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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075

Arch. argent. pediatr. vol.111 no.3 Buenos Aires jun. 2013

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2013.252 

SOCIEDAD ARGENTINA DE PEDIATRÍA SUBCOMISIONES, COMITÉS Y GRUPOS DE TRABAJO

Seguimiento neumológico de los niños con displasia broncopulmonar al alta de la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal
Parte 2: Administración de oxígeno, tratamiento farmacológico y seguimiento

Follow-up of infants with bronchopulmonary dysplasia after NICU discharge. Part II: Oxygen administration, farmacological treatment and follow-up

 

Coordinadores: Dra. Verónica Giubergia, Fernando Rentería.
Colaboradores: Dra. Gabriela Bauer, Dra. Hebe González Pena, Dr. Fernando Vila, Dra. Verónica Giubergia, Dra. Alicia Michelini, Dra. Verónica Aguerre, Dr. Conrado Llapur, Dra. Diana Fariña, Dra Dora Haag y Dra. Virginia D´Alessandro

Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.

Recibido: 25-10-2012
Aceptado: 31-1-2013

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2013.252

OXIGENOTERAPIA CRÓNICA EN EL PACIENTE CON DISPLASIA BRONCOPULMONAR ESTABLECIDA

Valores de corte para indicar oxigenoterapia crónica
Esta guía acuerda que los niños con DBP deben mantener un nivel de SaO2≥92% con el objetivo de evitar la hipertensión pulmonar, favorecer el crecimiento y mejorar la regulación del sueño.6,32-35
Los valores propuestos están referidos al lactante que ya ha pasado la etapa neonatal con diagnóstico establecido de DBP, cuando se encuentra en un período estable y de transición desde la internación hacia su domicilio. Se requiere exactitud en las valoraciones para adecuar las necesidades de oxígeno en relación con las demandas tisulares, evitando riesgos por la falta o el exceso de medicación.6,32
En los últimos años ha surgido preocupación respecto del punto de corte superior de SaO2 en el niño con DBP establecida. En un estudio multicéntrico evaluaron los valores de SaO2 con relación a la retinopatía del prematuro.36 En
un grupo los niveles fueron igual o menores de 94% y en otro grupo entre 95%-99%. No se encontraron diferencias en la mortalidad, gravedad de la retinopatía, crecimiento y neurodesarrollo entre los grupos. No obstante, los niños del grupo con SaO2>95% que presentaban DBP, tuvieron mayor frecuencia de trastornos respiratorios.
En otro estudio, los neonatos menores de 30 semanas con DBP que tenían SaO2>95% presentaron mayor estadía hospitalaria y alta con O2 suplementario.37
Por lo tanto, mantener valores de SaO2 superiores a 95% en niños con DBP no produce beneficio alguno y debe evitarse.
Los lactantes sanos de 2 a 6 meses de vida tienen un rango normal de SaO2 entre 97% y 100%; muchos lactantes con DBP permanecerán con rangos de saturación entre 92% y 96%. Si esta situación se acompaña de un crecimiento adecuado, sin signos de hipertensión pulmonar, ese rango es aceptable. Durante el primer año de vida los niños con DBP irán normalizando la saturación al respirar aire ambiente.

Criterios de indicación de oxígeno suplementario
• Criterio estándar para la población de niños con DPB en general: pacientes cuya SaO2 respirando aire ambiente sea <92%.
• Criterios clínicos de evaluación individual: considerar la oxigenoterapia en los pacientes cuya SaO2 respirando aire ambiente se encuentre entre 92% y 96% y presenten alguna de las siguientes situaciones:
a. Signos de compromiso pulmonar crónico y retraso del crecimiento recibiendo el aporte nutricional requerido. Se debe evaluar la eficacia de la oxigenoterapia para favorecer el crecimiento antes de indicar su uso crónico.
b. Diagnóstico de hipertensión pulmonar. Debe plantearse una evaluación conjunta con el cardiólogo de cabecera.

Medición
La oximetría de pulso es el método de elección. Presenta una adecuada correlación con la PO2 arterial.38
Los períodos de hipoxia aguda, intermitentes o prolongados causan hipertensión pulmonar o falla del crecimiento en los niños con DBP. También se han publicado muertes súbitas atribuibles a eventos de hipoxemia no registrados. Por lo expuesto, se debe evaluar la ocurrencia de hipoxemia durante períodos prolongados de sueño, vigilia, alimentación y llanto. Ante una infección respiratoria aguda o algún procedimiento bajo anestesia, puede aumentar el requerimiento de O2 o requerirlo si no existía antes. En estas circunstancias, debe garantizarse el monitoreo continuo de la SaO2. En los niños con enfermedad pulmonar crónica muy grave o en casos de empeoramiento agudo, podría ser necesaria una gasometría arterial para evaluar la ventilación.6, 39

Suspensión
Si el niño evoluciona con crecimiento normal y no presenta signos de hipertensión pulmonar (por ecocardiagrama) durante el último mes de seguimiento, se comienza durante los controles clínicos ambulatorios, con pruebas de SaO2 en alimentación, llanto, vigilia y aire ambiente. Si los valores son ≥92% se comienza a suspender el O2. Esto debe hacerse de manera gradual, incrementando progresivamente las horas sin oxígeno durante la vigilia.6,40 Antes de suspender el O2 nocturno se debe indicar una oximetría
continua durante el sueño nocturno de al menos 6 horas. En la mayoría de los casos esta práctica se realiza con el niño internado. Se considera fallido el intento si la SaO2 promedio es <92% o, independientemente de que esta se encuentre dentro de ese valor, si la ganancia de peso se detuvo habiendo manteniendo el mismo aporte nutricional previo a la suspensión.6, 40
Durante los primeros 3 meses de la suspensión el paciente debe permanecer con el equipo de oxígeno en su domicilio, ya que si presentaran intercurrencias respiratorias podría requerirlo nuevamente.40
Las conductas propuestas son protectoras para la evolución de la mayoría de los niños con DBP. En cada caso debe efectuarse una cuidadosa evaluación clínica individual.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO EN LA DISPLASIA BRONCOPULMONAR ESTABLECIDA

No hay fármacos específicos para el tratamiento de la DBP.41

Cómo evaluar la necesidad de tratamiento farmacológico en el niño con displasia broncopulmonar
• Evaluar el estado general y la adaptación del niño a la condición que padece.
• Determinar el patrón y la gravedad del compromiso pulmonar (situación basal) para detectar empeoramientos más fácilmente.
• Realizar controles con oxímetro de pulso para valorar el aumento en los requerimientos de O2.
• Controlar estrictamente el crecimiento como parámetro de buena evolución.
• Replantear la utilidad de los tratamientos que el niño viene recibiendo en forma crónica.
• No indicar una medicación como rutina.

Broncodilatadores
El uso de broncodilatadores agonistas ß2 (salbutamol) en la DBP ha sido muy debatido. No hay evidencia suficiente para apoyar o refutar su empleo. Están indicados en los pacientes con signos clínicos o funcionales de obstrucción reversible de la vía aérea y para tratar las exacerbaciones.41
Algunos pacientes con antecedentes de DBP grave pueden presentar traqueobroncomalacia. En estos niños los agonistas ß2 podrían causar una respuesta paradójica, por lo que debe evaluarse la respuesta clínica individual antes de prescribirlos.
La administración de estos fármacos en
los niños con DBP, a cualquier edad que se considere, está limitada a los episodios agudos de obstrucción bronquial. Las pruebas de función pulmonar pueden identificar a aquellos con respuesta positiva a esta medicación.41,42 No se han demostrado beneficios con el uso crónico de salbutamol o de broncodilatadores de acción prolongada, como el salmeterol o el formoterol.41
Los anticolinérgicos (por ejemplo, bromuro de ipratropio) tienen menor efecto broncodilatador que los agonistas ß2. Estos fármacos no están recomendados para el manejo de la obstrucción bronquial en el niño con DBP.41,42

Diuréticos
No hay evidencia suficiente para apoyar el uso generalizado de diuréticos en el tratamiento de la DBP.41 Su utilización es excepcional en los niños con DBP mayores de un año. Exceptuando a los pacientes que presentan un cortocircuito sistémico-pulmonar con aumento del flujo pulmonar que requiera diuréticos, su prescripción debe estar restringida a los cuadros agudos en los pacientes hipoxémicos con signos de edema pulmonar, más frecuentes en el niño prematuro menor de un año. Menos a menudo algunos niños con compromiso pulmonar muy grave y que presentan signos de mala regulación del agua corporal requieren la administración de diuréticos. Es infrecuente que los pacientes sin requerimientos de O2 suplementario necesiten esta medicación.
El más utilizado es la furosemida en dosis de 1-2 mg/kg/día, por vía oral o intravenosa, según el cuadro clínico del paciente. Otra alternativa es la hidroclorotiazida 2-3 mg/kg/día por vía oral cada 12 horas. Al lograr la estabilidad clínica se recomienda intentar su uso en días alternos para disminuir las reacciones adversas.
Se debe evitar el uso crónico de diuréticos para evitar sus efectos secundarios.
41,43

Corticosteroides inhalados
El uso preventivo de corticosteroides inhalados en los pacientes con DBP es controvertido. Su indicación debe ser muy cuidadosa en aquellos con enfermedad establecida menores de 2 años (especialmente en menores de 6 meses), ya que no se dispone aún de evidencia suficiente que evalúe su efecto, tanto en el crecimiento pulmonar como en el control de la obstrucción bronquial. No se ha demostrado que reduzcan la incidencia de síntomas.41,44-46 En los pacientes con DBP que presentan episodios de sibilancias recurrentes no
asociados a infecciones virales o antecedentes de asma familiar, o ante la presencia de episodios graves y reiterados, podría considerarse la realización de una prueba terapéutica con corticosteroides inhalados. Estos pacientes deben ser evaluados por un neumólogo.

Antibióticos
Se recomiendan en las exacerbaciones bacterianas.

Otros fármacos
Los mucolíticos, antihistamínicos, antitusígenos y antileucotrienos no deberían utilizarse, ya que no se han realizado estudios aleatorizados que indiquen sus ventajas en los niños con DBP.

INMUNOPROFILAXIS EN LOS NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DISPLASIA BRONCOPULMONAR
Inmunoprofilaxis activa: todos los niños prematuros o de bajo peso deben ser inmunizados a los dos meses de edad cronológica, independientemente de la edad gestacional y del peso, según recomiendan la Sociedad Argentina de Pediatría y la Academia Estadounidense de Pediatría.47,48 Debe respetarse el calendario oficial vigente en nuestro país.

Vacunas especiales
La vacuna contra el virus de la gripe A está indicada en los niños mayores de 6 meses en las dosis ya establecidas (primer año dos dosis con intervalo de 1 mes y segundo año una dosis anual), 2 meses antes del pico estacional invernal mientras persista con signos de DBP. También deben vacunarse los convivientes. La vacuna H1N1 quedará sujeta a la recomendación vigente.
Debe indicarse la vacunación contra la tosferina a todos los convivientes de los recién nacidos prematuros menores de 1500 g hasta los 6 meses de vida, junto con la vacuna antigripal.

Inmunoproflaxis pasiva con anticuerpo monoclonal antivirus respiratorio sincicial (palivizumab)
El palivizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado que se liga a la proteína F, responsable de la fusión del VRS.49 Previene el desarrollo de las formas graves.
Existen recomendaciones de uso de palivizumab para prematuros con y sin DBP en nuestro medio (CEFEN).49 A partir del año
2011 el Ministerio de Salud de la Nación ha implementado un programa de prevención de infecciones respiratorias agudas para prematuros de alto riesgo que considera la administración de palivizumab a lactantes en riesgo.
Está indicado para los niños menores de 2 años con DBP que han requerido tratamiento (suplemento de O2 , broncodilatadores, diuréticos) en los 6 meses anteriores al inicio de la estación de VRS o que son dados de alta durante su transcurso.
Se recomienda su uso desde abril hasta agosto, una dosis mensual de 15 mg/kg por vía intramuscular (total 5 dosis).49
No tiene utilidad en la infección establecida por VRS ni para evitar la diseminación.

EVOLUCIÓN RESPIRATORIA DE LOS NIÑOS CON DISPLASIA BRONCOPULMONAR

Los lactantes con DBP presentan distintos grados de gravedad de la enfermedad al ser dados de alta. Es una enfermedad respiratoria crónica de buena evolución para la mayoría de los pacientes, ya que el pulmón tiene un alto potencial de crecimiento en esta etapa de la vida. Algunos niños con enfermedad grave pueden tener un gran impacto en su salud en los primeros años de vida y requerir tiempos prolongados de terapia intensiva, reinternaciones, oxigenoterapia; eventualmente, hay riesgo de muerte.
En todos los casos debe promoverse el crecimiento somático del pulmón a través de una nutrición adecuada y del correcto aporte de oxígeno.6

ATENCIÓN DE LOS NIÑOS CON ANTECEDENTES DE DISPLASIA BRONCOPULMONAR EN SITUACIONES ESPECIALES

Infecciones respiratorias agudas en los primeros 2 años de vida
La infección respiratoria más frecuente en los niños con DBP durante los primeros meses de vida es la bronquiolitis. El agente causal más frecuente es el virus respiratorio sincicial (VRS). La DBP es un factor de riesgo establecido para la aparición de bronquiolitis más graves.6,50 Los lactantes con DBP que presentan una bronquiolitis, los menores de 3 meses y los recientemente egresados de la internación tienen mayor riesgo de hospitalización que los prematuros sin DBP y los lactantes nacidos a término y sanos (13% contra 8%, 0,8% a 1,3% respectivamente).
El mayor riesgo de internación se encuentra entre los lactantes nacidos con edades gestacionales muy bajas y aquellos con DBP grave. Antes de la incorporación del palivizumab, hasta el 50% de los pacientes requerían hospitalizaciones por bronquiolitis. Actualmente, de acuerdo con los datos aportados por el Ministerio de Salud de la Nación, sólo se internaron 4,3% de niños en 2011.9,10,41,51 No obstante, el manejo de esta patología continúa siendo un desafío en esa población.
En relación con los factores medioambientales, cabe destacar que la asistencia a la guardería, el tabaquismo domiciliario y el hacinamiento se han asociado con mayor riesgo de infección respiratoria aguda en los menores de 2 años. Se debe evitar la asistencia a la guardería e informar a la familia sobre el riesgo de la exposición al humo de tabaco. Se recomienda que los trabajadores sociales del equipo de salud gestionen la mejora de la condición de vivienda en las familias de niños con DBP en situación de vulnerabilidad.49,52
El lactante con DBP que presenta una infección respiratoria aguda baja es un paciente de alto riesgo que debe ser controlado en forma frecuente u hospitalizado, según el estado clínico, hasta la desaparición de los síntomas. Para estos niños no es adecuada la modalidad de internación abreviada ("postas de bronquiolitis"). Asimismo, se debe recordar que las escalas de evaluación de gravedad para los lactantes sanos con bronquiolitis no se recomiendan en los pacientes con antecedentes de DBP.6
El tratamiento médico de un lactante con DBP con bronquiolitis es de sostén. El principal tratamiento es el oxígeno y, en casos graves, puede requerirse asistencia ventilatoria mecánica. El uso de fármacos, como los broncodilatadores, está destinado a mejorar la mecánica respiratoria.51

Sibilancias recurrentes en el niño con antecedentes de displasia broncopulmonar
Los niños que nacieron prematuramente, con DBP o sin ella, presentan mayor prevalencia de sibilancias recurrentes no asociadas a infecciones respiratorias entre los 8 y 19 años, aunque los síntomas mejoran progresivamente con el tiempo.41
Es frecuente que se clasifique erróneamente como asmáticos a los niños con antecedentes de DBP con sibilancias recurrentes y espirometría con evidencia de obstrucción al flujo aéreo. Estos pacientes son tratados con corticosteroides inhalados aun sin evidencia suficiente que lo
justifique.45,46 Si bien la DBP y el asma comparten algunas características clínicas, el patrón inflamatorio de la vía aérea que presentan es diferente. La inflamación eosinofílica es característica en el niño con asma. En cambio, en la vía aérea del niño con DBP no se ha podido documentar este tipo de patrón inflamatorio.41
Los niños con DBP que presentan episodios de sibilancias recurrentes deben ser evaluados por un neumólogo. Es excepcional la indicación de corticosteroides inhalados a los menores de un año, especialmente, a los menores de 6 meses. En los pacientes con DBP que presentan episodios de sibilancias recurrentes no asociados a infecciones virales o antecedentes de asma familiar, o que presenten episodios graves y reiterados podría justificarse una prueba terapéutica con corticosteroides inhalados. Se sugiere iniciar un tratamiento en dosis bajas (budesonida 200 µg/día o equivalente) y evaluar la respuesta. Si no se observa respuesta clínica favorable luego de 3 meses, se recomienda suspender el tratamiento, revisar el diagnóstico y descartar comorbilidades.
No hay evidencia aún de que el uso de broncodilatadores agonistas ß2 de acción prolongada (salmeterol, formoterol) produzca beneficios, por lo que no deberían indicarse en este grupo de pacientes.41

CONTROLES AMBULATORIOS DE LOS LACTANTES CON DISPLASIA BRONCOPULMONAR EN EL PRIMER AÑO

1. Control estricto del crecimiento: en cada visita se debe registrar el crecimiento en talla y peso del paciente como uno de los mejores indicadores de buena evolución.
2. Monitoreo de la saturación de O2 con oxímetro de pulso: se sugiere efectuar el primer control al iniciar el seguimiento a todos los niños con antecedentes de DBP. Debe evaluarse en distintos momentos del día (vigilia, sueño alimentación, llanto). En los pacientes con indicación de oxigenoterapia domiciliaria deben valorarse las variaciones de la SaO2 disminuyendo el flujo de O2 y respirando aire ambiente. Los controles continuarán hasta 2 meses después de retirado el O2 . Si el niño no requiere O2 domiciliario y su evolución es favorable luego del primer mes, no es necesario el control regular de SaO2. Está recomendado en los pacientes con antecedentes de DBP que estén cursando una infección respiratoria aguda.
3. Evaluación cardiológica: está sugerida en los
niños con oxigenoterapia domiciliaria cada 3 meses en caso de hipertensión pulmonar, cada 6 meses en aquellos sin hipertensión pulmonar y antes de la suspensión del O2 suplementario.
4. Imágenes: con buena evolución clínica se recomienda realizar una radiografía basal durante el primer año y hasta la normalización, o en cualquier momento que se requiera, con protección abdominal. Las radiografías deben quedar en poder de la familia.
5. Gasometría arterial: la presencia de hipercapnia indica un compromiso pulmonar grave. En estos pacientes, luego del egreso de la internación, los controles deben realizarse en forma mensual hasta normalizar la PCO2 y en cualquier momento si el niño presenta una intercurrencia respiratoria.
6. Pruebas de función pulmonar: no es un estudio de rutina. Se requiere un equipamiento especial, sólo disponible en algunos centros del país.
7. Endoscopia: se sugiere una interconsulta con un endoscopista respiratorio cuando el lactante presenta signos o síntomas de obstrucción de la vía aérea superior.
8. Laboratorio: está propuesto para el control de la anemia, Ca y P, según las recomendaciones para prematuros. Se debe solicitar un ionograma si el paciente recibe diuréticos o presenta edemas.
9. Estudio de sueño: se debe efectuar ante la sospecha de apneas, o hipoventilación central o periférica.
10. Estudios de deglución y seriada esofago-gastroduodenal; pHmetría: se plantean frente a la posibilidad de aspiración bronquial por reflujo o por trastornos en la deglución.

CONTROLES AMBULATORIOS DE LOS PREESCOLARES Y ESCOLARES CON ANTECEDENTES DE DISPLASIA BRONCOPULMONAR
Control del crecimiento:
en cada visita se debe registrar el crecimiento en talla y peso del paciente como uno de los mejores indicadores de buena evolución.
Monitoreo de la saturación de O2 con oxímetro de pulso: si el niño no requiere O2 domiciliario y, su evolución es favorable, no es necesario el control de SaO2. Se recomienda en los pacientes con antecedentes de DBP que estén cursando una infección respiratoria aguda.
Pruebas de función pulmonar: en los centros que cuenten con el equipamiento se
pueden efectuar pruebas de función pulmonar a los preescolares (oscilometría de impulso, espirometría con respuesta broncodilatadora). En los escolares se recomienda realizar al menos una espirometría y repetir según la evolución del niño. La frecuencia de los estudios depende de los resultados y de la gravedad del paciente.
En caso de intolerancia al ejercicio se sugiere efectuar una prueba de broncoprovocación con ejercicio.
Evaluación cardiológica: en los casos en que se resolvió la hipertensión pulmonar, se deben realizar los controles recomendados para los pacientes sin patología cardíaca (examen cardiovascular y ECG en el momento del ingreso escolar y al completar el desarrollo puberal).
En los que persisten con hipertensión pulmonar, se debe consultar con un cardiólogo infantil que definirá de acuerdo con la clase funcional, el grado de hipertensión pulmonar y la repercusión sobre la función cardíaca la modalidad de seguimiento del paciente (ECG y ecocardiograma Doppler color cada 3, 6, 12 meses).

Participaron en la discusión y redacción de esta Guía:
Comité Nacional de Neumonología: Dra. Virginia Dalessandro Dr. Víctor Pawluk, Dra. Beatriz Reches, Dra. Silvia Pereyro, Dra. Cecilia Lepera, Dra. Anahí Krüger, Dra. María Marta Quiñones, Dra. Graciela Luque, Dra. Karina Melillo, Dra. Karina Moncada, Dra. Nora Díaz, Dra. Araceli Luz Benítez, Dra. Verónica Aguerre, Dra. Hilda Giugno, Dra. Patricia Paba, Dra. Analía Stadelman, Dra. Corina Magadan, Dra. Ana Castiñeiras, Dra. Silvina Smith, Dr. Julio Nadeo, Dra. Marcela Fraga, Dr. Pablo Bodas, Dra. Selva Di Coste, Dra. Sandra Baratta, Dra. Ana Balanzat, Dra. Marcela Capellino, Dra. Gisela Martinchuk, Dra. Yanina Loto, Dra. Alicia Michelini, Dr.Fernando Vila, Dra. Verónica Giubergia, Dr. Daniel Álvarez, Dr. Juan Gagneten, Dra. María Eugenia Bonilla, Dr. Diego Dagnino, Dr. Santiago Vidaurreta, Dra. María Elena Andreottola, Dr. Hernán Talamoni, Dr. Ángel Bonina, Dr. Maximiliano Salim, Dr. Fernando Renteria, Dr. Juan Finocchiaro, Dr. Fernando Adot, Dr. Raúl Robles, Dra. Lina Abram, Dra. Sandra Inwentarz, Dra. Mariela Bonini, Dr. Fernando Ferrero, Dra. Norma González, Dr. Claudio Castaños, Dr. Mario Grenoville, Dr. Federico Gini Cambaceres, Dra. Gabriela Surman, Dra. Nadia Tucci, Dra. Teresita Solís, Dra. Judit Pierini, Dr.
Damián Taire, Dra. Sandra Barria, Dr. Néstor Pisapia, Dra. Silvina Prates, Dra. Elena Bonifacich, Dr. Luis Parra, Dr. Gastón Bolognese, Dr. Mauricio Borda, Dra. Silvia Cipriani, Dr. Gonzalo Colombres, Dr. Fernando Meneghetti, Dr. Patricio Pérez, Dra. Catalina Pinchak, Dra. Clarisa Ferreyra, Dra. María Alejandra Zárate, Dra. Liliana Gallardo, Dra. Alejandra Meneguzzi, Dra. Elsa Bisero, Dr. Mauro González Ross, Dra. Daniela Petti, Dra. Patricia Andreossi, Dra. Vivian Leske, Dra. Patricia Meyer, Dra. Gabriela Bauer, Dr. Conrado Llapur, Dra. Hebe González.
Comité Nacional de Estudios Fetoneonatales (CEFEN): Dra. Daniela Satragno.
Comité Nacional de Cardiología: Dra. Dora Haag.

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