SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.110 issue2Inappropriate use of antibiotics in pediatricsNewborn ventilation: comparison between a T-piece resuscitator and self-infating bags in a neonatal preterm simulator author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Archivos argentinos de pediatría

Print version ISSN 0325-0075

Arch. argent. pediatr. vol.110 no.2 Buenos Aires Mar./Apr. 2012

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2012.103 

COMENTARIO

Historia de la cardiología infantil y del Comité societario. Progresos y desafíos

History of paediatric cardiology and the Committee on Cardiology of Sociedad Argentina de Pediatría. Progress and challenges

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2012.103

 

En estos 100 años de la Sociedad Argentina de Pediatría, la cardiología pediátrica siguió un ritmo de progreso constante a partir de 1940, fecha en que se creó el Servicio de Cardiología del Hospital "Ricardo Gutiérrez" con la jefatura del Dr. Rodolfo Kreutzer, pionero de esta especialidad.     En 1982, se constituyeron en la misma época, el Comité Nacional de Cardiología Pediátrica de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y el de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Mi testimonio es el haber formado parte del grupo fundador de ambos comités. En agosto de 1983 fui designado coordinador de un curso de cardiología infantil, organizado por el Comité de la SAP (28/07/83 al 02/09/83). En octubre 27/30 de 1984, se realizó en Huerta Grande, Córdoba, el I Congreso Argentino de Cardiología Pediátrica organizado por los Comités de SAP y SAC con la presidencia del Dr. Luis Alday, de Córdoba. El II Congreso Argentino de Cardiología Pediátrica se llevó a cabo del 14 al 17 de octubre de 1986 en el Hospital Garrahan, con mi presidencia. El III Congreso, que tuvo lugar en el Teatro San Martín de Buenos Aires, también fue organizado por ambas sociedades en octubre de 1988, con interesantes exposiciones sobre ecocardiograma fetal, pericarditis constrictiva y su ecocardiograma. Posteriormente, los trabajos y relatos sobre cardiología pediátrica de la SAP se presentaron en los tradicionales congresos anuales de la SAC. En 1988, los comités de SAC y de SAP organizaron una reunión que coordiné sobre tratamiento quirúrgico de la endocarditis infecciosa. En estos últimos años, el Comité de Cardiología de la SAP ha organizado cursos frecuentes para pediatras sobre afecciones cardiológicas de la niñez.     A partir de 1982, fecha de su creación, se han sucedido en el cargo de secretario del Comité de Cardiología de la SAP, los doctores Gustavo Berri, Mariano Ithuralde, Carlos Seara, Horacio Capelli, Pablo Marantz, Cinthia Croxatto, Diego Micheli y Dora Haag.     En sus comienzos, la historia de la cardiología pediátrica estaba referida a la fiebre reumática y a la difteria; en 1983 publicamos el libro "Cuarenta años de Fiebre Reumática en el Hospital de Niños de Buenos Aires", que mereció el premio Sociedad Argentina de Pediatría. En 1938, la cirugía amplió el horizonte al disponer de un recurso terapéutico para la corrección de las malformaciones cardíacas. En efecto, el exitoso cierre del ductus despertó en los cardiólogos la necesidad de diagnósticos precisos para la indicación quirúrgica o su tratamiento. Con ese objetivo se mejoraron y ampliaron los métodos de diagnóstico existentes: se utilizó el fonocardiograma para perfeccionar la auscultación (A. Leathan); se progresó en la interpretación de los electrocardiogramas por la visión de Frank Wilson y la escuela mejicana y se avanzó en la clínica y radiología por obra de Helen Taussig. También comenzaron en esa época los métodos de contraste: angiocardiografía venosa (1937), angiocardiografía selectiva (1947), cateterismo cardíaco (1949), cineangiocardiografía (1963), cateterismo intervencionista (angioplastía 1977) y endotutores (stents) (1986). Más recientemente, la resonancia magnética y la tomografía computarizada multicorte, significaron un gran adelanto técnico. Por mi parte, en 1961, merced a una beca, aprendí en Groningen (Países Bajos) las curvas de dilución de colorantes para evaluar el monto de los cortocircuitos intracardíacos durante el cateterismo cardíaco1 y, con Hartman, en Leiden (Países Bajos), me perfeccioné en registros del fonocardiograma, flebograma, pulso carotídeo y el trazado del choque de la punta. Indudablemente, que estos conocimientos de registros gráficos y especialmente el fonocardiograma, significaron un progreso en mi perfeccionamiento para la auscultación y evaluación de los fenómenos estetoacústicos. Era una época en que los grupos de trabajo de cardiología buscaban a través de los métodos de diagnóstico, especialmente los incruentos, reducir al mínimo los errores, adquiriendo asimismo conocimientos en su esfera intelectual. La llegada de la ecocardiografía (1972) ETT* y ETE** simplificó y aclaró rápidamente los diagnósticos, contribuyendo a la desaparición de muchas de las técnicas mencionadas precedentemente.     Con referencia a los desafíos actuales en cardiología pediátrica, está en consideración el seguimiento alejado de los pacientes operados con cirugía que denominamos correctora o, más aún, los que recibieron cirugía paliativa de su malformación. Con excepción de algunas cardiopatías, como el ductus seccionado, la comunicación interauricular o interventricular bien cerradas y con presión pulmonar normal, el resto requieren controles periódicos, recordando asimismo la prevención de la endocarditis infecciosa en casos de procedimientos u operaciones bacteriémicas. Según el Consejo de Salud del niño y del adolescente de la Academia Estadounidense de Pediatría, la responsabilidad del pediatra continúa hasta los 21 años de edad, que es cuando el proceso de crecimiento y desarrollo se han completado.2
     Pero, ¿qué profesional debe continuar con el control cardiológico del adulto operado de una cardiopatía congénita?
     1. El cardiólogo clínico: pienso que no es el indicado porque habitualmente no está familiarizado con el tema, con la complejidad de las diferentes operaciones, con sus secuelas y residuos o malformaciones congénitas o adquiridas aparecidas en su evolución (estenosis subaórtica, valvulopatías, hipertensión pulmonar, aneurismas, insuficiencia cardíaca), nuevos cortocircuitos (incluidas las fístulas) o calcificaciones valvulares a temprana edad (bicúspide aórtica) o arritmias.     2. Un nuevo especialista formado para la asistencia de adultos con cardiopatía congénita: para lo cual se deben crear y desarrollar centros con dicho objetivo. Así ha ocurrido en Estados Unidos, Canadá y Europa, aunque sin mayor éxito en este último continente (solo se asisten al 7,1% de la cifra estimada de 1 800 000 adultos con cardiopatía congénita.3 Se los conoce como pacientes GUCH (del inglés Grown Up Congenital Heart Disease).     3. El cardiólogo pediatra que lo controla en su niñez y adolescencia:4,5 por razones afectivas sería el indicado, pero debe adquirir formación en la cardiología del adulto con sus afecciones, intercurrencias y su tratamiento, buscando la competencia clínica. Ésta se puede lograr asistiendo a un servicio de cardiología de adultos con pasantías en sus diferentes secciones durante un tiempo, ya sea como parte de la residencia en cardiología pediátrica o, mejor, al finalizarla. En mi caso particular, completé los cuatro años de mi practicantado de pediatría en el Hospital Gutiérrez; realicé el curso de cardiología para graduados de UBA a continuación (1950-1951) con excelentes clases vespertinas y algunas prácticas en el Hospital de Clínicas y otros hospitales, además de la lectura, asistencia a cursos y congresos de cardiología. En la actualidad, continúo con el control de pacientes operados años atrás de malformaciones cardíacas y que ahora concurren al control clínico del Hospital Alemán de Buenos Aires, donde los asisto en cardiología y les informo sobre la posibilidad y riesgo de deportes y ejercicios físicos, embarazo y tareas laborales.

Dr. Gustavo Berri

Hospital Alemán

* ETT: Ecocardiografía transtorácica. ** ETE: Ecocardiografía transesofágica.

1. Berri G, Ten Hoor G, Mook G, Zijlstra W. Método de reflexión para el registro de curvas de dilución de colorantes usando la luz roja o infrarroja. Rev Argent Card 1962;29:31.         [ Links ]

2. American Academy of Pediatrics. Council on child and adolescent health: Age limits of pediatrics. Pediatrics 1988;81(5):736.         [ Links ]

3. Moons P, Meijboom FJ, Baumgartner H, Trindade PT, et al. Structure and activities of adult congenital heart disease programmes in Europe. Eur Heart J 2010;31(11):1305-10.         [ Links ]

4. Berri G. Perfil del cardiólogo pediatra al que aspiramos. Rev Fed Argent Cardiol 2002;31(3).         [ Links ]

5. Ríos-Méndez R, Díaz Beltrán L, Palazzolo A. Ventrículo derecho bicameral: serie de casos. Arch Argent Pediatr 2010;108(5):e114-7.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License