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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075versión On-line ISSN 1668-3501

Arch. argent. pediatr. v.106 n.6 Buenos Aires nov./dic. 2008

 

COMENTARIOS

La defensa del idioma: ¿una batalla perdida?

The defense of our language: A barren effort?

Dr. Horacio A. Repetto*

*Hospital Nacional "Prof. A. Posadas".

Correspondencia: Dr. Horacio Repetto harepetto@yahoo. com. ar

"La defensa de nuestro idioma exige unaacción inmediata.
No habrá identidad cívica en serio mientras la administración prostibularia del lenguaje siga prosperandoen los medios de comunicación masiva. Es obvio que noestamos proponiendo desplegar las banderas del amaneramiento expresivo ni la retórica estúpida de la eleganciahueca. Se trata lisa y llanamente de hablar con propiedad. Porque hablar con propiedad significa pensarcon propiedad.
Aspiramos a que el pensamiento, ese frágil, enigmático y prodigioso recurso de la vida espiritual, no seextinga sin más entre nosotros. "

SANTIAGO KOVADLOFF
La Nación, 26 de octubre de 2003

Francia es el país de occidente que más medidasha empleado para defender su idioma y evitar eluso de palabras extranjeras para designar objetos cotidianos. Con la mal llamada "globalización" (latraducción correcta de este concepto acuñado eninglés es "mundialización") este fenómeno se acentuó, sobre todo a nivel de los productos de consumo. En el lenguaje del comercio y del consumo estabatalla parece perdida. La literatura probablemente disponga de un mejor armamento para defenderse: la estética. Sin embargo, imagínense si seperdieran palabras como las usadas en las metáforas (por ejemplo: "Lo esencial de la vida fenecida -la trémula esperanza, el milagro implacable del dolor y elasombro del goce- siempre perdurará. Borges JL. Inscripción en cualquier sepulcro, 1923) no entenderíamos "gozando al mismo tiempo" qué significan laesperanza, el dolor y el goce.
Un ingenioso y profundo comentario publicado hace algunos años en Correo de la SAP porHoracio Lejarraga nos aportaba el "Réquiem parael verbo oír". El párrafo inicial decía: "Absolutamente convencido de que ya nada puede hacerse para rescataral verbo oír del desuso y el olvido, he decidido escribir esteepitafio que no por ser doloroso deja de ser enfático". Luego mostraba la diferencia de conceptos entre laactitud y la percepción (escuchar y oír; ver y mirar). El artículo era irónico, pero señalaba un hecho muygrave: la pérdida de la riqueza de comunicación dela imagen por el lenguaje. Esta diferencia hace al pensamiento, ya que el lenguaje es su representación y el idioma su marco.
Schopenhauer escribió: "la poesía es el arte deponer enjuego la imaginación mediante palabras". ¿Quépasará con nuestra imaginación si seguimos perdiendo palabras?
Borges describe al poeta Ricardo Molinari:"Nombra las cosas como agradeciéndoles el favor que nos hacen por existir. Su concepto del idioma es hedónico: las palabras le son gustosas, pero no las detamaño y de majestad, sino las de cariño y de estimación" (Borges JL. El idioma de los Argentinos. Pág. 112; Seix Barral, 1994).
Cada vez existen más evidencias de que la teoría de Noam Chomsky de la "gramática universal"inserta en el genoma de nuestra especie parece serverdadera. No es posible explicar de otra manera laregularización sistemática de la primera personade los verbos irregulares españoles por todos losniños en el momento de la "explosión del lenguaje". Este hecho se da en otros lenguajes estudiadosy en la misma etapa del desarrollo.
Sin embargo, el idioma es bastante más que unaherramienta de comunicación. Aceptemos que "másallá de la historia del "Homo sapiens", transmitidaen los genes y en sus construcciones materiales (losdos primeros mundos de Platón)" la cultura es partedeterminante de nuestra especie; y la cultura setransmite por el lenguaje, donde está instalada. Espor eso, que la defensa del idioma es una actitud quesignifica también la defensa de la estética, de loshábitos culturales y de la identidad de un pueblo.
George Steiner ("Después de Babel") relata elgran número de idiomas que han desaparecido ysiguen desapareciendo, y el de los nuevos quecontinúan creándose.
Esta preocupación fue manifestada tambiénmuchas veces por Jorge Luis Borges, quien eracapaz de leer en numerosos idiomas y aun deescribir en algunos de ellos: "Lo que persigo esdespertarle a cada escritor la conciencia de que elidioma apenas si está bosquejado y de que es gloria ydeber suyo (nuestro y de todos) el multiplicarlo yvariarlo. Insisto sobre el carácter inventivo que hay encualquier lenguaje, y lo hago con intención. La lenguaes edificadora de realidades. Las diversas disciplinas dela inteligencia han agenciado mundos propios y poseenun vocabulario privativo para detallarlo. " (Borges JL. El idioma infinito, 1926. págs. 43 y 48; El tamaño de mi esperanza. Seix-Barral, 1993).
En las ciencias el problema es diferente; labúsqueda y el uso de un lenguaje único se basó enla intención de facilitar la comunicación, una de las indudables variables que contribuyen al progreso del conocimiento. Después del uso de losidiomas de los países hegemónicos del momentohistórico -griego, latín, alemán, francés- y deintentos fallidos (esperanto), el inglés se ha convertido en el idioma internacional de la transmisión científica.
En ese sentido, se ha conseguido superar elcastigo de Babel. Un buen ejemplo es la transmisión de los contenidos pediátricos. Cuando comencé mi residencia (1962) los europeos publicaban en Archives Françaises de Pediatrie, Minerva Pediatrica Italiana, Deutsche Paediatrische Wochenschrift, etc. Actualmente, las publicaciones pediátricas europeas se hacen en inglés en el European Journal of Paediatrics. El mismo proceso se ha dado en todaslas áreas de la ciencia.
Evidentemente, y si bien esto generó una situación injusta en la competición, favoreciendo a losautores cuyo idioma de origen era el inglés, losbeneficios han superado ampliamente ese costo. Seha llegado al punto que en los congresos internacionales, en algunos países no existe siquiera traducción al idioma del país local.
Esta realidad exige a los médicos un mínimo deformación en inglés para, al menos, ser capaces deleer bibliografía científica en esa lengua. Es casi indispensable mantenerse informado en un áreadonde la producción de nuevos conocimientos essumamente acelerada. También es útil comprenderel inglés hablado, para aprovechar mejor las concurrencias a congresos, ya que, en general, los disertantes extranjeros dictan sus conferencias en inglés.
El hecho que me estimuló a escribir este pequeñoensayo es la observación frecuente del reemplazo depalabras españolas por sus equivalentes ingleses y, más raramente, franceses. El proceso comienza enlas discusiones de pacientes, continúa en las presentaciones (ateneos, jornadas, congresos, etc. ) y llegahasta a expresarse en las publicaciones.
Con esta preocupación y viendo que, a pesar demi esfuerzo, el hecho sigue repitiéndose en diversos lugares de trabajo, incluido nuestro hospital, creí útil mostrar palabras y siglas de uso habitual, en las que se desperdician las palabras españolas, su claridad para expresar conceptos, su riqueza desonido y la protección de nuestro rico vocabulario. Los siguientes son unos ejemplos: anion gap, en vez de anión restante; reporte (anglicismo de report), enlugar de comunicación, informe, publicación; rol(galicismo) por papel; randomization, en vez de aleatorización; por citar sólo unos pocos. Sin duda, los lectores podrán añadir otras palabras que usamos los médicos diariamente en lugar de su correcta denominación española.
Si analizamos el primer ejemplo, veremos quela diferencia no es sólo semántica. Si bien en los idiomas sajones el sustantivo se coloca antes deladjetivo: "anion" y "gap" y en castellano viceversa: "brecha" y "aniónica", la expresión que usamoshabitualmente es matemáticamente más clara: "anión restante", es decir, lo que resta luego de substraída la concentración de los otros aniones dosados a la de los cationes.

Hacer el esfuerzo de habituarse a nuestro idioma original hará que, por lo menos en el lenguajede la ciencia, lo protejamos y así contribuir a quecrezca con armonía, como esperaba Borges.

"La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopia? Para eso: sirve para caminar. "

Eduardo Galeano

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