a la edad de 13 años. La investigación indica que la PA sistólica en la adolescencia se asocia directamente con el grosor de la carótida en la edad adulta. Estos resultados refuerzan la noción de que el proceso de incremento del riesgo cardiovascular se inicia ya en la adolescencia.

OBJETIVOS

Los objetivos de este trabajo fueron: estimar la prevalencia de sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial y caracterizar los hábitos alimentarios, la actividad física y el nivel socioeconómico en escolares de la ciudad de Corrientes.

POBLACIÓN, MATERIAL Y MÉTODOS

Diseño: Estudio transversal, observacional.

Población: La muestra estuvo integrada por escolares de ambos sexos, de 10-15 años de edad, de 6˚; 7˚; 8º y 9º grado, de escuelas del centro de la ciudad de Corrientes. Para el cálculo del tamaño de la muestra se empleó el programa EPIDAT, teniendo en cuenta una prevalencia de obesidad de 0,07 (7%) y una precisión absoluta de 0,01 (1%), es decir con una estimación de entre 6% y 8% con 1-alfa: 0,95, surge un n= 2.502 escolares.

Reparos éticos: En todos los casos se solicitó la autorización por escrito de los padres o tutores y el consentimiento individual de cada niño, además de la autorización de las autoridades escolares.

Criterios de inclusión: Ingresaron al estudio escolares de ambos sexos de 10-15 años de edad, sin enfermedad manifiesta ni indicación medicamentosa al momento del estudio.

Criterios de exclusión: Se excluyeron los escolares que no reunieron los criterios de inclusión y aquellos sin la autorización de los padres o tutores así como los que teniéndola manifestaron su negativa a ingresar.

Criterios de eliminación: Se eliminaron del estudio los escolares ingresados por error en los que se constató que superaban los 15 años de edad.

Coordenadas temporoespaciales: Los datos se recogieron entre septiembre de 2004 y octubre de 2005, en escolares de siete escuelas del centro de la ciudad de Corrientes, escogidas al azar por sorteo. Con referencia al tipo, su composición fue la siguiente: una escuela privada, tres escuelas semiprivadas (religiosas) y tres escuelas estatales.

Variables en estudio: El relevamiento de las siguientes variables se llevó a cabo mediante un cuestionario respondido por los padres o tutores: fecha de nacimiento, sexo, peso al nacer, antecedentes paternos y maternos de obesidad, hipertensión arterial, tabaquismo, infarto de miocardio, muerte de causa cardíaca, diabetes y nivel socioeconómico.
Las siguientes variables se obtuvieron en el terreno mediante una encuesta que fue contestada por cada uno de los escolares: horas de sueño nocturno, horas semanales de actividad física, tipo de actividad física, horas semanales frente al televisor, videojuegos y cuántos días a la semana come: pizzas, hamburguesas, papas fritas, panchos, gaseosas y otras comidas rápidas, frutas, verduras, leche, yogur. La variable "comida chatarra" se definió como aquella de tipo hipercalórica, rica en grasas y sal y con escaso valor nutritivo.
Las variables correspondientes a peso corporal, talla corporal, presión arterial sistólica (PAS) y presión arterial diastólica (PAD) se obtuvieron en el terreno por examen físico.
El nivel socioeconómico se definió mediante la determinación de las necesidades básicas insatisfechas (NBI).
El peso y la talla corporal se midieron según las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría, 27 con balanza a palanca y antropómetro metálico. La lectura del peso se efectuó con una discriminación mínima de 100 g y los registros de talla se efectuaron en centímetros y milímetros.
El IMC se calculó dividiendo el peso corporal por la talla en metros elevada al cuadrado, y se lo expresó en kg/m2. Los valores de IMC fueron referidos a los estándares de Cole et al.28
La presión arterial se registró con manómetros de mercurio, de industria argentina. La medición se realizó luego de cinco minutos de reposo, con el niño sentado, con su espalda apoyada sobre el respaldo de la silla, los pies apoyados en el piso y con el brazo a la altura del corazón. La PA se midió mediante el método auscultatorio, se registraron las presiones arteriales sistólica y diastólica tomando en cuenta el primero y el quinto ruidos de Korotkoff, con números exactos. Se utilizaron manguitos apropiados al perímetro del brazo, de acuerdo a las recomendaciones de la Task Forcey de la American Heart Association.29 En cada niño, se efectuaron tres determinaciones consecutivas con cinco minutos de intervalo entre cada una de ellas y se tomó en cuenta el promedio de las dos últimas. Cuando se constataron valores de presión arterial iguales o mayores al percentilo 95, se realizó otra medición quince días después. Los valores de PAD y PAS se expresaron en mm Hg y se refirieron a los estándares estadounidenses de 1996 (Task Force report), para sexo, edad y percentilo de talla corporal.30 Se consideró hipertensión arterial cuando sus valores fueron ≥ 95º percentilo. La presión arterial media (PAM) se calculó de acuerdo a la fórmula: PAM= (PAS-PAD)/3 + PAD.
Cabe destacar que en los establecimientos escolares que ingresaron al estudio se desarrollaron charlas sobre nutrición para escolares y docentes y se repartió material impreso educativo sobre alimentación saludable. Una vez finalizado el estudio en cada escuela, se comunicó a sus autoridades la nómina de escolares con valores altos de presión arterial para que efectuaran el control médico correspondiente y, en algunos casos, se mantuvieron reuniones con los padres.

Procesamiento estadístico: Se emplearon los programas SPSS 11.5, EPIDAT 2.0 y Epi Info 6.4. Para la comparación de proporciones se utilizó la prueba de X2; para la comparación de tres o más grupos se utilizó ANOVA de una vía para las distribuciones simétricas y Kruskal Wallis para las variables de varianzas no homogéneas. La homogeneidad de la varianza se determinó mediante la prueba de Levene. Para la comprobación de las diferencias de las medias en las comparaciones múltiples se aplicó la prueba de Bonferroni. Además, se realizó el análisis bifactorial de regresión para las variables continuas. Los valores de los estadísticos se presentaron como medias ± DE. Se fijó un grado de significación del 95%, (p <0,05).

RESULTADOS

Se estudiaron 2.507 escolares de ambos sexos, 1.373 mujeres (54,8%) y 1.134 varones (45,2%). La media de la edad fue 12,9 ± 1,7 años. Antropometría: la media de IMC fue de: 18,8 ± 3,7 kg/m2. Presentaron sobrepeso 429 niños (17,1%) y obesidad 112 niños (4,5%) de ambos sexos. La diferencia de prevalencia de la suma de obesidad más sobrepeso entre ambos sexos fue estadísticamente significativa y mayor en los varones (23,5%) que en las mujeres (20,0%), p= 0,032. Uno de cada tres escolares tenía algún familiar directo con obesidad (madre, padre, abuelos, tíos). Esta proporción aumenta a 44,5% en el grupo de escolares obesos y con sobrepeso, (p= 0,001; OR= 1,6; IC: 1,3 - 2,0).
Presión arterial: La media de PAD, fue de 70,8 ± 9,6 mm Hg, la media de PAS fue 110,5 ± 12,1 mm Hg. La media de PAM fue de 84,0 ± 9,8 mm Hg. No hubo diferencia significativa de acuerdo al sexo. El 13,4% presentó hipertensión arterial. No se halló diferencia estadísticamente significativa entre varones (12,5%) y mujeres (14,2%), p= 0,133. En la Tabla 1 se detalla la prevalencia de hipertensión arterial en escolares con peso adecuado, con sobrepeso y obesos. Se observa que en la subpoblación con peso adecuado su prevalencia es de 10%, mientras que trepa a 32% en el grupo de obesos (X2= 91,663; p= 0,000).

TABLA 1. Prevalencia de hipertensión arterial en escolares con peso adecuado, sobrepeso y obesidad

Del total de 337 hipertensos, 117 (35%) presentaron hipertensión diastólica aislada, 90 (26%) hipertensión sistólica aislada y 130 (39%) hipertensión diastólica y sistólica. La frecuencia de las tres modalidades de hipertensión arterial en los grupos de peso adecuado, con sobrepeso y obesos se expone en la Tabla 2.

TABLA 2. Distribución de la modalidad de hipertensión arterial en los grupos con peso adecuado, con sobrepeso y obesos

Antecedentes familiares: Refirieron antecedentes de obesidad materna, 173 (6,9%) y obesidad paterna, 193 (7,7%). Comunicaron antecedentes de HTA materna, 385 (15%) e hipertensión arterial paterna, 469 (19%). Se halló una relación directa y significativa entre los obesos del grupo en estudio y la obesidad materna (p= 0,001) y la obesidad paterna (p= 0,001). Las relaciones entre HTA materna y paterna y HTA en el escolar no fueron significativas, p <0,076 y 0,42, respectivamente.
Hábitos alimentarios: El 50% de los encuestados refirió consumir pizzas, hamburguesas, panchos y comida chatarra, siete o más veces por semana y el 44% comunicó tomar bebidas gaseosas o jugos artificiales siete o más veces por semana. Se encontró una relación inversa y estadísticamente significativa entre el número de comidas diarias y el IMC con la prueba ANOVA, p= 0,001 (los escolares con una comida diaria presentaron mayor IMC que los que tenían tres o cuatro comidas al día).
Actividad física: El 36,3% (835 escolares) refirió no realizar deporte o actividad física algunos fuera de los efectuados dentro de la escuela. No se halló asociación entre sobrepeso, obesidad y actividad física (p= 0,54), ni con las horas frente al televisor (p= 0,39), ni con comidas con alto contenido de grasas. Se encontró una relación inversa y estadísticamente significativa entre actividad física y presión arterial media, (p= 0,001).
El promedio de tiempo diario ante el televisor fue de 2,5 horas. El promedio de horas diarias frente a PC o videojuegos fue de 1 hora. El 43,6% mir ó 3 o más horas por día de televisión. Los varones miraron TV más horas que las mujeres (p= 0,004); también estuvieron más horas frente a la PC (p= 0,001). Los varones tuvieron un promedio de 5,7 horas de actividad física semanales y las niñas de 3,6 horas semanales, (p= 0,001; OR =4,8).
En la Tabla 3 se muestran las comparaciones entre las medias y la desviación estándar de IMC, PA y actividad física de varones y mujeres.

TABLA 3. Media, desvío estándar y valores de p y X2 comparativos, según género, índice de masa corporal, presión arterial sistólica, diastólica y media, actividad física, tiempo pasado ante el televisor (TV) y videojuegos

Nivel socioeconómico: El 14% presentó necesidades básicas insatisfechas. No se encontró diferencia significativa entre nivel socioeconómico y sobrepeso y obesidad.
Hubo una relación directa y estadísticamente significativa entre nivel socioeconómico y prevalencia de hipertensión arterial ya que el grupo de bajo nivel socioeconómico tuvo un 8,2% de HTA contra un 14,7% del grupo con nivel socioeconómico más alto (p= 0,001).

DISCUSIÓN

Los resultados mostraron una prevalencia alta de sobrepeso y obesidad, que de acuerdo con estudios previos de los autores,6,31 coexisten con formas de desnutrición crónica de tipo moderado (talla baja). Los valores de prevalencia son similares a los comunicados por Kovalsky y col.32 en niños y adolescentes de 10-19 años concurrentes a la consulta pediátrica en cinco regiones de nuestro país; estos investigadores informan un 20,8% de sobrepeso y 5,4% de obesidad. La tendencia de la obesidad a través del tiempo ha sido estable (en el período 2000-2002 los autores registraron valores de prevalencia similares). Bejarano y colaboradores,33 comunican sobre la base de los resultados de un estudio realizado en escolares de Jujuy, Argentina, valores de prevalencia de obesidad similares, pero con una tendencia en el tiempo al aumento
No hubo diferencia significativa entre HTA del escolar y sus antecedentes familiares, tanto en el grupo con peso adecuado como en el de obesos y el de sobrepeso.
Por la característica de la muestra, los resultados son representativos de los escolares que concurren a escuelas del centro de la ciudad de Corrientes, pero no se pueden extrapolar a escolares de la periferia de la ciudad o de áreas rurales de la provincia, donde la situación socioeconómica y cultural es diferente.
Teniendo en cuenta la edad de los escolares estudiados, hubiese sido interesante relacionar los resultados obtenidos con los correspondientes estadios de desarrollo sexual de Taner, pero su registro no fue posible desde el punto de vista operativo.
Llamó la atención la alta prevalencia de HTA hallada. Los valores fueron altos comparados con estudios similares anteriores, aunque coincidieron con la prevalencia comunicada por Jago et al34 en 2.006 escolares de 8º grado de escuelas de distintas localidades de EE.UU. Esta alta prevalencia de HTA a esta edad es preocupante por la relación existente entre PA elevada en la infancia y adolescencia e hipertensión arterial en la adultez,35 así como por el hecho de que la HTA del adulto ha sido asociada con riesgo incrementado para padecer tanto ACV como ECV en general.
Se constató una mayor prevalencia de hipertensión en los grupos de obesos y con sobrepeso, que en el grupo con IMC normal. Estos resultados concuerdan con la correlación positiva entre PAM, PAD y PAS con IMC. El valor de r2 bajo, encontrado en el estudio de regresión (r2 = 0,14), hizo pensar en otros factores asociados que habría que investigar en el futuro. Cabe destacar que sólo el 26% de las hipertensiones halladas lo fueron por PAS elevada, el 33% por PAD elevada, mientras que el 41% tuvieron alta tanto la PA sistólica como la diastólica.
La mayor prevalencia de hipertensión en el grupo de mayor nivel socioeconómico no estaría relacionado con el IMC debido a que no hubo diferencias significativas de las medias de IMC entre los grupos de obesos, con sobrepeso y normales, por lo que existirían otros factores relacionados con el nivel socioeconómico que estarían influyendo en los valores de PA.
Respecto de los datos sobre algunas variables, como antedentes familiares, hábitos alimentarios y de actividad física, su precisión es la propia de todo dato recogido por el interrogatorio personal en cada entrevista.

CONCLUSIONES

En la población estudiada existe una alta prevalencia de hipertensión arterial, sobrepeso y obesidad, acompañada por un predominio de hábitos de tipo sedentario. Estos resultados estarían indicando la necesidad de implementar programas de pesquisa, control y seguimiento de la hipertensión arterial en escolares, principalmente, desde la prevención y la puesta en marcha de estrategias pertinentes de promoción de la salud a través de programas de educación nutricional en las escuelas, orientados a producir cambios de conducta alimentaria y de hábitos de vida que promuevan una alimentación saludable a través del consumo de una dieta equilibrada y del ejercicio físico.

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