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Archivos argentinos de pediatría

versión impresa ISSN 0325-0075

Arch. argent. pediatr. vol.113 no.2 Buenos Aires abr. 2015

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2015.99 

EDITORIAL

http://dx.doi.org/10.5546/aap.2015.99

Publicación científica: ¿Cómo enfrentar el rechazo?

 

Cada año millones de artículos científicos son enviados para considerar su publicación a miles de revistas científicas. Se calcula que anualmente más de un millón de nuevos artículos científicos son publicados por las principales revistas científicas; un número considerable de ellos pertenecen al área de medicina.1 Si tenemos en cuenta que la tasa de aceptación de las revistas difícilmente supera el 30% (y puede llegar a menos del 5% en alguna de ellas2) encontraremos que cada año millones de autores recibimos cartas de rechazo. Cómo enfrentemos el rechazo puede marcar la diferencia.

En su excelente presentación, Venketasubramanian y Hennerici3 sugieren que al recibir una notificación de rechazo de una publicación sufrimos inicialmente un shock que nos inmoviliza, para luego atravesar los 5 estadios del duelo de KüblerRoss (negación, enojo, negociación, depresión y aceptación). Tengo la impresión que el enojo suele dominar el panorama (al menos es mi experiencia). Superado este enojo inicial, es necesario analizar el mensaje de rechazo.

Si el manuscrito fue rechazado por la instancia administrativa significa que no hemos cumplido con las instrucciones a los autores. Es nuestra culpa, sin atenuantes.

Si el manuscrito fue rechazado por los editores (sin la intervención de revisores) puede deberse a que nuestro manuscrito sea realmente malo (¡apeste!) o, lo que es más posible, que nos hayamos equivocado de revista. Aunque no son infalibles, los editores tienen la obligación de seleccionar entre los cientos de artículos que reciben aquellos que juzguen serán de más interés para sus lectores. Muchos buenos artículos son rechazados en algunas revistas y recibidos con beneplácito en otras. Es importante analizar qué publicación recibirá con interés nuestro trabajo.

Finalmente, si el manuscrito fue rechazado luego de ser revisado por árbitros debemos enfrentar otras consideraciones. Habitualmente nuestra primera impresión es que los árbitros no entendieron nuestro trabajo. No son pocas las veces que acertamos al hacer esta consideración; lo que no tenemos en cuenta es que, probablemente, la culpa de que no lo hayan entendido sea exclusivamente nuestra. Nuestra obligación es escribir un trabajo para que la gente (el público general) lo entienda, no solo nuestro equipo que hace 15 años se dedica a ese asunto en particular. Además, aún con limitaciones, los editores suelen seleccionar a los revisores entre profesionales reconocidos en cada materia. La segunda impresión que solemos tener es que existe una conspiración contra nosotros, y los árbitros quieren perjudicarnos por las más extrañas razones. Debemos tener en cuenta que el servicio editorial es una carga para aquellos que lo cumplen y en general son guiados por motivos altruistas. Si bien es cierto que el proceso de revisión por pares es constantemente debatido,4 casi todo el mundo coincide que hasta el momento es lo mejor que tenemos.

Considerando que los revisores no son analfabetos ni nos odian, procederemos entonces a revisar cada una de sus críticas y sugerencias para reformular nuestro manuscrito, ya sea aceptando las sugerencias, o apoyando aquellos puntos que no fueron bien sostenidos en la primera versión.

Si el rechazo nos permitía enviar una nueva versión, lo haremos respondiendo punto por punto los comentarios de los revisores. Si el rechazo es irreversible, procederemos a enviar nuestro trabajo a otra revista, con la seguridad de contar con un mejor manuscrito gracias a la intervención de editores y árbitros. No es excepcional que luego de tres rechazos nuestro trabajo sea aceptado sin la menor modificación y en un tiempo récord por la cuarta revista a la que es remitido; es posible que nuestra soberbia nos haga pensar que finalmente encontramos a un grupo respetable de científicos que valora nuestro esfuerzo, olvidando que el aporte de las tres revisiones anteriores nos obligó a remitir un manuscrito considerablemente mejor.

Dr. Fernando Ferrero

Hospital General de Niños Pedro de Elizalde

1. Bjork B-C, Roos A, Lauri M. Scientific journal publishing: yearly volume and open access availability. Information Research 2009;14(1):paper 391. Disponible en: http://InformationR.net/ir/14-1/paper391.html. [Consulta: 4 de noviembre de 2014&         [ Links ]#93;.

2. The Lancet. How The Lancet handles your paper. Disponible en: http://www.thelancet.com/lancet-information-for-authors/how-the-lancet-handles-your-paper. [Consulta: 4 de noviembre de 2014&         [ Links ]#93;.

3. Venketasubramanian N, Hennerici MG. How to handle a rejection. Teaching course presentation at the 21st European Stroke Conference, Lisboa, May 2012. Cerebrovasc Dis 2013;35(3):209-12.         [ Links ]

4. Berquist TH. Peer review: should we modify our process? AJR Am J Roentgenol 2014;202(3):463-4.         [ Links ]

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